Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

*(JuCaGoTo: Palabra alemana que significa, Alegría Maliciosa)

“Muy bien, gente. Me gustaría que mantuvieras en secreto lo que sucedió en ese bosque. Si alguien pregunta, tropecé con la raíz de un árbol y terminé un poco confundida por la caída. ¿Está bien?” dijo Mia a sus cuatro escoltas cuando llegaron a la ciudad vizconde. Luego se reunió rápidamente con Ludwig.

Dion, mientras tanto, terminó manejando la mayor parte del trabajo que siguió. Después de todo, acababa de trasladar a un escuadrón completo de cien hombres a la ciudad sin una sola baja. Necesitaba encontrar alojamiento para las cien personas. Esto no habría sido un gran problema en la capital imperial, pero tratar de apiñar repentinamente a tantos soldados en una ciudad en un vizcondado resultó imposible y no tuvo más remedio que extender a sus hombres y hacer que se quedaran en varios pueblos vecinos Cuando se dio cuenta de todo esto, habló con todos los aldeanos cuyas casas estaba al mando y regresó a la ciudad vizconde, tuvo que admitir que incluso él se sentía un poco cansado.

“Ese fue un gran trabajo…”, dijo su Vicecapitán.

“Tenemos suerte de que solo ordene a cien hombres. Si fueran mil o diez mil, nos habríamos topado con el suelo tratando de encontrar suficientes camas y comida. Lo juro, si hay otra ronda de promociones por venir, espero que me dejen fuera de ella”.

“Lo dije antes y lo diré de nuevo. Eres la persona menos ambiciosa que he conocido, Capitán”. El hombre corpulento soltó una carcajada. “Hablando de eso, supongo que decir eso fue correcto”.

“¡Hm? ¿Qué dice?”

“Acerca de cómo nada en la vida funciona de la manera que quieres. Después de escuchar todos esos rumores acerca de cómo la princesa es la ‘Gran Sabia del Imperio’ y todo eso, esperaba que resultara ser un poco mejor que el resto de ellos. Como dijiste, supongo que todo fue una ilusión de mi parte. Al final del día, los nobles son todos iguales”.

Ociosamente se rascó la espesa barba mientras hablaba, pero cuando Dion no respondió, frunció el ceño. Finalmente, el Capitán dejó escapar un profundo suspiro y sacudió la cabeza.

“Esa princesa… no es fácil. La pisaría con cuidado”.

“¿Huh? Pero, quiero decir, ella…”

“No se equivoquen, ella es uno de esos tipos de mente maestra. Ponla en una sala de guerra y dale un palo, y hará que parezca que está perdiendo hasta que te arrebata la victoria en el momento final”.

Al ver el ceño fruncido en la cara del hombre grande, agregó: “Recuerda mis palabras, esa chica sabe lo que está haciendo”.

Los dos hombres se dirigieron a la taberna local, donde al entrar fueron recibidos por algunos rostros familiares.

“Ah, Capitán Dion…”

“Saludos, Capitán. ¿Has terminado con todos los arreglos?”

Los dos guardias imperiales que habían acompañado a Mia se levantaron rápidamente y se enderezaron.

“Sí”, respondió, devolviendo el saludo con un gesto informal de su mano. “¿Están ustedes dos aquí para tomar una copa, también?”

Los dos guardias, sin embargo, bajaron la cabeza.

“Por favor acepte nuestras más sinceras disculpas por los problemas que Su Alteza ha causado…”

“¿Hm? ¿Problema?”

“Normalmente, ella nunca actúa con tanta arrogancia… Esta vez, solo puedo suponer que fue sacudida por un roce tan cercano con el peligro. Si es posible, pase por alto su comportamiento hoy”.

Ah, maldito infierno. ¿Ellos también? Lo juro, no es realmente mi trabajo hacer esto, pero…

Dion frunció los labios durante unos segundos antes de soltar un suspiro de resignación.

“Está bien, escucha. No fue ningún problema y no me importa. En todo caso, debo agradecerle a Su Alteza por su ayuda”.

“¿Huh? ¿Su… ayuda? ¿Qué quieres decir?”

Ambos guardias parpadearon sorprendidos, claramente desconcertados por sus palabras. Él sonrió irónicamente a la pareja despistada.

“¿Aún no lo entiendes? Eso fue todo un acto”.

Volvió a presionar a los guardias en sus asientos y se sentó a la mesa. Con un chasquido, llamó la atención de un servidor cercano e hizo un gesto para tomar una copa. Después de una breve espera, una taza de cerveza apareció en la mesa. Agarró la taza de madera, se bebió la mitad de un trago, dejó escapar un suspiro de satisfacción y se recostó en la silla. En este punto, la paciencia de los guardias finalmente les falló y uno habló.

“Entonces, Capitán Dion… ¿dijo algo acerca de que todo fue un acto?”

Dion dejó la taza sobre la mesa y se inclinó hacia delante.

“Dime, ¿alguna vez ustedes dos han estado en un campo de batalla? ¿Uno de verdad?”

Los guardias se miraron unos a otros. Sus ceños le dijeron más que suficiente.

“No hay experiencia real, eh. Mira, lo que pasa con los ejércitos es que aplican presión simplemente estando allí. Si alguien está planeando alguna travesura, entonces tener un ejército cerca es una disuasión efectiva. Ahora, esto funciona muy bien contra bandidos y similares, pero contra guerreros decididos que se preparan para la guerra, podría terminar provocando violencia innecesaria”.

Cuando dos personas apuntan sus espadas desenvainadas entre sí, el más mínimo desencadenante puede provocar un balanceo. Mirar hacia abajo la hoja de la espada de un oponente es mirar a la muerte a la cara, y el miedo y la ansiedad que conlleva pueden transformarse fácilmente en un deseo de matar — para eliminar la amenaza en cuestión.

“Su alteza bastante perceptiva sintió la peligrosa tensión en el aire, y en lugar de mirar desde un costado, decidió hacer algo al respecto. La tribu Lulu no va a salir del bosque y nos atacará. Para empezar, nunca fueron una amenaza. Mientras dejemos el bosque solo, podemos evitar cualquier violencia innecesaria. El problema es que estos matices del campo de batalla son cosas sutiles, y los superiores son muy malos de manera sutil. Tu querida princesa probablemente sabía que hacer que nuestros jefes entendieran que era una causa perdida, por lo que tomó las cosas en sus propias manos. Y vaya, qué juego de poder fue”.

Es posible que haya logrado aliviar las tensiones al obligar al ejército a retirarse. Sin embargo, en última instancia, es solo una solución temporal.

Entonces, ¿qué estás planeando ahora, princesa? Cuál es tu próximo movimiento…

Se le ocurrió que estaba disfrutando — incluso esperando — los planes de Mia, y no pudo evitar reírse de sí mismo.

“Y es por eso que depende de ustedes dos”, dijo a los guardias. “¿Entiendes lo que quiero decir?”

“¿Huh?”

“Todo lo que ha hecho Su Alteza será en vano si ustedes dos van a parlotear sobre cómo Lulus intentó dispararle con una flecha. Si Su Majestad se entera, ¿crees que va a dejar pasar eso? ¿Por qué crees que te dijo que guardaras silencio sobre lo que sucedió en el bosque? Es crítico que nadie se entere”.

“¡Yo… lo entiendo ahora! ¡Mis labios están sellados!”

Los dos guardias lo saludaron. Miró de uno a otro, luego suspiró.

Maldita sea… ¿Por qué soy yo de todas las personas defendiendo a la princesa?

Justo entonces, recordó al joven oficial que siempre estuvo a su lado. Dado lo rápido que funcionaba la mente de Mia, parecía probable que a menudo se olvidara de explicar completamente sus pensamientos a sus ayudantes. Aquellos que la asistieron — la más sabia, peor por el desgaste, probablemente — deben tenerlo bastante duro. Suponiendo que debe ser un infierno para ese tipo con los anteojos, levantó su taza en un saludo silencioso. Sus labios se curvaron en una sonrisa.

Saludos, pobre bastardo. Estoy seguro de que no estamos en el mismo bote.

Mientras bebía el resto de su cerveza y saboreaba el dulce sabor del schadenfreude…

“Capitán Dion, ¿puedo tener un momento con usted?”

…El hombre que acababa de tostar apareció detrás de él. De repente, tuvo un mal presentimiento, como si su bote metafórico se viera sospechosamente similar al de alguien más. Algo le dijo que el hombre del que se burló podría no ser el único pobre bastardo de esta taberna…

Cuando Mia llegó a la ciudad del vizconde, había caído en un cómodo estupor de agotamiento triunfante.

Ahh, quiero una cama. Estar en la cama suena terriblemente atractivo en este momento.

Por supuesto, no podía darse el lujo de quedarse dormida de inmediato. Primero, tenía que recordarle a Dion y a los otros tres que estaban con ella en el bosque que se mantuvieran callados sobre lo que había sucedido.

No puedo permitir que la gente descubra que hice un berrinche y lo saqué de un árbol por tropezarme.

Literalmente, a nadie le sorprendería saber que ella haga algo así, pero esta vez Mia realmente encontró sus propias acciones bastante vergonzosas. Enojarse con un árbol por tropezarla y hacer una escena ya era bastante malo, pero casi se ganó una flecha en la cabeza por ello. Ese pensamiento solo fue suficiente para hacerla chillar de vergüenza.

Mia no era descarada. Su sentido de la vergüenza era un poco raro.

Al regresar a la mansión Berman, ella inmediatamente accedió a una audiencia con el Vizconde. Normalmente, como princesa, no estaría obligada a hacerlo, pero también tenía algo que decirle.

“Su Alteza, ¿cuál es el significado de esto? No puedes hacer algo así… Ese lugar es peligroso. Si hubiera alguna confusión, las cosas podrían haber…”

En medio de la gran habitación de invitados estaba Berman, que la estaba esperando con una expresión de gran disgusto.

“¿Oh? ¿Estás proponiendo, entonces, que un puñado de hombres habría sido suficiente para garantizar mi seguridad? Saber que el área es peligrosa — como dijiste tú mismo — ¿me harías regresar con no más de dos de mis guardias?”

“Yo… B-Bueno, no, eso no es… Lo que quiero decir es que es un problema para Su Alteza haber ido a un lugar tan peligroso sin informarme…”

“Todas las tierras del imperio son las tierras de la familia imperial. Como hija del emperador, si es mi deseo, no hay ningún lugar al que no pueda ir y nadie que pueda detenerme. ¿Me equivoco?”

Mia presentó una imagen impecable de la princesa arrogante y egoísta. Después de todo, ella tenía mucha experiencia. En la línea de tiempo anterior, ese había sido su modus operandi.

Mi dios, esto me recuerda a los viejos tiempos. ¡Qué emocionante se siente esto!

Había pasado mucho tiempo desde que había tenido la oportunidad de trabajar con la Especialidad Mia en alguien, y brillaba de alegría.

“Ah, eso me recuerda. He desarrollado un interés en esas tierras boscosas y deseo discutirlo con mi padre. Mientras tanto, necesitaré que se abstengan de realizar operaciones de limpieza u operaciones militares”.

“No, no—Uh, quiero decir, perdón, pero eso es demasiado peligroso. Sin el ejército en el área, ¿cómo vamos a evitar que esos viciosos miembros de la tribu cometan atrocidades?”

“No veo razón para preocuparme mientras esta ciudad esté suficientemente fortificada. Si algo les sucediera a las aldeas cercanas, bueno… Solo déjalos que lo resuelvan por sí mismos. ¿Por qué preocuparse por asuntos tan insignificantes?”

Ella inclinó la cabeza hacia un lado y extendió las manos perplejas. Sus labios, sin embargo, se curvaron muy ligeramente en una sonrisa tortuosa. Lo que ella describió fue exactamente cómo el Vizconde normalmente resolvería esto él mismo. También era la actitud predominante de la mayoría de los nobles. Refutar eso sería ir en contra de la norma, revelando así que tenía un interés no revelado en el asunto. No tuvo más remedio que permanecer en silencio.

“Bien entonces. Creo que eso lo resuelve. Confío en que harás los arreglos necesarios”.

Con eso, Mia tiró del dobladillo de sus pantalones cortos en una reverencia superficial y salió de la habitación.

Solo después de concluir su conversación con el Vizconde y regresar a los aposentos de los invitados, Mia se dio cuenta de algo importante.

“¿Hm? Milady, ¿dónde está tu horquilla?” preguntó Anne mientras la ayudaba a cambiar.

La mano de Mia se disparó a un lado de su cabeza, donde no sintió nada más que su propio cabello.

“Dios mío, qué extraño… No está allí, ¿verdad?”

No se había quitado la ropa desde que regresó a la ciudad vizconde, y ciertamente no tuvo tiempo de cambiarse cuando estaba en la guarnición. Tampoco recordaba haberse quitado la horquilla. Rascándose la cabeza, revisó lentamente sus recuerdos del día hasta que una escena en particular la hizo palidecer.

Eso es… Eso debe ser cuando sucedió… Salió cuando me dispararon esas flechas…

También podría haberlo perdido cuando tropezó con el árbol, pero, de cualquier manera, la horquilla estaba actualmente en medio de ese bosque.

U-U-Uh oh… ¡Eso no es bueno!

Mia comenzó a entrar en pánico. Estaba bastante segura de que había logrado evitar el conflicto que habría estallado aquí. Sin embargo, esa horquilla había venido del bosque… Lo que significaba que estaba inextricablemente conectada a todo este evento. Perder algo así parecía un presagio terrible. La situación aún era tensa, y lo más mínimo podría reavivar el conflicto. Pronto el fuego salvaje de la revolución la consumiría. Lo que marcaba ese camino, ella lo sabía bien. El swoosh de una cuchilla que cae y el ruido sordo de una cabeza cortada…

D-De ninguna manera… ¡Me niego a pasar por eso otra vez!

También había otro motivo detrás de su deseo de recuperar la horquilla. Lo quería de vuelta por el bien de ese niño que se lo había dado. Si hubiera sido un regalo regular, no le habría importado tanto, pero no podría simplemente olvidarlo sabiendo que era el recuerdo de su difunta madre. Le había regalado algo terriblemente precioso, y sin duda se entristecería si descubriera que ella lo perdió. Aunque definitivamente no quería hacer enojar al niño con ella, incluso si él no sentía enojo, la idea de decepcionarlo o desanimarlo no le sentaba bien.

Nada bueno viene de tratar la bondad con desprecio.

Con su mente decidida, sabía lo que tenía que hacer.

“Tengo que ir a buscarlo. Lo necesito de vuelta”.

“¿Miladi? ¿Qué quieres decir?”

“Anne, ¿podrías pedirle a Ludwig que me atienda?”