Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

La elección del consejo estudiantil fue un evento a gran escala que tuvo lugar durante veinte días. Debido a la perpetua ausencia de cualquier candidato en la carrera aparte de Rafina, una versión abreviada que terminó en cinco días se había convertido en la norma, pero esta vez, las cosas eran diferentes. Con la aparición de un retador temerario en la forma de Mia, el evento volvió a su formato y duración original.

El comienzo de la elección estuvo marcado por una Misa de Apertura en la catedral, que también permitió a los candidatos presentarse. Con todo el cuerpo estudiantil reunido en la catedral, la Misa de Apertura fue una ceremonia extremadamente formal que observó los más altos estándares de ritual y costumbre, y se esperaba que los candidatos, como centro de atención, se presentaran de una manera adecuada para la ocasión. Por consiguiente, la ropa involucrada era de una marca fundamentalmente diferente a la habitual. Se requería que los candidatos se vistieran con ropas sagradas, cuyo diseño casto funcionaba como un gesto de respeto por el servicio sagrado. La primera pieza del conjunto era un fino velo hecho de un material blanco puro, que debía llevarse sobre la cabeza. De acuerdo con el tema de la castidad, el cabello debía mantenerse suelto. No se permitían adornos — ni siquiera simples horquillas — Luego vino el vestido, que era una larga túnica blanca que colgaba de los hombros hasta los tobillos. Un cinturón igualmente blanco se ajustaba alrededor de la cintura, un pequeño delfín bordado a lo largo de su longitud servía como única fuente de variedad estética.

Vestidos con un atuendo sencillo y con todas las formas de ostentación estrictamente prohibidas, los candidatos se sentaban directamente frente al sacerdote que presidía la ceremonia, donde se enfrentaban a todos los estudiantes de la escuela. Habiendo nacido princesa, Mia estaba acostumbrada a sentir las miradas de las multitudes sobre ella, y estaba bastante segura — tal vez demasiado segura — de su propio buen aspecto. Pero incluso una veterana experimentada como ella no podía evitar sentirse intimidada por el aire austero de la ceremonia y el tratamiento estoico de sus candidatos. Lo que empeoró las cosas, por supuesto, fue la presencia de la otra candidata a su lado que, en cualquier otra ocasión, sería la única persona a la que la gente prestaría atención.

“Qué extraño. Siento como si hubiera pasado mucho tiempo desde que hablamos, Mia.”
Rafina le sonrió suavemente desde el asiento contiguo.

“Qué extraño. O-Ojojojo. Supongo que ambas hemos estado ocupadas…”

Ella respondió de la misma manera, excepto que su sonrisa era más nerviosa que amable. El día que trajo a Bel a verla fue, de hecho, la última vez que se vieron. Ella había estado evitando a Rafina como la peste desde entonces. No tenía ni idea de cómo se desarrollaría una conversación entre ellas, y la idea de averiguarlo la aterrorizaba hasta el punto de pasar corriendo por las esquinas y esquivar detrás de los arbustos a diario. Concedido, si Rafina pedía verla, estaba preparada para cumplir — ignorar una petición directa sería ir demasiado lejos — pero por lo demás, prefería evitar cualquier interacción por completo.

Sin embargo, por mucho que lo intentara, no podía escapar de la inevitable llegada de este día, y ya podía sentir el comienzo de un sudor frío al pensar que tendría que seguir sentada aquí junto a Rafina durante la siguiente hora.

“Debo decir, Mia, que no esperaba que te unieras a mí en este altar. Esperaba que vinieras a trabajar para mí en el consejo estudiantil. Quería que fueras la próxima presidenta, ¿sabes? Así que pensé que sería una oportunidad perfecta para que aprendieras el funcionamiento del consejo. De esa manera, podría haberte ayudado a lo largo…” dijo mientras miraba su regazo.

“Señorita Rafina…”

Mia sintió una punzada de culpa ante esa mirada triste y abatida, pero la expresión de Rafina rápidamente volvió a ser una sonrisa.

“Pero esto es muy emocionante para mí también. Después de todo, el hecho de que no quieras trabajar conmigo significa que tienes otras ambiciones para el consejo, ¿verdad?”

“…¿Las tengo?”

“Si crees que puedes liderar un consejo que supera al mío, entonces ciertamente doy la bienvenida al intento. En última instancia, sería para el beneficio de todos. ¿No es así, Mia?”

Y fue entonces cuando Mia se dio cuenta… de que la sonrisa en la cara de Rafina sólo llegaba a la mitad; el humor de sus labios no era compartido por su mirada.

¡Eeeeek! ¡Rafina! ¡Está enojada conmigo! ¡Está muy, muy enojada conmigo!

Cada fibra de ella temblaba de terror.

“Estoy deseando escuchar tu discurso, Mia. Me pregunto qué promesas de campaña piensas hacer.”

Mia sintió que la sangre le drenaba de su cara como si se encogiera por el horror sonriente a su lado.

La ceremonia comenzó con el encendido de las velas de la catedral y la lectura de la Biblia. A continuación, todos los estudiantes se levantaron para cantar el himno sagrado antes de que se recitara un pasaje de la oración. Todo esto se hizo con las miradas fijas de todos en las dos candidatas.

Esto… es bastante estresante. Aunque Rafina no estuviera sentada a mi lado…

Después de todo, era muy probable que los estudiantes la vieran como una idiota que tenía un alto concepto de sí misma y decidieran escoger una pelea imposible de ganar contra Rafina. Esas miradas que ella sintió, si no de lástima, probablemente fueron una vergüenza indirecta. Cuanto más pensaba en ello, más pena sentía por sí misma.

Ahh… Todo el mundo me está mirando. Sé que lo hacen. Todos se ríen en secreto de mí por hacer el ridículo. Ugh, esto es terriblemente humillante.

Hablando objetivamente, no faltó gente que compartía su desaprobación de sí misma. Sin embargo, también había mucha gente que la encontraba encantadora. Su ropa blanca pura se parecía a un vestido de novia, y había un atractivo intrínseco para las jóvenes en vestidos de novia que amplificaba su encanto. Además, el tratamiento de champú para caballos durante las vacaciones de verano había vigorizado el brillo de su pelo y su piel estaba radiante gracias a los cuidados de Anne. El fino velo añadió una capa de misterio traslúcido, mostrando lo suficiente de su belleza natural para tentar la imaginación de su audiencia.

La mente humana es una cosa extravagante. En términos de belleza cruda, de libro de texto, Rafina hizo que Mia golpeara con las manos. Ni siquiera fue un concurso. Sin embargo, mientras que la frecuente aparición de Rafina en las diversas ceremonias a lo largo del año escolar daba a los espectadores la oportunidad de verla con ropas sagradas, este fue el debut de Mia con el traje blanco sagrado. ¡Su rareza se salía de los límites! ¡Ella era una SSR!

Naturalmente, la atención de los estudiantes fue atraída a la vista menos familiar, y una sala llena de ojos se centró en la belleza velada ante ellos. A medida que la ceremonia continuaba avanzando, llegó el momento del clímax — los discursos electorales.

“Ahora bien, candidatas, por favor, juren ante Dios.”

Rafina se levantó y pronunció sus juramentos con una voz resonante que se extendió por toda la catedral. Cuando terminó, Mia se levantó y miró al mar de estudiantes. Filas y filas de ojos se concentraron en ella, y pensó por un momento que podría desmayarse en el acto. Lentamente, hizo un ciclo de respiración para calmarse. Luego, habló.

“Yo, Mia Luna Tearmoon, anuncio mi candidatura a la presidencia del consejo estudiantil y juro que me comportaré de acuerdo con los principios de una competencia justa y honorable —”

El silencio después de que ella torció la palabra fue ensordecedor.

“…Durante toda la duración… de esta elección…”

Terminó su frase con una mueca de mortificación. Para que conste, el Dios de la Iglesia Ortodoxa Central era una deidad benevolente, así que no había ninguna pena oficial por tartamudear o detenerse en medio de un discurso. Había, sin embargo, los innumerables pares de ojos y oídos que sólo eran testigos de su flaqueza, y no tuvo el valor de mirarlos a la cara después de eso.

Hnnngh… Quiero irme a casa. Volver a mi habitación en la capital imperial y dormir una semana.

Las lágrimas brotaban de sus ojos, pero afortunadamente para ella, nadie podía verlas a través de su velo.