Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 1

Capitulo 9: El Cumpleaños Del Ángel

Parte 2

 

 

Independientemente de sus pensamientos sobre ella, Chitose era popular entre los chicos. En cuanto a su personalidad, era animada y bondadosa, y hablaba con todos sin dar favoritismo, por lo que su popularidad es distinta a la de Mahiru. Tenía buenas relaciones con los chicos y chicas por igual. Ella realmente era la personificación de esa clase de personas que vivirían la vida como una fiesta.

Aparentemente se unió al club de atletismo en la escuela media, su firme constitución y sus tonificadas piernas no fueron algo que dañara su popularidad. Es un hecho que sus piernas eran preciosas, tanto que Itsuki dio advertencias a los demás chicos que se enfadaría mucho si las miraban demasiado.


“Ah, cierto, cierto”, dijo Chitose. “Alguna cosa para una chica linda, veamos…”

Era claro que hubo momentos en que se ponía demasiado amigable, pero Amane no negaría la lindura de Chitose. Podía comprender en porque a otros chicos de la escuela les gustara.

“… Sabes”, agregó Chitose, “Esa actitud sombría tuya hará a esa persona tener una impresión equivocada”

“Wow, gracias por la preocupación” contesto Amane.

“Cierto, cierto. Así que le estás dando algo a una chica, ¿verdad? Está bien,

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¿Qué clase de chica es ella?”

La pregunta de Chitose no le permitió mucho espacio de movimiento, pero Amane sabía que, si no era cuidados con sus dichos esta vez, ella no le perdonaría la vida, así que escogió sus palabras con cuidado.

“Ella es una conocida, y relativamente es una adolescente. Más allá de eso, pongo en acción mi derecho de permanecer en silencio”

“Uh… si no me hablas de su personalidad o de sus gustos, ni siquiera a mí se le ocurriría algo, sabes”

“¿No puedes mencionarme cosas que quisieras de regalo? Y entonces escogeré uno entre ellas”

“Comprendo; no quieres hablarme sobre ella. Está bien, lo haremos a tu modo”

Chitose tenía razón, pero si le contara un poco más, sabría que Amane tendría cercanía con una chica de su edad, y lo más probable que desde allí la conversación se desviaría hacia una dirección rara y llena de incomodidad. Si en realidad tuviera un desliz, incluso Chitose podría descubrir que estaba hablando de Mahiru.

Amane quería evadir aquello en la mayor medida posible, así que se decidió en contar demasiado al menos que se mire necesario. Chitose también parecía comprender que no revelaría demasiado, y para su fortuna, tuvo la amabilidad de ceder a sus preguntas.

“Hmm, veamos… No sé qué clase de relación tengan, pero si es una conocida con quien hablas frecuentemente, asumiría que ella sería feliz al recibir algo de una persona que es tan cercana como tú y yo. En ese caso, por lo general un artículo que sea consumible o diario que no sea tan costoso servirá”

“Itsuki me fue con lo mismo”, dijo Amane.

“Es obvio. Comprende los pensamientos de una chica. Ahora, si vas en busca de un regalo de ocasión, algún dulce, pañuelo o un pequeño artículo servirá. Si ella recibiera un accesorio costoso de tu parte, Amane, lo vería como ¿me estas sobornando o algo así?”

“Sin embargo, creo que no conseguiría nada al sobornarte”

Después de lanzar una mirada insinuando una recompensa a Amane por su ayuda, Chitose le sonrió y contesto: “Bueno, en esas circunstancias tienes razón. De todas maneras, las cosas pequeñas son apuestas segura”

“…Entiendo”

“Te escuchas un poco insatisfecho” Chitose ladeo su cabeza.

“No es que me sienta insatisfecho, pero…” Amane se frenó. En realidad, no tenía la seguridad de si Mahiru apreciaría su regalo. Probablemente tendría gustos definidos, y parecía la clase de persona que escogería cosas que combinaran calidad y utilidad. Amane no confió en que su regalo estuviera a la altura.

Chitose pudo sentir ligeras dudas del comportamiento de Amane, y ella murmuro brevemente para sí misma. “… Veamos… Otra alternativa puede ser… ¿algo lindo?”

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“… Por ejemplo, ¿?”

“Depende de sus gustos. Por ejemplo, un peluche de algún animal o un llavero con un personaje adorable. Creo que le regalas algo en esa línea servirá”

Amane parpadeó nuevamente al escuchar esa sorpresiva sugerencia, y Chitose le sonrió sabiamente. “La mayoría de las chicas disfrutan de las cosas lindas, lo captas. Incluso existen personas que coleccionan peluches después de la pubertad, y por lo general varias chicas lo hacen, ¿verdad?”

“… Un animal de peluche, ¿Eh…?” Amane no conocía si Mahiru tenía algún interés en lo femenino, pero siempre llevaba ropas con lindos volantes y adornos, así que probablemente no detesta las cosas lindas y los peluches.

Amane ciertamente se imaginó la felicidad de Mahiru al recibir un peluche.

“Oh, ¿capto tu interés?” Chitose le sonrió. Aparentemente, ella percibió los cambios mínimos sobre Amane. Y le asintió con su cabeza, aunque no estaba segura de eso, y expulso un pequeño suspiro.

“… Pero en que compre un peluche se miraría raro”, admitió Amane.

“Es un regalo; no lo compras para ti. ¿Cuál es el problema de eso?” Chitose preguntó.

“Quiero decir, un sujeto con mi edad, ¿llevando un peluche a la caja registradora…?”

“Eres patético, ¿lo sabias?”

“Mm-hmm.”

No podía negarlo, pero a Amane le dolía escucharlo. Debería tener la capacidad de sobreponerse a ese problema, pero incluso en entrar a una tienda de peluches le parecía vergonzoso.

Para su fortuna, Chitose estuvo aquí hoy. Amane pensó en podría convencerla de que le acompañara a una tienda de camino a casa. En realidad, eso no era tan descabellado, pero…

“… Chitose, acompáñame”, dijo Amane.

“¿Qué quiere decir?”

“… Por favor, acompáñame a mis compras”

“Hmm, me pregunto si puedo…” Esta era la manera de Chitose para molestarlo. Claro, en realidad ella no rechazaría su petición, pero no hubo dudas de su actuación para burlarse de Amane como para que se obligara a pedir su ayuda.

“Por favor, te lo pido. Necesito de tu ayuda”, Amane le suplico.

“Mmm, supongo que podría ir… Por otro lado, Amane, me dieron ánimos de comer algo dulce. Y la tienda de crepes frente a la estación tiene un producto de tiempo limitado súper delicioso…”

“… Por favor, permítame invitarte”

“¡Yay!”

Amane se quedó asombrado ante la inteligente manipulación por parte de Chitose, pero se dio cuenta de que eso fue un pequeño precio por su ayuda.

Era más conveniente la paga de una crepe que ir a una tienda de peluches por su cuenta. Amane soltó un intenso suspiro mientras que mira a Chitose, que le sonreía, luego mentalmente hizo un cálculo de su presupuesto según lo que había en su billetera.

Después de sus consultas a Itsuki y Chitose, Amane por fin se había decidido por su regalo para el cumpleaños de Mahiru. Al mirar la espalda de la chica en cuestión, una expresión llena de nerviosismo apareció en la cara de Amane.

La compensación consistía en una crepe de la tienda en frente de la estación, el tiempo invernal de doble fruto de edición limitada para ser precisos, Amane también le solicito otras cosas. Eso y que el regalo estuviera en una bolsa. El problema en cuestión era que Amane no estaba seguro de cuando entregárselo a Mahiru.

La cumpleañera estuvo preparando la cena como era habitual, sin cambio alguno en su actitud.

Amane no sabía en qué consistía su menú, pero tuvo aires de que sería comida japonesa y en realidad no parecía ser nada destacable. Se miró en calma mientras hacia la preparación.

Mahiru no hizo ninguna insinuación de hoy fuera un día distinto a lo normal. Ella actuó con tanta normalidad que Amane se preguntó si acaso lo recordaba.

A lo que Mahiru comenzó a colocar la mesa, Amane no pudo evitar mirar esa cara inalterable. Los dos comieron una cena notoriamente típica y conversaron con normalidad. A pesar de todo, Amane continuo inseguro de cuando entregar su regalo. Teniendo su ceño fruncido, miró hacia detrás del sofá que era en donde la bolsa estaba oculta.

Se decidió a esperar hasta la limpieza después de la cena y a lo que llegaran a la sala de estar, en cuanto pudiera sentarse con Mahiru en su sofá de dos plazas. Ella tuvo libros para leer después de su comida, así que se miró como un buen momento para hacerlo.

Fiel a su apodo, el ángel era igual de hermoso en su lectura.

Sin saber por qué, Amane dudó ligeramente en sentarse a su lado, pero incluso si vacilara, no habría manera de evitarlo, así que tomo la bolsa de papel desde su escondite y se sentó a un costado de Mahiru.

Inmediatamente, la chica levanto su cabeza. No hubo claridad de si fue por notar la presencia de Amane o del ruido de la bolsa de papel. En todo caso, sus ojos acaramelados se centraron en Amane antes de rotar hacia lo que sostenía.

Mahiru parecía confundida, como si aún no recordara que era su cumpleaños.

“Toma. Esto es para ti” Amane colocó la bolsa sobre las piernas de Mahiru, y la expresión de la chica se miró aún más desconcertada.

“¿Qué es esto?”, Preguntó.

“Es tu cumpleaños, ¿verdad?”

“Eso es verdad… pero espera, ¿cómo lo supiste? No recuerdo haberlo dicho”. Mahiru repentinamente paso a ser vigilante.

“¿Recuerdas cuando se te olvido tu identificación de escolar en mi apartamento?” Amane le recordó.

Pareció comprender, y su expresión regreso a la normalidad. “En realidad desearía en que no te molestaras en estas cosas. No… Celebro mi cumpleaños.”

Amane estuvo seguro de escuchar rechazo proveniente de su helada voz. La mirada en sus ojos le decía que incluso la palabra cumpleaños fue algo que quería evitar.

Ya veo, eso pensó. Así que la razón de su actitud tan normal, a pesar de ser su cumpleaños, no era porque se le olvido… Ella lo ignoro a propósito. Tiene que tener problemas con respecto a eso.

Amane pensó que, si no fuera el caso, Mahiru no habría hablado en ese tono.

“Está bien, entonces, nómbralo como un gesto por todo lo que has hecho por mí. Solamente quería darte algo para compensarte”

Evadiendo cualquier mención del cumpleaños de Mahiru, Amane presiono, dando a entender que esto era una compensación por sus atenciones diarias. Ella le cocina comidas deliciosas y en ocasiones le ayuda con su limpieza. Al fin y al cabo, Mahiru cuida mucho de Amane. Él quería pagar aquella deuda de cualquier manera posible.

Amane entrego su regalo a Mahiru, pero ella lo aparto. En primera, se miró confundida, y luego frunció el ceño ante la determinación de Amane. Al final, acepto la bolsa de regalo.

“… Bueno, ¿puedo abrirlo?” Mahiru preguntó.

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“Sí” dijo Amane.

Mahiru asintió, y tomo con cuidado la caja que había en la bolsa de papel, luego desato la cinta y retiro el envoltorio.

En cuanto Mahiru abría su regalo, un algo hizo sentir nervioso a Amane.

En las profundidades de la caja se encontró la crema de manos que Itsuki había sugerido. Estando dentro de una espaciosa caja junto a unos dulces. Aparentemente, se trató de una clase de set. No era del tipo de crema para manos con un hedor agradable, ni era tan elegante. En su lugar, resulto de la clase sin olor que prioriza la suavidad de la piel. De aquella forma, no causaría complicaciones a la hora de las tareas domésticas. Siendo de la clase anunciada hidratante. Amane se había asegurado de chequear los comentarios del producto por internet, por lo que tenía seguridad de su eficacia.

“Sí, lo siento, no es nada demasiado sorprendente. Pensé en dado que haces varias tareas domésticas, tus manos podrían resecarse. También tuvieron perfumados, pero imagine que tendrías de esos. Aparentemente, es eficaz y sencillo para la piel”

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“Es… bastante práctico”, dijo Mahiru.

“Imagine a que valorarías lo practico sobre cualquier otra cosa”, contesto Amane.

“Sí, acertaste. Muchas gracias.” Mahiru sonrió levemente, en como si entendiera las palabras de Amane. Ahora sintiendo un poco menos de nerviosismo, la expresión de Amane se suavizo un poco. Parecía que había causado una buena impresión.

Hubo un regalo más, sin embargo, Amane sintió vergüenza a tener que abrirlo en delante de Mahiru. Esperaba a que ella se diera cuenta de eso después de llegar a casa.

Sin embargo, Mahiru miro la bolsa de papel, en como si supiera que hubo algo adicional adentro.

“… ¿Qué, un segundo?”, Preguntó.

“Ah. Sí, lo hay. Es un bono; Yo mismo lo he escogido”, contesto Amane.

“¿Eso qué significa?”

“… Exactamente lo que mencione”

Amane escapo de su mirada. Mahiru inclinó su cabeza en confusión por un momento, y sin demorarse tomo el segundo regalo de la bolsa.

Para camuflar aquel otro regalo, Amane lo había envuelto de manera intencional con el mismo color del interior de la bolsa. Espero a que eso fuera un buen distractor— y que Mahiru se percatara de eso para cuando no estuviera en las cercanías. Desafortunadamente, era lo bastante grande para que sea imposible ocultarlo. Honestamente no había forma de que Mahiru lo ignorara.

A diferencia de la crema para manos, este regalo no se presentó en una caja, sino en una bolsa. Era del tamaño ideal para que cayera entre los brazos de Mahiru. La bolsa tenía atada una cinta azul marino, y Amane miro a Mahiru también desatándolo con extremo cuidado, y se preguntó si lo correcto era levantarse de su asiento. Al final, Mahiru tomo lo que había dentro con gran atención.

Mantuvo suavemente ese contenido de la bolsa entre sus manos, mientras que sus ojos parpadearon de una manera dramática, viéndose totalmente sorprendida.

“… ¿Un oso? Mahiru murmuró.

Era un animal de peluche. No siendo demasiado grande, ideal para un estudiante de primaria. Su color claro se tornó pálido, al igual que la cabellera de Mahiru. Una cinta azulada se miró atada entre su cuello para conformar un collar. Tenía una mirada bastante angelical en su cara, y sus ojos que consistían en unos lindos y ovalados botones tuvieron un brillo que reflejaba la cara de Mahiru al mirar.

Sin vacilación, la chica se preguntó como Amane le regalo una cosa así siendo una estudiante de preparatoria. A decir verdad, Amane solamente tomo ese riesgo por aquel consejo de Chitose de que a las chicas siempre tendrían gusto por las cosas lindas sin importar su edad.

Claro, sentía demasiada vergüenza por tener que ir a comprar aquel oso a solas, por lo que Chitose lo acompaño para comprarlo, aunque solamente a cambio de ese lujoso crepe de la tienda en frente de la estación.

La sonriente cara de Chitose estuvo en las cercanías de Amane durante los procesos de compa y envoltura del oso. Al final, no pudo evitar pensar en que hubiera sido preferible venir solo. Sin embargo, en la actualidad no había nada que pudiera hacer al respecto.

“… Me lo imagine como algo que le gustaría a una chica”, Amane murmuro para nadie en particular, mientras que rasca su cabeza. Era terrible en cosas así.

La última vez que había ofrecido un regalo para un miembro del sexo opuesto decae en su niñez cuando hizo regalos para su madre. Amane nunca se imaginó escogiendo nuevamente para otra chica.

Así que no le da importancia a recibir un lindo peluche de un chico, ¿Eh…?

Hizo una rápida mirada hacia Mahiru, Amane la encontró mirando directamente a la cara del oso.

No pudo averiguar por sus expresiones si quedo contenta, solamente miro como su mirada se centró en el peluche.

“Quiero decir… Si no te gusta, simplemente deséchalo”, dijo Amane, con la esperanza de suavizar la situación con un poco de humor.

Mahiru se volteó con rapidez a su dirección y frunció sus cejas fuertemente. “¡Nunca lo haría!”

“Sí, seguro, uh, nunca te he imaginado haciendo eso ni nada parecido”

Su reacción logro ser tan contundente que no pudo hacer más que sobresaltarse y asentir apenas en respuesta. Mahiru regreso su mirada hacia el oso de peluche.

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“… Nunca haría algo tan cruel. Voy a atesorarlo”. Sus delicados brazos abrazaron a ese oso de peluche, como en un intento de querer cubrirlo por completo. Amane no pudo decidirse si entre Mahiru se parecía a un pequeño con su juguete favorito o una madre protegiendo a su bebé. En todo caso, el oso era abrazado con notorio entusiasmo, y lo miro como si fuera lo más preciado del mundo.

La actual cara de Mahiru no era la máscara inexpresiva que mantenía en la escuela, ni era la cara que frecuentemente mira con irritación a Amane. En esta oportunidad resulto en una tranquila, tierna y afectuosa— expresión indudablemente encantadora.

Amane percibió una gran inocencia de ella, y la pureza de esa sonrisa tenía el suficiente encanto como para dejarlo sin aliento. Era realmente hermoso.

No debería mirar, pensó Amane. Mahiru se daría cuenta en caso de que continuara con su mirada.

Amane tuvo la certeza de que no se había enamorado, pero mirar a una chica tan hermosa haciendo esa cara, y al conocer que era él la causa de eso, innegablemente hizo a su corazón latir. Lucía demasiado adorable teniendo esa tenue sonrisa, mientras que abraza el peluche contra su pecho.

Cualquiera que la hubiera visto se sentiría cautivado por aquella vista. Amane sin dudas lo fue, a pesar de sus típicas limitaciones.

Solamente colocando una de sus palmas contra su cara le hizo darse cuenta de que estaba más acalorado de lo normal. Sintiéndose avergonzado de después de demostrar sus emociones tan abiertamente, maldijo en voz baja.

“… Maldita sea.” La palabra fue dicha tan discretamente que apenas se escuchó.

Afortunadamente, Mahiru no parecía notar la mirada de Amane, porque su cara se aferró en parte al peluche que tenía cerca de su pecho.

Ella continuó manteniendo su atractivo, y a pesar de todo, Amane aún se preocupó en que pudiera soltar algún comentario extraño.

“… Me alegra mucho que te guste”. Afortunadamente, Amane se las arregló para hablar un poco.

Rápidamente, Mahiru se giró para mirarlo. “Es la primera vez que me regalan algo así”

“¿Eh? Viendo tu popularidad, me imagine en que recibirías esta clase de regalos todo el tiempo…”

“¿Por quién me tomas…?” Era un alivio ver el regreso de la actitud habitual de Mahiru, pero eso duro hasta cuando Amane pudo mirar la expresión que tenía por detrás del oso.

“… Nunca se le he dicho a alguien cuando es mi cumpleaños”, continuó Mahiru, mientras mira a su animal de peluche. “Odio ese día, así que realmente no lo suelo comentar”

La expresión de Mahiru se suavizo en cuanto miro su regalo, aunque sus palabras permanecieron agudas. La evidente contradicción situó a Amane un tanto nervioso.

“Normalmente, odio que los extraños me regalen cosas, así que los rechazo”, explicó Mahiru.

“Sin embargo, me estas aceptando esto”, dijo Amane.


“… Fujimiya…”, replico Mahiru en un tono casi inaudible, “No eres un extraño”.

Aun manteniendo su cara oculta entre ese pelaje, Mahiru miró hacia Amane nuevamente. Luciendo una expresión encantadora e inocente. Resultando atrayente, y mientras Amane observa a aquel Ángel sentado en su sofá, se dio cuenta de su complicada situación.

Mahiru era tan hermosa que Amane se encontró estirando su mano intencionalmente para acariciar su cabello, y rápidamente retrocedió la mano a sus espaldas antes de realizar algo realmente incómodo.

¡Eso estuvo cerca! Si Amane hubiera disminuido su vigilancia, probablemente habría comenzado a dar palmaditas en la cabeza de Mahiru en ese mismo momento. Al realizar algo tan poco apropiado haría que lo poco desarrollado con ella se destruyera.

“… ¿Qué fue eso?” Mahiru preguntó.

“Nada” contesto Amane tímidamente.

Tal vez Mahiru habría percibido el movimiento de su brazo, o tal vez ella noto su evidente preocupación mientras que intentaba que sus inquietantes sentimientos no salieran a la superficie. La cabeza de Mahiru se inclinó hacia un costado en desconcierto. Ese simple movimiento fue suficiente para que Amane se quedara sin palabras, y pensó en que las chicas hermosas tenían terroríficos poderes. Aun así, sintió vergüenza por quedarse cautivado por la ternura de Mahiru. También se convenció de que, si se lo decía a Mahiru, ella estaría aún más confundida.

Aquella perspectiva infundio una sensación de peligro en Amane, e hizo todo en su capacidad para enviarlo a lo más profundo.

“… Muchas gracias, Fujimiya”, dijo Mahiru en una voz suave, pero Amane para ese momento se había distanciado de ella.

“Hey, Hey, Amane, ¿cómo te fue con la chica del regalo?”

Claramente Chitose iba a entrometerse, desde que Amane le convenció para que lo acompañara a sus compras. Al día siguiente del cumpleaños de Mahiru, Amane confronto la sonrisa de Chitose.

Chitose asistía a una clase diferente, pero vino a su aula después de la escuela. Aquello no era su gran problema, sino su sonrisa que le decía que algo tenía en mente. Hoy en especial, se sintió en la necesidad de girarse y huir.

“Nada importante— por lo menos, no es nada de lo que imaginas”, contesto Amane.

Era la verdad. En definitiva, no tuvo sentimientos amorosos, y no le obsequio eso a Mahiru para llevar a iniciar algo más. Claro, ella acepto amablemente sus regalos, pero en realidad no hubo un desarrollo amoroso como Chitose anticipaba.

“Espera”, Itsuki le interrumpió, “El hecho de que te encontraras preocupado por alguien es muy raro, lo sabes. Además de que repentinamente tienes una conocido implicado, y es una chica. Es muy sospechoso.”

“No es nada de eso.” Amane comprendió que debería acabar esto ahora. Era feliz con que Mahiru quedara complacida con sus regalos, pero comenzó a pensar en que involucrar a más personas en la situación era más problemático de lo que ameritaba.

Ya no queriendo avivar su curiosidad, Amane les contesto con la mayor franqueza posible, pero Itsuki tuvo la mano sobre su boca, como si pensara en algo.

“… Hmm… Dime, ¿Amane?

“¿Qué es?”

“¿Es posible que la persona a la que diste ese regalo… es tu vecino?”

Itsuki era inteligente y muy intuitivo, lo que en esta clase de momentos fue un gran dolor.

“… ¿Qué te hizo pensarlo?” Amane preguntó en nerviosismo.

“Bueno, ella es la única persona que se daría la molestia de cuidarte. Y como no eres de por aquí, no conoces a demasiada gente. Además, no sales con muchas chicas. Ella te lleva la cena todos los días, ¿verdad? Lo pensé en la perspectiva de que querías devolverle el favor”

“Bueno…”

“Hmm… Amane últimamente se ha visto con una tez más saludable, ¿verdad, Chi?”

“Oh, También pensaba lo mismo”

“Ella tiene que llevarte comida con bastante frecuencia, ¿Eh? Eso me hizo preguntarme si es por eso que querías darle un regalo de cumpleaños, para expresar tu gratitud”

Amane luchó por mantener su expresión, mientras que Itsuki hizo una descripción perfecta de la situación a Chitose. Fue tan preciso que pareció haber presenciado todo lo acontecido. A veces Itsuki resulta demasiado aterrador. Amane pudo contemplar porque la popularidad de su amigo. Era un poco hablador, pero era inteligente y reflexivo. Amane deseo que Itsuki guardara aquel hablar para su novia.


“Qué imaginación tan dinámica…”, interrumpió Amane.

“Bueno, no te confesaras, por lo que la imaginación es todo de lo que disponemos. ¡Vamos, suéltalo!” Itsuki presionó.

“¿Quién sabe…?”

“¡Nos estas escondiendo algo!”

“¡Eres un mezquino!” Chitose agrego en acuerdo.

“Cállense”

No importa lo que especularan, Amane no pretendía confirmar la verdad. Si una cosa se le saliera, Itsuki y Chitose nunca cesarían su acoso para lograr que escupiera toda la historia. En realidad, Itsuki solamente era la punta del iceberg; Amane estuvo en la presencia de una chica de secundaria que adora los chismes, en especial cuando involucran romance. Aunque no existía mínimo romance en su asunto, si Chitose escuchara una respiración de la persona involucrada, Amane nunca escucharía la finalización de la misma.

Suspirando en irritación, Amane terminó de guardar sus cosas y llevo su bolso hacia su hombro. Se había decidido por una retirada estratégica antes de que sus dos amigos le dieran más problemas.

“Nos vemos. Ambos pueden continuar y coquetear todo lo que quieran en privado”, dijo Amane. “¡Íbamos a hacerlo, lo mencionaras o no!” Itsuki le gritó.

“… Itsuki, ¿no lo seguiremos para conocer a la chica en cuestión…?”

“Sí, uh, pero no deberían hablar de su operación en frente de tu objetivo. Y, de todas maneras, no habría nada que mirar. ¡Incluso si lo hubiera, ambos no llegarían más allá de mi vestíbulo!” Amane regañó.

“¡Tch! Los labios de Chitose llegaron a formar un puchero, pero su mirada era seria. Aparentemente, ella en realidad planeo seguir a Amane. Nervioso huyo de la habitación, mientras sus amigos se quedan atrás.

“… Eso fue demasiado”, Amane se quejó sin pensar.

“¿Qué fue eso?” Mahiru le pregunto curiosa.

Aún era temprano para preparar la cena, pero Amane y Mahiru fueron de compras y regresaron al apartamento. Estuvieron un momento de calma, cuando Mahiru escuchó a Amane hablando consigo mismo.

Mahiru ha actuado como es habitual; no existía rastro alguno de la chica que se había enamorado de su oso de peluche. Su expresión imperturbable se mantuvo, y Amane se preguntó si tal vez todo lo del cumpleaños fue un sueño. En realidad, lo prefiero de esa manera. Ya que no tuvo la seguridad de que su corazón pudiera soportar aquellas miradas que ella le dio el otro día. “Ah, está bien, es que Itsuki y Chitose tienen sospechas de tu regalo”


Amane tenía la intención de explicar que ellos fueron los consultores de su regalo, pero Mahiru parecía recordar el nombre de Itsuki, y ella suspiro, diciendo “Ah, ya veo” como si lo hubiera entendido todo.

“Bueno, no se parece a la clase de cosa que comprarías a solas”

“Eso no es lo que me preocupa…”

Aparentemente, nadie pensaría en que Amane sería capaz de obtener un regalo para una chica. Si hubiera honestidad, en realidad no se pensaría en que pudiera experimentar los varios sentimientos dulces y amargos que se suponía que van de la mano con el amor, y todos al mismo tiempo.

“Mis compras son cosa mía. ¿Por qué todo el mundo piensa de ese modo de mí?”

Es verdad, Mahiru era hermosa, y ayer sintió aquel deseo de alcanzarla y tocarla. Tanto que no pudo mentir en eso, pero ¿qué adolescente no lo sentiría? Después de todo, es tremendamente hermosa. Amane había quedado cautivado por aquella belleza; eso es todo. Nada de lo sucedido evidencio que hubiera sentimientos más intensos. Mahiru es una persona estupenda, pero Amane no tenía esa clase de interés en ella.

Mirando a Mahiru. Era tan hermosa como siempre, pero el corazón de Amane no latió como sucedió en la noche anterior. Nuevamente, se recordó a si mismo que Mahiru no le interesa de un modo tan profundo.

Preocupado de que Mahiru pudiera comentar algo si es que descubriera la mirada de Amane sobre ella, desvió su atención y la centro en su celular. Al hacerlo, se dio cuenta de que recibió varios mensajes. Pensando en que probablemente se trataría de Itsuki, Amane decidió chequearlos, pero resulto que no provenían de su amigo.

Amane frunció el ceño ante el nombre del remitente: SHIHOKO.

Fue uno de los 3 contactos femeninos en el celular de Amane. Estos eran Chitose, Mahiru, y… la madre de Amane.

Pensando en que podría querer, Amane tocó la notificación de aquel mensaje. Aborrecía afrontar las preguntas de su madre, que siempre le consulta sobre sus avances en los exámenes o si le faltaba algo. Apenas podía soportar a Chitose, y sin embargo algunos miembros de su familia salieron como ella. En realidad, Chitose podría llegar a ser similar a la madre de Amane cuando crezca. Shihoko no era lo suficientemente mala como para que Amane la odiaría, pero no podía soportar la personalidad de su madre.

“He venido con fruta desde la casa del abuelo, así que la repartiré contigo, Amane. ¡Te la enviare, así que debes estar el sábado en casa! No te perdonare si la entrega es rechazada o en que no estés para recibirla, ¿está bien?”

“¿Así que puedes decidir mis planes por ti misma…?” Amane murmuró. En realidad, no tenía planes para el sábado, pero pensó en que su madre debió haberlo contacto un tiempo antes.

“¿Ha ocurrido algo?” Mahiru debió escuchar los susurros de Amane, pues ella lo miro con su habitual y calmada expresión.

“Mi mamá obtuvo fruta en casa de mi abuelo, y me la enviara el sábado por la tarde. Probablemente serán manzanas y esas cosas”, explicó Amane.

“¿Pelas tus manzanas?”

“… Creo que podría hacerlo, con un pelador”

“Eso las pelaría, pero… quitaría una gran cantidad de pulpa, también, sería un enorme desperdicio”

Las palabras de Mahiru se escucharon como una frase que la madre de Amane diría, e intento desvanecer aquel pensamiento antes de que emergiera.

“En ese caso, podemos comerlas enteras”, dijo.

“Qué salvaje.”

“Pelarlas es un fastidio” Amane se encogió de hombros y le sonrió sin ánimos.

“Eres un desastre.” A pesar de que Mahiru se escuchó molesto y crítica hacia los modales de Amane, la manera en que se contuvo demostró simpatía. “Supongo que todo eso dará igual una vez que las comamos”

“Sabes, no estoy seguro de poder comerme todas antes de que se echen a perder. ¿Quieres un poco, también?”, Preguntó Amane.

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“Seguro, me encantaría tener un poco. La fruta que me darás es cara, después de todo.” Era algo bastante hogareño de decir, pero nuevamente, esa es la clase de personas que es Mahiru.

“El sábado, ¿verdad? En ese caso, prepare el almuerzo un poco antes como agradecimiento”, dijo Mahiru.

“Pero siempre me cuidas mucho”, se quejó Amane.

“Te lo he dicho antes, en realidad no me importa preparar tus comidas, Fujimiya.” Mahiru sonrió ligeramente. De alguna manera, esa pequeña sonrisa hizo que Amane se sintiera bastante incómodo. Le recordó los acontecimientos del día anterior, y Amane no pudo apartar su mirada del hermoso Ángel en su apartamento.

“…Está bien, gracias”, le contesto lo más breve posible.

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