Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Volumen 3

Capitulo 39: ¡Mia La Provocadora!

Con la lista del consejo estudiantil finalizada, Mia marchó con entusiasmo hacia el cuarto de Sapphias y golpeó su puerta.

“¿Sapphias? ¿Estás ahí?”

Ella era de ojos brillantes y confiada. La figura que surgió de detrás de la puerta era todo lo contrario.

“O-Oh, uh, Su Alteza…” dijo Sapphias con el tono y la apariencia de un hombre que había tocado fondo, y luego cayó un par de pies más allá. “Lo siento mucho. Mi habitación está un poco desordenada. Pero, um, si pudiera darme unos minutos, lo limpiaré de inmediato y, uh —”

Mia silenciosa a su ansioso tartamudeo con un solemne movimiento de cabeza.

“Eso no será necesario. La puerta será suficiente, porque estoy aquí para informarte, Sapphias, que te he nombrado al consejo estudiantil como asistente de la secretaria.”

“…¿Eh? Yo… ¿Qué?”

Ella hizo caso omiso de la mirada de completa incomprensión en su rostro y continuó.

“La Srta. Rafina y el Príncipe Sion serán los vicepresidentes. El príncipe Abel será el asistente del presidente. Mis queridas amigas Chloe y Tiona servirán como tesorera y secretaria respectivamente.”

Asumiendo que era cómplice de las Serpientes del Caos, sin duda estaría al tanto de lo que pasó en Remno. No era un secreto que Sion y Abel estaban unidos contra las Serpientes del Caos, mientras que Rafina era un enemigo de todos los cultos heréticos en general. También estaba Chloe, que era amiga íntima de Mia. En cuanto a Tiona… bueno, ella fue a Remno con ellos, así que al menos aumentó el número de cabezas. Lo que Mia implicaba, en esencia, ¡Era que te he rodeado con miembros de la coalición anti-Serpiente del Caos, y todos ellos te están vigilando de cerca, así que mejor pisa con cuidado, bastardo escurridizo! El hecho de que el puesto de Sapphias lo hiciera asistente de Tiona, una noble foránea, fue la guinda del pastel. Una pequeña guinda, pero una guinda de todos modos.

Con su exposición terminada, procedió a convertirse en Mia la provocadora. ¡En pocas palabras, empezó a burlarse de él!

“Espero que esta cita sea particularmente difícil para usted, así que, si decide negarse, no se lo reprocharé. Dicho esto, creo que esta es una gran oportunidad…”

Ella le sonrió con triunfante petulancia, como si acabara de derrotarlo en una pelea. Cuando Mia se mofó, ¡lo hizo todo!

Si Sapphias era una Serpiente del Caos, el consejo estudiantil sería territorio enemigo. Estaría rodeado por todos lados y en constante peligro. Sin embargo, también significaba que estaría en el corazón de las fuerzas enemigas, literalmente sentado en su cuartel general. Como dice el refrán, no puedes tener al cachorro de león sin entrar en la guarida del león. En un gran peligro se encuentra una gran oportunidad.

Mmhmhm. Es difícil dejar pasar una oportunidad como esta, ¿no? Aunque es una lástima para ti. Una vez que te unes al consejo estudiantil, eso será todo para ti. ¡Te vigilaremos tan cuidadosamente que no te atreverás a hacer nada furtivo!

Sintiéndose bastante orgullosa de su supuestamente estimulante trabajo, sopló un aliento satisfecho y se fue sin decir una palabra más.

“Yo… no puedo creer… lo que acaba de suceder…” susurró Sapphias mientras miraba a Mia irse. Sus piernas le fallaron y se desplomó en el suelo. “Ni en un millón de años… hubiera pensado que este podría ser el resultado…”

Desde que fue convocado por Rafina, Sapphias estaba encerrado en su habitación. Sus amenazas heladas lo habían traumatizado profundamente, dejándolo con un miedo debilitante de salir al exterior. Además, la carta de su prometida pesaba mucho en su corazón. Cuando se enteró — prematuramente — de que estaría en el consejo estudiantil, le envió rápidamente sus sinceras bendiciones y aliento.

Querido Lord Sapphias, mi futuro esposo,

Estoy encantado de oír que la princesa Mia te valora tanto. No siento nada más que una gratitud infinita hacia Su Alteza, que percibió y apreció tu talento y potencial. Es mi honesto deseo que cumplas este nuevo e importante deber apoyando a Su Alteza con gracia y competencia.

Después de recibir una carta como esa, no había forma de que le dijera que no había entrado; eso sería demasiado patético. Al mismo tiempo, no podía ocultarle la verdad para siempre. Atrapado entre una roca y un lugar duro, languideció en su habitación solo, sintiendo que su voluntad de vivir se le agotaba lentamente. Entonces, justo cuando estaba a punto de sucumbir por completo a su desánimo, Mia apareció con su milagroso anuncio.

“De todas formas, debería… ¡Oh, claro! ¡Una carta! ¡Necesito escribir una carta a mi querida novia!”

Rápidamente se sentó en su escritorio y tomó su bolígrafo. Sin embargo, cuando la puso en el papel, su mano se congeló.

“Percibió y apreció mi talento y potencial, eh…”

Sapphias sabía que eso no era cierto. La semana pasada le había hecho dolorosamente consciente de su propia inconsecuencia. No era un genio; era sólo un títere insignificante que no tenía lugar en el gran escenario.

“Pero aún así… Incluso para alguien como yo… estaba dispuesta a darme una oportunidad.”

Había escuchado su mensaje alto y claro. Rafina estaría allí. Tiona, a quien había mirado con desprecio, también estaría allí. Ella dijo que esperaba que este fuera un ambiente particularmente desafiante para él, pero también que creía que era una oportunidad.

“¿Tiene grandes expectativas para mí? No, probablemente no… Pero seguramente, ella todavía tiene alguna esperanza en mí, por pequeña que sea… Sí, no se ha dado por vencida conmigo completamente, o no se habría molestado en hablar conmigo en primer lugar.”

Tendría un puesto en el consejo estudiantil, pero sabría que no se lo ha ganado él mismo. Mia se lo dio. Fue un acto de bondad — una de bondad que él no merecía.

“Este nuevo e importante deber de apoyar a Su Alteza… con gracia… y competencia…”

Siempre había pensado que tales expresiones eran poco más que palabrería — formalidades floridas sin sustancia. Pero ahora… sentía algo detrás de las palabras. Algo con peso.

“Su Alteza preservó mi honor. Me dio otra oportunidad. Por eso, tengo una deuda de gratitud con ella. Si no la pago… Para estar a la altura de sus expectativas… entonces sin duda seguiré siendo un perdedor por el resto de mi vida…”

Cuando finalmente levantó la vista de la hoja, sus ojos hundidos habían ganado un débil destello de resolución.

El Clair de Lune era una fiesta de té organizada periódicamente por los Etoilers que convocaban a sus hijos. La asistencia era a menudo imperfecta, pero hoy en día uno de los frecuentes ausentes estaba presente.

“Vaya, vaya, no todos los días te presentas”, dijo Esmeralda con una mirada curiosa. “Apenas puedo recordar la última vez que te vi aquí, Ruby.”

“Sí, ha pasado mucho tiempo, ¿no es así, oh Lady de Greenmoon?” respondió el esporádico asistente con una sonrisa atrevida y una risa alegre.

La hija del Duque de Redmoon, Ruby Etoile Redmoon, mantuvo su flamante pelo rojo bien recortado a la altura de los hombros. Sus rasgos eran afilados y bien formados, exudando un carisma intrépido que mezclaba la belleza masculina con la femenina. Junto con su disposición galante, a menudo se encontró recibiendo miradas de ensueño de sus compañeras de clase.

Ella escudriñó la habitación, con su mirada fría y nítida, antes de levantar una ceja.

“¿Hm? ¿Sólo tú estás aquí hoy? ¿Dónde está el joven descendiente de Bluemoon?”

La pregunta hizo que Esmeralda dijera “¡Hmph!.”

“Ocupado con el trabajo del consejo estudiantil, aparentemente.”

“Ah, es cierto. El consejo se reunió y él tuvo que responder al llamado del deber. ¿Y qué hay de Lady Yellowmoon entonces? Empezó la escuela este año en Saint-Noel, ¿no?”

“¿Yellowmoon? ¿Te refieres a esos inútiles que sólo se aferraron a su prestigio por pura suerte? Por favor, todos sabemos que los Yellowmoon son los más viejos y débiles de todos. No podría importarme menos si ella aparece o no.”

“Claro, pero es mejor que tener una fiesta de té de una sola mujer, ¿no?” bromeó Ruby mientras se sentaba frente a Esmeralda. “Bueno, también podría tomar una taza para mí ya que estoy aquí.”

“¿Oh? Hoy está lleno de sorpresas, ¿no? Estaba segura de que ibas a saludar e irte.”

“Eh, mi padre se enfadará conmigo si me salto muchas de estas.” Ruby se encogió de hombros impotente. “Tengo que decir, sin embargo, que no vi eso venir de Su Alteza. Desde anunciar que se postula para presidente del consejo estudiantil hasta hacer que la Srta. Rafina se retire de la carrera en el último minuto, toda la secuencia de eventos fue una caída de mandíbula tras otra. Me pregunto qué le pasa.”

Tomó un sorbo de la taza que se había puesto delante de ella y dejó escapar un suspiro de placer.

“¿Perujin negro, supongo? Esos Perujins seguro que saben cómo hacer un té de calidad. Supongo que ser descendiente de siervos tiene sus ventajas.”

“Hmph, ¿a quién le importa dónde se produce?” dijo una Esmeralda cada vez más petulante. “Todo lo que importa es que lo que se me entrega es siempre de la mejor calidad. No importa de dónde venga.”

“¿Hm? ¿Soy sólo yo o estás de mal humor? ¿Qué? ¿Mia, al convertirse en presidenta del consejo estudiantil, te ha molestado?”

“No, no me ha molestado de ninguna manera. No me importa.” Hizo una pausa por un segundo antes de añadir, “Dicho esto, creo que tiene un juicio terrible.”

“¿Juicio terrible? ¿Cómo es eso?”

“Bueno, ¿cómo puede alguien con buen juicio elegir a un imbécil incompetente como Sapphias en vez de a mí? Y no sólo él, sino también un patán de campo como Tiona Rudolvon. Es imperdonable. Ugh, no puedo ni siquiera… Esto es tan terriblemente perturbador.”

Sus manos temblaban de rabia, enviando pequeñas ondas a través de la superficie de su té.

“Oye, un consejo honesto para ti. No causes muchos problemas, ¿vale? No es que vayas a detenerte si lo intentas, pero sí.”

“¿Oh? ¿No me detendrás si lo intento?”

“No. Yo, por mi parte, no aprecio que un caballero al que le he echado el ojo se me escape de las manos.” Le sonrió a Esmeralda, aunque no había humor en la expresión. “El punto es que no eres la única que tiene una queja con la princesa.”

Y así, las jóvenes sucesoras de los Cuatro Duques, cada una con sus propios motivos y cálculos, comenzaron a poner en marcha sus respectivos planes.