Mezametara Saikyou (NL)

Volumen 4

Capítulo 4: Encuentro Con El Conde.

 

 

Estábamos tensos al entrar en la llamada, pero en realidad fue bastante fácil.

“Enviaremos a alguien a reunirse con ustedes en quince minutos”, me informó la secretaria. “En ese momento, por favor, suban a la nave con ellos”.

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Me había preparado para ser formal, pero al final, sólo tuve que hacer una cita con el conde a través de su secretaria.

“¿Tal vez no quiera que su primer encuentro sea por teléfono?” sugirió Elma.

“¿Podría ser eso?” se preguntó Mimi.

“Hmm. Yo tampoco estoy segura”. Chris estaba igual de perpleja.

Las tres estaban igual de confundidas. Mei no ofreció ningún comentario y se limitó a permanecer cortésmente con las manos unidas frente a ella. Desde su actualización, parecía mucho más refinada. ¿Era Mei la que había cambiado, o sólo la forma en que la veía?

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Nos tomamos un momento para que Chris confirmara que la secretaria con la que hablaba, efectivamente, trabajaba con el Conde Dalenwald. En un exceso de precaución, también decidimos hacer un poco de búsqueda de información. No pudimos encontrar nada sobre la secretaria, pero sí descubrimos que varias naves del Conde Dalenwald estaban estacionadas en Cierra Prime. Y no eran sólo naves de transporte o de pasajeros; tenían acorazados aquí.

Parecía que el abuelo de Chris, el Conde Abraham Dalenwald estaba siendo muy cauteloso con su hijo Balthazar.

“Bueno, creo que podemos confiar en que estamos tratando con el abuelo de Chris ahora”, decidí. “Dudo que sea una de las trampas de su tío, de todos modos”.

“Sí”, respondió Chris. “Yo también creo que está bien. Reconocí a la secretaria, después de todo”.

“Aun así, ten cuidado, ¿de acuerdo?” me recordó Elma.

“De acuerdo”, dijo Mei. “Incluso si el Conde Dalenwald en persona está aquí, eso no garantiza perfectamente la seguridad de Lady Christina”.

Mimi se limitó a ladear la cabeza con el ceño fruncido, sin saber qué decir.

“De todos modos, ya es la hora, así que pongámonos en marcha. Asegúrense de traer sus pistolas láser. Eso significa que tú también, Mimi”.

“¡Está bien!” respondió Mimi, palmeando la funda en su cadera. Necesitaba acostumbrarla a disparar esa pistola, al menos hasta el punto de que ella pudiera golpear objetivos inmóviles. Tal vez sea el momento de volver al campo de tiro…

Cuando bajamos la escalera del Krishna, los hombres de guardia saludaron en silencio a Chris. Ella les agradeció, provocando que ambos a respondieran emocionalmente.


“¡Despilfarras tus bonitas palabras con nosotros, Lady Christina!”

“¡La protegeremos incluso a costa de nuestras vidas!”

Vaya, este universo no tiene sentido para mí.

“Realmente estoy asimilando que eres toda una gran y respetable noble, Chris”, reflexionó Mimi.

“Aww, no exageres”. Chris sonrió para sí misma ante la admiración de Mimi. Fue entonces cuando un vehículo de clase alta, parecido a un Joop, se detuvo frente a nosotros. Debe ser uno de esos VRs.

Hablando de VRs, esa abreviatura significaba “vehículo recreativo” en la Tierra, pero aquí, significa “vehículo de reconocimiento”. Son vehículos especiales utilizados para buscar en planetas inexplorados. Aunque sean pequeños, tienen una potencia de fuego y escudos mayores que los de una armadura de poder.

Desafortunadamente, no había ningún VR en el Krishna. Aunque para ser justos, no hay mucho uso para ellos en el mundo de los mercenarios. Sin embargo, los vehículos recreativos son una necesidad para los exploradores, la gente que busca planetas y buscan reliquias de civilizaciones alienígenas para vender. Poner un RV en el Krishna, junto con su dispositivo de carga, llenaría el hangar casi por completo.

Todos subimos al VR, incluidos los fornidos guardias, y pasamos a través del distrito portuario a gran velocidad. El lugar estaba tan concurrido como siempre. Había trabajadores portuarios con armaduras eléctricas, familias ricas que venían a hacer turismo, mercenarios como nosotros y extranjeros desconocidos.

¿Mercaderes, tal vez? De todos modos, un montón de gente andaba por ahí.

Eso incluía a los soldados imperiales, naturalmente. ¡Oh! Esa rubia de allí debe ser Serena. Espero que no se dé cuenta de que estoy mirando… Ups. Me ha mirado directamente a mí. ¿Cómo lo ha sabido? Será mejor que cierre la puerta.

El VR traqueteó hasta detenerse en un distrito lleno de naves de aspecto pretencioso. No eran del todo vanguardistas, pero se acercaban. Cuando ves unidades como estas, puedes ver realmente las peculiaridades de su comandante. En este caso, a su comandante le gustaba luchar con prudencia. Los rápidos de primera línea estaban equipados para especializarse en emboscadas y defensa, mientras que la línea trasera estaba formada por acorazados que hacían hincapié en la potencia de fuego. Su buque insignia era grande y visiblemente robusto, enfatizando el liderazgo y la capacidad de supervivencia. Sería un poco difícil para el Krishna ir en contra de una unidad como esta.

Entramos en el hangar de su buque insignia y salimos del VR donde vimos a una mujer parecida a Mei esperándonos: la secretaria del Conde Dalenwald. “Disculpen la espera”, nos saludó amablemente. “Lady Christina, hemos estado rezando por tu seguridad. Es bueno verte aquí con nosotros de nuevo”.

En una inspección más cercana, las personas que trabajan allí estaban vestidas como mayordomos y sirvientas. El conde ciertamente es un tipo… excéntrico.

“Todo gracias a mi madre, a mi padre y al capitán Hiro, aquí presente. ¿Dónde está mi abuelo?”

“Está esperando en su habitación. Ven conmigo. Los demás guiarán al Capitán Hiro y su tripulación”.

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Una sirvienta de aspecto inteligente nos llamó para que la siguiéramos. “Por favor, vengan por aquí. Los llevaré a la sala de recepción”.


¿Debo dejar a Chris sola? La miré, a lo que ella respondió con un movimiento de cabeza. No tenía motivos para preocuparme, entonces. También miré a Elma, y ella reaccionó de la misma manera. Así que no hay problema.

“Entendido”, asentí. “Hasta luego, Chris”.

“Hasta luego, Hiro”. Saludé a Chris y me uní a Mimi, Elma y Mei en el camino a la sala de recepción.

No tardé en darme cuenta de que la decoración de esta nave era increíblemente elaborada. Elma dijo que el Krishna estaba amueblado tanto como una nave de pasajeros, pero esta tenía un aspecto aún mejor. Parecía un verdadero buque de guerra en el exterior, pero en el interior, era como un hotel de cinco estrellas, o una mansión de un noble. Supongo que es de esperar de la nave de un conde.

La nave servía como buque insignia del propio ejército del Conde Dalenwald, un hogar espacial lejos de casa, y tal vez incluso uno VIP. Eso explicaría el atuendo de la tripulación. Qué manera tan libre de pensar…

“¿Por qué miras tanto a tu alrededor?” preguntó Elma.

“Lo siento. Es que nunca se me habría ocurrido esto”.

“¿No es el Krishna igual?”

“¿En qué sentido?” Levanté una ceja.

“Bueno, tiene muebles que aumentan la calidad de vida, y tienes una Maidroid. Esto es lo mismo, pero llevado a su extremo lógico”.

“¿De verdad…?” Tal vez ella tenía razón. Es decir, si querías tener una casa para ti, comprar una gran nave nodriza con alta habitabilidad era una buena opción. No era barato de ninguna manera, pero era más barato que comprar derechos de propiedad del imperio más tierra en un planeta.

Además, con una nave tan grande, se podía ganar mucho dinero transportando carga. Tendrías muchas opciones, en general. Lento y constante gana la carrera, así que tal vez buscar mi propia nave nodriza no sería una mala idea. Había pensado que el Krishna era demasiado grande para una persona al principio, pero honestamente, estaba empezando a ser estrecho.

No es que estuviera planeando conseguir más integrantes en mi tripulación. En serio, ¡lo digo en serio!

“Es como la mansión de un noble. Me está poniendo nerviosa…” Mimi estaba visiblemente incómoda.

“Sé cómo te sientes, Mimi”, coincidí. “¿Pero no es bonito este lugar? Si fuera más elegante, me apartaría un poco de las cosas porque parece que pertenece a una persona que acaba de bañarse en dinero. Pero es no es demasiado lujoso, así no lo es en absoluto”.

“Eso es cierto, pero el ambiente es… ya sabes…”

“Sí. Sé que no es lo tuyo”.

A pesar de su apariencia, el sentido estético de Mimi tendía hacia un ambiente más “punk”. Esos muebles opulentos y lujosos no le gustaban a ella, pero no la podía ayudar ahora.

“Por favor, esperen aquí”, dijo la sirvienta. Ella nos había llevado a una habitación de muy buen gusto. Una de las paredes era completamente de cristal, con vistas a un bonito patio. No es que hubiera realmente un patio sino más bien una pantalla holográfica preparada para que pareciera uno.

“Entendido”, respondí.

“Les traeré bebidas. ¿Servirá el té negro? Si lo desean, también tenemos otras opciones disponibles”.

“Me parece bien. ¿Chicas?”

“Me parece bien”.

“A mí también”.

“Entendido”, dijo la sirvienta con una reverencia. “Por favor, esperen un momento”. Cuando se fue, hundí mi trasero en un sofá.

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Ooh, es suave, pero es lo suficientemente flexible que no se hundan demasiado lejos.

La mesa parecía ser de una madera pesada con un brillo negro. También se sentía como madera pesada: si era madera real, entonces eso costaría una fortuna en este universo, ya que los muebles de madera eran excesivamente costosos.

No tuvimos que esperar mucho hasta que la sirvienta nos trajo el té. Era un rojo puro, con el vapor saliendo suavemente de la taza.

“¿Qué pasa?” me preguntó Elma.

“¿Pasa algo?” Mimi estaba confundida.

“…No. Olvídalo”. No era como el té negro que yo conocía, pero como era un hombre modesto, decidí no decir nada al respecto. El sabor y el aroma eran como los del té negro normal, pero… ¿Le añadieron colorante o algo? Era un misterio. Tal vez sólo usaron diferentes hojas de té para empezar.

Esperamos un poco menos de una hora, sorbiendo nuestro té negro demasiado rojo. Finalmente, llegó la hora.

“Mi señor viene ahora”, nos informó la sirvienta. “Por favor, levántense de sus asientos y salúdenlo como es debido”. La obedecimos y nos pusimos de pie para esperar la llegada del Conde Dalenwald.

Al poco tiempo, la pesada puerta de la sala de recepción se abrió, dejando entrar a un solo hombre mayor. Chris lo seguía con un elegante vestido blanco, ataviada como una verdadera princesa.

El anciano era alto, de complexión fuerte y robusta. Llevaba dos espadas en la cadera, una larga y otra corta, lo que aumentaba su aspecto noble y digno. Su cabello, antes negro, destacaba ahora con la blancura de la edad, pero seguía siendo tupido y de aspecto saludable.

Pero los rasgos más llamativos del conde eran sus ojos. Eran negros, con toda la agudeza y la fuerza de un halcón, sin mostrar signo de decadencia alguno. Para ser honesto, esperaba que fuera frágil, pero no. Este era un tremendo abuelo.

“Soy el conde Abraham Dalenwald”, dijo el abuelo de Chris, Abraham Dalenwald, mientras me miraba fijamente. Por alguna razón, era terriblemente intimidante. De todos modos, un noble se había presentado a mí, así que tuve que responder de la misma manera.

Rápidamente respondí: “Soy el capitán Hiro, un mercenario de rango oro afiliado al gremio de mercenarios. No estoy muy seguro de mi etiqueta, así que por favor, perdóname si hago o digo algo descortés. Estas dos son las integrantes de mi tripulación en el Krishna. Esta de aquí es mi copiloto, Elma, mientras que la otra es mi operadora, Mimi. La mujer de pie detrás de mí es nuestra Maidroid, Mei”.

Después de mi presentación, Elma y Mei inclinaron la cabeza en respeto. Mimi hizo lo mismo. Parecía estar perdiendo los nervios frente al hombre. Como ciudadana empobrecida del imperio, ella debía estar muerta de miedo ante este noble de clase alta.

“Me llamo Elma”.

“Y yo soy M-Mimi”.

“Yo me llamo Mei”.

“Mm”, respondió secamente el Conde Dalenwald. “Pueden sentarse”.

“Sí, señor”, respondimos todos a la vez. Nos sentamos y nos llenaron de té. Era el mismo té rojo-negro. ¿Debería llamarlo té rojo? Eh… me quedaré con té “negro”.

“En primer lugar, debo darles las gracias”, comenzó el conde. “Su trabajo en proteger a Christina, heredera del nombre Dalenwald, fue fantástico. Como cabeza de la familia y su abuelo, estoy agradecido con todos”.

Respondí: “Me gustaría decir que no fue nada, pero honestamente, atravesamos por el infierno y volvimos”.

“¡Oye!” dijo Elma en un fuerte susurro.

“Tengo que decir las cosas como son. Probablemente lo sabía por Chris, pero quería que el Conde Dalenwald también lo supiera por mí”. Defendí mi estómago de los codazos de Elma y expliqué mi perspectiva.

“Tienes razón. Christina me contó algunos detalles, pero también me gustaría escuchar tu relato de los hechos”. El Conde Dalenwald fue lo suficientemente generoso como para no importarle mi tono. Sonreí a Elma, provocando otro doloroso codazo. ¡Grosera!

Así, le expliqué al conde Dalenwald -con algo de ayuda de Mimi, Elma y Chris- lo que hicimos, cómo nos atacaron y cómo protegimos a Chris, todo con el mayor detalle posible.


Llegamos al Sistema Cierra, inmediatamente tuvimos que luchar contra piratas, y encontramos la cápsula de criosueño de Chris entre el botín. No podíamos dejarla allí, así que llevamos la cápsula a Cierra Prime. La liberamos del crio sueño en la Autoridad Portuaria, y así fue como conocimos a Chris.

“Hmm. Qué suerte fue que ella te conociera”.

Mezametara Saikyou Volumen 4 Capitulo 4 Novela Ligera

 

“Sí”, estuvo de acuerdo Chris. “Pero todo es gracias a mi madre y mi padre por enviarme en la cápsula”.

“Cierto…” Un estado de ánimo lúgubre cayó sobre los dos Dalenwald.

Tomé un sorbo de té “negro” y continué la historia.

Le contamos todo lo que pasó después de encontrar a Chris: cómo acepté la petición de protegerla durante un tiempo a cambio de una recompensa, cómo hicimos reservas en todos los planetas turísticos para frenar a su tío, y cómo nos atacaron los asesinos nada más salir de nuestras vacaciones. Le expliqué cómo el Resort fue atacado por piratas mientras estábamos allí, cómo usaron naves de descenso sigiloso para atacarnos con robots de batalla. Le dije al conde que había usado mis propias conexiones para conseguir que la Unidad de Caza de Piratas de Serena nos ayudara, y que fuimos atacados por naves imperiales… gracias a cierto tío.

“Finalmente regresamos a Cierra Prime, y ahí es donde entra usted en el juego”.

“Ya veo… Hmm. Eso no contradice lo que me dijo Christina. Te prometo una recompensa adecuada, incluyendo el reembolso de tus gastos”.

“Qué amable de su parte”.

Si hubiera dicho, “¡Eso es justo lo que quería oír!” sin duda Elma me retorcería el cuello. No podía quejarme de una recompensa más reembolso. Quiero decir, de verdad… consigo salvar a un bombón como Chris, y ganar una tonelada de dinero?

¡¡¡Jodeeeeeer, sí!!!

Obviamente, habría ayudado a cualquiera que necesitara ayuda, pero no podía negar que el hecho de que Chris fuera una chica linda me hacía estar más inclinado a ayudarla.

“Podemos discutir los detalles del pago más tarde”, dije. “Entonces, ¿qué pasará ahora?”

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“Hmm…” El Conde Dalenwald se frotó la barbilla pensando. “He traído todo el ejército que he podido movilizar, pero no sé si saldremos indemnes si un ejército formal, de segunda categoría o de otro tipo, viene hacia nosotros. Si estás dispuesto, preferiría seguir utilizando tus servicios de guardaespaldas”.

“Mientras esté dispuesto a pagarme, parece trato hecho. ¿Que opinan, chicas?”

“No me importa”. Elma no tenía inconveniente en proteger a Chris. Mimi todavía estaba demasiado tensa para hablar, pero se limitó a asentir enérgicamente con la cabeza en acuerdo. No le pregunté a Mei; de todos modos, no le importaba decir lo que pensaba en momentos como este.

“Entonces hablemos de tu recompensa”, dijo el conde. “Primero, el trabajo como guardaespaldas de Cristina hasta ahora”.

El Conde Dalenwald llamó a su secretaria, quien comenzó a negociar la recompensa con nosotros.

Como resultado, fuimos completamente compensados por los fondos que usamos para hacer las reservas del resort. También se nos pagó por nuestro trabajo de guardaespaldas en sí. Eso sí que es ser de la nobleza: ¡Acaban de darme 8.000.000 de Ener en el acto! Supongo que eso demuestra cuánto valía Chris para ellos.

Las cosas que compramos en Cierra III -incluida la propia Mei- no cuentan como gastos necesarios para proteger a Chris, así que no estaban cubiertos. Eso estaba bien; acabábamos de conseguir a Mei, así que naturalmente no había contribuido tanto a la protección de Chris.

Sumado a los 240.000 Ener que obtuvimos por proteger el Pelican IV de Serena y restando los recortes de Mimi y Elma, mis fondos actuales eran ahora alrededor de

24.400.000 Ener. Eso también restando las tarifas de Cierra III, las cosas que compré para Mei a la recepcionista de Oriental Industries, las piezas opcionales y otros gastos varios.

Por cierto, las partes de las chicas de nuestra recompensa resultaron ser 41.200 Ener para Mimi y 247.200 Ener para Elma. En poco tiempo, nuestra querida elfa tendría suficiente dinero para una nave personalizada digna de una mercenaria de rango bronce, aunque todavía no me había devuelto ni un solo Ener. Pero bueno, no me importaba. Era divertido estar cerca de ella, y era una gran ayuda.

Pero 24.400.000 Ener… Sheesh, con esa cantidad de dinero, una nave nodriza que pudiera albergar al Krishna estaba muy al alcance, aunque necesitaría más si quería personalizarla un poco. Ahora que ya habíamos cobrado por nuestro trabajo, era el momento de hablar de futuras recompensas.

“El precio en el mercado por contratar a un mercenario de rango oro es de 80.000 Ener por día, pero en este caso particular, estamos dispuestos a ofrecer 250.000 al día”, dijo la secretaria.

250.000 Ener al día era bastante generoso, teniendo en cuenta que era más de tres veces lo que nos pagaba Serena. Desde luego, no me importaba el sueldo más alto, pero me preguntaba si había una razón para ello.

Mientras me cuestionaba la suma, Elma se inclinó y me susurró: “Aparte del trabajo de guardaespaldas, eso también conlleva una tarifa “secreta”. Planean contarte más sobre los problemas de la familia Dalenwald”.

“Sé que ya lo mencionamos, pero como que ya le dijimos todo a Serena”, respondí.

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“Creo que lo ha tenido en cuenta. Todo lo que está pasando con el tío de Chris es un escándalo que está más allá del control del Conde Dalenwald, pero el asunto de las naves furtivas y los desertores podría dañar la confianza de la gente en el imperio. El imperio y el Conde pueden encargarse de eso, así que no quieren que les contemos a otros sobre ello. Si empezamos a difundir rumores, podríamos convertirnos en un enemigo de ellos”.

“Eep…” Me estremecí. “Voy a cerrar los labios. Mimi, deberías tener cuidado, también”.

“¡S-si, señor…!” Mimi se puso pálida y asintió junto a mí. Los Dalenwald se quedaron mirándonos, el propio Conde sin expresión y su nieta sonriendo ansiosamente. Su secretaria estaba totalmente sonriendo. Vamos, das un poco de miedo.

“Aceptamos sus condiciones”, respondí finalmente.

“Eso está bien”, respondió el Conde. “El reabastecimiento y la limpieza llevarán unos días, así que deberían proceder a los preparativos del lanzamiento. Nos encargaremos del gremio de mercenarios y proporcionaremos una solicitud adecuada”.

“Entendido”.

Enfatizó la palabra limpieza de una manera extraña, pero supuse que era mejor ignorarlo a pesar de cómo sonaba. Nota para mí: No hacer un enemigo en la nobleza. Son aterradores…

Habiendo aceptado nuestra recompensa por el trabajo hasta ahora y formado un nuevo contrato de guardaespaldas, dejamos el buque insignia del Conde Dalenwald.

“Espero estar a su cuidado a partir de mañana”, dijo Chris, inclinando la cabeza. Había venido a despedirnos junto a unos guardaespaldas corpulentos.

“Sí”, respondí. “Déjalo en nuestras manos”.

“¡Sí! ¡Haré lo que pueda por ti, Chris!” Mimi se sumó.

“No es que tenga mucho sentido seguir preocupándose”, Elma se encogió de hombros.

Cuando estábamos a punto de irnos, recordé algo y me detuve en seco. Cuando metí la mano en el bolsillo interior de mi chaqueta, los guardaespaldas levantaron sus rifles láser hacia mí.

¡Chicos! No voy a tomar un arma, ¡Así que no tienen que preparar sus láseres! ¡Por favor! ¡Vas a hacer que me orine encima! Dios…

“Chris, aquí está tu collar”.

Era el collar que le había quitado a Chris cuando la despertamos de la cápsula de criosueño, un artículo elegante y bien hecho con una piedra preciosa lila.

“Puedes quedártelo”, se negó. “No has terminado de protegerme, después de todo… mi caballero”.

La pequeña flota del conde Dalenwald me parecía bastante fuerte, así que dudaba que necesitara que me quedara de guardia. Pero si eso era lo que Chris quería, entonces tal vez me aferraría al collar por un tiempo.

“Si ese es su deseo, mi lady”.

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“Sí, lo es”. Chris sonrió ante mi respuesta.

Sí, sigue siendo súper linda. Se notaba que era una dama refinada de una familia noble, especialmente cuando llevaba ese vestido blanco.

“Nos vemos pronto”, dije.

“Sí. Pronto de nuevo”.

Con nuestro mantenimiento y reabastecimiento completo, mañana sería el día perfecto: Ganar 250.000 Ener sólo por estar sentados en nuestros asientos y no hacer nada. Ahora que Chris estaba a salvo en el buque insignia de su abuelo, su tío no tendría ninguna razón para ir tras nosotros. Por fin podríamos descansar nuestras cansadas almas.

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