Monster Musume No Oisha-san (NL)

Volumen 4

Prologo: La Cosa Amorfa

La cosa estaba en problemas.

La cosa hizo que sus partes constituyentes se retorcieran, lo que provocó un sonido de gorgoteo. Esto fue desconcertante, y la sensación de perplejidad fue el primer sentimiento que la cosa había experimentado.

La cosa no tenía nada.

Sin nombre… Solo el título que le dio la existencia superior que conocía como “el maestro”.

Sin propósito… Las directivas del maestro habían cesado hacía mucho tiempo.

Sin conciencia… Si bien la cosa poseía pensamientos, conocimiento y la capacidad de aprender, su fuerza de voluntad era risible.

Era la medianoche.

La cosa comenzó a moverse, y no había nadie allí para detenerla.

Gorgoteo, gorgoteo.

La cosa empezó a pensar.

La cosa sacudió y sacudió sus componentes fangosos.

En ese momento, la cosa necesitaba absorber los nutrientes necesarios para moverse—necesitaba una fuente externa. Generalmente, la cosa había estado en un lugar muy cómodo. Preocuparse por sus reservas de energía era irrelevante. Pero ahora, la realidad era distinta. La cosa tuvo que moverse para encontrar una nueva fuente de nutrientes.

Gorgoteo, gorgoteo…

La cosa agitó su cuerpo.

La cosa se partió en dos desde su núcleo, al compás de los sutiles temblores. Sin detenerse, las dos cosas se dividieron en cuatro, luego en ocho, luego en dieciséis. No importaba cuántas veces se dividiera, las piezas individuales eran todas del mismo tamaño que la primera—o eso parecía.

Pero la cosa podía sentirse cada vez más débil con cada división. Cada pieza individual era probablemente menos inteligente que cuando estaban juntas. Pero eso no importaba. Si la cosa no hiciese algo para separarse, moriría. Si todo iba bien, tal vez la cosa podría volver a reformarse.

La cosa se multiplicó para alcanzar una vida estable.

Todas y cada una de las infinitas divisiones de cosas se arrastraron, desapareciendo en la oscuridad de la ciudad.

Algunas fueron a la carretera principal.

Algunas se dirigieron a las alcantarillas.

Algunas otras, al pueblo.

A medida que se movían, cambiaban. Tomaron formas que les permitirían pasar desapercibidas mientras observaban y recolectaban información.

La cosa no había recibido órdenes de nadie—estaba siendo impulsada por la vida. ¿Cómo podría vivir más eficientemente en este entorno? ¿Cuál era el método óptimo para sobrevivir por su propia cuenta, en lugar de ser el parásito de antes?

Como parte de su estrategia de supervivencia, la cosa se dispersó en 40.000 partes, luego en 80.000. Cada pieza individual comenzó a pensar y actuar por sí misma.

Todo esto sucedió en la oscuridad de la noche, sin que nadie lo presenciara.