Kumo Desu Ga Nani Ka?

Volumen 15

Interludio: Kunihiko Tagawa

 

 

… Ya, la cagué.

No me siento mal por enfadarme con la delegada de la clase, ¿vale?

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Es culpa suya por lo que dijo.

Pero definitivamente no debería haber perdido en control y casi golpearla.

La delegada había estado mantenida bajo vigilancia aquí durante años, lo que significa que sus estadísticas probablemente sean muy bajas.

Si la hubiera golpeado con todas mis fuerzas, en realidad podría haber muerto…

“¿Qué crees que debería hacer?”

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“Yo simplemente me disculparía.”
Hui torpemente para estar un rato con Asaka, pero está siendo un poco fría.


¿No podría al menos tratar de mediar entre la delegada de clase y yo o algo así?

“Oh, deja de enfurruñarte y asegúrate de que te disculpas hoy, ¿lo harás? Cuanto más esperes, más incómodo será, ya sabes.”

“… Bueno.”

“O sea, no ahora mismo—probablemente ambos necesitáis calmaron un poquito primero. ¿Por qué no vas a la hora del almuerzo?”

“Sí, haré eso.”

Parece que Asaka no va a sacarme de esta.

Ella puede ser un poco demasiado práctica en momentos como este…

Aunque supongo que esta vez es mi culpa.

Pero eso significa que tengo que matar el tiempo hasta el almuerzo.

… Entonces, ¿debería ir a hacer la otra cosa?

Asaka acaba de decir que dejar esperar las cosas como esta solo las hacen más incómodas.

Esto no es exactamente lo mismo, pero creo que solo se hará más difícil cuanto más espere, también.

Supongo que será mejor que me

… Entonces, ¿debería ir a hacer lo otro?

Asaka acaba de decir que esperar cosas como esta solo lo hace más incómodo.

Esto no es exactamente lo mismo, pero creo que solo será más difícil cuanto más espere también.

Supongo que será mejor que me haga a la idea y me lance de cara.

“Asaka.”

“¿… Qué pasa? No me gusta esa mirada en tus ojos.”

“Voy a ver a Merazophis.”

Ante esto, Asaka presiona sus dedos en sus sienes. “¿Para hacer qué, exactamente…?”

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“Nada en realidad. No voy a tratar de zurrarme con él en este momento, obviamente. Especialmente porque mi arma se rompió y todo eso.”





Mi querida katana fue destrozada por ese bastardo de Kyouya en la batalla de ayer.

… Exacto, está toda destrozada.

Mi preciada… ya no está…

“No de deprimas cuando has sido tú quien la ha mencionado.”

“¡Pero mi espaadaaaa!”

¡Era mi arma favorita de todas las que he tenido!

Era un recuerdo de la época en que Asaka y yo nos unimos a un grupo de aventureros de alto rango, trabajando juntos para derrotar a un monstruo súper fuerte llamado dragón de rayo, luego llevamos los materiales a un talentoso herrero ¡para que finalmente creara la katana definitiva!

Naturalmente, mi primera y mejor compañera es Asaka, ¡pero esa katana quedaba en segundo lugar!

Y ahora ha sido destruida…

“No me llores.”

“¡No estoy llorando!”

Sin duda estoy lo suficientemente triste como para llorar, pero obviamente soy demasiado mayor como para derramar lágrimas por un objeto.

“Tu bastón también se rompió, ¿no es así? ¿No estás deprimida?”

“Las armas están destinadas a romperse tarde o temprano.”

Ahí está su lado práctico otra vez…

“Aish.” Suspira. “Solo vas a ir a hablar con él, ¿verdad? ¿Nada más?”

“Ajá.”

No puedo tratar de enfrentarme a Merazophis sin un arma.

Aunque tuviera mi espada, supongo que no tendría ninguna posibilidad en un uno contra uno con él.

Así que no voy a verlo intentando buscar pelea.

Si no le ataco, dudo que él tampoco empiece nada.

“Está bien. Vamos, entonces.”

“¿Vienes conmigo?”

“Me quedaría preocupada si vas solo.”

“Pero ¿puedes salir?”

Miro a la Srta. Oka durmiendo.

Se supone que Asaka debe estar pendiente de su recuperación.

“Se lo pediré a Chie antes de irnos.”

“Ahh, Nanase, ¿eh?”

Nuestra compañera reencarnada, Chie Nanase es una chica muy atenta. Estoy seguro de que podrá encargarse de ello.

Por lo tanto, le hacemos señas a Nanase antes de irnos y la dejamos a cargo de cuidar a la Srta. Oka.

Cuando salimos del edificio, una chica vestida de blanco da una orden con un gesto de su mano, y siento que otra persona vestida de blanco nos sigue, pero finjo no darme cuenta.

No me sorprende que nos vigilen.

Estoy seguro de que no nos atacaran a menos que no hagamos ningún movimiento extraño.

Si fueran a matarnos, lo habrían hecho ayer.

Según Wakaba y los demás, nos mantuvieron con vida “por respeto a nuestras vidas pasadas compartidas.”

Todavía es posible que alguna otra parte del ejército demonio intente atacarnos, pero dudo que tengamos que preocuparnos por eso.

Mi impresión del ejército demonio hasta ahora es que son soldados.

Fieles a su misión.

Cumplen con frialdad sus órdenes sin que se involucren los sentimientos personales, casi como una especie de máquinas.

Dudo que vayan en contra de las órdenes de Wakaba cuando ella claramente está por encima de ellos.

Y lo mismo va por Merazophis.

No sé mucho sobre él, para ser sincero.

En realidad solo nos hemos visto tres veces.

La primera fue en nuestra tierra natal, cuando eliminó a todo nuestro clan.

Mató a todos menos a mí y a Asaka.

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La segunda vez fue durante la guerra contra los demonios.

Como general demonio, luchó contra nosotros cuando defendíamos una fortaleza.

Y la tercera vez fue en la batalla de ayer.

Aunque dicho eso, con quien luchamos ayer era solo una sombra de sí mismo creada por alguna habilidad; no estoy seguro si realmente cuenta como encuentro.

Aun así, tal vez tampoco importe tanto si era su cuerpo real o un clon de sombra, ya que sus palabras y acciones sí que eran suyas.

Aunque apenas intercambiamos palabras.

De esos tres encuentros, nos superó con creces la primera vez, y luchamos en un campo de batalla las otras dos veces.

Naturalmente, ninguno de esos encuentros dejó tiempo para una larga charla.

Pero después de cruzar espadas con él dos veces, diría que he aprendido un poco sobre él.

Por ejemplo, estoy bastante seguro de que es un bastardo ridículamente estirado.

Él es el modelo del soldado perfecto.

Nunca va contra sus órdenes, y sin duda nunca acabaría con todo un asentamiento por voluntad propia.

Lo cual solo puede significar una cosa.

Merazophis debió destruir nuestro clan porque algún superior le dijo que lo hiciera, ¿verdad?

¿No estaba solo siguiendo órdenes?

Esa es mi teoría.

Todo este tiempo, he estado luchando con el objetivo de algún día derrotar a Merazophis, pero tal vez tuve una idea equivocada, después de todo.

Honestamente, lo que Wakaba y los demás nos contaron fue tan impactante que de alguna manera estropeó todo este asunto de mi sed de venganza.

Quiero saber más de ellos, y más de Merazophis, antes de pensar las cosas.

¿Qué quiero hacer ahora?

Si voy a tener que dar respuesta a eso, necesito tener una charla con Merazophis primero.


“Por cierto, ¿sabes realmente dónde está Merazophis?”

“Eh…”

Deambulamos sin rumbo por la aldea de los elfos, hasta que finalmente la persona vestida de blanco que estaba vigilándonos se rinde y se ofrece a guiarnos, y nos las arreglamos para encontrarnos con Merazophis antes del mediodía.

… Supongo que estos tipos de las túnicas blancas tienen su lado tierno después de todo.

¿Quién demonios dijo que eran como máquinas?… Cierto, fui yo.

“Ahora bien. Decís… ¿Qué deseáis hablar conmigo?”

Cuando insistimos en hablar con Merazophis, nos llevaron a una de las casas de los elfos.

Evidentemente, había estado limpiando después de la batalla, pero se reunió con nosotros allí.

Ahora estamos sentados frente a él en una mesa.

“Sí. Primero, deja que me presente. Soy Kunihiko Tagawa, una reencarnación.”

“Yo soy Asaka Kushitani, también una reencarnación.”

“Mi nombre es Merazophis. Yo no soy una reencarnación, pero resulta que soy cercano a tres de ellas.”

Empezamos intercambiando presentaciones.

Asaka y yo conocemos muy bien a Merazophis, pero es posible que él ni siquiera supiera nuestros nombres.

Y hay una cosa más que necesito confirmar.

“Puede que no lo recuerdes, pero hace unos diez años, acabaste con una aldea—más bien un asentamiento, en realidad—y nosotros fuimos los únicos dos supervivientes.”

“Por supuesto que lo recuerdo.”

Merazophis asiente.

Gracias a dios. No sabía que iba a hacer si decía que no se acordaba.

Tenía miedo de que, aunque este fuera un gran evento que nos cambió la vida a Asaka y a mí, ni siquiera valiera la pena recordarlo para Merazophis, pero supongo que no.

De lo contrario, podría haber tenido que golpearlo.

Aunque al menos habría intentado resistirlo, ya que le acababa de decir a Asaka que no planeaba pelear con él.

…sin embargo, no sé si habría sido capaz de contenerme.

“Eso lo hace más fácil, entonces. Quiero saber por qué nuestro hogar y clan tuvo que ser destruido. Y quiero escucharlo directamente de boca del ejecutor.

“Hmmm…”

Merazophis parece genuinamente pensativo mientras me escucha y contempla mi pregunta.

Justo como sospechaba, no es un villano malvado que decidió destruir nuestro asentamiento por completo sin ninguna razón.

Debe haber habido alguna razón para ello, y alguien debió asignar a Merazophis para llevarlo a cabo.

“¿… Qué vais a hacer con esa información?”

“No lo sé”, respondo. “Quiero oírlo para que me ayude a decidir qué hacer.”

“Muy bien. Pero no es una historia muy agradable. ¿Estáis preparados?”

“Claro.”

Ante mi rápida respuesta, Merazophis deja escapar un suspiro.

Supongo que esto tampoco es muy placentero para él.

Él es la persona que mató a mis padres y al resto de mi clan, pero algo en su actitud me da una impresión positiva.

Al mismo tiempo, tengo sentimientos encontrados al respecto.

En plan que si él solo fuera un villano loco, podría luchar contra él sin ningún tipo de remordimiento.

“A ver, ¿por dónde debo empezar, exactamente…? Solo un momento.”

Con eso, Merazophis se levanta y sale de la habitación.

Luego regresa con dos tazas.

“Aquí. Esto probablemente nos tomará un tiempo.”

Coloca las tazas frente a mí y Asaka.

¡Maldita sea, qué bastardo más considerado! ¡Apuesto a que es popular con las damas!

“… Gracias.”

“Muchas gracias.”

Manteniendo mis pensamientos exasperados para mí, le agradezco la bebida.

Asaka inmediatamente agarra la taza y da un sorbo.

Ella no es de las que deja pasar cualquier cosa que se le ofrezca…

¿Y si está envenenado o algo así? No, supongo que Merazophis no necesitaría métodos tan indirectos para matarnos, lo que claramente no iba a hacer de todas formas…

Sigo su ejemplo y tomo un sorbo.

Es un té caliente con un sutil sabor a manzana.

“Lo intentaré explicar tan objetivamente como pueda, pero imagino que aun así estará un poco sesgado hacia el punto de vista de un demonio. Intentad tener un poco de paciencia conmigo.”

Lo que Merazophis nos cuenta a continuación está lejos de ser agradable, tal y como prometió.

De hecho, es francamente deprimente.

Fue una larga explicación.

Primero, explicó el conflicto doméstico en el territorio demonio.

Era difícil intuir que eso tuviera que ver con la destrucción de nuestra tierra natal, pero estoy seguro de que tiene sus razones para empezar por eso.

Asaka y yo nos sentamos en silencio y escuchamos.

Un ejército rebelde, secretamente ayudado por los elfos, se formó para resistirse al Señor Demonio.

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La Srta. Oka estaba entre esos elfos, dice.

Pero el ejército rebelde fue aplastado por el ejército demonio oficial, sin forma de regresar con vida al territorio humano.

El mayor obstáculo para su escape fue la Zona de Separación Humano-Demonio, concretamente una tribu que vivía allí.

Esa tribu de ladrones despreciables mataría a cualquiera que no reconocieran y vivirían de sus posesiones robadas.

… Eso parece ser que se refiere a nuestra ciudad natal.

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¿En serio?

¿Eso es lo que los demonios pensaban de nuestro clan?

Me quedé atónito, pero Asaka no parecía muy sobresaltada.

“Bueno, en realidad eran bastante bárbaros, ¿no te acuerdas?”

“¿Quéééé…?”

Supongo que Asaka también veía a la gente de nuestro clan de ese modo.

Me dice que estaba deseando salir de aquel asentamiento tan pronto como fuera posible.

Venga ya… ¿en serio…?

Siempre recordaba a los hombres de aquella tribu siendo adultos fuertes y guays. ¿Eran esos tan solo recuerdos glorificados todo este tiempo?

La inesperada y desagradable verdad sobre nuestra tribu me hace caer en picado, pero Merazophis todavía tiene más que decir.

Para poder llevar a la Srta. Oka a salvo al territorio humano, se decidió que la única opción era atacar y destruir de manera preventiva nuestro hogar para asegurar un paso seguro.

“Espera un minuto. ¿Por qué no convertisteis a la Srta. Oka en una prisionera de guerra o algo así?” pregunta Asaka.

“Me temo que eso era imposible, a causa de las particulares habilidades de Potimas Harrifenas.”

Conocí a Potimas, el patriarca de los elfos, una vez; resulta que él es la razón por la que este mundo está en ruinas.

Además, tiene la capacidad de apoderarse del cuerpo de otra persona.

No puede hacerlo con cualquiera, pero evidentemente si alguien reúne las condiciones adecuadas, puede borrar su mente y operar su cuerpo como si fuera el suyo.

La Srta. Oka entra en esa categoría de posibles anfitriones, así que si la encerraban como prisionera de guerra, Potimas probablemente se habría apoderado de su cuerpo de inmediato.

“… Maldición, eso es retorcido.”

“Sí. Es por eso por lo que fuimos incapaces de poner una mano sobre Señoritoka.”

Sabía por lo que Wakaba nos dijo que los elfos eran basura, pero con esa capacidad, Potimas parece aún más malvado de lo que pensaba.

Era tal pedazo de mierda que incluso se notaba en sus habilidades.

Aunque es una locura…

“Entonces, de manera indirecta, ¿la Srta. Oka es la razón por la que nuestro hogar fue destruido?”

Para nada es culpa de la Srta. Oka, pero todo y así me siento raro al respecto.

“Está eso, pero vuestra presencia allí también fue un factor.”

“¿Eh? ¿Es nuestra culpa?”

“No, no lo describiría como vuestra ‘culpa’ per se. Era la frontera entre los territorios humanos y demonio, como recordaréis. Una vez que estallara la guerra, pronto se convertirían en un campo de batalla, y vuestro clan probablemente habría perecido. Es cierto que la situación con Señoritoka aceleró su destrucción, pero también estaba el objetivo de sacar a las dos reencarnaciones de la zona de guerra y llevarlas a una zona más segura lo antes posible, antes de que la guerra comenzara. Tampoco podíamos permitiros que os encontrarais con Señoritoka, que estaba reuniendo a las reencarnaciones bajo el control de los elfos.”

“¿Qué… demonios? Eso es… yo ni siquiera…”

Mis palabras no salen.

¿Qué está diciendo?

¿Qué también somos culpables de que nuestro clan fuera aniquilado?

Supongo que él también nos dejó vivir a Asaka y a mí porque éramos reencarnaciones.

“Ja-ja. ¿Qué, entonces las reencarnaciones somos ángeles de la muerte o algo así?”

“como dije, esa tribu se habría visto atrapada en la guerra y destruida tarde o temprano, pasara lo que pasara.”

Merazophis se dirige a mí de forma casi reconfortante mientras me río con amargura.

Para.

No seas amable conmigo cuando se supone que eres el objetivo de mi venganza…

“Ese es el resumen de la situación en aquel momento.”

Merazophis concluye su explicación.

Tal y como fuimos advertidos, me siento claramente incómodo después de escuchar todo eso, pero también tenía mucho sentido.

Ahora finalmente sé por qué alguien ridículamente fuerte como Merazophis atacaría de repente nuestro asentamiento sin previo aviso.

Pasé años preguntándome de dónde vino y por qué.

Por no mencionar por qué nuestro clan fue el objetivo de una destrucción tan repentina.

Ahora esas preguntas finalmente me han sido respondidas.

Incluso si parte de mí sospecha que era mejor no saberlo.

“… Como podéis ver, teníamos nuestras razones para hacer lo que hicimos. Pero eso no cambia el hecho de que yo personalmente destruí vuestro hogar y maté a vuestros amigos y familia. Tenéis todo el derecho a despreciarme.”

Con eso, Merazophis se pone de pie.

“No puedo disculparme, ni puedo ofreceros voluntariamente mi vida en penitencia. Pero tampoco rechazaré un desafío de vuestra parte. Lucharé con vosotros cuando lo deseéis.”

Y así, abandona la sala.

¿Estaba siendo considerado con nosotros?

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¿Fueron esas últimas palabras un intento para motivarme a salir de mi obvia depresión?

EN serio, no quiero que mi supuesto enemigo mortal sea bueno conmigo…

“… Vine aquí para averiguar la verdad para sabes qué hacer a continuación, pero jamás me he sentido más inseguro, maldita sea.”

Asaka silenciosamente pone su mano en mi hombro.

Las tazas que nos sirvió Merazophis ya están vacías.

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