Durara! (NL)

Volumen 2

Capítulo 3: El Más Peligroso De Ikebukuro

Parte 2

«Interesante».

«Muy, muy interesante».

Cuando les pregunté a las personas de la ciudad quién pensaban que era el más fuerte en Ikebukuro, obtuve una completa variedad de respuestas. Sin embargo, cuando le hice la misma pregunta a “la gente más fuerte” mencionada, todos ellos hablaron del mismo hombre.

Shizuo Heiwajima.

Si todo lo que decían era cierto, nunca había escuchado de un hombre que le hiciera menos honor a su  nombre. No había ningún indicio de serenidad o tranquilidad, diferente de lo que su nombre podría sugerir.

Pero, ¿Cómo era posible que la gente entendida en el tema a la que yo entrevisté inicialmente no hubiera escuchado sobre los rumores de Shizuo? Comencé a preguntarme sobre eso y volví a ponerme en contacto con algunas de las personas con las que hable primero.

Cada una de aquellas personas bien conectadas, cuando les pregunte por Shizuo, tuvieron la misma respuesta.

— No quiero tener nada que ver con él.

Tan simple como eso.

Y ahora estaba a punto de reunirme con ese monstruo.

Pude decir que al adolescente que había en mí le temblaban las rodillas de emoción al ver a este tipo en persona. Pero el adulto que hay en mí, para ser sincero, estaba temblando de miedo.

Un extraña sensación me recorrió mientras estaba enfrente de un pequeño edifico de oficinas. Era el tipo de lugar que tenía un vibrante y constante flujo de arrendatarios yendo y viniendo. No había ningún cartel colgado en la entrada del edificio.

— ¿Tú eres el que quiere ver a Shizuo?

El hombre que salió del edificio. Tenía la piel bronceada, una perfecta combinación para sus rastas, y su rostro lo hacía lucir como un anfitrión de un night club. Vestía la típica ropa de moda, lo que hacía difícil suponer que hacía para ganarse la vida.

— Él está arriba, así que le diré que baje si quieres… no te atrevas a hacerlo enojar.

— Está bien.

A pesar de su obvio aspecto japonés, el hombre se presentó como Tom Tanaka. Descubrí que él era el jefe de Shizuo en su actual trabajo, donde ambos eran cobradores de deudas de un sitio web de citas.

Evité preguntar si tal sitio era legal. Usualmente lo hubiera hecho, pero Shizuo Heiwajima era un tema mucho más urgente en este momento.

No solo estaba exudando curiosidad, estaba chorreándola.

— En serio, no lo hagas enojar. Es una gran molestia —repitió Tom.

Había escuchado de todo tipo de personas sobre la peligrosa naturaleza de este tipo Heiwajima. Pero haciendo tanto énfasis en el mismo punto una y otra vez, me sentía tratado como un idiota.

— Te voy a dar un consejo. No hables. Pregunta lo que le quieras preguntar, luego cállate y mira como un idiota mientras Shizuo habla. Cuando él haya terminado de hablar, di ‘muchas gracias’ y aun así, Shizuo no debería estar tan enojado contigo.

¿Qué se supone que significaba? Si no hablo, no podre preguntar lo que necesito preguntar. Sacar la verdad a alguien a partir de las contradicciones en sus declaraciones, ese es el rol de un entrevistador.

También, no soy tan estúpido como para hacer enojar a una persona a la que nunca le he hablado. Cuando Izaya Orihara se enojó, fue por su antagonismo con Shizuo Heiwajima. No fue mi culpa.

Pero decidí ser paciente y no plantearle nada de eso a Tom. Hablando de eso, lucia como un peleador muy decente. Definitivamente no quería causar ningún problema aquí.

Tom desapareció en el edificio mientras reflexionaba.

Era la hora del show.

El hombre que estaba  a punto de conocer era el peleador más fuerte de Ikebukuro.  Ese era el único título que tenía a su nombre. No tenía un record público de esto, ni había logrado alguna ganancia con ello.

En el Japón actual, ser solo un peleador fuerte no significa mucho. Si un hombre realmente se sentía seguro de sus habilidades de combate, podía convertirse en un profesional—y si era tan bueno como pensaba, podía tener fama y riqueza de esa forma. Sin embargo, Shizuo Heiwajima era un mero cobrador de deudas de sitios webs pagos. A los ojos de la sociedad, no era una posición que a alguien le importara o alabara.

No es un trabajo particularmente decente para los estándares de esta sociedad.

Pero el niño en mí había estado insomne de emoción por tres noches. Podía decir que mis instintos tenían a mi corazón golpeando contra las paredes de mi pecho.

La pregunta de verdad: ¿Era por miedo o emoción?

— Mmm.

Lo sabría cuando lo viera.

— Hola… Soy Heiwajima.

« ¿Hmm?».

Estaba tan enfocado tratando de calmarme que había fallado completamente en darme cuenta que alguien ya estaba parado frente a mí.

El joven vestía anteojos de sol de diseñador en su delgado y agradable rostro. Y mientras estaba ahí perplejo, él se había presentado como Heiwajima—

« ¿Eh?».

« ¿Heiwajima?».

— ¿Shizuo…Heiwajima? —pregunté, confundido. Él asintió inexpresivamente.

«Eh…».

Por un instante, fui incapaz de creer la situación.

¿Este es él?

¿Este es el… hombre más fuerte de Ikebukuro? ¿El hombre más temido de la ciudad?

Es vergonzoso admitirlo, pero había construido mi propia imagen mental del monstruo llamado Shizuo Heiwajima. Su cuerpo estaba cubierto de músculos de acero, tan gruesos como neumáticos, con la mirada fría de un asesino de película, sin mencionar las cicatrices. Y como si fuera poco, un tatuaje de dragón de cuerpo completo…

El único rasgo del joven que se parecía a mi imagen mental era su altura. Los anteojos de sol ocultando sus amables ojos no le quedaban bien del todo. Parecían como un triste intento de agregar un toque de genialidad a su apariencia.

Estaba preparado para algo un poco diferente de lo que había imaginado, pero esto estaba haciendo que me preguntara si todo lo que había escuchado era una broma.

Él ciertamente no lucía como alguien a quien los yakuza evitarían, y él ciertamente no podía lanzar una máquina expendedora por los aires.

Sé que las apariencias pueden engañar, pero tenía que haber un límite en ese cliché.

¿Había sido víctima de una trampa? ¿El yakuza Shiki o alguien más le dijo al Chef, al informante y a la policía que coincidieran sus historias y me engañaran?

No. Las color gangs las había escogido al azar en la calle. Ellos no pudieron haber coordinado arreglarlo de alguna forma.

¿Entonces este era un hombre diferente con el mismo nombre?

No, la motociclista negra me dijo que viniera exactamente a este edificio.

¿Entonces que era diferente?

¿Qué fue…? ¿Qué hice mal?

¿O este hombre está escondiendo su verdadera naturaleza?

No, no tenía razón de ser. He visto muchos tipos de personas en mi vida, y podía decir inmediatamente cuando alguien estaba mintiendo o escondiendo su verdadera habilidad de mí. Pero el tipo que tenía en frente parecía gentil y educado hasta la médula. Él no estaba mintiendo o a la defensiva en lo absoluto.

¿Qué significaba?

¿Qué era todo este asunto?

¿Era algún tipo de maestro de artes marciales? ¿Realmente tenia ataques especiales?

¿Qué tal si esa construcción esbelta ocultaba el hecho de que era un maestro de aikido…? Nahh.

Una persona podría ser capaz de lanzar a otra utilizando el peso de su objetivo, pero eso no sería suficiente para lanzar una máquina expendedora.

Esto no iba a salir bien. Si escribiera un artículo sobre este hombre como el hombre más fuerte de Ikebukuro y la gente luego lo viera en persona… ¿No me convertiría en el mentiroso más grande?

En este punto, tenía solo una opción: debía asumir que el poseía algún poder oculto que estaba sellado por el momento. Parecía demasiado estúpido para ser cierto, pero no podía entrar en la actitud de entrevista a menos que me dijera eso.

«Oye, quizá debería encontrar alguna forma de liberar aquel poder oculto de su interior».

Medio desesperado, contuve mi entusiasmo bajo control y comencé a hablar. Al principio, estaba planeando irnos a un café para la entrevista, pero ya no tenía ni la paciencia ni la consideración.

— Bueno… tengo dos o tres preguntas que me gustaría hacerle, Shizuo… — Está bien —masculló.

¿De verdad era tan fuerte en pelea? Estaba comenzando a pensar que incluso yo podría derribarlo. Yo me había puesto en peligro varias veces en mi trabajo. Había investigado bares de mala muerte, había sido amenazado por yakuzas,  e incluso había sido acorralado por miembros de las mafias extranjeras.

Me había abierto camino por peligrosas peleas, incluso si no había sido a través de una destreza física real. Tuve coraje de sobra.

— He escuchado muchas historias a cerca de ti, Shizuo… ¿Estas a menudo involucrado en peleas y confrontaciones? Eh, ¿no?

« ¿Por qué estás preguntando acerca de esto?», era lo que su expresión en su rostro estaba diciendo.

— ¿En serio?

— De hecho, yo odio la violencia.

«Oh, hermano, ¿estas bromeando? El tipo es un fracaso».

El adolescente interior se fue directo a dormir. Mis instintos ya no sentían ninguna clase de miedo o expectativas de él.

Estaba listo para finalizar la entrevista, así que termine tan rápido como pude.

— ¿Qué piensas de la ciudad últimamente?

— No mucho…es una bonita ciudad.

— ¿Conoces a la llamada ‘Motociclista negra’? — ¿Celty?, si, Celty es genial.

Bien… entonces este era el hombre que la motociclista negra había mencionado antes. Pero el problema era que había expresado que este era el hombre más fuerte de Ikebukuro…

Cuando estaba a punto de preguntarle sobre eso, el hombre ya había girado sobre sus talones y comenzaba a caminar de vuelta al edificio.

— ¿Ahh? ¿A dónde estás…?

— Eso era, ¿cierto?

— ¿Eh?

— Dijiste que tenías ‘dos o tres preguntas’ para hacerme, ¿no es así? Bueno, ya respondí tres, y no tengo nada más que decir.

« ¿Estas bromeando? ¿De qué está hablando?».

¿Lo tomó literalmente? Él debe ser el tipo de hombre al-pie-de-la-letra.

Como sea, necesitaba más que esto.

Decidí que mi mejor oportunidad para continuar la conversación era presionarlo un poco.

— Está bien, solo una pregunta más. Escuché que peleaste con la policía y lanzaste una máquina expendedora… ¿Pero eso no es cierto, verdad?

— …

— Izaya te engaño—

Algo estaba volando.

« ¿Volando?».

« ¿Qué estaba…?».

Al principio, no pude decir qué estaba volando.

Shizuo Heiwajima giró bruscamente y comenzó a volar a una asombrosa velocidad.

« ¿Dónde? ¿Hacia arriba? ¿Hacia adelante?».

No, hacia abajo.

Todo en mi campo de visión estaba sucediendo en cámara lenta.

Oh, espera. No solo Shizuo Heiwajima estaba volando.

También el edificio del que había salido, el pavimento de concreto, hasta el aire alrededor mío—

Y lo entendí.

Lo entendí todo de una vez—aunque no quería admitirlo.

Yo era el único que estaba volando.

Él no solo envió mi cuerpo, sino que mi buen juicio también estaba volando.

El impacto recorrió mi espalda, diciéndome que había caído sobre el suelo.

— ¡¡¡¡¡AAAAAHHHHHHH!!!!!

Balbuceé débilmente mientras el intenso dolor y el entumecimiento peleaban en mi cuerpo. Mi cerebro se apresuró a procesar que había sucedido.

En el momento en que Shizuo Heiwajima se dio la vuelta, sentí un tremendo impacto en mi garganta, y al siguiente instante estaba en el aire.

Era como montar en una montaña rusa y ser lanzado hacia atrás. Lo único que sentí en esa fracción de segundo… lo que yo asumo eran los músculos del brazo de Shizuo Heiwajima.

Pero— ¿realmente eran músculos?

Fue más como un neumático de un camión de volteo, comprimido a un tamaño suficiente como para poder atrapar mi cuello. Un denso manojo de fibras, aun así, suaves y flexibles. Al recordar con calma, eso parecía una descripción acertada. Pero en el momento en que me golpeó, no estaba preparado para analizar la sensación—lo único que me inundó fue el terror instantáneo.

«Mi cabeza va a ser arrancada».

Eso fue exactamente lo que sentí. En ese preciso momento, estaba seguro que mi cabeza seria arrancada—de la misma forma en que podrías sentirte teniendo la guadaña de la muerte presionada en tu cuello, lo que significaría que tu cabeza seria cortada. Debido al poderoso impacto y la fuerza centrífuga de ser lanzado hacia atrás.

Un lazo.

Él me golpeó con uno de los movimientos más básicos del manual de lucha libre profesional.

Aquellos que lo han visto en televisión podrían pensar que el lazo hace menos daño que un buen golpe o un German suplex^[1]. Algunos incluso podrían decir que cualquiera que sufra graves daños por un lazo tendría que estar perdiendo a propósito.

Pero ese sería un error. Una vez acompañe a un reportero de la página de deportes en su trabajo y le pedí a uno de ellos que usara alguno de sus movimientos de lucha conmigo. Escogí el lazo, pensando que sería el movimiento menos doloroso.

Aquel luchador profesional no pudo haber usado más de la mitad de su fuerza. Pero aun así me desmayé después de que me noqueara. Fue menos el daño por la caída, que del poderoso impacto de su brazo.

Esa experiencia previa era posiblemente la única razón porque la pude identificar que era un lazo lo que había sufrido.

Pero había una cosa que no podía entender todavía.  ¿Cómo diablos el delgado hombre que estaba viendo tenía la fuerza para lanzarme por los aires con un lazo? ¡Un hombre que claramente pesaba la mitad que la mayoría de los luchadores profesionales!

Puse bajo control mis pulmones que estaban con espasmos y vi a una figura acercándose a mí.

Demonios, mis ojos no estaban funcionando. Mi visión era borrosa.

La sombra de Shizuo Heiwajima se detuvo frente a mí, hablando suavemente.

— La razón por la que estaba tratando de alejarme…

Su voz era pacífica—y escalofriante. Algunas personas tenían voces gélidas. El hombre llamado Izaya que conocí el día de ayer tenía una de esas voces. Pero la voz de Shizuo Heiwajima estaba en un nivel de frialdad totalmente diferente.

Si Izaya tenía la clase de voz que podía helar a su interlocutor, esta era suficiente para causar un congelamiento. No, eso era demasiado gentil para describirlo. Era como nitrógeno líquido hirviendo, algo burbujeante envuelto en frio puro.

— …  fue porque estabas haciendo preguntas estúpidas y estaba a punto de volverme loco.

La voz era la misma que pertenecía  al mismo hombre de unos momentos atrás. Pero la temperatura de su voz era completamente diferente. Hasta ahora, solo habían sido palabras—sea como sea, no había ninguna intención en ellas.

— Verás, tuve que marcharme para asegurarme que no terminaría matándote.

Ahora había poder en sus palabras.

No era como que estaba diciendo palabras poderosas. No había ningún significado especial en lo que había dicho. Pero, ¿era posible encender el miedo en otra persona solo con el tono de voz? Incluso ese simple hecho me aterró.

Finalmente, mi visión se estaba recuperando de la conmoción del golpe.

Mis ojos encontraron al hombre parado en frente de mí. Sin duda era el mismo hombre con el que había estado momentos atrás.

Era el mismo hombre…

Pero… extrañamente… ¿Por qué sus anteojos de sol parecían quedarle tan bien?

Aquellos anteojos de sol, raros y fuera de lugar ahora combinaban perfectamente con su rostro.

No había nada diferente con su nariz, su contorno o su estilo de peinado. No había ningún cambio en particular en su expresión. Lo único que parecía haber cambiado de hace unos momentos atrás, debía ser esa ligera sonrisa en la comisura de su boca. Pero esa sonrisa no tenía efecto en la apariencia de sus anteojos.

Era su aura.

Su aura parecía haber cambiado. No había otra for-for-for-for-for-for-for-for-for-forma-forma-formaforma-forma-forma-for-for-for-for-for-for-for-forma-forma-forma-forma-for-for-forma-forma-forforma-for- forma-forma-forma-forma-forma-forma-forma-forma—

— ¿Quién dijo que podías dormirte?

Él me agarró del cuello y por un instante no pude respirar. Cuando me levantó del suelo, todo lo que pude sentir fue su increíble y monstruosa fuerza.

Tenía miedo.

En este punto, estaba aterrado, muy aterrado, celoso de mi propia decepción un momento atrás. Si el miedo hombre miedo aquí miedo era miedo verdaderamente miedo tan miedo débil, miedo miedo miedo cuan suertudo miedo miedo yo miedo miedo miedo seria miedo miedo miedo miedo miedomiedomiedomiedomiedomiedoayudamiedomiedoayudamiedomiedoayud  —

Cada parte de mi cuerpo gritaba de terror.

— Tú estabas tratando de enojarme, ¿no es cierto? ¡Ah! Sabes, no soy estúpido. Puedo decírtelo. Pero solo porque sé que no tiene sentido, no me volveré loco…

No había tiempo para despertar a mi adolescente dormido o para que mis instintos gritaran.

— Así que si cedo a la provocación y me vuelvo loco, ¿pierdo? Está bien, perdí entonces. Eso está bien. Porque no me preocupa perder esto, ¿verdad? Además, tú ganaste, y tu recompensa será que te mataré.

Ese era el momento.

— ¡¡AAAAAAAAAAAARRRRRRRGGGHHHH!!

Uno grito resonó.

Pero no estaba viniendo de mí.

Estaba tan paralizado de miedo que era incapaz de hablar.

El rugido que sacudió el callejón por completo venia de Shizuo Heiwajima.

El nitrógeno líquido repentinamente se transformó en aceite hirviendo, escupiendo toda la rabia contenida en su cuerpo hacia afuera.

— ¡Raaaah! ¡Te dije que odio la violencia!, ¡¿no?! ¡Y tú me obligaste a usarla! ¿Quién te crees que eres? ¿Dios? ¿Piensas que eres Dios? ¿Ah?

«Esto no es justo», comencé a pensar, antes de empezar a volar de nuevo.

No era un lanzamiento de judo real. Eso habría implicado algún elemento técnico. Aquí no había ninguno.

Él simplemente me lanzó al aire como una pelota de baseball.

Aunque de hecho nadie lo haría, imagine que un hombre con fuerza podía ser capaz de lanzar así a un niño pequeño. Pero yo peso mucho, mucho más que un niño—posiblemente más que el propio Shizuo Heiwajima, de hecho.

Entonces, ¿por qué estaba volando casi horizontalmente por el aire?

Si esto fuera un dibujo animado americano, podría haber golpeado la pared del edificio que estaba frente a mí y hacer un orificio con forma de hombre. Ciertamente sentí que había suficiente fuerza para eso, pero en realidad, después de un par de metros de vuelo, me estrellé contra el suelo y rodé por el pavimento.

« ¿Él va a matarme?».

Me pregunté, de repente mi mente se calmó ahora que el miedo había sido erradicado por la fuerza de su lanzamiento.

No quería morir.

Pero él iba a matarme.

Cuando termine el análisis de la situación, el miedo comenzó a arrastrarse de nuevo por mi corazón.

Pero en ese momento, la voz de mi salvador vino desde arriba.

— Oye, Shizuo.

La voz sonó familiar. Pertenecía a Tom Tanaka, el hombre que me presentó aquí.

— ¿Qué pasa Tom?

— ¿Recuerdas el ramen instantáneo que abriste? Ya han pasado los tres minutos.

— ¿En serio?

Sin la más leve vacilación, Shizuo Heiwajima simplemente me ignoró. Él volvió dentro del edificio como si nada hubiera pasado.

Así que él nunca tuvo la intención de hablar conmigo por más de tres minutos para empezar.

Pero no me importaba eso ahora.

Todo lo que quería hacer era disfrutar el sabor de la alegría de estar vivo.

Un momento después, Tanaka salió fuera del edificio y vino directo a donde estaba tendido.

— Bueno, buen trabajo. ¿No te advertí que no lo hicieras enojar? Por suerte para ti, cuando su punto de ebullición es baja, también se enfría rápidamente. Espero que hayas aprendido tu lección y que no seas tan estúpido para ir con la policía después de esto.

Aunque lo que estaba diciendo no tenía mucho sentido, asentí de todas maneras. Satisfecho, Tom se dio la vuelta y volvió al edificio.

Completamente solo, me di la vuelta para mirar el cielo, con las extremidades extendidas. No era como si quisiera saborear la sensación de estirarme en medio de la calle—tenia demasiado dolor como para pararme de todos modos.

Incluso cuando di las gracias por mi seguridad, me petrifique al darme cuenta de lo poderoso que había sido el miedo automático.

Cuando estaba rodeado por la mafia extranjera, el miedo era un poco más que una sensación desagradable, el sentimiento de que mi cuerpo se estaba pudriendo desde dentro. Incluso me las había arreglado para evadir la muerte por un disparo o un acuchillamiento aquella vez.

Pero lo que había experimentado fue miedo instantáneo. Una explosión de miedo—la sensación que uno debe sentir cuando es acuchillado inesperadamente por un hombre caminando por la calle.

De hecho, un cuchillo no era adecuado para describirlo. Una katana… si, las victimas del acuchillador de la katana vueltas locas por Ikebukuro, podrían estar sintiendo el mismo miedo justo en este momento.

Y ahora que el miedo había pasado…

Recordé porque quería ser un periodista…

Quería control, monopolizar.

Quería ganar lo mejor, la más impactante información por mí mismo y decirle al mundo por mis propios medios. Haciendo eso, esa verdad se volvería mía.

Era la búsqueda de aquel placer lo que me condujo a convertirme en un periodista, pero después de casarme y criar a mi hija, mi efervescente pasión se había enfriado.

Y ahora estaba de vuelta.

Todo había vuelto justo en este momento.

Reavivado por el miedo que acababa de saborear.

Increíble.

« Esto es increíble».

Cuán estúpido debía haber sido para dudarlo.

Pero era esa misma estupidez la que me trajo aquí.

¡Aquí para mi artículo!

El chico gritando de curiosidad en mi corazón estaba muerto. Él había muerto.

Y ahora, el adulto en mi estaba gritando por él.

« ¡Escribe! ».

« ¡Atrápalo!».

«Atrapa toda la verdad, ¡aunque tengas que fabricarla!».

« ¡Transforma el miedo que ese hombre puso en ti, en tu propia fuerza!».

«Así es, voy a salir a adelante».

« ¡Encontré esto a través de la experiencia del miedo y del dolor!».

No importa cuanto lo gritara, mi corazón seguía desbordándose con nuevas palabras.

Quería decirle al mundo sobre ese miedo.

Quería escribir un artículo sobre Shizuo Heiwajima.

Con mi manos, ¡con mis propias manos!

Quiero a Shizuo Heiwajima y que todo lo fuera de común de él me pertenezca, sin excepción.

Está bien.

Voy a superar esto.

Voy a superar mi miedo, investigar todo sobre él, y anunciarle al mundo entero su gloriosa fuerza. Ese es mi trabajo como periodista. De hecho, cuando consideras lo que tuve que pasar para cruzármelo, podrías decir que era mi destino.

No me importa si todos los rumores que giran alrededor de él son mentiras.

¡El instante de terror que sentí es una verdad infinita! No me importa si me dices que él no es el más fuerte. ¡Mi artículo lo hará el más fuerte!

¡Es cierto! Tengo cosas mejores que hacer que estar aquí tendido en el suelo.

Me paré de inmediato y di un paso hacia la conquista de mi momento de miedo—no, hacer de aquel miedo mi propia arma.

Eso es cierto. Soy un periodista.

Voy a descubrir todo sobre él—comenzando por sus gustos, sus lazos personales… ¡y como él puede tener esa fuerza tan increíble en un cuerpo tan delgado! ¡Todo: pasado, presente, y futuro!

Si puedo escribir este artículo, mi vida volverá a su curso. Arreglaré las cosas con mi hija. Puedo reavivar la vieja llama con mi esposa. Todo será tal cual era antes…

Apreté mis puños con absoluta determinación, listo para escribir el mejor artículo sobre Shizuo Heiwajima. Los apreté fuerte, muy fuerte…