Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 4

Capitulo 8: La Recompensa De Tenshi-sama

Parte 2

 

 

— … Si pudiera decirte que me gustas no sufriría.

Susurro en voz baja, y suspiro después de pasarle un dedo sobre sus labios humedecidos. El hecho de que la chica que le gusta confié tanto en el como para mostrarse tan indefensa, lo hacía sentir realmente feliz pero a la vez cierto dolor. Dudo un poco de que fuese a despertarse, pero se llenó de determinación la tomó por los hombros y la movió un poco más fuerte.

— Mahiru, despierta, ya es hora de ir a casa.

Y en esta ocasión fue lo suficientemente fuerte que por fin despertó. Volteó a ver con su lindo rostro somnoliento, la había visto tanto tiempo que tal vez no podría dormir. Mahiru ya se había quedado a dormir varias veces en su casa sin querer, o lo mejor sería decir que le presto su cama, por lo que su última carta sería dejarla dormir en su habitación, pero de ser posible le gustaría que regresara a casa. Después de que Mahiru se despierta siempre dejaba un dulce aroma sobre las sabanas, y en cierto sentido le era un problema. Cada que Amane dormía en su cama después de eso terminaba sintiendo su aroma por lo que quería evitarlo.

Después de moverla un poco toco ligeramente sus mejillas, y después de que sus pestañas temblaran comenzó a levantar los parpados, sin embargo los ojos color caramelo que se encontraban detrás parecían algo oscuros, como si no estuviera enfocando, no sabía a donde se encontraba viendo, era como si aún se encontraran detrás de una cortina.

— Mahiru, por favor, ve a dormir a tu casa.

— … Nn

— No es “Nn” es “Umm”

— … Umm…

Claramente le respondió sin saber que estaba diciendo, Amane le jalo ligeramente las mejillas intentando despertarla. ¿Habrá dado resultado? Volvió a ver sus ojos pero en esta ocasión termino cayendo a su pecho acurrucándose. Pudo escuchar como susurro “Que bien huele” entre sueños, y Amane logro soportar de algún modo un gemido dentro de su garganta.

(En serio esta chica es…)

Al principio se preguntaba si lo estaba tan indefensa a propósito, o tal vez podría ser que era su deseo era estar dentro de sus brazos mientras era consentida, pero tal vez lo mejor para el seria alejarla un poco y agarrarse a cabezazos contra la pared.

Apretó con fuerza sus labios, la tomo por los hombros y la alejo lentamente, su mirada parecía perdida.

— Mahiru, ya es tarde vayamos a casa, mañana tenemos clases así que sería malo si te quedaras dormida, te acompañare hasta la puerta de tu casa.

A pesar de que eran vecinos se sentía inseguro simplemente despedirla en la sala cuando estaba medio dormida y sin fuerzas. No sabía si entendió o no lo que le había dicho, pero se puso de pie sin fuerzas mientras decía “Buenas noches…” Y estuvo a punto de desmoronarse al suelo lo que hizo que Amane se apresurara a sostenerla.

Puede que haya estado soportando el sueño debido al cansancio por la emporada de clases, también había tenido peso durante los días de descanso, por lo que al ponerse de pie esforzándose con sueño eso fue lo que ocurrió.

(… No queda de otra)

Lo más seguro era que si le prestaba su hombro y la llevaba a casa, en cuento entrara terminaría cayendo al suelo. Suspiro y se le quedo viendo al rostro de Mahiru.

— Mahiru, parece que estas en el límite, me gustaría llevarte hasta tu habitación, ¿Podrías prestarme tus llaves? Aunque terminaría entrando a tu habitación.

Realmente no creía que fuese bueno entrar en su casa, tampoco era bueno preguntarle cuando está en esa situación que no puede razonar bien. Pero a pesar de que ya hayan tenido experiencias previas, que se quedara a dormir en la casa de o dejarla en su casa… Probablemente lo mejor sea lo último. Si Mahiru estuviera en su casa podría dormir más tranquila, además de que debería de ser mejor dormir en su propia cama que usando la almohada de Amane a la que no estaba acostumbrada.

Ya estaba despierta así que aprovecho para obtener su aprobación, haciendo que por poco pudiera liberarse de la sensación de culpabilidad por entrar en su casa. Después de corroborar que aceptara, comenzó a buscar las llaves en los bolsillos de sus pantalones cortos.

Mahiru parecía estar en su límite medio dormida, que cuando se recargo en Amane casi terminó durmiéndose, si no la llevaba rápido a casa terminaría completamente dormida en sus brazos.

Salió de la casa procurando hacer la menor cantidad de ruido posible, y se quedó de pie frente a la casa de Mahiru, logro abrir la puerta con habilidad teniéndola en sus brazos y entro lentamente a su casa.

— … Con permiso.

Dentro, era evidente de entre lo evidente, pero el departamento era el mismo que el de Amane por lo que sabía dónde se encontraba su dormitorio. Si tuviera que decir algo diferente a su departamento, era el aroma dulce y gentil que comenzó a envolverlo.

Su personalidad salía a la luz, el piso estaba reluciente, no se podía ver nada de suciedad, al lado de la pared se entraba un espejo y un florero con rosas, el ambiente era tal que no podía calmarse. Al fondo se encontraba la cocina, y podía ver el suelo con un color natural y un gentil bando, incluso los utensilios y muebles estaban limpios y ordenados dándose una sensación de adultez, sin embargo no le daba la sensación de vida, incluso podría decirse que no se sentía como si una persona viviera allí.

Realmente además de la escuela, dormir y ducharse, casi todo el tiempo estaba en la casa de Amane, por lo que en cierto sentido era un ambiente cercano a poder decir que nadie vivía allí. Mientras que pensaba en ello, Amane abrió la puerta de la que pensaba era su dormitorio y entro.

Era la habitación de una chica, era la primera vez desde que nació que entraba a una, normalmente todas las chicas del mundo se molestarían por ello, era una habitación realmente limpia. Ese lugar era parecido a la sala de estar con una sensación de ser pulcro, pero, si se veía bien podía verse más vivido y era más personal, o eso le pareció. Frente a si había cosas que en verdad no eran necesarias pero a la vez daban cierta impresión, sobre su escritorio había libros de física entre otras cosas, además de los peluches que Amane había conseguido en el centro de juegos y se los había regalado.

También se encontraba allí el peluche que le había regalado el día de su cumpleaños, seguía tan limpio como el día en que se lo dio, lo había dejado junto a sus almohadas. Si tuviera que decir algo extraño era que listón azul que tenía estaba amarrado a manera de moño. Escucho que lo cuidaría con aprecio, y al verlo así sobre las almohadas pudo sentir como era verdad. Sus mejillas se enrojecieron un poco. Había Imaginado como dormía cada noche abrazándolo.

Lo soporto mordiéndose la parte interna de su mejilla y dejo a Mahiru en su cama y la cubrió con sus sabanas, ahora se sintió agradecido de que hoy tuviera puestos unos pantaloncillos cortos y medias negras. Sería que se percató cuando movían su cuerpo que Mahiru comenzó a abrir los ojos aun medio dormida. Parpadeo varias veces y sonrió, Amane se puso de rodillas en el suelo y comenzó a acaricias las mejillas de Mahiru que se encontraba sobre la cama.

— Ya estás en casa, te regreso la llave así que puedes estar tranquila.

Hoy ella lo toco mucho por lo que un poco de su parte no debería de estar mal, pensaba en eso mientras tocaba sus suaves mejillas, y Mahiru le mostraba una sonrisa varias veces más linda que lo que había hecho en todo el día, de ese modo se le quedo viendo con una mirada gentil y golpeo varias veces la cama a su lado.

— … Amane-kun, tú también…

“Amane-kun, tú también…” sabía que era lo que le continuaba y se quedó petrificado. “Duerme aquí, conmigo” de seguro quería decir eso posiblemente quería que se convirtiera en su almohada para abrazar.

(… No tiene ninguna intención, no tiene ninguna intención)

Dudo un poco mientras se decía en eso y era derribado por sus propios deseos. De ese modo un poco perdida Mahiru continuó hablándoles como si fuese una pequeña niña que acababan de mandar a la cama, y solo se limitó a acariciarle la cabeza gentilmente incitándole el sueño.

— Me iré a dormir a mi casa ¿Sí?

— ………No.

— No puedo quedarme demasiado tiempo en la habitación de una chica, cuando te despiertes de seguro te arrepentirás, voy a ver como abrazas tu almohada después de todo.

En el hipotético caso de que se acostara a su lado no podría dormir en toda la noche, y ya podía ver como en cuanto Mahiru se despertara estaría confundida, sonrojada y lo golpearía con la almohada.

Otonari No Tenshi Volumen 4 Capitulo 8 Parte 2 Novela Ligera

 

 

Así que para poder proteger el ambiente tranquilo de mañana se negó con todas sus fuerzas. Pero parecía que Mahiru oponía resistencia a un en el límite casi dormida. Llegando a eso, tomo a Kuma-san quien estaba a su lado y lo llevo a su casa.

— Duerme con él en mi lugar, puedes estar tranquila y descansar.

Parecía que ya dormían juntos mientras lo abrazaba, así que le entrego el peluche de Kuma-san. Le había susurrado gentilmente mientras acariciaba su cabello mientas que Mahiru termino abrazando el peluche mientras dejaba salir unos dulces sonidos. Se veía tan linda que su tuviera en celular al alcance sin duda alguna le hubiera tomado una fotografía, pero se sintió más relajado al percatarse que no llevaba consigo nada más que las llaves de su casa. Seria grosero tomarle una fotografía a una chica mientras duerme sin su permiso, e incluso podría pensarlo como un acto de perversión.

Por fin sus largas pestañas bajaron escondiendo tras sus parpados sus grandes ojos, y comenzó emitir un sonido al respirar mientras dormía, Amane suspiro intentando no despertarla.

(… Es tan descuidada que da miedo)

Podría ser que fuese tan vulnerable con Amane porque confiaba en él y se dejaba consentir, pero era bastante difícil que la chica que le gusta se mostrara así ante él. Lo soporto muy bien, se alago a si mismo mientras salía de su habitación intentando no hacer ruido. Y del mismo modo salió del departamento.

Esa noche tardo mucho tiempo antes de que lograra dormir.

— Buenos días….

— Ah… Buenos días…

Al día siguiente ambos se sentían incomodos al verse directamente, era algo inesperado. Era una mañana normal pero era algo inusual que viniese a la casa de Amane antes de la escuela, después de todo de seguro había venido a hablar de lo sucedido la noche anterior.

Para Amane ayer fue el día de su recompensa y tuvo la culpa de quedarse dormido, pero aun así era malo para su corazón que de repente llegara por la mañana. Recordó la suavidad de sus piernas así como su dulce aroma al entrar en su habitación, y a pesar de que haya obtenido su permiso. Eso fue algo cercano de entrar por su cuenta, pero aun así no podía evitar tener presente su rostro lindo al dormir.

Cuando pensó que al fin logro dormir el despertador que anunciaba la llegada de la mañana sonó de inmediato y ahora se encontraba falto de sueño. Por el contrario, parecía que Mahiru había dormido muy bien con rostro y piel refrescantes, solo que parecía que estaba algo avergonzada y no podía tranquilizarse.

Amane se había quedado petrificado cuando Mahiru había llegado temprano cuando estaba por desayunar, y ni siquiera sabía a donde debería voltear. La recompensa había tenido demasiado efecto, y después de haber disfrutado aquella sensación ahora le era difícil verla directamente a la cara, además, Mahiru no parecía darse cuenta, mientras que su corazón se llenaba de culpabilidad y vergüenza.

— A… Que… ¿Qué pasa desde tan temprano? Ah, no, viniste por las llaves ¿Verdad? Siento haber regresado con ellas.

— He… Ah, no… Eso… Bueno es cierto…. Pero no es eso.

A pesar de que fuesen cercanos fue malo que se llevara las llaves de la casa de una chica consigo. Para empezar, pese que no había de otra el mismo hecho de entrar a su casa ya era malo, estaba arrepentido.

(… Después de todo no le gusto que viera su habitación…)

Para él era una habitación muy limpia y ordenada, pero de seguro para ella fue algo demasiado atrevido el que hubiera visto su habitación. En el caso de que tuviera ropa interior a la vista en su cuarto, era seguro que no lo volvería a hablar ni siquiera ver. Afortunadamente no fue el caso, pero aun así estaba la posibilidad de que lo evitara por un tiempo.

— Ah, este… ¿Puedo preguntarte algo?

— Um.

— … Cre…. Creo que tengo una fotografía sobre mi escritorio…

— ¿Fotografía?

Era algo descortés ver demasiado en su cierto por lo que realmente no recordaba nada como una fotografía, si Mahiru lo decía así de seguro era algo complicado. Intento buscar en sus recuerdos, pero parece que lo paso por alto.

— No, no la vi… ¿Ocurrió algo? ¿De casualidad choque con algo y la rompí?

— ¡No es eso!… Si no lo viste está bien… Si no lo viste…

Parece que tenía adornada una fotografía que no quería que viera, haciendo que terminara sintiéndose más aliviada, le daba curiosidad pero era un problema de privacidad por lo que no podía hacerlo, al verla más tranquila Amane asintió.

— Realmente no vi mucho de la habitación, lo que vi fue el peluche que te había regalado todos juntos, además de a ti durmiendo mientras abrazabas a un peluche…

— ¡Olvida eso!

Termino respondiendo sin querer “No, pero ya me lo habías dicho antes…” Y lo fulminaron con la mirada.

— No me digas que… Abrazando a un peluche…

— … Me pediste que durmiera contigo pero eso era imposible así que en cambio te di el peluche.

— ¿¡Te invité a dormir conmigo!?

Su expresión mostraba que le había impactado lo que había dicho medio dormida, y eventualmente se puso completamente roja.

(Bueno, estabas medio dormida por lo que no lo creerías)

— E… ¿¡En serio dije eso!?

— Más que decirlo dijiste mi nombre mientras golpeabas la cama a tu lado… pensé que me pedias que durmiera a tu lado.

— AAAAA….

Mahiru levantó la voz a la vez que llevaba las manos a su rostro, estaba completamente roja y con lágrimas en sus ojos.

Otonari No Tenshi Volumen 4 Capitulo 8 Parte 2 Novela Ligera

 

 

— No, ¡No es eso! ¡Normalmente no, no diría eso! Solo… Este… Amane-kun… Estaba…. Tranquila a tu lado… No es como si te hubiera pedido eso… Aunque es verdad que quería contacto…

— ¿A qué te refieres?

— ¡No preguntes demasiado!

En verdad estaba hablando de manera extraña mientras parecía estar alborotada con su respiración entrecortada, Amane tampoco podía relajarse.

— Bueno, realmente no entiendo bien pero no preguntaré, a pesar de que estabas medio dormida te pedí permiso para llevarte hasta tu cama, si no te hubieras despertado te hubiera dejado dormir en mi habitación.

— … No estaría mal…

— ¿He?

— Nada.

Parecía que había dicho algo en voz baja pero cuando intento preguntar Mahiru fingió que no había dicho nada. Posiblemente se había dicho alguna clase de excusa de manera de que no lo escuchara.

— Como sea, aunque sea que confías en mí, se bien que no es como si pudiera quedarme a dormir contigo como si nada, si lo vuelves a hacer de verdad me dormiré contigo y dejare queme abraces.

A pesar de que le había sugerido que durmiera con ella no podría dormir en toda la noche, por lo que si no le llamaba la atención así Mahiru se descuidaría. Había pocas personas en las que podía confiar, así que quería que tuviera cuidado de mostrarse demasiado vulnerable. Mahiru parpadeo varias veces y después comenzó a sonreír.

— Ahora que lo pienso Amane-kun, estabas dormido sobre mis piernas ¿Verdad? ¿No van dos veces que haces lo mismo?

— E… Eso es… Eso es otro tema, que un hombre se duerma frente a una mujer y que una mujer se duerma frente a un hombres muy diferente, es más peligroso ¿Verdad?

— … ¿Estás diciendo que no podría hacerte nada?

— ¿Me quieres hacer algo?

— Si, si, tal vez te haga alguna travesura y te tome una foto.

“Que te parece” es como si quisiera decir eso, perdió la fuerza pero ella no parecía haberse dado cuenta.

— … Realmente no me importa.

— … Antes de que te des cuenta estará resguardada en la nube imposible de borrar.

— Eso normalmente da miedo, además, lo que podría hacerte y lo que podrías hacerme es complemente diferente, en serio ten cuidado.

En definitiva no lo estaba entendiendo. La tomo por los hombros mientras le decía eso con seriedad. Mahiru parecía sorprendida pero no trato de huir, tampoco desvió la mirada.

— Lo entiendo, así que está bien.

— En definitiva no lo entiendes.

— Que grosero, claro que lo entiendo, creo que me estas subestimando demasiado.

— Si lo supieras entonces no es normal.

— … Aun te falta mucho Amane-kun.

Por algún motivo frunció las cejas como si estuviera cansada. Mahiru suspiro, se quitó las manos de Amane de encima y se dirigió al pasillo. En sus manos estaban las llaves que en algún momento había tomado de Amane, y las dejó sobre el mueble para los zapatos a un lado de su puerta.

— Amane-kun, deberías pensarlo más detenidamente.

Era lo mismo que le quería decir a ella, pero Mahiru ya se había ido de su casa, y mientras se llevaba la mano a la frente susurro:

— ¿Quién es el que no entiende?

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