Monster Musume No Oisha-san (NL)

Volumen 1

Capitulo 3: La Gólem De Carne Que Odia A Los Doctores

Parte 3

Ahora mismo estaba perdida, pero en la parte de su brazo derecho estaba el músculo de un asesino sediento de sangre que solía cortar y asesinar a la gente de su ciudad todas las noches. Era alguien a quien le gustaba ver sangre y las miradas de angustia en los rostros de su víctima más que cualquier otra cosa, y todavía le decía a Kunai: quiero cortar a la gente. Quiero matar gente. Su voz no era lo suficientemente fuerte como para convertirse en un impulso, pero necesitó mucha de su energía mental para ignorarlo.

El corazón de una joven doncella latía en su pecho. Había sido una chica que amaba las historias y soñaba con amar a alguien como la gente de sus historias. Sin embargo, su propio amante le fue infiel una vez y ella se colgó del cuello. Ella se había desesperado porque el hombre que amaba no era el héroe que apareció en sus amados cuentos e historias. Pero ahora, aun así, el corazón de una joven que suspiraba por amor latía en el pecho de Kunai.

–Todos ustedes, estén tranquilos.

La personalidad de Kunai estaba compuesta por los espíritus de los muertos que componían su cuerpo. Esa era la verdad y, en momentos como estos, cuando se perdía profundamente en sus pensamientos, sus voces sonaban en su cabeza.

Era casi como si tuviera resaca. Quería reprimir las fuertes voces que resonaban en su cabeza y pensar sus propios pensamientos, pero las fuertes voces de los cadáveres eran interminables. Siempre estarían ahí.

Fue culpa de su creador. Fue por ese curandero, que había cometido el tabú de hacer que la carne muerta se moviera…

Una extraña sensación la recorrió, interrumpiendo su línea de pensamiento autocrítica.

–¡¿Kya?! ¡¿Q-qué … Hyah?!

Era su pierna izquierda.

Su cuerpo retorció ante la sensación de cosquilleo, aunque había perdido la pierna izquierda en la pelea anterior.

No tardó en darse cuenta de que alguien le estaba tocando la pierna que le faltaba. Incluso si sus suturas fueran cortadas, incluso si estuviera separada de una de sus extremidades, cada parte del cuerpo de un gólem de carne estaba, en cierto sentido, viva e interconectada. Compartían sentidos, por lo que cada vez que se tocaba una parte del cuerpo de Kunai, incluso a distancia, ese toque se transmitía directamente a la propia Kunai.

–¿Quién es?, ¿quién tiene mi pierna? ¡Ah, hnh!

Kunai se tapó la boca con la mano derecha para asegurarse de que el sonido de su respiración no escapara. Pensó que alguien podría haberla escuchado, pero sus preocupaciones eran infundadas al estar escondida en un callejón aislado.

Sin embargo, Kunai contuvo la voz. Su rostro se distorsionó aún más por la vergüenza. Sus mejillas no deberían haber tenido sangre fluyendo a través de ellas, pero sintió que se calentaban, como si se estuviera sonrojando.

Tenía una ilusión, los recuerdos de los cadáveres, solo los restos del amor de la joven doncella le daban a Kunai esta sensación de vergüenza.

–¡D-Deten-!

Los gólems de carne no sintieron dolor. Si su cuerpo permanentemente dañado hubiera podido experimentarlo, la vida normal habría sido imposible para ellos. El encantamiento inscrito en el pergamino perforado a través de su cuello hizo que el cuerpo de Kunai fuera inmune al dolor, pero aún tenía un sentido del tacto. Después de todo, si no hubiera tenido sentido del tacto, ya no sería capaz de detectar lesiones o cambios en su cuerpo.

Como resultado, a pesar de estar desconectado de su cuerpo, sabía que alguien estaba palpando y moviendo el pie unido a la pierna que le faltaba. Mientras la sensación continuaba, Kunai trató de contener su voz, pero su voz aún se le escapó.

–Hnh… ¡Ah!

¿Estaba algún niño jugando con su pierna como una especie de travesura o broma?

No, pensó Kunai, no es eso. Las manos que la tocaban eran claramente las de un hombre adulto. No parecían estar intentando lastimar su pierna. Si tuviera que adivinar, Kunai habría dicho que se estaba examinando cuidadosamente la extremidad, como si se estuviera examinando la construcción de su pie.

Y no por un interés vulgar, sino con genuina intención y preocupación, como si fuera su trabajo.

–¡¿Ese… doctor ?! —Ella dijo. –… ¡¿Hyanh?!

Una dulce voz escapó de sus labios, una que incluso Kunai no podía creer que había hecho. Se preguntó por qué hacía esa voz simplemente por ser acariciada por debajo de la rodilla. Quizás los nervios de la parte que le faltaba del cuerpo eran especialmente sensibles.

Habría querido suicidarse si alguien hubiera escuchado esa voz. Desafortunadamente, para un cadáver como Kunai, el suicidio no era algo que pudiera hacerse en cualquier momento. Incluso si le cortaran la cabeza no moriría.

Por un tiempo, las extrañas sensaciones cesaron.

No sabía qué estaba haciendo el doctor Glenn Litbeit con su pierna, pero se imaginó que probablemente tenía la intención de cosérsela, lo que también significaba que la estaba buscando, al cuerpo al que necesitaba sujetar la pierna.

–Maldita sea… Argh… ¡Maldita sea!

Kunai no sabía con quién debería estar enojada.

Había puesto una cara fuerte frente a Glenn, pero en realidad no pensaba en absoluto que sería capaz de coser su cuerpo de nuevo con una sola mano. Para ser honesto, dado que no le habían enseñado nada más que artes marciales, no había forma de que tuviera habilidades de costura. Ni siquiera podía coser una manta, por lo que no había forma de que pudiera suturar un cuerpo humano.

La extraña sensación en su pierna todavía estaba ausente, pero ahora sentía como si su brazo derecho estuviera siendo sostenido. Luego, poco después, se sintió como si la extremidad estuviera siendo limpiada con un paño.

–Qué es esto…?

No se lo había mencionado a Glenn antes, pero Kunai había sospechado que su brazo derecho había estado bajo el agua.

Al principio, había considerado la posibilidad de que lo hubieran arrojado a los canales. No había otra explicación en la que pudiera pensar para la sensación de frío que la había rodeado. Había evitado intencionalmente decirle esto a Glenn, porque no habría tenido sentido discutir en contra de que volviera a colocar el brazo si lo hubiera encontrado primero.

Sin embargo, su brazo frío había sido sacado del agua y ahora estaba siendo limpiado con una especie de paño. Luego sintió que las manos de Glenn le tocaban el brazo.

El brazo estaba siendo tocado.

Por un asqueroso doctor.

–¡Ah! ¡Hngh!… ¡Ah!

La forma en que la tocó le hizo cosquillas. Ella le gritó mentalmente que tuviera más cuidado; después de todo, él era médico. Aunque podía tratar a sus pacientes con delicadeza, veía el brazo y la pierna desprendidos simplemente como cosas.

Glenn no entendía que ella podía sentir su toque a pesar de que sus miembros estaban separados de su cuerpo, por eso los estaba tocando de esta manera. Esa podría haber sido la forma natural de considerarlos, pero eso no significaba que Kunai tuviera que aceptarlo.

«Esa parte del cuerpo de una mujer que estás tocando, ¿sabe? Sea amable.»

–¡Hnh… Ngh!

Hizo falta todo lo que tenía para contener la voz.

Kunai Zenow había sido una vez la luchadora mejor clasificada en la arena y no tenía ninguna intención de soportar esta humillación. Sus puños habían derribado a innumerables oponentes; con ellos, se vengaría del doctor Glenn Litbeit por esta humillación…

–Oh…

Al menos, eso es lo que había decidido hacer. Pero luego recordó que su brazo dominante era su brazo derecho, que todavía estaba en las manos de Glenn.

Con esa comprensión, Kunai una vez más se sintió abrumada por un sentimiento de impotencia.

***

–¡Señorita Kunai!

Cuando Glenn encontró a Kunai después de seguir las instrucciones del brazo derecho, primero pensó que había encontrado un cadáver.

Obviamente, el cuerpo de Kunai era un cadáver, pero como le faltaba la pierna izquierda y el brazo derecho, no parecía más que un cuerpo destrozado desde lejos.

–El doctor, eh… Su voz era débil.

Glenn notó que tenía los ojos llorosos y se preguntó por qué estaba al borde de las lágrimas. Por supuesto, no tenía forma de conocer la confusión en el corazón de Kunai.

–Me alegro de haberte encontrado, dijo. –Te coseré las extremidades de una vez. –No dejaré que los sucios como tú me toquen, respondió Kunai

Glenn soltó una risa seca e involuntaria ante las palabras de Kunai. Ella le había dicho que no la tocara, pero él tenía en la mano una parte de su cuerpo. Ya la había tocado mucho.

Parecía que Kunai no tenía ninguna intención de resistirse y solo le dio una mirada rápida mientras se arrodillaba junto a ella. Abrió un trozo seco de paño y colocó el brazo derecho y la pierna izquierda sobre él. Luego comenzó a posicionar una serie de herramientas necesarias para el procedimiento de sutura.

Primero, una aguja quirúrgica e hilo. Luego, los portaagujas, herramientas similares a tijeras que se usan para sujetar la aguja quirúrgica. Al ver todo alineado frente a ella, la expresión de Kunai cambió ligeramente.

–¿Oye, doctor? ella preguntó.

–¿Sí?

–¿No me vas a coser? ¿Por qué tienes esa… cosa pequeña que parece un anzuelo?

–Es una aguja quirúrgica. Es tan pequeño porque tiene que poder coser los vasos sanguíneos. Espera, no pensaste que te iba a coser con una aguja de coser, ¿verdad?

Kunai asintió. Glenn se quedó estupefacto.

Las suturas y los puntos eran una habilidad médica fundamental. La calidad y la forma de estas herramientas utilizadas para coser lesiones en el cuerpo humano se refinaban y mejoraban constantemente todos los días. La aguja en la mano de Glenn se había utilizado a lo largo de toda la historia médica y se había perfeccionado en su forma actual. No solo eso, sino que era un artículo de alta calidad, pequeño pero resistente. Era una aguja quirúrgica creada por el Taller de Kuklo, lo que le aseguró a Glenn su calidad.

Se preguntó: ¿la reacción de Kunai significaba que el médico que la creó no había usado una aguja quirúrgica cuando estaba cosiendo su cuerpo? En realidad, no había usado una aguja de coser cuando hizo, ¿verdad?

Una vez más, Glenn se preguntó si su creador había sido un médico de verdad.

–… No, espere, doctor, —Dijo Kunai. –¿Dijiste que estabas cosiendo vasos sanguíneos?

–Estoy conectando los nervios y los vasos sanguíneos. Parece que esta parte del tejido no está muerta y puedo conectar la mayoría de los vasos sanguíneos. Sin embargo, probablemente no estás metabolizando en absoluto, ¿verdad? El tejido no se regenera, así que puedo dejar los puntos.

–¡El hilo o lo que sea no importa! ¡No tienes que conectar los vasos sanguíneos! Basta con conectar los músculos. Soy una gólem de carne, este cuerpo opera bajo una lógica diferente a la de los seres vivos. Unirlos así no servirá de nada.

–¿Es eso así? Dijo, luego colocó rápidamente el brazo derecho de Kunai en la sección transversal de su codo. Kunai le había dicho que no la tocara y, sin embargo, mantuvo su brazo derecho en su lugar con el izquierdo, ayudándolo. Con su cooperación, la cirugía de Glenn sería fácil.

Al mirar la herida abierta, comprendió mejor la situación. La parte de su brazo en cuestión, de hecho, había sido manejada de manera descuidada. Sin embargo, sus vasos sanguíneos se asomaban por los espacios abiertos entre la carne muerta incolora. Con su habilidad, Glenn no tuvo ningún problema para sacarlos y conectarlos como lo habían hecho cuando la carne estaba viva.

Pasó hilo por la aguja y lo sujetó con los portaagujas. Glenn manipuló con destreza las herramientas e inmediatamente comenzó a coser, comenzando por el tejido interno.

–Incluso si no tienes sangre fluyendo a través de ti, incluso si el movimiento de tu cuerpo está impulsado por una lógica diferente a la mía, es importante vincular la carne. Si no lo conecto todo correctamente, seguirás siendo un cuerpo compuesto por diferentes personas, ¿verdad?

–Diferentes personas. Repitió las palabras de Glenn con asombro en blanco, su mente aparentemente lejana.

Durante todo esto, Glenn deslizó suavemente el hilo a través de sus vasos sanguíneos, los unió y luego cortó el hilo. Repitió esto una y otra vez, cosiendo un vaso sanguíneo tras otro. Ni siquiera Sapphee era rival para Glenn cuando se trataba de técnicas delicadas como esta. Cthulhy podía superarlo en velocidad, pero cuando se trataba de la minuciosidad del trabajo, Glenn había superado incluso a su maestra.

–Así que también hay doctores como usted, eh… reflexionó Kunai.

Glenn soltó una risa seca, preguntándose con quién exactamente lo estaba comparando, aunque pronto abandonó ese hilo de pensamiento. No quería pensar demasiado en un médico dispuesto a conectar un cadáver con otro cadáver.

Se hizo un silencio en el callejón trasero.

Glenn se centró en su trabajo. Quería unir los principales vasos sanguíneos y nervios de una forma u otra. Sin embargo, esa cirugía, naturalmente, tomó una cantidad considerable de tiempo.

–Mi nombre es Kunai, dijo.

Parecía que no podía soportar más el silencio. Ella comenzó a murmurar en voz baja y Glenn la escuchó, a través de su mano, el trabajo de sus agujas nunca cesó.

–Este parece ser un nombre que solo se usa en el extremo oriental, el área del Lejano Oriente del territorio humano, le dijo Kunai.

–Sí, lo sé, —Dijo Glenn. –Yo también soy de esa zona.

–… ¿En serio? Pero tu nombre…

–Mi nombre es Glenn. En la escritura oriental está escrito ‘Guren’, que significa ‘loto carmesí’. Sería problemático seguir usándolo aquí, así que cambié la ortografía para que coincida con el idioma oficial del continente y facilité la pronunciación para aquellos con un dialecto continental central…

En el extremo oriental del mundo, se había arraigado una cultura diferente a la del continente central. Incluso después de que terminó la guerra, muchas de las personas todavía eran racistas y, por lo tanto, casi ningún monstruo vivía en esa tierra.

Kunai continuó hablando. Glenn escuchó atentamente las palabras de su paciente mientras trabajaba incesantemente con el portaagujas.

–Escrito, aparentemente mi nombre dice que ‘no tengo sufrimiento’, —Dijo Kunai.

–Así es, estuvo de acuerdo; naturalmente, conocía esa ortografía.

–Mi creador dijo que yo era un ser humano perfecto, uno ‘sin dolor’. Y es cierto, no siento dolor. Yo no sufro. Incluso cuando me pinchas con esa aguja, solo siento un ligero toque y una sensación de incomodidad. Por eso, Dr. Glenn, no tiene que moverse con tanto cuidado. Yo-

–Terminé la mayoría de los vasos sanguíneos. Pasaré a tratar con tus nervios

Glenn sacó un microscopio de su bolso. Un microscopio portátil, podría montarse en su cabeza y parecía un par de anteojos. Los nervios, en particular el perineuro que envaina los nervios, eran mucho más finos que los vasos sanguíneos. Con el microscopio, Glenn los suturó con una aguja tan pequeña que sería fácil insertarla en un lugar incorrecto.

Las herramientas habían sido esterilizadas adecuadamente con una botella de alcohol desinfectante, aunque Glenn, honestamente, no sabía si existía el peligro de que un gólem de carne contrajera una infección o cualquier otro tipo de enfermedad. Le habían dado tratamientos conservantes, por lo que no parecía haber ninguna preocupación de que las bacterias pudrieran su carne.

Sin embargo, Glenn era médico. Hizo todo lo posible por tratarla de la misma manera que trataría a una persona viva.

–… ¿Por qué estás teniendo tanto cuidado? Preguntó Kunai.

–Porque soy doctor. Es natural para mí hacer todo lo que me permitan mis habilidades por el bien de mis pacientes, ya que lo único que un médico puede hacer por un paciente muerto es orar por su espíritu en el más allá, notificar a su familia de su fallecimiento y escribir un informe médico. –Después de todo, no podía tratar a un paciente muerto.

–Además, —Prosiguió. –Alguien que no sufre o no siente dolor no tendría una expresión de dolor en su rostro.

Los ojos de Kunai se abrieron con sorpresa.

Parecía bastante sola, como si sintiera su propia impotencia con bastante intensidad. Para alguien como ella sin padres, su vida hasta ahora probablemente había sido solitaria. Glenn estaba seguro de que tenía sus propias razones para no estar del lado de su creador; probablemente eran la razón por la que estaba casi excesivamente apegada a su maestra, Skadi.

Sin sufrimiento… Glenn se preguntó qué se suponía que significaba eso. Desde que la conoció ese mismo día, Kunai parecía sufrir un dolor constante.

Glenn amplió la lente del microscopio y continuó trabajando, uniendo los nervios, ahora perfectamente visibles con sus ojos. Para un ser humano normal, al reparar los nervios, era necesario que el paciente entrenara los nervios reconectados para que se movieran como lo habían hecho originalmente. Glenn se preguntó si ocurría lo mismo con los gólems de carne.

–Esta es información de segunda mano de mi maestra, dijo, después de un momento de trabajo en silencio, –pero los seres vivos necesitan dolor y sufrimiento. Sientes dolor y sufrimiento precisamente porque tu vida está en peligro. Esto es cierto incluso para los pacientes no muertos que recibimos en la clínica. Ya están todos muertos y no tienen ninguna preocupación por la muerte, pero aun así llegan a la clínica con varias angustias.

A veces, una mujer zombi que vivía en el vecindario de la clínica llegaba incluso sin ningún problema médico real. En cambio, vino a chismear con Sapphee, quien dijo que se sentía sola porque todas las personas de las que había sido amiga en su vida habían muerto. En parte, también se debió a que una parte débil de su cerebro hizo que confundiera a Sapphee con su nieta.

–El sufrimiento es la prueba de que estás vivo, le explicó Glenn a Kunai. Su maestro Cthulhy había dicho eso. Había verdad en las palabras incluso si uno estaba muerto.

Estar muerto y no estar vivo parecían estados similares, pero eran diferentes.

–Creo que mi trabajo, el trabajo de los médicos, es aliviar el dolor y el sufrimiento mientras uno esté vivo. No podemos quitarlo todo, pero lo mitigamos tanto como podemos.

–Ya veo… —Dijo Kunai; parecía estar perdida en sus pensamientos. Sus labios incoloros temblaron levemente y luego se quedaron quietos. Parecía estar tratando de decirle algo que le resultaba difícil de decir. Finalmente, Kunai se relajó con un suspiro, sonrió y dijo una vez más: –Así que también hay médicos como tú, eh…

Glenn no supo cómo responderle. Pensó que el médico falso en el que Kunai estaba pensando era la excepción, y que había muchos más médicos como él que como su creador.

Después de eso, parecía que Kunai no tenía nada más que decir y se quedó en silencio. Mientras tanto, sostuvo con fuerza el brazo derecho que se estaba suturando. Parecía estar haciendo todo lo posible por no moverse y ayudar a Glenn con su trabajo.

Glenn normalmente necesitaba un asistente para realizar cirugías de sutura. Comenzando con la estabilización del área afectada, había una serie de cosas diferentes con las que se necesitaba ayuda, así que de una u otra forma, las manos de una persona simplemente no eran suficientes. De hecho, Glenn estaba realizando un trabajo que requería una habilidad increíble, pero no se podía negar que estaba tardando más de lo normal en hacerlo. Glenn continuó con precisión, pero también trató de trabajar lo más rápido que pudo.

«Si tan solo la Dra. Cthulhy estuviera aquí…»

Si Cthulhy, con su excelente técnica de sutura, hubiera estado allí, habría podido completar toda la cirugía sin un asistente. Glenn estaba celoso de esa habilidad suya.

Por fin, terminó de coser el perineuro, lo que significaba que era el momento del último paso: el tejido muscular y la piel del brazo. Originalmente, Glenn pensó que tendría que hacer esta parte con delicadeza también, pero por lo que había visto de Kunai, sabía que, si usaba hilo fino para coser sus extremidades, otra parte de su cuerpo terminaría cayéndose nuevamente… Para evitar que eso sucediera, Glenn usó una aguja e hilo fuertes para unir con fuerza sus músculos y su piel.

Se quitó el ocular del microscopio y comenzó a coser Kunai con una aguja grande, de esas que se usan para coser ropa gruesa. A Kunai, sin embargo, no parecía importarle en absoluto, y con calma dejó que Glenn la tratara. Glenn se preguntó si su actitud complaciente era la razón por la que la habían cosido toscamente con una aguja grande, como la que estaba usando actualmente, antes.

Por fin, dijo: –He terminado. ¿Cómo está, señorita Kunai?

Después de terminar de coserle el brazo derecho de nuevo, Glenn se secó el sudor de la frente. La cirugía, naturalmente, le había quitado mucho.

–………………

Kunai abrió y cerró su mano, revisando como se sentía su brazo derecho. — Excelente, —Comentó.

–¿Hay algún problema? preguntó.

–Para nada. De hecho, se siente mejor que antes. Buen trabajo, Dr. Glenn.

Gracias a Dios, pensó Glenn. Se las había arreglado para terminar sin que ella le dijera que no tenía sentido conectar sus vasos sanguíneos y sus nervios.

A pesar de que tenía vasos sanguíneos y nervios, no parecían ser los que movían el cuerpo de Kunai. Sin embargo, Glenn se había preguntado si, al conectar firme y físicamente su brazo, podría hacer que el cuerpo de Kunai escuchara su mente de manera más cercana y fluida. Parecía que, de una forma u otra, había tenido razón.

Dado que no podía realizar ninguna de las artes secretas que se usaban para crear gólems de carne, este era el único tratamiento que Glenn podía dar correctamente.

–Lo siguiente es tu pierna, dijo.

–Correcto. Mi pierna. Eso todavía necesita hacerlo, ¿no es así…? —Por alguna razón, Kunai desvió la mirada mientras hablaba. La sutura de su brazo había hecho algo, aunque Glenn no estaba seguro de qué.

Teniendo en cuenta la velocidad a la que avanzaba su trabajo, estaba seguro de poder suturar su pierna antes de que se pusiera el sol. Sin embargo, Kunai estaba extrañamente en contra. Sin embargo, no parecía ser solo porque odiaba a los médicos. Algo más estaba en juego.

–Escucha, dijo. –¡Sé gentil! ¡Y acaba con esto rápido! ¿Entendido?

–Sí, por supuesto. Es parte del tratamiento, pero tendré que levantar tu falda. –¡Hng!

Habiéndole informado cortésmente de antemano, comenzó a levantarle la falda. Las suturas de la pierna izquierda de Kunai habían sido arrancadas en medio de su región femoral y su estilo extraño de falda se interpondría en su costura.

–¡D-detente, lo haré yo misma! ella dijo. Nerviosa, Kunai se subió la falda, lo suficientemente alta como para que sus caderas estuvieran a punto de ser visibles. No había rastro de su aspecto de guerrera mientras se levantaba la falda con manos temblorosas.

–Mis disculpas, —Dijo Glenn. –Intentaré terminar esto lo más rápido posible.

Su ropa interior no era visible, e incluso si lo hubiera sido, había planeado fingir que no lo era. Por lo tanto, Glenn se sintió un poco triste de que ella estuviera tan en guardia contra él.

Rápidamente, Glenn tomó los portaagujas en su mano y comenzó a conectar los vasos sanguíneos.

–¡Uh!

Cuando lo hizo, una pequeña voz se escapó de Kunai, una que Glenn no había escuchado hasta ese momento.

–¿M-señorita Kunai? ¿Duele?

–¡No duele! ¡Solo hace un poco de frío!

Por supuesto, dado que la aguja era de metal, era natural que estuviera fría, pero-

–Todo estaba bien hasta hace un momento…

–¡Yo-yo sé eso! Probablemente sean mis piernas, o, ya sabes, mis muslos … E-son sensibles, o algo así. Maldita sea, ¡¿quién diablos hizo que este cuerpo fuera así?!

«Sus brazos estaban bien, pero sus piernas son sensibles», —Pensó Glenn y tuvo la sensación de que entendía más o menos el significado detrás de esto. Realmente estaba comenzando a odiar al médico que la creó desde el fondo de su corazón. Este “doctor” había sido terrible cosiendo el cuerpo de Kunai, pero no parecía haber tomado atajos cuando se trataba de la sensibilidad de su cuerpo.

En resumen, por lo que Glenn podía decir, las piernas de Kunai eran un área delicada para ella.

–¡Eep, hnh! ella lloró.

–Lo siento, señorita Kunai, —Dijo Glenn. –Por favor, trata de soportar esto sin moverte, si puedes. Me aseguraré de terminarlo rápidamente.

–¡N-no seas ridículo!

Glenn no podría suturarla sin su hilo y aguja. Ahora que lo pensaba, había estado realizando la cirugía sin ningún tipo de anestesia, como si hubiera sido una cuestión de rutina, pero si el paciente no hubiera sido Kunai, esta era una situación en la que le daría al paciente un tratamiento analgésico… Era extraño que Kunai pudiera superarlo con solo una sensación de cosquilleo, pero eso era de esperar de alguien no muerto como ella.

–Tch… Ahn, hyahn!

Glenn centró toda su atención en la situación y continuó trabajando más rápido que antes. Pasó la aguja enhebrada rítmicamente a través del tejido vascular.

Mientras trabajaba, Glenn se preguntaba cómo sería la operación para Kunai. La aguja fría y sus dedos se abrían camino hacia el interior de su propio muslo. Y aunque no dolía, podía sentir la temperatura de ambos. Glenn solo podía imaginar cómo era la sensación y, sin embargo, Kunai contuvo la voz, su rostro se contrajo por la vergüenza y la humillación.

–Maldita sea, ya te lo dije, ¡sé más gentil! —Dijo Kunai.

–Terminaré esto rápidamente, —Prometió Glenn. –Por favor, aguante un poco más, señorita Kunai.

–Maldito seas, tu personalidad es completamente diferente, ¡¿Hyanh?!

Los jadeos de Kunai no se detenían, pero los dedos de Glenn tampoco dejaban de moverse. Como no podía controlar su sensibilidad, lo único que podía hacer era terminar el procedimiento lo antes posible.

–¡Kya! ¡Ahn! ¡Hnyah!

–………………

–¡D-di algo, charlatán! N-no te quedes en silencio conmigo gritando así… En realidad, una reacción podría ser peor, ¡Ahn!

Glenn había llegado al límite de su concentración. Solo la mitad de los sonidos que hacía Kunai llegaban a sus oídos, pero no podía permitirse dar una respuesta.

–¡Maldita sea! ¡Maldita sea! —Maldijo ella. –No te perdonaré, ¡ni siquiera después de que esto termine! ¡Nunca te perdonaré, bastardo! ¡Ah, aaaaahn, hnh-hhhhhhn!

No mucho después, la pierna de Kunai saltó por un segundo.

Durante un tiempo después de eso, Kunai trató desesperadamente de recuperar el aliento y no habló con Glenn en absoluto, lo que le permitió sumergirse con mucha calma en conectar su pierna nuevamente.

Mientras tanto, la gólem de carne miró a Glenn con ojos que habían perdido su luz.

***

De una forma u otra, Glenn logró terminar antes del anochecer.

Si la noche hubiera caído antes de que él terminara, la sutura habría sido difícil en el callejón mal iluminado. Si hubiera llegado a ese punto, la avenida principal tenía la iluminación de las farolas, pero incluso esa luz no era suficiente luz para realizar una cirugía, sin mencionar el hecho de que Glenn no podría haber cosido del todo un cadáver a mitad de la noche

Si hubieran regresado a la clínica, habría habido suficiente luz para trabajar, pero mover a Kunai habría sido difícil mientras le faltara una pierna. Sin embargo, gracias a la habilidad de Glenn, la cirugía terminó antes de que se pusiera el sol.

–… Gracias, ofreció Kunai con una especie de expresión sombría después de que se completó la sutura. –¡Pero no malinterpretes nada! No olvidaré la vergüenza que me diste hoy, ¿entendido? Es solo que, bueno, de esta manera, no haré que la dama Draconesa se preocupe más… ¡Así que guardaré tu castigo para más tarde! ¡¿Entendido?!

Esta fue la despedida que Kunai le dio a Glenn. Sus palabras dejaron en claro cuánto amaba y respetaba a Skadi.

Para entonces, había caído la noche. Kunai caminó por la gran avenida y se dirigió hacia el salón del consejo de Lindworm. Su movimiento no era en absoluto inestable, e incluso un aficionado como Glenn podía decir al mirarla que era una artista marcial de primera clase.

Si ella se hubiera vengado de Glenn por el trato enérgico del día (con el que naturalmente había hecho todo lo posible, aunque Kunai no parecía pensarlo), habría estado al límite de su ingenio para tratar de evitar que lo castigaran. Todo lo que podía hacer era rezar para que nunca llegara un día así y que Skadi sujetara firmemente las riendas de su asistente.

–¡Ya estoy de vuelta! llamó mientras entraba a la clínica, agotado por su arduo trabajo. Las hadas le respondieron de inmediato, molestándolo inmediatamente por su recompensa.

–Bieeeeeeeen.

–veniiiiiiido.

–Oye, ¿dónde está la leeeeeche?

–Correcto. La sacaré ahora.

Como de costumbre, las hadas eran estrictas con el pago de la leche. No aceptaron pagos anticipados o atrasados de su salario y no aceptaron ninguna recompensa más que la leche.

A pesar de la habilidad de Glenn, todavía estaba muerto de cansancio por la cirugía de sutura corporal que había realizado en la calle. Le había dado al procedimiento toda su concentración, lo cual estaba bien, por supuesto, pero ahora que había terminado, la fatiga que había estado evitando pesaba sobre sus hombros. Todo lo que quería hacer era relajarse durante el resto de la noche, ya que, si no descansaba lo suficiente, dificultaría los exámenes de los pacientes al día siguiente.

–Sapphee… ¿No está aquí? él dijo.

–Estoy aquí, Dr. Glenn, dijo, lenta y silenciosamente, apareció desde el interior de la clínica. Glenn se preguntó qué habría estado haciendo detrás de la cortina. Su asistente a veces ocultaba su presencia y el ruido que hacía, de modo que no parecía que estaba allí.

Sin embargo, Glenn se quedó estupefacto cuando miró la figura de Sapphee.

–… ¿Sapphee?

–Je, je, mire, doctor.

Sapphee se estaba acariciando el estómago. Siempre vestía ropa interior opaca que se le pegaba a la piel, pero aparentemente estaba a la mitad de prepararse para irse a la cama, ya que llevaba un camisón grueso sobre la ropa interior. Sin embargo, ese no era el problema; después de todo, era el momento en que la mayoría de la gente se retiraba por la noche.

El problema era que la sección media de su ropa de dormir, de tamaño cómodo, estaba extrañamente hinchada.

Sapphee tenía una sonrisa sugerente en su rostro cuando dijo: –Parece que, de una forma u otra, me quedé embarazada.

Ante estas palabras, Glenn se llevó las manos a la cabeza, completamente inseguro de cómo responder.