Risou No Himo Seikatsu (NL)

Volumen 9

Capítulo 4: Maniobras Secretas Asertivas.

Parte 2

Zenjirou había encontrado una pista para resolver la situación durante la fiesta social en la Casa del Marqués Pizzani, pero eso no era suficiente para cambiar sus objetivos, Zenjirou consideraba al Rey Bruno, que era una de las más altas autoridades de este país, y al Príncipe Heredero Giuseppe como enemigos potenciales en la actualidad. No podía actuar de forma poco natural, para asegurarse de no levantar sus sospechas.

Al final, Zenjirou tuvo una conversación con la princesa Margarita esa tarde, ultimando la ceremonia de convertir su anillo de boda en una herramienta mágica, y luego asistió a la fiesta de la noche con Lucrecia como compañera, tal y como estaba previsto.

“Como era de esperar… por mucho que luchemos, este es un aspecto con el que el Reino Capua no podrá rivalizar”. Murmuró Zenjirou, mientras escoltaba a Lucrecia, vestida de brillante esmeralda, mientras él mismo se vestía de escarlata.

Lo que llamó la atención de Zenjirou fue un lujoso candelabro de araña que colgaba del techo. La araña, que estaba hecha de oro y plata pulidos, rivalizaba con la del palacio real del Reino de Capua, pero estaba iluminada por algo que no se podía imitar.

“Herramienta mágica de luz”. No era una herramienta mágica de fuego.

Era una “Herramienta Mágica de Luz”.

Era algo creado en colaboración de la familia Sharou con la familia real de otro país, que poseía una línea de sangre mágica de luz. Incluso si se buscara en el mundo, era un objeto que sólo existía en ese país y en el Reino Gemelo. Incluso la luz de soporte LED que Zenjirou trajo al Palacio Interior no sería rival en absoluto contra esta luz blanca, que iluminaba esta gran sala casi por completo con sólo ocho fuentes de luz.

Como se esperaba de la magia. Estas fuentes de luz eran una luz fría perfecta ya que no generaban nada de calor.

Una vez que miró bien a su alrededor, las herramientas mágicas de “Bola de Fuego Inmóvil” habían sido colocadas en cada una de las mesas para mantener la comida caliente. Las herramientas mágicas de “Generación de Niebla” aplicaban un nivel moderado de humedad al aire, que circulaba con herramientas mágicas de “Viento”.

“Ahora que lo pienso, ahora mismo es la estación más caliente, ¿No?” preguntó Zenjirou, habiéndose olvidado por completo.

“Ufufu, no notarás las estaciones cuando estés en el ‘Palacio del Huevo Púrpura’” Lucrecia respondió como si fuera su propio logro. Se aferró un poco más al brazo de Zenjirou.

Tal y como había dicho él mismo hace un momento, Zenjirou realmente no se había fijado en la estación del año tras llegar al Reino Gemelo. Por supuesto que no era tan fresco como estar en una habitación con aire acondicionado, pero el palacio mantenía una temperatura agradable en la que se podía pasar el tiempo con normalidad una vez que se acostumbraba.

A diferencia del Reino de Capua, con sus densos bosques, la nación desértica del Reino Gemelo era seca. Además, a diferencia de la “Estación más calurosa” del Reino de Capua, que tenía días en los que la temperatura no descendía por debajo de la temperatura corporal media de un ser humano ni siquiera en plena noche, la temperatura descendía bruscamente por la noche incluso durante la “Estación más calurosa” del Reino Gemelo. La mayor parte de las noches eran fáciles de soportar, pero algunas noches la temperatura bajaba drásticamente y hacía demasiado frío para salir con los atuendos habituales de la noche.

Sin embargo, Zenjirou se había alojado en una zona independiente del “Palacio del Huevo Púrpura”, por lo que no sintió mucho la diferencia de temperatura y humedad.

El calor del día se mitigaba con herramientas mágicas que hacían circular el agua y creaban niebla, lo que tenía la ventaja añadida de evitar que el aire se volviera demasiado seco. Durante las raras y frías noches, el palacio se calentaba moderadamente con herramientas mágicas de fuego y viento. Como era de esperar, no había ninguna herramienta mágica de luz en la zona separada, pero como las herramientas mágicas de “Bola de Fuego Inmóvil” también servían para iluminar, no había problema para quedarse despierto hasta altas horas de la noche.

El Reino Gemelo era mucho mejor que el Reino de Capua a la hora de crear un ambiente confortable. Por supuesto, eso era algo limitado a una pequeña fracción de nobles adinerados y al palacio real, que podían utilizar herramientas mágicas costosas con exuberancia.

En cualquier caso, Zenjirou atravesó el gran y luminoso salón con Lucrecia del brazo.

Era consciente de que la gente los miraba, independientemente de su edad y sexo, pero nadie les llamaba. Agradeció que la regla de que la persona de mayor rango debe iniciar la conversación con una persona de menor rango fuera comúnmente compartida en todo el Continente del Sur. Por otro lado, eso significaba que cuando deseaba establecer conexiones y reunir información como esta noche, tenía que acercarse activamente a la gente.

Observando los alrededores tras resolverse, Zenjirou descubrió la figura de una persona que reconoció.

Incluso teniendo en cuenta su estatus social, es probable que sea una primera interlocutora adecuada. Llegando a esa conclusión, Zenjirou se acercó a la mujer con Lucrecia colgada a su lado izquierdo. No había ningún compañero masculino con ella. Aparentemente estaba participando sola.

“Taraye. Qué casualidad encontrarte aquí”, dijo Zenjirou y sonrió a la mujer que tenía delante: Taraye, de la Casa del Duque El’Mentaqat.

Taraye era una belleza de cabello rubio y ondulado, con un cuerpo amplio. Sonreía con dulzura, vestida con un vestido con un profundo escote, que obviamente mostraba su escote.

Aquella belleza se inclinó respetuosamente al escuchar las palabras de Zenjirou, y respondió: “Oh, Su Majestad Zenjirou. Estoy encantada de que salude a alguien como yo primero”.

Con una profunda reverencia que atrajo los ojos de él hacia su escote, Taraye, lo miró con los ojos levantados y le sonrió victoriosamente.

“gh!”

Si no lo estaba imaginando, había un sonido de rechinar de los dientes de la chica que se aferraba a su brazo izquierdo. El único pensamiento de Zenjirou fue: “Me gustaría que no empezaras una pelea por tu cuenta, ¿Bueno?

Ciertamente, una belleza voluptuosa como Taraye estaba en la zona de ataque de Zenjirou, pero los únicos que ocupaban actualmente el corazón de Zenjirou eran Aura, su amada esposa, y Carlos Zenkichi, su querido hijo. Volver a casa con un practicante de curación para Aura, y no permitir que Carlos Zenkichi fuera arrastrado a los planes del Reino Gemelo; estos eran los dos únicos asuntos en la cabeza de Zenjirou ahora mismo. Él, que no era tan inteligente para empezar, no tenía espacio para nada más.

“Sin embargo, Su Majestad, nuestro encuentro aquí definitivamente no puede ser llamado coincidencia. Después de todo, asisto a la mayoría de las fiestas nocturnas que se celebran en la capital real”. dijo Taraye, levantando la cabeza con un balanceo que recordaba en cierto modo a una serpiente.

“¿Hoh? Taraye, ¿Te gustan las fiestas nocturnas?” Preguntó Zenjirou.

“Más que una cuestión de gusto me resulta bastante ventajoso asistir. Es un lugar en el que los deseos materialistas de la gente aparecen en la superficie de una manera fácil de entender. Y, al mismo tiempo, sirve como vanguardia de la moda de la ropa y los accesorios. La información que puedo obtener en lugares como éste a veces vale mucho dinero”.

La información no es más valiosa que el dinero, sino que la información puede convertirse en grandes sumas de dinero; era una descripción muy característica de Taraye.

“Ya veo. Como los rumores sugieren, parece que posees una gran habilidad para los negocios, Taraye”. Alabó Zenjirou.

“Nada menos que Taraye-sama. Tienes un ojo perspicaz para los negocios que uno no esperaría de una dama afiliada a una casa ducal” comentó Lucrecia.

Zenjirou y Lucrecia, el contenido de sus comentarios era casi el mismo, pero las emociones detrás de ellos eran totalmente opuestas. A diferencia de Zenjirou, que admiraba y alababa sinceramente a Taraye, las palabras de Lucrecia eran más sarcásticas y señalaban lo atípica que era Taraye para una dama noble.

Al escuchar a los dos, los ojos de Taraye se abrieron ligeramente y una visible mirada de sorpresa apareció después de que Zenjirou hablara, aunque no mostró ninguna reacción a las palabras de Lucrecia. Al parecer, la actitud de Lucrecia hacia Taraye, que hacía negocios como una comerciante a pesar de su condición de noble, era más común que la de Zenjirou.

Zenjirou se preguntó brevemente si la había juzgado mal, pero inmediatamente pensó: “Bueno, probablemente no tendrá ningún efecto en la situación de todos modos”.

“Por cierto, parece que las otras tres no están presentes”. preguntó Zenjirou.

“Parece que Shura regresó a la capital ducal del duque El’Haryuko inmediatamente después. Nazim casi nunca aparece en el palacio real, salvo para actos oficiales. Frikiya ha estado allí todo el tiempo”. respondió Taraye, señalándola.

En esa dirección, la pequeña mujer de cabello y ojos negros se había apoderado de un sirviente y lo bombardeaba apasionadamente con preguntas. Por su atuendo, el sirviente parecía ser un mago que servía en el palacio real. O podría ser un ingeniero mágico al que se le había encomendado la tarea de dar servicio a las herramientas mágicas que se habían instalado en el lugar.

Sólo la gente de la familia Sharou podía crear herramientas mágicas, pero cualquiera podía utilizarlas. Dicho esto, un mago al que se le permitiera manejar las herramientas mágicas en el palacio real debería ser uno de los mejores.

Zenjirou, que comprendió la situación, comentó vagamente sin saber qué decir: “Eso es… cómo decirlo… qué manera tan inusual de disfrutar de una fiesta nocturna”.

Taraye no pudo ocultar una sonrisa irónica al ver que Zenjirou se esforzaba por decirlo con educación, y respondió: “Me atrevo a decir que se ha descubierto una nueva herramienta mágica. Frikiya es muy… entusiasta en su búsqueda de conocimientos sobre la magia”.

“Su curiosidad intelectual seguro que va a toda máquina”. Zenjirou estuvo de acuerdo.

Aunque Zenjirou había pensado tímidamente que ella era una de las trampas de miel, no había mirado en su dirección ni una sola vez. Sin embargo, dado que Zenjirou había anunciado de antemano que asistiría a esta fiesta nocturna, era imposible que ella no supiera de su presencia.

(¿Acaso estaba demasiado cohibido cuando consideraba a Taraye y a las otras tres como trampas de miel?)

Zenjirou llegó de repente a ese pensamiento.

Durante su primer encuentro, las cuatro se mostraron extremadamente amistosas con él, pero viéndolo ahora, era natural tener cierto grado de hospitalidad al recibir a un miembro de la realeza de otro país. Al menos, Shura, de quien se dice que ha regresado rápidamente a la capital “ducal”, y Frikiya, que sigue ignorando a Zenjirou mientras inunda de preguntas a un practicante de magia de la realeza, podrían ser descontadas del número de trampas de miel.

(Aunque probablemente sea una mala idea ser descuidado sólo por eso. Pero sería mucho más fácil si todas fueran tan francas como Lucrecia).

Zenjirou dirigió su atención a la chica rubia que llevaba un rato aferrada a su brazo izquierdo. Lucrecia, al sentir su mirada, se volvió hacia él y le devolvió una ligera sonrisa.

“¿Pasa algo, Su Majestad?” Ella preguntó.

“No, no es nada”, Zenjirou sacudió la cabeza para ocultar sus pensamientos, y, “Taraye, por favor, discúlpame”, se despidió de Taraye.

Para empezar, sólo llamó a Taraye ya que era una cara que reconocía.

“Sí, Su Majestad. Por favor, tómese su tiempo y disfrute”. Respondió Taraye.

“Sí, gracias”. Zenjirou dijo y se separó de Taraye.

Mientras caminaba lentamente y sin rumbo, Zenjirou preguntó a Lucrecia: “¿La familia Sharou no asiste a la fiesta de hoy?”

Animada por la idea de que Zenjirou confiara en ella, Lucrecia movió rápidamente su dorada cola lateral y contestó con prontitud, como si eso le diera puntos, “¡Sí! El padrino de hoy es Su Alteza el Príncipe Heredero Giuseppe, pero como en realidad sólo está prestando su nombre para que se pueda utilizar el palacio real, el verdadero padrino es el Marqués Pizzani. El marqués Pizzani está celebrando la fiesta de la noche como parte de los deberes de un noble de alto rango, pero como no es una persona demasiado celosa, parece que sólo hará una aparición hacia el final para extender algunos saludos.”

“Hmm, ya veo”. Zenjirou había recibido una amplia explicación al respecto, pero se sintió ligeramente decepcionado, ahora que se confirmaba de nuevo.

Tenía la esperanza de poder conocer a algunas personas más prominentes con el príncipe heredero Giuseppe como patrocinador nominal y el marqués Pizzani como patrocinador real. Con quien Zenjirou más quería ponerse en contacto ahora mismo era con el príncipe Vittore, el segundo hijo del príncipe heredero Giuseppe. Y, para llegar a él, se decidió por la marquesa Pizzani, nodriza del príncipe, y la princesa heredera Tosca, verdadera madre del príncipe Vittore, como objetivos secundarios. Por esta razón, al figurar como asistentes sus maridos, el príncipe heredero Giuseppe y el marqués Pizzani, albergaba expectativas hacia esta fiesta, pero al parecer fue un fracaso total. (Si aguanto un poco más, quizá pueda reunirme con el marqués Pizzani, pero ya me he reunido con él esta mañana. No tiene mucho valor reunirse con él dos veces en un día).

“Saludaré apropiadamente a dos o tres personas, y luego me retiraré por la noche. ¿Podría dejar la elección de las personas en tus manos, Lucrecia?” Zenjirou no tenía ninguna consideración profunda cuando dijo estas palabras, pero la reacción de la chica fue dramática.

“¡! ¡Sí! ¡Por favor, déjemelo a mí! ¡Le presentaré a Su Majestad personas que se adapten a su temperamento! ¿Qué tal el Conde Raymond para empezar? Tiene un carácter amable y es de la misma edad que Su Majestad Bruno, así que es una persona con muchos amigos de todas las edades”. Exclamó emocionada.

“Te lo dejaré a ti”. Zenjirou dijo con indiferencia.

“¡Sí! ¡Por aquí entonces!” respondió Lucrecia con entusiasmo.

Al final, fue Lucrecia la que más consiguió esta noche; ser escoltada por Zenjirou, y que se le confiara el privilegio de elegir a las personas a las que saludaba.

***

Lucrecia había sido asignada como cuidadora de Zenjirou, pero eso no significaba que su cuidado se extendiera a su dormitorio.

“Bien entonces, Su Majestad. Que tenga una buena noche”. Ella dijo.

“Tú también, Lucrecia. Siento haberte molestado hoy”. Zenjirou, que de alguna manera había conseguido llegar a salvo al final del día, se despidió de la chica de cabello rubio que le había estado siguiendo todo el tiempo, y se retiró a su dormitorio.

Las únicas presentes en la sala eran sus sirvientas de confianza del palacio, dirigidas por Inés.

Zenjirou soltó un fuerte suspiro: “Estoy agotado…”

Deshaciéndose de su atuendo de la noche, Zenjirou se desplomó en un sofá con sólo una camiseta y su ropa interior.

“Buen trabajo hoy, Zenjirou-sama” Inés colocó una taza de plata con agua fría delante de Zenjirou mientras las jóvenes sirvientas guardaban rápidamente la ropa de Zenjirou.

“Sí, gracias”. Al vaciar el agua de una sola vez, Zenjirou pareció recuperar algo de energía. Levantó sólo la cabeza de su tumbona y se dirigió a la doncella de mediana edad que estaba a su lado: “Inés”.

“Sí”.

“¿Cómo va la recopilación de información de los soldados y las sirvientas?” Preguntó Zenjirou.

Inés se acercó un paso más al sofá y dijo: “Como sólo ha pasado un día, la información no ha sido contrastada, pero por lo que he oído de Kate, nada ha contradicho lo que te dijo el príncipe Largo. Además, en lo que respecta a la ‘Facción de la Fusión’, no hemos conseguido reunir ninguna información al respecto desde que usted insistió en la importancia de la discreción. Sinceramente, es difícil decir si existe o no”.

“Ya veo…” Zenjirou respondió.

Como él esperaba, una información tan confidencial no podía reunirse en un día o dos. Como no había tiempo, Zenjirou estaba operando en la suposición de que la información del Príncipe Largo era correcta, pero al mismo tiempo había estado tratando de encontrar pruebas que apoyaran esa suposición. Llamarlo pruebas de apoyo sonaba grandioso, pero en realidad sólo estaban recogiendo los chismes que circulaban entre los soldados y las sirvientas. Había traído sólo a los caballeros y soldados de guardia, así como a un número mínimo de sirvientas. No tenía los medios para establecer una red de espionaje impecable. Además, había un límite de tiempo en este caso. La herramienta mágica que debía regalarse a los cuatro duques. Zenjirou había sido nombrado asesor para esta decisión, y tenía como máximo diez días para elaborar una respuesta que comunicar al príncipe heredero Giuseppe. Antes de eso tenía que decidir a quién creer, al Príncipe Heredero Giuseppe o al Príncipe Largo.

(Incluso con estimaciones optimistas, no es posible reunir toda la información para entonces. Al final eso significa que tendré que decidir sin tener toda la información a mano).

Normalmente a Zenjirou le dolía el estómago sólo de pensar en una responsabilidad tan pesada, pero esta vez eso no ocurrió. Dejando a un lado a Aura y a sí mismo, que era -aunque se resistiera a admitirlo-mucho más resuelta y capaz que él, Zenjirou no era tan desconsiderado como para permitirse sentir despreocupadamente un dolor de estómago cuando se trataba de un niño que ni siquiera podía caminar todavía.

“Lo que sabemos actualmente es que los nobles que frecuentan el ‘Palacio del Huevo Púrpura’ creen que es natural que el príncipe heredero Giuseppe sea entronizado como nuevo rey, la mayoría del pueblo no está seguro, pero piensa que el príncipe Vittore se convertirá en el próximo príncipe heredero, y que todo el mundo tiene la impresión de que el príncipe Largo, como oponente político del príncipe heredero Giuseppe, sigue aspirando a la corona mientras haya una oportunidad”. relató Inés.

Una vez que escuchó el resumen de Inés, Zenjirou pensó, (ya veo, ciertamente parece que ninguna de las informaciones contradice al Príncipe Largo).

“En ese caso, ¿Debo considerar que lo que ha dicho el príncipe Largo es un hecho después de todo? No, pero como ni siquiera el príncipe heredero Giuseppe ha mentido abiertamente, es posible que el príncipe Largo esté haciendo lo mismo. O más bien, la idea de que me revele todo a mí, un miembro de la realeza extranjero es demasiado extraña…” Zenjirou reflexionó.

Zenjirou entendía menos cuanto más pensaba en ello.

“Inés”.

“Sí”.

Sintiendo que no podía encontrar la salida de este laberinto mental por sí mismo, Zenjirou se dirigió a la sirvienta de mediana edad que había empezado a ser más una ayudante cercana que otra cosa.

“¿Ha habido algo del rey Bruno y del príncipe heredero Giuseppe?” Preguntó.

“De momento, nada”. respondió Inés.

“Hmm, eso también es muy poco natural, ¿No?” Zenjirou expresó sus pensamientos.

Era bastante inquietante que el rey Bruno y el príncipe heredero Giuseppe, que habían llegado a imponer una tarea urgente al príncipe Largo para evitar que se reuniera con Zenjirou, no hubieran dicho nada a pesar de que el encuentro entre ambos se había producido.

“¿No era en realidad un asunto tan importante para el príncipe heredero Giuseppe? ¿O la historia del Príncipe Largo es una mentira después de todo? De alguna manera hay demasiada gente intrigante en movimiento. Parece que acabaré haciendole el juego a alguien, sin importar la opción que elija”. Zenjirou refunfuñó.

En respuesta, Inés dijo suavemente: “Zenjirou-sama, permítame hacer un comentario impertinente”. Al recibir el permiso de Zenjirou, Inés continuó: “¿No son las ventajas y desventajas para usted y el Reino Capua lo que más importa, Zenjirou-sama? Con esa lógica, no habría ningún problema en que te dejaras manipular deliberadamente por alguien siempre y cuando hacerlo fuera beneficioso para ti, ¿Verdad?”

“…Ya veo”. Las palabras de Inés mostraron a Zenjirou lo estrecha que había sido su perspectiva.

Probablemente le había cegado la idea de que el príncipe heredero Giuseppe intentara utilizar a Carlos Zenkichi como herramienta política. Sus emociones se habían apoderado de él y Zenjirou ya había llegado a la conclusión de que, si era cierto, era absolutamente imperdonable. Considerándolo con calma, no había ninguna necesidad real de hacer sufrir al Príncipe Heredero Giuseppe una experiencia dolorosa mientras pudiera garantizar la seguridad de Carlos Zenkichi. Por supuesto, dado que tal “venganza” podía llevarse a cabo a través de la futura diplomacia, no había necesidad de abandonar completamente la línea de pensamiento, pero no era necesario conseguirlo a un gran coste personal. Este tipo de diplomacia de juego de poder no le convenía a Zenjirou de todos modos.

“Los asuntos importantes son garantizar la seguridad de Zenkichi y asegurarnos de que podemos llamar definitivamente a un profesional de la sanación para el bebé en el vientre de Aura. Aparte de estos dos objetivos, no tenemos que preocuparnos de nada más, ¿Eh?” afirmó Zenjirou.

Una vez restablecidos sus objetivos, su mente se aclaró. (Ignoraré a la gente que conspira en lugares que no están directamente relacionados conmigo). Si Zenjirou tratara de frustrar esos planes con sus escasas habilidades y fracasase, se convertiría en un terrible desastre.

“En ese caso, las cosas que debo saber son las relativas a la facción de la ‘Fusión Completa’, supongo. Por lo menos tengo que averiguar si realmente existe. En el mejor de los casos, podría confiar en las palabras del príncipe Largo en cuanto tenga pruebas de que el rey Bruno y el príncipe heredero Giuseppe forman parte de la facción de la ‘Fusión Completa’, pero…” Zenjirou supuso.

“’Facción de fusión completa’, ¿Dice? Ciertamente, la base distorsionada del sistema político del Reino Gemelo es que las dos familias sean iguales, por lo que no creo que sea extraño que la gente se plantee algo así.”. Comentó Inés.

(Dicho esto, asumiendo que el actual rey y el próximo pertenecen a esa facción, y que es inaceptable hacer pública esa verdad, la prueba no podría obtenerse a través de los medios normales), analizó Zenjirou.

“Sin embargo, aunque el rey actual y el próximo rey pertenecen a la

‘Facción de la Fusión Completa’, la ‘Facción de la Fusión Completa’ es un grupo minoritario. Eso no tiene sentido. Si creemos al Príncipe Largo, también hay miembros de la ‘Facción de la Fusión Completa’ entre la familia Gillbelle, ¿Verdad? Y, sin embargo, siguen siendo una minoría. Es extraño”. Zenjirou expresó sus dudas.

“Eso se debe a que no es una facción política que pueda ganar tracción en la situación actual. Si se mira la larga historia del Reino Gemelo, los reyes de la ‘Facción de la Fusión Completa’ podrían ser una minoría”. Inés dio su opinión.

Zenjirou dio una palmada y dijo: “Ah, ya veo. Supongo que es una ideología poco ortodoxa dada la larga historia. En ese caso, ahora que dos generaciones de reyes tienen la misma intención, significaría para la ‘Facción de la Fusión Completa’ que están dando la bienvenida a una época dorada después de pasar mucho tiempo en la oscuridad, supongo”.

Tras decir todo esto en voz alta, Zenjirou se dio cuenta de repente de que había una pista en sus propias palabras. El problema era que los reyes de la ‘Facción de la Fusión Completa’ nunca habían sido de dos generaciones sucesivas. Se trataba de qué tipo de posición adoptaría la “Tercera Generación”, que también sería la cara del movimiento.

“¿Qué hay del crucial Príncipe Francesco? ¿También es miembro de la ‘Facción de la Fusión Completa’?” preguntó Zenjirou.

“Me lo pregunto. Por supuesto que no puedo declararlo con absoluta certeza, pero si se observa la conducta de Su Alteza Francesco hasta ahora, yo consideraría que esa posibilidad es baja”. Inés contestó con un tono que contenía bastante convicción, a pesar del margen de maniobra de sus palabras.

“Oh, ya veo. Es cierto, ¿No? En primer lugar, fue el Príncipe Francesco quien creó la oportunidad para que me reuniera con el Príncipe Largo. Supongo que eso significa que el propio Príncipe Francesco no forma parte de la ‘Facción de Fusión Completa’. Dicho esto, el Príncipe Francesco es definitivamente la clave aquí…” Después de contemplar durante un rato, Zenjirou decidió algo, y miró a Inés con una expresión inusualmente aguda, afirmando: “Inés, me gustaría ponerme en contacto con el Príncipe Francesco de la forma más natural posible. ¿Conoces algún buen método para ello?”.

Al oír la petición de su amo, la hábil sirvienta inclinó ligeramente la cabeza hacia un lado y contestó con mucha facilidad: “¿No es mejor no hacer nada en ese caso?”.

“¿Eh?”.

Al ver que la cara afilada de Zenjirou se transformaba en una de desorientación en un instante, Inés explicó pacientemente: “No puedo creer que una persona como Su Alteza Francesco sea capaz de controlarse y no decir nada en una situación como ésta. A tenor de nuestra experiencia con él hasta ahora, ¿No es obvio que él mismo se pondrá en contacto con nosotros si esperamos un poco?”.

“Ah, eso es cierto. Pero, el tiempo es realmente limitado. Me gustaría ponerme en contacto con él lo antes posible”. Zenjirou contraatacó.

“¿Puede especificar con qué rapidez exactamente? Creo que Su Alteza Francesco podrá aguantar como mucho varios días”. preguntó Inés.

“Ah…”. Debido al consejo abrumadoramente persuasivo de Inés, Zenjirou cedió y dijo: “Supongo que vigilaré la situación durante dos o tres días entonces”, con voz decepcionada.