Imouto Sae Ireba Ii (NL)

Volumen 8

Capitulo 9: Principe Mujeriego II

Parte 2

“… ¡¿?!”

Los ojos de Haruto y los otros tres jugadores se dirigieron a Saki. Llevaba el cabello de colores brillantes y la falda corta. Llevaba un pequeño llavero de peluche en la mochila y se estaba aplicando protector labial—la viva imagen del refinamiento.

“¿Crees que se parece a ella?”, preguntó Nayuta confundida.

Miyako soltó una carcajada. “Ahh, sí, yo tenía un aspecto similar en el instituto. Yo también tenía ese mismo tipo de llavero de osito de peluche”.

“Ohhh… ¡Vaya, así que esta es la versión de instituto de Miyako…!”

Haruto miró atentamente a Saki y luego refunfuñó ante Itsuki, frustrado.

“¡Nngh…!”

Así, el cubo perteneciente a “deportes” de Haruto se colocó junto a Saki. Honestamente, quería medir cuidadosamente el número de corazones en juego y su fuerza sobre los demás jugadores antes de decidir a quién apuntar. Pero si uno de los personajes se parecía a la chica que él buscaba en la vida real, tenía que apuntar por ella.

Esta era una tendencia común de ver en un juego con elementos “amorosos” como este. Si la carta de Reiko tuviera la imagen de un edificio o algunos cultivos para comerciar, cualquier jugador podría tomar fácilmente las decisiones correctas para maximizar sus beneficios. Pero este juego giraba en torno a las chicas, chicas sin más historia que su nombre y su retrato, pero lo suficientemente diferentes como para que los jugadores tuvieran a sus favoritas. Además, la falta de trasfondo permitía a los jugadores pensar libremente en “se parece a Miyako” o “tiene un aura fuerte”. Convertir a las chicas en el tema principal crea situaciones complejas que confieren a Moteneba un estilo de juego único.

La siguiente fue Nayuta. “¡No dejaré que el Príncipe Mujeriego te lleve, Myaa!”, gritó mientras colocaba su propio cubo de “deportes” junto a Saki. La cara de Haruto se tensó. Ya era un hecho aceptado que Saki se parecía a Miyako, así que predijo que Nayuta también iría tras ella.

“Je, je, je… ¡Diviértanse destruyéndose unos a otros, chicos…!”

Itsuki, quien lo había visto venir desde el principio, lanzó al grupo una sonrisa diabólica.

“¡Bien! ¿Por quién voy?”

Con el cubo en la mano, Itsuki comparó tranquilamente a las chicas. Entonces Nayuta se tapó la boca con una mano y le susurró.

“…’Tú eres la heroína principal de mi historia. Y toda buena historia necesita peso’”.

“¡¡~~~~~~~!!”

Que le susurraran su propia frase hizo que Itsuki se sonrojara intensamente.

“T-Tú, eso… ¡Kanikou! ¡Eso es, muy injusto…!”.

“¡Je-je-je! En el amor y la guerra todo vale…”

Pero Nayuta estaba igual de sonrojada.

“¡Ugh! Tú… Nngh…”

“¡Nya-ja-ja!”.

Haruto, Miyako y Chihiro los miraron con extrañeza, totalmente ajenos a lo que significaba esta conversación.

“…Arrgh, ¡está bien! ¡Me gustan las chicas serias! ¡Pesadas o no!”.

Resignado, Itsuki colocó su cubo junto a Reiko.

“¡¿Itsuki?! ¡Oye! ¡No le pongas las manos encima a mi Reiko!”.

“Lo lamento, pero Reiko es mía”.

“¡No, no si puedo evitarlo!”.

“Quítale las manos de encima. ¿Puedes traer la salvación a Reiko?”

“Y tampoco deberías tocarla a menos que hables en serio”.

Esta disputa en torno a Reiko continuó durante un rato más.

“Itsuki y Myaa se pelean por una chica que no soy yo… Ooooh, esto es tan deprimente…”

Nayuta frunció el ceño, a pesar de ser la instigadora.

“Bien, mi turno”.

Chihiro tomó uno de sus cubos, reflexionó un poco sobre la situación y luego lo colocó junto a Chizuru, la chica de gafas que acunaba un gato con ambas manos.

Itsuki sonrió ante esto.

“Oh, te gustan las gafas, ¿eh?”.

“¿Qué? No”. Chihiro se burló de él. “Estaba indeciso entre las dos chicas que dan seis corazones, pero pensé que debía conseguir una de esas cartas de evento”.

“Ohhh, claro…”

Era una estrategia perfectamente racional. Itsuki se sintió un poco avergonzado.

“Por cierto, Chihiro, ignorando cualquier elemento del juego, ¿cuál de estas chicas te gusta?”, preguntó Nayuta.

“¿Cuál me gusta…?”

Chihiro evaluó las ilustraciones de las chicas.

“Hmm… A Koharu parece que le gustan los deportes; quizá me gustaría jugar al voleibol con ella. Fumi, por otro lado, parece que apreciaría mucho mi comida, lo cual es agradable. También me gustaría que Mitsuki me enseñara lo que hay en su libro. Ah, y me gusta el sentido de la moda de Saki”.

“Pero, ¿con cuál te gustaría tener una cita?”, preguntó Miyako, extrañamente agitada.

Chihiro frunció el ceño “Um… Lo siento. Si esa es la pregunta, no estoy muy seguro. Creo que sería más divertido pasar el rato con todas ellas”.

“¡Itsuki! ¿No te parece que Chihiro es el protagonista de una novela ligera del tipo harem? ¿Rodeado de mujeres lindas todo el tiempo, pero sin llegar a tener una erección jamás?”.

“Bueno, tal vez él sea alguien más calmado”, respondió Itsuki. “Uno de esos ‘hombres herbívoros’ de los que oyes hablar”.

Nayuta frunció el ceño. “Creo que la idea de los hombres herbívoros es sólo un montón de basura inventada por los medios de comunicación, y aun si ese no es el caso—si un herbívoro tiene la suficiente hambre, devorará incluso más comida que un carnívoro, ¿sabes? Por ejemplo, pastará y pastará hasta que se coma todo el bosque. En cierto modo, el término es perfectamente adecuado”.

“… ¿Crees que Chihiro se convertirá algún día en un elefante o una jirafa hambrienta?”.

“¡Oh, vamos chicos!”

Chihiro se sonrojó y les hizo un puchero, mientras Haruto se quedaba mirando al vacío.

“Sabes”, dijo. “En cierto modo lo entiendo. Algo así como pensar que es más divertido salir con todo el mundo en vez de salir oficialmente con alguien. Eso es realmente cierto a veces. Como por ejemplo, en la vida real”.

“Vaya. Para alguien que destrozó su club de juegos universitario, esas palabras tienen mucho peso”.

“¡Yo no lo destrocé!”, Haruto contestó a Itsuki. Durante la universidad, fue miembro de un club de juegos de rol que se desmoronó por culpa de una mujer—la única mujer del club, de hecho, que fue rechazada por Haruto en parte porque en aquel entonces estaba mucho más interesado en jugar que en tener una relación romántica. Pero incluso ahora que había alguien en quien había puesto sus ojos, disfrutar del tiempo libre con todo el mundo le parecía tan insustituible como el amor.

En cualquier caso, esto dio por terminado el primer turno de todos. Miyako no perdió el tiempo usando un segundo cubo para acercarse a Reiko. La siguió Haruto, quien resistió el impulso de apuntar estratégicamente a otras chicas y puso otro cubo sobre Saki. Nayuta hizo lo mismo e Itsuki también hizo un segundo acercamiento a Reiko. Sólo Chihiro cambió su movimiento para el segundo turno, colocando un cubo junto a Koharu, del equipo de voleibol.

Las cosas continuaron a buen ritmo hasta que todos habían jugado seis turnos, marcando el final del Primer Año—y tras una tensa batalla, fue Haruto quien salió victorioso en la lucha por las emociones de Saki.

“¡Muy bieeeen!”.

La victoria hizo gritar a Haruto sin que pudiera contenerse. Recogió tímidamente tres corazones y una carta de evento.

“Hmph… Pero sólo estoy empezando”, dijo Nayuta, hosca, mientras tomaba sus tres corazones.

“¿Así que Haruto es su objetivo principal y Kanikou su elección por si las dudas?”

Nayuta asintió a Itsuki. “…Supongo”. Se volvió hacia Miyako y suspiró. “Ah, tan voluble”.

“¡¿Por qué me miras mientras dices eso?! ¡Ni siquiera es mi chica!”

Miyako se sonrojó, pero tenía motivos para estar contenta tras ganar la pelea con Itsuki por el amor de Reiko. Itsuki no tenía tantos cubos “deportivos” como Miyako al principio, así que intentó ajustar las tendencias de popularidad para aumentar el valor de sus propios cubos, pero el único cubo que eso le costó, acabó marcando la diferencia. No consiguió alcanzar a Miyako, así que los ocho corazones fueron suyos, e Itsuki, como perdedor, no consiguió nada.

“¡Maldita sea! ¡Después de todo lo que le di, no me corresponde con nada…!”

Itsuki se quedó mirando la carta, abatido, reflexionando sobre todo el esfuerzo desperdiciado, mientras Nayuta le dedicaba una suave sonrisa.

“Aw, no te preocupes, Itsuki. Si no te rindes y sigues al ataque con ella, estoy segura de que al final se fijará en ti.

Igual que yo conseguí tu corazón. Me mantuve firme sin importar cuántas veces me rechazaste”.

“¡D-deja de decir cosas vergonzosas como esa!”, gritó Itsuki sonrojándose, mientras Miyako observaba sus bromas con sentimientos encontrados.

Pero mientras los cuatro se enzarzaban en este combate cuerpo a cuerpo, en el que el romance real se entremezclaba libremente con los amantes en las cartas, Chihiro era el único jugador que realmente intentaba ganar la partida.

“Hmm… Entonces conseguí cinco corazones y una carta de evento de Chizuru, cuatro corazones y un evento de Koharu, seis corazones de Mitsuki, seis de Kaoru y seis de Fumi, para un total de veintisiete puntos y dos cartas de evento”.

Había colocado un cubo junto a cada chica, aparte de Saki y Reiko (ambas sometidas a una intensa guerra de ofertas). Así ganó el máximo número de puntos con el menor esfuerzo.

““““……….””””

Los otros cuatro jugadores se quedaron mirando la pequeña montaña de fichas de corazón y cartas que tenía delante, indignados.

“Es un maestro del harem. Hay un verdadero maestro del harem entre nosotros…”, murmuró Itsuki.

“Sí que eres popular, Chihiro”, rio Haruto.

“¡N-no, no lo soy! ¡Estas chicas son sólo mis amigas!”.

Chihiro tartamudeaba, como un hombre al que su mujer acaba de encontrar en un club con su amante.

“Vaya, Chihiro fue el verdadero Príncipe Mujeriego todo este tiempo”.

El análisis de Nayuta hizo sonrojar a Chihiro.

“No soy un hombre… mujeriego ni nada parecido, ¿bien?”.

Tuvo que apresurarse para disimular la confesión letal que estuvo a punto de hacer.

Hermanita

En cualquier caso, el estilo de juego gigoló de Chihiro conmocionó a los otros cuatro lo suficiente como para darse cuenta de que no había tiempo para dejar que sus obsesiones de la vida real afectaran su rendimiento. Para el Segundo Año, se abandonaron las derrochadoras e ineficaces guerras de apuestas, y los jugadores se centraron primero en hacerse más populares.

“A mí también me gusta mucho el voleibol. Quizá debería unirme al equipo”.

Miyako colocó un cubo junto a Koharu.

“¿Qué fue eso?”, dijo Haruto. “¿Quieres ser escritora, Mitsuki? Bueno, yo debuté como profesional en el instituto, así que, ¿qué tal si te doy algún consejo?”

Todo esto era imaginación de Haruto, por supuesto; nada de eso estaba escrito en la tarjeta de Mitsuki ni en las reglas.

“¿Está bien si le digo a Aioi lo que acabas de decir, Fuwa?”, bromeó Chihiro.

“¡No, por favor, no!”, suplicó Haruto.

“Kaoru es buena tocando la trompeta, ¿verdad? Quizá le gustaría poner su boca en la de mis pantalones…”

Nayuta no se anduvo con tonterías y colocó un cubo sobre Kaoru.

“¡Mira, a las chicas no les gustan los musculitos que sólo son buenos en los deportes! ¡Este año, todo se trata de dinero, dinero, dinero!”.

Itsuki, quien este año había sacado un gran número de cubos de “dinero”, decidió utilizar uno para aumentar el valor de la tendencia del “dinero”.

“¡Ja, ja, ja! ¡Cuidado, chicas! ¡Prepárense para caer de rodillas cuando vean lo rico que me hizo mi anime!”.

Los resultados hicieron que el corazón de Reiko (y los suyos) se desviaran de Miyako hacia Itsuki.

“¡¿Qué?! ¡¿Vas a engañar a mi Reiko para que te ame por dinero?!”

“¡Ja, ja, ja! ¡Ese es el poder del derroche, nena!”

Su risa sonó fuerte en toda la sala de estar. Pero:

“Oh, ¡qué bien! Yo también tengo muchos cubos de ‘dinero’”. Chihiro sonrió y colocó uno de ellos junto a Chizuru.

“¡¿Eh?! ¡Oh, mierda…!”

“Ahora está usando el poder del dinero para conquistarlas a todas… Está actuando aún más como el verdadero Príncipe Mujeriego…”.

Itsuki se desanimó y Nayuta se preocupó. Pero incluso mientras los otros cuatro jugadores luchaban y maquinaban para alcanzar a Chihiro, el Segundo Año terminó sin que nadie se le acercara. Incluso cuando Haruto consiguió presionarlo en el Tercer Año, Chihiro se adelantó una vez más con algunas cartas de evento bien jugadas, que le permitieron intercambiar un cubo con otro jugador y controlar las tendencias de popularidad. La partida terminó con él muy por delante.

Frustrado, Haruto miró a Miyako e Itsuki. “¡No puedo creerlo! Podríamos haber tenido una oportunidad si todos hubiéramos trabajado juntos para derribar a Chihiro…”

“¿Qu-Qué podía hacer? Sólo quería mantener a Reiko bajo mi protección…”

“Todo lo que hice fue seguir a mi corazón. No me arrepiento de nada”.

En el Tercer Año, cuando tuvieron claro que no podían vencer a Chihiro, ambos se enzarzaron en una guerra por Reiko, rechazando la oferta de Haruto de formar un equipo. La victoria en Moteneba requería saber cuándo cortar por lo sano si la inversión no daba sus frutos, pero como lo que estaba en juego era el “amor” en lugar de acciones o bonos, podía resultar difícil trabajar estrictamente en función de las ganancias y las pérdidas.

“Chihiro es realmente la única persona digna del nombre Príncipe Mujeriego…”, Nayuta estaba impresionada.

Haruto asintió junto a ella. “Felicidades, Chihiro. Te traspaso mi título”.

“¡Te lo agradezco, pero no gracias!”, protestó Chihiro sonrojado.

“Esa es la regla”, respondió Itsuki. “El que gane se llamará Príncipe Mujeriego. Pero si realmente no quieres…”

“¿Si no quiero…?”

“Entonces tienes que posar como el protagonista de un anime de comedia romántica y gritar ‘¡¡Estoy harto de tener un harem!!’. Entonces puedes renunciar a ese título”.

“Um, ¿esa es la regla?”

“Sip”, respondió Itsuki, con aspecto serio.

“¿De verdad…?”

Chihiro miró a Haruto con inquietud. “Ajam”. Haruto asintió en respuesta.

“Oh… Bueno, está bien entonces…”

Se puso de pie y levantó los brazos en alto.

“Yo… estoy harto de tener un harem…”

“¡En voz alta!”, gritó Itsuki.

“¡¡Estoy harto de tener un harem!!”

“Bien, bien”.

El grito desesperado y con el rostro enrojecido de Chihiro fue recibido con un caluroso aplauso por el resto de la sala.

“Tampoco es como si esa regla existiera realmente”, reveló Haruto con una sonrisa.

“¡Oh, chicos…! ¡Lo sabía!”.

Chihiro volvió a sentarse, haciendo pucheros, mientras Itsuki se reía de él.

Hermanita

Los cinco guardaron la caja de Moteneba y estaban disfrutando de un poco de tarta de postre cuando sonó el timbre de la puerta.

“¿Quién es…?”

Itsuki se levantó y abrió la puerta, encontrándose con un hombre de aspecto familiar con una cabeza de aspecto muy poco familiar.

“¡¿Eeep?!”

Itsuki soltó un grito de sorpresa al ver al recién calvo Kenjiro Toki.

“Uh, ¿qué le pasó a tu cabeza…?”

Era la primera vez que Toki se dejaba ver ante él.

“Me afeité el cabello, por vergüenza por las filtraciones del anime”.

“Um, oh… Oh”.

Itsuki se quedó mirándolo sin comprender. Luego hizo una mueca de disgusto.

“…Afeitarse la cabeza no va a hacer que las filtraciones desaparezcan, ¿sabes?”, murmuró Itsuki.

Toki asintió dócilmente. “Lo sé. Esto lo hice por mi bien”.

“…Bueno, siempre y cuando lo sepas… ¿Qué ocurre esta noche?”

“Esto”. Toki le entregó a Itsuki una bolsa de papel.

¿Qué, trajiste una caja de bombones como disculpa? se preguntó Itsuki. Pero cuando miró dentro, vio que contenía una carpeta con una sola hoja de papel. La sacó. En la hoja había una ilustración del reparto principal de Todo sobre mi hermanita, con las manos en alto en una pose de “yupi”. Las palabras “¡Felicidades! ¡El proyecto del anime arranca!” estaban escritas.

“¿Esto es… de Hoshiimo?”, preguntó Itsuki mientras lo miraba fijamente.

“Sí. Esta es la ilustración que íbamos a publicar con el lanzamiento de la página web del anime”.

“Pensé que habían cancelado eso…”

Itsuki estaba confundido. Toki le había dicho hace unos días que Hoshiimo estaba tan mortificado por la filtración que acabaron cancelando la obra de arte conmemorativa que habían planeado. Esta hoja de papel no parecía provenir de alguien con el corazón roto. De hecho, era una de las mejores ilustraciones de ImoSube que había visto.

“Bueno, me las arreglé para poner a Hoshiimo de nuevo en el buen camino. Esta imagen se publicará en el sitio web mañana”.

“¿Lo pusiste ‘en el buen camino’? ¿Qué hiciste?”

“Lo invité a Tokio y lo hice pasar el mejor momento posible”, respondió Toki, extrañamente apenado.

“¿El mejor momento posible…?” “…………..Lo llevé a un burdel”. “¿Qu—?”

“Hay una chica de primera clase a la que ni siquiera yo puedo recurrir tan a menudo, a quien le rogué y supliqué que lo entretuviera. Déjame decirte que, si no fuera miembro platino de ese club, nunca habría sucedido”.

“………”.

La fría desaprobación era evidente en los ojos de Itsuki, y Toki se marchitó ante ella.

“¡N-No me mires así! La empresa no cubre ese tipo de cosas, ¡así que tuve que pagarlo yo mismo! …Bueno, mi jefe pagó la mitad, pero… Oh, pero déjame decirte cómo luce esta chica—”

“¡No me importa!”, Itsuki suspiró, interrumpiéndolo antes de que pudiera entrar en más detalles. “Bueno… Si eso era lo que hacía falta para que Hoshiimo se sintiera mejor, entonces genial, pero…”

Volvió a mirar la ilustración. Era el mejor trabajo que Hoshiimo había hecho nunca; los personajes femeninos eran incluso más atractivos que en cualquier obra anterior. Pensar en que tenía que agradecérselo a la industria del sexo japonesa dejó a Itsuki con sentimientos encontrados.

Pero bueno, un ilustrador que lo preocupaba había recuperado su energía, y aunque esta obra de arte llegó un poco tarde, ahora estaba totalmente terminada. El corazón de Itsuki, hasta entonces nublado por las filtraciones, por fin volvía a brillar bajo el sol.

“¡Muy bien! ¡Es hora de empezar a celebrar este anime de verdad! ¡Acabemos con todo el alcohol que nos queda! ¡Únete a nosotros, KenKen!”.

Toki sonrió un poco ante la brillante sonrisa de Itsuki.

“Sólo vine para entregarte esto, pero… está bien”.

Cuando entró, sorprendió a todo el mundo.

“¡¿Ah…?! ¡¿Señor Toki?!”

“¡¿Qué le pasó a tu cabello?!”

“Apuesto a que sientes frío… pero te queda bien”.

“Si”, dijo Toki con una sonrisa tímida, “Bueno, todavía tengo mucho que aprender en mi trabajo, así que…”

“¿Quiere un bocadillo, Señor Toki?”.

“… ¡!”

El sonido de la voz de Chihiro hizo que Toki se estremeciera de pies a cabeza.

“……”

Miró nerviosamente el rostro de Chihiro, luego su pecho, luego sus caderas, sin encontrar dónde posar los ojos mientras Chihiro lo miraba fijamente.

“Um, ¿Señor Toki?”

“N-No, eh, sí, ¡quisiera comer un poco!”.

La sobre emocionada respuesta desconcertó a Chihiro, quien se dirigió a la cocina. Toki lo inspeccionó más a fondo—sobre todo el trasero—y empezó a sudar frío.

Hermanita

—Ah, otro día divertido…

Después de despedirse del resto del grupo a eso de las nueve de la noche, Chihiro repasó mentalmente los acontecimientos del día durante el trayecto en autobús y sonrió. El extraño comportamiento de Toki se le quedó grabado en la mente, pero el día de hoy había sido realmente divertido.

La primera vez que se reunió con Haruto, Miyako y Nayuta fue durante un encuentro de juegos de rol el pasado marzo, y desde entonces había participado en sus sesiones de juego. Esta noche incluso la coronaron “Príncipe Mujeriego”. El hecho de que todos ellos la trataran sin reservas—sin compasión, dirían algunos—la hacía feliz. Se sentía como si fuera un miembro más del grupo de amigos, no sólo la hermana menor de Itsuki.

Eso ocurría con Haruto en particular. Habían ido juntos a una cita grupal sin Itsuki y ahora hablaban de construir robots. Ninguno de los amigos de Chihiro en la escuela estaba metido en ese tipo de cosas, así que era muy divertido charlar con Haruto al respecto.

Su sonrisa se acentuó al pensar en eso… Estaba tan contenta que hasta se olvidó del enorme secreto que seguía ocultándoles a todos.