Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 5.5

Capitulo 4: De nuevo La Gran Estrategia De Limpieza

A Mahiru le gusta limpiar, cuando apenas se conocían limpió el departamento junto a Amane, pero también cuando tenía tiempo siempre cooperaban, cuando menos Amane intentaba hacerlo seriamente, pero de vez en cuando con las revisiones de Mahiru, terminaban apareciendo lugares sin limpiar, por supuesto, no era como si estuviera siendo demasiado molesta con eso, pero para Amane estando las cosas más limpias estaba más tranquilo, además de que era más fácil mantener las cosas así día a día, por lo que al contrario, para era para agradecer.

— ¿Cómo decirlo? parece que siempre termino dejando algo de suciedad en los rincones y partes que son difíciles de ver.

Amane estaba limpiando la tina cuando Mahiru asomó la cabeza para ver, de inmediato encontró lugares que podrían limpiarse, era tal y como lo había esperado, Mahiru sonrió con amargura.

Tal y como se lo había indicado Mahiru, la zona de la goma alrededor de la puerta terminó quedando reluciente, era un lugar que casi no veía por lo que no se había dado cuenta, pero ahora que se había dado cuenta le llamaba la atención al estar sucio. Amane también tenía mucho cuidado al limpiar con Mahiru el año pasado, pero después de todo aun le hacía falta aprender algunas cosas.

— En la ducha hay mucha humedad por lo que es una zona en la que fácilmente puede aparecer moho negro, en especial en las esquinas y puntos muertos como en la goma de la puerta, limpiemos a conciencia.

— Es tal y como lo dices.

—… ¿No te enojas? Mejor dicho, al estar normalmente viviendo en esta casa, terminó preocupándome por la suciedad.

“Ah, es cierto, siempre hay algo sucio” Asintió Mahiru, sonriendo encogiéndose de hombros.

— No necesitas preocuparte, creo que puedo limpiar los demás lugares como se debe.

— Eso sería de agradecer.

— Basta con que tenga cuidado de ahora en adelante, estas cosas es mas de “si tienes tiempo de arrepentirte mejor has algo”… así que, ¿Puedo limpiar?

Los ojos de Mahiru por algún motivo parecían brillar con emoción subiéndose las mangas de la camisa. ¿Sería porque le gusta la limpieza o porque es buena cuidando de los demás? Más que parecer que no tenía remedio, era como si ella quisiera hacerlo. Para Amane, pensaba que era una falta de él al no percibir los pequeños lugares, y era de mucha ayuda que se los señalara, por lo que estaba feliz que le ayudara a limpiar, pero más que eso, el sentimiento de sentirse mal por Mahiru era más fuerte.

—… Mahiru, ¿no te desagrada tener que limpiar el baño?

— La verdad no me importa pero, ¿no serás tu quien lo odia? No sería una exageración decir que es un espacio privado.

— No es como si hubiera algo que me sería un problema si vieras, además de que también lo usas Mahiru, no sé que decir a estas alturas.

Cuando menos, era cierto que en una ocasión a Chitose se le olvidaron las llaves y se había quedado a pasar una noche, pero en esa ocasión ya había se había bañado, solo había entrado a lo mucho al área del lavamanos y no había visto en el área de la tina. No había nada que hacer por avergonzarse a estas alturas, pero estaba preocupado de Mahiru pudiera entrar con normalidad al baño de un chico

—… Eso es… bueno, es cierto pero…

— Además, desde el momento en que estoy haciéndote hacer esto no diré nada arrogante, la verdad es que si quieres consentirme no me importaría, pero me gustaría que fueras tu misma, bueno, aunque cuando menos dirigirme un poco.

Con los detalles podrían pasársele algunas cosas sucias, por lo que era de agradecer que le dijera en donde revisar, pero Mahiru por algún motivo parecía extrañamente afectada y comenzó a divagar con la mirada.

— Ah… no… Lo estoy haciendo por gusto, pero es baño es un poco pequeño para que estemos los dos juntos.

— ¿En serio? Lamento eso, a pesar de que es un importante día de descanso.

— Ah, no es eso, me gusta limpiar.

— Entonces te lo encargo, no tengo ningún plan, así que ya que estamos yo limpiaré la cocina, me gustaría intentar pulir el fregadero.

No había manera de que pudiera hacer algo como solamente quedarse viendo a Mahiru limpiando, no podría soportar el peso de dejárselo todo a ella, por eso es que Amane tenía planeado limpiar otra parte. El día de ayer aún estaba viendo un video de como limpiar las áreas de fregadero, por lo que quería intentar tomar el reto en esta oportunidad. De vez en cuando, lo limpiaba por encima y de manera cuidadosa, algo como eso Amane podía tratar con cuidado.

— ¿Tienes las herramientas? Hay algo de lija resistente al agua aunque necesita un agente abrasivo.

—…. Ahora mismo iré a comprarlo.

De pronto se puso de pie para ir a comprar lo que se supone que le faltaba, pero la mirada afilada de Mahiru dolía.

— Bueno, pensé que dirías algo como eso, hay en mi casa por lo que podría darte un poco, lo mejor es tener todas las herramientas de limpieza en orden.

— ¿Debería de decir como se esperaba de Mahiru? siento mucho eso.

— Bueno, creo que es más importante el sentimiento que tienes de querer hacerlo.

— No deberías consentirme con eso.

— Fu fu, entonces espérame, de paso iré a cambiarme.

—… ¿Es tan difícil el trabajo para que tengas que tomarte la molestia de cambiarte? — Planeo limpiar de verdad después de todo.

Actualmente tenía una falda verde con una blusa negra, era una ropa que no exponía demasiada piel y la hacía ver tranquila, en verdad que se veía bien, era algo que usaba normalmente cuando cocinaba, pero para limpiar, sin duda alguna esa era una apariencia en la que podría ensuciarse si le caería algo de líquido para limpiar. “Hoy vestía de manera linda y podía moverme fácilmente” Mahiru frunció ligeramente tras susurrar algo como eso, por supuesto, era una pequeña preción la que le daba.

— ¿Qué pasa de pronto Mahiru-san?

—… No es nada, te preocupas demasiado.

— A pesar de que no es nada pareces un poco molesta.

— Que no es nada.

Claramente no era como si no hubiera pasado nada, Amane estaba un poco confundido, pero Mahiru se dio la vuelta en dirección a la entrada a paso rápido.

Mahiru regresó después de haberse cambiado, y en su mano tenía un cepillo con algunas otras cosas de limpieza, mientras que Amane comenzó a limpiar de una vez la superficie del fregadero. Ella por su parte tenía el cabello arreglado en forma de cebolla mientras vestía un pants, además de que tenía guantes de goma con todas las intenciones de limpiar dirigiéndose al baño. Parecía tener tantas ganas de hacerlo, por lo que Amane terminó pensando que estaría bien dejarla.

Sintiendo que perdía de esa manera ante Mahiru, Amane tomó la lija contra agua, y comenzó a limpiar el fregadero. Después de todo estaba limpiando cuidadosamente las partes que estaban a la vista, procurando no lastimarlo. Era un departamento rentado, por lo que de seguro las marcas que tendría las había dejado la persona que vivió anteriormente en el lugar, no podía decir que lo había dejado limpio, pero tampoco parecía brillante como los nuevos que aparecen en la televisión.

Amane continuaba puliendo procurando que dejara de estar tan opaco, y cuando por fin comenzó a notar que estaba brillando de apariencia había logrado su objetivo, pero desde antes ya estaba concentrado en la tarea, por lo que continuaba en silencio. Para cuando se dio cuenta Mahiru había aparecido a su lado, se encontraba viendo en silencio el trabajo de Amane.

—… Si estás aquí cuando menos háblame, me asustaste.

— Lo siento, te vi tan concentrado que se me hizo difícil hablarte.

— La verdad no importa, solo me estarías hablando… ¿ya terminaste de limpiar?

— No, estaba algo sucio así que le dejé el limpiador por ahora, creo que lo dejaré así una hora y pensaba tomar un descanso de momento.

“Es importante dejar que el detergente haga su trabajo” Mahiru sonrió tras decirle eso de manera seria a Amane.

— Amane-kun… aun te falta un poco, lo estas dejando limpio, pero está un poco lejos a parecer un espejo.

— Creo que le daré una pasada más para pulirlo y después de pasarle el jabón, lo limpiare con una tela, en verdad que tomó tiempo y esfuerzo.

— Bueno, se necesita algo de esfuerzo para que quede limpio después de todo, pero ten cuidado, si lo haces con demasiada fuerza podrías dañarlo.

— Entendido.

Sabía que tenía que ser cuidadoso al momento de tallar, cuando mucho debía de hacerlo para limpiarlo.

— Por cierto, ¿todo el tiempo lo has estado puliendo?

— Bueno, terminé entreteniéndome bastante.

— Este tipo de cosas son divertidas, es lo entretenido de limpiar.

— Aunque no creo que lo esté haciendo tan en serio como tú lo harías.

— Pero aun diciendo eso no te has tomado ningún descanso, es importante descansar de vez en cuando.

Mahiru le mostró una gran sonrisa, tomó un vaso y abrió el refrigerador.

— Amane-kun ¿Quieres tomar algo?

— Hay algo de jugo de naranja, estaría feliz si pudieras servirme un poco.

— Entendido.

Parece que serviría una bebida para Amane, Mientras estaba agradecido por su consideración, pidiéndole el jugo de naranja que había comprado, Mahiru terminó preparándoselo con naturalidad, pero por algún motivo le había puesto una pajilla y se lo estaba apuntando directamente a Amane a la boca.

— Amane-kun, adelante.

Se lo mostraba con una sonrisa, pero claramente no parecía que le fuera a entregar el vaso, “bebé” le acercaba la pajilla cuidadosamente hasta su boca como si quisiera decirle eso.

— Gra… ¿cias?

— Tienes las manos sucias por lo que de esta manera es mejor.

Ciertamente las manos de Amane se habían manchado con un líquido oscuro mientras limpiaba, pero era verdad que bastaba con lavárselas, pero Mahiru se había tomado la molestia de llegar hasta ese punto, no podía hacer nada como tirar su consideración… volteó a verla de reojo, y por algún motivo le mostró una sonrisa tranquila con buenas intenciones.

—… ¿No me veo sorprendentemente tonto?

—… Posiblemente no.

— ¿Posiblemente?

— Es una broma, pero teniendo las manos sucias no puedes tomar el vaso, ¿y para qué lavarse las manos estando aun trabajando? Así que creo que de este modo es más eficaz.

— Puede que sea el caso pero…

“¿Bastaría con que dejara de lavar un momento verdad?” pensó eso, pero sabía que aunque se lo dijera Mahiru no le cedería esta. Inconscientemente pensó que no debería insistir demasiado, y se llevó la pajilla a la boca, Mahiru le mostró una sonrisa llena de satisfacción.

El sabor agridulce de la naranja se extendió por su boca, y Amane intentó esconder la vergüenza que comenzaba a brotarle.

—… ¿Sabe bien?

Había terminado bebiendo poco más de la mitad del jugo, por lo que le dio las gracias. Le envió una mirada como si quisiera decirle “ya no necesitas hacerlo” y Mahiru sonrió haciendo temblar levemente su garganta.

— Puedes llamarme cuando quieras beber algo.

— No, a la siguiente me lavaré las manos con normalidad antes de beber.

— Ara, que pena.

(¿Se está burlando de mí?)

De vez en cuando Mahiru terminaba jugando con él haciendo que su corazón se viera afectado, a pesar de que fueran pequeñas cosas en verdad le causaba un gran impacto. En esta ocasión sus intenciones parecían ser buenas, por lo que no podía quejarse… “maldición” pensó, y al quedársele viendo, ella de nuevo volvió a sonreír de manera divertida.

Mahiru regresó a limpiar, y Amane también continuó puliendo, lo que quedaba solo era la parte final, en esta ocasión lo había hecho bastante bien, y se podía reflejar limpiamente, Se lavó las manos para buscar una toalla y darle la última pasada, cuando de pronto resonó un fuerte sonido de algo callándose en el baño.

Amane tuvo un mal presentimiento, y sin siquiera cerrar la llave con la que se lavaba las manos, se fue corriendo al baño, allí estaba Mahiru quien parecía sin fuerzas sobre su trasero. Estaba un poco atónita, el agua de la regadera la estaba mojando pero no parecía preocuparse por eso.

— ¿¡Estás bien!? Se escuchó un sonido bastante fuerte.

— Me resbalé… no me lastimé, estoy bien pero… me duele el trasero.

Era como si se hubiera descongelado con la voz de Amane, volteó a verlo hacia arriba avergonzada y su mirada comenzado a divagar. Parece que se había caído mientras estaba enjuagando todo, había algo de agua con jabón estancada en el suelo, y parece que al caer, había abierto la regadera mojándose por completo.

— Perdón, fue porque te lo dejé…

— No, fui yo la que dijo que lo haría.

— ¿No te lastimaste el pie? ¿Puedes levantarte?

Por ahora Amane cerró la llave de la regadera y le extendió la mano a Mahiru quien se le quedaba viendo hacia arriba, ella volteó a otro lado avergonzaba mientras tomaba la mano de Amane.

— Si acaso me pegué en el trasero, para empezar estaba en cunclillas, por lo que no es como si me hubiera caído desde muy alto, lo que se escuchó fuerte fue cuando se cayó la manguera de la regadera, no necesitas preocuparte.

— No, en verdad me preocupa… estas mojada…

No había manera de que pudiera dejar que se volviera a caer, así que Amane pisó bien e intentó levantarla para que no se volviera a lastimar y verificar que no estuviera herida… pero al verla bien se quedó petrificado.

Mahiru estaba mojada debido a que se había mantenido debajo del agua de la regadera, cuando menos estaban dentro de la casa por lo que no hacia el frio del invierno, tenía una camisa blanca y pants que le facilitarían moverse, pero para Amane eso era el enemigo… Su ropa estaba completamente mojada, aumentando el poder destructivo por el agua. Las líneas de su cuerpo se veían claramente además de la ropa que llevaba debajo. La camisa se transparentaba para mostrar un color verde ligero, y Amane se apresuró para desviar la mirada.

Posiblemente si la viera directamente se sentiría tan avergonzado al punto de la muerte, pero ya podía ver como a Mahiru le desagradaba esa reacción, pero aun diciendo eso, sería extraño si se quedara desviando la mirada todo el tiempo, así que después de ayudar a Mahiru a ponerse de pie, fue al cuarto de al lado por una toalla y la puso sobre los hombros de Mahiru, y ella le mostró una sonrisa al recibirla.

Quería golpearse a sí mismo por haber pensado en algo extraño, logró tranquilizarse un poco retomando el control de su cuerpo.

— Te prestaré un cambio de ropa, por ahora cámbiate y espera a que la ropa se seque, si sales con la ropa mojada así afuera puede que te resfríes.

— Muchas gracias por la consideración… aunque creo que si tienes que desviar la mirada para reírte así está bien.

— ¿¡Por qué sería algo para reírse!? ¡Tu ropa se transparenta así que me di la vuelta para no ver!

En verdad tenía la intención de dejarlo pasar como si nada, pero no pudo más que responder eso sin querer en cuanto supo que Mahiru lo había malinterpretado, ahora fue Mahiru la que se puso completamente roja. Volteó a ver su propio cuerpo de reojo, y después de estar roja, escondió su cuerpo usando la toalla cerrándola por delante, y Amane por fin dejó salir un suspiro. Pero aun diciendo eso, como siempre no se veían a los ojos.

— Ah… este, en… en serio muchas gracias por la consideración.

—… Toda la culpa es mía por hacerte limpiar, por ahora estaría agradecido si te cambiaras, si quieres tomar una ducha de una vez solo calenta un poco el agua, iré a traer el cambio de ropa.

De seguro Mahiru no quería estar demasiado tiempo frente a un hombre en esta situación, y era difícil para Amane mantenerse a solas con ella ahora. Usó una buena excusa y salió huyendo.

Después de que le pasó la ropa a Mahiru, Amane de nuevo regresó a pulir el fregadero en la cocina. También era para mantener su cordura que no era de acero y no sabía si podría mantenerla, así que se concentró en lo más que pudo limpiando de manera seria lo que ya había terminado.

Parecía que Mahiru se había enfriado, por lo que estaba tomando una ducha caliente, podía escuchar el sonido del agua desde el área de la tina al igual que el sonido del agua chocando contra el suelo. Una chica se estaba bañando en su propia casa, si se lo piensa desde un tercer punto de vista podía ser una situación sorprendente, pero Amane movió la cabeza hacia los lados eliminando cualquier pensamiento extraño.

Por ahora se concentró en limpiar el fregadero para quitarse de la cabeza cualquier pensamiento, y pulió los lugares en los que no se reflejaba al punto de verse cual si fuera un espejo. En el reflejo del fregadero se vio a si mismo ruborizado, así que tenía que controlar el calor en su rostro para antes de que Mahiru regresara. Debido a que además de la sensación de vergüenza sentía más una sensación de culpa, no había manera de que pudiera reírse.

(Olvidadlo, olvídalo)

Dentro de poco ya habría terminado de pulir, limpió el detergente restante que quedaba en el fregadero para después lavarse las manos. Después de eso se lavó la cara con bastante agua, el calor no terminaba de irse, por lo que no había manera de que pudiera ver a Mahiru así.

Se golpeó la cara con el agua fría del invierno que lo hacía sentir bien, y cuando estaba en eso escuchó el sonido de una puerta al abrirse desde el área del baño, sabía que estaba a punto de salir, por lo que se forzó a tranquilizar su corazón extrañamente exaltado y sirvió una tasa de leche con miel para Mahiru.

Mahiru había terminado de calentarse, por lo que había salido al área para cambiarse goteando, cuando sus sandalias golpearon una pequeña canasta con ropa en el suelo.

—… “Te prestaré ropa”

Recordó la voz de Amane, acababa de salir de la ducha por lo que había un ambiente cálido con vapor extendiéndose por el lugar. Lo que le había prestado Amane, era un suéter, una camisa y pantalones, eran grandes para Mahiru, así las líneas de su cuerpo no se notarían, gracias a eso cuando salió de la habitación tenía una apariencia sorprendente, pero por algún motivo su corazón latía con mucha prisa y no podía tranquilizarse.

— Aquí tienes.

—… Muchas gracias.

Cuando estaba regresando de bajar por las escaleras, apareció Amane con un vaso de leche que acababa de sacar del microondas y de paso una cuchara con la que estaba mezclándolo para después entregárselo a Mahiru. Al notar que había algo del aroma dulce que tanto le gusta a Mahiru viniendo de la miel en la leche, no pudo evitar hacer una sonrisa.

— Ara, está bien hecho, te esforzaste mucho, sorprendente.

—… Bueno.

Asintió de manera ambigua sin poder decir mucho, y Amane con movimientos naturales terminó sentándose en el sofá. Cuando estaba respirando profundamente, Mahiru llegó a sentarse a su lado… después de todo no terminaba de tranquilizarse, aun mas al sentir su aroma proviniendo de un lado cuando tenía su ropa.

Volteó a verla de reojo, sujetaba la taza con esa camisa que le quedaba grande, mientras le soplaba seriamente intentando enfriarlo un poco. Llevo la taza a su boca un momento pero la alejó de inmediato, y se le quedó viendo con una mirada seria, era extrañamente adorable. Desde su punto de vista de seguro estaba intentando enfriarla seriamente, pero si la veía inusualmente adorable seria porque no le quedaba bien la ropa haciéndole ver más infantil. A pesar de que eran ropas normales, hacia ver a Mahiru realmente linda, las chicas hermosas son seres a temer.

Después de pasar un tiempo peleando contra la leche, por fin parecía feliz al ver que estaba a una temperatura que podría beberla, pero… ¿Se dio cuenta de la mirada de Amane? Inclinó la cabeza después de alejar la taza de su boca.

— ¿Qué sucede?

— ¿He? ah, no, estaba preocupado de que te hubieras lastimado.

No estaba mintiendo, pero tampoco podía decirle la verdad, estaba preocupado de que Mahiru se hubiera lastimado cuando cayó, al igual que estaba preocupado de que se terminara resfriando, solo que por casualidad terminó viéndola mojada exponiendo piel, por lo que el impacto que recibió su corazón fue realmente grande, Mahiru no parecía dudar para nada de las palabras de Amane, solo se encogió de hombros cual si le fuera un problema.

—… Hoy me la pasé dándote problemas.

— No, claro que no, al contrario, fui yo el que te causó problemas ¿en serio no estás herida?

— Ya estoy bien, ya no me duele el trasero cuando me toco… ¿Quieres tocar?

— ¡Claro que no!

— Es una broma.

Mahiru estaba riendo por la reacción de Emane quien se sentó correctamente, y él sintiéndose extraño terminó susurrando”… no te burles”

— No, es que parecías desanimado, y fui yo la que dijo que lo haría, no necesitas preocuparte.

— Eso es porque normalmente estoy siendo consentido dejándote la limpieza, claro que me sentiría culpable.

Amane normalmente no limpiaba, mientras que Mahiru no podía tranquilizase sin limpiar, y casi no había nacido la oportunidad de limpiar juntos.

— Bueno, no puedo negar eso, pero es muy difícil mantener todo completamente limpio y en perfectas condiciones, por lo que no necesitas sentirte mal.

—… Bueno, en eso tienes razón.

— Moo, ya basta, es algo que le podría pasar a cualquiera incluso estando acostumbrada, a la siguiente tendré más cuidado… hay que cuidarse mientras se limpia.

— Si, tendré cuidado.

— Así se habla, no necesitas preocuparte.

Amane estaba arrepentido de haberle dejado la suciedad y terminado haciendo que se mojara al punto de exponerse, por lo que estaba siendo serio con su arrepentimiento, pero para Mahiru a pesar de que hablaba con seriedad, estaba sonriendo con amargura tranquilamente.

Mahiru dejó la taza en la mesa, y le pegó a Amane con el largo del suéter que no le quedaba, consolándolo con un “no necesitas deprimirte”. Amane es alguien alto, por lo que su ropa puesta a la pequeña Mahiru le quedaba grande, y la manga del suéter le quedaba grande, es decir, podría decirse “moe” e incluso más allá de eso, la tela le sobraba al punto de que no se le veía nada de la mano, parecía que le pegaba con esta tela sobrante, mientras parecía divertirse un poco.

— Auch.

— Eso se escuchó demasiado monótono.

— En serio, duele, duele.

No sentía nada de dolor, al contrario, esa acción era tan adorable que lo que le dolía era el corazón. Por supuesto, no había manera de que Mahiru supiera de ese dolor, solo sonreía inocentemente mientras lo regañaba. Para Amane era un problema que fuera linda con cada cosa que hiciera.

— Ya estoy bien así que puedes estar tranquila… bueno, aunque estoy arrepentido de haberte dado un cambio de ropa tan grande.

— Fui yo la que se cayó sola después de todo, al contrario, me siento mal porque me tuvieras que prestar tu ropa.

— Eso es…

— Detente, si seguimos hablando así dentro de tu cabeza seria como una plática de arrepentimiento, así que cambiemos de tema, ¿está bien?

“Mmm” Mahiru presionó la manga de la camisa contra la boca de Amane, mientras que ella sonreía inocentemente Amane dejó salir una sonrisa amarga. “Espero no recordar demasiado esto” se juró a sí mismo, y volvió a observar la apariencia de Mahiru con la ropa holgada.

— ¿Y si vas a cambiarte por ahora?

Si seguía así de seguro le sería difícil moverse, entonces su propia ropa debería de estar mejor, con esos sentimientos en mente le hizo esa sugerencia, pero sorprendentemente Mahiru movió la cabeza a los lados.

—No… Por ahora quiero estar así, un poco más.

—… Ya veo.

Mahiru lo veía escondiendo su boca con el sobrante de la camisa, era como si estuviera mordiendo algo, por algún momento le dieron unas enormes ganas de acariciar su cabeza de manera inocente.

—… Amane-kun, eres alto, me sorprendí con el tamaño de los pantalones, y eres delgado.

— Bueno, aunque tengo más carne que las mujeres.

— Estoy un poco celosa, a pesar de que lo entienda te tengo envidia.

Los hombres son más altos que las mujeres, por lo que pensaba que no había nada que hacerle con eso, pero eso es eso y esto es esto… ¿podría decirse así? Mahiru comenzó a acercar su rostro al de Amane con mucha seriedad. Estaba consiente que era delgado, por lo que mientras que no le dijeran musculoso, no podía negarlo, así que era un problema dejarla hacer lo que quisiera. Además de que quería golpearse a sí mismo por haber elegido esas ropas.

Estaba consiente al elegir una ropa un poco grande para que no se viera la parte de su pecho, ese era su objetivo, pero había fallado por completo, no podía tranquilizarse, así que eligió alguno que le gustara, pero fue un descuido habérselo entregado. Debido a que Mahiru es pequeña, la tela siguiendo el peso de la gravedad terminaba haciendo un espacio entre su cuerpo y la ropa. La parte del cuello se le resbalaba, mostrando algo de su piel.

Normalmente no estaría consciente de ello, pero estaba mostrando algo de su blanca piel cerca del cuello.

Ton ton ton.

Su corazón estaba siendo demasiado ruidoso.

(Si te quedas así te vez indefensa, haz algo)

Solo podía pensar que se veía indefensa llevando esa ropa, estaba siendo considerado para que no saliera exponiendo su cuerpo afuera, así que esa era una ropa que no mostraba nada más que su rostro y manos, podía decir que la capacidad defensiva de esa ropa era top class. Pero aun así…

Aunque sea por culpa de Amane, Mahiru no estaba en una situación en la que pudiera saber lo que pensaba, de seguro al verlo no pensaría nada, estaba indefensa en una situación de confianza. ¿Podría decirse así?

A pesar de que se suponía que lo escondería en lo profundo de sus recuerdos, terminó recordando su apariencia mojada en la que se podían ver las líneas en su ropa, y su corazón volvió a ser ruidoso.

— ¿Amane-kun?

Más que decir que lo veía con sospechas, era como si le fuera sinceramente extraño mientras lo llamaba por su nombre. Amane se puso de pie mordiendo uno de sus labios por la parte de adentro.

“Kyaa” escuchó una pequeña y linda voz a su lado, pero Amane ahora no podía voltear a verla.

—… a… N… no… Este…. ¡iré también a tomar una ducha, sudé mientras limpiaba!

Solo dejó salir eso hablando rápido como si fuera una ametralladora y salió huyendo de Mahiru. Escuchó una voz confusa, pero Amane ya había entrado a su habitación, tomó su ropa y huyó en dirección al baño. Aunque haya sido un instante, se dio vergüenza de sí mismo.

Un minuto después fue Amane quien se cayó en la ducha y Mahiru llegó corriendo.