Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 5.5

Capitulo 3: Un Buen Lugar Que Nadie Conoce

“Esta persona no muestra en la superficie sus buenas partes, por eso es difícil” esos eran los sentimientos que tenía Mahiru acerca de Amane. Para empezar, ya era malo hablando, solo con eso daba ya le estaba dando cierta impresión, pero no era tan malo como las personas que escupen palabras sin sentido hacia los demás, no tenía esa intención, ya que si le ponía atención, eran cosas normales las que solía decir.

No era como si sus facciones fueran malas, si tuviera que decir algo era algo apuesto, pero su cabello largo y el estar constantemente agachado se veía con una mirada afilada haciendo que las personas no se le acercaran mucho, Mahiru también, de no haber sido por la situación en la que se encontraba, no se hubiera percatado de su verdadera personalidad.

(Es una persona que está desperdiciando muchas cosas)

Si tuviera una buena postura sería un hombre caballeroso, pensando en eso, volteó a ver a Amane a su lado quien hacia la tarea en silencio, tenía una expresión tranquila y un poco fría, no parecía darse cuenta de la mirada de Mahiru mientras continuaba moviendo la pluma, de seguro estaba bastante concentrado al no haber tocado aun su café.

Mahiru tomó su tasa intentando hacer la menor cantidad de ruido posible, para calentarle el café de nuevo, sabía que la mayoría era del gusto de Mahiru, pero le puso azúcar para que dejara de ser tan amargo, además de una porción de leche. Mahiru era mala con el café amargo, parecía que Amane la había escuchado la ocasión anterior cando lo susurró y desde entonces, había comenzado a comprar una marca diferente de café. Al ser la casa de Mahiru la verdad es que solo debería de tener cosas que le gustaran a él, se le quedó viendo, pero sonrió cuando dijo “este café es más delicioso” sonriendo, después de eso no dijo nada y solo lo aceptó.

Era bueno con esa clase de detalles siendo considerado con ella, por lo que terminaba sin poder tranquilizar sus sentimientos. Amane tomó un poco del café y levantó la cabeza.

—… ¿Sabía mal?

— No, no es eso, estaba pensando que era delicioso.

— Ya veo, me alegra que sea de tu gusto, ¿es mejor calentándolo un poco verdad? Al verlo con esa mirada gentil y relajada, Mahiru naturalmente hizo una sonrisa.

— Bueno, cuando lo ponías antes dejabas demasiados granos que al final terminaban entrando al agua sin pasar por el filtro, era un tanto impulsivo.

— E… eso fue solo un descuido, no haría algo como eso, estoy acostumbrado después de todo.

— Fu fu, la practica hace el maestro, ¿De seguro hubo café que fue sacrificado verdad?

—… No te burles demasiado.

— No me estoy burlando.

Dijo eso mientras se reía y él dejo salir un susurro “tu rostro se está burlando” pero aunque se quejara ligeramente no era como si Mahiru se estuviera burlando realmente de él, al ver como Amane hacia una ligera mueca con los labios con su rostro infantil, Mahiru terminaba por pensar que era lindo. A la vez que veía su expresión terminó pensando que era una pena que no le mostrara esa expresión a las demás personas.

—… Mahiru, ¿Estás descansando?

— Si, ya terminé con la tarea y pensaba en tomarme un descanso.

— Nn, creo que yo también tomaré un descanso de momento, es cansado hacer la tarea.

Amane estiró los brazos para después girar un poco los hombros, su puso de pie y se dirigio a la cocina.

— Estaba pensando en comer algún refrigerio ¿quieres algo?

Amane se dio la vuelta después de observar la alacena de bocadillos, y Mahiru le respondió con un “te lo dejo a ti”. La comida en la casa de Amane básicamente era para que cualquiera de los dos pudieran comerlo, por supuesto, habían cosas que tenían el nombre de alguno de los dos escritos arriba para que no se lo comiera el otro, pero fuera de eso, todo era compartido, se había escuchado que podrían ocurrir problemas de eso, pero los dos no eran tan apegados por lo que era tranquilo.

Se había preparado una caja en la que ponían los dulces y golosinas, pero eran cosas como si le dijera al otro que quería que las probara, tal vez recomendaciones, por lo que no había problemas con que desaparecieran.

Amane siempre metía en esa casa objetos nuevos, dulces y salados que parecía que Mahiru no había probado antes, mientras que Mahiru parecía poner muchas cosas dulces, era un problema de gustos, de vez en cuando Mahiru también comía cosas saladas.

Pero, últimamente para que Amane pudiera comprarle los panecillos que parecían gustarle a Mahiru, tenía que estar revisando lo referente a sus gustos, después de todo comprar algo como un menú completo comenzaría a afectar a su cartera. Mahiru también parecía haber comenzado a comprender los gustos de Amane, en esta ocasión, Amane dejó algunos panecillos que parecía que le fueran a gustar a Mahiru sobre un plato llevándolos consigo.

— Tomé cualquiera ¿está bien?

— Solo el que fueras a traerlo es de agradecer, pude haber ido yo, tengo tiempo libre después de todo.

— Yo era el más cercano a la cocina, además fui yo el de la sugerencia, no te preocupes.

Mahiru se sentó tras sonreír, y Mahiru quien parecía estar por levantarse también se sentó, tomó una bolsa de galletas cual si estuviera siendo consentida por Amane, abriéndolas. Casi no había comido muchas de esas, pero estaba agradecida de que Amane lo hubiera comprado comprendiendo sus gustos.

Después de morder una orilla con su pequeña boca procurando no dejar caer nada, un aroma a mantequilla se expandió por su boca y nariz, pero aun diciendo eso no era molesto, al contrario, era cómodo para comer.

“Es cierto que Amane-kun es bueno para corroborar la apariencia y sabor de la comida” mientras pensaba en eso con la galleta en la boca, Amane por algún motivo volteó a verla con una sonrisa, no era como si la estuviera tomando por tonta, pero por algún motivo le llamó la atención esa cálida mirada.

—… ¿Qué pasa?

Cuando terminó de pasarse lo que tenía en la boca le preguntó eso, y Amane “no, ¿Cómo decirlo?” cual si le fuera difícil de responder.

— ¿Hay algo extraño en mí cara?

— N, no es eso pero… pensaba que… eras linda como un pequeño animalito.

—… ¿Se supone que eso es un alago?

— Eso intentaba.

¿Sería la impresión que tenía al verla comer? Para Mahiru era vergonzoso y algo para alegrarse, pero no pudo regresarle la mirada directamente a Amane, y se volteó a otra parte.

(… De vez en cuando es malo para mi corazón)

Básicamente Amane era una persona que no mentía, ciertamente habían varias ocasiones donde escondía cosas o intentaba disimular, pero no diría una mentira que hiriera a las personas, a pesar de que en la superficie pareciera no ser honesto, era una persona bastante honesta, y hasta ahora comenzó a sentirse avergonzado moviendo la mirada a todas partes.

El mismo Amane lo dijo, parece que debió haber sido por la educación de su padre Shûto, pero era del tipo de personas que decía lo que pensaba, en cierto sentido era malo para ella, le daba vueltas a los detalles, y no solo en esta ocasión, decía y hacia cosas que eran malas para su corazón.

Últimamente cuando sabía que llegaría tarde a casa, se tomaba la molestia de salir a recibirla, en ese entonces se arreglaba el cabello ligeramente pero a un nivel procurando que no se diera cuenta, pero aun así se percataba de ello, cuando caminaba a su lado, Amane avanzaba al ritmo de Mahiru, además de que se movía del lado de la calle cual si fuera lo más normal, cuando tenía algo para cargar lo llevaba él, y de inmediato se daba cuenta cuando se sentía mal siendo considerado.

Era sensible con cada cambio, y cada vez que cambiaba su peinado o ropa la alagaba, después de eso, el tiempo que Mahiru pasaba con él comenzó a aumentar, las cosas que solía usar mucho Mahiru las bajaba de su posición original para que ella pudiera alcanzarlos sin problemas, los que no podía bajarlas, ponía una ligera base para que pudiera subirse. Estaba agradecida por lo considerado que estaba siendo Amane para facilitarle todas las cosas, pero sentía que daba más miedo esa consideración que hacía de manera natural sin hablar de ello.

Al principio era alguien de quien no podía confiar, mal hablado, una persona floja cualquiera, o eso pensaba, pero ahora que lo pensaba, terminaba preguntándose si en verdad sería una persona ideal.

Así es, Amane era su vecino, más que un amigo, mas…

Cuando estaba pensando en eso, le dio la sensación de que no debería continuar, y comenzó a mover la cabeza desesperadamente.

— ¿Qué sucede?

Amane pareció sorprenderse de que Mahiru de pronto moviera la cabeza a los lados, y le habló preocupado, sonrió liegamente como si estuviera intentando esconder su afectado corazón.

—…. Amane-kun ¿por qué no serás popular?

— Me da la sensación de que de pronto me estás buscando pelea.

Ahora la que no dijo suficientes palabras fue Mahiru, de seguro se escuchaba como si lo estuviera tomando por tonto al no saber lo que estaba pensando.

— Lo siento, no lo dije con esa intención, simplemente pensaba que era extraño que no hubieran personas que se te acercaran cuando eres una buena persona.

— Me da la sensación que no sería popular aunque me dijeras eso, bueno, para empezar creo que el primer problema es que no suelo relacionarme con otras chicas.

Amane si acaso se relacionaba con Chitose en la escuela, más que ser alguien Cool daba una sensación un tanto sombría, por lo que entendía que hubiera cosas que nadie sabría de él.

— Para empezar, no pienso en querer ser popular.

— ¿En serio?

— Desconozco a los otros hombres, pero no es como si yo deseara tener novia…

si alguien apareciera creo que con esto estaría bien, por lo que creo que no importa que no sea popular.

Lo dijo como si le fuera difícil decir, cual si estuviera intentando esconder su vergüenza, y Mahiru sintió como su pecho se calentaba ligeramente, haciendo una sonrisa.

—… Amane-kun.

— ¿Qué pasa? ¿Estás diciendo que estoy soñando?

— No, solo pensaba que eres una persona esplendida.

—… Me da la sensación de que me estás tomando por tonto.

— Moo, ¿Por qué dices eso?

En verdad no entendía el por qué, pero parecía que Amane lo había tomado de manera extraña, volteó a otro lado después de encogerse de hombros. A Amane le dio la sensación de que sus labios se movieron, pero a pesar de que después le preguntó que había dicho, no le respondió.