Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Dos días después de la fiesta había una orientación para nuevos estudiantes. Una vez que concluyó, era hora de que comenzaran las clases. Fue un período de muchos nuevos comienzos: una nueva vida, un nuevo entorno y una nueva experiencia educativa. La falta de familiaridad genera incertidumbre, y las aulas se llenaron de una tensión nerviosa cuando los estudiantes ingresaron por primera vez. Cuando Mia se sentó y miró a sus ansiosos compañeros, no pudo evitar sonreír con confianza. ¿Y por qué no lo haría ella? Ya había pasado por esto una vez, y había aprendido todos los materiales del curso hace mucho tiempo. Y no solo los conceptos, ten en cuenta; ella había ido tan lejos como para usarlos en preguntas aplicadas.

«Mm, hm, hm. ¡Será un paseo por el parque!»

Mia tenía tanta confianza, de hecho, que recurrió a un par de sus compañeros de clase y les dijo:

—¡Si hay algo que no entiendes, no dudes en preguntarme! ¡Te lo explicaré!

Ella se estaba preparando para tomar una caída más dura…

Unos minutos después, notó que algo no estaba bien.

—M-Mi Dios, qué extraño…

Una gota de sudor rodó por su frente.

«No recuerdo nada de esto en absoluto».

Mia había olvidado por completo que nunca había sido una buena estudiante. Más bien, había nacido con el único rasgo que poseen todos los políticos: la capacidad de olvidar convenientemente las cosas que son malas para sus carreras. Para el registro, en Tearmoon, ella había estudiado los temas que parecían necesarios para evitar la guillotina en el futuro, pero eso estaba lejos de ser una educación integral. Ella no sabía lo suficiente como para impresionar a sus compañeros de clase. Las matemáticas, en particular, resultaron terriblemente desafiantes. Como una estudiante de artes no comprometida — es decir, después de haber elegido a regañadientes las artes debido a una ineptitud en las ciencias — la mera mención de la aritmética le hizo girar la cabeza.

«¡Y-Y-Yo y mi gran boca!»

Mia entró en pánico. ¡Después de todo lo que había dicho, no saber la respuesta sería muy humillante! Tan pronto como terminaron las clases, salió de la sala antes de que alguien tuviera la oportunidad de hablar con ella.

—¡Anne! ¡Anne! — Gritó mientras irrumpía en su habitación.

—¿Qué pasa, Princesa Mia? — Anne se dio la vuelta sorprendida.

—Anne, a partir de mañana, vendrás conmigo a la clase de matemáticas.

—¿Qué?

La Academia Saint-Noel tenía una política que permitía a los asistentes acompañar a sus maestros a la clase. Muchos estudiantes trajeron asistentes que se habían destacado en su propia escuela. Luego se sentaban con sus maestros y los ayudaban con sus estudios. Anne, sin embargo, vaciló. A diferencia de esos asistentes, ella no estaba bien educada. Al ver su lucha por responder, Mia se tomó un momento para pensar.

—Ah, por supuesto, si vienes a clase, no dudes en reducir tu carga de trabajo en consecuencia. Puedes limpiar la habitación una vez cada dos días, por ejemplo. Incluso te ayudaré.

—¿Qué? ¡No! ¡Eso no está bien en absoluto! ¡Si voy, todavía me aseguraré de hacer todo mi trabajo también!

—Um, pero entonces no puedes ayudarme a estudiar.

—¿Huh?

—Uh, quiero decir…

Mia se apagó, dándose cuenta de que se había resbalado. Incluso ella tenía una sensación de orgullo. Anne confiaba en ella, creía en ella e incluso la admiraba. Lo último que quería hacer era decirle a Anne:

—¿Puedes ir a aprender todas las materias en las que soy mala y enseñarme cómo hacerlo más tarde?” Después de un largo rato, finalmente se le ocurrió una excusa.

—Creo que la aritmética te será útil en el futuro.

Ella no estaba equivocada. La aritmética sería realmente muy útil. Era una habilidad necesaria para hacer cualquier tipo de negocio, y las enseñanzas en Saint-Noel se basaban en el conocimiento más contemporáneo en el campo. Si Anne estudiara bien, sería muy valorada por todo tipo de personas.

—P-Princesa Mia… Tú… Para mí… — dijo Anne, con los ojos llorosos. —Muchas gracias por esta oportunidad. No te defraudaré.

—C-Ciertamente… — tartamudeó Mia. Cada palabra de sincera gratitud de Anne apuñaló su conciencia. —N-No pienses nada de eso. Además, también tengo algunos problemas para mantenerme al día, así que agradecería un poco de tu ayuda en clase.

La Mia con corazón de pollo se quebró bajo el peso de su propia culpa. Para sentirse mejor, se deslizó un poco de su motivo real al final.

—Princesa Mia…

Para Anne, sin embargo, sonaba como nada más que un apresurado intento de modestia. Para un plebeyo, la idea de asistir a clases en Saint-Noe (no solo de forma gratuita, sino que se les paga mientras lo hacen) era absolutamente impensable. Fue un acto de profunda benevolencia que la movió más allá de las palabras. En ese momento, estaba lista para dedicarse a Mia por el resto de su vida. Llueva o relampaguee, en la enfermedad y en la salud, donde quiera que Mia fuera, ella la seguiría. Incluso si Mia se casara con un reino extranjero, estaba lista para servirla allí hasta el final.

Ella sabía, sin embargo, que estos eran en última instancia sus propios pensamientos. Puede llegar el día en que renuncie a su papel de doncella personal de Mia. Este arreglo probablemente era una forma sutil de prepararla para esa posibilidad, de modo que si alguna vez necesitara salir sola, tendría el conocimiento y las habilidades necesarias para mantenerse.

«A no ser que…»

Una segunda posibilidad se le ocurrió a Anne.

¿Y si Mia hablaba en serio cuando llamó a Anne su mano derecha y su confidente? ¿Y ella quería que su mano derecha tuviera el conocimiento suficiente para apoyarla en futuros esfuerzos? La responsabilidad y la confianza iban de la mano.

Quizás las mayores responsabilidades que Mia le estaba asignando eran una señal de una confianza cada vez mayor. Aunque ella sabía que era una interpretación demasiado optimista…

—Confía en mí, Princesa Mia. Haré lo mejor que pueda.

… Su motivación, sin embargo, se fue por las nubes.