Taimadou Gakuen 35 Shiken Shoutai (NL)

Volumen 13

Capitulo 5: ¿Volvamos Juntos?

Una hora antes de que Takeru derrotara a Sougetsu.

Después de que fueron devorados por le Hyakki Yakou, Lapis Lazuli escuchó de Madre Ganso un método para salvar al mundo.

Matar a Dios y volverse Dios. Tal y como Madre Ganso dijo, era teóricamente imposible. Sin embargo, para ello Lapis debía fusionarse con el alma de Takeru para llegar a un nivel superior.

En otras palabras, tenían que mantener la forma Cazador de Dioses.

Mientras la Forma Cazador de Dioses y la Deificación parecían similares, eran cosas diferentes. Después de absorber el Recipiente de Dios con el Encantamiento Ragnarøkkr, la Deificación es activada para verter el alma del contratista y Tesoro Sagrado en el recipiente, permitiéndoles volverse Dios. Aunque Gungnir podía usar las dos al mismo tiempo, era imposible para Mistilteinn, es por eso que era necesario para Lapis recibir el poder mágico de Gungnir en vez de usar su propio poder mágico, tenía que usar la Autoridad de Dios para activar la Deificación.

Lapis interrumpió el silencio y levantó la cara. “Tengo una pregunta.”

“No hay tiempo, date prisa.”

“¿Es posible para mí activar la Deificación sin fusionarme con mi Huésped?”

Al escuchar la pregunta de Lapis, Madre Ganso entrecerró los ojos.

Madre Ganso debió entender lo que pensaba.

“… ¿estás preguntando si te puedes volver Dios por ti misma?”

“Sí.”

Lapis respondió sin dudar. Madre Ganso suspiró y sacudió su cabeza.

“Imposible. Un Tesoro Sagrado por sí solo no es suficiente. Es por eso que necesitamos un contratista. Originalmente, nosotros los Tesoros Sagrados éramos arma s contratadas por los dioses para pelear pos la posición del Dios Líder.”

“… ¿entonces qué hay de mi alma y la tuya?”

“No funcionará. Dos Tesoros Sagrados no pueden fusionar sus almas.”

“………”

Lapis continuó pensando sin ninguna expresión.

Estaba pensando una manera de volverse Diosa sin involucrar a Takeru.

Madre Ganso bajó los ojos ante su compasión.

“… esos sentimientos tuyos son nobles. Sin embargo, lo que es imposible no se puede hacer. Incluso un demonio y un Tesoro Sagrado no son suficientes… incluso con ellos solo son suficientes a penas para convertirse en el concepto de un Dios.”

“… ¿sería posible con el alma de un Dios?”

Al escuchar las palabras de Lapis, Madre Ganso inclinó su cabeza, confundida.

“… no puede ser, tú…”

“¿El alma de Ootori Sougetsu sería suficiente?”

Incluso Lapis sabía que decía algo peligroso.

Madre Ganso entendía mejor que nadie lo que quería decir.

“¿¡Pretendes contratar con Ootori Sougetsu y fusionar tu alma con la de él…!?”

“No. Preferiría morir a hacer eso. En vez de ello, estoy preguntando que si soy capaz de devorar el alma de ese hombre.”

“……… ¿devorar… su alma?”

Reflexionando las palabras de Lapis, Madre Ganso preguntó.

“¿No pretendes volverte una Cazadora de Dioses sino que una Devoradora de Dioses?”

“Sí.”

“Ridículo. No hay precedente de ello.”

“He experimentado el devorar el alma de un humano antes. Devoré el alma de mi contratista anterior.”

Un recuerdo de Kusanagi Mikoto pasó por la mente de Lapis y sintió dolor en su pecho. Debido al fallo de la fusión, el alma de Kusanagi Mikoto fue devorada por Lapis.

No fue intencional, fue debido a que el alma de Mikoto era humana.

El alma que no se balancea correctamente es devorada y extinguida.

Era un resultado completamente diferente al de la fusión. “Él no es humano, sino un Dios.”

“Ese hombre es medio humano ¿no? ¿No es por el hecho de que estaba incompleto se volvió una existencia a medias

como un dios viviente?”

“………”

“Nunca perdería contra el alma de ese hombre.”

Mirando a Lapis mientras trataba de sugerir otro método, Madre Ganso sintió una tenacidad similar a la locura. Esta chica nunca gritará. No tenía intención de volverse Dios junto a Kusanagi Takeru.

“Tú… piensas demasiado en ese chico…” “Sí. Lo amo.”

La respuesta fue instantánea y sin dudas. Aunque estaba inexpresiva, habló sin apartar la mirada de Madre Ganso. Madre relajó sus hombros un poco u miró a Lapis distantemente.

“… eres mi réplica. No hay garantía de que seas capaz de hacerlo. Además, el que seas capaz de volverte Dios solo por devorar a un dios…”

“Si hay una posibilidad, haré que sea un éxito.” “Si fallas… el mundo será destruido.”

Esto era por lo que Madre Ganso estaba preocupada. Debido a que ella y Orochi fallaron en llegar al asiento de Dios, se lo encargó a Lapis. No tendría sentido si Lapis falla.”

“Aunque haya la posibilidad de que el mundo sea destruido, deseo que mi Huésped viva en paz.”

“………”

“Para que él regrese a ese lugar… para que regrese a los días felices con todas.”

En este momento los ojos de Lapis se sacudieron por primera vez frente a Madre Ganso mientras las lágrimas escurrían por sus mejillas.

Dentro de Lapis, dos corazones estaban en conflicto.

Uno quería que Takeru regresara a donde debería de estar. Y uno más. El otro quería volverse una existencia eterna junto a Takeru, volverse y pasar la eternidad junto a él.

Pero cuáles eran sus verdaderos sentimientos. Ambos eran sus más honestos deseos.

Esas lágrimas eran por sacrificar una de esas opciones. Madre Ganso se quedó mirando a Lapis.

Como si viera todo… viendo a Lapis como una madre.

“Lapis… ¿estás bien con eso? Al saber tus deseos, no puedo evitar más que desear por tu felicidad.”

“……”

“Si lo amas… ¿por qué no desear caminar el mismo sendero juntos?”

Al escuchar las palabras llenas de amabilidad de Madre Ganso, Lapis se limpió las lágrimas.

“Muchas gracias.”

Y con un brillo, limpió la sonrisa que suele hacer, dijo.

“Pero… soy su espada.”

Ese era el Tesoro Sagrado Mistilteinn. La elección de Lapis Lazuli.

En ese momento, debido a que lo amaba, decidió engañar a su maestro.

***

Sintiéndose muy cómodo, Kusanagi Takeru despertó. “……”

Estaba sentado en un sofá. Era un suave y roto sofá.

Cuando lo tocó con su mano, la elasticidad se sintió tan bien que le hizo sonreír.

Levantó la cara.

Había una pequeña mesa, té y biscuits.

Takeru tomó una taza de té con gestos familiares y levantó su espalda del sofá.

Caminó por el piso de madera. Por donde quiera que caminaba escuchaba el agradable sonido de la madre.

Escuchando el sonido de sus pasos mientras entrecerraba los ojos, continuó caminando dentro de la habitación.

Pasó por una laptop sin batería. “……”

Nadie estaba sentado en la silla, pero el cojín tenía una depresión indicando que alguien pasaba mucho tiempo en ella. El teclado tenía teclas despegadas, había muchas notas pegadas en la pantalla y una botella de vidrio al lado, conteniendo un montón de dulces de menta y varas de menta.

Takeru acarició el bore de la silla.

Partes de pistolas y rifles en la mesa de trabajo. Junto a ellos, un rifle pasado de moda.

“……….”

Un sticker en la parte del stock. Un deformado y lindo conejo. Viéndolo, Takeru se llevó té a la boca con una sonrisa.

Y caminó junto a la pared, un gancho de ropa llegó a su visión.

“………”

Colgando de él había cinturones y pistolas. Un sombrero de color azul y una bufanda de rayas.

El cinto estaba desgarrado y el cuero agrietado. Las pistolas eran viejas y a simple vista se podía decir que tenían buen mantenimiento. Las balas fueron removidas apropiadamente y la recámara estaba dentro de  la funda.  Medidas  de seguridad mantenidas, podía decir  que su dueño  era metódico.

“………”

Debido a que el sombrero ha sido lavado muchas veces se sentía desgastado cuando lo acariciaba con su dedo. Mientras veía la bufanda, se dio cuenta de que fue reparada.

La persona que lo hizo no parecía ser buena tejiendo. En vez de una fina malla, tenía un tejido grueso y distorsionado.

Incapaz de soportarlo Takeru se rio. “……”

Después de reír por un momento, Takeru se dio la vuelta y vio de nuevo la habitación.

No era una habitación amplia, había un montón de cosas marcando recuerdos.

Mientras tomaba un respiro profundo, había varias esencias.

El olor a pólvora y aceite. Una suave esencia de té y dulces, con menta mezclada.

Era muy complejo y no podía decir que era un buen olor. Pero hacía al corazón de Takeru sentirse tranquilo. “……”

Después de terminar el té regresó la taza a la mesa. Apretando un biscuit con su dedo, lo lanzó a su boca. Dio un paso atrás y masticó.

Lo devoró y exhaló. “………… muy bien.” Y se dio la vuelta.

Hacia la salida. Hacia la vieja puerta de madera raspada. Puso su mano en el pomo dio la vuelta.

Lentamente abrió la puerta, dejó entrar un poco de luz.

Sabía que ella estaba ahí. Sonrió hacia la chica esperando al otro lado.

En el corredor, una chica con un vestido azul.

Lapis. Lapis Lazuli. Mi espada. Mi preciosa espada. Mi amada espada.

La recordaba. A ella sola, su única salvación. Perdió la memoria de su preciada gente, estaba a punto de dejar sus restos.

Pero no estaba solo.

Debido a que estaría junto a él por siempre. Takeru levantó una mano y saludó a Lapis.

“Hey… ¿esperaste mucho?”

“No, no en realidad. Solo vine aquí por mí misma.”

Lapis puso una suave y feliz sonrisa. Lo hacían parecer como una cita, estaba avergonzada. Rascando la nariz con su dedo, Takeru también sonrió.

“Bien pues, vámonos, Lapis.” “………”

Fuera de la habitación… de la habitación del pelotón. Trató de dar un paso para cruzar la puerta.

Pero por alguna razón fue incapaz. Su pie no se movía.

Extraño, al pensar eso Takeru miró sus pies. No había nada anormal. Pero, su cuerpo no se movía hacia el frente.

Mientras Takeru se quedó ahí confundido, el cabello de Lapis se balanceó mientras daba un paso al frente.

“Huésped. Quédate ahí.” “¿……?”

“Tienes que quedarte ahí. Tienes que regresar.”

Poniendo los brazos detrás de su cintura, dijo eso mientras inclinaba su cabeza ligeramente.

Atónito, Takeru la vio con una sonrisa. No había manera de que pudiera quedarse ahí. Era cierto que quería quedarse ahí, pero si se quedaba no tendría lo que quiere.

Salvar todo, su egoísmo no se volvería realidad. “Nos vamos, cierto… juntos.”

“No. Iré sola.”

Las pupilas de Takeru se sacudieron. “… ¿qué quieres decir?”

“Yo sola soy suficiente para volverme Dios. Huésped, vuelve a donde perteneces.”

Sincera, breve, Lapis dijo con una sonrisa.

Sus labios temblaron mientras era incapaz de responder. “… ¿¡qué es!?”

Takeru le preguntó.

Pero Lapis solo le sonrió.

“Tú… tú dijiste… ¡que estarías conmigo…! ¡Dijiste que estabas bien con ser Dios junto conmigo!”

“Sí. Dije eso. Quiero que estemos juntos. Siempre. Siempre juntos.”

“Entonces… —¿¡por qué!? Por qué… ¿¡por qué me dejas atrás!?”

Incapaz de soportarlo, las lágrimas se juntaron en sus ojos. Lo que Lapis trataba de hacer hacía que su corazón le doliera increíblemente.

¿Por qué? ¿Por qué? Esa pregunta era todo lo que aparecía en su cabeza.

Era cercano a la ira. No podía considerarlo una traición. Se supone que acordaron hacer algo… ¿entonces por qué?

Una ira sin precedentes residía en su interior a punto de casi gritar.

“Huésped…”

Pero al ver la cara de Lapis, su voz se trabó.

“… por favor… ¿no me molestarías?”

Lapis levantó las cejas con una sonrisa y derramó lágrimas.

“Yo… amo verte cuando estás con todas. En serio amo cuando todas están contigo.”

Con voz agitada trató de transmitirle sus sentimientos.

“Estaba conectada a tu alma. Es por eso que sé, sé cuánto amas a todas… cuanto quieres ese precioso lugar, sé más que suficiente.”

“… Lapis… ¡yo…!”

“Lo sé. Al igual que como amas a todas, me amas igual, lo sé… hasta cierto punto doloroso.”

Con su cara llena de lágrimas Lapis abrió sus ojos por completo y miró con cariño a Takeru.

“Pero, es por eso… no puedo llevarte conmigo. No quiero llevarte… por favor entiende.”

Las palabras egoístas de Lapis le hacían parecer como si estuviera a punto de estallar.

Sin embargo, Takeru no estiró su mano, solo abrazó sus propios hombros.

Encarando a la situación, se dio cuenta. Sí… ya veo… es cierto.

Viendo las lágrimas que caían al suelo, apretó los dientes. Qué trataba de hacerles a mis compañeras…

Compañeras… aunque era débilmente, podía recordar. Seguramente Lapis debió haber cancelado la fusión con el alma de Takeru. ¿O quizás le dio los recuerdos?

No importaba. Como sea, recordó.

Takeru le hizo lo mismo a sus compañeras que lo que él le hizo a Lapis.

Quedándose callado, traicionando, y tratando se sacrificarse solo. Pensó que estaba bien. Sabía que sus compañeras sentirían dolor, solo podía imaginar que tan doloroso era.

Pero al final, fue solo su imaginación. Al darse cuenta de esta manera, se dio cuenta de la verdad por primera vez.

… esto es… ¡insoportable…! ¡Como si pudiera soportar este… dolor…!

Qué tan egoísta era, qué tan a la ligera tomaba los sentimientos de sus compañeras, se dio cuenta de todo esto.

Sus lágrimas fluían sin parar, estaba irritado consigo mismo por no ser capaz de hacer algo. Sus compañeras vieron a Takeru mientras se iba solo. Aunque era urgente, Ouka y

Mari, Ikaruga y Usagi… no tenían opción más que dejarlo ir. Ahora, podía decir bien cómo se sintieron.

Que ‘todas estarán bien sin mi si están juntas’… que ‘tú no estás sola’… ¡No tenía el derecho de decirles nada de eso…!

Takeru sintió sus rodillas temblar. Sollozó, sin soportar el dolor.

Lapis se acercó mientras lloraba. Gentilmente acarició su cabeza.

La calidez de su palma alivió el corazón dolorido de Takeru. “… lo… siento. Por favor, perdóname.”

“……… Lapis.”

“Por favor… vuelve… por favor… sé feliz…”

Sostuvo la mano de Lapis que acariciaba su cabeza y la puso contra su mejilla.

Para sentir calidez, para no perderla.

Incapaz de detenerla. Incapaz de detener su existencia. Aplastado por el desamparo, Takeru dijo el nombre Lapis una y otra vez.

“Lapis… L-Lapis…………….. ¡¡Lapis…!!”

Derramando lágrimas patéticamente se aferró a la mano de Lapis.

Lapis también, puso la misma expresión que Takeru y acarició su mejilla para sentir su calidez.

“Huésped…”

Sentir no era suficiente, Lapis estiró sus dos brazos hacia la cabeza de Takeru.

Takeru también abrazó su cuerpo.

Los labios de los dos se superpusieron como para confirmar la existencia de ambos. Debido a que sabían que era la última vez, superpusieron sus labios ferozmente, apasionadamente.

Su primer encuentro era el peor de todos.

Pensando en ello, fue engañado y forzado a hacer un contrato. No tenía permitido rehusarse…

Sin embargo, ambos estaban en las mismas circunstancias. En tiempos difíciles, en el dolor, durante la vida casual, y cuando están felices.

Aunque no fue mucho tiempo, los dos se estuvieron moviendo juntos.

Como espada y su usuario.

Huésped y socia.

Preciosas existencias para el otro.

Cuando sus labios se separaron, con la cara sonrojada, Lapis exhaló cálidamente y miró a Takeru.

“Estaré a tu lado… siempre… aunque no te des cuenta de mí.”

Takeru dejó de llorar y comenzó a mirar intensamente a Lapis.

“Continuaré protegiendo tu felicidad siempre…” Lapis también dejó de llorar y sonrió gentilmente. Takeru también, despidió con un una sonrisa.

“Me daré cuenta. Después de todo tú eres——

—————Mi espada.”

El escuchar esas palabras, Lapis,

—————Así es, exacto. Huésped. Lapis puso la más feliz,

Como aquella de una doncella cuyo amor fue completado, Sonrisa brillante, como un girasol.