Mezametara Saikyou (NL)

Volumen 2

Capítulo 9: Una Colonia Bajo Ataque

Parte 1

 

 

–Uff. ¡Qué botín! Sonreí al ver nuestro botín. Nos habíamos l evado Rare Metal y toneladas de equipos caros y de alta tecnología.

Sin duda, se podría obtener un buen beneficio.





–Al menos esta vez no hemos conseguido nada peligroso, ¿verdad?

Elma me preguntó.

–¡Oh! Ajá, claro.

–¿Perdón? Elma entrecerró los ojos y puso las manos en las caderas.

–Realmente no conseguimos nada malo, ¿verdad? dijo Mimi.

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Me encogí de hombros ante la mirada de Elma y la inquietud de Mimi.

En serio, nuestro botín era bastante ordinario. No íbamos a salir con algo tan descabel ado como un Cristal Cantante cada vez. « Nuestra suerte no era tan buena hoy. ¡Qué mal!»

Serena l amó a todos los que seguían en el campo, dejando atrás unos cuantos cruceros y destructores para limpiar los restos de los piratas. Los rezagados no podían hacer mucho contra los trajes de poder de grado militar y las armas pesadas.

¿Y yo? No hice un combate cara a cara. Claro, mi pistola láser era especial, pero no atravesaría la armadura de poder del enemigo.

Tenía mi propia armadura de poder a bordo, pero no duraría ni un solo disparo de esos. Ahora que lo pienso, nunca la había usado.

Honestamente, ese equipo en la bodega hizo poco más que acumular polvo.

–¿Quieres irte?

–¡Aguanta! Elma gritó. –No tenemos nada peligroso, ¿verdad?

–¡Estamos bien… espero! Contestó Mimi.

Me deshice de su pánico y giré la nave hacia Arein Tertius. Con nuestra bodega de carga l ena hasta los topes, no podíamos reclamar más botín de todos modos. Sin embargo, los carroñeros que ya aparecían en el radar harían lo suyo…


–Carguen el motor FTL, ordené. –Vámonos.

–Espera, en serio. ¿Estamos realmente a salvo? Elma presionó.

–Tranquila, estamos bien. No hay nada loco a bordo. Nada peligroso, todo normal. Tal vez.

–¿Qué quieres decir con ‘tal vez’? Elma gritó cuando activé el motor más rápido que la luz. Con un estruendo, el Krishna cargó hacia el viaje FTL.

–¿Cuánto te ha traumatizado ese Cristal Cantante? Le pregunté a Elma.

–¡Cualquiera se traumatizaría si sacaras esa cosa como si nada!

–¿Tan mal?

–Ugh. Esa cosa es peor que una ojiva nuclear reactiva. Si la soltáramos y se rompiera, estaríamos muertos.

Eso me pareció una comparación bastante dura. Las ojivas reactivas eran más fuertes que cualquier bomba atómica o de hidrógeno.

Podían destruir un barco entero; eso era lo que usábamos para nuestro torpedo reactivo antibuques en el Krishna. Un cristal cantante no podía ser mucho peor, aunque las formas de vida de cristal que engendraban podían funcionar durante más tiempo y en un rango más amplio.

Sonreí. –¡Genial!

–¿Genial? Eres muy despreocupado. Elma resopló exasperada.

–Ese es nuestro maestro Hiro. Mimi sonrió con orgul o, aunque no estaba seguro de por qué.

–Supongo que volverás a hacer de niñera de esa ricachona cuando volvamos a la colonia. Elma dejó escapar un suspiro. Por fin se había relajado; tal vez fuera porque era porque habíamos entrado en el viaje FTL y nos dirigíamos con seguridad lejos del campo de batal a.

–No tardaremos mucho, le aseguré. –Es sólo una semana más. ¿Qué hacemos después?

–Si quieres seguir ganando dinero, ¿qué tal si encontramos un sector en guerra? Con tu habilidad y el Krishna, podemos ganar mucho dinero.

–Hmm. No sé, no estoy tan interesado. Suena incómodo.

En Stel a Online, las colonias en guerra eran bastante restrictivas. Las tiendas estaban cerradas. Todo lo que podías hacer era repostar y realizar mantenimiento. Si fuera lo mismo aquí, nos enfrentaríamos una fuerte seguridad. A veces, el ejército incluso se encargaba de una patrul a para vigilar el terrorismo en esos lugares.

–Hmm. Tres hiperplanos más adelante, hay un sistema con un planeta turístico. Los piratas están corriendo desenfrenadamente, atacando las naves de pasajeros al í.

–Heh. Turismo, ¿eh? Tal vez podríamos matar a los piratas y tomar unas buenas vacaciones a la vez.

–El atraque al í es caro, pero tú eres el capitán. Te haremos caso.

Unas vacaciones estarían bien.

–Entonces vamos con eso. Un pequeño desvío sonaba como una diversión muy necesaria para mí y mi tripulación. Mi sueño de una casa independiente todavía se vislumbraba en el horizonte, pero estaba muy lejos. No estaba de más descansar mientras tanto.

Apagué el motor FTL cuando regresamos a Arein Tertius. Me preparé para enviar una solicitud de atraque a… « ¿Hm?»

–¿No parece la colonia un poco… fuera de lugar? Pregunté.

–¿Eh? Elma jadeó. –Oh, wow, así es. ¿Está ese distrito sin energía?

–Parece que sí, dijo Mimi. –Me pregunto qué pasa. Las luces guía de su muel e de atraque también están parpadeando en rojo.

Mientras esperábamos y observábamos, las naves espaciales salían de su muel e de atraque como hormigas huyendo de la colonia.

–¿Qué debemos hacer? se preguntó Elma en voz alta.

–Esa es una buena pregunta, dije. –Mimi, ¿puedes conectarnos con la Autoridad Portuaria?

–Sí, capitán. Los pondré en el monitor principal. Mimi intentó abrir la conexión, pero al principio no contestaban. Finalmente, después de varios intentos, obtuvo una respuesta.

–¡Esta es la Autoridad Portuaria! Estamos ocupados en este momento.

–Hola, amigo, cálmate. Soy el capitán Hiro, del gremio de mercenarios. Acabamos de volver de aplastar una base pirata, y parece que algo va mal en la colonia. ¿Qué está pasando?

–¡¿Un mercenario?! Oye, ¡¿tienes una armadura de poder en tu nave?!

–¿Eh? Uh, sí claro

–¡Sálvanos! ¡Nuestra colonia está siendo atacada por estas misteriosas formas de vida!

Sus palabras desesperadas nos dejaron atónitos y parpadeando el uno al otro por un momento.

Comencé, –Quiero decir, eh, no podemos simplemente…

–Somos mercenarios, dijo Elma con firmeza. –Nuestras vidas no son tan baratas como para trabajar gratis.

Elma se mantuvo firme, pero Mimi se agitó en la sil a de operadora.

No podía culparla.

–¡¿Quieres dinero en un momento como éste?!, gritó el trabajador de la Autoridad Portuaria.

–Siempre quiero dinero, interrumpí. –Si estoy arriesgando mi vida,

¿no merezco una recompensa? ¿No has hecho una petición al gremio de mercenarios?

–¡Podríamos haberlo hecho, pero no lo sé!

–¿No lo sabes? Pues muéstranos un hangar vacío. Haz tu trabajo antes de empezar a quejarte de mí.

–De acuerdo, bien. Umm, treinta y dos… ¡No, ve al hangar tres!

–Entendido. Estamos en camino.

Colgamos y seguimos las balizas guía que se encendían para marcar nuestra ruta.

–¿Vamos a entrar? Elma levantó una ceja. –¿No deberíamos mantenernos al margen de estas cosas?

–No lo sé, pero esto podría ser un buen dinero, dije. –Al menos vamos a escuchar lo que tienen que decir. Incluso podríamos ganar dinero sólo vigilando el puerto hasta que Serena regrese.

–¿Estás seguro de esto? preguntó Mimi, preocupada.

–Mientras l eve la armadura de poder, no creo que pase nada malo.

Espero.

De todos modos, tenía que atracar aquí para recoger mis

recompensas de la aventura de la caza de piratas. Definitivamente no quería ver el lugar destruido antes de poder cobrar. Atracamos sin incidentes, y dejé la nave a Mimi y Elma mientras me ponía en contacto con el gremio de mercenarios desde la bodega de carga.

–La verdad es que no he tocado esto desde que l egué a este universo, reflexioné mientras me ponía delante de la armadura de poder.

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La armadura de poder era básicamente… bueno, una armadura con poder. Aparece en todo tipo de novelas de ciencia ficción y videojuegos. El usuario disponía de un grueso revestimiento protector y, gracias al núcleo instalado en la armadura, de un potente arma de fuego. Con esto puesto, sería como un tanque andante. En Stel a Online, la armadura de poder era casi imposible de derrotar si no tenías algo con lo que defenderte.

–Tal vez sea mejor que l eve otro equipo también. La armadura de poder limitaría mi capacidad de usar armas de largo alcance como los rifles, pero aún podía l evar mi pistola láser habitual, un paquete de energía de reserva y algunas granadas de mano.

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–Hmm… ¿Cuál? Bien, te elijo a ti.

Me coloqué granadas de plasma en el cinturón. Al pulsarlas, arrojaban plasma supercaliente tras tres segundos y medio de retardo y convertían en cenizas a cualquier ser vivo que se encontrara en su camino. Además, no había explosión, así que podía usarlas en un espacio cerrado si era necesario.

–Bueno, este es un ataque de un monstruo desconocido.

Esperaba que esto fuera suficiente. Según la Autoridad Portuaria, lo que sea que estaba atacando la colonia requería una armadura de poder para ser derrotado. Definitivamente no había nada de eso en Stel a Online. « Qué fastidio».

***

 

 

Exoesqueleto artificial de potencia nuclear. Ese era el nombre oficial de la armadura de poder, pero espero que quede claro por qué todo el mundo la l amaba simplemente armadura de poder.

Había de muchos tipos La mayoría de los combates cara a cara en Stel a Online tenían lugar en espacios pequeños y cerrados, donde la movilidad era importante. Superar a un humano sin armadura era una gran ventaja en un escenario como ese, pero en realidad no era la función más vital que proporcionaba la armadura de poder.

Entonces, ¿qué era, te preguntarás?

–¡Humph! Me agarré a un monstruo blanco y usé sólo la potencia para aplastarlo en un abrazo de oso, lanzarlo a un lado y convertirlo en polvo.

Sin perder el ritmo, agarré a una bestia más pequeña, la hice pedazos y la lancé contra una pared. Luego cargué contra un grupo de monstruos de tamaño medio y los aplasté con un brutal golpe.

Uno de el os consiguió esquivar y agarrarse a mí, pero solté una corriente eléctrica de alta tensión que le provocó una descarga eléctrica antes de abatir a los monstruos que huían con las pistolas láser montadas en mis hombros.

–¡Ja, ja, ja! La fuerza bruta vuelve a ganar. Bramé, sabiendo muy bien lo cursi que sonaba.

La fuerza bruta. Para eso era realmente la armadura. La movilidad ayudaba en pequeñas dosis, pero si l evabas una armadura de poder, probablemente te acercabas a el a. Necesitaba resistir los ataques del enemigo y contraatacar con un poder abrumador tanto con los puños como con las armas de fuego pesadas. Una vez que tuviera todo eso, estaría bien siempre y cuando pudiera dar a mis objetivos.

–Aquí la Autoridad Portuaria. Parece que han asegurado la zona.

Gracias.

–Sí. No hay problema, siempre y cuando obtenga mi recompensa a través del gremio de mercenarios.

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Apilé los cadáveres de monstruos y miré las lecturas de mi armadura.

Todavía sin daños. Los actuadores de las articulaciones van bien.

Armas en línea. Y me quedaba el 99,7% de mi reserva de energía.

Justo lo que esperaba de la armadura de poder TMPA-13 Rikishi MK-III.

Los dispositivos de emisión de corriente super presurizada Harite reforzaban cada una de mis manos, y los dispositivos de aumento de impacto Shiko sostenían mis piernas. En mis hombros había pistolas láser Shikiri de alta emisión.

Además, tenía una función de escudo Buchikamashi que me permitía ejecutar un placaje de alta velocidad a muy corta distancia. Por supuesto, también podía utilizar el escudo como tal. Todo esto venía empaquetado en uno de los mayores trajes de armadura de potencia que existen, una verdadera clase de armadura pesada. Eso

significaba un alto rendimiento del generador, pero también una buena carga de armas de fuego pesadas.

Para ser sincero, la cosa era tan grande, que tenía un aspecto de gordito. Si una armadura puede ser regordeta, esta lo era. Esas piernas debían ser robustas para soportar tanto peso. Está claro que el fabricante no había pensado mucho en la estética. Tuve que volver a pintarla de color plata metálica para eliminar la pintura original, que era muy pegajosa. Tampoco era estética en el sentido de que fuera genial, simplemente era de mal gusto. Parecía la versión mecha de un luchador de sumo.

Pero era fuerte, ¡déjenme decirles! Teniendo en cuenta lo que quería de el a, esta armadura era lo justo. Podía parecer una armadura de memes, pero era muy potente. En Stel a Online, esta era una pieza de equipo de alto nivel.

Los eventos de jugador contra jugador estaban l enos de este tipo de armaduras, lo que daba lugar a muchas bromas sobre su aspecto.

Los locutores de los eventos decían cosas como: –¡Y aquí comienza el gran torneo de sumo de Año Nuevo de Stel a Online! O incluso: —

¡La primera ronda de hoy nos da la montaña, el Capitán Negro del este, y el océano, ¡el Capitán Hiro del oeste!

Tuve que preguntarme por qué se hicieron estas cosas, pero sólo los desarrol adores del juego sabían la verdad. Apariencias aparte, al menos funcionaba bien, incluso en este universo. ¿Tal vez la armadura de poder era la misma en todos los universos?

–¿Maestro Hiro? Dijo Mimi, sacándome de mi ensoñación. –¿Estás bien ahí fuera?

–S-sí, estoy bien. Sólo estoy pensando. ¿Qué pasa?

–Hemos recibido una solicitud de rescate del gremio. ¿Recuerdas el hospital de Inagawa Technologies que nos atendió? Están tratando a los heridos al í, pero los monstruos están empezando a reunirse cerca de él.

–¿Estará bien esta zona? Pregunté.

–Pronto l egará una tropa de armaduras de poder del ejército imperial. Ofrecen 50.000 Ener por una defensa exitosa y por proporcionar datos de la batalla.

–Es un precio bajo para arriesgar mi vida. Estaría en verdadero peligro si no tuviera esta armadura.

–Bueno, por eso te dijeron que la l evaras, contraatacó Elma. –¿Qué vas a hacer con Inagawa?

–Iré. ¿Es buena la recompensa?

–Es el doble de la defensa del puerto: 100.000 Ener.

–Eso servirá. ¿Te importa guiarme hasta al í, Mimi?

–¡Sí, Capitán!

Recogí un arma que había tirado a un lado en el combate y seguí el mapa en la pantal a del HUD de mi armadura de poder, el metal de mi traje tintineaba mientras avanzaba.

–Estás loco por luchar de cerca, dijo Elma. –No eres un artista marcial, ¿verdad?

–En realidad no, pero a veces hay que acercarse. Pensé que podría probarlo en una situación menos peligrosa.

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–Cierto.

Comprobé mi arma mientras corría. Mi lanzador de láser de enfoque variable podía combatir a los enemigos con armadura de poder concentrando los láseres juntos, mientras que infligía un daño letal a los enemigos sin armadura con los láseres divididos. Su peso lo hacía un poco inmanejable, pero mi armadura de poder se encargaba de ese problema.

–Sigue adelante y verás un ascensor a tu derecha, me informó Mimi.

–Tómalo y dirígete al nivel medio.

–Adelante. No vi ninguno de esos monstruos blancos y pastosos en esta zona, pero el recuerdo de haber luchado contra el os conectó de repente los puntos en mi mente. –Sabes, esos monstruos se parecen a la carne artificial que vimos en esa planta.

–Tuve el mismo pensamiento… Mimi murmuró.

–Dijeron que no sobrevivirían si abandonaban la planta, pero quizá su dirección se equivocó, dijo Elma.

–Puede que no sea sólo esa planta, dije. –Toda la carne artificial es blanca por lo que he visto, así que podrían ser otras también.

Metí la voluminosa armadura eléctrica en un ascensor y me dirigí al nivel medio. El ascensor chirrió un poco por el peso, pero avanzó sin problemas.

–Ustedes dos vigilen también los alrededores de la nave, les dije. —

Aunque dudo que entren mientras la escotil a esté cerrada.

–No hay que preocuparse por eso, me aseguró Elma. –Estoy vigilando las cámaras de seguridad de la escotil a, y tengo los escudos en baja potencia.

–Buen trabajo. Pero por si acaso.

La defensa del Krishna podía soportar armas nucleares, biológicas y químicas, lo que significa que, si sus escudos estaban activados, esos monstruos no tenían ninguna posibilidad. Esto no es un presagio; es francamente imposible de atravesar. Incluso con mi armadura de poder, me costaría atravesar esos escudos. Este lanzador láser no era suficiente para atravesar los escudos hechos por el generador del Krishna. Era fuerte, pero sólo tan fuerte como los láseres de mala calidad de los barcos piratas.

–Esto es horrible, dije cuando el ascensor l egó a su destino y las puertas se abrieron.

El pandemónium puro me recibió. Una pierna crispada colgaba de las fauces de un monstruo. Otra bestia babeaba sobre un desafortunado luchador caído. Un grupo de monstruos más pequeños se arremolinaba sobre alguien. Y esto fue sólo mi primera impresión.

Escenas similares se sucedían en todas las direcciones.

Independientemente de su tamaño, cada uno de los horribles monstruos tenía una boca redonda forrada de dientes afilados.

Mientras que los más pequeños eran poco más que monstruos con tentáculos del tipo que habíamos visto en la planta de alimentos, los más grandes tenían brazos y piernas reales. Sí, así es; eran monstruos con tentáculos, pero no esperes que esta historia vaya por ahí. Sólo estaban hambrientos. Honestamente, eso era casi tan asqueroso como la alternativa.

–Eugh, esto es simplemente malo, dijo Elma.

–¿Mimi está bien?

–Cuando vio el paisaje, se puso pálida y se acurrucó.

–Hazle saber que no tiene que mirar. Además, dime si ves señales de sobrevivientes.

–Entendido, capitán. Al menos no hay ninguno en el camino.

No podía dejar que esos monstruos entraran en el ascensor, así que preparé mi lanzador láser en cuanto bajé.

–¡Hora de limpiar algo de mugre!

Rocié fuego láser dividido en todas las direcciones, vaporizando a los monstruos hasta convertirlos en cenizas. Sin supervivientes de los que preocuparme, podía disparar a quemarropa para limpiar a las bestias. Lo tendrían difícil para derribarme con la armadura; incluso entonces, probablemente no podrían hacer mucho más que abol arla incluso con todas esas garras y dientes. Mientras tanto, mi potencia de fuego podría aniquilarlos con un pensamiento.

Seguí disparando, derribando a los más grandes con los láseres y pateando a los más pequeños. De vez en cuando, los más pequeños se aferraban a mi armadura, lo que me obligaba a apartarlos y convertirlos en polvo. Mis manos electrificadas se encargaban fácilmente de el os.

–Si yo fuera tú, estaría vomitando por todas partes, comentó Elma.

–Ya vomitas cuando bebes demasiado. No hace falta más. Sonreí irónicamente, pisando una pequeña patata frita.

Algunos de los monstruos más grandes empezaron a darse cuenta y giraron la cola para huir. « No se van a escapar tan fácilmente».  El fuego continuo tanto de mi lanzador láser de mano como de mis pistolas de hombro los aniquiló mientras cargaba hacia el hospital.

–Gira a la derecha en el siguiente cruce y l egarás, dijo Elma

–Lo tengo. Mis piernas tintinearon con fuerza mientras corría.

Todavía no había supervivientes en la carretera; con suerte, habían entrado y atrincherado en las puertas o encontrado uno de los refugios de emergencia de la colonia.

–Vaya, dije sin aliento al doblar la esquina. Una masa repleta de monstruos se arremolinaba ante las puertas del hospital general. —

Me pregunto por qué se han reunido todos aquí.

–¿Quién sabe? Tal vez necesiten exámenes físicos. Elma bromeó.

–La idea de que todos los monstruos entren en un hospital para someterse a un examen físico es demasiado surrealista para mí. Giré mi lanzador láser hacia la multitud de monstruos. –¡Sí! Vamos a rockear.

Los láseres divididos atravesaron las bestias a la velocidad de la luz.

Una l uvia de rojo atravesó sus filas, haciendo volar a los monstruos que se acercaban. Normalmente, los láseres de alta potencia podrían hacer daño a través del calor y las explosiones, pero en Stel a Online, los láseres se utilizaban para atravesar directamente los objetivos y vaporizarlos. Continué mi salvaje asalto a los monstruos del exterior del hospital.

–No me importa mientras haga el trabajo, pero es extraño, reflexioné. Tal vez los láseres de mi universo funcionaban según un principio diferente al de los de aquí.

–¿Qué pasa? preguntó Elma.

–Oh, nada. ¿Qué pasa con estos monstruos? ¿Sucede esto a menudo?

–Nunca he oído que ocurra, dijo Mimi.

–Si ocurrieran cosas así con regularidad, las fábricas de carne y los fabricantes estarían metidos en un buen lío, dijo Elma secamente.

–Suena bien. La gente se volvería rápidamente en contra de la carne cultivada si este fuera el precio que tuvieran que pagar por el a. Sin duda, definitivamente hubo un número de víctimas; sin duda el gobierno se aseguraría de que esto no volviera a suceder. –Oye, ¿y si en realidad eran fraudes sin licencia?

–Eso es un pensamiento aterrador. ¿Cómo alimentan a esas cosas?

–Según el fol eto de la carne de Kobe, dijo Mimi, –es importante tener un buen alimento para hacer una buena carne.

–No creo que eso sea lo que le preocupa a Elma. Charlamos mientras yo seguía masacrando a las bestias carnosas. ¿Qué es eso? ¿Qué ha pasado con rock and rol , te preguntarás? Bueno, no hay mucho de eso en este trabajo de limpieza. No puede haber rock sin tensión, por desgracia.

–Elma, tenemos una l amada del hospital, anunció Mimi.

–Muy bien. Conéctanos.

La voz de un hombre entró por el comunicador.

–Aquí el Hospital General de Inagawa Tech. Soy Amurei, de la división de seguridad. ¿Con quién hablo?

–Soy el capitán Hiro, le dije. –Recibí una solicitud de rescate del gremio, así que vine a ayudar. En este momento, estoy lidiando con los monstruos frente al hospital.

–Soy Elma. Me encargo del apoyo informativo como miembro de su tripulación.

–Me l amo Mimi. Trabajo como operadora.

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–Oh, ¿todos son del gremio de mercenarios? Menos mal. El hombre, Amurei, soltó un suspiro de alivio. –El muro que nos mantiene a salvo está a punto de romperse.

–¿Esto es todo lo que se necesita? ¿No deberían ser las paredes gruesas para mantener el lugar hermético? Dije.

–Parece que sus fluidos son cáusticos. Normalmente, las paredes herméticas de la colonia no están hechas pensando en sustancias cáusticas.

–Ya veo. Puede que el hospital no proteja contra los ácidos si sólo pretende ser hermético, pero mi armadura de poder era más que capaz de soportar la saliva y la sangre de los monstruos sin ninguna corrosión. –Déjenme el exterior a mí. Todavía no han entrado,

¿verdad?





–Todavía no, señor. Una vez que los haya eliminado, ¿podría recoger una muestra? Nos gustaría hacer nanomáquinas para destruirlos.

–Claro. ¿Necesitan una muestra viva?

–No, señor. Un cadáver está bien.

Mezametara Saikyou Volumen 2 Capitulo 8 Parte 1 Novela Ligera

 

–Genial. Uhh… ¿Te importa si se quema con láser?

–Sólo soy un guardia de seguridad, así que no lo sé. Pero probablemente crudo es mejor.

–Probablemente. Entendido. Una vez que haya eliminado a la mayoría, podría acabar con el os con un poco de combate cuerpo a cuerpo en lugar de láseres. Ahora, de vuelta al deber de limpieza.

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–Maestro Hiro, estoy captando rastros de algo nuevo. Parece extraño… Dijo Mimi.

–¿Extraño? ¿Extraño cómo? Necesito más detal es, dije.

–Umm… Se parece a los otros, pero también parece humano. Ah, y está acelerando rápidamente.

–¿Qué dices? Analicé el punto resaltado en mi mini mapa. Gracias a los sensores de la armadura de poder, pude distinguir unos extraños pasos que venían de detrás de un edificio. Entonces apareció. –Uhhh,

¿qué demonios es eso?

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