Another (NL)

Volumen S/0

Capitulo 8: Boceto 8

Parte 2

…No puedo ver nada.

Dentro de una oscuridad tan absoluta como la que implica la palabra, me sentí en confusión. Una confusión aterradora.

No puedo ver nada, pero siento.

Siento todo tipo de cosas. Todo tipo de cosas de algún modo extrañas…

Ah, ¿Es esto…? En medio de mi confusión, apenas logré formular la pregunta. ¿Dónde está esto?

¿Qué es esta negrura?

Una extraña densidad, totalmente distinta a la oquedad de la oscuridad que sigue a la muerte. Una extraña opresión. Un extraño pinchazo y la incomodidad que lo acompaña. Una extraña…

…Sentimientos verdaderamente horribles de alguna manera indescriptible. Un sonido verdaderamente horrible.

Un olor realmente horrible.

Verdaderamente horrible… hasta el punto de que cuando empecé a notarlo, se hizo casi imposible de soportar. Verdaderamente horrible, como nada que hubiera experimentado antes…

Mi confusión continuó. Mi terrible confusión continuó. Pero-

De alguna manera, incluso en medio de esto, me mantuve en el límite de la resistencia y una vez más me pregunté:

… ¿Esto es…?

***

Este lugar... Ah, sé dónde estoy. Creo que lo sé.

Despacio, despacio, me metí la respuesta.

He muerto y me he convertido en un fantasma… y he estado buscando mi cadáver, que había desaparecido. Finalmente me di cuenta de dónde se encontraba mi cadáver. Una vez que lo supe, no había razón para creer que no podía ir a estar con él, como su dueño. Aunque esté en una habitación sellada y sin entrada… Por eso.

Por eso estaba aquí; era un resultado natural.

En la oscuridad de la tercera habitación sellada del sótano.

***

…Una luz.

Una luz ardía en la oscuridad total.

La luz de una bombilla que cuelga del techo. Una luz débil que parpadea inestablemente.

Miré con cautela a mi alrededor.

No había suficiente luz para poder ver todos los rincones, pero este lugar era exactamente lo que había pensado: parecía seguro que estaba en una habitación sellada en el sótano.

Paredes sucias. Suelo y techo sucios. Todo tipo de trastos desperdigados.

Claramente el aspecto de una habitación abandonada a la ruina…

…

…

…Un sonido.

Zzzzz…Zzzzzzt…

Un sonido agudo, como si algo estuviera volando.

Shff…Shffffshff…Shffshff.

Un sonido indistinto, como si algo se moviera apresuradamente.

La cosa que vuela alrededor… ¿Podrían ser moscas? ¿El batir de las alas de las moscas?

Cuando miré en la dirección de la que procedía el sonido del rápido movimiento, vi varias sombras diminutas que huían en la oscuridad. Las sombras negras y nauseabundas de los insectos.

…El parpadeo inestable de la bombilla.

Mientras parpadeaba, yo también cerré los ojos, como si pudiera escapar de lo que acababa de ver y oír.

***

…Un olor.

Algo olía realmente mal.

Conozco algo que huele así. Pero era la primera vez que olía una peste, un hedor fétido tan intenso, hasta el punto de provocarme arcadas.

Cuando cerré los ojos, me pareció cien veces peor. Este hedor casi insoportable.

Esto debe ser… No. Incluso eso no sería tan…

***

Sin poder soportarlo, abrí los ojos y.… justo entonces.

Noté la presencia de algún tipo de aparato grande y viejo.

Probablemente era una gran y vieja… caldera o estufa de algún tipo.

Shff… Shffshshff de nuevo.

Volví a escuchar débilmente el horrible sonido.

Vi un enjambre de bichos negros revoloteando bajo la caldera o estufa o lo que fuera. Inconscientemente, mi garganta se apretó con un “¡hurk!”.

La bombilla parpadeó. Mis ojos se cerraron de nuevo.

***

…Dolor.

Me duele todo.

¿Cómo podía herirse un fantasma? ¿Este dolor fantasmal surgía de una reliquia de la carne?

No era un dolor agudo, sino un dolor desagradable y palpitante que se introdujo en mi mente y, una vez que lo noté, no pude bloquearlo.

Abrí los ojos, y mi mano izquierda se abrió para revelar una pequeña roca que había estado sosteniendo por alguna razón. ¿Cuándo la había cogido? Una piedra completamente negra… ¿Era un trozo de carbón o algo así?

Zzzzz…Zzzzzzt…

El sonido agudo de las alas vuelve a llenar mi mente.

Zzzzz…Zzzzzzt…

Realmente había moscas dando vueltas dentro de la habitación. Y no sólo una, varias. Muchas. Tal vez docenas…

Me sentí asqueado, irritado, y les lancé a ciegas la piedra que tenía en la mano izquierda. El sonido no se detuvo, sino que…

¡Spluch!

Había un sonido diferente. En algún lugar más profundo del interior.

Algo colocado en lo más profundo de la habitación (... ¿Qué podría ser?) la piedra que había lanzado golpeó de lleno.

***

La bombilla parpadeaba. Tenía la sensación de que cada vez que se encendía y se apagaba, el tiempo que permanecía apagada se alargaba…

Cerré los ojos con fuerza y los volví a abrir.

En la penumbra de un rincón sombrío de la habitación, vi la silueta de una cama o un sofá o algún mueble similar. Así que ahí es donde la piedra había golpeado.

Me acerqué a él con cautela.

Tenía respaldo y reposabrazos, así que supongo que era un sofá. Una gran tela cubría todo el conjunto… Ah, hay un bulto. Sí, un bulto del tamaño de una persona tumbada debajo.

…Así que eso es todo.

Así que la cosa que yacía allí era mi cadáver.

***

Una vez más, cerré los ojos con firmeza y luego los abrí.

Cuando lo hice, vi una pequeña mesa rectangular junto al sofá. Me acerqué con cautela y me di cuenta de que había dos objetos sobre la mesa.

Uno era… ¿Era una cámara?

Era la cámara réflex de un solo objetivo que Yo/Teruya Sakaki había apreciado tanto en vida. Uno de los objetos perdidos por los que Mei Misaki se había preguntado ayer.

El otro era también uno de los objetos perdidos. La agenda diaria que había desaparecido del cajón de mi escritorio en la biblioteca-Memorias 1998.

¿Aquí es donde había estado?

Cogí la agenda y hojeé las páginas. Comprobé si había algo escrito en alguna parte sobre el 3 de mayo, ese día de hace tres meses.

Lo encontré casi de inmediato. El 3 de mayo, el mismo día.

La siguiente frase, con una mano frenética y descuidada:

Hace mucho tiempo que esto es necesario, pero ahora puedo estar conectado con todo el mundo. No deseo nada más que esto.

***

Me paré ante el sofá envuelto en tela.

Ese mismo sonido horrible. Ese mismo olor horrible. El mismo dolor en todo el cuerpo. Dolor, palpitaciones. Náuseas y una sensación de asfixia a la que se sumaba el mareo… No podía dejar de temblar. Temblor en mi cuerpo. Temblor en mi corazón.

Pero…

Mientras la bombilla se apagaba, volví a cerrar los ojos con fuerza y luego los abrí. Entonces me dije a mí mismo:

…Está aquí.

Está aquí, bajo esta tela.

El cuerpo que había estado buscando. Mi cuerpo.

***

Extendí una mano temblorosa hacia la tela que cubría el sofá.

Mis ojos registraron las profundas manchas negras en toda la tela, de

sangre o de otra cosa. No, no había duda. Bajo esta tela estaba mi…

Con dedos temblorosos, agarré el borde de la tela. Traté de arrojarla

hacia atrás de una vez, con valentía. Pero mis fuerzas me fallaron…

Flmp. La tela se deslizó hasta el suelo.

Blrp. Hubo un ruido desagradable.

Un hedor abrumador asaltó mi nariz y, sin poder soportarlo, aparté las manos de la tela y las apreté sobre mi boca… y lo vi.

Un cadáver. Mi cadáver.

Mi cáscara sin vida, trágicamente alterada.

***

La forma humana se había conservado, pero era una cosa horrible y nauseabunda que ya no podía llamarse -que no deseaba llamar-humana.

Piel podrida.

Carne podrida. Órganos podridos…

Los botones se habían caído de la camisa que llevaba, dejando al descubierto el pecho. La ropa interior estaba llena de agujeros e incluso rasgada en algunas partes. Como si hubieran sido arrasadas por insectos… Pero no, eso era lo que había ocurrido realmente. Habían sido literalmente devorados por insectos o algo por el estilo. Y filtrándose, desbordándose por debajo de la ropa interior…

Piel podrida. Carne podrida. Órganos podridos.

También pude distinguir los jirones que quedaban de ellos, aferrados a los huesos expuestos.

El extraño olor que llenaba el aire había sido, efectivamente, el hedor de la podredumbre procedente del cadáver. Comprendí que los cadáveres se pudren, pero los seres humanos son diferentes de cosas como los peces y los pájaros. Había pensado que tardaría más tiempo. Que el cadáver de un adulto grande pudiera haberse convertido en esto, después de estar en este lugar apenas tres meses como máximo…

La cara era la misma.

Más de la mitad se había desprendido del cráneo. No quedaba casi nada de la frente, la nariz o la carne de los labios. Los globos oculares ya habían desaparecido, dejando sólo las cuencas oculares de color negro rojizo… Y algo se movía en su interior.

Retorciéndose y arrastrándose, retorciéndose, entrelazándose el uno con el otro… Ahogué un gemido. “Urk-”

…Eran gusanos.

Tantos gusanos, saliendo de las cuencas de los ojos… Ugh.

No sólo estaban en las cuencas de los ojos. Salían de la nariz, de la boca y del interior de la pequeña porción de carne que quedaba en las mejillas.

La luz parpadeó.

Zzzzz…Zzzzzzt…

El agudo gemido de las alas de las moscas llenó la habitación.

Zzzzz…Zzzzzzt…

La luz parpadeó rápidamente.

“¡Guau!”

Gritando, sacudí la cabeza sin sentido. Agitando las manos al azar, traté

de alejarme de la escena. Pero justo entonces…

Mis pies patinaron sobre el suelo y perdí el equilibrio.

Justo antes de que ocurriera, tuve la sensación de que algo era aplastado bajo mi pie, que presumiblemente eran los bichos que se arrastraban por el suelo. Mi pie había resbalado sobre sus cadáveres aplastados y sus fluidos corporales.

Peor aún, acabé cayendo hacia delante. Incapaz de agarrarme, me retorcí y caí sobre el sofá. Directamente hacia el cadáver que había allí.

Piel podrida. Carne podrida. Órganos podridos.

Todos reducidos a jirones, llegaron hasta la punta de mi nariz, ahogándome con un hedor abrumador.

Lancé mis manos hacia delante, que aterrizaron cerca de la caja torácica del cuerpo. Hubo un shlurp y una sensación nauseabunda. La fuerza había desgarrado la ropa interior de malla, y los gusanos y otras alimañas que habían asolado la carne podrida salieron en tropel…

arrastrándose hacia mí. Por mis manos. Por mis brazos. Por mis hombros.

“¡Aagggh!”. Grité, agitando desesperadamente todo mi cuerpo, tratando de quitármelos de encima. La carne podrida que se había pegado a mis manos. El hedor a putrefacción que me envolvía. El retorcimiento de los asquerosos insectos.

“…No”.

Después de mi ataque de gritos, la voz se me escapó, derrotada, en un débil susurro.

“…Esto está mal. Esto… no es esto”.

La luz parpadeó lentamente… Y entonces.

Sin un sonido, terminó en la oscuridad. La bombilla se había fundido.

“No…”.

Una vez más dentro de la oscuridad total en la que había entrado por primera vez, volví a sacudir la cabeza sin sentido. Volví a agitar las manos al azar.

“No. Esto está mal. Esto…”.

La voz se me arrancó, quebrándose, de mi cuerpo. Y lancé otro grito prolongado.

“… ¡Ayúdenme!”.

***

“Ayúdenme”, “ayúdenme”… Creo que seguí gritando eso, una y otra vez, durante bastante tiempo.

¿Quién esperaba que me salvara? ¿Cómo? ¿Qué podría hacer alguien por mí? Ni siquiera yo lo sabía.

Agotado por los gritos, al final me hundí en el suelo. Me abracé las rodillas y me quedé así, de lado, hecho un ovillo.

“…No”, jadeé, luchando contra la sensación de asfixia, las náuseas. “Esto no… esto no…”

Mi propio cuerpo al que le había perdido la pista después de morir. Mi propio cuerpo que había sido escondido.

Si sólo pudiera encontrarlo, había pensado.

Verlo con mis propios ojos, tocarlo con mis propias manos… Si tan sólo pudiera confirmar “mi propia muerte” de esa manera y llegar a aceptarla. Si tan sólo pudiera hacer eso.

Había pensado que, entonces, seguro que me liberaría de esta situación antinatural e inestable. Tomaría la forma propia de la muerte y así conectaría con todos los demás…

Sin embargo…

Tal vez todo había sido un error mío de ignorancia. Tal vez me había equivocado en algún aspecto fundamental.

¿Seguiría yo aquí, en esta oscuridad, con este horrible cadáver? Incluso cuando el cadáver se hubiera podrido por completo, con su esqueleto al descubierto, y hasta los huesos se hubieran desmenuzado finalmente hasta la nada, yo estaría aquí, así… Nunca iría al cielo o al infierno, nunca pasaría a la nada, ni me fundiría en un mar para conectarme con todo el mundo, en cambio estaría así, por toda la eternidad…

…Pensé que estaba perdiendo la cabeza. No, tal vez ya lo había hecho. Yo…

Mientras permanecía acurrucado en un ovillo en la oscuridad, surgían ante mí visiones imposibles que se iban apagando una tras otra.

Este lugar, entre todos los lugares, podría ser el infierno. Sí, por supuesto.

Podría serlo.

Aquella noche de hace tres meses, después de haber escrito aquella nota de suicidio en mi agenda, había intentado quitarme la vida. Al final, mi muerte se había transmutado en una caída hacia la muerte tras un forcejeo con Tsukiho, pero eso no cambiaba el hecho de que mi intención original había sido el “suicidio”.

El suicidio era un pecado mortal, como se predicaba en el cristianismo, por ejemplo.

Los suicidas se van al infierno.

Y así había ido. Aquí. Al infierno.

(…Olvídalo)

De repente, la voz de alguien se elevó en algún lugar de mi mente, y me confundí tanto que pensé que mi cerebro se rompería. Sin saber lo que estaba pasando, incapaz de tomar la más mínima acción…

(Todo… lo que ha pasado esta noche)

¿Quién… era este?

(…Necesitas olvidarlo)

¿Con quién… estaban hablando? ¿Quién…?

“…Suficiente”.

Mi propia voz se deslizó débilmente, sin que yo lo quisiera.

“No quiero hacerlo. Por favor… ayúdame”.

Mi débil voz, apenas audible de un momento a otro… estaba llorando.

“Que alguien… me ayude”.

¡Boom!

Fue entonces cuando un sonido repentino y trascendental sacudió la oscuridad.

***

¡Boom!

El ruido continuó y, por reflejo, me tapé los oídos.

El anterior delirio de que esto es el infierno… seguía vivo en mi mente.

¡Boom!

Que una cosa quimérica y aterradora venía hacia aquí. Una aterradora bestia maligna que habita en el infierno y que viene a infligirme aún más dolor…

¡Boom!… ¡Kroooom!

El sonido venía de detrás de mí.

Encerrado en la oscuridad, no podía ver nada, pero creo que venía de detrás de mí, de la pared de la habitación.

¡Boom!

Me desenrosqué y me levanté sobre las manos y las rodillas, girando para mirar en la dirección de la que procedía el sonido. Me encontré retrocediendo ligeramente, pero no pude mantener mi energía y me senté en el suelo, abrazando mis rodillas contra mi pecho.

¡Boom!… ¡K-krooom!

Sonaba como si la pared fuera golpeada desde el otro lado. ¿Era la bestia infernal? ¿O podría ser…? No-

No podía… Antes de que mis pensamientos tomaran más forma que eso-¡B-boooom!

Casi simultáneamente a un estruendo increíblemente violento, llegó un nuevo sonido, ¡crack! ¿Qué podría ser eso? Como el de una madera partiéndose…

¡Crack!

El mismo sonido llegó de nuevo. Y entonces…

…Una luz.

Un único rayo de luz que atraviesa la oscuridad.