Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Crujido, crujido

Algo sacudió el cuerpo de Mia. Gimió y se frotó los ojos.

¿Qué fue… Estaba dormida? Ugh, siento que acabo de tener la peor pesadilla de la historia…

Lentamente, muy lentamente, abrió los ojos… sólo para que el rostro del fantasma con forma de niña apareciera a la vista. La miró fijamente.

“Hnnngh —”

De nuevo, Mia se derrumbó y se desmayó. Más bien, estaba a punto de hacerlo, pero…

“¿Podrías dejar de fingir que estás dormida?”

¿Eh? ¿Acabo de… oír una voz?

La vacilación en la voz despertó en ella la suficiente curiosidad para mantenerla consciente. Nerviosamente, abrió los ojos por tercera vez y estudió a la chica, que la miró con un rostro que era mayormente impasible, salvo por una pizca de aprensión.

Huh. Esta chica no es un fantasma, Mia se dio cuenta.

Era de sentido común, razonó, que los fantasmas no mostraban aprehensión. Por lo tanto, la chica anterior a ella no podía serlo. Entonces se acercó y acarició la cabeza de la chica, sintiendo el líquido viscoso pegado a su pelo.

Esta cosa roja…

En una inspección más cercana, era demasiado roja para ser sangre.

“Oh… Entiendo. Esta es la savia usada para escribir en la pizarra.”

Eso hizo que la chica girara la cabeza de lado y le diera una mirada desconcertada.

“No sé qué es eso, pero volqué el contenedor que lo contenía. Pero por favor, no te preocupes. Me aseguré de limpiarlo correctamente”, dijo en un tono sorprendentemente cortés.

“Así que eso es lo que pasó…”

Mia se masticó el labio pensativamente.

Así que, no es un fantasma después de todo. Quiero decir, por supuesto que lo sabía. Todo el tiempo, de hecho. Todo el mundo sabe que los fantasmas no existen en realidad… Lo que nos lleva a la pregunta de… ¿quién se supone que es esta chica en las lunas?

Con su aspecto andrajoso, encajaría perfectamente con la gente del distrito de Newmoon. Su pelo enmarañado parecía como si no hubiera sido cepillado en un tiempo. Los abundantes rasgones y agujeros en su vestido hacían que pareciera más un trapo de limpieza que una prenda de vestir, y los miembros que sobresalían de él eran insalubres.

Una niña hambriento que se coló en la academia.

Esa fue la impresión que dio.

“Entonces, ¿qué es exactamente lo que has venido a hacer aquí?”

“…Creo que se te cayó esto, así que vine a devolverlo.”

Sostuvo el par de pantuflas que Mia había estado usando antes de que las perdiera en su desesperada lucha.

“¿Viniste aquí sólo para traerme estas?”

La chica sacudió la cabeza.

“No, eso no es todo. También quiero pedirte un favor.”

¿Un favor? ¿Quiere algo de comer? se preguntó Mia, sólo para ser sorprendida por su petición real.

“¿Podrías mantener en secreto el hecho de que estoy aquí? Por favor, no se lo digas a nadie”, dijo antes de inclinarse rápidamente hacia adelante en la cintura en una reverencia.

Mia la miró.

Su petición… y esa reverencia… Mmhmhm, ya sé a qué estás jugando ahora.

Después de considerar sus opciones por unos segundos, la boca de Mia se extendió con una sonrisa maliciosa. A simple vista, la chica se parecía en todo sentido a uno de los inocentes habitantes del pueblo que ya no podía soportar el tormento de la pobreza. En su desesperación, incluso se las arregló para tirar un contenedor de savia de pizarra sobre sí misma, cubriéndola con un líquido rojo pegajoso. El efecto fue sorprendente, haciendo que su aspecto fuera cada vez más lamentable… ¡Pero no! ¡Todo esto fue una actuación! ¡Mia, con toda su sabiduría, había visto a través de la estratagema!

La seguridad de Saint-Noel no es tan laxa como para permitir que gente pobre al azar entre…

Sólo entrar en la isla no fue una hazaña pequeña. Además, el sistema de seguridad desplegado por Saint-Noel era tan completo que hizo de la academia una especie de fortaleza.

En otras palabras, esta chica tiene lo necesario para pasar a escondidas capas y capas de seguridad.

Además, Mia había notado algo peculiar en su arco. Era decididamente masculino, nada parecido a como una chica lo haría normalmente.

En otras palabras, es muy probable que tenga experiencia en fingir ser un niño. La única razón por la que haría eso… es por un disfraz.

¿Qué clase de persona necesitaría llegar tan lejos para entrar en Saint-Noel? ¿Y realmente tener éxito en hacerlo? Sólo se le ocurrió una posibilidad — la sociedad secreta que planea la destrucción del mundo.

Ja, buen intento, pero no puedes engañarme. Sé quién eres realmente. ¡Eres una Serpiente del Caos!

En un momento de increíble perspicacia, Mia utilizó sus facultades lógicas para deducir la respuesta. ¡La respuesta equivocada, basada en una increíblemente defectuosa perspicacia, pero una respuesta de todas formas!

Mmhmhm, no perdiste tiempo en aparecer. Lástima por ti, porque te enviarán directamente a Rafina.

Mia, sintiéndose orgullosa de sí misma por haber identificado a un agente enemigo, miró a la chica con una mirada altiva.

Ahora que sé cuál es el problema contigo, ya no me asustas. Aunque ahora que lo pienso…

…El hecho de que lograra infiltrarse en la academia sugería que podría no ser fácil de convencer. En ese caso, el mejor curso de acción para ella, Mia se dio cuenta, era luchar contra el engaño con el engaño. Jugando y fingiendo que había sido engañada, podía entonces engañarlos de nuevo. ¡Su estratega interior estaba en racha! ¡Esperemos que no caiga por un acantilado!

“Sé que sucederán cosas terribles si la gente se entera de que me has dejado quedarme aquí en secreto, pero aún así, por favor, por favor no se lo digas a nadie”, dijo la chica.

“Ohoho, pero por supuesto”, dijo Mia con una sonrisa amable. “No diré una palabra sobre ti. Será nuestro pequeño secreto.”

“…¿En serio?”

La chica le dio una mirada de sorpresa.

“Más importante aún, ¿no tienes hambre?”

Mia buscó una pequeña caja en su escritorio y la abrió, revelando algunas galletas. Mia, como ves, trató su habitación como una fortaleza, lo que significaba que siempre se aseguraba de que había suficientes raciones de emergencia (léase: aperitivos) almacenadas para sobrevivir a un asedio de tres días (léase: fin de semana de no salir de su habitación). Y estas no eran sólo galletas normales. Eran el resultado de una investigación exhaustiva que Anne llevó a cabo a petición suya, durante la cual comparó todas las galletas disponibles en una escala de costo a sabor y seleccionó la mejor. En otras palabras, eran galletas óptimas.

Jejeje, un mordisco de esto en un estómago vacío, y no podrás parar. Te tendré entonces.

La chica, sin embargo, sacudió la cabeza.

“No, gracias. No tengo hambre.”

“¿Eh? Pero…”

“Lo digo en serio. No tengo hambre”, insistió, sólo para ser traicionada por su estómago, que prontamente soltó un lamentable gemido.

“…”

Mia miró fijamente a la chica. Para su sorpresa, la chica la miró fijamente, completamente imperturbable por la torpeza de la situación. Incluso se hinchó un poco el pecho en una muestra de confianza.

“Digo la verdad, y para probarlo, estoy dispuesta a jurar en nombre de mi abuela, a quien tengo en la más alta estima.”

El nombre de tu abuela no vale mucho para ti, ¿verdad?

Mia resistió el impulso de poner los ojos en blanco mientras sostenía una galleta.

“Aquí. Sólo toma una. No hay necesidad de ser modesta. Tengo muchas más.”

“Pero me dijeron que… La comida es preciosa…” dijo la chica, sus ojos claramente atraídos por la galleta. “Y ya estoy causando muchos problemas al pedirte que no le cuentes a nadie sobre mí…”

Ella miró fijamente la galleta, hechizada. Como prueba, Mia movió su mano que sostenía la galleta de un lado a otro. La cabeza de la chica la siguió.

“Yo… no puedo pedir otro favor… No comida…” murmuró, sus palabras se alejaron mientras su mirada se hacía cada vez más intensa.

Mia le tiró la galleta, e inmediatamente la sacó del aire — nada menos que con los dientes. Mientras la masticaba con avidez, las lágrimas llenaron sus ojos.

“E-Es tan buena…” Dijo que a través de los resfriados antes de mirar a su benefactor con asombro. “¿Eres una especie de diosa de la compasión?”

Bueno, veo que esta chica es una verdadera tonta.

Viendo que su enemigo había mordido el anzuelo, Mia puso su sonrisa más deslumbrante.

“Tengo muchas galletas, así que siéntase libre de comer todas las que quiera. No tengo nada más por el momento, pero les pediré que te preparen el desayuno por la mañana. También…” dijo mientras le daba una mirada a la chica. “Necesitas un baño.”

Pensó que lo mejor era presentarle a Rafina su serpiente detenida en un estado menos sucio.

De lo contrario, Rafina podría ser fácil para ella si se equivocara. Quiero decir, ella se ve tan miserable en este momento que incluso yo siento un poco de lástima por—

La puerta de su habitación se abrió.

“Ah, mi lady. Bien. Ha vuelto.”

De pie en la puerta estaba Anne, que respiró aliviada al ver a Mia. Aparentemente, se había preocupado y había salido a buscarla.

“Ah, Anne. Sí, acabo de ir al baño. Aunque es un buen momento por tu parte. ¿Te importaría preparar el baño?”

“Ciertamente no me importa, mi lady, pero… ¿Quién podría ser?”

Buena pregunta. ¿Qué debo decir?

Mia consideró sus opciones. Mientras lo hacía, miró a la chica, sólo para encontrarla mirando desconcertada entre ella y Anne.

“¿Eh? ¿Anne? Quieres decir… ¿Madre Anne? Si eso es… y acabas de llamarla mi lady, entonces eso significa…”

“Uh… lo siento, pero ¿qué pasa ahora?” preguntó Mia, una ceja levantada por la repentina y desconcertante reacción de la chica.