Taimadou Gakuen 35 Shiken Shoutai (NL)

Volumen 13

Capitulo 6: ¡Voy A Cortarte!

Parte 3

Cobardía, blasfemia, herejía. Todo era bienvenido.

《No hay tiempo para perder con charlas. Ahí viene.》

Sorprendido por la voz de Nacht, Haunted se quedó mirando a la ballena monstruosa nadando en el cielo. En el momento en que escuchó un grito que sonó como un cuerno, algo corrió en la cima de la ballena. Al ver a Takeru correr en espiral con la espada perforándola, Haunted felizmente balanceó su espada hacia los lados.

Inmediatamente después de que la ballena se volvió partículas mágicas como resultado del contraataque de Takeru. Haunted hizo varios círculos mágicos aparecer e invocó un ejército de variantes, mandándolas al cielo. Bosque Belladona. Abriendo una puerta a otro mundo, Haunted continuó invocando un ejército de organismos mágicos de nivel bajo.

Un ejército anormal se acercó a Takeru mientras caía del cielo.

Takeru demostró que encarar al Estilo de Doble Filo, usar variantes era la mayor estupidez. Usando varios ataques del Estilo de Doble Filo, cortó al ejército de monstruos.

Esquivando a los que no podía manejar eyectando poder mágico, Takeru descendió justo por encima de Haunted.

Haunted agarró a Nacht y le ordenó endurecer la hoja. Cuando la fuerza y la dureza de la hoja se elevaron al límite moldeó la espada a una forma curva, luego la regresó a la funda. Como la funda no era un Patrimonio Mágico, fue doblada y distorsionada por la hoja.

La delgada y recta espada estoque no puede usarse para movimientos rápidos de desenvaine. Aunque era posible al curvar ligeramente la hoja, no tenía mucho significado.

Sin embargo, era un hecho que esta posición lo hacía fácil para el ataque que provenía. Era perfecto para lidiar con los rápidos movimientos del oponente. Por supuesto, lo hizo por puro interés, esperando intentarlo de nuevo.

“——¡¡Ven…!! ¡Te aplastaré como una mosca…!”

No tenía intenciones de esquivar. Aunque tratara de hacerlo, Takeru corregiría su objetivo eyectando poder mágico y aplastando desde arriba. Eso es lo que Haunted sintió.

Es por eso que eligió una confrontación directa. Haunted decidió jugar con él.

—Takeru comenzó a girar verticalmente en el cielo. Como su brazo izquierdo fue herido por el ataque de la ballena monstruosa no podía usar la kodachi. Transformó la espada en una gran zweihander.

Se acercó a la superficie donde Haunted estaba, con un buen agarre a su distancia. Era una técnica que utilizó incontables veces, su cuerpo conocía el momento perfecto para aplastar.

“Estilo de Doble Filo Kusanagi—”

Girando al límite y a punto de chocar con el suelo, Takeru liberó la técnica hacia la cabeza de Haunted.

“—¡Declive de Mantis!”

Al mismo tiempo, Haunted desenvainó el estoque y dobló su mitad superior del cuerpo para dar un ataque de desenvaine.

Aunque la enorme zweihander era abrumadoramente más poderosa que el estoque, la fuerza del estoque podía bloquear cualquier impacto.

Las espadas se acercaron. “————”

En el momento en que la  espada de  Takeru golpeó el estoque, la zweihander cambió a una tanto.

Haunted se quedó sin palabras por el asombro. El estoque que estaba empujando la zweihander cortó el aire mientras que la zweihander desapareció y Takeru la deslizó para cortar el brazo izquierdo de Haunted con la tanto.

——*¡slshhp!*

Al mismo tiempo que Takeru aterrizó, la tierra se hundió. Con su brazo izquierdo cortado por la tanto, Haunted distorsionó su cara con frustración. Takeru lo miró desde su postura de aterrizaje y regresó la forma de la espada a una nodachi, la apretó con su mano derecha.

“… ¡¡ghhh…!!” “… ¡AAAaaa…!”

La Dáinsleif sostenida por Haunted dejó salir un crujiente sonido.

Sosteniendo la espada en forma de nodachi, Takeru lo vio con sus ojos rojos de demonio llenos de llamas.

“¡¡KHAAAAAaAAaAAAaaaaaa!!”

Y—la pelea de ambos con espadas volvió a comenzar.

Ambos usaban un brazo. Su cansancio no era tan ligero como para permitirles enfocarse completamente en el desvío.

Eran completamente temerarios. Usando toda la fuerza que tenían cortaron al bastardo frente a ellos.

Las espadas se cruzaban con un sonido chillante. La respuesta de Takeru con técnicas eventualmente se volvió movimientos básicos de espada. La peculiar esgrima occidental de Haunted se deformó y comenzó a perder su figura, volviéndose una bestia balanceando sus colmillos.

La sangra salpicaba, la carne se rasgaba, todo alrededor estaba teñido de rojo. Era imposible de saber de quién eran las heridas o de quién era la sangre.

Ambos estaban llenos de heridas.

Y aun así, la ira no les permitía detener sus cuerpos.

No podían permitirse que la persona frente a ellos existiera. Eso es lo que los dos sentían desde el inicio.

Odio cómo actúa. Odio cómo piensa. Me enferma escuchar sus objetivos. Su voz me da jaqueca, es tan desagradable al punto de vomitar, pensaban. Si fueran humanos apropiados se habrían vuelto dignos rivales.

Sin embargo—nunca lo reconoceré. Paso del reconocimiento mutuo.

Es mi enemigo. Una odiosa existencia que necesito asesinar. Se odiaba el uno al otro. Se fastidiaba el uno al otro.

¡No le permitiré vivir—!

¡No me detendré hasta cortarlo con mis manos—!

¡No me sentiré bien hasta rebanarlo—! “¡OOOAAAARGGH!”

“¡NGHRRRRRAAAAAH!”

Ambos gritaron mientras se cortaban con su egoísta orgullo. La desesperación. La esperanza. Esas cosas desaparecieron. Takeru, el niño espadachín se fue.

Haunted, el niño de la desesperación ya no estaba. Lo que quedaban eran dos bestias horrendas.

Era desconocido cuánto había durado el intercambio de ataques y defensas… no, el intercambio de ataque, solo eso continuó. El cielo flotando encima del cielo azul estaba justo arriba de ellos. El sol quemaba sus cuerpos abatidos. Aunque estaban en medio del invierno, sus cuerpos estaban tan calientes que no podían soportarlo. Su campo de visión era borroso.

Intercambiando varios cientos, varios miles de cortes los dos se acercaron al límite. La sangre se secó en sus cuerpos y sentían como si la sangre dentro de ellos se volviera arena.

Sus cuerpos estaban pesados, no podían moverse bien. Pero no pararon. No pararían hasta rebanar al otro.

“¡¡…!!”

Takeru levantó a Lapis y la balanceó hacia abajo directo a la cara de Haunted.

Su velocidad era alta, pero debido a la postura era pobre y fácil de evadir.

“¡¡…!!”

Haunted fue capaz de retroceder la mitad de su cuerpo. Incapaz de esquivarlo por completo, cortó su hombro. Suprimiendo la sangre que salía, se abalanzó al frente.

Molesto hacia él mismo por retroceder, Haunted soltó una estocada.

Takeru trató de evadir, pero titubeando sobre el escombro su postura se desbalanceó y su cuello se inclinó.

Cayendo sobre sus rodillas.

La distancia entre ellos era un metro. Frente a él, estaba un hombre luchando por su aliento con una patética mirada en su rostro.

Dándose cuenta de que estaban en el mismo estado, ambos se molestaron.

Se levantaron con la fuerza de su obstinación. Titubeando, se pararon cara a cara.

Exhalando como bestias, mostrando sus dientes se miraron el uno al otro. Y al momento siguiente—torciendo sus cuellos se dieron un cabezazo al mismo tiempo.

“Ghaah…” “Khhaa…”

Debido al impacto, tropezaron hacia atrás y se detuvieron a cinco metros de distancia.

Ambos exhalaron. Exhalaron para pelear. Con una mano en la frente ambos sacudieron la cabeza con dolor y vieron a su oponente entre los dedos.

Investigando la voluntad de pelea del oponente y el daño recibido.

Estaban igual. Este cansancio, voluntad de pelea, estaban iguales.

Convencidos, entrecerraron los ojos.

——Convencidos de que el siguiente sería el último.

El siguiente ataque le arrebatará la vida a alguien.

Eso era lo que esta distancia, lo que este intervalo significaba. Calmaron sus respiraciones y estiraron sus espaldas.

La aversión y los impulsos bestiales desaparecieron, ambos regresaron a ser humanos.

“Asegúrate… de dar todo en este ataque, sin dejar arrepentimientos… Kusanagi Takeru.”

“… acabemos con esto… Haunted.” Se encararon.

El tiempo de aplastar su ira el uno contra el otro ha terminado.

Al final, balancearon sus espadas por el bien de las cosas que creían.

Haunted, por la desesperación.

Así que puede ir puramente tras la desesperación.

“Matarte aquí es la mejor desesperación para mí. Eso no cambiaría. La desesperación de tu muerte no solo será para ti, sino para varias personas. Como una semilla germinando, hará que las flores florezcan por doquier.”

“………”

“Te asesinaré para ver eso. Saborear la desesperación de todos ustedes es mi actual manera de vida.”

Haunted puso la espada en frente como un caballero y se envolvió en poder mágico.

Negro, similar al poder mágico de la noche creó un círculo mágico debajo de sus pies y la oscuridad envolvió la hoja de Dáinsleif.

Encantamiento Berserk. Mientras simultáneamente forzaban su cuerpo y la locura mental, otorgó posiblemente el mayor poder destructivo entre los Patrimonios Mágicos existentes en este mundo.

El último ataque.

Haunted intentó poner todo de su parte y el poder de su socia en este ataque.

“………”

Takeru miró la espada que estaba apretando con la mano derecha, Mistilteinn.

Hasta ahora intercambió ataques con este tipo por su propio fin. Aunque esta vez también, era por su propio fin, pero esta vez era por el bien de su obstinación y orgullo.

Sin embargo… este ataque no era el mismo. “………”

Mirando a Mistilteinn… mirando a Lapis, abrió su boca. Recordó la maravillosa sonrisa que Lapis le mostró al final. En ese lugar.

Recordó ese lugar, todas lo estaban esperando. Ese lugar, donde siempre era saludado con alegría.

“Pondré todo en este ataque así que no puedo contenerme.” “………”

“Para volver a donde pertenezco—voy a cortarte.” Ese era el deseo de Kusanagi Takeru.

Esa era la esperanza de Kusanagi Takeru. Por sus compañeras.

Por su hermana. Por su propio bien.

Y—por aquella que lo está cuidando desde algún lugar, por su socia.

“Ya veo. Esa esperanza te queda muy bien… espero aplastarte.”

Con una sonrisa en la cara, envuelto en oscuridad, Haunted colocó su espada.

Takeru regresó la espada su funda y bajó su cadera. “………… terminemos con esto.”

Propuso,

“………… haré  eso.” Y Haunted asintió. “Tu desesperación.” “Tu esperanza.”

““——¡Te la voy a dar aquí!””

Tocando la empuñadura con sus dedos, Takeru ligeramente ordenó.

“Lapis… Encantamiento Crepuscular.”

La espada brilló con llamas en el interior de la funda.

Hasta ahora nunca sintió calor desde las llamas. Pensó que solo era magia y un poder para cazar herejes.

Sintió que ahora era muy cálida. Similar a la mano de Lapis tocando su mejilla, suave y cálida…

Takeru cerró sus ojos y recordó.

El Corazón de Demonio no otorga la locura. Remueve pensamientos inútiles, dejando solo el deseo de pelear.

La voluntad de pelea. La razón para pelear. Un objetivo y acción.

Para volver a donde pertenece—necesita cortar.

El sonido desapareció, la sensación de su cuerpo desapareció. Cuando abrió los ojos, vio el mundo en cámara lenta.

El mundo se relenteció.

Vio las partículas de luz. Todo dejó de moverse. En medio, Takeru dio un paso al frente.

Junto a su socia apuntó al frente.

No iba tras la luz. Su objetivo no era la luz.

Las partículas de luz recuperaron su movimiento y comenzaron a fluir de nuevo.

Sosteniendo la espada detrás de Haunted, Takeru miró la habitación del pelotón.

Regresaré a ese lugar. Ese es mi deseo.

El de…

Mi socia…

“Volvamos, juntos.”

Takeru quien desenvainó la espada, vio la puerta abrirse más allá de la luz.

Después de que la invasión del Hyakki Yakou terminara, el océano de demonios llenando la capital entera se volvió cenizas y el árbol gigante murió y cayó al suelo. Debido a que el Hyakki Yakou llenando el suelo se volvió cenizas, confirmaron el hundimiento del suelo en varios lugares. No había nada restante de la capital.

Una noche entera pasó desde la invasión del Hyakki Yakou. Desde que Ootori Sougetsu desapareció junto con Kusanagi Takeru, el 35to pelotón hizo de su supervivencia la máxima prioridad.

Ouka agarró a Kiseki quien había perdido la consciencia y brincó al helicóptero en el que Usagi e Ikaruga estaban, retirándose del árbol colapsando.

Después de eso, la Alianza Herética se reunió en la escuela, luego Ouka y las demás recibieron tratamiento. Quien tenía heridas mayores era Mari. Mientras que estaba exhausta por la batalla contra Madre Ganso, perdió el control de su alma en la batalla contra Ouka. Además, agotó su poder mágico dándoselo a Takeru. No sería extraño que una bruja normal muriera por ello.

Aunque Ouka y las demás no estaban tan preocupadas,

cuando el Seelie a cargo y el hechicero curador dijeron ‘es necesario un tratamiento médico a largo plazo, pero su vida no está en peligro’, todas se aliviaron.

Ouka, Usagi e Ikaruga permanecieron en la tienda de primeros auxilios hasta que amaneció, confrontándose.

Nadie dijo nada. Todas pensaban qué hacer ahora. Sin saber nada de lo que le pasó a la destrucción del mundo por las manos de Sougetsu, fueron dejadas por Takeru.

¿Qué deberíamos decirle a Kiseki? ¿Qué pasaría con Kiseki de ahora en adelante?

Nosotras… el mundo… sabían nada de lo que estaba al frente.

Las tres se confrontaron. Si están juntas, de alguna manera funcionará. Al igual que siempre, combinarán sus fuerzas y abrirán el camino. Para pensar eso, necesitaban tiempo.

Al último, hasta en la mañana…

—Hoshijiro Nagaru regresó minutos después. “Esa explosión de ahora… ¿será…?”

Montando un carro que pidieron de la tienda de primeros auxilios, con Ouka y Usagi con ella, Ikaruga de repente pisó el freno como si fueran asaltadas por una sacudida y un destello de luz.

“¡¡……!!”

“¡Ootori!”

Ignorando a Usagi que trataba de retenerla, Ouka brincó del asiento de pasajero y comenzó a correr. Corrió en dirección de la explosión. Ikaruga y Usagi también, la persiguieron.

Nagaru dijo esto

『No puedo garantizar nada, pero vayan y chequen este lugar… si sigue siendo humano, entonces quizás…』

Dijo que había una ligera esperanza. Ouka y las demás no tenían más opción que aferrarse a ella.

Brincando por los escombros, pesar de que sus piernas se hundían en las cenizas continuó desesperadamente al frente.

“¡Takeru…! ¡¡Takeru…!!”

Diciendo su nombre, se dirigió al epicentro de la explosión. Delante de donde llegaron, había un cráter enorme.

Deteniéndose al borde del cráter, miró alrededor.

Era un escenario vacío. Con todo destruido, se volvió un mundo de cenizas interminables.

En el centro del cráter… encontró cierto objeto.

En el fondo del cráter había una montaña de cenizas. Perforando la cima de la montaña había dos espadas. Una negra y delgada, y una katana azul.

Las dos espadas estaban cruzadas y clavadas en las cenizas. “         No…”

Ouka cayó sobre sus rodillas y entrecerró los ojos. Agarrando las cenizas cerró el puño.

La frustración y el dolor la abrumaron. Sus lágrimas cayeron a las cenizas y los puntos negros se dispersaron por el suelo.

Debió regresar. Hizo lo que tenía que hacer y regresó a este mundo.

Esa verdad era su única salvación. El lugar a donde pertenecía.

Aunque su cuerpo se haya ido, su alma debió regresar aquí. Es por eso, deja de llorar. Ouka se dijo.

—En ese momento.

Algo se retorció en la montaña de cenizas y colapsó. Ouka levantó su cara ante la sorpresa.

Las cenizas cayeron de la montaña, se estaba levantando del interior.

Ouka desenfundo una escuadra de su cinto. “…nhh…”

Apuntando a la montaña de cenizas respiró.

¿Cuál?

¿Cuál espada sostendrá?

Un hombre cubierto completamente de cenizas apareció del interior de la montaña. Apoyándose en una rodilla sacudió su cabeza cubierta de cenizas y extendió la palma de su mano derecha.

Y el hombre—agarró su amada espada con esa mano.