Mezametara Saikyou (NL)

Volumen 4

Capítulo 2: Emboscada.

Luego llegó el tercer día guardia escoltando el buque de suministros privados y junto a la Unidad de Caza de Piratas de Serena

“Tu presencia está dificultando enormemente la atracción de los piratas”, se quejó Serena.

“¡¿Cómo va a ser culpa mía?! Ya se han dado cuenta de tu estrategia de la carnada, eso, o estaban tan golpeados que ya no tenían ganas de atacar”.

“¡Imposible! Acabo de cambiar las identificaciones y los nombres de las naves”.

“Vaya, lo dice como si nada…”. Elma se rió.

“El poder del estado es aterrador, ciertamente…”. Mimi se estremeció.

Las identificaciones de las naves eran identificadores únicos que se daban a cada nave espacial. No había dos naves que tenían la misma identificación, y eran importantes para llevar la cuenta de la afiliación de cada nave y cosas por el estilo, así que normalmente no se cambiaba el tuyo.

Palabra clave: normalmente.

No es que no hubiera lagunas, por supuesto. Casi todos los piratas usaban la identificación de las naves que habían derribado. Eso tenía sentido, dado que las naves que usaban eran básicamente naves mejoradas que habían robado. De todos modos, cambiar el ID de tu nave significaba que sería tratada como una nave diferente. La afirmación de Serena de que acababa de cambiar las identificaciones de las naves fue un peligroso lapsus -aunque yo lo ignoré, por supuesto.

Me di cuenta de que Chris estaba sospechosamente callada. Me giré para ver qué pasaba y me di cuenta de que había cerrado los oídos y los labios. Si esto fuera un manga, su boca estaría en forma de X ahora mismo.

En cuanto a lo que todos los demás estaban haciendo… bueno, no había mucho que hacer además de estar en guardia, así que las chicas estaban todas en espera en la cabina. Serena también parecía aburrida, ya que no nos dejaba en paz.

Aparentemente, menos ataques piratas significaban más papeleo para ella, así que estaba encerrada en su cabina haciendo precisamente eso.

Serena nos molestaba constantemente, a personas que ni siquiera eran sus compañeros de trabajo, para desahogarse. Tuve que preguntarme sobre sus relaciones en el lugar de trabajo. ¿Era una solitaria?

Mei, mientras tanto, estaba limpiando la nave. Intentamos mantener nuestro espacio de vida ordenado, pero ella dijo que las partículas de polvo fino se estaban acumulando, por lo que había estado limpiando cada vez que tenía tiempo en los últimos días.

Finalmente le contesté. “Ya que no podemos probar si es o no mi culpa que los piratas no vengan, vamos a ignorar todo ese asunto. Teniente Comandante, ¿con qué frecuencia aparecen los piratas en el Sistema Cierra en general?”

“Así que eres de los que ignoran las cosas que son su culpa”, dijo ella con malhumor. “De todos modos, después de la gran batalla del otro día, los avistamientos han sido…” Antes de que Serena pudiera terminar, las alarmas se dispararon en el Krishna. Parecía que nuestra nave de suministros había sido interceptada.

“Parece que ha llegado el momento”, sonreí.

“Nos dirigiremos hacia ustedes inmediatamente”, respondió Serena. “Tardaremos unos cinco minutos, ya que hemos mantenido la distancia. Resistan hasta entonces”.

“¡Sí, sí! Mimi, cambia el radar a modo de batalla a corta distancia y abre las comunicaciones con el Pelican IV. Elma, los sistemas de defensa son todos tuyos. Estaremos en batalla tan pronto como volvamos al espacio normal”.

“Entendido.”

“De acuerdo, Jefe”.

Ajusté los propulsores del Krishna y el viaje FTL para hacer frente a la interdicción. El Pelican IV parecía estar tratando de escapar, pero no lo conseguirían tan fácilmente.

Según recuerdo, los interdictores funcionaban creando un pozo de gravedad artificial, que arrastrarían forzosamente a las naves que van más rápido que la luz a la velocidad normal. Recuerdo haber leído en Stella Online que los dispositivos de gravedad artificial en las naves eran extremadamente poderosos.

El bando interdictor sólo tenía que mantener la gravedad artificial fija en su objetivo, mientras que los que eran interceptados tenían que tratar de mover su nave en todas las direcciones para escapar de ellos. Una nave pequeña y rápida como el Krishna podía escapar, pero no una gran nave de suministros. El Pelican IV no tenía ninguna posibilidad.

“Aquí el Krishna”, llamé a la otra nave. “Pelican IV, responda”.

“Aquí Pelican IV. Estamos siendo interdictados por una nave no identificada de afiliación desconocida. Estamos tratando de escapar, pero no va bien”.

“Terminen su viaje FTL sin resistirse. Eso hará que sea más fácil luchar, y debería ser más fácil en su generador. Una vez que estén de vuelta en el espacio normal, cambien la salida a sus escudos. La caballería estará allí en cinco minutos”.

“Entendido. Buena suerte en su lucha. Nos prepararemos para el combate cercano”.

El Pelican IV tenía algunos de los propios soldados “navales” de la Unidad de Caza de Piratas, por así decirlo (así era como el imperio llamaba al personal de combate cara cercano estacionado en los barcos), equipados con armadura y armas pesadas. Cuando los piratas abordaban el barco para robar algún botín, serían recibidos por hombres fornidos y bien armados. Casi me sentía mal por ellos.

“Probablemente esto va a ser una pelea”, les dije a las chicas. “Todo el mundo, asegúrense de tener los cinturones puestos. ¡Mei!” Abrí una llamada con Mei, que todavía estaba limpiando.

“¿Sí?”, respondió con prontitud.

“Estamos a punto de entrar en combate. Mantente a salvo allí, ¿de acuerdo?”

“Sí, entendido. Buena suerte, Maestro”.

“¡Gracias!” Terminé la conversación y comprobé el estado de la nave. Serena había reabastecido nuestra munición antiaérea, así que todo estaba en plena forma. De ninguna manera perdería ante los piratas espaciales.

“El Pelican IV ha reducido su velocidad. El número de naves no identificadas es…

¡¿Eh?!” Mimi jadeó.

“Mimi, ¿qué pasa?”

“U-um, hay once naves en total, pero…”

“¿Pero?” Le insistí.

“Hay un gran… No, un acorazado entre ellos, junto con dos cruceros!”

“Ah, ya veo…”

Cuando nos referimos a las grandes naves en el radar, que sería equivalente a los cruceros en términos de buques de guerra. Los acorazados serían aún más grandes. Por cierto, los destructores estaban en algún lugar entre las grandes naves y los acorazados, mientras que las corbetas solían considerarse medianas.

“Tengo un muy mal presentimiento sobre esto…” Elma suspiró.

“Eh, lo mismo digo. Una vez que salgamos, despliega las bengalas inmediatamente. También los ECM”. Dejé escapar una risa seca cuando el interdictor tuvo éxito, arrastrando al Krishna a la batalla. Al mismo tiempo, yo puse el generador al máximo y utilicé los recalentadores para acelerar bruscamente. “¡Miren eso, amigos! Un despiadado bombardeo sorpresa”.

“¡¡¡Esto no tiene gracia!!!” Elma gritó.

“¡Eeeek!” Mimi chilló junto a ella.

Los láseres de color rojo sangre atravesaron el espacio donde acababa de estar el Krishna. Si no fuera porque aceleré, podrían haber dado un golpe directo en nosotros. Desactivé el modo de asistencia de vuelo y activé los propulsores de control de posición mientras mantenía nuestra velocidad y vector, haciendo que el Krishna girara hacia el acorazado.

“Un poco anticuado, pero esos son definitivamente los barcos oficiales de la flota imperial”, señalé. “La flota seguro que tiene una seguridad deficiente, ¿eh?”

Era obvio que esto no era un ataque pirata normal; los piratas no podían poner sus manos en once naves imperiales. Sin duda, Balthazar los había reclutado explícitamente para ayudar a matar a Chris. Estas eran igual a las naves furtivas del ataque a Cierra III.

“¡Caramba, qué descarados pueden ser!” Mientras Elma gritaba, activé los propulsores de nuevo y cargué hacia el acorazado. Permanecer lejos de un acorazado sería un plan insensato; cuanto más lejos estuvieras, más probable sería que te dispararan con los láseres.

Esto significaba lidiar con fuerzas G que incluso el dispositivo de control de inercia del Krishna no podría manejar, pero tendríamos que apretar los dientes y soportarlo. Elma y yo estábamos bien, pero era difícil para Mimi y Chris. Especialmente para Chris.

“¡Uuuurk!” Hubo un suspiro de dolor detrás de mí, pero por desgracia, no podía ayudar a Chris en este momento.

Los escudos del Krishna eran fuertes, pero no lo suficiente para hacer frente a los cañones láser de alta potencia y gran calibre del enemigo. Si recibimos unos cuantos impactos de esos, nuestros escudos desaparecerán en un instante.

“¡¿Qué estás haciendo?!” Exigió Elma.

“¡¿Qué otra cosa puedo hacer sino luchar?!”

La forma más rápida de derribar el acorazado sería cargar y utilizar nuestros torpedos reactivos, pero eso no era una buena idea en este momento. Sin embargo, había un truco para luchar contra una fuerza enemiga abrumadora que tenía un gran barco en medio.

Intenté rodear el punto ciego del acorazado enemigo, esquivando una lluvia de fuego defensivo a medida que avanzaba. Pero rápidamente utilizó su control de posición en un intento de frustrar mi ataque. Los cruceros y otras naves enemigas trataron de respaldarlo, pero llegaron demasiado tarde.

“¡Ah, sí!” Me deslicé más allá del puente del acorazado y usé los propulsores de control de posición para cambiar la dirección de nuevo. Una vez que estaba directamente detrás de la nave en su punto ciego, me pegué a ella. Ahora sus amigos dejarían de usar armas fuertes por miedo a fallar y golpear el acorazado.

Básicamente, el acorazado se convirtió en un enorme escudo para mí. O un rehén, se podría decir. Luchar limpiamente significaría ser aplastado en diez segundos, así que tuve que usar a los atacantes contra sí. Claro que luché sucio, pero no me importó. Estas batallas no eran asuntos honorables.

Una lucha a muerte no viene con reglas.

“¡Las naves pequeñas y los portaaviones están llegando!” Mimi anunció.

“Todo está previsto. No se preocupen”. Su única manera de deshacerse de mí era enviar otras naves a luchar contra mí.

Pero luchar contra esas naves era mi especialidad y la del Krishna. Me aferré como un parásito al acorazado que estaba detrás de nosotros mientras intentaba alejarse, aplastando las pequeñas naves con mis cuatro láseres pesados. Es como disparar a un pez en un barril.

“¿Eh? ¿Qué está pasando?” Chris preguntó, totalmente confundida por los movimientos del Krishna.

“Está usando propulsores traseros y de control para pegarse al acorazado mientras lucha. Aunque no puedo explicar cómo”. Mimi le dijo lo que pudo sobre ello, sonando terriblemente orgullosa por alguna razón.

“Sigues moviéndote como un bicho raro”, se quejó Elma.

Oye, ¡no soy raro! Sólo estoy usando el radar y el HUD al mismo tiempo para poder predecir los movimientos del enemigo y controlar los propulsores para seguirlos… No es que tenga tiempo de explicarlo ahora.

Empecé a escuchar las comunicaciones del enemigo.

“¡No se retira! ¡Derríbenlo ya!”

“¿Qué es lo que pasa con esos espeluznantes movimientos? ¿Cómo puede girar así y seguir al lado de la nave?”

“¡Maldita sea! ¡El Caza III ha caído! ¡Es más fuerte de lo que pensábamos!”

¿Por qué estaban usando la frecuencia compartida de la flota imperial? ¿Eran soldados? ¡Oye, espera! Pensé que sólo tenían una seguridad deficiente, ¡pero no! ¡Son soldados! ¿El tío de Chris los sobornó? ¡¿Quiénes son estas personas?!

El enemigo continuó gritando entre sí.

“¡Argh! ¡¿Estamos perdiendo?!”

“¡Estoy en una corbeta, maldita sea! ¿Cómo una pequeña nave como esa llegó a ser más fuerte que los cruceros?!”

Habiéndose cansado de recibir tanto daño de una nave pequeña, una corbeta -una nave mediana, según los estándares de los mercenarios- vino volando hacia el Krishna.

Pero ni siquiera sus escudos y su armadura pudieron resistir toda mi potencia. Perdió sus escudos casi al instante y recibió grandes daños en su chapa y el casco antes de alejarse de forma lamentable.

Después de unos minutos de estar atrapados en un punto muerto defensivo, la Unidad de Caza de Piratas finalmente apareció, liderada por el acorazado Lestarius. Su buque insignia era seguido por cinco cruceros, tres destructores y dos corbetas. Todos ellos rugieron mientras salían al espacio regular. En realidad, ¿cuenta como “salir” si sólo estás apagando su viaje más rápido que la luz?

En cualquier caso, ¡la caballería estaba aquí!

“¡Atención, todas las naves imperiales presentes!” La voz de Serena retumbó poderosamente. “¡Somos la Unidad de Caza de Piratas de la flota imperial, y yo soy su comandante, la Teniente Comandante Serena Holz! ¡Sus actos hostiles violan flagrantemente el código imperial! Cesen el fuego de inmediato y detengan sus motores”.

Con la llegada de Serena, se podría pensar que el silencio caería sobre este sector del espacio, pero no hubo tal suerte.

“Uh, ¿Serena…? No se detienen en absoluto”.

El acorazado siguió girando hacia el Krishna, y las pequeñas naves restantes y las naves portadoras seguían intentando desesperadamente despegarme de él.

“¡Repito!” Gritó esta vez, la rabia era evidente en su voz.

“¡¡¡Cesen el fuego de inmediato y deténgan sus motores!!! ¡Sus acciones van salvajemente contra las leyes y el código imperial! Si no obedecen de inmediato, entonces de acuerdo con el artículo seis, párrafo tres de la ley imperial, los derribaré. ¡Deténganse inmediatamente!”

Pero no se detuvieron. En cambio, ignoraron totalmente al Pelican IV y centraron toda su atención en el Krishna. Era obvio lo que querían.

“¿Crees que se detendrán?” Preguntó Elma.

“Realmente lo dudo”.

“¿Tú…?” Mimi sonaba preocupada.

“Está claro que me quieren”, dijo Chris en voz baja. “No sé qué tipo de conexiones tiene mi tío, o qué métodos utilizó para enviarlos por nosotros, pero ahora no se echarán atrás”.

No podía apartar los ojos de la batalla, así que no podía ver la mirada en su rostro, pero su tono era intranquilo. Sin duda su adorable rostro estaba nublado por la tristeza. Su tío era un hombre horrible; eso estaba claro.

“No te preocupes por dañar el Westall”, declaró el enemigo. “¡Armas libres!”

“Entendido. Armas libres”.

Se oyó un estridente ruido de advertencia en la cabina del Krishna. Al mismo tiempo, innumerables misiles se dispararon desde las naves restantes del enemigo

“Armas libres” es básicamente una orden para utilizar todas sus armas en el enemigo. En otras palabras, el tipo estaba diciendo a sus amigos que usaran todo lo que tenían para derribar al Krishna, incluso si eso significaba herir al acorazado que tenía al lado.

“¡¿Están locos?!” Grité.

“¡Los misiles buscadores vienen hacia aquí!” Elma anunció.

“¡Armas libres! ¡Acaben con esos desertores! Abran fuego!!!”

Habiendo decidido que ya era suficiente, Serena ordenó a su unidad atacar.

En este punto, no podíamos seguir pegados al acorazado; después de todo, ahora iban a disparar indiscriminadamente. Diablos, nos hundiríamos antes de que el acorazado lo hiciera.

“¡Nnnngh! Maldito sea!” Renuncié a seguir pegado al enemigo, acelerando fuertemente y sumergiéndome en la lluvia de misiles.

“¡¡¡Urk!!!”

“¡¡¡Eep!!!”

“¡¡¡Uf!!!”

Elma, Mimi y Chris respondieron con un coro de suspiros y gritos. Al mismo tiempo, disparé mis cañones antiaéreos, destruyendo los misiles buscadores de calor que venían hacia mí y volando directamente hacia la explosión resultante.

“¡Genial! Maniobra perfecta”. Me felicité a mí mismo.

Los misiles que no habían sido destruidos se confundieron en el momento en que nos sumergimos en la explosión, volando en diferentes direcciones. Elma debe haber usado las bengalas justo cuando entramos, ya que varios de los misiles fueron guiados hacia ellos. ¡Qué diosa!

Pero aún no estábamos fuera de peligro. Nos dirigíamos directamente hacia las naves enemigas, y estaban apuntando sus grandes cañones láser sobre nosotros en este mismo momento.

“¡Anti-rastreadores!” Exigí.

“¡Lo sé!” respondió Elma, que ya estaba en el caso.

Desplegamos los anti-rastreadores para interferir con sus láseres de bloqueo y maniobras evasivas, pero como estábamos arremetiendo contra ellos, era imposible evitarlos por completo. Las alarmas sonaron en la cabina, y los escudos empezaron a palidecer y a parpadear. Las naves de grado militar y de rango crucero, simplemente estaban construidas de forma diferente. El Krishna no podía soportar tanto daño.

“¡Nuestros escudos!” gritó Mimi.

“No te preocupes. Todavía no es hora de entrar en pánico”.

“¡¡¡Estás muy tranquilo!!!”

Conseguí calmar a Mimi mientras me pegaba a uno de los cruceros enemigos. Al mismo tiempo, innumerables láseres rasgaban el espacio cerca de nosotros. El acorazado enemigo debe haber dado por fin la vuelta y apuntado sus láseres de gran calibre en el Krishna.

“De acuerdo”, refunfuñé. “Ya he tenido demasiadas emociones fuertes por hoy”.

“Para que lo sepas, creo que eres un completo idiota”.

“Si eso nos hubiera alcanzado, nosotros…” Mimi se estremeció.

“Está bien, está bien. Todo va según el plan”.

Vale, eso era una gran mentira. Nuestros escudos estaban casi agotados, así que si ese bombardeo nos hubiera alcanzado, estaríamos en serios problemas. Eso no nos destruiría del todo, pero habríamos recibido grandes daños. Afortunadamente, el Krishna estaba equipado con una placa de alto grado, por lo que podía soportar al menos un disparo del cañón principal de un acorazado. Déjenme decirles que esa mierda era cara.

Mientras rememoraba los viejos tiempos de Stella Online cuando evadía el fuego enemigo, me di cuenta de que una ráfaga de láseres acababa de alcanzar el crucero que estaba usando como escudo.

“¡Maldita sea!” Pisando a fondo el acelerador, huí de la explosión. Las otras naves intentaron derribarnos, pero el Krishna ya había desaparecido: sólo consiguieron alcanzar a sus propios aliados. Como el enemigo estaba centrando sus cañones principales en el Krishna, habían dejado sus flancos y bajos expuestos al ataque de la unidad de Serena.

“¡Un disparo nos rozó!” me informó Elma.

“Eso nos pasa por estar cerca de su objetivo”.

“Nos habrían derribado al principio si no lo hubiéramos hecho”.

La Unidad de Caza de Piratas, con sus nuevos y más abundantes buques, derribó un barco tras otro. Algunos sufrieron fallos de motor, otros tenían sus sistemas de propulsión destruidos, y otros tenían su cubierta superior -donde estaban instaladas sus armas principales- muy dañada.

Los destructores y las corbetas ya parecían haber naufragado, así que sólo su acorazado podía luchar en este momento.

“Por Dios… Supongo que la batalla ha terminado, ¿no?”

En medio de todo esto, nos había escondido detrás de uno de los cruceros que había perdido su sistema de propulsión. Todavía teníamos que tener cuidado, ya que el acorazado enemigo aún podía apuntarnos.

“¿Estás seguro de que debemos escondernos?” Preguntó Mimi.

“A estas alturas, no tiene sentido correr riesgos innecesarios”. Respondí.

“Sí”, estuvo de acuerdo Elma.

Sólo un idiota saltaría y diría: “¡Soy el capitán Hiro, y te reto a un combate individual”. Garantizaba que sería derribado por sus láseres de gran calibre.

Además, la gente que nos atacó parecía ser de la flota imperial, por lo que era demasiado arriesgado atacarlos aparte de la pura autodefensa. Tenía una amiga aquí, seguro, pero ella tenía un montón de soldados con ella. Si no teníamos cuidado, era totalmente posible que pudiéramos ser arrestados.

Así que me guardé mis torpedos reactivos y ni siquiera ataque al crucero que estaba escondido detrás, sólo disparando a la pequeña nave que vino activamente por nosotros. Si la unidad de Serena no hubiera venido para ayudarnos, habría sido mucho más agresivo. Para ser justos, sin embargo, el Krishna no habría salido indemne de la situación. Nosotros incluso podríamos haber sido derribados, viendo que casi perdimos nuestros escudos esta vez.

Realmente, las flotas espaciales organizadas eran aterradoras.

“Repito, ¡¡¡Paren su motor!!!” Serena continuó, completamente furiosa. “¡La batalla ha terminado! Cualquier otro sacrificio sería totalmente sin sentido!”

Después de un momento de silencio, el acorazado enemigo detuvo su motor.

“Habla el vice capitán del Westall, el teniente comandante Romando Kestrel”, respondió el enemigo. “Hemos parado nuestro motor y esperamos nuevas órdenes”.

“Bien. ¿Dónde está su capitán?”

“El capitán Eugene Herasmus se ha suicidado. Ahora estoy al mando de esta nave”.

“Ya veo”, suspiró Serena. “Empezaremos a rescatar a los heridos ahora. Prepárense para recibirnos”.

“Si, señora”.

No tengo ni idea de cómo o por qué nos enviaron soldados imperiales, pero parecía que la batalla finalmente había terminado. El acorazado Westall recibió al Lestarius de Serena, y las naves de la Unidad de Caza de Piratas se unieron a los cruceros enemigos inmóviles. A partir de este momento, ellos comandarían las naves enemigas.

¿Suicidio? reflexioné. Eso es sospechoso.

“¿Se acabó?” Preguntó Mimi.

“Parece que sí”, respondió Elma. “Sin embargo, todavía debemos tener cuidado”.

“De acuerdo. Podrían reiniciar sus motores para un ataque sorpresa. Esperemos y observemos un poco antes de volver al Pelican IV”.

Con eso, tomé mi esfera de gravedad y bebí un poco de refresco sin gas bien frío. Ah… puedo sentir su dulzura extendiéndose por mi cuerpo tenso y cansado. Hubiera preferido el refresco con gas, pero estaba en la bodega de carga. No podía abrirlo en el Krishna debido a la presión del aire o la gravedad artificial o algo así. Si lo hiciera, explotaría por toda la nave y mi tripulación.

“Mei, ¿estás bien?” Pregunté.

“Sí. Mis funciones son normales y no tengo daños”.

“Genial. La batalla está casi terminada, pero prepárate para cualquier cosa hasta que atraquemos en el Pelican IV”.

“Entendido.”

Ahora, todo lo que teníamos que hacer era esperar. No le tomaría mucho tiempo a Serena para comandar esas naves enemigas.