Risou No Himo Seikatsu (NL)

Volumen 9

Capítulo 5: Palabras De Agradecimiento.

Parte 2

Nueve días después.

El día señalado, Zenjirou se dirigió a una habitación del “Palacio del Huevo Púrpura” tras recibir la invitación del Rey Bruno. Las sirvientas que le seguían llevaban la “Herramienta Mágica”, que mandó a hacer al príncipe Francesco para hoy. Por cierto, la parte principal y más importante de la herramienta mágica estaba con Lucrecia, sostenida cerca como si fuera infinitamente preciosa.

El príncipe Francesco, que había estado a cargo de su producción, había declarado que “definitivamente estará bien con esto”, pero a pesar de haber llegado ya tan lejos, Zenjirou seguía estando ansioso…

¿Qué pasaría si la herramienta mágica no se consideraba buena? O peor aún, si no funcionaba como estaba previsto.

Deberían haberla probado mucho anoche, pero las cosas suelen fallar sólo durante el evento real. La pesadilla de que la bola de papel decorativa, que había comprobado muchas veces el día anterior, no se abriera por alguna razón en el festival cultural cuando era miembro del Consejo Estudiantil del instituto cruzó la mente de Zenjirou. Zenjirou se debatió entre la imaginación de posibles desastres futuros y los flashbacks de un mal pasado durante unos instantes.

Poco después llegaron el rey Bruno y el príncipe heredero Giuseppe. Dado que eran ellos los que habían invitado a Zenjirou, en realidad era bastante descortés hacer esperar al invitado, Zenjirou, pero probablemente fue deliberado. Al llegar tarde intencionadamente, estaban enfatizando que eran ellos los que debían aprobar la herramienta mágica.

No le dio a Zenjirou una impresión particularmente buena, pero, aunque sacara a relucir este asunto, no cambiaría nada para bien. Sin ningún problema, Zenjirou hizo una ligera reverencia.

“Discúlpenos por llegar tarde, Su Majestad Zenjirou. He estado un poco ocupado y lo estaré por un tiempo todavía”. El rey Bruno se disculpó con una sonrisa.

“Lo siento mucho, Su Majestad”. El príncipe heredero Giuseppe siguió el ejemplo de su padre.

No había ni una pizca de sus maliciosas maquinaciones en las actitudes del rey Bruno y del príncipe heredero Giuseppe.

(Por eso dan tanto miedo).

Mientras levantaba inconscientemente la guardia, Zenjirou respondió con una sonrisa similar: “No, es un gran honor que el estimado rey y el príncipe heredero vengan juntos y me brinden algo de su tiempo. Esperar un rato no es ninguna molestia”.

No negó haberse hecho esperar, pero aceptó las disculpas.

Una vez terminados los saludos y la pequeña charla, el tema se desplaza inmediatamente al asunto en cuestión.

“Bien, Su Majestad, sobre el asunto de la herramienta mágica que se presentará a los cuatro duques que mencioné antes”. El príncipe heredero Giuseppe sacó tímidamente el tema.

En respuesta, Zenjirou tragó saliva discretamente, y apelando a su experiencia en negociaciones de su época de asalariado, declaró: “Sí. Después de revisar los documentos que me proporcionaste, y de que los representantes de los cuatro duques presentaran sus respectivos puntos de vista, lo reduje a una única idea”.

“Por favor, díganos por todos los medios”. El príncipe heredero Giuseppe le incitó con calma.

Zenjirou le miró directamente a los ojos. Incluso con este renovado escrutinio, no pudo ver más que el rostro de un amable caballero. Sin embargo, este hombre estaba planeando incluso arrastrar al precioso hijo de Zenjirou, Carlos Zenkichi, a la refriega de la lucha política.

Zenjirou se armó de valor y respondió: “Sí. Es el ‘Pergamino del Par Ardiente’”.

“’Pergamino del Par Ardiente’ …”.

El Príncipe Heredero Giuseppe y el Rey Bruno miraron fugazmente a las sirvientas que sostenían el prototipo de la herramienta mágica detrás de Zenjirou. Aunque habían recibido la información de que Zenjirou había pedido al Príncipe Francesco que hiciera una herramienta mágica, aún no conocían los detalles exactos.

El anciano rey y el príncipe heredero de mediana edad mostraron expresiones de sorpresa y decepción mezcladas ante la respuesta de Zenjirou.

Sin embargo, esa expresión sólo duró un instante, el príncipe heredero Giuseppe recuperó inmediatamente su suave sonrisa y preguntó a Zenjirou: “¿Es una idea que se le ocurrió a usted, Su Majestad?”

“No, quien originalmente indicó la necesidad del ‘Pergamino del Par Ardiente’ fue Lady Nazim de la Casa Ducal Ryarfon”. Zenjirou respondió con sinceridad.

“Ah, sí recuerdo bien, el ‘Pergamino del Par Ardiente’ fue de gran ayuda para la Casa Ducal Ryarfon. Aunque se refieran a cuatro duques en conjunto, las circunstancias de cada casa son diferentes”. El Príncipe Heredero Giuseppe comentó como si quisiera mostrar su comprensión, pero por supuesto esto era para transmitir implícitamente su duda sobre que Zenjirou utilizara la opinión de una sola casa entre las cuatro casas ducales.

Un ataque de ese nivel estaba dentro de las expectativas de Zenjirou.

“Sí. Las opiniones de los otros representantes eran cada una razonable, pero sigo creyendo que el ‘Pergamino del Par Ardiente’ sería beneficioso para las cuatro casas ducales tarde o temprano”. Zenjirou objetó.

“Ciertamente es como dices”. El príncipe heredero Giuseppe no tuvo más remedio que estar de acuerdo con las palabras de Zenjirou.

Es cierto que era especialmente beneficioso para las dos casas ducales errantes, que trasladaban continuamente su “Capital Ducal”, pero incluso las casas ducales asentadas tenían a sus familias divididas entre sus capitales ducales y la capital real. No cabe duda de que un “Pergamino del Par Ardiente” les sería de gran ayuda.

Zenjirou continuó su presentación: “Sin embargo, el ‘Pergamino del Par Ardiente’ tiene un importante punto débil. Perdona mi descaro por explicarte esto a ti, de la familia Sharou, pero como el pergamino se quema por su propia naturaleza, es un objeto desechable.”

El “Pergamino del Par Ardiente” era una herramienta mágica sencilla que tardaba relativamente poco en producirse, pero aun así la gente de la familia Sharou tardaba más de un mes en producir un juego. Por ello, el número de juegos producidos era limitado, y no podía usarse sin cuidado.

“Como he dicho muchas veces, soy un completo aficionado en lo que respecta a las herramientas mágicas. Pero, precisamente por eso, puedo tener un punto de vista diferente al de la familia Sharou. Al principio era sólo un pensamiento, pero esa idea afortunadamente dio sus frutos. Me gustaría mostrarte el humilde resultado de esa idea en esta ocasión”. Dijo Zenjirou.

Tras recibir el permiso del príncipe heredero Giuseppe, Zenjirou dio órdenes a Lucrecia y a las sirvientas que estaban detrás de él.

“Por favor, discúlpennos”.

Lucrecia y las sirvientas prepararon enérgicamente la herramienta mágica.

Lucrecia reveló primero dos placas de metal de tamaño similar al A4. Por el maná, era obvio que la herramienta mágica consistía sólo en estas dos placas. Ambas tenían canicas redondas incrustadas en el centro, lo que las hacía parecer ligeramente deformadas.

A continuación, las sirvientas mostraron varios palos metálicos. Mirando de cerca, en los extremos de esos palos se habían tallado caracteres en escritura de espejo. Eran bastante grandes, pero podrían clasificarse como sellos de impresión manual.

Y entonces una sirvienta, con un grueso guante que contrastaba con la ropa para la estación más calurosa del desierto, sacó un pergamino de piel de dragón de un tinte azul intenso.

La mayoría de los presentes en este lugar no sabían que se trataba de la piel de un Dragón Cambiante, una plaga que la gente del desierto lamentaba por ser completamente inútil.

Siguiendo las instrucciones de Zenjirou, Lucrecia y las sirvientas colocaron una de las placas de metal en la mesa frente al Príncipe Heredero Giuseppe, y la cubrieron cuidadosamente con la piel del Dragón Cambiante. A continuación, colocaron unas pesas a modo de pisapapeles en las cuatro esquinas de la piel para asegurarse de que ésta y la placa metálica tuvieran la mayor superficie de contacto posible. La otra placa metálica permaneció frente a Zenjirou. Una sirvienta con varios sellos metálicos de impresión esperaba junto a Zenjirou.

Por fin los preparativos estaban en orden.

Zenjirou, al captar las miradas de las sirvientas, asintió una vez y llamó a los asistentes del príncipe heredero Giuseppe: “Lo siento, pero ¿Puedo pedirles que preparen un solo iniciador de fuego?”.

“¿Su Alteza Giuseppe?”.

“Hazlo”.

“¡Sí, Su Alteza! Por favor, espere un momento”.

Tras recibir el permiso de su señor, un ayudante cercano salió brevemente de la habitación, y luego regresó mientras llevaba en un instante una herramienta de “Bola de Fuego Inmóvil”.

“Ya ha sido activada, así que por favor tenga cuidado. ¿Sabe cómo usarla?”.

“Gracias, estaré bien”. Una vez que Zenjirou dio las gracias al ayudante, empujó uno de los sellos de impresión metálica que había recibido de la sirvienta hacia la flama de la herramienta.

En el momento en que consideró que el fuego había calentado el sello lo suficiente, Zenjirou presionó con cautela el sello de impresión calentado sobre la placa de metal situada en la parte superior de la mesa.

El siseo del metal contra el metal resonó en la habitación.

No pasó nada durante un segundo.

Incluso después de esperar un poco, no pasó nada.

“… ¿Y bien?”.

Varios minutos más tarde, un acontecimiento inusual ocurrió no al plato frente a Zenjirou, sino al plato frente al Príncipe Heredero Giuseppe, o más bien a la piel de Dragon Cambiante que lo cubría.

Poco a poco, el blanco comenzó a extenderse sobre una parte de la piel azul del “Dragon Cambiante”. Pronto esa zona blanca adoptó la forma de un único personaje.

Era el mismo carácter que estaba en el sello de impresión que Zenjirou acababa de presionar sobre la placa de metal. Como el calor no había circulado del todo, era un carácter borroso y difícil de leer, pero era más que posible descifrarlo.

“Estas dos placas de metal tienen el mismo efecto que el ‘Pergamino del Par Ardiente’. Pero, al ser de metal, sólo se transmite el calor y no se quema permanentemente. Y lo que cubre la placa de metal de allí es la piel de un ‘Dragón Cambiante’. Los ‘Dragones Cambiantes’ poseen la extraña habilidad de cambiar el color de su piel con la temperatura, así que la piel reacciona al calor y cambia de color cuando se coloca en la placa de metal por adelantado”. Mientras hablaba, Zenjirou, cogiendo el ritmo, calentó los sellos de impresión metálica y los aplicó a la placa uno tras otro.

Debido a que los sellos de impresión improvisados eran algo que el príncipe Francesco mandó hacer a un artesano conocido con urgencia, los caracteres no podían llamarse uniformes o pulcros bajo ningún concepto. Como la habilidad de Zenjirou, que hacía el prensado, también era torpe, los caracteres estaban algo desalineados: se desviaban hacia arriba y hacia abajo, o estaban demasiado lejos o demasiado cerca del borde y entre sí.

Sin embargo, la cadena de caracteres que aparece en blanco en la piel del “Dragón Cambiante” podría transmitir satisfactoriamente su significado a los que lo miran.

“Felicitaciones por la entronización del nuevo rey”.

El príncipe heredero Giuseppe miraba la cadena de personajes con una expresión tan seria que daba miedo.

Incluso el rey Bruno, que había observado el intercambio con su hijo, había perdido su habitual sonrisa y fijaba sus ojos en la herramienta mágica, sin mover un solo músculo.

Tanto el rey Bruno como el príncipe heredero Giuseppe eran grandes estadistas. Por ello, se dieron cuenta inmediatamente del valor de un ‘Pergamino del Par Ardiente’ que podía ser utilizado repetidamente en cualquier número de ocasiones, a pesar de llevar algún tiempo. Y, al mismo tiempo, estaban convencidos. Los cuatro Duques definitivamente desearían esto también.

Cualquiera puede iniciar un rumor, pero nadie puede detenerlo. Incluso si rechazaran la propuesta de Zenjirou aquí, el hecho de que Zenjirou hubiera desarrollado un nuevo ‘Pergamino del Par Ardiente’ y lo sugiriera probablemente se extendería.

En primer lugar, el Príncipe Heredero Giuseppe era quien había solicitado el consejo de Zenjirou. Si lo rechazara a pesar de que Zenjirou había cumplido con esa petición y había propuesto una magnífica herramienta mágica, no habría ninguna duda de que los cuatro duques tendrían emociones negativas hacia el Príncipe Heredero Giuseppe.

“Padre…” el príncipe heredero Giuseppe dijo.

“Sí”. El rey Bruno respondió.

Padre e hijo, que habían navegado juntos por el peligroso mundo de la política durante tanto tiempo, eran capaces de entender la intención del otro con sólo intercambiar miradas.

El príncipe heredero Giuseppe se aclaró la garganta con una tos para llamar la atención de todos, y mirando fijamente a Zenjirou, sentado al otro lado de la mesa, dijo: “Su Majestad Zenjirou, muchas gracias. No me equivoqué al elegirte para pedirte consejo. Ahora mismo estoy convencido de ello”.

“Su Alteza, ¿Entonces eso significa que lo aprueba?” Zenjirou se cercioró.

El príncipe heredero Giuseppe asintió solemnemente a Zenjirou, que se alegró mucho, y respondió: “Tengo que quitarme el sombrero ante usted, Su Majestad. No me ha dejado ningún margen para reconsiderar. Por favor, permítame el privilegio de presentar este nuevo ‘Pergamino del Par Ardiente’ como la herramienta mágica que se regalará a los cuatro duques durante mi entronización”.

“…!!” Zenjirou apretó con fuerza los puños por debajo de la mesa, reprimiendo un grito de placer.

La que deseaba un “Pergamino del Par Ardiente” era Nazim, la representante de la Casa Ducal Ryarfon, una de las dos casas ducales errantes. Y el lugar donde vivía mayoritariamente el “Dragón Cambiante”, fuente de la piel natural y térmica utilizada para el nuevo “Pergamino del Par Ardiente”, era el Ducado El’Haryuko, la otra casa de las dos casas ducales errantes. Y, aunque en menor número, se decía que los “Dragones Cambiantes” también vivían en el Ducado de Ryarfon. No vivían en ningún otro lugar más que en esos lugares.

Se mire por donde se mire, se trataba de una decisión que favorecía a las dos casas ducales errantes. Y, sin embargo, como también era sumamente beneficiosa para las dos casas ducales asentadas, ni la Casa Ducal El’Mentaqat ni la Casa Ducal An’Imyam podían quejarse públicamente.

Las placas de metal, que eran la herramienta mágica, podían utilizarse repetidamente, pero la piel del “Dragón Cambiante” era un bien consumible. Si el uso del nuevo “Pergamino del Par Ardiente” se generalizara, probablemente convertiría al “Dragón Cambiante”, que hasta ahora había sido tratado como una mera plaga, en un recurso valioso. Incluso podría reducir la disparidad económica entre las dos casas ducales errantes y las dos casas ducales asentadas.

Por supuesto, no era más que reducir una distancia de veinte cuerpos de caballo a diecinueve, pero acortar la distancia un poco, cuando hasta ahora sólo había aumentado, podía convertirse en un rayo de esperanza para las dos casas ducales errantes.

Y tampoco fue un mal negocio para la familia Sharou.

El valor de la piel “Dragón Cambiante” sólo existía en combinación con el nuevo “Pergamino del Par Ardiente”. En sentido figurado, era algo así como si las casas ducales errantes proporcionaran papel de impresora exclusivo mientras la familia Sharou proporcionaba la propia impresora.

Incluso si la piel de dragón cambiante dio lugar a un crecimiento económico para las casas ducales errantes, ese crecimiento estaba limitado por las partes controladas por la familia Sharou. Más bien, si se volvían ricos y comenzaban a obsesionarse con esa riqueza, las casas ducales errantes que se inclinaban por su independencia se volverían cada vez más dependientes de la familia Sharou.

Si había un problema, era el hecho de que esta tendencia sería exactamente opuesta al curso deseado por el Príncipe Heredero Giuseppe, y estaba más alineada con la dirección defendida por su hermano menor y rival político – el Príncipe Largo.

Por supuesto, si tuviera que poner en la balanza el interés nacional y su propio orgullo, el príncipe heredero Giuseppe no era tan tonto como para elegir lo segundo.

“Muchas gracias, Alteza. Permítame expresar mi admiración hacia la amplitud de miras de Su Alteza al solicitar la opinión de un forastero como yo, y además adoptar amablemente esa opinión, junto con mi gratitud”. Habiendo conseguido reprimir de algún modo su alegría, Zenjirou se calmó un poco antes de hablar con el príncipe heredero Giuseppe.

Su expresión de gratitud por haber adoptado su opinión contenía implícitamente el mensaje: “En resumen, detendrás ese inútil complot que haría que mi hijo se viera arrastrado a esto, ¿Verdad?”.

“No, somos nosotros los que debemos darte las gracias. Has tenido la amabilidad de proponer una herramienta mágica tan espléndida. Si dijera que no acepto esta propuesta tuya, no sólo los cuatro duques, sino también los nobles de nuestro país me mirarían con desaprobación.” El príncipe heredero Giuseppe asintió muchas veces mientras sonreía.

Si uno tuviera que leer entre líneas aquí también, probablemente sería algo así como: “Sí, sí, entendido. Esta vez me retiraré. Puedes confiar en mí, ya que sólo causaría un alboroto si lo forzara”.

Zenjirou, al darse cuenta de que había “logrado su objetivo” en el sentido más estricto, sintió una sensación de logro aún mayor que antes, y le asaltó una sensación de agotamiento que le hizo querer desplomarse en el acto. Por supuesto, no podía permitirse tumbarse en el sofá en un lugar como éste.

Zenjirou hizo acopio de su fuerza de voluntad, enderezó la espalda y devolvió las palabras de negocios con una sonrisa: “Jajaja, creo que eso estaría bien. El hecho de que el pueblo adore a Su Alteza ha llegado incluso a mis oídos a pesar de que mi estancia en el Reino Gemelo ha sido tan breve. Todo irá bien. El apoyo de Su Alteza no se verá afectado ‘mientras no ocurra nada extraordinario’”.

“Ahahaha, la seguridad de Su Majestad es muy alentadora. Gracias.

Ciertamente, parece que simplemente estaba pensando demasiado. También se dice que ‘las malas ideas son peores que ninguna’, y también es crucial no actuar precipitadamente, después de todo”. Dijo el príncipe heredero Giuseppe.

“Sí, estoy completamente de acuerdo contigo”. Zenjirou respondió.

Con ello, los miembros de la realeza de los dos países dieron por terminada la conversación, aparentemente tranquila, de ese día.

La sala del palacio real quedó en un silencio sepulcral después de que el grupo de Zenjirou se marchara.

Rompiendo el silencio, el viejo rey murmuró: “Fuimos burlados, ¿Eh?”.

“Efectivamente”. El hombre de mediana edad aceptó en silencio, su expresión cambió completamente de su anterior sonrisa alegre a una mirada fría, casi inexpresiva.

Masajeando el puente de su nariz con el pulgar y el índice, el rey respondió: “Bueno, no importa. Al fin y al cabo, ha supuesto un gran beneficio para nuestro país”.

“Ciertamente lo hizo. El informe de Bona había mencionado que ‘Su Majestad Zenjirou me ha dado sugerencias y opiniones sobre herramientas mágicas que superan mi imaginación’, pero eso era más de lo esperado”. Dijo Giuseppe.

Para la “Facción de la Fusión Completa” que quería instalar al Príncipe Francesco como próximo príncipe heredero, fue una derrota sonora, se mire por donde se mire, pero para la realeza del Reino Gemelo, fue un trato provechoso.

El rey Bruno y el príncipe heredero Giuseppe estaban obsesionados con la ideología de la “Fusión Completa”, pero, incluso con esa fe, tenían suficiente sentido de la política para no romper el equilibrio.

“Un nuevo ‘Pergamino del Par Ardiente’, ¿Eh? Nosotros también teníamos la idea de hacer un nuevo ‘Pergamino del Par Ardiente’, pero no teníamos su forma de pensar”. El rey se lamentó.

“Eso es razonable. Somos la familia Sharou de la magia de otorgamiento. Sólo consideramos las herramientas mágicas como algo completo en sí mismo”. El hijo de mediana edad se compadeció, encogiéndose ligeramente de hombros.

Tal y como se desprendía de su conversación, los miembros de la familia Sharou también habían explorado la idea de que sería extremadamente beneficioso tener un “Pergamino del Par Ardiente” que no se limitara a un solo uso. Incluso hubo alguien que hizo un prototipo llamado “Caja de Arena Compartida”, preguntándose si sería posible utilizar el atributo tierra de la misma manera que el atributo fuego, y hubo alguien más que intentó crear una herramienta mágica llamada “Pincel de Agua Compartida” que utilizaba agua como tinta.

Sin embargo, el efecto del “Pergamino del Par Ardiente” parecía depender de una propiedad especial del espíritu del fuego, y la investigación de estas herramientas mágicas avanzó tan poco que bien podría no haberse hecho.

Zenjirou se las arregló para utilizar sólo el poder del espíritu del fuego en el “Pergamino del Par Ardiente”, en lugar de permitir su reutilización con un dispositivo externo adicional. La razón por la que nadie de la familia Sharou había pensado en esto a pesar de conocer al “Dragón Cambiante”, el recurso crucial para este avance podría deberse en gran medida a su idea fija de las herramientas mágicas, tal y como mencionó el Príncipe Heredero Giuseppe hace unos momentos.

Una herramienta mágica es algo completo en sí mismo. El concepto de usar una herramienta mágica como parte central de una herramienta más grande no fue considerado precisamente porque los miembros de la familia Sharou conocían la naturaleza polivalente de las herramientas mágicas. Por supuesto, otra razón podría ser que los territorios de los “Dragones Cambiantes” pertenecían a las dos casas ducales errantes que se habían distanciado de la familia real.

En cualquier caso, no cabía duda de que un miembro de la realeza extranjera, aficionado a la magia de otorgamiento, había desarrollado una herramienta mágica que beneficiaría a todo el país en menos de un mes.

“Tenemos que limitar al máximo su venta a otros países”.

“Estoy totalmente de acuerdo. Bueno, dadas las circunstancias, probablemente sea imposible no vendérselo a Su Majestad Zenjirou del Reino de Capua, pero creo que deberíamos abstenernos de venderlo en cualquier otro lugar.”

“Deberíamos incluir una cláusula de exclusividad en el contrato de venta con el Reino Capua, también”.

Los dos comprendieron perfectamente la importancia de la velocidad de transmisión de la información para el beneficio de un país. Padre e hijo, que compartían los mismos valores y poseían igual capacidad política, conciliaron sus planes sin problemas.

“…Hmm. Eso es todo por ahora, ¿Eh?” Concluyó el rey.

“Entonces, padre, permítame excusarme”. El príncipe heredero Giuseppe dijo.

“Ah, ya es hora, ¿No? Te lo he confiado a ti. Haz lo que creas conveniente”. Dijo el rey Bruno, agitando su mano derecha hacia su hijo, que ya se había levantado de su asiento.

“¡Sí, Su Majestad!” Haciendo una rápida reverencia a su padre, que seguía sentado en el sofá, el príncipe heredero Giuseppe salió de la habitación.

El príncipe heredero Giuseppe se adentró en el interior del “Palacio del Huevo Púrpura” en las dependencias de la familia real.

“No tienen que seguirme más. Buen trabajo”. El príncipe heredero Giuseppe declaró secamente.

“¡Sí, Su Alteza! Muchas gracias”. Los ayudantes y los guardias, que le habían acompañado, se quedaron en el pasillo mientras el príncipe heredero Giuseppe entraba en una habitación profunda.

Era una zona completamente privada en la que ni siquiera los ayudantes ni los guardias podían entrar. Las paredes eran gruesas y no había ventanas. A cambio, las herramientas mágicas de viento mantenían el aire limpio en el interior, y las herramientas mágicas de fuego iluminaban el interior de la habitación.

El príncipe heredero Giuseppe entró en la habitación, bastante pequeña para el palacio real, y cerró la puerta tras de sí.

Ya había un visitante dentro de esta habitación.

“Bienvenido, hermano. Buen trabajo en tus asuntos oficiales”.

Sin reaccionar al hecho de que ya había alguien en la sala, el príncipe heredero Giuseppe se sentó en una sencilla silla de madera.

“Es raro que llegues primero, Largo. Estoy completamente agotado por todas las sorpresas de hoy”. El príncipe heredero Giuseppe se dirigió al primer ocupante y se desabrochó los tres primeros botones de la camisa, dejando al descubierto un aspecto indefenso.

El Príncipe Largo. El hermano menor del príncipe heredero Giuseppe, pero también el hombre considerado públicamente como su mayor oponente político.

Aquellos hermanos empezaron a intercambiar tranquilamente información a puerta cerrada.

“Viendo tu aspecto, esta vez he ganado yo después de mucho tiempo, ¿Verdad?” Confirmó el Príncipe Largo.

“Dios mío, sonriendo tan felizmente. Sí, tienes razón. Puedes llamarlo una victoria completa para tu bando”. El príncipe heredero Giuseppe levantó ambas manos por encima de su cabeza como si se rindiera.

“Eso es realmente genial. Me da tranquilidad. Con esto tú y padre renunciarán a instalar imprudentemente a ese idiota de Francesco como príncipe heredero, ¿No es así?” Aseguró el príncipe Largo.

Su hermano mayor confirmó con una expresión reticente: “Al menos no lo intentaremos por ahora”.

“Si es posible, me gustaría que lo dejaras por la eternidad”. El hermano menor suspiró dramáticamente.

El príncipe heredero Giuseppe y el príncipe Largo eran adversarios políticos. La conciencia pública no estaba equivocada. Más bien, era completamente correcta.

Sin embargo, al mismo tiempo, ambos hermanos deseaban la prosperidad de su país, el Reino Gemelo de Sharou y Gillbelle. Por esa razón, hablaban regularmente en privado para evitar una catástrofe, sondeándose mutuamente en busca de puntos en común.

No hace falta decirlo, pero el tema de hoy era el invitado de honor del Reino Capua.

“Por cierto, ¿Qué piensas de Su Majestad Zenjirou, Giuseppe?”

“Veamos. Si te refieres a su habilidad política, yo diría que es un oponente bastante formidable. Si te refieres a su poder político, es débil. Y, sobre todo, esa personalidad suya es difícil de captar. Como hubo demasiados casos en los que no respondió con las palabras y reacciones que debía, no pude ejercer mis habilidades”. El príncipe heredero Giuseppe añadió: “Y, además, me sorprendió con esa inventiva. Por supuesto, como también es posible que haya sido pura coincidencia, es demasiado pronto para hacer una evaluación clara todavía, pero al menos sus aparentes habilidades y su linaje merecen una valoración razonablemente alta. Si es posible, me gustaría ganármelo”.

La Reina Aura del Reino de Capua pensaba en Zenjirou como un ciudadano del Reino de Capua, pero la realidad era diferente.

Los antepasados de Zenjirou eran un príncipe del Reino Capua y una princesa de la familia Sharou. La sangre de la familia Capua y de la familia Sharou debe correr por igual por las venas de Zenjirou. Como prueba de ello, se dice que su hijo Carlos Zenkichi ha estado mostrando signos tanto de “Magia Espacio-Tiempo” como de “Magia de Otorgamiento”, a pesar de que el propio Zenjirou sólo había mostrado habilidades en “Magia Espacio-Tiempo” desde que su filiación se inclinó hacia la familia Capua. Y esto había sucedido a pesar de que la Reina Aura, su madre, era de la realeza de sangre pura del Reino Capua.

Eso en sí mismo mostraba lo espesa que era la sangre de la familia Sharou en el hombre llamado Zenjirou.

“Realmente lo quiero. Si parece ser una carga demasiado pesada para Lucrecia, sería mejor asignarle otra mujer. Más bien, si él mostrara interés por una mujer de los cuatro ducados, estaría bien comprometerse con los cuatro duques”. El príncipe heredero reflexionó, dándose golpecitos en la comisura de los labios.

Su hermano menor habló, aparentemente asombrado: “Eres demasiado codicioso. Por favor, no compliques nuestra relación con el Reino Capua”.

“Lo sé, lo sé. Su Majestad Aura es una persona racional y calculadora.

No cometeré ningún error”. El príncipe heredero Giuseppe se defendió.

“Con sinceridad, eres realmente…” El Príncipe Largo suspiró, un silencioso “estas más allá de la ayuda” estaba escrito en su cara

Aunque sabía que no tenía sentido por las veces que ya lo había dicho, el príncipe Largo repitió una vez más: “Actualmente, el Reino Gemelo es un país satisfactoriamente grande. Por supuesto, es natural que nos esforcemos en el crecimiento del país y en el aumento de nuestro poder nacional, pero no creo que haya necesidad de ser tan ansiosos como para tratar de cruzar puentes tan peligrosos.”

“Eres ingenuo. Ciertamente, el poder nacional de nuestro país se distingue ‘en el Continente del Sur’, pero sigue siendo muy inferior al de la ‘Iglesia’. Y los países del Continente del Norte, que están influenciados por la ‘Iglesia’, han desarrollado métodos navales a una velocidad anormal. No es una situación que se pueda descuidar”. El príncipe heredero Giuseppe rebatió.

“Eso es… bueno, es como tú dices”.

El príncipe Largo había oído que un barco de cuatro mástiles había entrado en el Reino de Capua por boca del príncipe Francesco. No pudo evitar admitir que las palabras de su hermano mayor tenían cierto grado de validez.

El príncipe heredero Giuseppe continuó: “No estás tomando la tenacidad de los poderes religiosos lo suficientemente en serio. La ‘Iglesia’ definitivamente no permitirá que exista ningún descendiente del ‘Imperio Blanco’”.

“Giuseppe”. A falta de palabras para persuadirle, el príncipe Largo cerró la boca, evidentemente turbado.

Puede que haya algo de verdad en lo que había dicho su hermano mayor. Sin embargo, hiciera lo que hiciera, el príncipe Largo no podía evitar preocuparse de que su sabio hermano se dejara influir por los arraigados delirios de sus lejanos antepasados, y que estuviera a punto de provocar una crisis innecesaria por un peligro imaginario.