Durara! (NL)

Volumen 1

Epilogo 2: La Vida Cotidiana – Bajo La Superficie

Una sombra negra viajaba por la carretera nacional N° 254.

Era una moto negra, sin faros. Muy por delante de ella, unas pocas patrullas iluminaban la oscuridad de la noche con un resplandor rojo.

Un momento después, enfrente de estos móviles policiales, se oyó una explosión.

Esto hizo que el motor, antes silencioso, gritara en la calle.

Ah, es el ‘Dullahan’.

Sí, es realmente genial. Definitivamente esCG.

Karisawa yYumasaki hablaban felizmente, mientrasCelty pasaba al lado de una camioneta.

Aunque la habían visto con sus propios ojos, en realidad no parecían entender la seriedad de la situación. No eran solamente ellos, todos los que la habían visto pelear, sorprendentemente habían aceptado su existencia como algo natural.

Tal vez fue por esa sensación de no ser capaces de cuestionar lo que era, tal vez, fue porque ya formaba parte de esa ‘ciudad’ o quizás fue porque la gente prefería pensar en ella como un sueño.

Algunas personas habían publicado en internet lo que había sucedido y que por supuesto, al fin y al cabo nadie creyó.

Así los rumores comenzaron a difundirse online que la reunión de esa noche había sido en realidad, una especie de broma pesada. Al final, el nombre de los ‘Dollars’ no se hizo más famoso. Pero este final era mucho mejor que atraer la atención de la policía o de una organización clandestina.

Para los que habían ido a ese encuentro, los acontecimientos de esa noche se grabaron profundamente en sus corazones.

¿Pero por qué se presentó en la reunión?

Kadota habló desde el asiento delantero del acompañante, sin volver la cabeza hacia atrás:

¿Sabías que la Motocicleta Negra es… en realidad miembro de los ‘Dollars’? ¿Eh? ¿En serio?

Es la primera vez que escucho algo así. ¡Así que por eso peleó tan visiblemente frente a nosotros!

¡Qué impresionante! ¡Con él, los ‘Dollars’ van a ser completamente invencibles!

Mientras escuchaba las diferentes exclamaciones de Yumasaki y Karisawa que estaban sentados atrás, Kyohei sin mediar palabra, cerró los ojos.

Pensó en lo que Izaya le había dicho esa noche, cuando estaba a punto de irse.

Dotachin, me reuní con el jefe de los ‘Dollars’. ¿Quieres saber cómo surgió el nombre de nuestro grupo?

¿No fue por el dicho: ‘Dame todos tus dólares?’

No es así. Nuestro grupo se basa en no hacer nada, y aun así el nombre está bastante bien. De hecho no hacemos nada. Todos se reúnen y se dedican al dara dara54. Es así de simple.

En realidad, el grupo no tenía estructura interna. Los ‘Dollars’ no era más que la pared de una fortaleza, permitiendo a aquellos que entraban, cambiarla como quisieran. Luego todo dependía de qué tan hermosas o intimidantes hicieran las paredes.

“Incluso si el grupo no significa nada, su sola presencia era suficiente como para que su nombre durara….en ese aspecto no es tan diferente a una persona.”

Kadota miró hacia adelante al alboroto que parecía ser un ‘carnaval’, y sonrió como burlándose de sí mismo.

“Justamente como ese motociclista negro.”

Celty voló hacia delante, usando el costado de la camioneta como suelo, y así logrando sacarse de encima a los autos de policía.

Al lado del oficial con los ojos abiertos de sorpresa, el camarógrafo estaba visiblemente exaltado. Parecía que estaba filmando material para un programa especial centrado en criminales prófugos, que era transmitido con frecuencia por la televisión.

Aunque el hada ya había visto la cámara, procedió a formar su guadaña con ‘sombra’ sin titubear por un segundo.

Manteniendo en alto esa hoz de más de tres metros nunca antes vista —Celty gritó en la noche.

“Filma si quieres filmar, mira si quieres mirar. ¡Graba la imagen de este monstruo sobre la tierra! ¿Y qué? Esta es mi vida. Estas son las marcas que he dejado atrás después de tantos años, no tengo nada de qué avergonzarme.”

Ya no se escondía en la oscuridad, sino que brillaba en ella. Ella elegiría su propio camino para andar, sin que le importara demasiado sobre lo que estaba bien y lo que estaba mal.

Días comunes, días sin demasiada esperanza ni desesperación. Sabiendo que nada podía cambiarse, y aun así sentir satisfacción sin igual.

54 NdE: ‘Dara dara’ significa no hacer nada.

A medida que descendía la guadaña enorme sobre los autos a prueba de balas, Celty se dio cuenta que desde esa noche, cuando ella se expuso ante esa ciudad, se había vuelto aún más apegada a ésta de lo que lo había estado antes.

Quizás aún más de lo que estaba por su propia cabeza, cuyo paradero todavía desconocía.

Las ventanas del auto se abrieron y una persona desde adentro le disparó al casco.

La bala hizo añicos el visor y se alojó en el interior.

Y en ese espacio vacío, la sombra indudablemente estaba sonriendo.

-FIN DEL VOLUMEN 1-