Durara! (NL)

Volumen 3

Capítulo 10: ¡Por Eso Estoy Aquí!

Parte 2

EDIFICIO DE APARTAMENTOS, SHINJUKU

— Ya veo…  Si ellos conocen a alguien tan poderoso y conectado como Celty, eso podría ser desastroso para la intrincada guerra que deseas.

Shingen sorbió su té a temperatura ambiente a través de una pajita clavada en un orificio de su máscara. La imagen no era nada más que un tipo de broma, pero su actitud era realmente sería cuando terminó de sorber su té.

— Tengo un consejo.

— ¿Oh?

— Si quieres simular una guerra aquí en Tokio para agitar la cabeza de Celty, o alma, entonces quizás en vez de involucrarla en la batalla de alguien más… ¿Qué tal si usaras su cuerpo como el punto principal, causando estragos en los alrededores?

La sugerencia era horrendamente cruel y calculadora. Izaya simplemente sonrió con la comisura de su boca y dijo.

— Ese es mi plan.

La reacción de Shingen a su proclamación estaba oculta de la vista por su máscara de gas. Un silencio escalofriante se posó sobre la gris habitación. Izaya decidió romperlo, ya que no le molestaba particularmente. Se lanzó a una explicación más detallada del incidente en que se involucró.

— De hecho, este evento es verdaderamente fascinante. Estas tres personas, tan cercanas entre ellas, cada uno tiene un terrible secreto, y… a través de la coincidencia y un solo acto de malicia, por supuesto de mí, ellos fueron informados del secreto de los otros en circunstancias casi ideales.  Por supuesto, hubiera sido verdaderamente monstruoso si hubiera ocurrido después que la batalla hubiera llegado a un punto de no retorno.

— La única cosa monstruosa aquí eres tú —Namie murmuró, pero Izaya pretendió no escuchar.

Mientras tanto, Shingen tomaba nota de lo que acaba de escuchar. Él anunció su opinión en su estilo habitual.

— Ya veo. Coincidencia maliciosa, superposición y saltando a más malentendidos… Es el tipo de cosas que suceden a menudo en este mundo, es difícil llamarlo ´coincidencia`. En vez de eso, podrías llamarlo naturaleza humana.

Como parte inesperada de esa cadena de coincidencias, se haya dado cuenta o no, Shingen murmuró una declaración final desde un punto de vista elevado.

Bueno, creo que debería irme ahora… pero recuerda una cosa, informante. — ¿Qué es?

— Las cadenas de coincidencias no solo ocurren en la dirección de la desgracia.

***

INTERIOR, FÀBRICA ABANDONADA

Con un gruñido, otro bufanda amarilla, o quizás él realmente era un ´Blue Squares`, colapsó junto a Masaomi.

Más de una docena de adolescentes ya estaban rodando por el suelo a sus pies, agarrándose los brazos, piernas o cabezas.

— ¡Oigan, es solo un tipo! ¡¿Por qué les está tomando tanto tiempo?!

En algún momento, Horada había salido de la silla para ponerse de pie. Él tenía el arma agarrada en su mano, pero estaba retrocediendo, tratando de poner distancia entre él y un Masaomi que avanzaba.

Él estaba seguro que cuando sus compañeros lo rodearan por completo, su victoria estaba instantáneamente asegurada. Pero ese momento había pasado, y Masaomi aún estaba de pie.

Naturalmente, él no estaba ileso. Pero todos los golpes realmente devastadores estaban viniendo de él, no al revés.

La orden de Horada envió a los impostores inútiles, que no tenían experiencia en peleas de grupo, hacia adelante en un intento de alejar su intimidación momentánea. En vez de atacar sus puntos ciegos en grupos de tres o cuatro, todos ellos entraban en banda como sardinas, balanceando tubos de metal y cosas por el estilo. Como era de esperar, la mayoría de ellos se interponían entre ellos, obstaculizando su habilidad de pelea.

Por otra parte, Masaomi no estaba balanceando su barreta alrededor como una maza, sino que la mantenía recta, golpeando costillas, clavículas y rodillas.

Sus ataques eran tan despiadados como eficientes. Era como si él estuviera tratando de atravesar el cuerpo de su oponente con cada golpe. Con cada golpe despiadado, todos ´Yellow Scarves` reconsideraban su propio ataque por un instante, dándole más tiempo para golpear con su barreta. Sin piedad, sin dudar.

¿Quién iba a ser el primero en lanzarse en un ataque que podía fácilmente dejarlos mutilados? Si alguien miraba a los ojos a Masaomi, ellos eran los siguientes en caer presa de la barreta. Los cuerpos heridos eran una pared mental y física que servía de aviso al resto.

Y si hubo algún error que Horada cometió, fue subestimar el poder de Masaomi.

Horada lo había etiquetado como un líder del tipo oportunista, pero no se dio cuenta que los ´Yellow Scarves` originalmente habían sido formados en base a la habilidad de pelea de Masaomi. Él había formado parte de varias peleas que lo hicieron enfrentarse a grupos más grandes completamente solo.

Pero naturalmente, el cuerpo de Masaomi estaba acumulando daño constante.  Había múltiples hilos de sangre saliendo de su frente. Sus movimientos se habían vuelto notablemente más lentos desde que un tubo de metal lo golpeó en las costillas, incluso él podría tener algunas de ellas rotas.

Pero Masaomi no se hundió.

No importa cuántos golpes recibiera, él continuaba su inexorable progreso hacia Horada.

Por otro lado, nadie se molestaba en interponerse en su camino para formar una barricada humana alrededor de su líder. Ellos solo permanecían alrededor mientras el mismo resultado sucedía una y otra vez. Cerca de la mitad de la concurrencia solo estaba mirando desde la distancia, sin hacer ningún esfuerzo por unirse a la refriega.

«Ustedes idiotas inútiles…».

Pero él tampoco podía simplemente correr y ser el primero en salir.

La posibilidad de la muerte cruzó de nuevo por la mente de Horada.

«Si se trata de eso…».

Él aferró su arma y consideró crear su segunda víctima. Si le disparase en este estado, el otro tipo seguramente moriría en ese momento, pero solo si se tratara de eso.

¿Debería ir al frente y dispararle ahora? Horada estaba perdiendo su habilidad de tomar decisiones racionales. Él agarró el arma, tragó saliva fuerte, y la situación tuvo un pequeño progreso.

— ¡Muere!

El fuerte golpe de uno de los chicos al conectar un tubo de metal con la cabeza de Masaomi, y él colapsó en el suelo.

¿Oh…? Jeh… ¡Jeh-ja-jaa! ¡No me asustes así, pequeña mierda! —Horada alardeó, relajando su agarre del arma y moviéndose más cerca de Masaomi que estaba tendido boca abajo.

Él levantó un pie, preparándose para pisotear a su víctima indefensa en el olvido. En un instante, Masaomi se levantó y balanceó su barreta hacia la cabeza de Horada.

— ¡Raaah!

Pero la fuerza se fue de las rodillas de Masaomi, y la punta de la barreta cayó solo una escueta pulgada mientras caía.

— ¡H-hyaaah!

Sin embargo, en este punto Horada estaba medio loco. Él saltó a un lado como un perro aterrorizado, apuntó con su arma a Masaomi mientras el chico se arrodillaba, y…

En vez de un disparo, hubo un clang de un metal afilado.

Un temblor corrió a través de la mano de Horada. El arma que él estaba sosteniendo voló por el aire y aterrizó en otro lugar dentro de la fábrica.

Incluso Masaomi no entendía que sucedía.

Uno de los hombres cerca de Horada movió un cuchillo, golpeando el arma fuera de sus manos con una rapidez inhumana.

El hombre con el cuchillo lentamente le dijo a un estupefacto Horada.

— Em, lo siento. Si lo matas, Madre se pondrá triste. Así que actué por mi cuenta. Sí. — ¡¿Qué?! ¿Qué crees que estas… haciendo… aaah?

Todos los chicos que vieron el rostro del hombre se hicieron atrás. El hombre sosteniendo el cuchillo tenía los ojos de un rojo absoluto, profundo, como si todo lo blanco estuviera inyectado en sangre.

El sostenedor del cuchillo miró la escena a su alrededor y dijo de nuevo con monotonía.

— Bueno… puedo decir. Lo siento. Puedo decir que Madre está muy cerca.

Al siguiente instante, hubo una increíble colisión en la entrada de la fábrica.

Todos los presentes se giraron para mirar en esa dirección y vieron la cerradura de la puerta estallar de forma limpia.

El candado cayó al suelo cortado hábilmente como un vegetal cortado por un cuchillo de cocina. La puerta se abrió de golpe… y Masaomi vio.

En la puerta estaba una chica con la misma katana que él había visto dos noches atrás.

Cuando ella lo vio a punto de ser aplastado por una pandilla, ella gritó.

— ¡Kida!

Y corrió hacia él.

— ¿Huh…?

« ¿Qué está haciendo aquí Anri?».

« ¿Por qué Anri tiene… una katana?».

El mundo de Masaomi se tambaleó peligrosamente.

Con el calor del momento, él no era muy capaz de poner junta la ecuación ´Anri es igual al acuchillador`, pero no podía negar la extrema confusión que sentía ante la extraña combinación de Anri y una katana antigua.

Y entonces apareció el último elemento de confusión rugiendo en la escena.

En el momento en que Anri llego justo en frente de Masaomi, un poderoso relincho resonó en las paredes de la fábrica.

« ¡La motociclista negra!».

¿Por qué apareció Anri?

¿Por qué ella tiene el mismo tipo de katana que tenía la chica dos noches atrás?

¿Por qué él escucharía el sonido de la motociclista negra en este momento?

Las preguntas no tenían fin, no había falta de confusión, y no había tiempo de pensar en nada.

Pero el problema más grande de todos, lo que opacó su resolución de arriesgarse a morir… fue la aparición de la motociclista negra, y  el chico sentado en el asiento trasero.

Era la persona con la que estaba menos preparado para enfrentar, pero con la que más ansiaba hablar.

— ¿Masao…mi…?

¿Mika…do…?

***

VEINTE MINUTOS ANTES, UN EDIFICIO DE APARTAMENTOS, IKEBUKURO

— ¿Huh…?

Un número de emociones volaron a través de la mente Anri cuando supo que Celty era una mujer. Pero antes que pudiera procesarlo para determinar su verdadero significado, se distrajo por un sonido desde la otra habitación.

Era la habitación que estaba más lejana en el apartamento, no en la que ella había dormido.

— ¿Oh? ¿Él ya está despierto…? Los tranquilizantes que le di eran bastantes fuertes —dijo Shinra con morbo. Anri se centró en la habitación lejana, curiosa por la fuente del sonido.

La puerta lentamente se abrió para revelar el rostro del hombre.

— ¿Oye, donde están mis anteojos de sol?

Era un hombre rubio vistiendo una camisa.

— Hola. Tu hermano recién estaba en televisión. ¿Protagonizando una película? Felicidades.

— Oh, ¿Kasuka? Sí, creo que recuerdo que lo mencionó.

Anri sintió que se le aceleraba el pulso al escuchar su charla mundana. Las voces malditas que brotaban desde su interior estaban cultivando una alegría mucho más poderosa que cualquiera que ella hubiera escuchado.

La comprensión y la memoria llegaron rápidamente a ella.

Casi dos semanas antes, cuando conoció por primera vez a Celty, este hombre había aplastado completamente a uno de los ´nietos` de Saika.

Shinra estaba completamente ajeno a la petrificación de Anri. Con sorpresa en su voz, él le preguntó al hombre.

— Escucha, Shizuo… Te dispararon en la pierna y en un costado, y sufriste un daño tremendo. ¿Cómo es que ya estas parado y caminando?

El tono del doctor sugería que el otro hombre estaba violando todo lo que sabía sobre la vida. Shizuo Heiwajima solo levanto sus cejas un poco.

— ¿Por qué…? Porque puedo pararme y caminar, obviamente —dijo inútilmente.

En su interior, las voces malditas de Anri se mezclaron y agitaron aún más fuerte. Ella empujó las voces en el mundo dentro del cuadro y le habló al hombre que una vez la salvó del acuchillador.

— Em… Shizuo… ¿Por qué estas… aquí?

— ¿Huh…? Uhh… mierda. ¿Quién eres tú?

Shizuo no la reconoció. Él comenzó a reflexionar sobre eso en serio. Mientras tanto, Shinra le explicaba lo que había sucedido mientras ella estaba dormía.

— Oh, él, le dispararon ayer. Recibió balazos en la pierna y las costillas, y mientras él estaba en el suelo, el que disparó huyó. Que torpe más torpe, ¿no es cierto?

— ¿Quieres morir…?

— Lo siento mucho, con todo mi ser.

Con una sola mirada de Shizuo, Shinra estaba de rodillas.

Claramente Shizuo se había dado por vencido en recordar a Anri.

— Al principio pensé que me había resbalado y caído por la lluvia… luego noté toda la sangre saliendo de mi costado y mi pierna. Ahí es cuando me di cuenta que me debían haberme disparado, estaba a punto de asesinarlos a todos… pero todos ellos ya había huido. Luego, Tom dijo cosas escalofriantes sobre morir por envenenamiento por plomo si no veía a un doctor…

— ¿Lo que hizo que escogieras a un doctor del mercado negro como yo? Perdí un par de buenos escarpelos tratando de extraer las balas.

— ¿Quién quiere pasar por todo ese cuestionamiento policial sobre las heridas de balas? Supuse que a la larga sería más barato contigo —Shizuo respondió simplemente.

Shinra suspiró y preguntó.

— De todos modos, ¿Cuál es tu plan después de esto?

— ¿No es obvio? —respondió él, su rostro sugería que solo podía haber una respuesta.

Él no tenía idea cuán cruel esa respuesta resultaría para Anri.

— Voy a encontrar a los tipos que me dispararon, y a ese idiota de Masaomi Kida que les dio la orden, y asesinarlos a todos ellos.

***

EL PRESENTE, FÀBRICA ABANDONADA

Y entonces Anri estaba aquí.

Ella conocía la fuerza de Shizuo. Dado que él fácilmente podía asesinar a Masaomi, ella consideró más inteligente ayudar a escapar a Masaomi que tratar de convencer a Shizuo de no matarlo. Shizuo y Shinra habían estado hablando de algo, pero ella no los escuchó, estaba demasiado ocupada enviándole un mensaje a uno de sus ´hijos` en los ´Yellow Scarves`.

Así fue como ella supo que los ´Yellow Scarves` estaban reunidos en la fábrica abandonada. Ella se libró de Shinra cuando trató de detenerla y corrió hasta el lugar.

Pero el mensaje no contenía ninguna pieza crucial de información.

Que había una revolución dentro de los ´Yellow Scarves` y que Masaomi ya estaba exiliado del grupo.

— ¡Kida!

Anri se expuso para que todos la vieran, con valentía bloqueó el camino y protegió a Masaomi, cuando…

— ¡¡Masaomi!! ¡¿Sonohara?!

Era Mikado, sentado detrás de Celty. Él vio el estado de la fábrica desde detrás de la motocicleta y los llamó en estado de shock.

No se le podía culpar. Una estaba blandiendo un arma mortal, y el otro estaba golpeado y sangrando.

Él había gritado sus nombres porque su emoción precedió a su comprensión.

Mikado saltó de la motocicleta y corrió hacia el sangrante, y en rodillas Masaomi.

Celty, también, miró la escena con una emoción conflictiva.

« ¿Qué es esto? ¿Qué esta… sucediendo aquí?».

En el teléfono, Shinra había dicho.

— Anri recibió un mensaje y acaba de salir corriendo por la puerta. Estoy tratando de perseguirla, pero… creo que ella se dirige a la fábrica abandonada, pero no puedo… respirar… ¡Por dios, ella es rápida! ¡Anri! ¡Muy! ¡Rápida!

Así que había llevado a Mikado con ella en la motocicleta directo a la fábrica.

Mientras conducía, ella le mostró la agenda electrónica a Mikado con un mensaje que decía.

— ¿Estás preparado para lo que viene, sin importar cuán horrible sea la vista?

Celty había imaginado al chico Masaomi liderando a los ´Yellow Scarves` en una batalla contra Anri y su katana.

«Eso fue lo que supuse que pasaría… Así que, ¿qué está sucediendo aquí exactamente?».

Por alguna razón, el chico que era la cabeza de los ´Yellow Scarves` estaba siendo asaltado por sus compañeros de amarillo.

— Tienes razón… Esta es una visión horrible… —Mikado murmuró cuando vio a Masaomi.

¿Por qué Masaomi estaba siendo atacado en grupo por los ´Yellow Scarves`? ¿Por qué Anri estaba aquí y por qué ella tenía una katana consigo? Había muchas preguntas.

Y los otros dos debían tener sus propias preguntas.

´Yellow Scarves`, ´Dollars`, acuchillador.

Tres símbolos flotaban en tres cabezas, pero todos desaparecieron en el momento en que ellos vieron el rostro del otro.

Toda la información que cada uno había ganado…

Todas las dudas que ellos habían sentido de los otros…

Todo ello confirmado como insignificante con todo su corazón.

En el momento, cada uno pensó y actuó si preocuparse, excepto por la seguridad del otro.

La confusión se mantuvo tanto para Horada como para el trio.

— Ahí estas, motociclista negro… Mierda… ¡Lo que sea que esté sucediendo, vayan, chicos! ¡Golpéenlos hasta hacerlos polvo! ¡Y tomen al chico sin armas como rehén! —él gritó, justo antes que una voz surgiera de la multitud.

— ¡Ahora! ¡cambiar a traidor!

— ¿Huh…?

Horada miró a su alrededor, sin saber que se suponía que significaba el grito.

Él vio algo que no podía creer.

«Oye… ¿Qué está sucediendo…?»

« ¿Qué demonios está sucediendo aquí?»

La garganta seca de Horada tragó saliva. Se suponía que ellos debían capturar a los chicos para inmovilizar al motociclista negro y a la chica de la katana, entonces rodearlos y eliminarlos. Esa era la imagen que él tenía en su cabeza.

Pero él nunca pudo haber imaginado lo que en verdad estaba viendo.

Los ´Yellow Scarves` se estaban atacando los unos a los otros. Los que estaban yendo por los intrusos fueron golpeados por otros miembros de los lados, y aquellos que fueron por esos atacantes sufrieron patadas voladoras de ellos mismos.

Donde sea que miraba en la fábrica, eventos similares estaban sucediendo. Más y más ´Yellow Scarves` estaban golpeados contra el suelo.

En particular, un hombre estaba aplastando ´Yellow Scarves` a un ritmo espantoso, un hombre de pelo negro y una bufanda amarilla. Cuando sus ojos se encontraron con los del estupefacto Horada, se quitó la bufanda para revelar…

— Yo.

— ¡K…K…Kadota! ¡Tu… tu hijo de puta!

— Supuse que eras tú. Cuando Izumii y ellos fueron encarcelados, tú fuiste el único que huyó, y también saliste sin ningún cargo… Y aquí estas, actuando como el gran hombre. Estoy sorprendido. Sabes, si es así de fácil infiltrarse, disfrazado solo con un trozo de tela, quizás no sea lo mejor del mundo aumentar tus camaradas, ¿no es así? —Kadota murmuró con una sonrisa. Se giró a Masaomi—. ¿Eso fue terrorífico, no es así? Pensamos que te iban a disparar… pero supongo que el acuchillador te salvó el trasero, por alguna razón… Lo siento, hombre. No podíamos actuar antes de ver que el arma estuviera fuera de la vista.

Aun sin saber que estaba sucediendo, Masaomi usó la barreta como muleta para ponerse de pie. Él le preguntó al hombre mayor.

— ¿Kado…ta? ¿Qué-que es esto…?

— Cuando dijiste el nombre Horada, sabía que sonaba familiar… Así que lo busqué y descubrí que estaba sucediendo. Conseguimos una treintena de ´Dollars` junto con algunos trozos aleatorios de tela amarilla y nos infiltramos. Deje a Yumasaki y Karisawa atrás, ya que ellos destacarían.

Kadota hizo una pausa para noquear a otro bufanda amarilla ´enemigo`. Él lo hacía sonar fácil, pero reunir a treinta personas para infiltrarse en medio del enemigo no era una tarea sencilla. Masaomi miró al hombre que una vez salvó a Saki, un hombre con un universal e innegable carisma, a diferencia de Horada. Lo único que él podía registrar en ese momento eran el impacto y la gratitud.

El grupo que Kadota juntó se reconocía mutuamente. Pero del lado de los ´Yellow Scarves` de Horada, ellos no sabían quién era amigo y quien era enemigo, particularmente en medio de una batalla tan caótica.

— D-demonios… ¡¿Qué está pasando aquí?! Mi arma… ¡¿Dónde está?! —Horada chilló, buscando el arma que le habían quitado de su mano antes; la derrota ahora era casi segura, y su prioridad principal era la supervivencia.

Pero no había ningún trozo negro de metal para ser encontrado en el suelo.

— Oye —una voz vino de su espalda—. ¿Años atrás… tú estabas… con Izumii?

Él sintió su corazón aplastado. El cuerpo de Horada y su respiración se quedaron completamente inmóviles. Lo único que se movía era la corriente de sudor frio.

— ¿El que le rompió la pierna a Saki? ¿Fuiste tú?

— N-no, No fui… —Horada tartamudeó, sus dientes castañeaban, mientras imaginaba la figura del chico parada detrás de él.

El chico más pequeño, levantando la barreta de metal, ensangrentado hasta el diablo y sin piedad.

— ¿Quién hizo llorar a Saki? ¿Fuiste tú?

— ¡Demoniooooos!

Horada sacó un pequeño cuchillo de su bolsillo y se dio la vuelta, empujándolo con todas sus fuerzas. Pero el puño de Masaomi, envuelto en una bandana amarilla, se estrelló contra su rostro.

— En realidad… debería haber roto tu cráneo con esta palanca —murmuró Masaomi, mientras miraba al retorcido Horada. Él podía sentir dos figuras mirándolo nerviosamente desde atrás—. Pero Mikado y Anri no pertenecen a este mundo —Masaomi mantuvo su rostro oculto de ellos—. Ellos no necesitan ver un cuerpo sin vida. Así que cambié de idea —murmuró.

Pero desde el fondo, él estaba repentinamente poseído por una urgencia de ver sus rostros.

Solo podía ser una charla, no había necesidad de hablar de los ´Dollars` o ´Yellow Scarves`. Él solo quería hablar con ellos…

Fue cuando vio a algunos de los esbirros de Horada arrastrándolo fuera del peligro.

— No, espera…

Él dio un paso adelante para ir detrás de ellos. Pero con toda la tensión y los nervios fuera, el cuerpo de Masaomi había alcanzado su límite, y colapsó en el suelo.

***

— ¡Masaomi! ¡Masaomi! ¡Resiste Masaomi! — ¡Kida!

Los sonidos se ampliaron varias veces, golpeando su cerebro.

A través de su confusión mental, Masaomi podía ver a un Mikado lloroso meciéndolo y a Anri inclinándose con una mirada similar de preocupación.

La vista de sus rostros uno junto al otro expulsó todo pensamiento de los ´Dollars` o el acuchillador de la mente de Masaomi. Todo lo que él podía pensar era cuán parecidas sus expresiones eran.

«Demonios. ¿Por qué ellos lucen como una buena pareja?».

Masaomi puso una sonrisa irónica y valiente mientras apretaba los dientes por el terrible dolor que abrumaba su cuerpo.

«Entonces, ¿quién se adapta a mi…? Supongo que es obvio. Ya sea que calcemos el uno con el otro o no, no importa».

— Si me van a llevar al hospital… ¿puedo pedirles un favor? —él preguntó en su harapiento estado. Mikado y Anri miraron encantados solo de saber que aún estaba vivo.

«Están igual de felices como si fueran ellos los que tuvieran que pasar por esto, no yo».

— Llévenme al Hospital General Raira.

«Supongo que era el único que desconfiaba de los otros dos».

— Hay una chica esperándome ahí. Por favor.

Apenas podía mantener sus pensamientos y palabras alineados, pero podía escuchar a Kadota murmurar exasperadamente.

— Sheesh. Le dije que no corriera, pero no lo dije tan en serio. Tienes que saber equilibrarlo hombre  —su tono era brusco, pero había respeto por Masaomi en sus ojos—.No te preocupes, te llevaremos al Hospital General Raira pronto —Kadota dijo firmemente, el último sonido que Masaomi escuchó antes de perder la consciencia.

***

FUERA DE LA FÀBRICA ABANDONADA

Horada se subió a un auto viejo con su pandilla, dio un golpe a la puerta, y apretó el pedal. Los neumáticos chirriaron un poco, pero después de unos pocos segundos, el vehículo estaba andando.

— ¡Ah! ¡Espera Horada, no veo a Higa!

— ¡Que se joda!

Horada sacó el auto, sin importarle que su compañero se hubiera quedado atrás en la fábrica. Él pudo ver el abandonado edificio haciéndose pequeño a través del espejo retrovisor. Pero cuando una motocicleta negra emergió desde los alrededores, el auto eructó de pánico.

— ¡Oh mi-mi-mierda! ¡El motociclista negro nos está persiguiendo!

— ¡Cállate! —Horada chilló, apretando el acelerador tanto como pudo—. Vamos, diablos…. ¡Vamos, vamos, vamos! ¡¿Qué diablos está sucediendo?!

— ¡¿Qué vamos a hacer Horada?!

— ¡Solo huye! ¡La policía aún no ha llegado! ¡Mientras nos alejemos hasta que las cosas se calmen, e Izumii salga de la cárcel, aún podemos cambiar las cosas!

La calle de la fábrica estaba vacía, y por suerte para ellos, no había automóviles que se acercaran. Lo que significaba que podían usar el espacio para acelerar y poner distancia entre ellos y la motociclista negra.

— ¡Ah! ¡H-Horada, al frente! —chilló el hombre sentado en el asiento trasero. — ¡¿Qué?! —él miró hacia adelante.

Un hombre familiar estaba parado más adelante, apoyándose en una señal de tráfico y mirándolos a ellos.

— ¡Es él! ¡El traje de camarero… Shizuo! ¡Shizuo Heiwajima! — ¡¿Qué?! ¡¿aún está vivo?!

Shizuo no estaba muerto.

Cuando esta verdad se hundió en la consciencia de Horada, no sintió alivio de no ser un asesino del todo, pero si un instantáneo y absoluto miedo que se cernía directamente en frente.

Él ahora no tenía un arma. Incluso si la tuviera, había poca confianza que pudiera ganar.

— ¿Huh? Espera, ¿por qué hay una señal de tráfico ahí? —el hombre en el asiento trasero se preguntó.

En ese preciso momento, justo adelante y a un lado de la ruta, Shizuo levantó la señal de tráfico que de hecho había estado levantando todo el tiempo.

— ¿Huh? —dijeron todos los ocupantes del vehículo en perfecta armonía.

Shizuo reconoció al hombre dentro del automóvil con las vendas en su cabeza. Una vena sobresalió en su rostro, y una violenta sonrisa apareció en sus labios.

Al siguiente momento, fueron recibidos por la imagen de una señal de tráfico siendo balanceada horizontalmente hacia ellos como un bate de baseball.

Un sonido indescriptible y demoledor resonó a través de la solitaria calle residencial.

— ¡¿Ugwooaaaahh?!

Todos en el automóvil gritaron y retrocedieron, pero no sufrieron nada más que el impacto contra el auto y la lluvia de los vidrios rotos encima de su cabeza.

«¡¿?!».

Horada levantó la vista, inseguro de lo que había sucedido. Todo lo que vio fue el resto del camino que se extendía por delante de ellos, lo mismo que un segundo atrás.

« ¿Dónde está Shiz… huh?».

Ellos buscaron el espejo retrovisor para captar algún signo de él, y solo entonces se dieron cuenta lo que le había sucedido al automóvil.

La sorprendente brisa fresca. La ausencia del espejo retrovisor.

Estas cosas tenían perfecto sentido ahora. Después de todo, el techo del automóvil estaba totalmente fuera.

Solo quedaban algunos restos de los marcos de las ventanas y la mitad inferior de todos los vidrios.

Ahora que estaban conduciendo el convertible más feo del mundo, todos los chicos se dieron cuenta que sus cabezas pudieron haber salido volando fácilmente por el impacto, y temblaron por un terror retrasado.

Ellos se habían convertido en un enemigo de Shizuo Heiwajima.

Y este pasado, un pasado que Horada había iniciado solo un día antes…

… no los dejaría escapar.

— ¡No… tan… raaaapido! —llegó un gruñido desde muy lejos detrás de ellos.

Un violento impacto sacudió el chasis del automóvil al mismo tiempo que el grupo escuchó el bramido.

La naturaleza del impacto desde atrás fue de hecho muy simple. Entre el conductor y los asientos de pasajeros, una señal de NO PASAR se atascó en el piso del automóvil.

Desde ese punto en adelante, sus recuerdos se volvieron temporalmente borrosos.

Lo siguiente que supo Horada, es que estaba conduciendo a través a olas de automóviles a una velocidad cegadora, gritando todo el tiempo.

— ¡Aaaaaaaahhh! Aaaaaa… Aa… Aaaa… Aaah! ¡Aaaaahh!

El recién transformado convertible corría hacia adelante y más adelante en la concurrida calle, ignorando las bocinas a su alrededor.

« ¿Q-Que? ¿Cuándo llegue aquí?».

Horada recuperó su sensatez, pero aun no era capaz de procesar la situación. Él zigzagueó a través de los vehículos delante de él, ignorando las luces, e hizo todo lo que pudo para escapar del miedo que sentía que se acercaba sigilosamente por detrás.

¿Cuánto tiempo habían estado huyendo?

Repentinamente, Horada escuchó el sonido de un motor. No un motor de un automóvil, sino el particular sonido que viene de los vehículos de dos ruedas.

« ¡Hyaaaaaaaa!».

Con su cabeza llena de la visión del motociclista negro, Horada giró el automóvil justo en la dirección del sonido del motor de la motocicleta, esperando impactar al vehículo menor en medio de su pánico.

Pero Horada estaba olvidando un detalle.

El sonido del motociclista negro era diferente al de las motocicletas normales.

Y la motocicleta sobre la que el automóvil de Horada se estaba yendo encima a una alta velocidad, era una muy particular.

Muy por detrás de él, Celty tembló y puso sus manos juntas para decir una pequeña plegaria por el automóvil de Horada. Silenciosamente condujo lejos de la calle principal para asegurarse de no quedar atrapada en lo que estaba a punto de suceder.

Había que sentir pena por el grupo de Horada. Ellos cometieron el error de meterse en una pelea con la policía motorizada.

— ¿Tratando de hostigar a un policía de tráfico incluso antes que pueda darles una advertencia? Ustedes tienen agallas.

— ¿Eh, wheh?

El policía en motocicleta esquivó hábilmente el horrible intento de embestida del descapotable. Los ojos del oficial brillaron debajo de su casco mientras aprovechaba de sacar algo personal desde su pecho.

— No se metan con los policías de tráfico, ustedes pequeños mocosos.

Ese fue el mayor terror que el grupo de Horada experimentó en el día.

Finalmente, su ataque de pánico terminó con arrestos, por el cargo de chocar y correr con una señal de tráfico.

Los jóvenes declararon que su automóvil fue cortado por el letrero, pero la policía determinó que solo era la confusión después de la colisión. Cuando la ubicación original de la señal de tráfico fue examinada, no coincidía  para nada con el estado esperado de una colisión de automóviles, pero ciertamente ellos no iban a aceptar que el daño había sido causado por las manos desnudas de un solo ser humano.

Quizás la policía pensó en Shizuo Heiwajima cuando ellos escucharon la historia. Pero dado que encontraron un largo prontuario de Horada y los otros, finalmente decidieron que no valía la pena arrestar a Shizuo.

De cualquier forma, Horada y su pandilla terminaron tras las rejas por un tiempo, mientras los ´Yellow Scarves` se redujeron dramáticamente después de ese día. Una paz temporal se asentó sobre Ikebukuro.

Lo único que molestó a la policía era que el arma que Horada era sospechoso de usar nunca apareció.