Otonari No Tenshi (NL)

Volumen 1

Capitulo 10: Madre Invasora

Parte 1

El hecho de que le pidiera a Mahiru que recogiera su parte de la fruta tan pronto como el envío llegara fue un gran error. A lo que Amane escucho los sonidos desde el intercomunicador junto a esa voz traviesa y alegre voz que decía “¡Aaa-maaa-neee!” en sus cercanías, le hizo comprender que estaba en problemas.

Amane estuvo muy agradecido de la iniciativa de Mahiru de preparar la comida para el sábado. Pareció ser una autentica bendición dada por los cielos para ese momento. Auténticamente, el estofado que preparo fue totalmente delicioso. La consistente salsa y el toque de pimienta negra resulto en una excelente combinación, y estuvo increíblemente deliciosa.

Mahiru no hizo nada malo. El culpable era el propio Amane por no darse cuenta de antemano en lo que su madre quiso decir con que estuviera el sábado en casa para la entrega y en lo molesta y amante de las sorpresas que era.

“… ¿Fujimiya? ¿Es la entrega…?” Mahiru preguntó.

“No, no. Es mi mamá. Probablemente le está dando uso a su llave de repuesto en la puerta y está viniendo hacia aquí”, explicó Amane. Reflexionando, era su propio error en evaluar los dichos de su madre tan directamente. De una manera u otra, ella siempre crearía situaciones para visitarlo. La madre de Amane nunca se resistiría a causar unos pocos problemas.

“… Uh, ¿tu mamá?”

“Probablemente vino a mirar si me encuentro bien… y no me conto de su visita. Probablemente porque sabría que limpiaría antes”

“Uh-Eh…”

“Reconozco que es difícil de digerir, pero eso no importa ahora”

En la actualidad, el problema fue que hacer con Mahiru. Si la madre de Amane aún permaneciera en el vestíbulo de la planta baja, podría regresar a casa, pero eso quedo fuera de su alcance ahora que iba de camino a su puerta. Al mismo tiempo, era claro que su madre se haría de una idea equivocada en cuanto entrara a su apartamento y se encontrara con Mahiru. No cabria duda de que Mahiru lo detestaría tanto como Amane.

En cuanto más tiempo Amane se distrajera, más cerca estuvo su madre de entrar.

No puedo creer que esto me esté sucediendo… Amane tenía una idea, pero no le agrado.

“… Lo siento, Shiina, pero ¿podrías esconderte en mi habitación por favor?”

“Eh, ¿qué?”

“Toma tus cosas, y a la oportunidad que logre llevar a mi madre afuera, regresa a tu casa. Lo siento mucho, ¿pero puedes por favor?

Sin más alternativas a la mano, Amane expreso su liderazgo y guio a Mahiru para que se escondiera. Afortunadamente, su limpieza para después de almuerzo había terminado, así que eso no interpondría un obstáculo. Si ocultara sus zapatos en el armario, no serían descubiertos, y Mahiru podría llevar sus pertenencias a la habitación de Amane.

El plan era ceder a que la madre de Amane hiciera una inspección rápida de su apartamento mientras que Mahiru se escondía. Amane le mencionaría a su madre que en realidad anhelaba comer de su comida, algo que probablemente la mantendría ocupada para ir a su habitación.

Fuera como fuera, Amane tenía que evitar la entrada de su madre a su habitación.

A propósito, pediría a su madre cocinar algo con un ingrediente que no hubiera en su nevera. Si ambas fueran a comprar, eso daría a Mahiru una ventana para escapar.

Amane explico rápidamente a Mahiru que su plan era la única alternativa mientras que le entrego su llave de repuesto y le pedía la mayor cooperación que pudiera conseguir.

“E-está bien, dijo, asintiendo en desconcierto.

A decir verdad, su almacén también era otra alternativa, pero Amane no quería que una chica esperara allí. No poseía calefacción, por lo que haría frio siendo esta época del año. La habitación de Amane tenía calefacción adecuada, así como suaves almohadas. No sería correcto tener a Mahiru sentada en un suelo descubierto mientras que tiembla por el frio.

“… Vale, cuento contigo. Tengo que confrontar a mi mamá, así que…”

Incluso antes de encontrarse con su madre, Amane parecía doblegado. Avanzo hacia la entrada mientras que Mahiru se dirigía silenciosamente a su habitación. Después de confirmar que el Ángel logro esconderse, Amane abrió de mala gana la puerta,

“Dios mío Amane, te has tardado mucho. Me alegra mirarte bien. Me había preguntado si te habías dormido”

Allí apareció la madre de Amane, en frente de la puerta de su apartamento. No la había visto desde las vacaciones de verano.

Aunque fuera su madre, difícilmente lo notorias por su apariencia. No es solamente por la vitalidad en su cara, sino que ella no actúa como alguien de su edad. Tenía la misma expresión de cuando Amane vivía en su casa.

“Sí, sí, me siento excelente, así que ¿qué tal si regresamos a casa?”

“¿Cómo puedes decirle eso a tu propia madre? Me tomó muchas horas venir,

¿Sabes? ¿Ni siquiera tengo un agradecimiento?”

“Muchas gracias por tan largo viaje, ahora puedes irte a casa”

“Vamos, no me digas eso. No es muy afectuoso. Actúa más como Shuuto, ¡tú papá!”

“Los hombres no necesitan ser tan afectuosos, ¿verdad?” Mientras que Amane escupía aquellas venenosas palabras, su madre, Shihoko, no parecía afectada, en su lugar se esmeró en un ataque de risas.

“¡En realidad te ha llegado tu fase rebelde!”, dijo. “Espero que no planees en tenerme afuera todo el día. Entrare, ¿está bien?”

“Espera, nadie te ha dicho que podías—“

“¿Has olvidado que papá y yo pagamos el alquiler del apartamento?”

No hubo nada que pudiera hacer Amane en lo que su madre jugara esa carta.

A malos ánimos, le permitió entrar.

Para evitar la entrada a su habitación, Amane llevo de casualidad a su madre por el corredor, mientras que continúan de su habitación y llegan a la sala de estar.

“Por cierto, deberías comentarme de antemano sobre tus visitas”, dijo Amane.

“Actualmente, no tendría una impresión clara de la vida de mi hijo si no vengo de imprevisto, ¿verdad?” Shihoko le contesto.

“Ugh… Mira, no tengo complicaciones, ¿está bien? Mantengo todo limpio”

“Realmente lo haces; Eso me sorprende. Nunca mantenías tu habitación limpia en casa, pero lo estas llevando por encima de mis expectativas. Me sorprende.” Shihoko le asintió con seriedad, mientras luce verdaderamente asombrada en su inspección de la sala de estar.

La verdad oculta resulto en este sitio permanecía limpio porque Mahiru ayuda a Amane en su limpieza. También sus contantes consejos y regaños fueron contribución a que su casa se mantuviera ordenada. En realidad, Mahiru merecía la mayor parte del crédito, pero Amane no tenía intenciones de decírselo a su madre.

“Tu tez también se mira saludable; debes tener una buena alimentación”, observó Shihoko.

“… Sí”, admitió Amane, sin ser capaz de mirar a su madre. Incluso la recuperación de su salud se la debía a ese Ángel.

“Incluso cocinas correctamente, Eh. Oh, ¿pero porque parece que cocinas para dos personas?”

El mantenido dedo de Shihoko apunto hacia su estantería de platos. Dos personas almorzaron, así que naturalmente hubo dos juegos de platillos. En un descuido, Amaneo olvido ocultarlos. Tuvo que haber recordado lo perceptiva que podría llegar a ser su madre.

“Sí, un amigo vino” La respuesta de Amane no era mentira. Hizo el intento de hablar con toda la indiferencia posible, mientras intentaba no temblar. Es preciso decir que Mahiru y Amane habían construido algo similar a una amistad, así que no era precisamente falso. Hubo el pequeño problema de ocultar que ese amigo en cuestión era una chica.

“Hmm” contesto Shihoko en un tono que sugirió su negación ante su explicación tan directa. Regreso a su inspección en la sala de estar.

“Supongo que has aprobado. Y lo haces tan bien, que es difícil creer que vivas solo”, finalmente admitió la madre de Amane.

En cualquier caso, Amane tuvo la capacidad de engañarla, aunque por poco. Extrañamente, sintió escalofríos recorriendo su columna vertebral, mientras que suda a montones. Por otro lado, tal vez no debió encontrarse sorprendido por aprobar la inspección de su madre. Después de todo, Mahiru logro algunos cambios sobre él.

“Ves, no tenías nada de qué preocuparte, mamá”

“Supongo que no; aunque no puedo creerlo. Apenas te movías en casa. Sin duda has madurado”

“… Básicamente me he convertido en un adulto”, contesto Amane, aunque internamente, se burló de sí mismo por tener la soltura para decir tal cosa.

“Buen trabajo”, le sonrió Shihoko, mientras que lo elogiaba.

Amane sintió incomodidad al escucharlo, ya que claramente no hizo nada por sí mismo. Sin embargo, no existía manera de que le contara la verdad a su madre, así que decidió mantener las cosas como estaban y sacarla de aquí. “Has terminado tu inspección, ¿verdad?” Me pregunto si puedo lograr que se vaya sin mencionar que quiero comer de su comida o lo que sea, pensó Amane.

“Me queda la inspección de tu habitación”, supongo”, reflexionó Shihoko indiferentemente.

Los ojos de Amane se abrieron ampliamente ante la caída de esa bomba. Mahiru aún continúa dentro. Si su madre encontrara a una chica oculta en su habitación causaría una catástrofe peor en lo que Amane hubiera mostrado a Mahiru desde un comienzo.

“Hey, no te pongas así. Incluso si eres mi madre, no quiero que te metas en mi habitación”

“¿Oh? ¿Tienes algo por lo que sentirte avergonzado?” Shihoko pregunto.

“Probablemente existan una o dos cosas vergonzosas en la habitación de un chico de preparatoria, si te pones a pensar”

“¿Entonces lo admites?”

“Sí, lo admito. Por favor, no entres”

Aunque era vergonzoso, no tenía más alternativa. Amane se vio en la obligación de respaldar las suposiciones de su madre para evitar la entrada a su habitación. Si encontrara a Mahiru en su habitación, seguramente se haría de la idea equivocada. Tanto por su propio bien como por el de Mahiru, Amane necesitaba evitar eso a toda costa.

Cuando la madre de Amane le vio bloquear la puerta de su habitación, en un intento desesperado por frenar su entrada, ella se dio cuenta de que algo estaba ocultando. Mientras que se acercaba a su hijo, Shihoko le dijo:

“Supongo que has crecido, si escondes ese tipo de cosas de tus padres”

Si iba de eso, Amane estuvo preparado para mantener a su madre afuera por la fuerza si es necesario, aunque admitió que esa idea no era de su gusto. Hizo sus preparativos para retenerla, pero entonces…

Impacto. Un ruido se escuchó desde el interior de su habitación.

“Amane…”

“Sí.”

“¿Qué estás ocultándome?”

“… No es tu asunto, mamá”

“Eso me respondes” Una amplia sonrisa apareció por la cara de Shihoko.

Era la clase de sonrisa forzada que no podía evitar. Amane se sentía bastante incómodo en cada oportunidad que le miraba así. Esa era su manera de agotar su resistencia.

Amane gimió, y Shihoko encontró una abertura. Ella coloco su mano contra el pomo de la puerta de su habitación, y para cuando Amane se dio cuenta de eso, era demasiado tarde. Shihoko pasó a un costado de Amane, con la intención de encontrar la fuente del ruido en el otro lado de la puerta.

Aquello que encontró con sus ojos más allá de la barrera que Amane no pudo establecer era la figura de una hermosa chica. Ella estuvo inclinada sobre la cama mientras que abrazaba una almohada sobre su pecho. Los ojos de la chica se encontraron cerrados, y su respiración tenía un ritmo apacible. Mahiru se había quedo dormida en cuanto Shihoko la descubrió.

Una cálida habitación junto a una calefacción adecuada y un estómago lleno después de un almuerzo eran las condiciones ideales para una siesta por la tarde. Amane no pudo evitar preguntarse si Mahiru dormiría en las habitaciones de los demás chicos, pero todo lo sucedido confirmo que a Amane lo encontró lo suficientemente inofensivo como para dormir en su habitación.

No podía culparla. Permanecer inmóvil para no causar ruido probablemente aburriría en poco tiempo.

El principal problema fue, que claro, Shihoko, llego en un momento tan inoportuno para ser testigo de una situación que sin duda no comprendería.

Si fuera un tercero, Amane también malinterpretaría la situación. Asumiría que tenían tanta intimidad en que Mahiru no tendría problemas de tener una siesta en su habitación.

Haciendo una mueca, Amane miró a su madre y miro a sus ojos brillar. Solamente se pudo imaginar la conmoción que causaría.

“¡Oh, Dios mío, Amane, tienes una novia tan adorable!” Shihoko gritó con su voz juvenil. “Sabes, ¡ella no es la clase de chica que te encontrarías en una esquina!”

Amane sintió dolor de cabeza.

Ella inmediatamente llego a la peor conclusión posible, y para empeorar las cosas, ella se encontró demasiado emocionada ante la idea de que su hijo estuviera saliendo con una chica tan adorable. No hubo dudas de que incluso su madre resulto afectada por la belleza de Mahiru.

Mahiru parecía tan vulnerable mientras dormía. El habitual y refinado aire de elegancia que siempre lucia en su máscara había desaparecido, revelando toda la cautivadora naturaleza de su apariencia. Su linda cara nunca se miró tan apacible— o más hermosa.

Amane se había acostumbrado levemente a la apariencia de Mahiru, pero viéndola así, nuevamente se encontró impactado de su increíble belleza. Su cara angelical contuvo una calma tan inocente. Y una vez más, sintió ese impulso de alcanzarla y tocarla. Su figura de ensueño, mientras abraza la almohada de Amane, despertó tantos deseos en su interior que era preferible mantenerlos para sí mismo.

Esta chica verdaderamente cautivadora era la novia de Amane, o eso pensó su madre. Su emoción no era de extrañar.

“¿Supongo que la razón por la que no querías que tu madre inspeccionara tu habitación es porque tu novia está presente? Mírate, has madurado tanto en frente de mis ojos”

“¡No es eso! ¡Has comprendido todo mal! ¡No es mi novia ni nada!”

“Venga, ¡no tienes que intentar excusarte! Tu madre no tiene intención de obstaculizar tu relación, Amane.”

“No, te lo menciono, ¡ese no es el problema aquí! ¡No estamos en un amorío!

¡Has comprendido todo mal!”

“Está bien, si me equivoco o no, ella aún está en tu habitación, ¿no?”

“¡Eso es por tu repentina aparición! Estábamos pasando el rato en la sala de estar, ¡pero sabía que malinterpretarías todo!”

“Mira, el problema con esa excusa es que nunca cederías tu apartamento a una chica que no te guste. Y en realidad no creo que una chica entre directamente a un apartamento de un chico que no sea de su gusto, ¿verdad?”

Amane luchó para encontrar una manera de argumentar sus excusas. Su madre tenía razón; Amane era bastante territorial cuando se trata de su espacio y no se inclina demasiado por ceder la entrada a su territorio.

En la primera vez que Mahiru entro, prácticamente forzó su camino, pero desde entonces, la recibiría en bienvenida, incluso si no viniera para cocinar.

Supongo que en realidad me gusta.

En cuanto a Amane, estuvo seguro de que su gusto por Mahiru era por su personalidad, y no por su apariencia. Tenía un gusto por esa parte contradictoria de la chica. Había un lado atrevido y honesto que no demostraría en la escuela, y sin embargo le era difícil expresar sus sentimientos. Le gusta su actitud respetuosa y molestamente servicial junto a su forma reservada de actuar. En cuanto era tomada por sorpresa, se pondría nerviosa, y su máscara se esfumaría momentáneamente, siendo algo de su agrado. Por, sobre todo, a Amane en especial le encantaba esa sonrisa angelical que en ocasiones aparecía por su cara. Pensó que cada uno de esos atributos era parte del atractivo de Mahiru.

Si tuviera que opinar en si era un sentimiento romántico, Amane insistiría en que es otra cosa, pero no podía negar en que Mahiru era una chica excepcional por muchas razones.

“Me preocupo como un amigo. No todas las relaciones entre miembros del sexo contrario deben ser románticas. Y estoy seguro de que también ella siente lo mismo”. Amane no era la clase de niño de mamá que obedecería en toda palabra a Shihoko. Además, Mahiru en parte también negaría tener esa insinuación.

“Eso no lo sabes, ¡Amane! ¿No estas actuando demasiado presuntuoso, creyendo saber lo que quiere su corazón?”

“¿Qué puedo decir para que veas que nuestra relación no es así?, ¿mamá…?

Shiina, por favor, ayúdame…”