Tearmoon Teikoku Monogatari (NL)

Tan pronto como entró en su habitación en el dormitorio de las chicas, Mia dejó escapar un profundo suspiro. Después de escapar de la situación en la calle, había pasado el resto del día reconociendo los saludos de decenas de personas atraídas por su título, Princesa del Imperio Tearmoon.

Ugh, saludar a un sin fin de olas de extraños es tan terriblemente molesto. Desearía poder ignorarlos a todos.

Si bien puede parecer arrogante de su parte encontrar molesto su estatus de celebridad, su arrogancia finalmente se vio eclipsada por su cobardía innata. Con Anne a su lado, observando, simplemente no tuvo la audacia de ignorar a nadie que se presentó para presentar sus respetos con cortesía. Como resultado, ella terminó recibiendo personalmente a todos y cada uno de ellos.

—… Estoy tan terriblemente exhausta.

Se quitó los zapatos y se desplomó sobre su cama como un águila extendida de la manera más indecorosa. Mientras ella era consciente de lo inapropiado de su conducta…

«¡A quién le importa! ¡Soy la princesa del imperio, maldita sea! ¡Nadie puede decirme cómo comportarme!»

Estaba decidida a mantener algún elemento de independencia. Al menos en su propio monólogo interior.

—Estuviste maravillosa hoy, Princesa Mia— dijo Anne, notando la fatiga de Mia. —Estoy segura de que todos estaban muy contentos de conocerte—. Ella sonrió agradecida.

—Gracias Anne. Pero seguro que es agotador.

—¿Te gustaría algo de té? ¿O debo preparar el baño en su lugar?

—El baño, dices…

Su habitación estaba equipada con su propio baño. Mientras le trajeran agua caliente, podría bañarse cuando quisiera. Tampoco era necesario ser tacaña, ya que el agua era un recurso abundante aquí, tanto que el Principado tenía un complemento completo de sistemas de agua y alcantarillado. Si alguien del desierto viniera aquí, probablemente lo encontrarían impensablemente decadente. Mientras a Mia le pareció bastante atractiva la idea de instalarse en un baño caliente y calmar su cuerpo golpeado por el carruaje, rápidamente sacudió la cabeza.

—No, eso no será necesario. En otro momento, los baños comunales se abrirán. Dirijámonos allí en su lugar.

El dormitorio de las chicas estaba amueblado con instalaciones de aguas termales a las que se podía acceder durante ciertas horas. En aras de poder estirarse y relajarse de una manera verdaderamente lujosa, decidió retrasar su satisfacción.

—Lo más importante, Anne, hay algo que me gustaría preguntarte…

—¿Sí? ¿Qué es?

Mia se sentó en el borde de su cama y le indicó a Anne que se sentara en la cama adyacente también. Sus camas, en una nota al margen, eran idénticas en tamaño y adorno. Normalmente, sería impensable que una hija de una casa noble viviera en la misma habitación que su asistente, pero la Academia Saint-Noel fue la excepción. Aquí, muchos de los asistentes acompañantes eran de prominentes linajes nobles. Para adaptarse a ese hecho, la escuela se aseguró de que sus habitaciones fueran aptas para la convivencia de parejas de nobles. Anne, por lo tanto, miró con inquietud su cama elaboradamente decorada antes de descender cautelosamente sobre ella.

—Um… ¿Qué te gustaría saber, Princesa Mia?

—Necesito tu consejo sobre algo…

—¿Mi consejo…? — Preguntó Anne, con el ceño perplejo.

—Sí. Es un asunto importante…

—Un asunto importante…

Anne tragó saliva audiblemente mientras esperaba que Mia revelara lo que sin duda era un tema de gran importancia. Mia respiró hondo, lo contuvo por un segundo y lo dejó salir. Luego, miró a Anne a los ojos y preguntó:

—¿Cuál es la mejor manera de impresionar al hombre de tus sueños?

—… ¿Eh?

En la línea de tiempo anterior, Mia estaba segura de que ella y Sion se convertirían en una pareja. Le parecía que, como la famosa Princesa del poderoso Imperio Tearmoon, la única persona digna de su mano era el Príncipe de Sunkland, Sion. Ella pensó que lo contrario también era cierto. En consecuencia, su postura hacia Sion siempre fue libre de preguntarme si estás tan dispuesta . Fue así durante la fiesta de baile, fue así durante la gala de la noche, y todavía fue así el día antes de las vacaciones. Cada vez, ella se acercaba a Sion y se sentía libre de invitarme de salir de su rutina. Era innecesario decir que era sumamente molesto. Incluso Mia actual tenía más o menos pistas sobre el hecho de que su comportamiento anterior fue quizás, solo tal vez , un terrible error. Era un signo de madurez. Mia había dado un gran paso adelante. Puede que no haya sido un gran salto para la humanidad, pero sin duda fue un gran paso para Mia.

Por supuesto, su razonamiento; Había sido todo porque ¡Sion tiene una personalidad terrible! Sin embargo, su tiempo en el calabozo había plantado las semillas de la duda en su mente, que brotó en pequeños retoños de sentido común. Eventualmente, se le ocurrió que quizás yo también tenía la culpa de alguna manera.

Actualmente, Mia todavía no tenía absolutamente ninguna intención de cortejar activamente el afecto de Sion. Aun así, ella necesitaba hacer suficientes conexiones para salvarse de la guillotina, y la primera y más importante conexión era, por supuesto, el amante o el cónyuge. Con ese fin, pensó que le preguntaría a Anne si su enfoque para salir era incorrecto, pero…

—Princesa Mia… ¿Quién te enseñó a actuar así? — Preguntó Anne, después de escuchar la historia de Mia. Su rostro estaba rígido, salvo por una mejilla que se retorcía de forma intermitente.

—¿Qué quieres decir con “quién”?

Estaba a punto de responder “Yo, supongo” cuando Anne la agarró del hombro.

—Escucha, Princesa Mia. Todo lo que acabas de decir… ¡Está todo mal! No sé a qué hija noble le preguntaste, pero nadie va a hablar con alguien que desprecia a la gente todo el tiempo.

—¿E-es así?

—Es así. De acuerdo, usted es la princesa, por lo que probablemente haya personas que aún saldrán con usted, pero persiguen su influencia y poder. No es porque les gustes como persona. Y de todos modos no querrás estar con gente así. No te merecen— declaró en un tono asertivo. —Ahora, con eso fuera del camino… ¿Por quién vas a ir? ¡Hablemos de estrategia!

Los ojos de Anne brillaron de emoción.