Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 1

Capitulo 12: Clases De Cocina Con El Ángel

Por lo general, Amane compraría comida en la escuela, pero en sus días libres, eso no era posible. Entre Mahiru y él disponían de sus propios asuntos, por lo que les era imposible almorzar y cenar juntos. Incluso si fuera posible, Amane sentiría mucha culpa al pedirle a Mahiru que prepara y comiera dos comidas a su lado.

Normalmente, Amane necesitaría preocuparse de sus almuerzos en los fines de semana, pero si hiciera un uso excesivo de las tiendas de comestibles, Mahiru le regañaría, diciendo cosas como “Necesitas alimentarte con una dieta equilibrada”. Teniendo sus gastos de la cena acumulándose, Amane también sentiría incomodidad para salir a comer afuera.

El tema de su comida de mediodía se convirtió rápidamente en un problema.

“… ¿Me pregunto si debería cocinarme algo?”

Sin asuntos que lo llevaran afuera de su casa, se quedó sentado en casa a solas. Restando solo una hora para la presencia del mediodía.

Mahiru probablemente comenzó a preparar algo por su cuenta, pero no pudo decirse lo mismo de su desafortunado vecino.

A lo que llegara ese momento, Amane realmente podría preparar algo si tuviera que hacerlo. No era como en aquel manga que se convertiría en una masa prohibida. Aunque no se miraría especialmente fantástico y no supiera espectacular, la comida que Amane era capaz de crear saldría comestible. No sería exactamente una comida, pero se acercaría bastante a eso, y lo mantendría alimentado.

El problema era su familiaridad a las comidas de primera clase de Mahiru, así que la idea de regresar a sus propios platos no le resulto especialmente tentadora. Nadie querría regresar a una comida sencilla después de probar tan deliciosas obras de arte.

… Augh, Mahiru realmente me ha malcriado.

Amane se hizo un esclavo de la cocina de Mahiru. La idea de comer afuera nuevamente le parecía vergonzoso, pero su interés en las comidas de las tiendas de conveniencia también se había perdido.

Tomando la decisión de que dependía demasiado de Mahiru, Amane considerado que era un buen momento para desafiarse a sí mismo. A pesar de sus constantes fracasos en preparar sus comidas hasta ahora.

Mahiru no estaría a su lado para siempre, después de todo. Las cosas entre ellos fueron tranquilas y amistosas hasta este momento, pero aún le restaron dos años en secundaria, así que, si llegara a suceder en ese tiempo, su relación podría llegar a un repentino final. Además, sin dudas irían por caminos separados cuando llegara la hora ir a la universidad. No era posible que las cosas duraran para siempre.

Supongo que debería esforzarme un poco más, mientras que aun la tengo cerca.

Proponiéndose a actuar, aunque fuera un poco, Amane se levantó del sofá y tomo su billetera.

“Oh, ¿fuiste al supermercado?”

Al regresar del supermercado, Amane se encontró con Mahiru en el vestíbulo de su apartamento. No estaba seguro de si tan casual reunión era buena o mala. Mahiru también pareció que acababa de salir, porque tenía una bolsa con compras de una papelería cercana.

“Sí.” Amane admitió. No hubo necesidad de ocultarlo, así que Amane agito sus bolsas del supermercado para que las viera.

Teniendo una expresión curiosa, Mahiru preguntó: “¿Oh, las compras de ayer no fueron suficientes? ¿No compraste toda la lista?”

“N-no, no es eso… Solamente… pensé que podría preparar el almuerzo por mí mismo”, dijo.

“… ¿Por ti mismo?”

A pesar de su explicación, los ojos de Mahiru se mostraron llenos de dudas.

Fue natural. Antes de convertirse en un dependiente de la cocina de Mahiru, Amane sobrevivió comprando comidas precalentadas o almuerzos en las tiendas de conveniencia. Seguramente resulto difícil para ella creer que realmente iba a cocinar para sí mismo.

“No quiero comentar nada cruel”, continuó Mahiru, “así que te digo que pares ahora. ¿Qué sucederá si te quemas o te cortas?”

“… Sabes, no es que no pueda cocinar”

“Está bien, es solamente que no puedes cocinar nada que tenga buen sabor.

Y eso suponiendo que no mueras en el proceso”

La severa advertencia de Mahiru provoco que Amane se quedara sin palabras. Ella menciono exactamente lo que estuvo pensando.

“Si decides continuar con eso, no te detendré”, dijo Mahiru, “pero modera tus expectativas, o acabarás severamente decepcionado”.

“… Es verdad”, coincidió Amane.

Por “expectativas” debió referirse a su cocina. Mahiru confía mucho en sus habilidades, y era muy consciente de lo mucho que Amane disfruta sus comidas.

“Es sólo que, bueno, siempre hablas de nutrición y esas cosas. Puede que en el futuro exista ese momento en que deba vivir por mí mismo, como la universidad. No puedo confiar en ti eternamente, ¿verdad?”

La excesiva dependencia de Mahiru solamente traería problemas para Amane. Después de darse cuenta de lo mucho que Mahiru lo ha malcriado, sintió que debería arreglárselas en lo más básico.

Los ojos de Mahiru se abrieron ampliamente ante las palabras de Amane, luego suspiró ligeramente impresionada.

“… Me parece genial que te pongas con miras en el futuro, pero si lo haces, ¿no deberías venir conmigo primero?”, afirmo.

“¿Eh?”

“En lugar de causar algún problema sin mi vigilancia, sería más conveniente que te vigilara para encargarme de que nada salga mal. Amane, ¿estás seguro de que no destruirás tu casa accidentalmente?”

“… No.” Amane suspiró. Era consciente que hacía de su cocina un problema en oportunidad que la usaba. Sin replicar, asintió a Mahiru con su cabeza.

“Te lo has imaginado” contesto Mahiru atrevidamente. “Es por eso que conviene mi presencia, ¿verdad?”

“¿Sería mucho pedir?”

“Si no quisieras continuar, no lo hubiera recomendado”. Su voz tenía un toque glacial, pero como ella coincidió en prestar su ayuda, a Amane no le importo demasiado. Se inclinó en profundidad para expresar su gratitud.

“No es necesaria tanta formalidad”, dijo Mahiru, mostrándose nerviosa. Amane sonrió, y los dos entraron en el ascensor, para llegar a su piso.

“… Por cierto, ¿tienes un delantal?” Mahiru preguntó.

“No tenemos problemas con eso. Compré uno para la clase de cocina”

“¿Y lo has usado?”

“En realidad no tenía sentido. Todo lo que hice fue medir los ingredientes y lavar los platos”

“Eso pensé.” Mahiru suspiró, como si fuera exactamente lo que suponía. Acompañó a Amane hacia su apartamento. En realidad, tenían otro delantal, uno que Mahiru había abandonado allí. Sin embargo, Amane sentiría mucha incomodidad al usarlo.

Al ponerse el delantal que tenía en casa de Amane, Mahiru acomodo su cabello en una cola de caballo, como habitualmente lo hacía. Teniendo sus ojos entrecerrados, miro a Amane ponerse el delantal de color oscuro que saco desde lo profundo de un cajón.

“Wow, nunca te he visto en eso, Amane. Se siente como si el delantal te vistiera”

“Oh, bueno, disculpa”

“Supongo que no podemos evitarlo. Así que has decidido que preparar, ¿verdad? Ya que saliste y compraste los ingredientes” Mahiru dio un vistazo hacia la bolsa de las compras que Amane coloco en un estante.

Amane le asintió. “Un omelette y verduras salteadas”

“… Un salteado de verduras por mis regaños para que comas más verduras y una omelette porque te gustan los huevos, ¿verdad?”

“Ojos de buey”

“No es como si fuera difícil adivinar. ¿Qué condimentos tenemos para el salteado?”

“Esto: Salsa yakiniku.”

“Oh… directo de la botella, ¿Eh? Supongo que es aquel sabor intenso que a los chicos les encanta… y supongo que es sabroso…”

“Es preferible que intentar la preparación desde cero, ¿no?”

Si Amane no tenía la salsa yakiniku a mano, hubiera planeado preparar algo que usara sal, pimienta y salsa de soja en su lugar. A decir verdad, se alegró de tener la salsa yakiniku. Amane hizo una expresión de silenciosa gratitud por aún disponer de un condimento utilizable, luego imito los criterios de Mahiru y se lavó las manos.

Mientras lo hacía, Mahiru organizo todos los elementos necesarios y ordeno los ingredientes para que sean fáciles de usar. Realmente, la eficiencia del Ángel no conocía limitaciones.

“Para el salteado de verduras, solamente debes cortar las verduras y freírlas hasta que queden adecuadamente cocidas, ¿Está bien? … ¿Sabes cómo cortarlos?” Mahiru preguntó.

“¿Te estas burlando de mí?” Amane contesto.

Era evidente que lo supiera. No era un experto en eso, pero podía utilizar un cuchillo.

Ante la atenta vigilancia de Mahiru, Amane comenzó a cortar en finos trozos un repollo, pero rápidamente se dio cuenta del sinsentido de sus palabras después de cortar su dedo-

Primero le mostro a Amane como realizarlo, y luego Mahiru le cedió para que lo intentara ante su mirada. Al comienzo iba bien, mientras que Mahiru le ayudaba para habituarse a la tarea, pero en cuanto Amane quedo por sí mismo, tuvo un desliz.

“… Owww”, murmuró, mientras que mira a su dedo. Era solamente un pequeño corte, pero aun así sangro.

Primeramente, habría que lavarla, pero claramente, en salpicarla también la haría picar.

“… Imagine que algo así podría pasar. Toma, dámelo” Mahiru saco una venda desde los bolsillos de su delantal y lo coloco hábilmente por el herido dedo de Amane. Quedando igualmente agradecido e impresionado.

“Estás muy preparada”, Elogio.

“Los novatos frecuentemente se lastiman”

“No tienes fe en mí, ¿verdad?” A pesar de la acusación, Amane conocía bien que no existía razón para que ella pensara en sus capacidades. Después de todo, se lastimo casi de inmediato.

“He reconocido que has hecho todo lo posible”, consoló Mahiru. “Es maravilloso.”

“Wow, gracias.”

“Aunque me hubiera gustado que me lo pidieras con antelación”

“Eso me dices, pero sería horrible si cocinarías también mi almuerzo, en especial un fin de semana”

“Sé que intentas solucionar las cosas por tu cuenta, pero si hace un error y terminaras llamándome de todas maneras… Sería más sencillo que viniera desde un principio”

“Está bien”

En esta oportunidad, Amane termino con una pequeña lesión, pero si un terrible accidente en la cocina sucediera en su lugar, o que algún electrodoméstico llegara a fallar, sabía que no podría solucionarlo por sí mismo. Mahiru tuvo toda la razón.

“… Y por favor nunca intentes freír algo. Iniciarás un incendio”, agregó.

“No tengo avances suficientes para preparar comida frita”, admitió Amane.

“No creo que resulte tan difícil… Nuevamente, me obligo a preguntar cómo es que has sobrevivido en este tiempo”, bromeó Mahiru.

“Lamento todo esto” contesto Amane con un tono sombrío. “Actualmente sabes de porque vivía de la comida de las tiendas de conveniencia”

Mahiru le miro con preocupación en su cara. Amane no tenía malos ánimos o enfado, así que no tuvo de que preocuparse, pero Mahiru inclino su mirada, aparentemente preocupada de todas maneras.

“… Es solamente— mi miedo a la idea que prepares comida frita, Amane, así que, si quisieras un poco, ven a preguntarme, por favor”

“Está bien, entonces, mañana quisiera comer chuletas fritas”.

Inmediatamente recuperando su buen ánimo, Amane hizo una solicitud para la cena del siguiente día. Mahiru lanzo un pequeño y aliviado suspiro al escucharlo.

“Está bien, pero tendrás mucha ensalada de repollo a un costado. Y preparare sopa de miso con muchas verduras, ¿lo captas?”

“Sí, sí. Y.… te lo agradezco.”

“¿Por qué?”

“Por todo.”

Mahiru hacia mucho por Amane todos los días y siempre encontraría tiempo para preocuparse por su persona. Amane estuvo verdaderamente agradecido, aunque en ocasiones mencionara estupideces o cosas hirientes. No estaba seguro en donde hubiera terminado sin ella. Sin embargo, admitirlo le resultaba un poco vergonzoso.

“Me ayudas demasiado”, murmuró en calma. Luego regreso rápidamente a las verduras.

“Vamos a comer.”

“Suena bien.”

La lucha contra las verduras perduro por un hora, pero valiendo totalmente la pena. En la mesa hubo un salteado de verduras con cortes torpes, un omelette de preciosa forma… y grandes cantidades de huevos revueltos.

Naturalmente, ese hermoso omelette era un intento de Mahiru por dar una referencia para Amane. Aunque Amane hizo lo posible en la preparación de un segundo omelette, finalizo con huevos revueltos en su lugar.

El fallido intento de Amane se colocó por delante de Mahiru para ser evaluado. El omelette perfectamente elaborado, fue preparado para Amane.

Después de unir sus manos en agradecimiento por la comida, Mahiru tomo un trozo de los desalmados huevos con sus palillos para probar su sabor.

“…Sin dudas, resultaron en huevos revueltos sin sabor. ¿No le añadirás sal o pimienta?”

“Se me olvido. Además, se suponía que sería un omelette”

“Lo has revuelto demasiado. ¿En qué estuviste pensando, en mezclarlos con los palillos hasta que se disolvieran? Te avise sobre eso”

“Lo siento.”

Amane había olvidado la adicción de los condimentos porque hizo su mezcla de huevos mientras que Mahiru hacia su omelette. Contrario a eso, hubiera tenido una cuidadosa vigilancia en el proceso. La falta de sabor y la forma de los huevos fueron en su totalidad culpa de Amane.

Por otro lado, el plato de Mahiru resulto suave, blando e indudablemente delicioso. La diferencia entre ellos era similar a la noche y el día.

“… Considero, que, para ti, ha sido un buen intento. Lo importante es que lo has intentado. Aun así, me preocupa si lo intentaras por tu cuenta, la limpieza posterior resultaría tremenda, así que me encantaría que te lo tomaras con calma, ¿Está bien?” Mahiru preguntó.

“… Me hare totalmente dependiente de ti”, respondió Amane.

“Es un poco tarde para eso.”

“Ugh…”

“Es broma. Está bien, en realidad no, pero me gusta la apreciación que tienes por mi comida, y tampoco detesto enseñarte a cocinar, así que… en realidad, no tienes que preocuparte por eso”

“… Gracias de nuevo— por todo.”

Era realmente a la bondad de Mahiru que Amane podía vivir tan cómodamente. Tenía una gran deuda hacia ella, pero a Mahiru le molestaría que se humillara demasiado, así que mantuvo su cabeza en alto.

Curiosamente, Mahiru tuvo una expresión ligeramente en soledad mientras decía: “Si aprendes a cocinar, Amane, significaría que quedare absuelta de mis deberes”

Es verdad que Amane aprendería a preparar sus propias comidas, y no sería necesario en que Mahiru lo hiciera en su lugar, pero Amane negó con su cabeza.

“No, eso es… digo… Tu cocina es excelente, Mahiru, así que por favor… quisiera continuar su consumo por todo el tiempo que pueda. Sin embargo, supongo que es descarada de mi parte la pregunta”

Amane nunca negaría su egoísmo por querer que Mahiru continuara su cocina, pero al mismo tiempo, su comida era superior a la suya, y no podía rechazarla. Su dependencia se había establecido hace un largo tiempo, y Amane le aterrorizo la idea de que se terminara.

Los ojos de Mahiru se abrieron ampliamente ante esa humilde suplica, y sonrió por un momento. La vaga impresión de soledad desapareció en un instante.

“Ja ja. Estas desesperado, ¿no? Está bien, no tengo la intención de detenerme, no te preocupes por eso”

“…Gracias”, dijo Amane, mientras que sentía alivio por la desaparición de la sombría ansiedad de su cara, la cual fue reemplazada por una frágil sonrisa.

“¿Qué tal si te pido ayuda algunas veces? En pelar verduras, en la medición de ingredientes, en cosas así”, le propuso Mahiru. “Al igual que un niño ayudando en la cocina.”

“Amane, ahí es de donde debes empezar, ¿sabes?”

Tomando en cuenta que la destreza de Amane en realidad estaba a la par de un niño, no hubo nada que pudiera responder. Mahiru se miró entretenida por eso.