Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

“Uuugh… Uuuuugh…”

Mia gimió mientras yacía en la cama, sufriendo un ataque de enfermedad. El día del torneo de esgrima, se quedó afuera bajo la lluvia, empapándose mientras veía el fascinante encuentro entre Abel y Sion. Después de su conclusión, ella rápidamente corrió hacia Abel para prodigarle elogios. Ya emocionada por su actuación, su emoción alcanzó su punto máximo cuando él señaló cómo la luz del sol que bailaba sobre su cabello mojado le daba un brillo deslumbrante. Como resultado, a pesar de los repetidos intentos de Anne de convencerla de que se seque, pasó el resto del día corriendo con el pelo mojado, lo que rápidamente la llevó a resfriarse.

Poco después del mediodía, Mia abrió lentamente los ojos.

“¿Anne? ¿Estás ahí? ¿Anne?”

Con los ojos todavía pesados por el sueño, echó un vistazo lento por la habitación.

“Dios mío, qué extraño”, murmuró en un tono desconcertado.

Estaba completamente en silencio. No había nadie más que ella. La habitación estaba hecha un desastre. Solo se hizo un intento superficial de doblar la ropa que estaba desparramada, y los bolígrafos se dejaron al descubierto en el escritorio. Aunque claramente estaba mal administrado, la sensación de desorden en la habitación se sentía extrañamente familiar.

Ah, lo sé… Esto era de…

Recordó un momento durante la línea de tiempo anterior en el que también había estado enferma con un resfriado.

“Así es. Recuerdo. Cuando desperté… Esa chica no estaba allí”.

Después de que Mia se durmiera, la chica que sirvió como su sirvienta la había dejado salir. Siendo la tercera hija de una poderosa familia noble, nunca le faltaban sonrisas o halagos cuando hablaba con Mia. Ella siempre había sido una de las favoritas de Mia, que encontraba su generosa música de cumplidos para los oídos.

Recuerdo haber escuchado de otros más tarde que ella no quería resfriarse, así que fue a tomar el té con sus amigos asistentes…

Habiéndose despertado completamente sola, los brillantes rayos del sol de la tarde iluminando el vacío de su habitación, de repente se sintió muy pequeña. Una abrumadora sensación de temor se apoderó de su corazón. Apretó con fuerza sus mantas y cerró los ojos, sintiendo que se había quedado sola en un mundo árido.

“Miladi… Miladi…”

Sintió que su cuerpo se sacudía. Lentamente, ella abrió los ojos.

“Miladi Mia, ¿estás bien?”

La cara preocupada de Anne apareció a la vista.

“¿Fwha? Oh, Anne… Entonces… ¿eso fue un sueño?”

Confundida, echó una mirada nerviosa por la habitación. Estaba perfectamente ordenada. ¿Alguien había limpiado mientras ella dormía? No había una camisa perdida a la vista. No solo eso, sino que algo en la habitación se sintió tranquilizador. Podía sentir la tensión saliendo de ella. Era lo contrario de la habitación en su sueño. Eso la hizo sentir incómoda, como si no le perteneciera en absoluto.

“Has estado muy inquieta. ¿Tuviste un mal sueño?”

“Oh… N-No te preocupes por eso”.

Anne dejó escapar un suspiro de alivio y volvió a sentarse. Había movido una silla junto a su cama y parecía haber estado vigilando a Mia todo este tiempo.

“Anne, deberías mantenerte alejada… o también cogerás este resfriado…”

“¿De qué estás hablando, miladi? Estoy súper saludable, así que no te preocupes por mí”, declaró Anne con las manos en las caderas. “Deja de pensar en tantas cosas y solo descansa por ahora”.

Luego quitó el paño de la frente de Mia y lo reemplazó por uno nuevo. Una sensación cómoda de frescura impregnaba su frente febril, y Mia rápidamente volvió a quedarse dormida.

“Princesa Mia, mira. Esa chica está leyendo sola otra vez”.

“Dios mío, ¿Dónde está ella ahora?”

Era temprano en la tarde, y uno de los miembros del séquito de Mia sonrió y señaló el rincón del aula donde estaba sentada Chloe. Chloe no existía en los recuerdos de Mia de su vida pasada. Nunca habían sido amigas, y casi no había interacción entre ellos. Por lo tanto, Mia no recordaba lo que había sucedido ese día.

“Dime, princesa Mia, ¿qué opinas de esa chica Chloe?”

“Escuché que ella compró su título, con dinero. No puedo creer que la academia deje entrar a alguien así”.

Mientras el séquito de Mia se turnaba para burlarse de Chloe, Mia no participó, pero tampoco los detuvo.

“No veo lo que te parece tan interesante de ella. Más importante aún, ¿has escuchado? Aparentemente, el asistente del Príncipe Sion es un plebeyo, pero muy guapo…”

“Ah, princesa Mia. ¿Estás despierta?”

Cuando se despertó de nuevo, Chloe estaba a su lado.

“Ah, Chloe…”

Chloe cerró en silencio el libro en sus manos y se inclinó.

“¿Hay algo que quisieras que haga por ti? ¿Quieres agua? ¿O algo de comer?”

“Gracias por venir a verme, pero no deberías acercarte demasiado o atraparás… ¿Qué es eso?”

Mia no pudo evitar preguntar cuando notó que la tela blanca cubría la mitad inferior de la cara de Chloe y le tapaba la nariz y la boca.

“Es una especie de máscara y evita que los resfriados se propaguen”.

Mia estaba impresionada. Las hijas de los comerciantes ricos no debían ser subestimadas. Ellos claramente sabían sus cosas.

“Anne fue a buscar más agua fría. Ah, y traje algunas medicinas para el resfriado que mi papá me envió hace un tiempo. Los dejaré aquí. Por favor, asegúrate de tomarlos más tarde”, dijo Chloe con una sonrisa.

Mia se mordió el labio. Después de un momento, ella dijo en voz baja: “Te… te debo una disculpa”.

“¿Huh?”

Ella ignoró la mirada en blanco que Chloe le estaba dando y continuó.

“Ese día, vi tu sufrimiento… y decidí ignorarlo. Lo siento mucho por eso”.

“… Um, princesa Mia, ¿fue ese un sueño que tuviste o algo así?”

La joven comerciante se rió.

Un sueño… Tal vez lo fue.

Quizás realmente no había sucedido. E incluso si lo hubiera hecho, fue desde hace mucho tiempo. ¿Qué diferencia había entre un futuro que nunca se cumplía y un sueño? Quizás eran uno y lo mismo. La culpa, sin embargo, era real. Podía sentir el dolor sordo que presionaba su corazón.

“Princesa Mia, desde que te convertiste en mi amiga, me he divertido mucho. Realmente disfruto haciendo cosas contigo, como cuando hicimos sándwiches juntas. Además, puedo hablar contigo sobre las historias que leo. Siempre soñé con tener una amiga como tú. Así que, por favor, no hay nada por lo que deba disculparse”.

Mientras escuchaba, Mia sintió que el peso de su corazón decrecía un poco más ligero. Sus párpados cayeron de nuevo, y susurró suavemente, “Podrías… contarme una historia…”

“¿Hm?”

“Algo que me gustaría que hicieras… Si has leído alguna historia interesante últimamente… ¿Podrías contarme una?”

“De acuerdo entonces. Veamos. En ese caso…”

Al sentir el suave cosquilleo de la suave voz de Chloe en sus oídos, Mia se quedó dormida una vez más.

“Bien. Cuídate en el camino entonces, Lady Tiona”.

Fue el último día antes de las vacaciones de verano. Sion estaba enviando a Tiona con una sonrisa brillante. Se asomó por la ventana y le devolvió la sonrisa. Solo después de que su carruaje comenzó a doblar una esquina, se sentó de nuevo.

Numerosas personas se habían reunido alrededor de Sion, todos esperando despedirse de él. La creciente multitud puso a Mia cada vez más ansiosa, pero ella continuó intercambiando despedidas con su propio grupo de chicas.

“Princesa Mia, a mi padre le encantaría tener la oportunidad de conocerte en persona”.

“Como lo haría yo. ¿Puedo tener el honor de presentarle mis respetos en persona a usted y a Su Majestad Imperial durante el verano?”

“¡No, debes venir a visitarnos primero! Aunque nuestro reino es pequeño, es un maravilloso lugar de veraneo”.

Mientras hacía los movimientos de atender sus solicitudes una por una, seguía mirando furtivamente a Sion. Una vez, miró hacia atrás en su dirección y sus miradas se encontraron. Sus ojos normalmente brillantes de repente se enfriaron. Por un segundo, su expresión se oscureció. Luego, miró hacia otro lado, como si ya hubiera perdido interés en ella.

Mia vio el cambio en su expresión, pero no tenía idea de lo que significaba.

Me pregunto por qué el Príncipe Sion no viene a decir adiós… Ah, lo sé. Debe sentirse incómodo después de rechazar mi caja de almuerzo. Oh, él es tan tonto. ¿Realmente cree que le reprocharía eso contra él?

Mia permaneció completamente ajena a los sentimientos de Sion y Tiona hasta que los fuegos de la revolución comenzaron a arder. No solo eso, ni siquiera tenía una buena comprensión de lo que las chicas de su séquito estaban pensando. Nunca pensó en los sentimientos de los demás. Ni una sola vez… hasta que el mundo, tal como lo conocía, llegó a su fin. Por eso…

Durante el último año que pasó en Saint-Noel antes de que la lucha consumiera la tierra, cuando el Imperio comenzó a colapsar bajo el peso de sus propios problemas financieros y los disturbios violentos comenzaron a extenderse, Mia se encontró sola el último día de clases.

“¿Cómo se llegó a esto?”

No quedaba ni una sola persona que se molestara en venir a decir adiós. Ninguno de los otros nobles de Tearmoon estaba en condiciones de enviar a sus hijos a la escuela, y los estudiantes de otros reinos no deseaban asociarse con la princesa de un imperio en caída.

Ella estaba sola ahora. Verdadera e innegablemente sola.

Mientras deambulaba por el patio, encontró a Sion. Rodeado por una multitud de estudiantes, fue popular como siempre. Cuando la vio, la miró con una mirada fría y dura y, con una voz que podía cortar el acero, dijo: “Te desprecio , princesa Mia”.

“¡Hyaaaaaaaaah!”

Mia gritó mientras saltaba de su cama. Estaba empapada de sudor.

“Ah… A-Ah… ¿Fue… un sueño?”

Una taza apareció frente a ella. Ella lo agarró y tragó su contenido. El agua fresca y refrescante calmaba su garganta reseca.

“Gracias. Yo necesitaba eso.”

“Es muy bienvenido. ¿Sin embargo, estás bien? Supongo que estabas teniendo algún tipo de pesadilla, considerando cuán violentamente estabas tirando y girando”.

Una mano tocó su frente. Fue agradable y genial. Estaba a punto de cerrar los ojos y disfrutar de lo bien que se sentía cuando la voz comenzó a registrarse completamente en su mente.

E-Espera… ¿No conozco esta voz…?

Lentamente, estiró el cuello hacia un lado y aventuró un vistazo nervioso.

“¡Eeeeek!”

Ella comenzó y dejó escapar un grito de sorpresa cuando vio la cara de la persona.

“¿P-Príncipe… Abel? Pero, pero… ¿Qué haces aquí?”

Su mirada era gentil y su voz suave.

“Verdad, perdón por eso. Sé que no debería estar viendo dormir a una dama, pero la señorita Anne me pidió que te vigilara un poco”.

Mia tuvo una visión de Anne dándole el visto bueno.

¡Sé qué crees que me estás ayudando, Anne, pero estás ayudando de todas las maneras equivocadas!

Se puso las mantas hasta la boca.

“Muchas gracias por venir a verme, pero no deberías quedarte aquí. No quisiera que te resfriases por culpa de mí”.

“Sabes, no me importaría enfermarme”.

“¿Huh? Qué quieres decir.”

“Oh, es solo de dónde vengo, dicen que puedes deshacerte del resfriado de alguien contagiándolo a otro. Si realmente funciona, entonces no querría nada más que resfriarme para que te mejores”. Con una mezcla de diversión y vergüenza, se rascó la cabeza y se echó a reír.

“Mi…”

Su encanto juvenil también provocó una risita de parte de Mia, y los dos se permitieron bromas amistosas por un tiempo.

“Hablando de eso, es casi la hora de las vacaciones de verano”, dijo Mia.

“¿Volverás al Imperio?”

“Sí lo haré. Hay muchas cosas que me gustaría hacer en casa. Planeo quedarme allí hasta que la escuela comience de nuevo”.

Unas largas vacaciones no significaban que ella pudiera simplemente sentarse y perder el tiempo. Tenía que hacer todo lo posible para salvarse de esa inminente guillotina.

“¿Qué planeas hacer, Príncipe Abel?”

“También voy a casa, pero planeo volver a la escuela un poco antes. Esperaba tener la oportunidad de pasar un tiempo contigo, pero parece que no tendré tanta suerte este verano”.

¿C-Cómo es que puede decir cosas así con una cara perfectamente seria? Oh mi corazón…

Mia desvió rápidamente la mirada y se obligó a calmarse. Justo cuando estaba a punto de respirar profundamente, escuchó un golpe en la puerta.

“Oh, eso me recuerda. El Príncipe Sion y Lady Tiona mencionaron que iban a venir más tarde. Deben ser ellos”.

“Mi dios, parece que soy una celebridad hoy”.

Por supuesto, en su cabeza, ella estaba pensando, Ugh, qué molestia. Como si el resfriado no fuera lo suficientemente malo.

Entonces, ella frunció el ceño. Había una extraña disonancia entre sus palabras y sus emociones. Por alguna razón, no se sintió tan molesta por su visita como había pensado. Ella decidió atribuirlo a todo el sueño que había tenido. Incluso su fiebre parecía estar disminuyendo, cuando notó que su cabeza se sentía mucho más ligera.

“Disculpe”, dijo Sion cuando la puerta se abrió. “Hola princesa Mia. ¿Cómo te sientes? ¿Te sientes todavía mal con tu resfriado?”

“Te traje algo para ayudar con la fiebre”, agregó Tiona. “Mi hermano menor lo hizo con las hierbas que cultiva. No es nada lujoso, así que espero que no te importe…”

Poco a poco, un ambiente agradable y placentera llenó la habitación de Mia. Era una especie de ambiente que había estado completamente ausente de su vida anterior, y pasó el resto del día en su suave abrazo, disfrutando del calor acogedor de la compañía.