Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 4

Capitulo 8: La Recompensa De Tenshi-sama

Parte 1

 

 

— Amane, ¿No le pusiste demasiado empeño esta ocasión?

Día de la publicación de los resultados. Itsuki susurro aquello atónito mientras se encontraban viendo la publicación que estaba en el tablero de anuncios en el pasillo. Amane había seguido estudiando por su cuenta después de la reunión de estudios con todos para enfrentar el examen, simplemente con el fin de cumplir el primer objetivo de sentirse orgulloso de sí mismo. Y para poder alejar esas palabras de su cabeza. Había terminado concentrándose estudiando para olvidarse por un momento de aquello y como resultado… Terminó estando dentro de los 6 primeros lugares.

— Ah… Que pudiera llegar tan lejos…

— Te esforzaste, ¿Ahora tienes más confianza en ti mismo?

— … Bueno algo, tengo que continuar haciéndolo para que algo como esto me parezca de lo más normal.

— Maldito estoico…3

Si se descuida una voz terminaría por caer y Mahiru no lo vería, si no conseguía hacer que estos sean algo normal entonces no tendría sentido. Además, si se piense el examen para la universidad, no podía detenerse con ese pequeño sentimiento de satisfacción.

Para entrar en la universidad tendría que tomar asiento en donde competiría incluso con estudiantes de otras escuelas, haciendo que la batalla sea aún más dura, eso quería decir que en adelante tenía que continuar invirtiéndole esfuerzo. Por cierto, en esta ocasión Mahiru había monopolizado el primer lugar, Podría decirse que era más que esperado, pero eso era gracias a sus esfuerzos diarios, tenía que tener cuidado de decir algo dejándose llevar.

— Qué Fujimiya-san, ¿Quedaste en sexto lugar esta vez?

Estoico: es la capacidad o la fuerza de voluntad de un individuo para controlar sus sentimientos o emociones. Alguien estoico, por lo tanto, se mantiene firme ante la adversidad.

Parece que Mahiru quien había llegado detrás de ellos se percató de sus voces y les mostro una hermosa sonrisa. Se encontraba en modo Tenshi-sama y Amane le regreso una pequeña sonrisa intentando que no se percatara que lo había afectado su repentina llegada. Sentía picazón por las miradas de los alrededores, se estaban acostumbrando a hablar frente a las demás personas, por lo que termino sin mucho escándalo. Aunque aún no podía acostumbrarse a sus miradas.

— Eso parece, que bueno, que bueno.

— Fu fu, bueno, Fujimiya-san se esforzó, también estudiaba en las horas de descanso.

— Es… Cierto.

Recordó la existencia de la recompensa, y termino con un sentimiento que no lo dejaba hablar. Tenían la promesa de que le prestaría sus piernas como almohada. Debido a todo lo que tenía encima se le había olvidado, pero después de todo había quedado dentro de los primeros 10 lugares. Por supuesto, podría negarse… pero que la chica que le gusta lo consienta… Como si pudiese desechar una oportunidad como esa.

— … Cierto, Shiina-san, felicidades por tu primer lugar, ¿No deberías tener tu propia recompensa?

— Es cierto, pero no es muy buena idea consentirse a sí misma demasiado.

— Shiina también es un poco estoica por lo que creo que sería bueno si te dejaras consentir, bueno, aunque no es algo que debería de decir yo.

Es cierto, el recibiría una recompensa, pero pensó que también debería de darle su regalo a Mahiru. Pero aun diciendo eso, no sabía que podría regalarle, tendría que preguntarle a ella en cuanto regresen a casa. Mientras que disfrutaba de la sonrisa de Tenshi-sama de Mahiru Itsuki le dijo “¿Y si te esfuerzas un poco más?”. Aunque no se lo dijeran planeaba hacerlo, juró de corazón que le preguntaría en cuanto llegara a casa.

— ¿He? ¿Un premio para mí?

Al llegar a casa le pregunto mientras que Mahiru se podía el delantal preparándose para hacer la cena, se dio la vuelta con una expresión de sorpresa. Amane estaba inusualmente inquieto recordando la sonrisa traviesa de Mahiru cuando le dijo que esperara su recompensa después de la cena, y para Mahiru quien se había percatado de ello fue realmente inesperada esa pregunta.

— Bueno, no es como si quiera algo…

— … ¿O quieres que haga algo?…

— ¿Amane-kun? Cierto, me gustaría que rebanaras ese pepino.

— No me refiero a eso… No, bueno, si no tienes nada tampoco me importaría.

Si no había nada entonces parecería que no recibiría ningún premio pero tampoco quería ser tan insistente por lo que se retiró con facilidad. Realmente no importaría si le dijera que no lo necesitaba, pero si había algo que deseaba entonces podría esforzarse para cumplirlo dentro de lo que podía.

Por ahora se dispuso a cortar el pepino, así que se fue a lavar las manos para comenzar a cortar, aunque simplemente le estaba ayudando.

— Eso masajéalo a la vez que le pones un poco de sal.

— Recibido… ¿En serio no quieres nada?

— No realmente, estoy satisfecha con esta situación… Para empezar, creo que mi verdadero deseo es algo que debería cumplir por mi cuenta.

— ¿Tu verdadero deseo?

— ¿Qué crees que sea?

Levanto la mirada de las rebanadas y los labios de Mahiru estaban dibujando un pequeño arco. Esa mirada le pareció como la de un pequeño demonio travieso por un instante, pero Amane termino bajando la mirada de regreso al pepinillo.

— … No… No sé.

— ¿En serio? Entonces está bien, está bien así.

Sintió como sonrió con amargura. Mahiru regreso a la normalidad al ver que no le daba seguimiento, y Amane continuo cortando el pepino sin saber que era lo que debería hacer.

— Entonces Amane-kun, adelante.

Terminó la cena y comenzó la hora de la recompensa. Como si fuese evidente se sentó en el sofá y se dio golpecitos en las piernas mientras sonreía.

— Uu…

El problema era que Mahiru llevaba unos pantaloncillos cortos y medias negras, el hecho de que se recostaría en sus piernas no cambiaba, pero sus prendas eran ligeras y su sensación sería fácil de percibir, además parece que hoy, antes de ir a la casa de Amane, se había tomado una ducha en casa, por lo que emanaba un buen aroma. Que le limpiara los odios mientras se recostaba en sus piernas en esta situación… Para Mahiru era como un acto de suicidio.

— … No, este…

— Si no quieres realmente no tenemos que hacerlo, ¿Pero es algo que tu querías verdad?

— Bu… Bueno es cierto pero… Ahora que lo veo es… Un poco vergonzoso ¿Verdad?

— ¿Entonces por qué me lo pediste?

— Ah… Como decirlo… Por mi corazón de hombre o algo así…

— No me importaría si solo siguieras ese corazón de hombre… Es la recompensa por tu esfuerzo, sabes que no necesitas contenerte ¿Verdad? Te consentiré mucho.

Mahiru volvió a golpear ligeramente sus piernas, y Amane terminó tragando saliva. La temperatura de su cuerpo se había elevado, sus medias parecían ser bastante delgadas. Al verlas bien pudo notar como se veía un poco el color de su piel a través de la tela, la veía muy sensual, era como si estuviera indefensa mientras sus piernas lo seducían, las líneas de sus piernas eran hermosas.

Puede que ella no tuviera esa intención, pero parecía que Mahiru quería matarlo. Normalmente debería de ser algo para relajar su corazón, después de todo era la recompensa que había deseado aquel hombre llamado Amane, pero al final le pareció que se dirigía a la tierra de los muertos.

Se sentó temerosamente a un lado de Mahiru y poso la cabeza sobre sus piernas. Ya lo había experimentado antes, pero después de todo eran suaves, y debido a que la tela sobre la que estaba era aún más delgada, pudo sentir mejor su suavidad y la calidez de su cuerpo, afectando a su corazón. No sabía a donde ver por lo que de momento se quedó viendo hacia arriba y pudo ver la sonrisa de Mahiru… Pero… Esa sonrisa la veía en medio de un par de montañas… Volteo inmediatamente a otro lado.

Solo por estar en Mayo la temperatura ya era alta, y seria por ello que Mahiru vestía con ropa ligera podía notársele la línea de su figura. Lo sabía aun a tace de la tela, estaban tomando su forma mientras se amoldaban con la gravedad mientras dejaba su cabeza. De ese modo Amane exploto de vergüenza.

— Entonces te limpiare los oídios.

No se percataba que Amane estaba gritando por dentro, emanaba un ambiente de no saber nada mientras decía eso con una sonrisa. Llevo a su mano los utensilios y toallas que estaban sobre la mesa para limpiarle los oídos… En ese momento sintió como algo suave lo toco a un lado de su cabeza.

— ¿¡…!?

Amane terminó con un grito sin levantar la voz mientras que Mahiru no parecía percatarse de nada, de inmediato levanto su cuerpo. Posiblemente no se había dado cuenta de que Amane había disfrutado de la sensación de su piel. Su corazón estaba fuera de control.

Ni siquiera podía hablar cuando Mahiru le susurro “¿Quédate quieto si?” mientras llevaba su mano a su rostro para evitar que se moviera. Sería algo como “Te limpiare los oídos así que no te muevas” pero era algo difícil para Amane quien quería darse a rodar y alejarse en muchos sentidos. Pero aun así no era como si opusiera resistencia, se quedó quieto mientas mantenía la mirada fija en la mesa, cuando sintió como algo duro entraba lentamente por su oído.

Le dio cosquillas por un segundo, pero después de todo era porque era un lugar sensible, a pesar de que no lo sentía cuando lo hacia el mismo. Cuando lo hacía Mahiru era extrañamente agradable, posiblemente seria porque estaba consciente… Que la chica que le gustaba se lo estaba haciendo.

Tomando en cuenta la personalidad e Mahiru lo estaba haciendo con cuidado, lo sabía, pero que le limpiaran los oídos con tanta gentileza… Le daba comezón. Faltaba poco para que pudiera decir que estaba realmente cómodo, pero aun así sentía como si sus deseos estuvieran siendo cumplidos, Cuando menos no opondría resistencia, y no dijo nada.

— No te duele.

— … No duele… se siente bien.

— ¿En serio? Qué bueno, parece que esto es “romance” para los hombres… ¿Es así para ti?

— … Tal vez.

— Amane-kun es un hombre después de todo.

— ¿Qué podría ser además de un hombre?

Si no fuera un hombre no estaría excitado por algo como eso, que la mujer que le guste lo consienta y le permita estar tan cerca, no podía mantenerse sin que le fuera difícil de soportar.

— Fu fu, eres un caballero así que creo que no te interesaría.

— Aunque sea un caballero, las acciones y palabras son diferentes al interior, así que ten cuidado, si te quedas a solas con un hombre podría atacarte.

— Si seguimos esa lógica entonces no serias un hombre.

Presiono sus labios pensando que había dicho algo tonto, Mahiru no tenía esa intención, y continuó limpiando su oído.

— Vamos Amane-kun, voltea al otro lado, continuare con el otro.

Al escucharla decir eso se percató de que quedaría viendo hacia su estómago y termino con un nuevo dilema. A pesar de que debajo de ella estuvieran sus pantaloncillos cortos era algo difícil, pero no le quedaba más que ser obediente y voltear a ver a su estómago.

Ya ni siquiera sabía si era el cielo o el infierno.

Si tuviera que decir que estaban cumpliendo sus deseos entonces en definitiva seria el cielo, pero en el interior de Amane era como si hubiera metido un pie en el infierno.

— … Amane-kun, ¿Qué estas balbuceando desde hace rato?

— No te preocupes por eso.

No había manera de que dijera lo que estaba pensando, si lo hiciera en esta situación Mahiru lo detestaría. Así que solo se quedó escondiendo sus deseos mientras continuaban limpiándole el oído. Tenshi-sama consintiéndolo inocentemente era de temer.

Parecía que Amane tenía dudas con el comportamiento de Amane. Pero veía a otra parte intentando que sus miradas no se toparan. Mahiru se rindió en darle seguimiento y continuó limpiándole el oído.

Amane cerró los ojos esperando a que terminara mientras guardaba silencio disfrutando de la sensación. Teniendo los ojos abiertos tenía una extraña sensación de culpa así que los cerró, pero debido a eso sus otros sentidos se hicieron más sensibles, por lo que no pudo evitar sentir su dulce aroma mezclado con el del Champú y la suave sensación de sus piernas. Sería bastante bueno si pudiese disfrutar de su suavidad sin dudar.

— Amane-kun, ¿cuando termine puedo acariciarte el cabello?

— … Has lo que quieras.

No pensaba huir de inmediato, pero desafortunadamente Amane era un hombre, por lo que quería continuar en sus piernas tanto tiempo como se lo permitiera. Al final era como además de que quería que lo hiciera, quería que continuara haciéndolo, terminando por perder ante sus deseos, haciéndolo saber que era realmente débil ante Mahiru.

— Un poco más y termino.

Cuando Mahiru le dijo eso mientras limpiaba cuidadosamente sus oídos termino pensando “Ah, ¿Ya terminó?” con lastima, aunque claro, no podía mostrarlo en sus gestos. Esa extraña mezcla de dulce comodidad terminó cuando Mahiru retiro la barra para limpiar los oídos, en cambio Mahiru llevo sus dedos a su cabello, permitiéndole sentir otra clase de placer.

— Bien, terminamos.

Mahiru deslizaba su mano gentilmente como si estuviera tratando con un niño haciendo que se sintiera al mismo tiempo algo avergonzado. Si tuviera que decir algo lo segundo era más fuerte, y termino sin poder decir lo que tenía en la garganta.

Para Mahiru el consentirlo solo era una recompensa, pero claramente lo estaba haciendo un inútil dependiente. Literalmente no podía hacer nada siquiera oponer resistencia, esa sensación de comodidad y placer le había robado las fuerzas.

(… Me está haciendo un inútil…)

Después de probar la calidez y aroma de una chica ahora le acariciaba la cabeza gentilmente, diciéndolo así podría no parecer la gran cosa, pero en verdad era algo irresistible para Amane. Si continuaba con ello a diario en definitiva no podría estar sin ella convirtiéndolo en un inútil, tal era el atractivo que le daba esa situación. Cuando de pronto escucho un suspiro y una pequeña risa.

— Es algo inesperado, en verdad necesitas ser consentido.

— … ¿De quién crees que es la culpa?

— ¿Es mi culpa cierto?

Dejo salir una risa dulce, y sus dedos continuaron moviéndose.

— Es como si quisiera consentirte… Como si quisiera tocarte, después de todo tu cabello es muy suave se siente bien al tacto.

—… ¿En serio?

— Si, es sedoso, ¿Usas algo para mantenerlo así?

— … El Champú que me recomendó mamá.

Shihoko insistió con todas sus fuerzas “Tienes un bonito cabello así que deberías evitar que se maltrate” Haciendo que la serie de Champús que estaba usando fueran de aquellos usados en los salones de belleza. No detestaba el aroma, y podía seguir usándolos con normalidad.

— Mahiru, tu cabello es realmente liso.

Tomo un poco de su cabello color lino que tendía como una cortina, era mucho más cómodo al tacto, liso y suave que el de él. Ni siquiera se podían comparar, le gustaría tocar siempre su cabello, también olía bien a Champú, era algo irresistible para él como hombre.

— Siempre lo había pensado cuando te acaricio la cabeza, pero parece que te lo cuidas mucho.

— … Bueno, no es como si lo descuidara.

— ¿Verdad? Mejor dicho casi siempre te toco sin preguntar ¿Estas bien con eso? Dicen que el cabello de una mujer es su vida.

— … Me gusta que Amane-kun me toque.

Qué bueno que no la estaba viendo a la cara, eso pensó ya que de seguro habría puesto una expresión extraña al igual que con su tono de voz. Vergüenza, alegría, confusión, consternación, había tantas emociones mezcladas en su expresión que no podía ponerle nombre, pero de seguro dudarían de él si lo vieran a la cara.

(…. Me emociono porque dices esa clase de cosas)

Amane se mantuvo sin decirlo, y cerró los ojos intentando regresar su expresión a la normalidad mientras suspiraba.

Cuando abrió los ojos, la camisa de Mahiru estaba justo frente a él. Parece que se había quedado dormido de nuevo, se sentía también y tan afortunado que su conciencia termino volando, no sabía cuánto tiempo había dormido por lo que estaba preocupado. Las caricias sobre su cabeza ya se habían detenido. Se levantó temerosamente y Mahiru estaba recostada sobre el sofá mientras dormía.

Su respiración tranquila se repetía y después de ver a la indefensa de Mahiru volteo a ver al reloj para ver la hora. Dentro de una hora cambiaría el día, habían comenzado desde pasadas las 21 horas, había pasado poco más de dos horas sobre las piernas de Mahiru. Sera debido a la hora que se había quedado dormida. Debido a que Amane no se despertó termino durmiéndose tal y como estaba sin duda alguna. Le gustaría que fuese más precavida al caer dormida en casa de un hombre, pero para empezar él fue quien se quedó dormido en sus piernas por lo que no podía culparla.

Otonari No Tenshi Volumen 4 Capitulo 8 Parte 1 Novela Ligera

 

 

¿Qué debería hacer? Se le quedo viendo a Mahiru mientras pensaba en ello, así que decidió entrar a tomar una ducha por ahora. Parece que ella ya se había bañado, pero Amane aún no lo había hecho. Si la iba a despertar al menos la dejaría dormir por ahora para tomar un baño, podría ser que durante ese tiempo ella se despertara sola. Decidiendo eso Amane regreso por un momento a su habitación para tomar su cambio de rompa.

En cuanto termino de ducharse se dirigió a la sala de estar y suspiró. Como siempre el sueño de Mahiru era profundo como el mar, ni siquiera se despertó con el sonido del secador de cabello.

— Mahiru, despierta.

Aunque le hablara y la moviera un poco no parecía que fuese a despertar, en verdad estaba incontinente y al moverla comenzó a inclinarse, así que por ahora dejo que se apoyara en él. Puede que estuviera cansada por continuar todo el tiempo prestándole sus piernas, o puede que solo fuese que tenía sueño, de todos modos entendía que no se despertaría. Intentó volver a hablarle y moverla de nuevo pero sin resultados.

Escucho un dulce “Nn” pero más que hablar parecía que eran sonidos que emitía al dormir. No era la primera vez que Mahiru se mostraba a si misma durmiendo frente a Amane en quien confiaba, pero no era como si pensara que eso era algo bueno.

Comenzó a picarle las mejillas mientras susurraba “Maldición” pero después de todo no se despertaba, la sensación al tocarla era suave y elástica. Sería la envidia de cualquier hombre el poder tocarla las mejillas, y mientras sentía su suave piel comenzó a bajar su dedo. Pensó que si tocara sus pequeños labios de seguro sentiría su suavidad, su los lamiera podría sentir su dulzura. No era imposible hacerlo ahora esta indefensa, podría llevar su boca a la de ella al estar cerca, y de seguro podría disfrutarla de ese modo. Si no lo hacía era porque la razón lo detenía, después de todo si Mahiru lo rechazaba nunca podría arreglarlo.

Podría ser que si ni siquiera tocaba sus labios era por su propia cobardía, se dio cuenta de eso y solo se quedó observando la belleza del rostro durmiente de Mahiru.

(No sabe cómo me hace sentir….)

Era tan descuidada por lo que de seguro no lo sabía. Amane suspiró, y después de verla un tiempo acaricio suavemente su mejilla, mientras sonreía. Estaba consciente de que era patético y lamentable, pero eso era debido a la confianza que le tenía Amane, también era consciente de ello. Si confía así en él en ese grado, ¿Entonces tal vez le guste? Llegó a pensarlo. Pero tenía miedo de confesarse, no podía decirle sus sentimientos.

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