Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Temprano de la mañana siguiente, Mia y Sion comenzaron a caminar, usando la orilla del río como un sendero accidentado. En lugar de deambular ciegamente por el bosque, decidieron apostar en el río. Al ser una fuente de agua, puede haber un pueblo en algún lugar a lo largo de sus orillas.

Además, da un poco de miedo estar en un lugar sin agua.

Habiendo experimentado a fondo la agonía de la sed prolongada en la línea de tiempo anterior, Mia había elegido quedarse cerca del río. Sion había aceptado, pero…

E-Esto… podría haber sido… un error… pensó, lamentando haberla golpeado con cada pantalón trabajado.

La orilla del río estaba cubierta de grandes rocas, y caminar sobre ellas resultó extremadamente agotador. Aunque había hecho un esfuerzo por mejorar su resistencia en caso de emergencia, había límites en lo que podía lograr de manera realista. El camino rocoso e invicto era simplemente demasiado arduo para las piernas de una joven dama.

El sudor le corría por la frente y sus mejillas estaban sonrojadas de color. A juzgar por cuánto le temblaban las rodillas, podrían ceder en cualquier momento.

“Hey, ¿estás bien?”

Desde lo alto de una roca, Sion extendió una mano. Ella lo tomó, y con su ayuda, logró trepar.

“Gracias por la mano, Príncipe Sion.”

Se quitó el sudor de la frente antes de explorar los alrededores. Desafortunadamente, hasta donde alcanzaba la vista, no había aldeas.

“Debo decir que desearía que hubiera algo para montar. No iré tan lejos como un carruaje, pero desearía que al menos tuviéramos caballos.”

“¿Hm? Ah bien. Ya sabes montar”. Se encogió de hombros antes de continuar. “No es que sea útil. Dudo que nos encontremos con un par de caballos salvajes. Por supuesto, si estás bien con tu viaje en una forma más pequeña…”

“¿Una forma más pequeña?”

“Y tenerlo aullar de noche.”

“Aullar… ¡Dios mío! ¡Príncipe Sion! ¡¿Estás diciendo que puedes montar lobos?!”

Le recordó al príncipe caballero lobo en el libro de Elise. El personaje le había impresionado. Ella miró a Sion, sus ojos se abrieron con asombro, solo para que él dejara escapar un extraño sonido de asfixia. Se llevó la mano a la boca. Un segundo después, se echó a reír.

“No, definitivamente no puedo montar lobos”, dijo, todavía riéndose. “Oh, alabado sea el sol, puedes ser tan deliciosamente crédula a veces, princesa Mia.”

“¡¿Qué?! Usted—”

Ella le dirigió una mirada furiosa de pez globo.

¡Estúpido Sion! Solo porque soy un poco ingenua acerca de estas cosas… ¡lo retiro de nuevo! ¡Odio todo sobre él! ¡No solo sus entrañas!

Aún así, no podía darse el lujo de enemistarse con su único aliado, por lo que decidió dirigir su disgusto a otra parte.

“…Todo esto se debe a las personas que atacaron nuestro carruaje. Todo es culpa de ellos”. murmuró ella.

Para su sorpresa, Sion frunció el ceño ante eso.

“¿Hm? ¿Pasa algo, príncipe Sion?”

“Estaba pensando que todo esto parece un poco extraño.”

“¿Qué quieres decir?”

“Es cierto que la inestabilidad política aquí en Remno ha convertido el reino en territorio peligroso. Como tal, no es exactamente sorprendente que la caravana de un comerciante sea atacada. Sin embargo, las personas con las que nos encontramos allí no eran bandidos regulares.”

“Ahora que lo mencionas, recuerdo que alguien dijo algo sobre asesinos.”

“Así es. Eran profesionales. Asesinos entrenados que sabían luchar. No son el tipo de personas que comienzan a deambular en masa solo porque el orden público está en declive.”

“¡Mi Dios! ¿Estás sugiriendo que alguien envió asesinos para matarnos?”

“No todos nosotros… Probablemente yo o tú, aunque supongo que también podría haber sido la señorita Tiona…”

De cualquier manera, esa carreta estaba llena de objetivos de alto perfil. No fue una verdadera sorpresa que un equipo de asesinos hubiera atentado contra sus vidas.

“Pero se suponía que nadie sabía que estábamos en esa carreta, ¿verdad? ¿Se filtró información de alguna manera?”

“Esa sería la suposición lógica, pero…”

Sion se fue apagando. La expresión contemplativa en su rostro sugirió que estaba reflexionando sobre los acontecimientos en el vagón. Mia lo miró con una expresión contemplativa también.

Bueno, si él se ofrece a pensar, entonces supongo que no tengo que molestarme.

Ella rápidamente llegó a una conclusión: él podía hacer todo el trabajo pesado mental. Ella, mientras tanto, iba a encontrar algo de comer.

¿Pero qué debo hacer? No puedo ir a pescar exactamente. ¿Qué tipo de hierbas crecen nuevamente a lo largo de los ríos? Vi algunos — Mi Dios, eso es…

De repente, la vista de un hongo que crecía en la orilla del río llamó su atención. Era una cosa hermosa, de color rojo brillante y con forma de llama de antorcha. Lo siguiente que supo fue que estaba agachada junto a él con la mano extendida, a punto de arrancarlo del suelo. Justo entonces, recordó lo que el jefe de cocina le había dicho.

“Su Alteza, está bien estar interesado en las delicias de la naturaleza, pero recuerde una cosa. Tenga mucho cuidado con los hongos, ya que es extremadamente difícil distinguir entre los venenosos y los seguros. Son peligrosos para todos menos para los expertos más exigentes, por lo que, si es posible, le insto a que se mantenga alejado de ellos.”

“Así que esto es un hongo, eh…”

Ella retrajo su mano, prestando atención a la advertencia del jefe de cocina.

Espera un minuto. Ahora que lo pienso, ¿no soy una experta? También he investigado mucho sobre cómo sobrevivir en el bosque…

Los libros que había leído, junto con la experiencia de haber pasado una noche entera en un bosque sola, le inculcaron una extraña confianza en sí misma. Sabía que podría decir cuáles eran comestibles y cuáles no. Fue un presentimiento. En otras palabras, un sentimiento que salió de sus entrañas. Que resultó estar bastante vacío en ese momento.

“Quiero decir, solo míralo. Es tan lindo. Por supuesto que es comestible.”

Ella lo alcanzó de nuevo.

“No tocaría eso si fuera tú.”

Una voz la hizo saltar.

“¡Mia! ¡Regresa!”

“¿Eh?”

La mano de Sion se envolvió alrededor de su brazo y tiró de ella en su dirección. Él tiró con tanta fuerza que ella casi cayó sobre él. Eso solo habría hecho que su corazón se saltara un latido, pero fue seguido por la constatación de que él la había llamado “Mia”. Sin título. Sin dirección Como si fueran amigos cercanos. O incluso…

Por supuesto, habían hablado de esto la noche anterior y decidieron que, por razones de seguridad, dejarían de referirse por sus títulos por el momento. Recordaba claramente haber pensado: ¡Oh, niño descarado! Tratando de conseguir ser amiga conmigo, ¿verdad? ¡Ya veo tu juego! cuando mencionó la idea anoche, pero ahora que realmente la había escuchado en persona con todos los beneficios del contexto audiovisual…

¡E-Esto me va a dar un ataque al corazón!

Con la cara roja y el corazón palpitante, presionó sus manos contra sus mejillas mientras su mente desconcertada cambiaba al modo romance tan rápido que casi rompió su cadena. Sion, por otro lado, estaba completamente sereno cuando dio un paso adelante para protegerla. Se enfrentó al extraño que había hablado tan inesperadamente.

Ante ellos estaba un hombre grande con una espesa barba. A primera vista, parecía un cazador de algún tipo.

“…O, supongo, alguien simplemente vestido como uno”, reflexionó Sion con cautela.

Soltó un pequeño suspiro. Cuando cayeron al río, él arrojó su espada para que sea más fácil nadar. Si este hombre fuera uno de los asesinos que habían atacado su carreta, sería muy difícil luchar contra él desarmado. Él apretó la mandíbula, sus ojos se endurecieron con resolución. La seguridad de Mia fue lo primero. Si el obligara a llegar a atacar, detendría al hombre por cualquier medio necesario para comprarle tiempo para que ella escape.

Para su sorpresa, el hombre no intentó acercarse a ellos. Simplemente señaló el hongo rojo que Mia había estado a punto de recoger.

“Eso, pequeña señorita, se llama Salamandrake. Es venenoso, y solo tocarlo es suficiente para provocar una erupción. No quieres saber qué sucede si te lo comes.”

“¡Mi Dios! ¿Es eso cierto? ¡Se veía tan bonito que pensé que sería seguro comer!”

…¿Mia, en serio?

Sion abrió la boca, lo reconsideró, la volvió a cerrar y se miró el estómago. Lo frotó, poniéndose un poco nervioso por todas las hierbas silvestres que había comido ayer. Por un breve momento, su confianza en la Gran Sabia del Imperio vaciló.

“Ustedes, niños, no viven por aquí, ¿verdad? ¿De dónde son?”

“Estamos — ¿Mmmfm?”

Sion presionó una palma sobre la boca de Mia y habló en su lugar.

“¿Quién… podrías ser?”

Estudió en silencio al cazador ostensible. El porte del hombre no parecía el de un asesino entrenado, pero todavía no podía bajar la guardia. Si el hombre resultaba ser un bandido, una palabra equivocada podría poner sus vidas en peligro. Podría tratar de retenerlos como rescate, o peor aún, venderlos a esclavistas.

“¿Hm? Oh, ¿es esta una de esas cosas de ‘dime tu nombre y te diré el mío’? Je, tienes un punto. El nombre es Muzic. Soy de la Aldea Doni, que es así, y cazo para vivir. ¿Miren?”

Levantó algo que colgaba de su cintura. Era una liebre grande con rayas blancas y negras en su pelaje.

“¡Mi Dios! ¿Eso va a ser comido?”

“Si. ¿Quieres probar un poco? Son un verdadero placer.”

“Eso suena maravilloso. Ciertamente me gustaría tener un poco. Verán, hemos sido separados de nuestros amigos y tenemos mucha hambre.”

¿No está siendo un poco descuidada?

Un ceño cauteloso brilló en la frente de Sion, pero rápidamente descartó la idea. La princesa Mia no era el tipo de persona que sería ajena a los riesgos inherentes a tal situación. El incidente del hongo hace un momento le causó cierta preocupación, pero lo atribuyó a un lapso momentáneo de juicio causado por una gran curiosidad. No debería afectar su capacidad de percibir un peligro real e inminente.

Lo que significa…

Él la miró a la cara. No mostró el menor indicio de preocupación. Ella simplemente miró al hombre, su expresión plácida.

Ella pensó que, de cualquier manera, no vamos a llegar a ningún lado simplemente caminando por el río así.

Suspiró con ironía y sacudió la cabeza.

Parece que ella se resolvió mucho antes que yo. Será mejor que intensifique mi juego.

Se armó de valor y dijo: “Somos hijos de comerciantes. Estábamos cruzando un puente cuando nuestra caravana fue atacada por bandidos, y nos separamos de nuestros padres”, explicó, presentando a Muzic la historia que acordaron de antemano.

“Oh, ¿cierto? Debe haber sido duro para ustedes”. Les lanzó una sonrisa sincera. “¿Por qué no vienes conmigo entonces? Mi pueblo no está lejos.”

“Agradezco la oferta, pero… Necesitamos llegar a la capital.”

“¿La capital? Luego preguntaré por el pueblo por ti. A ver si alguien va a ir pronto.”

Con eso, partió, y Mia y Sion lo siguieron rápidamente.

Como la mayoría de ustedes seguramente han adivinado, no había nada en la composición mental de Mia que se pareciera remotamente a la resolución. Más bien, había recordado un pasaje que había leído en un libro sobre técnicas de supervivencia en el bosque.

Entre los alimentos que uno puede encontrar en un bosque, uno de los más deliciosos es la carne de liebre. En particular, la sopa hecha de liebre de media luna — reconocible por el patrón de rayas blancas y negras en su pelaje — merece una mención especial por su exquisito sabor.

Ella tragó saliva.

Carne de liebre… ¡Qué terriblemente emocionante!

En otras palabras, el único pensamiento subyacente en sus acciones era el hecho de que estaba muriendo de hambre.

¡N-No es que esté obsesionado con la comida ni nada! ¡Esto se trata de nuestra salud! ¡Solo pensé que, en una situación como esta, tendremos que comer alimentos nutritivos para seguir adelante! ¡Eso es todo!

Su excusa finamente apenas velada no engañó a nadie más que a su propio ser glotón.