Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 2

Capitulo 2: El Ángel Indefenso Y El Comienzo Del Año Nuevo

Cuando Amane se despertó por la mañana, todo estaba en silencio.

Podía escuchar los gritos de los pájaros afuera, pero no había señales desde su habitación de que Mahiru estuviera despierto todavía.

Ya había pasado el amanecer, pero tal vez porque estaba agotada por la noche anterior, Mahiru parecía estar durmiendo profundamente.

Amane solo había logrado dormir un poco, el pensamiento persistente de Mahiru en su cama hizo que el verdadero descanso fuera difícil de alcanzar, y terminó por quedarse dormido, al borde del sueño hasta que decidió levantarse.

La noche inquieta no fue particularmente agotadora para él físicamente, así que estaba bien, pero toda la situación se estaba complicando de otra manera. Esta era la primera vez que dejaba que una chica se quedara en su casa, sin importar que durmiera una en su cama. Naturalmente, estaba increíblemente ansioso.

… Quiero decir, ¿qué se supone que debo hacer en una situación como esta?

Estaba bastante seguro de que Mahiru solo se había permitido quedarse dormida porque lo consideraba un chico seguro e inofensivo, pero Amane era un chico de todos modos, un hecho que deseaba que ella reconociera más a menudo.

Realmente se arrepintió de no haberla despertado y haberla enviado de regreso a casa, pero ahora era inútil.

Amane suspiró y se estiró para deshacer los nudos en su cuerpo después de pasar la noche en el sofá, luego se puso de pie lentamente.

Por el momento, pensó que buscaría a Mahiru. Bueno, su principal objetivo era conseguir una muda de ropa, pero decidió ver cómo estaba mientras estaba allí.

Muy lentamente, abrió la puerta del dormitorio.

Adentro, reinaba el silencio. Mahiru estaba tal como la había dejado, todavía durmiendo en su cama.

Si hubiera habido algún cambio, fue que debió darse la vuelta varias veces mientras dormía, porque ahora estaba acostada de lado y su cabello estaba extendido sobre las sábanas como un río de oro que fluye.

Amane se arrodilló para mirar a Mahiru más de cerca. Su respiración dormida era uniforme y serena.

Se ve tan inocente cuando está dormida.

Mahiru a menudo tenía una expresión tranquila, tal vez porque normalmente tenía la guardia alta, pero… su rostro dormido era la imagen de la tranquilidad. Una vez más, sintió la necesidad de extender la mano y acariciarla.

… Ella es realmente linda así…

Por supuesto, era innegablemente hermosa en cualquier momento del día, pero verla en un estado tan vulnerable tocó el corazón de Amane de una manera muy diferente.

Quería acariciar su suave cabello y tocar sus suaves mejillas.

Por lo general, ella era tan adecuada y reservada, sin espacios ni grietas en su fachada, por lo que atraparla en un estado indefenso como este le hizo querer meterse un poco con ella.

Sin pensar en el asunto, Amane extendió una mano hacia ella y presionó la punta de su dedo contra su mejilla, que se veía tan suave. La piel de Mahiru estaba tan sedosa como la noche anterior. Casi quería seguir tocándola para siempre. En el fondo de su mente, sabía que tenía que ser delicado, pero la suavidad de su piel era fascinante y le hacía querer adorarla…

Mahiru, que había estado durmiendo tranquilamente, de repente dejó escapar un gruñido ronco pero entrañable y miró a Amane con ojos nublados, color caramelo… o al menos, parecía mirar en dirección a Amane. Pensó que su rostro de querubín parecía aún más inocente en reposo. Ella miró distraídamente por un momento, los ojos en blanco y nublados por el sueño, y luego frunció el ceño y volvió a sentarse.

Cuando Amane comenzó a apartar su mano, Mahiru se movió y su mejilla rozó sus dedos de nuevo. “… Nn…” Un delicado suspiro se elevó en su garganta.

Para Amane, casi parecía como si estuviera diciendo No sigas.

Por   supuesto,   Mahiru   obviamente    todavía    estaba   medio         dormida.

Definitivamente nunca actuaría así en circunstancias normales.

Aun así, Amane pensó que sus movimientos le recordaban a un gatito cariñoso. El día acababa de empezar y ya le estaba fallando el cerebro. No pudo decidir si retroceder o seguir acariciando su mejilla. A pesar de todo el sentido común y la razón, su corazón realmente se inclinaba hacia lo último. Después de todo, rara vez veía a Mahiru tan desprotegido, y quería ver cuánto podía salirse con la suya.

Pero Amane sabía que si Mahiru lo sorprendía actuando según su deseo, no escucharía una palabra de lo que tenía que decir. Sabía sin lugar a dudas que todo esto la haría sentir increíblemente incómoda, así que se detuvo en seco.

Mahiru parecía estar recuperándose lentamente, pero obviamente todavía no estaba despierta. Ella no se había movido, y su mejilla todavía estaba presionada contra los dedos de Amane.

Había entrado en la habitación para ver cómo estaba y tal vez tomar una muda de ropa mientras estaba en ello. ¿Cómo había terminado haciendo algo como esto? Amane sintió que sus mejillas se calentaban cuando se dio cuenta de lo indeciblemente espeluznante que estaba actuando.

“Nn-ngh…”

Después de otro momento, los párpados de Mahiru finalmente comenzaron

a abrirse de nuevo…

“… Ah.”

Se miraron a los ojos.

La mirada de Mahiru pasó de Amane, que estaba inclinada sobre ella, a su dedo extendido. Inmediatamente se sentó muy erguida.

“B-Buenos días,” tartamudeó Amane.

“… B-Buenos días…”

“Te quedaste dormida en mi casa, así que te dejé pasar la noche aquí, pero no tenía motivos ocultos y te juro que no hice nada, así que de verdad, espero que puedas apreciar todo eso…” dijo Amane, las palabras salieron a raudales mientras luchaba por explicarse.

Mientras escuchaba el relato confuso de Amane, Mahiru se quedó en silencio, pero sus mejillas rápidamente se sonrojaron de un rojo brillante cuando se dio cuenta de dónde había dormido, y tiró de una esquina del futón, prácticamente escondiéndose con él.

Encontrando incluso ese pequeño gesto encantador, Amane rápidamente se dio la vuelta.

¿Qué está sucediendo aquí?

A pesar de que le había prestado una cama para pasar la noche, estaba empezando a sentirse mal. Sabía que se había equivocado al tocarla sin permiso. Pero solo había sido por un momento, y no tenía la menor intención de llevarlo más lejos.

Amane volvió a mirar a Mahiru. Su corazón latía con fuerza en su pecho. No sabía si era porque estaba enamorado de ella o porque se sentía culpable. Vio que sus mejillas todavía estaban teñidas de rojo, y ella lo miraba con una mirada hosca… o no del todo malhumorada. Parecía que tenía algo que decirle.

“… Amane, ¿te gusta tocar mis mejillas?”

“¿Eh?”

“Quiero decir, me tocaste en Navidad y luego ayer cuando me quedé dormida, ¿no es así?”

“… ¿Así que estuviste despierta todo el tiempo?”

La otra noche, cuando le acarició la mejilla… pensó que se había dormido profundamente. Que ella nunca sabría que la había tocado. Pero lo hizo, porque en realidad estaba despierta en ese momento.

“Bueno, ya ves, me desperté brevemente justo cuando me bajaban a la cama… Además, ¿cómo podría hacer otra cosa en una situación como esa?”

“¿No te preocupaba que yo… hiciera algo?” Preguntó Amane.

“… Nunca pensé que harías algo así, pero… para confirmar mis sospechas, fingí estar dormida”.

Aparentemente, quedarse dormida frente a él había sido una especie de prueba para determinar si realmente era digno de su confianza. Al final, parecía que ella se inclinaba por el sí en lugar del no, por lo que él estaba contento.

Amane esperaba no volver a probar eso. Realmente no estaba seguro de que lo haría mejor la próxima vez que se enfrentara a controlarse a sí mismo cuando ella era la misma vulnerabilidad encantadora.

“… Bueno, me alegro de que no hayas decidido que soy totalmente turbio.

Además, no intente más pruebas. Soy un hombre, después de todo”.

“Uh, lo sé, pero—”

“¿O tal vez esperabas que intentara algo?”

“¡Por supuesto no!” Mahiru negó firmemente, volviendo a colocar el edredón a su alrededor. Prácticamente estaba temblando, y Amane pensó que la había visto comenzar a sonrojarse, solo un poco. Sabiamente se tragó el impulso de hacer una broma acerca de que ella estaba en su cama.

Por ahora, probablemente era una buena idea darle algo de espacio a Mahiru hasta que recuperara la compostura.

Para cuando terminaron de comer la sopa de mochi, Mahiru había vuelto a su estado habitual. El comienzo de la comida había sido bastante incómodo, pero tanto la sopa como los platos variados de osechi estaban tan deliciosos que Amane se había olvidado rápidamente de todo lo demás, y antes de que se diera cuenta, el ánimo de Mahiru se había recuperado.

Mientras pasaban de la mesa a sentarse juntos en el sofá, Amane preguntó: “Por cierto, ¿estás planeando ir a una visita al santuario para comenzar el Año Nuevo, Mahiru?”

“¿Visita al santuario? Realmente no estaba planeando ir… no me gustan las multitudes, sabes. La gente siempre me mira fijamente”.

“Eso es porque eres…”

Había estado a punto de decir “… porque eres tan hermosa”, pero el estado de ánimo acababa de recuperarse después de su anterior paso en falso, así que se tragó las palabras y solo dijo “Bueno, supongo que no hay mucho que puedas hacer al respecto” en su lugar.

“¿Vas a ir a uno, Amane?”

“Siempre iba con mis padres cuando volvía a casa, pero me preguntaba si debería ir. Estaba pensando que sería mejor pasar, al menos el día de Año Nuevo”.

“Acordado.”

“Chitose e Itsuki están pasando un rato agradable en su casa, así que no están cerca, y los niños de estos días no le dan mucha importancia a la primera visita al santuario del año de todos modos, ¿sabes? Creo que podemos posponerlo”.

En comparación con los viejos tiempos… para los jóvenes, especialmente los adolescentes y los veinteañeros, las visitas al santuario durante el primer día del año eran cada vez menos populares. Amane y Mahiru no serían especialmente extraños por saltarse.

No era exactamente que no quisiera ir, pero sabía que habría demasiada gente para poder moverse cómodamente y que la experiencia terminaría siendo agotadora, por lo que pensó que probablemente sería mejor ir después de que las multitudes se redujeran un poco.

“Además,” continuó Amane, “quiero pasar los primeros tres días del Año Nuevo relajándome. Realmente no me importan las ofertas navideñas ni nada por el estilo”.

“En realidad, estoy un poco interesado en los paquetes sorpresa especiales que tienen algunas tiendas,” mencionó Mahiru.

“¿Vas a un centro comercial o a algún lugar?”

Ella sacudió su cabeza. “… No soy lo suficientemente valiente para cargar contra esas multitudes”.

“Acordado.”

Amane respondió de la misma manera que Mahiru lo había hecho hace un momento y se reclinó en el sofá.

Definitivamente no había necesidad de ir a ningún lado solo porque era el día de Año Nuevo.

Amane estaba perfectamente contenta de tomárselo con calma en casa. Prefería evitar situaciones estresantes, después de todo. Y dado que pasarían las vacaciones juntos, ciertamente no querría comer ni conversar.

Pensando para sí mismo en las lujosas vacaciones de Año Nuevo que estaban resultando, Amane echó un vistazo a Mahiru sentado a su lado mientras una pequeña sonrisa se dibujaba en su rostro.