Lazy Dungeon Master (NL)

Volumen 17

Capitulo 4: Diferentes Perspectivas

Parte 2

# Perspectiva de Wataru

“Uf. Eso fue agotador”.

Habiendo completado su trabajo de cortar tres pisos de monstruos y abrir una puerta en el piso 138, Wataru regresó al [Lugar de Descanso Para Conejos]. Fue a la habitación que le habían asignado de las varias salas de descanso. Como nota, estas salas de descanso eran para las centrales eléctricas que Keima había buscado ayuda, y solo pasar por algunas de sus puertas le dio escalofríos. Fue impresionante que había encontrado tantos que hicieron que incluso Wataru sintiera un escalofrío.

Al regresar a su habitación, estaban Neruneh e Igni, que estaban allí para mantener la habitación en orden, y Leona, que estaba allí para divertirse a pesar de tener una habitación propia.

“¡Wataru, buen trabajo!” gritó Igni.

“Buen trabajo, Wataruuu”.

Igni y Neruneh ofrecieron pociones de color rojo carmesí. Por difícil que fuera de creer, ambos eran los legendarios Pociones Llenas, que como su nombre lo describe, rejuvenecieron por completo al bebedor. Fue un desperdicio enorme usarlos para el simple agotamiento, pero Wataru ya estaba acostumbrado. Después de todo, el Dios de la Alquimia (Leona) los había hecho con botellas vacías justo en frente de sus ojos. Según ella, simplemente estaba transformando el aire dentro de ellos en pociones… Aparentemente, este mundo no tenía ninguna conservación de masa.

“Gracias”, dijo Wataru, tomando una poción con cada mano, abriéndolas simultáneamente con los pulgares y los dedos índices, y luego tragándose ambas. REALMENTE fue un desperdicio usarlo únicamente para el agotamiento, pero si no lo hacía de esta manera, uno u otro de ellos se quejaría. Neruneh diría: “Ooooh, ¿no bebes mi pociooooon?” mientras que Igni diría: “¡Es el pecho, ¿no?! El mío también se hará grande, tarde o temprano, ¿de acuerdo?” Wataru estaba cansado de ambas, así que bebió dos a la vez. Aparentemente, el consumo excesivo de pociones completas no tuvo ningún efecto adverso.

“Vaya, vaya, esto ciertamente se siente bien. Amas tanto mis pociones que las bebes como nada más, ¿eh?” preguntó Leona, riéndose. Al principio lo tomó por sorpresa que ella apareciera de la nada sin ningún sonido, pero había aprendido que ella era el tipo de persona a la que le gustaba hacer eso. Además, las cosas eran mejores cuando ella bromeaba así, ya que él sabía que ella lo disfrutaba.

“Son tan sabrosos y se tragan tan fácilmente como esperaría de una de tus pociones, Leona”.

El Dios del Caos también era el Dios de la Alquimia, y tragarse sus divinas Pociones Completas por diversión era un desperdicio suficiente para hacer que un alquimista normal muriera de la conmoción. Pero eso era exactamente por lo que Leona estaba satisfecha.

“Toma otra poción en la casa. Demuéstralo cuando le cuentes esta historia a un alquimista algún día.”

“Oh gracias. ¡Estarán realmente celosos!”

Leona y Wataru rieron juntos. Ya sabes… Se llevaban sorprendentemente bien. Por el momento, de todos modos.

“Leonaaa, ¿podrías decirme cómo hacer pociones como esta?” preguntó Neruneh.

“¡¿Qué?! ¡Ah, yo también, quiero hacerlos también!” gritó Igni.

“Sugiero hacer jugo de vegetales o bebidas deportivas en su lugar. Ten algunas recetas”, dijo Leona, garabateándolas en un papel. Sin duda, las recetas escritas por el Dios del Caos valdrían una montaña de monedas de oro, pero dejando eso de lado, el hecho de que los ingredientes incluyeran un montón de vegetales amargos y escamas de dragón era natural. Efectos garantizados por el Dios del Caos.

“Gracias. Prepárate para mi jugo de vegetales”, dijo Neruneh.

“¡Mi poción va a ser más fuerte!” declaró Igni. Ambas se fueron a buscar los ingredientes. Mikan podría conseguir las verduras para ella al instante, y el resto de los ingredientes también parecían fáciles, por lo que la próxima vez que Wataru regresara de la mazmorra, probablemente le ofrecerían jugo de verduras y una bebida deportiva.

Eso también significó que terminó solo con Leona, pero Wataru no le tenía mucho miedo. Ayudó que su primer encuentro fuera que ella lo salvó, pero ambos eran héroes de cabello negro, y escuchar historias de un compañero japonés le había dado una sensación de compañía. Él le había preguntado sobre la identidad de Keima, pero ella le dijo a Wataru que le preguntara directamente, ya que no le gustaban los spoilers.

“Aun así, no pensé que realmente involucraría a todo el mundo”, reflexionó Wataru.

“Lo sé, ¿verdad? Todas estas puertas… Succuma seguro que es otra cosa.”

“Ahaha, ella realmente lo es”.

A Wataru no le habían dicho la realidad de que las puertas no eran los poderes de Succuma, sino los de Soto. Eso fue para que no pudiera contárselo a otras personas.

Por lo tanto, Wataru ni siquiera podía hablar sobre los “trucos” que había realizado con Soto en Daide. Aparentemente, las puertas estaban usando el mismo truco, pero había superado el nivel de los trucos simples. Había limitaciones y reglas, o eso había oído, pero aun así, estaba abriendo puertas en ciudades de todo el mundo y dejándolas abiertas. No tenía ninguna explicación de por qué Soto podía usar esa habilidad, o en realidad, aparentemente Keima tampoco sabía por qué podía hacerlo, pero al final, Wataru estaba seguro de que Soto era temporalmente una verdadera diosa.

Eso explicaría por qué Keima estaba usando Succuma para tratar de ocultar a Soto. Era un truco tan fuerte que incluso el Dios del Caos se sorprendió. Sin duda, el hecho de que los calcetines recién quitados tuvieran tanta demanda se debía al costo de usar la energía.

Y así, esa mañana, Alca, la Suma Sacerdotisa, había activado el contrato mágico {Tratado} en el [Laberinto de Marfil] ante los ojos de Wataru. Su efecto bloqueaba mazmorras y evitaba que se crearan nuevos pisos o monstruos. Lo que le recordó a Wataru… Keima había usado un hechizo como ese, pero tal vez era uno diferente que casualmente tenía el mismo nombre.

“Básicamente, gracias a Alca, ahora podemos comenzar a conquistar la mazmorra de verdad”.

“Así es. Seguro que estuviste tirando dados por un tiempo, ¿eh?” “Sí… Otra misión, otra noche pasada tirando dados…”

“Keima seguro piensa en muchas cosas divertidas, ¿eh? ¿Quién hubiera pensado que podrías usar {Ultra Buena Fortuna} de esa manera?”

Aunque Keima había dicho que no esperaba muchos dados esta vez, al final, Wataru se quedó atrapado tirando dados por lo que pareció una eternidad.

El tema principal de investigación fue el conteo de pisos del [Laberinto de Marfil].

Si los dados fueran más o menos dos de un piso que fuera un punto, y después de cien tiradas, el piso con más puntos sería el piso inferior. Luego, para ser realmente minucioso, lanzó una moneda al aire para asegurarse de que ese era el piso correcto.

Además de eso, con la ayuda de Mikan y otros gobernantes de mazmorras, la {Ultra Buena Fortuna} de Wataru se elevó al nivel cuatro. Crearon dos núcleos para que él los destruyera. Era seguro decir que la información era el doble de precisa ahora.

“Pensé que lanzar dados con {Ultra Buena Fortuna} solo te daría información tan buena como la de un adivino, pero cambié de opinión. Tiraste tres veces y obtuviste 200 pisos cada vez”.

“Todo esto son solo estadísticas, ¿no es así? Pero bueno… Tener que tirar los dados cada vez que se hace un plan, y comprobar que el suelo final no cambiaría por ello, es mucho. Piensa en la persona que tira los dados…”

“Eso difícilmente se puede evitar, ¿verdad? No ganaría si cavaba hasta el piso 350 o algo así. No pudimos entrar hasta que la Suma Sacerdotisa de la Iglesia de la Luz usó {Tratado}”.

El primer plan había sido que Wataru, Igni y Leona comenzaran como un escuadrón de élite, pero siguiendo las instrucciones de Keima, investigaron el conteo de pisos después de eso y se convirtió en 300. En otras palabras, aprendieron que entrar con un escuadrón de élite. El escuadrón haría que Haku agregara más pisos. Aunque ni siquiera Wataru se dio cuenta de que básicamente podía predecir el futuro de esa manera.

Después de una mayor investigación bajo varias condiciones, Keima finalmente trajo a un grupo de aventureros silenciosos con máscaras. Los cinco usaban máscaras y no hablaban con nadie más que con Keima. Resultó que podían llegar al piso 135 sin cambiar el último piso del 189.

“Keima dijo que solo eran un grupo normal de aventureros, pero deben ser realmente poderosos. Conquistaron ciento treinta y cinco pisos en solo tres días… ¿Dónde diablos los encontró, me pregunto?” Wataru dijo.

Incluso con ellos sabiendo las rutas correctas y las soluciones a las trampas antes de tiempo, todavía era ridículo. El [Laberinto de Marfil] tenía áreas rebosantes de lava como un volcán, y tenía áreas heladas que congelaban la sangre. Había áreas selváticas llenas de insectos venenosos que volaban, e incluso desiertos con arena que hacían imposible caminar a ningún lado. Incluso con los portales eliminando la dificultad de quitar el equipo especial necesario, todavía significaba que habían conquistado todas esas áreas con facilidad. Y sin que los operadores de la mazmorra se dieran cuenta tampoco.

¿Esas personas también ayudarían con el resto de la conquista de la mazmorra? Wataru miró el “monitor” que estaba en exhibición incluso en las salas de descanso. Era una pantalla mágica semitransparente que en ese momento mostraba a Alca, la Suma Sacerdotisa, trabajando en la conquista del Piso 141.

# Perspectiva de Alca

¿Qué admiraba más que cualquier otra cosa un seguidor diligente de la Iglesia de la Luz? Nada más que la conquista de mazmorras. Cuando se trataba de conquistar el [Mazmorra de Marfil], uno de los más antiguos del mundo, bueno, era natural que alguien de la Iglesia de la Luz incluso estuviera dispuesto a pagar dinero para unirse.

Y la Suma Sacerdotisa de esa misma Iglesia de la Luz estaba balanceando un hacha de hierro fundido en el Piso 140 del [Laberinto de Marfil], cortando Minotauros Brillantes.

“¡Pensar que su santidad el Papa Narikin me ordenaría directamente conquistar el [Laberinto de Marfil]! ¡Incluso negoció para darme permiso directo para participar! Eso es muy diferente del inútil Papa anterior, que no hizo más que pudrir su organización desde adentro”.

Naturalmente, no dieron permiso para destruir el Núcleo de la Mazmorra, pero aun así el proceso de luchar en una mazmorra para llegar al piso inferior fue suficiente para que su cerebro se desbordara de alegría.

Los otros miembros de su grupo rápidamente diseccionaron y recuperaron los cadáveres de los Minotauros. La Suma Sacerdotisa generalmente dejaba que los cadáveres se pudrieran, pero también era bueno que los usaran de manera eficiente.

“¡Lady Alca, por favor avance cuando le plazca! ¡Nos encargaremos de los asuntos menores!”

“Vaya gracias. Pero avanzaré a mi ritmo, así que traten de mantener el ritmo”, respondió a los siguientes aventureros, y siguió a los conejos blancos que la guiaban. Según el mapa que había visto antes, había muchos kilómetros entre su posición actual y la siguiente escalera, pero el objetivo era conquistarla en veinte o treinta minutos independientemente. No tenían tiempo para descansar, y no les llevaría mucho tiempo necesitar descansar de todos modos. El trabajo de Alca era romper el suelo como vanguardia para que la próxima ola de aventureros pudiera bloquear por completo lo que quedaba. Como el {Tratado} impedía que se crearan nuevos monstruos, la mazmorra se volvió más fácil con cada nuevo monstruo que mataba Alca.

“Esta es inequívocamente una batalla que pasará a la historia y se hablará de ella hasta la eternidad. ¡Para participar en tal honor, mi alma se estremece ante el pensamiento…!”

Según su santidad Narikin, el plan era llenar cada piso de arriba a abajo con aventureros. Era una escala mucho mayor que usar un escuadrón de caballeros para conquistarlo, y era un plan en una escala sin precedentes. Conectar el mundo a través de puertas también era un poder temible. No, más allá de esto, Succuma era un dios verdaderamente poderoso.

“Dicho esto, pensar que Wataru el Héroe y el Dios del Caos también participarían… Incluso los dioses malvados obedecen a Succuma, por lo que veo”.

Dioses malvados. El término representaba dioses que se aliaron con las mazmorras y se opusieron al Dios de la Luz. El Dios del Caos había recibido varios poderes del Dios de la Luz, solo para traicionarlo al final; se podría decir que eran el segundo dios malvado más famoso junto al Dios de la Oscuridad. Para esta batalla, Succuma se alió con el Dios del Caos para desafiar al [Laberinto de Marfil]. Alca la había visto por primera vez en esta ocasión, y era realmente una profunda ironía que compartiera el cabello negro simbólico de la primera Suma Sacerdotisa de la Iglesia de la Luz.

“¡Aunque dicho eso, la primera Suma Sacerdotisa, Lady Shishido, no tiene absolutamente nada en común con el Dios del Caos!”

Cuando Alca, la Suma Sacerdotisa, la saludó generosamente, el Dios del Caos respondió: “¿La Suma Sacerdotisa? Ahhh. El perro del Dios de la Luz. Mis condolencias”, con ojos fríos. ¡Comparar a una suma sacerdotisa con una simple mascota! ¡No eran perros, simplemente recibieron el favor de los dioses! Pero cuando Alca dijo esto, Leona respondió: “¿Cómo se le llama a un menor que se le da un favor si no es una mascota?” y Alca había vacilado. Ahhh, ella era inequívocamente la Diosa del Caos; ¿Quién más podría perturbar el corazón de una suma sacerdotisa?

Solo recordarlo la molestaba. Giró su hacha y, antes de darse cuenta, habían llegado a las escaleras del siguiente piso.

“Oh, hemos llegado. En ese caso…”

Alca tomó la Piedra de la Puerta que había tomado prestada de su bolsillo y la colocó en el suelo. Un poco después de que se abriera la puerta, un líder, que era una persona fuerte como Alca elegida por Succuma, estaría pasando con un grupo de aventureros. Alca los despidió, luego regresó momentáneamente a través de la puerta para descansar un poco antes de desafiar al siguiente piso.

“Por fin, mi turno. Oh, cómo anticipé esto… ¿Cuánto durará este baile, me pregunto?”

Una joven pelirroja del Reino de los Demonios llegó con una Espada Mágica roja en la mano y una mirada de alegría borracha en su rostro. No había abertura en su camino, que olía al estilo del Rey Demonio. Alca sintió que el mayordomo que la servía también era un maestro. El piso 141 bien podría haber sido conquistado ya.

La puerta para regresar al coliseo desde el [Laberinto de Marfil] pasó primero por una habitación. Tenía varios pisos que conducían a diferentes puertas de retorno, y podías atravesarlas para regresar a la entrada del coliseo.

Después de regresar a través de una puerta, Alca se encontró frente a Rei, la Suma Sacerdotisa.

“Buen trabajo, señora Alca.”

“Gracias, Señora Rei.”

Rei le entregó una poción rojo carmesí. Era una Poción Llena hecha por el Dios del Caos. Tan molesto como era, sin duda sería tan efectivo como uno esperaría de una poción hecha por el Dios de la Alquimia. Un sorbo curó todos los rasguños en ella e hizo que todo su agotamiento desapareciera. Estaba lista para conquistar el siguiente piso a toda máquina.

“¿Cómo convenció Succuma al Dios del Caos para que hiciera estas pociones, me pregunto?”

“Me dijeron que ella acaba de preguntarle”.

“… ¿Solo eso, para pociones en este nivel? Quizás ella tiene chantaje al Dios del Caos.”

En otras palabras, Succuma tenía tal poder sobre el Dios del Caos que podía pedirle que hiciera cualquier cosa, incluso conquistar una mazmorra. La Iglesia de la Luz generalmente no creía en otros dioses, pero tal vez sería seguro hacer una excepción con Succuma y considerarla una aliada del Dios de la Luz. Alca, la suma sacerdotisa, estaba completamente segura de que su santidad Narikin lo entendería.

# Perspectiva de Aidy

La verdadera mazmorra de Haku Laverio, el [Laberinto de Marfil]. Cuando Rokuko le pidió ayuda para conquistarlo, Aidy dijo lo siguiente:

“Oh vaya. Mis servicios como mercenario son bastante caros, deberías saberlo.”

“No tienes que venir si no quieres”.

“Puedes contar conmigo, Rokuko. ¿Para qué están los amigos?”

¿Cómo podría haber rechazado una proposición tan emocionante? Y así, Aidy eligió bailar sobre la palma de la mano de Rokuko sin protestar. Para empezar, le debía, y Haku estaba en un estado en el que a Aidy se le debía un favor, por lo que, para empezar, no había opción de negarse. Sobre todo, hubo pocas oportunidades para bailar dentro de la mazmorra de Haku Laverio. Saltó ante la mera posibilidad de llegar a pelear con Haku.

“Por cierto, si invitaras al Núcleo 50 y Núcleo 6 a unirse también, sería muy bueno. Ya sabes, tenernos a todos peleando juntos como ese festival”.

“Seguramente; Enviaré palabra. Estoy segura de que el abuelo y el Núcleo 50 se regocijarán. Entonces, ¿cuándo está planeada la fiesta?”

Aunque nunca esperó que la batalla fuera tres días después. El hecho de que estuviera tan emocionada que no pudo dormir el día anterior, como un nuevo soldado a punto de ser enviado al frente, puede ser un secreto entre usted y yo.

Así llegó esta mañana. El Gran Rey Demonio (Núcleo 6) y su maestro (Núcleo 50) habían acordado luchar como se esperaba; ella fue a su sala de espera en el [Punto de Descanso Para Conejos] con ellos y su Maestro-cum-mayordomo Sebas. Era una puerta diferente a las que se usaban en las Batallas de Mazmorra, pero era espléndido tener una forma de pasar del Reino de los Demonios al imperio al instante. La guerra avanzaría mucho si esto pudiera usarse a menudo para enviar ejércitos a las mazmorras.

“Ahaha. Abuelo, Núcleo de mazmorra número 50. Simplemente no puedo esperar para invadir el [Laberinto de Marfil]”, dijo Aidy, girando en su vestido Valkyrie favorito.

“Hmph… Y pensar que se dejaría dominar por Núcleo 10. Dios mío, nunca bajes la guardia”.

“Salvar a la reina de un país rival que fue atacado por un tercero… ¡Este es un desarrollo bastante acalorado!”

Núcleo 6 era en verdad el aliado de Haku, y Núcleo 50 estaba motivado para luchar. El plan era enviarlos a los dos cuando apareciera un enemigo especialmente peligroso. Aunque si no llegaba tal enemigo, no serían enviados en absoluto.

“No nos importaría conquistar pisos también, ya sabes”.

“Oh, Dios mío, Núcleo de Mazmorra Número 50. Permita que los jóvenes realicemos actividades tan divertidas”.

“Ahaha, no hay discusión con una princesa allí. Bueno, ¡sentirse como un monstruo invocado por una vez será perspicaz! ¡Solo necesito esperar a que me llamen para luchar contra un enemigo fuerte!”

Justo cuando Aidy empezaba a considerar lo deliciosa que debía ser esa sensación, la llamaron. Parecía que se había llegado al piso 141 y ella había sido seleccionada como la vanguardia.

“Vámonos, Sebas”.

“Sí, mi señora.”

Aidy descendió al piso 141 con su maestro Sebas a cuestas. Pasó por Alca la Suma Sacerdotisa y comenzó a conquistar de inmediato. Convirtieron a los orcos que encontraron un limo cocido con Espadas Mágicas de fuego. Un dulce aroma llenó los pasillos de las mazmorras.

“Sabes, creo que podríamos quedarnos y ayudar a conquistar el piso por completo después de bajar la puerta. Parece que hay Reyes Orcos protegiendo tesoros de los caminos principales; ¿qué opinas?”

“Ya veo. En mi humilde opinión, tal vez sería mejor dejarlo como mero ejercicio. La verdadera batalla aún no ha comenzado”.

“Tienes toda la razón, Sebas. Me estaba divirtiendo tanto que casi lo olvido. Si no me mantengo en plena forma, puedo quedarme atrás…”

Por “la verdadera batalla”, se refería a que se había informado que un monstruo de rango Jefe estaba en un piso futuro. Ahhh, cómo latía su corazón. Se planeó que Aidy también se uniera a la pelea del jefe, pero parecía que al hacer que todos los núcleos de la facción Rey Demonio desafiaran a Haku a una batalla de mazmorras y se conectaran a través de las mazmorras del Núcleo 6, todos los núcleos de Batalla Chatarra y sus subordinados estarían participando. también. Aidy no podía arriesgarse a quedarse atrás y perder su oportunidad de divertirse. Había muchos enemigos, pero no una cantidad infinita, y los Núcleos del Reino Demoníaco eran bastante poderosos. Desperdiciar su energía aquí podría causarle problemas más adelante.

Aun así, fue muy alentador saber que el Gran Rey Demonio y el Núcleo 50 se quedarían atrás. De lo contrario, no habría tensión en la pelea, por lo que la diversión solo se podría tener con ellos ausentes.

“Oh, hemos llegado”.

En un abrir y cerrar de ojos, llegaron al piso 142. Las guías de conejos habían sido constantes y fieles. Los aventureros que la seguían habían hecho un camino decente. Para ellos, Aidy era la vanguardia más confiable que uno podía tener, cortando un camino tan mortal que habían podido limpiar el resto sin ningún temor. Tal como lo había planeado Keima.

“Seba. ¿No podríamos proceder y hacer lo mismo en el Piso 142?”

“Me dijeron que Lady Igni, el Dragón de las Llamas, está a cargo del siguiente piso”.

“Hmm. Lejos de mí robarle un juguete a un niño.”

En general, la mazmorra fue diseñada con oponentes humanos en mente, y no había muchos pisos conquistables por uno con un enorme cuerpo de Dragón. El piso 142 era uno de esos pisos, lo suficientemente ancho como para que incluso un dragón se enfureciera. Igni era mayor que Aidy, pero mentalmente todavía era un niño. No quería lidiar con ella haciendo una rabieta.

Aidy colocó la piedra de la puerta y una puerta se abrió por sí sola. Desde dentro apareció el siguiente invasor… Igni. Ella era una Dragón de Llamas muy emocionada por mostrarle a Wataru su lado bueno. Su forma humana se había desvinculado desde el principio; ella era completamente un Dragón.

“¡Ah, Aidy! ¡Buen trabajo!”

“Apenas se sentía como trabajo en absoluto. Los enemigos no eran nada para mí”.

“¡Wow! ¡Bueno, el siguiente es mi turno! ¡Es hora de destrozar este lugar!”

Aidy vio a Igni el Dragón salir corriendo, luego regresó al piso anterior para ejercitar su cuerpo un poco más. No pasó mucho tiempo antes de que el Rey Orco se convirtiera en carne cocida.