Monster Musume No Oisha-san (NL)

Volumen 1

Capitulo 3: La Gólem De Carne Que Odia A Los Doctores

Parte 1

Glenn Litbeit había aprendido una variedad de diferentes tratamientos médicos de monstruos. La amplitud de su conocimiento incluyó muchos temas.

Por ejemplo, para extender la vida útil de una dríada anciana, podría reforzar sus ramas debilitadas con un truco de injerto. Para un limo enfermo que ya no puede soportar su forma, podría crear una solución de cultivo especial para curarlos.

Glenn también estaba bien versado tanto en botánica como en química, y su conocimiento incluso se extendió a los extraños campos de la alquimia y el ocultismo. Tratar a los monstruos, una especie bastante diferente de los humanos requería una amplia gama de conocimientos técnicos para estar en condiciones de realizar el trabajo.

Por supuesto, su maestra, Cthulhy, poseía un conocimiento aún más completo de los monstruos que Glenn. Como tal, todavía no tenía experiencia. No importa cuánto estudiara medicina de monstruos, siempre habría más por saber, lo que, naturalmente, significaba que había un límite para lo que podía saber.

Uno de esos ejemplos fueron los dragones.

Incluso entre los monstruos, eran bastante misteriosos, y se desconocía exactamente cómo la evolución los había llevado a sus formas actuales. Algunos creían que habían sido los monstruos originales, que ahora habían alcanzado la cima de la evolución. Cuando se trataba de esta raza de monstruos más fuerte, que podía transformar sin esfuerzo sus colosales alas, brazos y piernas en la forma de un humano, Glenn no pudo evitar admitir que era ignorante.

Fue por esa razón que, cuando cierto monstruo llegó a la clínica, todo lo que Glenn pudo hacer fue saludarla con una sonrisa rígida y temblorosa.

–B-bienvenida a la Clínica Litbeit…

En la entrada estaba la representante del Ayuntamiento de Lindworm, la persona más influyente de la ciudad, que había convertido a Lindworm en la ciudad que es hoy, y que todavía trabajaba duro para administrar sus asuntos: Skadi Dragenfelt, comúnmente conocida como la Draconesa.

***

Tenía un pequeño cuerpo y un par de cuernos que parecían fuera de lugar en su pequeño marco, torciéndose de la cabeza.

Toda su forma estaba oculta debajo de una túnica de seda con decoraciones bordadas en hilo de oro. Una cuerda estaba atada entre sus cuernos y desde el nudo, un velo blanco colgaba sobre su cara. Debido al velo, Glenn no pudo echar un vistazo a su expresión, pero la cola que saltó de debajo del fondo de su túnica fue inequívocamente la de un dragón.

De hecho, fue la poderosa figura política que había hecho Lindworm, lo que era después de la guerra, Skadi Dragenfelt.

Con la fuerza económica y política, así como su capacidad para liderar, estaba en control directo del Ayuntamiento de Lindworm. Aunque ella tenía un guardaespaldas asignado a ella, hubo dudas sobre si realmente era necesario, ya que era difícil imaginar que existía alguien lo suficientemente tonto como para atacar a un dragón.

Había escuchado su nombre de una serie de personas diferentes durante sus viajes alrededor de Lindworm, pero esta fue la primera vez que Glenn estaba viéndola cara a cara. Se dijo que la maestra de Glenn, Cthulhy, era una vieja amiga de Skadi. De hecho, había escuchado que era con el apoyo de Skadi que Cthulhy había podido construir el gran hospital de la ciudad. Como se trataba de la inversionista de su maestra, Skadi era alguien con quién Glenn necesitaba ser cortés y concienzudo.

–U-um…? Glenn murmuró.

Skadi se demoró en silencio en la puerta de la clínica.

–Si tiene algún negocio con nuestra clínica, no dude en entrar. Sapphee dijo, invitándola desde dentro con una sonrisa.

Skadi, sin embargo, no se movió. Aunque ella no era más alta que un niño, ella no era alguien que debiera tomarse a la ligera. Era un dragón, capaz de destruir ciudades y naciones enteras. Aunque no tenía ninguna razón para volverse violenta, solo la idea del tremendo poder que era capaz de empuñar era suficiente para que le teman a uno.

Un día, por diversión, Skadi había participado en un partido en la arena, pero ella era tan increíblemente fuerte que estaba prohibida de volver a competir. Como resultado, cualquiera que haya oído hablar de ese partido fue muy cauteloso cuando se trata de ella.

–¿Disculpe? Sapphee dijo.

El silencio de Skadi continuó.

Mirando más de cerca, sin embargo, Glenn vislumbró débil movimiento; Sus labios estaban muy temblando. Parecía que ella estaba diciendo algo, pero Glenn no pudo escucharla.

Fue difícil de creer, ¡pero fue su voz realmente demasiado leve para escucharse!

–¡Disculpe! —Dijo una voz, ya que una nueva figura cruzó el umbral detrás de Skadi. –Esta es la clínica Litbeit, ¿correcto?

–Eso es correcto… dijo Glenn.

–Mi nombre es Kunai Zenow. Soy la guardaespaldas de la señora Draconesa.

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Era una mujer con una mirada penetrante. Su cabello estaba atado alto en la parte posterior de su cabeza. A juzgar por la forma en que su collar se envolvió alrededor de su cuello y el corte particular de su ropa, ella no parecía ser de la parte central del continente. El diseño de su atuendo se parecía de cerca los estilos utilizados en los límites más lejanos del territorio humano, conocido como el Lejano Oriente o el Este. El sonido de su nombre, Kunai, también tenía un sonido oriental. Glenn también era del este, así que, en todo caso, estaba bastante familiarizado con su estilo de ropa.

Sin embargo, las suturas y parches que recorrían todo su cuerpo se destacaron más que su ropa, o cualquier otra cosa en ella. Glenn podría incluso ver partes de ella que había perdido su color y parecían carne muerta, pero Kunai misma estaba completamente tranquila. Encima de eso, su brazo derecho había sido arrancado; una serie de puntadas colgaban de su codo, donde habría estado la mitad ausente de la extremidad.

En la nuca de su cuello, Glenn pudo ver un pergamino típico del Lejano Oriente. Al principio, había pensado que era algo extraño para atar su cabello, pero cuando lo miró más de cerca, el accesorio estaba atrapado allí, perforando su cuello. Pasó por el músculo y el hueso, saliendo del otro lado.

Los monstruos no-muertos existían, como los zombis y los muertos vivientes. La cara de Kunai tenía tan poco color que su rostro se parecía al de un cadáver. Sin embargo, el pergamino y las suturas a través de su cuerpo eran peculiaridades que no se vieron entre otros tipos de monstruos no-muertos. Los no-muertos con los que Glenn estaba familiarizado tenían una apariencia ligeramente diferente a la de Kunai.

–Um, bueno…, dijo con incertidumbre.

–¡Voy a transmitirle los mensajes de mi señora! —Kunai anunció. –¡Son palabras dadas por la gracia de la dama Draconesa misma, así que escucha respetuosamente!

Ella habló con una actitud extremadamente autoritaria. Skadi Dragenfelt era una persona muy poderosa, pero ella no era alguien frente a quién uno debería tener que postrarse.

–Dr. Glenn, —Dijo Sapphee, hablando en voz baja para que Kunai no la oyera: Es un rumor, pero… se dice que la guardaespaldas de la señora Skadi es una seguidora más que dedicada, excesivamente devota a ella.

–¡Tú! —Kunai gritó. –Te dije que escucharas respetuosamente, ¿no?!

Parecía que la actitud dominante venía de Kunai misma. Skadi estaba hablando rápidamente en voz baja, pero como antes, Glenn no podía distinguir ni siquiera una sola palabra de lo que estaba diciendo. Tal vez ella se disculpó por su guardaespaldas.

Glenn esperaba que ese fuera el caso. Era absurdo que la actitud insoportable de Kunai también pudiera extenderse a su maestro.

La guardaespaldas de un solo brazo miró a Glenn directamente a los ojos y dijo: –¡Escucha! Estas son las palabras de mi señora: ‘Hace unos días, el brazo derecho de mi guardaespaldas fue herido en la batalla con un bandido, y terminó desapareciendo. Por lo tanto, estamos buscando su brazo en toda la ciudad, y me gustaría coserlo de nuevo con sus habilidades quirúrgicas, Dr. Glenn. –¡¿Los dos de ustedes entendieron eso?!

Glenn había escuchado todo, pero como Kunai estaba repitiendo las palabras de Skadi mientras hablaba, era difícil saber quién estaba hablando. Por el guardaespaldas, Glenn asumió que ella estaba hablando de Kunai, lo que significaba que Skadi no había llegado a la clínica para un tratamiento propio, en cambio, ella había venido en nombre de Kunai, su guardaespaldas, cuyo brazo faltaba en el codo.

–¿Hubo una batalla? él dijo.

–Cuando mi señora lo dice: ‘Por un tiempo, mi guardaespaldas ha estado persiguiendo a los comerciantes de esclavos que se esconden en la ciudad. Hace unos días, ella pensó que finalmente los había acorralado, pero en realidad había caído en una trampa. Ella se batió con diez oponentes mientras trataba de escapar, pero terminó dejando caer su brazo en algún lugar durante su retirada… —Kunai se detuvo y luego dijo: –¡Estoy completamente avergonzada de mi derrota, dama Draconesa!

Glenn no estaba seguro de si Kunai estaba hablando con Skadi o consigo misma; no obstante, entendió la situación. Se había preguntado qué tipo de tratamiento médico le pediría un Dragón, pero parecía que el brazo de Kunai era lo que necesitaba el tratamiento. Con las habilidades quirúrgicas de Glenn, coser la herida no sería un problema en absoluto.

Una aguja probablemente no podía perforar las escamas de un dragón, pero coser un brazo sería mucho más fácil. En cuanto a lo que Glenn podía decir después de mirar su piel cosida, parecía que su cuerpo estaba constantemente siendo herido y dañado.

El hecho de que no sentía dolor a pesar de sus lesiones convenció a Glenn de que era un monstruo no-muerto de algún tipo. Glenn también estaba interesado en el hecho de que ella había luchado contra diez asaltantes. Escapó de una trampa, luchó en su retirada, y haciéndolo, solo perdió la mitad de un brazo, era una prueba de lo cualificada que Kunai estaba en la batalla.

–A sus órdenes, mi señora dijo: ‘Tengo otros subordinados buscando, pero aún no han encontrado su brazo. Me gustaría que lo cosiera de nuevo tan pronto como lo encuentren. ‘dama Draconesa, ¿qué tan increíblemente amable de usted!

Una vez más, Skadi fue inaudible.

–¡Sí! —Su guardaespaldas exclamó. –¡Yo, Kunai Zenow, estoy preparada para dar mi vida por usted, dama Draconesa!

Glenn sintió que su dedicación era un poco asfixiante. Fue un misterio para él por qué Kunai podía escuchar la voz de Skadi cuando era más baja que el zumbido de una mosca, pero sea la razón, no había duda de que la devoción de Kunai a ella era tremenda.

Sintió que, si Skadi le dijera que muriera, entonces Kunai habría cortado con gusto su propio estómago en un momento de aviso. No es que cortar abierto su propio estómago mataría a un no-muerto…

–Señora Skadi, —Comenzó Glenn, –Por supuesto, tenemos el equipo para tratar a los pacientes aquí en nuestra clínica. Hacemos todo lo que está a nuestro alcance para tratar a nuestros pacientes… ¡pero puedo hacerle un par de preguntas?

–Por favor, pregúnteme lo que quiera, ¡esa es su respuesta! Sin embargo, obviamente eso no significa que realmente puedas preguntarle nada. ¡Sepa cuál es su lugar, doctor!

Aunque todo lo que tenía que hacer era interpretar a Skadi, Kunai parecía insistía en agregar sus propios comentarios a todo lo que dijo su señora. Francamente, Glenn encontró el hábito irritante.

–Primero, ¿por qué ha venido a nosotros? —Preguntó. –He escuchado que la señorita Skadi es una vieja amiga de mi exmaestra, la Dra. Cthulhy ¿No sería mejor ir al hospital central…?

–Fui, pero fui rechazada antes de reunirme con ella. Me dijeron que ella tiene un excelente protegido y debería pedirle ayuda. ¡Esa fue su respuesta! ¡¿Qué tan irrespetuosa hay que ser para rechazar una solicitud de la dama Draconesa misma!

En otras palabras, era el mismo comportamiento imprudente por el que se conocía a la maestra de Glenn. A su lado, Glenn oyó a Sapphee hablar con amargura y decir: –Esa maldita mujer pulpo.

Pero para Glenn, sentía que rechazar una solicitud directa de Skadi no era simplemente la imprudencia normal de Cthulhy. Después de todo, estaban hablando con la persona más influyente de la ciudad. Establecer una conexión con una persona así sería beneficioso para el futuro de la clínica.

–En ese caso, tengo una pregunta más, —Dijo Glenn. –Pero, eh… se trata de la señorita Kunai.

–¿De mí? Dijo Kunai.

–Para llevar a cabo el tratamiento correctamente, necesito saber qué es ella. ¿Podrías decirme qué tipo de monstruo es Kunai?

–… Ella no es un monstruo. Aunque Kunai continuó hablando por Skadi, su rostro inexpresivo se había vuelto rígido, como si fuera una muñeca. Combinado con sus suturas, la hacía parecer aún más el vestigio de una construcción artificial.

–Kunai era originalmente humana, dijo Skadi a través de Kunai.

–¿H-humana?

–Ella es un gólem de carne, hecho al coser restos humanos. Un doctor del Lejano Oriente lleno de ambición experimentó con la creación de vida, y ella fue el resultado. Kunai no nació de un monstruo, fue construida a partir de cadáveres humanos.

Glenn se quedó sin habla. Como alguien que trabaja para tratar a los pacientes y mantener la vida, Glenn nunca había oído hablar de nadie que intentara crear una vida por sí mismo. Se preguntó si tal cosa estaba siquiera permitida.

Aunque Kunai era un cadáver, al igual que los monstruos no muertos con los que Glenn trabajaba, originalmente pensó que estaba relacionada, pero parecía que había sido creada por las manos de un humano. Por lo que podía recordar, la creación de gólem era un arte antiguo y secreto, creado al amasar barro y arcilla, y luego se le daban órdenes como una muñeca para hacer las órdenes de su creador.

Entonces Skadi, a través de Kunai, le dio una última palabra de advertencia, una que dejó a Glenn con las manos en la cabeza, perplejo:

–‘Por todo esto… Kunai odia a los doctores’.

***

Las cejas de Kunai se juntaron, dándole un rostro solitario. Parece un cachorro expulsado, pensó Glenn.

Ahora solo estaban él, Sapphee y Kunai en la clínica. Skadi tenía muchas otras cosas de las que ocuparse, así que se marchó inmediatamente después de dar a Glenn y Sapphee los detalles de la situación. Sin un maestro al que proteger, la guardaespaldas gólem de carne no dijo una palabra, aunque estaba claramente deprimida.

No había ni un solo rastro de la actitud altiva y grandiosa que había tenido cuando Skadi estaba a su lado.

–¿Señorita Kunai? —Dijo Sapphee. –¿Está bien si te llamo así?

–Llámame como quieras, —Dijo Kunai. –¿Es usted la señorita Saphentite Neikes, correcto? Según los documentos que he visto, usted es un lamia muy versado en la preparación de drogas y hierbas, un miembro de la familia Neikes, que ha hecho su fortuna vendiendo medicamentos. También mencionaban que Miss Saphentite es una genio incomparable en el mundo de la medicina farmacéutica.

–Dejé a mi familia atrás, así que no tienen nada que ver conmigo, dijo Sapphee.

–Solo tengo una cosa que me gustaría preguntarle, señorita Kunai.

–¿Qué?

–Si bien es cierto que el Dr. Glenn es un experto en muchos campos diferentes, los gólems y otros asuntos ocultos no son su especialidad. No puede usar ninguna magia antigua. Solo realizamos tratamientos científicos, basados en la observación y la medicina clínica… ¿Estaría bien que te examinemos?

–No esperaba que un médico de ciudad pudiera hacer nada de eso de todos modos.

Le dio una buena palmada a su nuca. Parecía que estaba apuntando a la parte posterior de su cuello, donde el pergamino atravesaba directamente sus vértebras cervicales.

–Escritas en este pergamino están mis órdenes como gólem, dijo, con un tono fuerte en su voz. –En este momento, me estoy moviendo de manera autónoma, pero eso también se debe a que hay un encantamiento inscrito en este pergamino de comando que lo permite. La única persona que puede cambiar lo que está escrito aquí es mi señora, la dama Draconesa. Esto no es algo con lo que cualquiera pueda salirse con la suya, y no planeo dejar que lo toques.

Como no había duda de que había dominado alguna forma de arte marcial, era difícil imaginar que hubiera alguien que pudiera tocarle la nuca incluso si quisiera. Ella era la guardaespaldas de un dragón, después de todo, y seguramente tenía la fuerza requerida para ese papel.

La Draconesa está buscando a alguien que me suture. Todo lo que necesitas hacer es coser mi cuerpo con una cuerda. Dicho esto, aunque es una tarea sencilla, es muy importante, sobre todo teniendo en cuenta que mi propia señora amablemente te ha designado para que te ocupes de ella. Sepa que es un honor.

Glenn pensó que sería mejor si seguían todo lo que Kunai decía obedientemente. Era un completo aficionado cuando se trataba de hacer gólems de carne, pero tal como Kunai había dicho, si todo lo que tenía que hacer era coser el brazo perdido de nuevo a su cuerpo, entonces ese era de hecho un trabajo para un médico. Puede que tenga objeciones a la actitud de Kunai, pero no tiene ninguna respecto al trabajo en sí mismo.

–Sin embargo, —Dijo Kunai, mirando a Glenn y Sapphee. –Puede ir en contra de los deseos de la Draconesa, pero no tengo ninguna intención de depender de un médico de la ciudad para que me ayude. Volveré a coser mi propio brazo. Al fin y al cabo, mientras mi cuerpo vuelva a la perfección, ella estará complacida.

–Eh…? —Dijo Glenn. –¿Q-qué se supone que significa eso?

–Significa que no voy a pedir tu ayuda. Buscaré mi propio brazo y me lo coseré como mejor me parezca. Odio a los doctores. No soporto ni siquiera estar en una clínica como esta. Realmente no hubo fin para la insolencia de Kunai.

A decir verdad, a Glenn no le sorprendieron tanto sus palabras. Kunai solo había venido aquí como asistente de Skadi, después de todo. La propia Kunai no tenía la menor intención de dejar que Glenn la examinara y la tratara.

–Perdón por molestarte, dijo y con esas palabras, Kunai salió de la clínica y se dirigió afuera.

Glenn ni siquiera pudo intentar detenerla. Era como si todo estuviera decidido desde el principio. Realmente odiaba a los médicos y había hecho que Glenn muy consciente del hecho de que quería dejar la clínica lo antes posible.

–Siempre hay algunos pacientes que odian a los médicos, pero… Sapphee se calló, apoyando las mejillas en su mano. Suspiró mientras se frotaba las escamas en la esquina de sus ojos.

–La mayoría de las veces, cuanto más avanza una enfermedad, el paciente debe permanecer en la clínica, le guste o no. Supongo que es porque no pueden soportar el dolor. Pero… ¿quizás es un poco diferente para la señorita Kunai?

–¿Ella siquiera siente dolor en primer lugar? ¿Ella era qué, un gólem de carne?

¿Era eso?

Por lo que podía decir al mirar a Kunai, su brazo derecho cortado parecía no causarle dolor. Incluso si le hubieran cortado la cabeza, probablemente habría actuado como si nada hubiera pasado. Aun así, Glenn se preguntó si estaba realmente bien que dejarla en paz.

Kunai había dicho que volvería a coser su propio brazo. Sin embargo, ¿era ella capaz de realizar tal hazaña? Era claramente una tarea difícil: mantener el brazo derecho a suturar fijo en su lugar, todo mientras se enhebraba la aguja a través de la carne…

Además.

–Debe ser difícil vivir su vida con una sola mano, dijo.

–¿Vivir su vida? Ella está muerta, ¿no es así? —Dijo Sapphee.

Glenn se encogió de hombros. –Aún necesitamos asegurarnos de que nuestros pacientes estén sanos.

Los pacientes muertos no son tan infrecuentes de todos modos, ¿verdad? Justo el otro día, Frank, ese zombi, vino aquí por un antiséptico, ¿verdad?

–Oh, bueno, ahora que lo mencionas…, —Dijo Sapphee. Sin embargo, como ella había sido la que había creado el antiséptico, definitivamente se estaba haciendo la tonta. Sapphee no era del tipo que le decía a Glenn que estaba bien dejar a un paciente solo porque estaba muerto, y él tampoco tenía intenciones de dejarla sola.

–Voy a salir un poco, dijo. –Tenemos que buscar el brazo de la señorita Kunai de todos modos, ¿verdad?

Poniéndose su bata blanca, Glenn se preparó rápidamente para salir de la clínica, metiendo las herramientas de primeros auxilios de emergencia que necesitaría en una bolsa.

–Lo siento, Sapphee, pero necesito que te ocupes de la clínica, dijo. –Déjamelo a mí. Las hadas también están aquí.

Los ayudantes de hadas de la clínica corrían por el piso como si la serie de disturbios causados por la visita de Skadi ni siquiera hubiera sucedido. Eran celosos en su trabajo, pero tenían una tendencia a ser un poco fanáticos y no siempre se fijaban en su entorno.

Sapphee aplaudió. –Muy bien, hagan fila, dijo.

–Fórmense!

–Okeeey.

–¿Es este un nuevo trabaaajo?

Todas las hadas formaron una fila. No habían estado trabajando en ninguna tarea específica y corrieron a las órdenes de Sapphee.

–El Dr. Glenn saldrá para una hacer una entrega y una cirugía. Coserá a la señorita Kunai Zenow, que perdió la mitad inferior de su brazo derecho. Él anticipa que necesitará realizar la sutura en su destino, por lo que, dependiendo de la situación, necesitará alcohol desinfectante, agujas de coser e hilo. Además, necesitamos que algunos de ustedes se dirijan a la ciudad y ayuden a la señorita Kunai a encontrar su brazo derecho, ¿de acuerdo?

–¡Uuuu entendido!

–¡Lo hareeemos!

Habiendo recibido sus órdenes, las hadas se dispersaron como una flor abriéndose. Algunos de ellos ya estaban saliendo apresuradamente de la clínica. Con su magnífica percepción de peligro y su capacidad para defenderse, era difícil imaginar que un carruaje los aplastaría o los atropellaría en el momento en que salieran a la carretera, pero, aun así, era una escena con la que Glenn no podía evitar sentirse incómodo.

–Perfecto, —Dijo Sapphee. –Con esto, todos los preparativos preliminares están atendidos. Ahora, doctor, tenga cuidado.

–Sí… Estás realmente bien preparada, ¿no es así, Sapphee?

–Por supuesto. Extendió su larga cola suavemente. Pasó junto a Glenn y abrió la puerta de la clínica. –Después de todo, soy la asistente del Dr. Glenn. Incluso si no puedo unirme a ustedes, los ayudaré en todo lo que pueda.

–Eres de gran ayuda… Está bien, me voy.

Sapphee llevó su cola de regreso a su costado y la usó para despedirse de Glenn en lugar de su mano. Glenn a menudo se preguntaba por qué Sapphee tendía a usar la cola en lugar de las manos la mayor parte del tiempo. ¿Fue por pereza o por alguna otra razón?

Con los preparativos completos, Glenn salió corriendo a la calle para seguir a Kunai. Salió a la avenida principal del sur, donde los monstruos y los humanos se mezclaban entre la multitud. Escaneó a izquierda y derecha, pero la figura de la gólem de carne no estaba a la vista.

¿A dónde habrá ido? ¿Debería perseguir a Kunai primero o buscar su brazo derecho?

Era bueno que se hubiera apresurado a salir de la forma en que lo había hecho, todavía no sabía qué hacer. Él pensó por un momento. Los subordinados de Skadi y las hadas buscaban su brazo derecho. Quizás debería perseguir a Kunai, entonces; sin embargo, tenía la sensación de que hacerlo provocaría aún más su odio hacia los doctores.

Antes de que pudiera tomar una decisión, un grito irrumpió en sus pensamientos. “¡¡¡Eeeeeeeeeeeeeek!!!”

Glenn había escuchado esa voz antes. Sin dudarlo, corrió hacia el grito.

***

Tisalia estaba gritando.

Se había formado una multitud en un callejón que continuaba hacia la arena. De pie en medio de la multitud no se encontraba otra que la princesa de los centauros. Tisalia vio a Glenn e inmediatamente corrió hacia él.

–¡D-Doctor!

–¡Whoa!

Tisalia tenía un físico enorme, parecido a un caballo. Tener a alguien de su tamaño acercándose a él a esa velocidad solo podría terminar en un accidente, o eso pensaba él. Glenn pensó que lo atropellarían en un abrir y cerrar de ojos, pero un segundo antes de chocar con él, se detuvo repentina y hábilmente. Como se esperaba de una luchadora de la arena, parecía tener un control total sobre sus movimientos. No parecía que fuera a cometer ningún error que pudiera provocar un accidente.

–¿Q-qué es eso, señorita Tisalia? —Preguntó Glenn.

–¡Sniff! Doctor, estaba de paseo… pensé en comprar algunas verduras, así que

vine sin Kay y Lorna, pero…

Glenn se dio cuenta de que Tisalia no estaba equipada para la arena. Su ropa estaba bordada con un diseño a cuadros, y aunque parecían ser de alta calidad, tampoco parecía ser su mejor atuendo. Tisalia parece llevar lo que podría considerarse ropa casual.