Mezametara Saikyou (NL)

Volumen 3

Capítulo 10: El Fin De Nuestras Vacaciones.

Parte 1

El sol comenzó a ocultarse, y el cielo pasó del azul al púrpura. A lo lejos se veían muchas estrellas fugaces.

–¡Vaya, es precioso! Gritó Mimi.

–Sí. Me reí. –Pero creo que son todos trozos de barcos piratas.

–Sí. Una hermosa porquería. Elma asintió.

–¿No ven ningún romance en esta situación?

–Vamos, esos son todos tipos malos. ¿Dónde está el romance en eso?

–No podemos estar tan seguros de que sean todos tipos malos, insistió Mimi. –¿Y si son mujeres malas, o chicos malos? O incluso chicas malas.

–¿Eso es lo que te preocupa?

A pesar de todo, no podía disfrutar de la vista, sabiendo que estaba formada por naves destruidas. Aunque, sí, era una lluvia de luces bastante bonita.

Olvidémonos de las estrellas fugaces y recapitulemos la situación hasta ahora.

Nos las arreglamos para pasar a través de los robots de batalla en el Krishna, luego despegamos para evadir el bombardeo orbital. Después de eso, nos deslizamos a través del constante bombardeo cinético y tuvimos una gran pelea con todos los piratas espaciales, y las enormes bombas de Milo acabaron con ellos. La Unidad de Caza de Piratas de la Flota Imperial había llegado cuando los piratas ya estaban muertos. Mientras ellos hacían el trabajo de limpieza final, habíamos terminado en espera y decidimos volver a nuestra isla resort.

También tuvimos a Mei fuera de la nave por un tiempo. Nunca se sabe cuándo podrías tener que emprender el vuelo, ¿sabes? Sería un secuestro- robot… si la lleváramos con nosotros fuera del planeta.

Para cuando volvimos a nuestro apartamento en ruinas, los gorilas y los robots cangrejo ya habían vuelto a la selva. Rayos; «quería montar en un cangrejo gigante».

Ahora era de noche, y estábamos disfrutando de una cena y una película. Estábamos comiendo pizza hecha por el Steel Chef 5. Venía con una sorprendente gama de ingredientes, incluyendo mi favorito: pollo teriyaki. La carne salada y dulce y la salsa le sentaban muy bien a la pizza, y el refresco de ginger ale complementó perfectamente.

–¿Y ahora qué? Preguntó Elma. –¿Contactamos con Serena?

–Ugh. Supongo que sería más seguro, sí.

Llevábamos una semana escondidos en este planeta. Con suerte, el abuelo de Chris había recibido su mensaje y estaba trabajando para salvar su vida. Al mismo tiempo, eso significaba que se había encendido un fuego bajo su tío. Pero era demasiado tarde; diablos, se podría decir que había perdido todo por el todo. ¿Qué haría un hombre cuando ya no tiene nada que perder? Él no era el tipo de hombre que se rinde y acepta su castigo, así que la posible que la persiguiera hasta el amargo final.

–Sí que te debe mucho, estuvo de acuerdo Mimi. –¿Por qué no hacemos que ella nos proteja?

–Vaya, Mimi. Ahora tienes el espíritu mercenario.

–¡Pero claro! Estoy creciendo cada día. Ella hinchó su pecho, orgullosa de ser vista como una mercenaria.

«Mmm, esas tetas son tan bonitas como siempre. ¿También crecen cada día? Las mentes inquietas quieren saberlo».

–¿Qué clase de persona es esta Serena? Preguntó Chris.

–Yo diría que… Una belleza decepcionante, dije.

–¿Decepcionante?

–Una borracha también, añadió Elma.

–Una… Borracha.

–Erm, es una teniente comandante que lidera la Unidad de Caza de Piratas, explicó Mimi. –Ella … Tiene algunos sentimientos por Hiro.

–Persistente, quizás, añadí.

–Quieres decir una acosadora, dijo Elma sin rodeos.

–Una  acosadora persistente.  ¿Está  en  peligro?  Chris  parecía  muy incómoda.

«En absoluto, querida».

–Sí, er… Me rasqué la cabeza. –Creo que es la hija de algún noble. ¿Quién era?

–Es la hija del marqués Holz, respondió Mimi.

–El marqués Holz. Su familia ha dado muchos miembros del gabinete militar y líderes de alto rango. Aunque nuestra familia se ha comunicado poco con ellos.

–Oh, sí. ¿Qué piensas, Chris? ¿Deberíamos pedirle a la flota ayuda?

–Hmm, creo que sí. Con las cosas como están, cualquier cosa que nos haga estar más seguros…

–No tendrás que preocuparte por usar tu posición esta vez, Chris, dijo Elma. –Hiro va a hacer uso de una conexión muy útil.

–¿Es eso cierto?

–Por supuesto. Elma esbozó una sonrisa malvada. –Además, no queremos dejar que esa noble nos utilice siempre. A veces, tenemos que usarla en su lugar.

«Estás diciendo que hagamos que Serena haga todo el trabajo si somos atacados, ¿verdad? Esa es una muy buena idea. Ella nos ha causado todo tipo de problemas; ya es hora de que le devolvamos el favor».

–Genial. Vamos a contactar con Serena, entonces.

–¿No deberíamos hablar con Milo primero? Preguntó Elma.

–Oh, de acuerdo. Mimi, ¿puedes hacerlo?

–Sí, señor. Mimi llamó a Milo en su tableta.

Esta contestó y preguntó: –Sí. ¿Necesitas algo?

–El apartamento está destruido, así que no es un buen lugar para quedarse, expliqué. –Y tenemos una conexión útil con la flota, así que estábamos pensando en irnos. ¿Hay algún problema?

–Todavía les queda tiempo de estancia, pero una vez que salgan de Cierra III, su estancia restante será cancelada. Como fue nuestro fracaso con la seguridad lo que les causó problemas, y como el apartamento no está en un estado adecuado para para alojarse, me gustaría darles un cupón con un importante descuento para su próxima estancia.

–¡Me parece bien! Ha sido divertido. Deberíamos volver alguna vez.

–¡Estoy de acuerdo! La comida fue deliciosa.

Elma y Mimi parecían entusiasmadas por la perspectiva. Del mismo modo, yo estaba deseando que llegara la próxima vez que pudiera beber un verdadero refresco.

–Por cierto, ¿has pensado en comprar tu Maidroid? Me dijo Milo.

–¿Eh? H-hmm…

–Maestro Hiro, ¿de verdad vas a dejar a Mei atrás? Mimi me miró fijamente mientras yo me callaba.

«¡Detente! ¡No me mires así!»

–Ah, no seas así, dijo Elma, poniendo los ojos en blanco. –Será un alivio tener a Mei con nosotros, especialmente con las especificaciones que has elegido. Estaba extrañamente optimista sobre la compra de Mei.

–Cierto…

–¿Por qué la cara larga?

–No es tan fácil para los hombres, ¿de acuerdo?

De verdad, imagina que tienes a esas chicas que te gustan de verdad, y estás desfilando con tu figura favorita, de tamaño natural, alguien que ejemplifique todas tus manías, delante de ellas. Excepto que la figura puede caminar, hablar y dedicarse por completo a ti. ¿Es eso vergonzoso o no?

Pero lo entiendo. Lo entiendo, ¿vale? Era demasiado tarde ahora que todo estaba fuera a la vista. Y sabes qué, estoy un poco de acuerdo. Pero hice a Mei, de arriba a abajo. ¿Por qué no debería estar avergonzado? Lo único bueno era que parecían aceptarla.

–Cierto, dije, rindiéndome. –Tener a Mei cerca sería una gran ayuda.

¿Cómo funciona una compra? Le pregunté a Milo.

–En primer lugar, gracias por tu compra. Eres libre de llevarte a Mei contigo tal y como es. Toda la información requerida está en Oriental Industries, así que por favor asegúrate de visitar a su distribuidor de preferencia. Los datos de las pruebas se incluirán de forma gratuita.

–Entendido.

–Ella perderá mi soporte de procesamiento, así que hasta que la actualicen, ten en cuenta que sus funciones serán algo limitadas.

–Huh. Tendremos que actualizarla rápidamente, entonces.

Con eso, Mei se dispuso a subir a bordo. La compra fue terriblemente rápida también; mi Ener viajó a través de la red, y todo estaba terminado.

–Estaré a su cuidado a partir de ahora. Estoy encantada de conocerte, dijo Mei con una hermosa reverencia.

–Lo mismo digo.

–¡Nos lo vamos a pasar muy bien juntas, Mei! Chilló Mimi.

–Me alegro de tenerte. Aunque te vamos a hacer trabajar. Elma sonrió.

–Sí. Mei levantó la cabeza y dio un paso hacia mí. –Te serviré para siempre, Maestro.

–¿Genial?

Los ojos negros que se asomaban detrás de sus gafas de montura roja tenían una terrible presión, provocando sólo un asentimiento nervioso de mi parte.