Koujo Denka (NL)

Volumen 5

Capitulo 1: ¿En serio?

Parte 3

“¡Sasha!”

La pareja se abrazó. Era una escena conmovedora, pero se destacó como un pulgar dolorido en la Estación Central. Los transeúntes los miraban con curiosidad.

El espectáculo atrajo un reproche de “Richard-sama” de Anna, un mordaz “Idiota. Y tú también, Sasha” de Lydia, e incluso un frío “Al menos traten de actuar con sensatez, ustedes dos” de Lynne.

“A-Anna”. Richard palideció.

“¡L-Lydia-Ojou! ¡L-Lynne-Ojou!” Sasha gritó. “Verás-”

“¡No hay excusas!” tres voces estallaron al unísono.

“¡S-Sí, señora!” respondieron los tortolitos, prestando atención.

Anna se centró en la joven de pelo escarlata pálido.

“Ahora, ven por aquí, Sasha-Ojou. Earl Sykes te espera en la capital del sur. Simplemente está furioso porque descifraste comunicaciones secretas y luego viajaste al este sin permiso”

“A-Anna-san”, tartamudeó Sasha.

“¡No tenía otra opción! ¡Lo hice por amor!”

“Bien dicho, mi señora”, respondió la   doncella principal, sonriendo agradablemente.

“Pero tengo un trabajo que hacer”. “¡R-Richard, cariño! ¡P-Perdóname!”

Sasha-Ojou intentó huir, pero Anna rápidamente ató a la aterrorizada mujer noble con la cuerda que había estado cargando. La hábil hazaña incluso provocó el aplauso de los espectadores.

Richard derramó lágrimas de cocodrilo mientras gritaba:

“¡Sasha, no hay… no hay nada que pueda hacer!”.

Su prometida respondió de manera igualmente dramática con un gemido de “¡Richard! ¡Nunca, nunca te olvidaré, mi amor!” mientras la arrastraban. Estaban hechos el uno para el otro.

Un segundo toque del silbato de vapor advirtió a los pasajeros que subieran al tren.

“¡Muy bien, es hora!” Llamé, aplaudiendo.

“Anna, profesor, director, por favor cuiden a las niñas”.

“No te decepcionaré”, respondió la doncella principal, pellizcando los bordes de su falda mientras se zambullía en una elegante reverencia. Respondí con una ligera reverencia.

El profesor y el director asintieron y luego comenzaron a abordar el automóvil de lujo.

“Lydia, vendrás otra vez, ¿verdad, cariño?” preguntó mi mamá.

“Prométeme que lo harás”

“Te prometo que te visitaré de nuevo”, respondió la mujer noble.

“Cuídate, madre. Por favor, dale lo mejor a mi padre”

Mientras se despedían por última vez, una forma negra se acercó a mis pies.

“Ellie, dependo de ti para cuidar de Anko y Tina”, le dije a la sirvienta mientras depositaba al familiar en sus brazos.

“¡S-sí sensei!”

“Lynne, busca a Tina y Ellie en la capital real” “Depende de ello, Onii-sama”

“¡Hmph!” intervino Tina.

“¿Por qué soy la única con dos personas cuidando? Sensei, esto es personal”. Señaló el objeto largo en mi mano izquierda.

“Lydia me dijo que me aferrara a eso”, respondí encogiéndome de hombros.

“Ya veo”, dijo lentamente.

“¡Si lo veo! E-En ese caso, yo—”

“¿Tienes algo que decir sobre mí, Tiny? ¡Deja de holgazanear y sube a bordo!” Espetó Lydia.

Su repentina aparición atrajo miradas de sorpresa de las chicas. Mantenía su animosidad a raya, probablemente porque mi madre estaba parada a su lado. Aun así, el trío se estremeció cuando recogieron sus maletas y comenzaron a subir al tren, moviendo la cabeza hacia nosotros todo el tiempo.

El albatros y yo juntamos nuestras frentes en silencio y cerramos los ojos. Luego nos separamos lentamente y nos saludamos con la cabeza.

“Nos vemos en la capital real”, dije.

“Te prometo que haré algo para tu cumpleaños”

“¡No me haré ilusiones!” Lydia rápidamente me sacó la lengua, luego tomó su propia maleta y desapareció en el vagón del tren.

Noté que Richard y Sasha se miraban a través de una ventana cuando me alejé del tren hacia el centro de la plataforma. Karen se paró a mi lado izquierdo y nuestra mamá a mi lado derecho.

“Eran todas chicas tan agradables”, comentó mi mamá, con afecto en sus ojos.

“Allen, Lydia realmente es la persona más amable. De hecho, se disculpó con nosotros antes. ‘Siento mucho haber puesto a Allen en peligro; todo fue mi culpa’, dijo. De hecho, me hizo llorar”.

“¿Lydia dijo eso?” Yo pregunté. “Bien, ahora…”

“S-Sea como fuere”, intervino Karen, “Todavía me niego a aceptarla como mi cuña… ¡Nii- san, mira a Tina!”

Descruzó los brazos y tiró de mi manga izquierda.

La mujer noble de cabello platinado saltó del tren, sin aliento, y me abrazó.

“¡¿Tina?!” exclamé.

“¿Qué pasa? ¿No sabes que el tren se va?” “¡Sensei! ¡Déjame ver tu bastón! ¡Rápidamente!”

A pesar de mi confusión, hice lo que Tina me pidió y ella ató una nueva cinta azul al final del arma.

“Para la buena suerte”, explicó.

“Quiero que tengas mi cinta. ¡Y-Y… Esto!”

Mis ojos se abrieron, Karen gritó, y nuestra madre dejó escapar un “Oh, Dios mío” cuando la joven mujer noble besó su cinta azul. Flores de hielo se esparcieron por el andén, provocando un gran revuelo entre la gente apiñada alrededor del tren.

Una vez que los labios de Tina dejaron su cinta, presionó ambas manos en sus mejillas y declaró:

“A-Ahora estaremos juntos, incluso cuando estemos separados”

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Un largo momento después, me aventuré: “¿Estabas viendo a Lydia?”

“¿Qué estás? — ¡Oh!”

El silbato de vapor chirrió una última vez, interrumpiendo la pregunta de la desconcertada mientras los asistentes de la estación cerraban las puertas del vagón y el tren se ponía en marcha.

“¡T-Tina-Ojou!” Ellie gritó desde una ventana abierta apresuradamente.

“¡D-Date prisa!” Lynne, nerviosa, gritó a su lado. “¡T-Te estás quedando sin tiempo!”

“¡Karen, llévate a Tina!” Grité.

“¡Ella y Lydia siguen excediendo su autoridad! ¡Oirás hablar de estos actos de arrogancia más tarde, Allen! mi hermana se quejó incluso cuando activó Lightning Apotheosis”

“¡S-Sensei! ¡¿Q-Qué quisiste decir?!” Exijo una explicación…

Las palabras de Tina se desvanecieron en un chillido cuando Karen la levantó en brazos y desapareció. Al instante siguiente, la joven mujer noble había sido arrojada bruscamente a través de la ventana del vagón de tren, donde sus compañeros de clase la atraparon con un gemido nervioso y un grito de “¡U- Usa tu cerebro por una vez, señorita primer lugar!”

“Mira cómo se ve Karen”, dijo mi mamá, agarrando mi manga derecha.

“No puedo creer que haya rebasado un tren”

“Ella es tu hija y la de papá y mi hermana pequeña”, respondí.

Seguro que será impresionante.

Un pequeño pájaro escarlata mágico salió disparado del tren y voló hacia mí. Después de posarse en la parte superior de mi bastón, entregó su mensaje:

“¡La infidelidad es un delito grave!”

Como si a ella tampoco le gustara Tina.

“Nii-san, voy a agregar una de mis cintas a ese bastón una vez que lleguemos a casa. Todavía tengo algunos de cuando era pequeña” Me informó Karen.

Tan pronto como regresó de su exitosa misión, comenzó a hacer demandas.

“Me rompería el corazón si empezaras a imitarlas también”, respondí.

“No soy nada como ellas. Además, mientras estemos en la capital del este, ¡Eres cien por ciento mío! No lo olvides… Oh, mira”

“¿Eh? Vaya.” “Dios mío”

Exclamó mi mamá cuando nos volvimos para ver a mis estudiantes corriendo entre los autos, saludándonos enérgicamente. Le devolvimos el saludo hasta que el tren desapareció de la vista.

“Mamá, Karen, vámonos a casa”, dije con una sonrisa.

“¿Vamos a recoger algo para papá en el camino?”

***

Era el Dia del Viento, el quinto día desde que las niñas se habían ido a casa con sus familias, y soplaba una agradable brisa. La capital real estaba aproximadamente a un día de viaje, y sería otro día desde allí hasta las capitales del norte o del sur. Si todo hubiera ido según lo planeado, las chicas habrían llegado a sus destinos hace dos días, para recibir una cálida bienvenida. Todavía no había recibido una carta de ninguna de ellas, para mi ligera decepción. Conociendo a mis alumnas, casi esperaba que emplearan al más rápido de los grifos rojos.

Mi mamá y mi papá estaban fuera de la casa. Me habían dicho que iban a buscar algo a un viejo amigo.

Me recosté en mi silla y volví mi mirada a mi escritorio. El nuevo cuaderno que descansaba sobre él contenía fórmulas para ocho hechizos ofensivos avanzados, aún en fase experimental, y una variedad de magia de apoyo. Ignoré deliberadamente la intensa mirada que podía sentir proveniente de detrás de mi cama.

Actualmente era el tutor privado de cuatro estudiantes. Con Tina y Lynne, me centraría en el control mágico en el futuro previsible; simplemente tenían demasiado maná. Lynne estaba medio paso por delante de su compañera de clase, por lo que era posible que ella también pudiera resolver el cuaderno de problemas que le había asignado en menos tiempo. Ellie… presentaba un pequeño dilema. La doncella actualmente tenía el mando de seis elementos: fuego, agua, tierra, viento, hielo y oscuridad. También podía conjurar criaturas mágicas listas para el combate, y el silencio de su lanzamiento de hechizos era abrumador. Por otra parte…

“¿Debería realmente enseñarle magia ofensiva avanzada?” me pregunté en voz alta.

“Ella no mostró piedad con Toneri y sus amigos en el Festival de Verano”.

“Ese barco ha zarpado. Y Ellie tiene talento, aunque de un tipo diferente al de Tina y Lynne”, susurró el demonio más adorable del mundo. Sonidos de movimiento acompañaron sus palabras, y parecía más cerca que antes. Debe haberse subido a mi cama.

Casi asentí con la cabeza, pero luego negué con la cabeza.

¡N-No!

¡Es un angelito! ¡Debo protegerla a ella y a la Santa del norte a toda costa! ¡Yo debo!

Me apegaría a mi plan original y haría que Ellie trabajara para dominar la magia de vuelo, aunque también la prepararía para hechizos avanzados, por si acaso. En cuanto a la Santa hermana mayor de Tina… Es posible que fuera mi alumna más problemática.

“No tenía idea de que Stella fuera tan trabajadora”, me quejé.

“¿Cómo puede haber terminado ya todas sus tareas de verano?”

“Una vez que pone su mirada en un objetivo, carga en línea recta hasta que lo alcanza. Y dame un nuevo hechizo también. soy tu hermana pequeña;

¡Estás obligado a mimarme!”

Por fin, llegó una demanda enfática de mi observadora incesante, la adorable diabla, mi hermana Karen.

Cerré mi cuaderno, dejé mi bolígrafo y giré mi silla para mirarla. Estaba sentada en mi cama, abrazando una almohada. Como de costumbre, vestía una camiseta de manga corta y pantalones cortos. Sus mejillas hinchadas y la forma en que su cola golpeaba la cama hablaban de disgusto.

“Ya tienes dos ases bajo la manga: Lightning Apotheosis y la lanza de rayos compuesta de tres elementos”, le recordé a mi endiabladamente adorable hermana.

“¡Quiero uno tuyo! ¡Como todas las demás!” ella gimió.

“¿Celosa de tus compañeras de escuela más jóvenes? Estás en tu tercer año en la Royal Academy, pero veo que todavía eres una niña”

“¡Maldito! ¡Dáselos a Lydia y Stella!”

Karen escondió su rostro detrás de la almohada, pero pronto volvió a sacarlo para mirarme.

“En lugar de mejorar tu magia, ¿Qué tal una nueva daga?” Yo ofrecí.

“Estoy segura de que la tuya se rompería si lo imbuyeses con cuatro elementos o más. Ya hice una solicitud con Felicia. Además, tienes que pensar en tus exámenes de ingreso a la universidad”

“No quiero una nueva daga. Buscaste por toda la capital real para encontrar esta para mí cuando comencé en la academia. Es mi tesoro” Murmuró Karen, apretando la almohada y dándome una mirada decididamente hosca.

“Y si sigues tratándome como a una niña” Hizo una pausa.

“¡Nunca me dejaré crecer el cabello! ¡No importa lo mucho que te gusten las mujeres con hermoso cabello largo!”

“Te ves preciosa con cualquier peinado” Dije, incapaz de ocultar mi desconcierto por su comentario.

“Sigo pensando que eres la más linda de todo el mundo”.

“D-De verdad— ¡No! ¡Ese no es el punto! Como castigo—”

Antes de que mi hermana pudiera expresar su demanda, me acerqué a ella en silencio y le puse la mano en la cabeza.

“¿Con esto bastará?” Pregunté mientras comenzaba un suave masaje.

Ella jadeó y luego refunfuñó:

“Eso es hacer trampa. Tengo quince años, pronto cumpliré dieciséis. ¡Exijo que me trates como a una adulta!” Mientras tanto, su cola se movía furiosamente.

“¿Sabes? En ese caso…”

Cogí dos cojines mullidos, salí de mi habitación y los dejé en la terraza. Luego me acosté, toqué el espacio abierto a mi lado y grité:

“Vamos, Karen”.

“Eso es jugar sucio”, respondió ella después de un silencio atónito. Sin embargo, ella se acercó a mí y se acostó también.

Extendí la mano y comencé a acariciar suavemente su cabeza. A pesar de su evidente molestia, no hizo ningún movimiento para resistirse y su cola golpeó alegremente contra la galería. Ella también enterró su rostro en mi pecho, como en los viejos tiempos.

La fragancia de los fuertes rayos de sol, la calidez de Karen y la agradable brisa que entraba por la ventana abierta se combinaron en un poderoso soporífero. Una siesta empezaba a parecer bastante atractiva.

“¿Nii-san? ¿Tienes sueño?” preguntó mi hermana, sacudiéndome para despertarme.

“Sí. Karen, ¿Qué dirías si te unieras a mí para una siesta informal por la tarde?” Dije mientras abría los ojos.

“Supongo   que tendré que complacerte”,   asintió vacilante.

“P-Pero no esperes que esto sea algo normal” Sonreí y cerré los ojos en silencio.

✽ “¿Estás en casa, Karen?” “¡Kareeen! ¿Estás ahí?”

La gente me llamaba por mi nombre. También reconocí sus voces: pertenecían a chicas de los clanes de ardillas y leopardos. Eran viejas amigas mías, pero yo no quería moverme; ¿Por qué iba a dejar un lugar tan cálido y reconfortante que me aceleraba el corazón?

“Vamos, Koko, entremos”. “K-Kaya, no podemos”. “¡Sígueme!”

“¡Wow!”

Cielos. ¿Ella acaba de decir que van a entrar?

Me desperté y abrí los ojos, a la vista de la cara dormida de Allen.

Qué lindo.

Extendí la   mano   aturdida   y   toqué   su   mejilla.

¿Cuántos años habían pasado desde la última vez que lo vi así? Normalmente era un madrugador y se quedaba despierto hasta altas horas de la noche.

De repente, sentí que alguien me miraba.

“W-Wow. B-Bien hecho, Karen. E-En los brazos de otro y todo”

“¡No tenía ni idea de que fueras tan atrevida!” “¡E-Esperen! ¡No es lo que parece!”

Les grité a las dos chicas vestidas con kimonos que ahora estaban de pie en el pasillo.

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La pequeña y confiada con su cabello castaño rojizo atado detrás de su cabeza era Kaya del clan de las ardillas. El alto y tímido con el cabello negro y rubio trenzado era Koko del clan leopardo. Ambos eran viejos amigos míos y siempre salíamos cuando yo estaba en la capital del este.

No podía creer que Allen no se hubiera dado cuenta de su llegada. Renové mi determinación de evitar que trabajara demasiado durante su estadía aquí mientras retiraba mi mano con cuidado para evitar despertarlo. Sus brazos colgaban sin fuerzas, y yo ya había cambiado de posición, así que logré liberarme de ellos.

“Gracias por esperar”, dije.

“Ahora, vayamos a mi habitación; mi hermano está exhausto”

“¡Sabes, Karen, es demasiado tarde para engañarnos!” Kaya respondió.

“Me encantaría escuchar la historia completa”, intervino Koko.

Me agaché y me tapé la cara con las manos, vencida por la vergüenza.

“Vamos, Karen,” dijo Kaya, agarrándome por un hombro.

“Podemos tener una larga y amena charla”, agregó Koko,  poniendo  su  mano sobre  la  mía.

Dejamos a Allen durmiendo y nos mudamos a mi habitación, después de tomar algunos bocadillos de la cocina. Mis amigos se sintieron como en casa colocando una mesa plegable y cojines para sentarse. Dejé los bocadillos sobre la mesa antes de tomar mi propio asiento. Luego, serví vasos de té helado para la pareja.

“Apareciste de la nada”, le dije.

“¿Qué planeabas hacer si yo no estaba aquí?”

“Sabíamos que estarías cerca”, respondió Kaya.

“Quiero decir, escuchamos que Allen todavía está en la ciudad”.

“Casi nunca sales de casa cuando está de visita”, agregó Koko.

Consideré sus palabras brevemente. “Eso no es—”

“¡No lo niegues!” Mis amigos interrumpieron al unísono.

Aunque desconcertada por su afirmación, levanté mi vaso de té y trajeron el suyo para recibirlo con un tintineo satisfactorio y un conjunto de “Bienvenida de nuevo, Karen”.

“Es bueno estar de vuelta”, respondí. “¿Pero no hicimos esto el otro día?”

Hace unos días, en el Festival de Verano, el hijo del jefe del clan lobo, Toneri, y su séquito se me habían insinuado y mi hermano los apaleó por su molestia. Después de eso, las revelaciones de Lydia habían convertido todo el recinto del festival en una gran fiesta. Ya había pasado por mi reunión con Kaya y Koko allí.