Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 1

Capitulo 7: La Lesión Del Ángel Y Una Muestra De Gratitud

Parte 2

 

 

“Está bien, en serio. Lo hice porque quería hacerlo. Cuídate.” Avergonzado ante la idea de que Mahiru le diera importancia a su ayuda, Amane disipo tales pensamientos de su mente. Después de que Mahiru le diera un leve asentimiento, Amane se giró para abrir la puerta de su apartamento. Ahí fue entonces cuando se dio cuenta de que aún Mahiru traía su chaqueta y sus pantalones de gimnasia, pero estaba seguro de que serían devueltos al día siguiente, así que entro a su apartamento sin decir palabra alguna.

“Demonios, amigo, ¿estás tan sano que llevas tus pantalones de gimnasia todo el tiempo?”

El desinterés de Amane en la clase de gimnasia del lunes no venía de su escaso talento atlético y aún menos de la situación en que traía sus pantalones hasta arriba en una temporada horriblemente fría. El resto habían cambiado a sus uniformes de invierno, pero Amane se destacó sobre ese resto, ya que traía sus pantalones hasta arriba.

“Como si fuera así. Olvide mis pantalones”

“Tonto.”

“Cállate.”

Amane no vio a Mahiru el fin de semana, y ella aún tenía sus pantalones de gimnasia, pero no podía decirle eso a Itsuki, así que no hubo más alternativa en decir que los había olvidado. Se rindió a la inevitable burla que recibiría, y aunque Itsuki le propino un golpe a su espalda, estando rebosante de risas. Amane aún encontró la oportunidad de devolver el golpe.

Amane dejó escapar un leve suspiro mientras que miraba a Itsuki riendo silenciosamente. Entonces su mirada se movió. Actualmente, los chicos entrenaban saltos de altura, y las chicas hacían uso del otro extremo de la cancha. Más era, que había dos tipos de estudiantes le daban uso a la cancha, esta se veía llena.

Las chicas entrenaban varios tipos de ejercicios, así que, entre constantes turnos, las chicas tuvieron la oportunidad de mirar la clase de Amane.

“Haz tu mejor esfuerzo, ¡Kadowaki!”

Generalmente, los chicos y chicas toman sus clases de gimnasia en distintos sitios del campus; ya que, estando las chicas presentes, los chicos se emocionarían mucho. Las chicas, por otro lado, todas usarían su tiempo en mirar al compañero más popular de Amane, el ikemen Yuuta Kadowaki.

Amane nunca ha hablado con él anteriormente, pero es amable con todos y era un estudiante ideal, y además de aquello, era el as del equipo de atletismo, siendo solamente de primer año. Todo mundo conoce que es bastante popular entre las chicas.

Amane pensó que Yuuta debió haber obtenido todo eso de una lotería de karma. Muchos de los demás chicos no le daban mucha importancia, y a su alrededor siempre habrían miradas malhumoradas.

“Oh wow, al parecer Yuuta continúa siendo tan popular como siempre”, contemplo Itsuki.

“Así es” contesto Amane sin interés.

“No te miras interesado” dijo Itsuki.

“Bueno, no es como si seamos amigos o algo así; apenas nos hablamos.

Entonces, ¿por qué debería tener mi interés?”

No era como si Yuuta fuera conflictivo o se involucrara con Amane. No había nada entre ambos, así que a Amane honestamente no le daba interés. Sabía que su grupo es solamente una minoría, pero no pudo dárselas de envidiar a Yuuta como los demás chicos. Siendo claros, Amane reconocía que Yuuta era tan alejado de su liga que tener envidia de él no tenía sentido.

“Típico de Amane. ¿Qué, no te da celos?” Itsuki preguntó.

“Oh, supongo que debería estar como ´estoy tan celoso de tu populaaaridad´, ¿Eh?” Amane se burló.

“Esa salió buena” Itsuki exploto de risa.

Amane miró a Yuuta, quien traía una radiante sonrisa mientras disfrutaba de la devoción femenina. Incluso Amane tenía que admitir que su ejercitado cuerpo junto a su andrógina cara le hacía parecerse a un príncipe. En realidad, algunas chicas le llamaban así.

Yuuta recompensó las apasionadas miradas de las chicas junto a sus escandalosos gritos con otra sonrisa radiante y las despidió. En verdad sabía cómo acrecentar sus admiradores,

“Bueno, él es demasiado popular, no lo discuto”, admitió Itsuki.

“Lo sé. Los demás chicos no pueden resguardar sus celos”, dijo Amane.

“Ja ja. Pero las chicas son demasiado apasionadas, también.” Itsuki solamente tuvo ojos para su novia, Chitose. No tuvo interés en las demás chicas, así que miro a Yuuta como la problemática de los demás. Chitose no tenía interés alguno en Yuuta, así que Itsuki probablemente no usaría tanta de su energía para pensar en él.

Poseemos a un príncipe y a un ángel. Esta escuela tiene bastantes personas con apodos vergonzosos.

Ahora que lo pienso, me pregunto si nuestro ángel Mahiru habrá descansado lo suficiente. Era lo ideal en que estuviera descansando cómodamente, pero aun así se preguntó el estado de su lesión.

Amane miro los alrededores en silencio. Su clase tenía campo compartido a la de Mahiru, así que ella debería estar aquí. Sin demasiado esfuerzo de su parte, Amane la encontró. Incluso entre la multitud, este ángel era sencillo de encontrar. Evidentemente, ella permaneció sentada el día de hoy.

Amane estaba seguro de que no era el único chico en mirar a Mahiru, sentada allí con su pequeña y serena apariencia. Aunque ambos estuvieron alejados, en algún momento sus ojos se encontraron, y a lo que Amane desvió su mirada con torpeza, miro surgir una leve sonrisa en los labios de Mahiru. Ya que su mirada se dirigió hacia Amane, eso significo que también iba hacia el resto de los chicos. Cada uno de los compañeros de Amane se tomó la sonrisa a su conveniencia, casi incitando a una revuelta.

“¡¿Ella me sonrió?!”

“De ninguna manera; ¡debió ser para mí!

“¡Es nuestra oportunidad! ¡Debemos impresionarla!”

“El príncipe está acaparando toda la atención” Pensar en que solamente una leve sonrisa de Mahiru causaría tal escandalo… Amane no supo si era porque ella es demasiado genial o si los chicos eran muy simplones”

“… Tontos”, murmuró Itsuki. Aparentemente pensó en lo mismo.

Amane se burló de ellos. “Bien, si es que queremos reprobar gimnasia, también deberíamos movernos”

“¿Qué es eso, Amane? ¿La divina mirada de nuestro ángel también te emociono?”

“No, no es nada de eso. Te lo he dicho antes, ella no me interesa”

“Bueno, entonces supongo que te dejare ser. Ya que no le tienes interés y todo eso”

Itsuki al parecer estuvo a punto de jactarse de su impresionante novia, probablemente le iba a narrar sus experiencias, pero Amane se apresuró a frenar eso. “Sí, sí”, le dijo. Dio una mirada más hacia la dirección de Mahiru y lanzo una sonrisa irónica.

“Gracias por lo que hiciste el otro día. Aquí te devuelvo tu chaqueta y pantalones de gimnasia”

Esa noche, a lo que Mahiru le llevo su parte de la cena, trajo una bolsa de plástico además del recipiente plastificado. Amane pudo dar mirada a la bolsa plastificada y miro como la chaqueta y pantalones estuvieron bien doblados.

“Mm. ¿Cómo está tu tobillo?”, Preguntó.

“El dolor ha desaparecido casi en su totalidad. No me ejercitare hasta que se recupere, eso he decidido”, contesto Mahiru.

“Eso es lo mejor. También te mire estando sentada en la clase de gimnasia” “Sí.”

Mahiru había decidido ir seriamente y no participar en la clase de gimnasia, y Amane pensó que eso era lo más acertado. Su tobillo no se visualizó lastimado, pero aun así su pierna era desfavorecida al caminar, lo que señalo que no estaba recuperada.

Mientras Amane asentía con su cabeza ante la comprensible decisión de la chica, pensó en la clase de gimnasia de ese día y sonrió. “Lo sabes, en realidad eres increíble, señorita Ángel. Únicamente con su sonrisa, todos los chicos rebosaron de emoción”.

“Te dije que no me llamaras así… Y no es como si esa clase de atención me gustara. Lo sabes, me molesta”, dijo Mahiru.

“Bueno, ¿quién no saldría emocionado si una persona tan hermosa le diera una mirada? Las chicas también gritaron hoy, sabes, cuando Kadowaki les saludaba”

“… Kadowaki… oh, ¿ese tipo superpopular?” Mahiru no parecía tener interés en ese príncipe. En realidad, parecía que ni siquiera sabía su nombre. Amane tuvo que darle una descripción con antelación para que Mahiru se percatara de quien hablaba.

Yuuta no era tan popular como este ángel, pero era un chico bastante popular en su grado, así que Amane fue sorprendido al saber que ella no lo reconocía.

“¿No le tienes interés?” Amane preguntó.

“En particular ninguno. Estamos en clases diferentes, y en realidad nunca hemos hablado”, contesto Mahiru.

“Hmm. Sin embargo, las demás chicas enloquecen por él, nunca se cansarán del tipo que es genial”

“Bueno, tiene una cara bonita. Pero no hablemos de eso; no hay relación entre ambos. Así que en realidad no me interesa”

“Eres tan sincera para esas cosas”, observo Amane.

“Bueno, si encuentras esas miradas tan importantes, ¿no sería extraño que te gustara?”, Preguntó Mahiru.

“Oh, ¿te diste cuenta de lo hermosa que eres?”

Mahiru tuvo toda la razón esas palabras. La belleza podría ser una chispa que inicie afecto por la otra parte, pero rara vez fue la razón para enamorarse. Amane concordó con eso, y también en que Mahiru era muy hermosa. Sin embrago, fue una enorme sorpresa escucharla decir eso.

“Lo sé, objetivamente hablando, me considero que soy bastante atractiva y me empeño para mantener mi apariencia. Es natural. Tomando en cuenta el tiempo en que las personas se esmeran para adular mi apariencia, puedo decir sus pensamientos, aunque no quieran que lo sepa”. Mahiru no pareció estar adulándose en lo más mínimo.

Ella era demasiado honesta en cuanto esfuerzo que hacía para mantener su apariencia. Mahiru siempre ha tenido esa linda cara, pero a ella no le gustaba ser bonita por naturaleza. Su cabello era como esos halos luminosos, que representaba excelentemente a su angelical apodo, y su brillante piel también era perfecta, sin imperfección alguna. A sus manos no le salían arrugas, inclusive si estuviera realizando las tareas de su casa, sus uñas permanecían perfectamente limpias. Las suaves curvas en su cuerpo hablaron de una perfecta apariencia que con el tiempo fue pulida.

“Te diré algo bien directo, así que no te enfades conmigo…”, inicio Amane, “Pero… no te miras avergonzada por todos esos elogios que recibes”.

“Me enfadaría mucho antes si ese alguien no me elogiara”, contesto Mahiru tiernamente.

“Supongo que ser hermosa tiene sus propias complicaciones”

“Sin embargo, la belleza también tiene sus ventajas, no es para que me queje de eso”

“Me lo dices como si no lo supieras…”

“¿Qué? ¿Preferirías que te lo dijera con timidez ‘Oh, no, ¡no es verdad!?´”!

“No, para alguien que sabe cómo eres en realidad, me sería raro”

“Exacto. Honestamente, no encuentro lógico en poner tal acto al frente tuyo”

“Es bueno escucharlo”

Mahiru acaba de abandonar a ese personaje público en frente de Amane, así que si ella diera un cambio en este momento… Amane pudo sentir su piel de gallina ante la idea de afrontar a aquel distante ángel que encontraba en la escuela en lugar de a este que iba conociendo poco a poco.

Al final, las cosas entre los dos continuaron igual.

Amane miró hacia el recipiente con comida que le entregaron. En realidad, hubo más comida de lo acostumbrado. El recipiente era llenado por varios platillos, en que cada uno iba en grandes proporciones. En lugar de verse como unas sobras, era como si Amane hubiera recibido un lujoso almuerzo.

“Hoy me diste un banquete”, dijo.

“Es por tus buenos cuidados”. Contesto Mahiru.

“Te dije que no le dieras importancia a eso… ¡Oh, hay croquetas aquí!” Amane nunca podría negarse a las croquetas.

Las croquetas frecuentemente se venden casi listas, pero podría volverse un dolor en prepararlas. Por lo cual, se consideraría que es la cúspide de la cocina casera. Después de haber cocinado las papas en el vapor, en volverlas puré, y mezclarlas junto a carne salteada, cebollas y demás, para luego hacerlas en forma de hamburguesa, enfriarlas totalmente, y finalmente agregarlas a la porción y freír todo. Era un proceso bastante tedioso.

Incluso Amane, que en extraña ocasión cocinaba, se decidió en no hacerlas al mirar a su madre preparándolas y lo considero un dolor.

“Bueno, ya estaban listos y descongelados, así que solamente tuve que freírlos”, explicó Mahiru.

“¿Es por eso que también, incluye pollo frito?”, Preguntó Amane.

“Correcto”.

Al vivir solo, Amane no tenía tanto la oportunidad de preparar algo frito, así que fue agradecido de esta comida casera. Claro, todo era mucho mejor estando recientemente preparado, mientras que aun la capa seguiría placentera y crujiente, junto a la adicción de arroz temperado.

“… En ocasiones, me gustaría probarlo directamente salidos del aceite”, murmuró Amane.

Mahiru guardo el pollo frito en el recipiente después de que se enfriara, tal vez teniendo razones higiénicas de por medio. Así que pase lo que pase, Amane tendría que calentar la comida de nuevo. Aunque las comidas fritas podrían restablecer su crujiente sabor gracias a un horno. Amane no tenía dudas en que la comida de Mahiru continuaría siendo deliciosa, claro, pero aun así todo sabría mejor probándolo directamente desde el sartén.

Amane no tuvo la intención de susurrar sus deseos, pero simplemente ese deseo salió de sus labios. Desafortunadamente, lo menciono en un tono lo suficientemente fuerte para que Mahiru lo escuchara y frunciera sus cejas.

“¿Me estás invitando a comer?”, Preguntó.

“¡Eso no es lo quise decir! Ya es demasiado en que compartamos la cena”. Amane no lo quería decir de ese modo, así que se encogió de hombros y lo dijo vigorosamente.

Mahiru se llevó una de sus manos a la boca y miro al suelo. Parecía estar pensando en algo y no miro a Amane.

“… Tu parte”, Al final dijo.

“¿Eh?”

“Dame el permiso de prepararla en tu casa, y podemos considerarlo en como si pagaras los gastos por los ingredientes”

La repentina propuesta de Mahiru dejo a Amane con la boca abierta del shock.

Su accidentada mención de querer comer las comidas fritas recién preparadas no habían sido más que un deseo sarcástico más que otra cosa. Que Mahiru en realidad haya accedido y considerado hacerlo dejo a Amane desconcertado.

Normalmente, ¿quién pensaría en entrar a la casa de un chico que no cocina del todo? Tal vez todo sería más acertado si ella cocinara en su casa y que se lo trajera después, pero él es alguien del sexo opuesto, y no es como si fueran amigos tan cercanos. ¿Eso no incomodaría a Mahiru?

“En definitiva no es necesario que lo hagas; Ya me has dado mucho más de lo que podría pedir, es mucho más de lo que en realidad merezco… ¿No te preocupa tu seguridad aquí?”

“Si intentaras algo, te destrozaría. Seria implacable y sin piedad”

“Ack, ¡eres escalofriante! Me diste escalofríos.”

“Bueno, no creo que llegues a hacerme algo. Tú sabes a que te arriesgarías, y me determine en que no me harías nada. Reconoces que tan popular soy en la escuela, ¿verdad?”

“Incluso al suponer en que intentara algo, ese sería mi final”

Mahiru era más popular que Amane, y, además, todos la encuentran una chica delicada, así que, si surgiera la voz de que Amane deseo hacerlo algo indecente, estaba seguro de que no sería capaz de pisar los terrenos de la escuela nuevamente. Amane no era tan tonto o impaciente como para hacer algo en que comprendía su significado, en su mejor caso, sería su destrucción ante la sociedad.

De todos modos, no tenía interés en eso.

“Además…”, agrego Mahiru.

“¿Además?” Amane le preguntó, insistiendo en que continuara.

“Ni siquiera eres un sujeto adecuado para alguien como yo”, confirmo Mahiru con su cara compuesta, para luego sonreír.

“¿Y si lo fuera?” Amane presiono.

“En primer lugar, si recuerdo tu insististe en hablarme esa vez. Y después no querías tener relación alguna conmigo”

“¿Y eso te convenció?” Amane preguntó.

“Eso me dijo que eres lo suficientemente inofensivo”, explicó Mahiru.

“Uh, gracias, supongo.”

Si fuera algo positivo o no, eso era verdad. Después de todo, nunca tuvo la intención de hacerle algo a Mahiru. Sin embargo, algo era correcto: Amane no iba a ceder a una comida recientemente preparada. Así que acepto ese status de chico inofensivo y obtuvo el privilegio de compartir la cena.

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