Tatoeba Last Dungeon Mae no Mura no Shōnen ga Joban no Machi de Kurasu Yō na Monogatari (NL)

Volumen 11

Capítulo 3: Bastante Paternal—Amor Instintivo, Como Todos Los Padres Tienen

Parte 2

“………… ¡A-Adelante!” Marie apenas logró soltar un chillido.

Pasó un largo momento, pero Lloyd no entró. Marie estaba a punto de volver a hablar, cuando escuchó su voz apagada una vez más.

“Soy Lloyd Belladona. Lamento hacer esto a través de la puerta, pero yo simplemente… no puedo hacerlo cara a cara”.

¿Él no puede? ¿Se dio cuenta de que soy la princesa y se avergonzó? Eso es ridículo.

“Um, escuché del rey… que tenías sentimientos por mí. Y es por eso que querían bailar juntos, pero…”

Ella escuchó sus tacones hacer clic juntos. Podía imaginárselo haciendo una reverencia.

“Lo lamento. ¡No puedo corresponder esos sentimientos!” ¿Queeee? ¿Después de todo esto?

Marie estaba gritando por dentro y se tambaleó hacia un lado lo suficientemente fuerte como para hacer un ruido fuerte.

Lloyd debió suponer que estaba enfadada porque empezó a disculparse de nuevo.

“Realmente lo siento. Solo soy un humilde soldado, ¡no soy rival para ti! Y eso es solo una parte. Hay más…”

¡¿Lo hay?!

Marie estaba empezando a preocuparse de que él tuviera a alguien más, y su pulso se aceleró.

Lloyd se armó de valor y respiró hondo, diciendo el último nombre que menos esperaba. Realmente, nadie podría haberlo predicho.

“Conozco a esta chica llamada Marie”.

¡Un giro impactante de la nada! ¡¿Queeeee?!

Marie estaba bailando directamente. Su ropa crujía audiblemente, cada músculo se movía, alcanzando su ritmo cardíaco máximo.

¡Nunca pensó que escucharía esto de Lloyd! Ella estaba totalmente de acuerdo con este giro, totalmente comprometida.

Pero lo siguiente que dijo Lloyd sugirió que se había adelantado.

“¿Tal vez ha oído hablar de ella, Su Alteza? Vivo en el Lado Este, en una tienda regentada por una Bruja llamada Marie. ella es la indicada…”

¿La qué? ¿La indicado para ti? ¿La que más amas?

“Aquella por la que no puedo dejar de preocuparme. ¡Simplemente no tiene habilidades para la vida!”

…………………… ¿Hngg?

Esto parecía alejarse de lo que ella quería escuchar.

A medida que el ceño fruncido de Marie se profundizó, Lloyd comenzó a enumerar las razones de su preocupación.

“Realmente no estoy seguro de cómo logró sobrevivir antes de que yo llegara. ¡Ella es un desastre total! Si no la vigilo como un halcón, vivirá solo de alcohol y se emborrachará tanto que se desmayará desnuda en el suelo o empezará a lavarse en el fregadero de la cocina. O recoger ropa desechada del suelo, olerla y decir: ‘¡Aún está bien!'”.

……………………… ¡¿Él vio eso?!

Sintiéndose como si estuviera en el lado receptor de un regaño, la lista de fallas realmente estaba deprimiendo a Marie.

“Estoy completamente seguro de que si la dejo sola, Marie no sobrevivirá mucho tiempo. Pero si termino en.… algún tipo de relación contigo, dudo

que pueda seguir viviendo con ella. Podría dar lugar a rumores feos que podrían dañar su reputación”.

Técnicamente, claro, si estuvieras comprometido con una chica y vivieras con otra, las revistas de chismes podrían volverse locas con eso.

Marie se sentía bastante débil, pero Lloyd seguía golpeándola donde le dolía.

“Así que lo siento, pero hasta que sea capaz de valerse por sí misma, no puedo dejarla en paz. Al menos tiene que arreglárselas para limpiar y lavar la ropa una vez a la semana… y aprender a recoger sus propias verduras todos los días…”

“…………”

“Una vez que Marie haya ganado algo de autonomía, te prometo que volveré a considerar tus sentimientos. Me doy cuenta de que todo esto es muy egoísta de mi parte, pero… tengo que irme.”

Sin siquiera abrir la puerta, Lloyd se volvió para irse.

El sonido de sus pasos alejándose resonó en los oídos de Marie.

“……”

Su corazón se había detenido por completo. La decepción de “¡Tal vez él también me ama!” a “Él ni siquiera ve mi potencial” fue demasiado para soportar. Acababa de descubrir que el chico que amaba siempre la había compadecido.

“Entonces es por eso que no se habría preocupado si yo fuera la princesa. Porque sintió demasiada pena de que me fuera…”

Lloyd levantó sus esperanzas, solo para derribarla, todo sin darse cuenta.

Verdaderamente una fuerza a tener en cuenta.

Mente en blanco, ojos oscurecidos, una lágrima rodó por su mejilla.

“Supongo… ¿él no me odia totalmente…?”

Eso fue lo más cercano a un lado positivo que pudo encontrar.

Mientras tanto, el rey y Fumar estaban sentados en un balcón del segundo piso, con la música y la alegría del baile flotando en la brisa.

La realeza y un líder del gremio, sentados en asientos VIP, bebiendo tragos, que uno podría suponer que consistía en el mejor licor, pero la botella en la mesa era vino barato que podías encontrar en cualquier mercado local.

Se sirvieron el uno al otro, chocaron las copas y tomaron un sorbo. “¿Estás seguro de que a los reyes se les permite beber esta bazofia?” “Tengo la lengua de un pobre. Siempre me gustó esto mejor. Igual que tú.”

“Ciertamente. En el mar, cualquier cosa vieja te emborrachará rápido, también podría conseguir algo que no rompa la billetera.”

Después de unos momentos de pequeña charla, Fumar dio el primer paso.

“Escuché que todavía la estás buscando. ¿Por eso renunció Coba?”

“¿Quién te dijo eso?”

“El viento. Subió a bordo de mi barco como una tormenta.”

Se refería a Lloyd, pero lo dijo de forma tan críptica que el rey no lo entendió. A Fumar no le importó.

“Simplemente supuse que te habías dado por vencido hace mucho tiempo. Fuiste tan rápido en decir que Rien había muerto, pensé que se había enamorado de ti y se había escapado, y estabas tratando de encubrir cómo le habías fallado.”

“No fue nada de eso”, dijo el rey. “Simplemente no podía decirle a María que su madre se fue sin una razón. Sabía que se sentiría abandonada. Me dolía hacerlo, pero no podía pensar en otra cosa. Quizá debería haberte dicho la verdad.”

“Pero antes de que pudieras, ¿Abaddon te atrapó?”

“Un comerciante trajo la noticia de que habían visto a alguien que se parecía a la reina. Naturalmente, los invité al castillo… y no tengo recuerdos de los años que siguieron”.

Hubo un silencio sombrío. Bebieron sus bebidas sin intercambiar una palabra.

“¿Estás resbalando? Que patético. Nunca hubieras cometido ese error en el pasado.”

“¡Lo sé!” el rey gimió. “Todavía me estoy pateando”.

“No estoy mejor”, dijo Fumar, su voz llena de remordimiento. “Creo que estaba asustado de saber la verdad. Una parte de mí esperaba que si era tu culpa que Rien se fuera, y si la localizaba, tal vez finalmente sería mía, pero eso no era más que una fantasía tentadora.”

“Lo siento. Mi corazón todavía le pertenece a ella”.

“Por supuesto que sí, idiota”.

Fumar bebió el resto de su vaso y bebió un poco más.

“Argh, cuanto más envejeces, más difícil es admitir cuando estás equivocado, o beber el dolor. Una vez, todo lo que se necesitaba era una sola ronda, y todo sería agua debajo del puente”.

“¡Deberíamos beber y ser felices! Es el gran día de mi hija”. “¿Su gran día? Así lo escuché, directamente del viento mismo.”

Está a salvo y de vuelta en el castillo. ¡Y estamos mostrando a su futuro novio! ¿Qué día podría ser mejor que ese?

“Usar al joven Lloyd como cebo para llevarla de regreso a casa no es más que un abuso de poder. Eres un mal padre.”

“¡Tú sabes mucho, deberías simpatizar!”

“¿Cómo lo haría? Soy soltero.”

“Espera, ¿conoces a Lloyd?”

“Te tomo bastante tiempo. Es un buen chico. Tonto, pero directo. Puedo ver por qué querrías que tu hija se casara con él.”

Fumar no era propenso a los elogios y el rey estaba muy complacido. “Cierto, cierto. Y esta noche, ese chico se comprometerá con Maria.” “Simplemente van a bailar”.

“¡Pero bailar frente a todas estas personas importantes! Ya sabes lo que pensará todo el mundo.”

“Te has vuelto bueno en estos juegos. Pero no sé si funcionará”.

“¿Mm? ¿Por qué no?”

Justo cuando el rey fruncía el ceño, Chrome entró corriendo, sin aliento.

“¡S-Su Majestad!”

“¿Qué pasa, Chrome? ¿María está a punto de llegar al salón de baile? ¡Debo estar allí para presumirla!”

“S-Sobre eso… María dice que quiere cancelar su aparición”.

“¡¿Qué?!” Los ojos del rey casi se salen de sus órbitas. “¡¿Qué pasó?! ¡Es su oportunidad de estar con Lloyd!”

“Aparentemente, Lloyd fue y rechazó a María. Habló con ella a través de la puerta y le dijo que no podía corresponder a sus sentimientos… debido a esta chica llamada Marie a la que no puede dejar en paz”.

“Eh, ¿qué? Entonces, ¿todavía no tiene idea de que Marie, la bruja, es la princesa María? ¿No se lo dijo? ¡Han estado viviendo allí juntos durante mucho tiempo!”

Este hecho impactante lo dejó tambaleándose.

“¡Bwa-ha-ha! ¡El chico se levantó y lo hizo!”

Fumar se dobló, y el rey soltó a Chrome y giró hacia él.

Chrome aprovechó este momento para batirse en retirada apresurada, alegando que tenía trabajo que hacer.

“¡Fumar! ¿Qué hiciste?”

“Poco. Simplemente le di un empujón al chico y le dije que hiciera lo que le pareciera correcto”.

“¡Y lo arruinó todo! ¡Pensé que podría vivir con mi chica otra vez! ¡Todo se ha ido por el desagüe!”.

“¿Quieres hacerlo, viejo?”

“¡Eres igual de viejo!”

Estaban agarrando la camisa del otro por el cuello, pareciendo listos para pelear.

“¿Oh? Escuché que estaban peleándose, pero esto parece bastante amistoso”.

“”¡¡¡————— !!!””

Reconocerían esa voz en cualquier parte, y se volvieron hacia ella, con las camisas todavía apretadas mutuamente.

“Lou, Fu, ha pasado un tiempo”.

El maestro del gremio de aventureros: la madre de Marie, la reina de Azami, Rien Cordelia. Quien en su mayoría pasó por Rinko.

Observó bien la cara del rey.

“Hmm… Tu esposa no ha regresado en más de una década, ¿y me saludas con arrugas?”

Tenía una amplia sonrisa. “C-C-Cómo estás… ¡Te ves exactamente igual!”

“¿Una ilusión? ¿Eres una especie de monstruo que cambia de forma? ¡No he bebido tanto!”

Rinko infló sus mejillas, descontenta.

“Eso es simplemente malo. Pero lo que sea, primero—”

Hizo una pausa dramática, luego sacó las manos de los bolsillos y se inclinó.

“¡Rien! Eso es—”

En este punto, Lloyd estaba de regreso en el salón de baile, después de haber rechazado a la princesa (ha). Selen, Riho y Phyllo corrieron hacia él tan pronto como cruzó las puertas.

“¡¿S-Sir Lloyd?!”

“Ese atuendo— ¿Vas a bailar con—?”

“………… Hngg.”

Lloyd parecía culpable, pero logró sonreír.

“Uh, ah-ha-ha. Así que… supongo que no puedo mantenerlo en secreto. Acabo de decirle a la princesa que no puedo salir con ella. Es demasiado para mí de manejar”.

Parecía apenado por molestar a alguien.

El rostro de Selen se iluminó con una expresión de triunfo. Había estado más ansiosa de lo que aparentaba.

“¿Ves? Tal como dije. El verdadero amor de sir Lloyd está conmigo, y compartiremos nuestras vidas…”

“………Ahí va ella de nuevo. P-Pero… estoy tan contenta.”

Phyllo le palmeó el pecho, atípicamente demostrativo.

Riho parecía igualmente aliviada, pero aún tenía preguntas que hacer.

“¿Estás seguro, sin embargo? Maria…”

Pensó que podría ser incómodo seguir viviendo juntos, pero Lloyd intervino.

“Sí, no puedo dejar que Marie viva sola. ¡Por eso la rechacé!” “…… Um ¿qué?”

“Pero… ¿conociste a la princesa, y aun así…?”

Lloyd les contó la historia completa. Cómo había estado demasiado asustado para mirarla a la cara y había hecho todo a través de la puerta. Cómo había dicho que Marie era un desastre demasiado grande para ser capaz de vivir sola, por lo que tendría que posponer esta discusión hasta que ella fuera capaz de valerse por sí misma.

Cuando todo terminó, incluso Phyllo se estremeció.

“……Solo siento pena por ella.”

“Ella nunca logró decírselo. Probablemente nunca lo hará”.