Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 78: Trauma

Aiur Harson agregó: “Exactamente, es difícil imaginar que la próxima Secuencia de Vidente sería Payaso. De acuerdo con la lógica normal, nadie los uniría”.

“¿Es eso extraño? Recuerdo que bastantes pociones de Secuencia también parecen carecer de similitudes entre sus diferentes niveles.” Lorotta se tapó la boca mientras bostezaba. Era obvio que sus heridas eran más graves. Ni siquiera la Mirada de la Diosa pudo ayudarla a mantener su energía.

“No, Lorotta. Esto es completamente diferente. Incluso si las otras pociones de Secuencia carecen de conexión, también podemos encontrar puntos comunes si se ven desde un ángulo diferente. Sin embargo, no puedo comprender la conexión entre Vidente y Payaso en absoluto”, dijo Aiur Harson mientras sacudía la cabeza y suspiraba.

Klein escuchó su discusión y se rió.

“No, definitivamente hay un punto en común”.

“¿Qué?” preguntó Aiur con curiosidad. Incluso los ejercicios de brazo de Dunn se ralentizaron claramente para escuchar atentamente.

Klein respondió sin dudarlo: “Ya sea un Vidente o un Payaso, ambos se pueden encontrar en el circo”.

“…” Aiur, Dunn y Lorotta estaban atónitos.

“Pfft… Muy buena respuesta. ¡Me gustan los jóvenes como tú!” Lorotta fue la primera en volver a sus sentidos y se echó a reír.

Aiur también sonrió mientras negaba con la cabeza.

“En esta era, la cantidad de caballeros que están equipados con el espíritu del autodesprecio está disminuyendo. Afortunadamente, hemos conocido a uno hoy”.

¿Crees que me gusta involucrarme en el autodesprecio… No es como si hubiera descubierto algo en común entre los dos…  Klein se quejó internamente y respondió con una sonrisa irónica: “Solo deseo que las pociones del camino de la Secuencia no tengan nombres como ‘domador de bestias’, ‘acróbata’ o ‘mago’. Eso realmente formaría un circo”.

Además, es un circo de un solo hombre…

“Ja ja.” Dunn y compañía se divirtieron de inmediato. Llenó el carruaje con una atmósfera alegre.

El carruaje se dirigió directamente a la calle Zouteland. Klein, que no resultó herido, fue el primero en ingresar a la compañía de seguridad Blackthorn.

“¡Diosa! ¿Qué te ha pasado? ¿Por qué te ves así?” Rozanne exclamó cuando lo vio.

Klein miró su traje sucio y andrajoso. Respondió con el corazón dolorido: “Hay todo tipo de accidentes durante una misión. Afortunadamente, la Diosa nos bendijo y terminó maravillosamente”.

“¡Alabada sea la Señora!” Rozanne dibujó con devoción la luna carmesí sobre su pecho.

sin esperar a que Klein continuara, preguntó: “¿Necesitas que nos escondamos en el tercer piso otra vez? ¿Es el Artefacto Sellado realmente tan peligroso?”

“Confía en mí. Es mucho más peligroso de lo que te imaginas”, respondió Klein con un miedo persistente.

Si no fuera por su ritual de mejora de la suerte, ¡habría perecido bajo las manos de 2-049!

“Diosa…” Los labios de Rozanne temblaron como si todavía tuviera un millón de cosas que decir o preguntas que hacer, pero en consideración a cómo el capitán estaba esperando abajo, contuvo su compulsión. Le informó a la Sra. Orianna y compañía que subieran al tercer piso. Los vecinos de la compañía de seguridad Blackthorn eran miembros de la Iglesia o clérigos devotos que vagamente sabían de la situación.

Cuando todo el personal civil se dispersó, Klein no corrió a la sala de entretenimiento para informar a los otros Halcones Nocturnos. Inmediatamente regresó y ayudó al capitán y al resto a escoltar el Artefacto Sellado 2-049, los restos del monstruo Bieber y el cuaderno de la familia Antigonus hasta el segundo piso.

A través de la partición, Dunn abrió la puerta de la sala de entretenimiento y les dijo a los dos Halcones Nocturnos que estaban jugando a las cartas de Gwent: “Frye, Royale, ambos deben dirigirse de inmediato al almacén Tyrell del puerto y ayudar a Leonard a lidiar con las consecuencias”.

“Bien.” Royale, con su cabello negro azabache y expresión fría fue la primera en ponerse de pie.

El recolector de cadáveres Frye, con su cabello negro, ojos azules y piel pálida, se levantó a continuación.

Dejaron sus tarjetas de Gwent y salieron de la sala de entretenimiento. Cuando atravesaron la partición, se detuvieron con anticipación.

“Esperen”, dijo Dunn, sin defraudar sus expectativas.

“¿Qué más hay ahí?” La Insomne Royale volvió la cabeza hacia atrás y preguntó sin expresión.

“Recuerden informar a la policía. Que cierren el camino. Eviten que alguien se acerque hasta que hayan terminado con la escena y muevan el cadáver lejos”, dijo Dunn, golpeándose la frente.

“Bien.” Royale se dio la vuelta y dio dos pasos antes de detenerse una vez más.

Volvió la cabeza, parpadeó y dijo para confirmar: “Capitán, ¿no hay nada más?”

“No”, respondió Dunn, categóricamente.

Royale asintió imperceptiblemente y caminó hacia la entrada.

En cuanto al Coleccionista de Cadáveres Frye, que exudaba frialdad y oscuridad, mantuvo su ritmo adecuado.

En ese momento, Dunn agregó: “Recuerden decirle a Rozanna, a la señora Orianna y compañía que pueden bajar”.

“No hay problema.” Frye respondió con calma como si ninguna emoción se agitara en él.

Klein observó cómo los dos Halcones Nocturnos salían por la puerta y subían las escaleras antes de suspirar secretamente de alivio. Siguió al capitán y al resto bajo tierra. Se dirigieron directamente a las puertas de Chanis.

Mientras Dunn le indicaba al Insomne Kenley que abriera la puerta de Chanis, instruyó a Klein: “Ve a la armería y trae al viejo Neil aquí. Necesitamos su magia ritual para curarnos.”

A medida que los efectos de la medicina comenzaron a desaparecer, su estado mental decayó gradualmente.

“Bien.” Klein no esperó a que el capitán continuara y añadió: “Vigilaré la armería en lugar del Viejo Neil. También solicitaré al menos veinte balas de caza de demonios y también esperaré la aprobación de la Santa Catedral, frenando mi curiosidad sobre el cuaderno de la familia Antigonus.”

“…” Dunn se quedó instantáneamente sin palabras.

“Capitán, ¿hay algo más?” preguntó Klein con una sonrisa después de adelantarse a Dunn.

Dunn negó con la cabeza, sin palabras.

Sacó su bastón y se dio la vuelta. Después de caminar cierta distancia, Klein entró en la armería y le contó los acontecimientos en general al viejo Neil, que estaba bebiendo café.

“Se convirtió en un monstruo que perdió el control… ¿Incluso mataste a un Beyonder?” El viejo Neil rápidamente ordenó su escritorio. “Es como si estuviera escuchando el guión de una obra de teatro”.

Murmuró mientras daba la vuelta al escritorio y caminaba directamente hacia el pasillo sin esperar la respuesta de Klein.

Klein preguntó por curiosidad: “Sr. Neil, ¿la Iglesia no tiene una verdadera medicina curativa? ¿Por qué se necesitaría magia ritual?

“Ningún medicamento elaborado con ingredientes ordinarios puede proporcionar los efectos restauradores permanentes de un ritual. Los ingredientes extraordinarios son muy raros, y la mayoría de ellos no son adecuados para una medicina curativa”, explicó el viejo Neil casualmente. “Deberías saber sobre La mirada de la Diosa, ¿verdad? Cuando la medicina se hace por primera vez a través de un ritual, es una medicina restauradora estándar y real. Pero cada minuto después de su finalización, su efecto se diluye hasta que queda muy poca de su eficacia”.

“Ya veo…” Klein asintió, decepcionado.

Como ex ‘guerrero del teclado’ y ávido jugador, era un hábito anhelar un medicamento con propiedades curativas mágicas.

Observó al viejo Neil irse y se sentó, disfrutando de la tranquilidad que no había tenido en mucho tiempo.

En medio de su paz, recordó la trágica muerte del payaso de traje. Se recordó a sí mismo disparando con frialdad, la espantosa herida y el brotar de la sangre fresca.

El cuerpo de Klein se estremeció de incomodidad. Primero se puso de pie, luego se sentó y luego repitió lentamente el proceso. También hizo algunos pasos de ida y vuelta en el medio.

“Uf…”  Dejó escapar un suspiro y decidió ocuparse de algo para poder dejar de pensar en esas imágenes negativas.

Klein se quitó el sombrero de seda y el traje formal. Luego sacó un pañuelo y un cepillo para limpiar la suciedad y el barro.

Después de un tiempo incierto, escuchó los pasos familiares de viejo Neil. El modo de andar del viejo Neil implicaba caminar sobre sus talones, y hacía un ruido distintivo mientras andaba por el pasillo.

“Qué agotador…”, se quejó el viejo Neil mientras entraba en la habitación.

“Dile al resto que nadie debe venir aquí dentro de la próxima hora. Necesito descansar”, instruyó casualmente, mirando hacia Klein.

“¿Por qué no descansas arriba y yo vigilo aquí?” Klein sugirió por amabilidad.

El viejo Neil negó con la cabeza.

“Arriba hay demasiado ruido. Rozanne es una dama que simplemente no puede dejar de hablar”.

“Bien.” Klein no insistió. Se puso el abrigo y el sombrero, recogió su bastón y volvió al corredor. Luego, abrió la puerta de la armería.

*Tap. Tap. Tap.* Caminó lentamente por el pasillo vacío y de repente vio muchas habitaciones que nunca antes había visto.

“Aquí hay una puerta secreta…” Klein se detuvo en un lugar alrededor de una curva mientras miraba la habitación.

Descubrió que el recolector de cadáveres Frye ya había regresado. Estaba examinando cuidadosamente un cadáver completamente disecado.

¿Cadáver? El corazón de Klein se agitó, se esforzó por reunir su coraje y se acercó a la habitación. Llamó suavemente a la puerta abierta.

*¡Toc! ¡Toc! ¡Toc!*

Frye detuvo sus acciones y se dio la vuelta, mirando con sus ojos azules como el hielo.

“Perdón por molestarte. Solo deseo saber si se trata del cadáver de un Beyonder”, preguntó Klein, mientras controlaba su tono.

“Sí.” Los labios de Frye se abrieron y cerraron, pero solo escupió una palabra.

La mirada de Klein fue más allá de él y aterrizó en el cadáver. De hecho, descubrió la familiar y espantosa herida en la frente.

Es ese payaso de traje…  Klein exhaló en secreto y dijo: “¿Algún descubrimiento?”

“No”, respondió Frye, de manera anormalmente simple.

El estado de ánimo se volvió incómodo al instante. Justo cuando Klein estaba a punto de despedirse, Frye tomó la iniciativa de decir: “Si te sientes incómodo, puedes pasar a echar un vistazo. Descubrirás que es solo un cadáver.”

¿Miedo a quedar traumatizado? Klein asintió pensativo.

“Bien.”

Entró en la habitación y se colocó frente a la larga mesa cubierta de blanco mientras miraba el cadáver.

La pintura roja, amarilla y blanca del payaso de traje había sido limpiada, revelando una cara desconocida que no era nada especial. Estaba en la treintena y tenía el pelo negro y un puente nasal alto.

En ese momento, Frye se acercó a una mesa cuadrada junto a la esquina de la pared y tomó un lápiz y una hoja de papel.

Regresó al cadáver, colocó el papel y comenzó a dibujar con el lápiz.

Klein lo miró con curiosidad y descubrió que Frye estaba dibujando la cabeza del payaso de traje.

No pasó mucho tiempo antes de que Frye dejara de mover el lápiz. En la hoja de papel, había un retrato realista. En comparación con el cadáver, la única diferencia era la falta de una herida con la adición de ojos azules.

Qué genio tan talentoso…  Klein se maravilló, sorprendido.

“Nunca esperé que fueras tan bueno dibujando”.

“Mi sueño era convertirme en artista antes de ser un Halcón Nocturno”. El tono de Frye era completamente plácido.

“Entonces, ¿por qué no cumples tus sueños?” preguntó Klein con curiosidad.

Frye dejó su lápiz y dijo con el retrato del payaso en la mano: “Mi padre era un sacerdote de la Diosa. Él deseaba que me convirtiera en sacerdote. Es un trabajo decente”.

“¿Te hiciste sacerdote?” Klein preguntó sorprendido.

Encontró inimaginable que Frye pudiera convertirse en sacerdote con su personalidad y las vibraciones que emanaba.

“Sí, hice un buen trabajo”. Frye tenía una expresión fría mientras las comisuras de su boca se curvaban un poco mientras respondía. “Más tarde, me encontré y experimenté algunas cosas y terminé siendo un Halcón Nocturno”.

Klein no planeaba infringir su privacidad, por lo que preguntó: “Una vez fuiste sacerdote de la Diosa, entonces, ¿por qué no elegir ser un Insomne?”

“Una razón personal”, respondió Frye con franqueza. “Además, Madam Daly es un buen modelo a seguir”.

Klein asintió y justo cuando estaba a punto de cambiar de tema, escuchó a Frye decir: “Ayúdame a vigilar esta habitación. Tengo que entregar inmediatamente el boceto al Capitán… Cerrar una puerta secreta es problemático.”

“Bien.” Aunque Klein tenía un poco de miedo al enfrentarse a un cadáver solo, desafió su miedo de acuerdo.

Con Frye fuera, la habitación quedó en silencio. El cadáver yacía allí mientras el corazón de Klein se volvía pesado.

Respiró hondo y, en un intento por vencer sus miedos, se acercó a la larga mesa.

El payaso de traje yacía allí en silencio con su rostro pálido. Tenía los ojos bien cerrados y había perdido todo signo de respiración. Aparte de la espantosa herida, emitía la frialdad única de un hombre muerto.

Klein observó por un momento cómo sus emociones se asentaban gradualmente a medida que se calmaba.

Recorrió con la mirada y descubrió una extraña marca en la muñeca del payaso de traje. Haciendo acopio de valor, extendió la mano para tocarlo, con la esperanza de girarlo para verlo con más claridad.

Justo cuando el toque helado llegó desde las yemas de los dedos de Klein hasta su cerebro, la palma pálida que había perdido toda vitalidad se disparó de repente, agarrándolo por la muñeca con fuerza.