Monster Musume No Oisha-san (NL)

Volumen 4

Capitulo 4: La Golem Con Carne Dispareja

Parte 1

 

 

La ciudad de Lindworm estaba rodeada por un muro gigante lo

suficientemente alto como para elevarse sobre monstruos como ogros y minotauros. Se había erigido así para que la ciudad sirviera como fortaleza y resistiera los intentos de invasión de tales seres.

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Dentro del muro, el Lindworm central estaba dividido en distritos, pero la jurisdicción política de Lindworm también incluía el pueblo de las arpías, la Plantación Aluloona y otros lugares fuera del muro. Aunque se consideraba que todo era Lindworm, había diferencias.

Las puertas que conectaban el interior y el exterior también eran enormes. Fueron hechas para que coincidieran con la pared exterior. Originalmente estaban pensadas para humanos, pero desde que los monstruos comenzaron a vivir en Lindworm, habían sido reconstruidas para que cualquier especie pudiera pasar.

Ese día, Glenn Litbeit caminó hasta la puerta norte de la ciudad.

“Oh…”. Vio el ajetreo y el bullicio en la puerta y suspiró con admiración.

Podía escuchar a muchos residentes en la puerta que servía como límite de la ciudad propiamente dicha. Probablemente había comerciantes yendo y viniendo, porteros inspeccionándolos y guardias vigilando a todos. También había un oficial de aduanas revisando las mercancías.

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Los aranceles sobre los alimentos en Lindworm eran baratos, por lo que muchos comerciantes traían artículos especiales del continente. Los porteros y guardias realizaban inspecciones estrictas para asegurarse de que no traspasara nada peligroso, como armas o venenos.

También había comerciantes saliendo. El vidrio de Merrow Waterways, las hojas hechas por cíclopes y la seda de arachne, todos fabricados en Lindworm; se comerciaba en todas partes.

Glenn vio un grupo de centauros acorazados, pero probablemente era la caravana, el orgullo de Scythia Transportation. No solo transportaban mercancías, sino que también protegían la carga de bandidos y bandoleros, por lo que se consideraban extremadamente fiables. Desde aquí cruzarían las montañas, transportando su carga a tierras lejanas.

También había algunos que parecían viajeros y turistas. Las puertas norte y oeste conducían a un camino de montaña que conectaba con el reino de los monstruos. Los monstruos podrían usar este camino para viajar a Lindworm sin las dificultades de cruzar la montaña. Entre la arena y el canal, el turismo también era una industria importante en Lindworm.

“Dr. Glenn”.

Mientras miraba el puesto de control, escuchó una voz que lo llamaba. Era con quien se encontraría.

“Lamento haberte hecho esperar. Últimamente hemos tenido las manos ocupadas”.

“Para nada. Yo mismo acabo de llegar”.

“¿Ah, de verdad? Está bien entonces”.

Era Kunai Zenow.

Kunai era una golem de carne, creada cosiendo cadáveres. Era la guardaespaldas de la representante del Concejo Municipal, Skadi, pero parecía que, con su nueva vitalidad, Skadi le daba más órdenes de lo habitual. Tal vez por eso su cara se veía tan pálida. No, su rostro siempre se veía así. Y su brazo derecho fue cortado limpiamente, tal como Glenn había oído.

“Escuché que estabas en el hospital por tener exceso de trabajo.

¿Estás bien?” ella preguntó.

“Realmente no fue un gran problema en primer lugar. Sapphee finalmente me dio permiso para levantarme, así que ahora está bien”.

“Sapphee, ¿eh?”, Kunai entrecerró los ojos. “¿Sapphee te dijo algo cuando le mencionaste que vendrías a la puerta norte hoy?”.

“Sí, lo hizo… Me preguntó si la haría a un lado para ir a una cita con la señorita Kunai. Y preguntó a dónde íbamos”.

“¿Y cuál fue tu respuesta?”.

“Le dije la verdad. Luego se calló de inmediato”.

“Eso tiene sentido”. Kunai se rió entre dientes mientras cruzaban la puerta. Normalmente, pasar por la puerta se requería una inspección, pero alguien con el estatus de Kunai pudo pasar sin ser molestada. “¿Quién iría a una ciudad cementerio en una cita?”.

***

El nombre oficial era Deadlich Graveyard City.

A menudo se la llamaba simplemente “ciudad cementerio” o “distrito cementerio”, y estaba ubicada a poca distancia de la puerta norte.

En pocas palabras, era una fosa común creada en las afueras de la ciudad.

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Parte del río Vivre, que bajaba de las montañas, también desembocaba en las vías fluviales. La corriente principal pasaba por el lado norte de Lindworm y luego se curvaba hacia el lado oeste de la ciudad. El distrito de los cementerios estaba justo al otro lado del puente de piedra en forma de arco que cruzaba el río Vivre.

Ningún ser humano o monstruo podía escapar de la muerte. Había tumbas alineadas sobre el área montañosa, y muchas personas de Lindworm estaban enterradas allí. Este era el lugar de descanso de la gente del pueblo.

Pero este cementerio en los suburbios también cumplía otra función.

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“Escuché que hay monstruos incorpóreos, como espectros y fantasmas, y monstruos no muertos, como zombis, esqueletos y liches, que viven aquí…”.

“Sí, bueno, es un lugar que no visitarías normalmente”.

“Supongo que el trabajo de un médico termina una vez que el diagnóstico es la muerte”. Glenn había examinado a muchos pacientes. Y en los casos en que todos los medios habían fallado, había tenido que escribir certificados de defunción. Pero después de la muerte de un paciente, quedaban bajo la tutela del empresario de pompas fúnebres.

“Uno de los principales problemas a los que se enfrentó Draconess cuando intentaba construir un pueblo donde los humanos y los monstruos pudieran cohabitar era cómo manejar a los muertos vivientes. No quería discriminar, pero era fácil imaginar ciertos problemas que podrían surgir si vivieran en la ciudad. Por ejemplo, los ancianos se quejan de que los olores a descomposición y muerte son malos augurios. Otro ejemplo es que los fantasmas tienden a perseguir a los residentes si tienen tiempo libre en sus manos…”.

“Bueno, cuando lo pones así, suena como nada más que problemas”.

Las afueras de Lindworm estaban tan divididas como el interior. Fuera del muro, estaba el pueblo de arpías en la montaña, la Plantación Aluloona que se extendía por las llanuras y la Ciudad Cementerio Deadlich ubicada en las colinas.

“Hay algunos muertos vivientes habitando en la ciudad, por supuesto”.

“Ah, sí. Hay un zombi llamado Frank que vive cerca de la clínica”. Glenn recordó a un paciente suyo que venía periódicamente a buscar conservantes. Frank era un caballero tranquilo.

“Sin embargo, ellos son las excepciones”, continuó Kunai. “Necesitan arreglarse y tomar medidas contra el olor y, aunque lo hagan, es difícil describir la forma en que se ve a los muertos. Incluso en Lindworm”.

“No se clasifican en términos de humanos y monstruos, sino en términos de vivos y muertos…”.

Incluso Frank, que vivía en la ciudad, era un poco raro.

El camino que conducía a la ciudad cementerio estaba en una ligera pendiente. Después de unos minutos, pudieron ver un cementerio rodeado por una valla. Pero esto era sólo un cementerio normal. Los residentes de Lindworm venían aquí a visitar las tumbas de los difuntos. Esta era la fachada pública del distrito.

La ciudad cementerio que servía como alojamiento estaba detrás de eso, en ruinas.

“Entonces, Draconess convirtió las ruinas en desuso en un distrito donde los muertos vivientes pudieran residir, es decir, las transformó en la ciudad cementerio. Dicen que solía ser un pueblo pequeño, pero ya no vivía nadie allí debido a la guerra. Alquilo un apartamento allí, aunque rara vez lo uso. Por lo general, estoy de guardia nocturna para el Ayuntamiento”.

“Oh, ya veo”.

Kunai también era uno de los muertos vivientes. No había nada extraño en que alquilara una casa en la ciudad cementerio.

“También es fácil ver por qué hay un río entre la ciudad y el cementerio”.

“¿Qué quieres decir?”.

“Dicen que los muertos y los vampiros no pueden cruzar el agua corriente. Por supuesto, es solo una superstición, pero, simbólicamente, un río es probablemente la frontera perfecta entre los vivos y los muertos”.

Entonces, se ha trazado una línea clara al colocar un puente entre ellos.

En ese momento, estaban cruzando el puente de piedra. Los monstruos acuáticos pescaban y recolectaban algas. El río Vivre era una importante fuente de agua para Lindworm, que se encontraba tierra adentro.

“Como yo, las personas que viven en Deadlich generalmente vienen aquí a vivir por su propia voluntad. Creen que no es bueno para una ciudad tener demasiados muertos vivientes. También están aquellos a quienes les resulta más cómodo estar rodeados de seres como ellos”.

Los muertos vivientes. O, los ya muertos.

Debía haber dificultades extraordinarias que devenían con tal existencia. Glenn podía entender el sentimiento de los muertos vivientes que elegían vivir en las afueras de la ciudad.

Terminaron de cruzar el puente y continuaron cuesta arriba. Por fin, pudieron ver una cerca de acero y una puerta podrida. El área que rodeaba la puerta estaba cubierta de hiedra. Una pequeña lagartija se deslizó como para saludar a los invitados. Estaba oscuro, aunque era mediodía. El cielo había estado despejado en Lindworm, pero ahora estaba nublado. Glenn se preguntó si era normal que el clima cambiara tan rápido aquí.

“La oscuridad es del miasma. No te preocupes por eso’’.

“Es fácil para ti decirlo…”.

“Actualmente me desempeño como gerente interino de la ciudad cementerio. Nada te pasará”.

Rechinido.

El sonido que hizo la puerta cuando Kunai la abrió fue exactamente como el grito de un ser vivo. Era como si la puerta oxidada fuera una boca abierta.

“Bienvenido a Deadlich Graveyard City, la ciudad que no necesita médicos”. Kunai habló como si estuviera recitando las líneas de una obra de teatro. Después de decirlo, soltó una pequeña tos, como si estuviera avergonzada. “Lo siento… Mi barbilla y mi cuello son de un actor de teatro fallecido. Pero no me quedan muy bien”.

“Para nada. Estuviste excelente”.

“No hay necesidad de adulación”. Kunai se dio la vuelta.

Entraron por la puerta y Glenn vio un pueblo hecho de ruinas. Frente a la pequeña plaza había casas y apartamentos podridos. Había un puesto que parecía vender comida, pero sus paredes exteriores se estaban desconchando y no parecía que estuviera abierto.

“El gran edificio de enfrente se llama Deadlich Hotel. Esa es la única instalación que atiende a los turistas, por lo que está limpia por dentro. Es el único lugar en la ciudad cementerio donde se permite la entrada de forasteros.

“¿Los turistas realmente vienen aquí?”.

“A veces. Vienen a probar su coraje”.

Glenn estaba estupefacto. Ciertamente no eran los Canales, pero era una atracción turística.

Dejando a un lado sus pensamientos, Glenn inspeccionó su entorno.

Había un zombi con un cuerpo medio podrido saliendo de las ruinas. Saludó a Glenn cuando sus ojos se encontraron. Sus ojos perfectamente conservados miraron directamente a los de Glenn, y estaba claro que, aunque estaba muerto, su conciencia estaba completamente intacta.

Glenn sintió que otros lo observaban desde la dirección del hotel. Cuando miró hacia allí, vio un par de ojos brillantes. Eran los ojos de un animal nocturno.

“No mires demasiado. Una familia de vampiros lleva alojándose allí unos seis meses’’.

“¡¿V-vampiros?!”.

“No son del tipo que atacan a las personas al azar, pero se dan cuenta de la sangre fresca”. Ella dijo esto con tanta indiferencia.

Glenn se puso pálido. Había oído que la gente aquí, bueno, los no-muertos, vivían como les placía.

“No tengo ningún sentido extrasensorial, así que no puedo detectar su presencia, pero ¿hay espíritus de monstruos muertos, como fantasmas y espectros aquí también?”.

“Por supuesto. Hay uno ahí dentro”. Kunai señaló detrás de la espalda de Glenn.

“Er…”, Glenn se dio la vuelta, pero no había nadie allí.

No entendía la magia, pero confió en Kunai cuando dijo que estaba

allí.

Se decía que tanto los humanos como los monstruos se convertían en fantasmas si morían guardando rencor. En otras palabras, el espíritu escaparía y saldría solo.

“Puedo entender que los cadáveres y los huesos pueden moverse debido a la magia o fuerzas místicas… como usted, señorita Kunai. Pero los monstruos incorpóreos… He leído sobre ellos… aunque nunca he visto uno…’’.

“Esa es su naturaleza. No se esfuerzan por acercarse a quienes no pueden verlos, incluso aunque conozcan a la persona. Alejar a los fantasmas es el trabajo de los sacerdotes. Oh, pero deberías llevar esto’’. Kunai le entregó algo con su mano izquierda.

Era un pequeño amuleto incrustado con una joya. Parecía que estaba destinado a ser usado como un colgante alrededor del cuello, pero no había hilo ni cadena. Glenn no tuvo más remedio que guardarlo en el bolsillo de su bata blanca.

“Es una salvaguarda hecha por Draconess. Debería tranquilizarte.

Tenga cuidado de no ser poseído por ningún fantasma’’.

“Entonces, este es un lugar peligroso…”.

“Bueno, se mantenía en mejor orden cuando había un gerente, pero ahora… Tal vez debería contarte toda la historia. Aquí estamos. Esta es la iglesia”.

Habían llegado a su destino. Era una de las muchas iglesias que Glenn había visto, incluso en la espeluznante ciudad cementerio. El musgo crecía en las paredes de piedra, haciéndolo sentir antiguo, pero había flores en el jarrón en la entrada, prueba de que alguien lo había estado cuidando bien recientemente.

Más extraño aún era el gran ataúd frente a la puerta de la iglesia. Por supuesto, era una ciudad cementerio, por lo que quizás un ataúd no era un espectáculo tan extraño después de todo. Estaba nuevo.

Un ataúd nuevo era mala señal. Significaba que alguien había muerto recientemente.

“Como puedes ver”, dijo Kunai, “Deadlich es un lugar desordenado. Cuando Draconess tomó la decisión de crear una ciudad cementerio, su temor inicial era que se llenaría de seres que amenazaran a los vivos. Incluso si está en las afueras, sigue siendo parte de Lindworm. No podemos pasar por alto el hecho de que se está volviendo más peligroso”.

“S-sí”.

“Es por eso que dejó un esqueleto a cargo. Su función era mantener el orden y administrar el distrito como ciudadano del pueblo, incluso si no podía vivir en el pueblo. Pero el otro día, el espíritu de este esqueleto ascendió a los cielos. Solo quedan sus huesos en ese ataúd”.

Su espíritu… Un concepto sin forma, pero aún un signo de vida. ¿Estaban también el corazón y la conciencia alojados en el espíritu?

Glenn no conocía la respuesta. Para él, como médico, la vida dependía del funcionamiento de los órganos del cuerpo, comenzando por el corazón y el cerebro. La carne de los seres vivos operaba a través de una serie de ciclos continuos, y los seres vivos metabolizaban, prueba de su salud.

Una persona no necesitaba un alma para vivir. Cuando realizaba autopsias, no había alma. Y los residentes de la ciudad cementerio vivían, incluso si no tenían nada. O tal vez vivían solo de sus almas. Sintió que estaba a punto de caer en el pozo filosófico del significado de la vida misma.

“¿El gerente… murió?”.

“También podrías llamarlo ‘nirvana’. El espíritu que estaba moviendo el esqueleto perdió sus apegos terrenales y desapareció. Lo único que queda ahora son los huesos”.

Kunai abrió el ataúd. Dentro había un esqueleto blanco tendido boca arriba con las manos cuidadosamente cruzadas sobre el pecho. Junto a él había una gran pala; debe haber sido una posesión del difunto.

“Ahora, he intervenido como gerente temporal, pero no va tan bien como antes”. Kunai se encogió de hombros.

Glenn no sabía qué implicaba el trabajo del gerente, pero sí sabía que probablemente no era un trabajo en el que Kunai sería buena.

“Honestamente, los fantasmas y espectros ignoran mis órdenes y se comportan como quieren. Y no puedo estar aquí todo el tiempo… Al menos los zombis y los esqueletos me escuchan, pero…’’

“E-eso debe ser un problema entonces”.

“Sí, es un gran problema. Si la atmósfera se vuelve demasiado incómoda, los residentes no tendrán problemas para romper la barrera del hechizo. Si los fantasmas entran en el centro de Lindworm, causarán una gran conmoción. He aumentado la seguridad, pero…” Kunai puso su cabeza entre sus manos. “No sé cómo el esqueleto los mantuvo en orden. La única manera que conozco de hacer que la gente escuche es golpeándolos o pateándolos… ¿Qué puedo hacer?”.

“¿Qué dijo Skadi?”.

“Ella dijo que encontrará un sucesor tan pronto como pudiera. Me pidió que aguantara”. El rostro de Kunai estaba sombrío.

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Dado que las órdenes venían de Skadi, no podía abandonar el

trabajo simplemente, pero… existía la compatibilidad laboral. O la falta de ella. La única especialidad de Kunai era el combate, y no estaba versada en trabajos administrativos.

“N-no te rindas”.

“Lo sé”, expresó con desánimo. Pero no era como si un simple médico como Glenn pudiera involucrarse en la política. Todo lo que podía hacer era ofrecerle palabras de aliento.

“Pero… estoy confundido por el título. ¿Por qué ‘gerente’? Yo entendería algo así como ‘administrador’ o ‘alcalde’…”.

“Originalmente estaba destinado a ser el gerente del hotel Deadlich, en el centro de la ciudad cementerio. Mi antecesor era excelente en el trato con clientes y turistas, y el hotel también obtuvo una calificación alta. Realmente no soy un gran reemplazo”.

“Oh”.

Parecía que la ciudad cementerio tenía sus propios problemas.

“Basta de hablar. Hagamos aquello por lo que vinimos aquí”.

“Oh, sí”.

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Las vistas únicas de la ciudad cementerio se habían grabado a fuego en las retinas de Glenn, y casi había olvidado la razón de su visita: el brazo amputado de Kunai. Era hora de que se pusiera a trabajar.

Kunai cerró la tapa del ataúd que contenía al gerente anterior y se volvió hacia la parte trasera de la iglesia. Glenn la siguió.

“¡Oh!”, Glenn gritó por lo que vio.

“Esta es la carne muerta que recolecté para hoy. ¿Qué piensas? No está mal, ¿verdad?’’. Kunai parecía orgullosa de sí misma.

En el patio trasero de la iglesia había un montón de carne muerta. Una montaña de brazos derechos, sin distinción de edad o género, se alzaba sobre ellos.

“¿Te hace sentir mal?”.

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“N-no…”. Esta era la razón por la que había venido.

Kunai Zenow había enterrado su antiguo brazo derecho. Según ella, incluso la carne muerta albergaba algo así como un alma. Después de hacerlo, buscaba “nueva” carne para reemplazarlo.

El trabajo de Glenn hoy era escoger y colocar el nuevo brazo derecho de Kunai.

“Hay tantos…”.

“No soy la única. Muchos muertos vivientes usan cadáveres. El antiguo administrador almacenaba los cadáveres insepultos en la iglesia y se los proporcionaba a los no muertos cuando era necesario, así como a mí. Muchas veces…”. Kunai se apagó.

“¿De verdad? ¡Guau! Este brazo se ha conservado perfectamente”.

“El gerente fue entrenado en embalsamamiento”.

Incluso una simple mirada al brazo dejó en claro a Glenn que el gerente anterior había sido extremadamente hábil. Lindworm ya era un clima fresco y seco, donde los cadáveres a menudo se convertían en cera sin pudrirse. Si, además, alguien capacitado en técnicas funerarias tomara las medidas adecuadas, sería posible preservar un cuerpo durante años… o incluso décadas.


“La mayoría de estos brazos fueron recolectados de los cuerpos de guerreros humanos y monstruos durante la gran guerra”.

“¿Significa eso que nadie cavó tumbas ni lloró por ellos?”, preguntó Glenn.

“Así es. Algunos incluso tenían heridas tan graves que ni siquiera se podía identificar el cuerpo”.

Después de una guerra, pocos cuerpos quedaban en un estado reconocible. Eran cortados por cuchillas, aplastados por armas contundentes, atravesados por flechas… Probablemente también había cadáveres quemados y erosionados por epidemias. Habrían quedado muy pocos de una sola pieza.

Kunai continuó. “Parte del trabajo del administrador era almacenar esos cadáveres y ocasionalmente dárselos a los residentes. Mi predecesor también lo consideró como una especie de memorial para aquellos que murieron en la guerra”.

“Ya veo…”. Parecía claro que el gerente anterior poseía un gran respeto por la vida y un profundo conocimiento de los monstruos no-muertos. Glenn lamentó no haber podido encontrarse con el esqueleto antes de su muerte.

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“Dr. Glenn, una vez que encontremos un buen brazo, necesito que me lo cosa”.

“Sí”. Glenn asintió.

Estaba realmente feliz de que Kunai, que al principio odiaba a los médicos, confiara tanto en él ahora, que hasta lo había seleccionado expresamente para sus necesidades médicas.

“Bueno, entonces, escojamos un brazo”.

***

 

 

“¡Dr. Glenn! ¡Dr. Glenn!”.


Glenn estaba descansando en los escalones de piedra frente a la iglesia cuando escuchó la voz de Kunai llamándolo.

“¿Qué tal este brazo? ¡Pertenecía a un soldado ogro que atacó a Lindworm! ¡Imagina lo bien que podría proteger a la Draconess con un brazo como este!”.

Miró lo que sostenía Kunai.

Era un brazo enorme que parecía ser tan largo como la altura de Kunai. Por supuesto, no era tan grande como el brazo de la Diosa Gigante Dione, pero debe haber pertenecido a un monstruo enorme. También había varios pequeños rasguños en el brazo, las marcas de un soldado experimentado. Era robusto y musculoso, inconfundiblemente el brazo de un ogro macho.

“Lo siento, es un poco…”, Glenn no sabía por dónde empezar.

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