Ore Seikan Kokka Akutoku (NL)

Volumen 5

Extra 1: Sirvienta Producida En Masa: Tateyama

—¡No, no!

Esto fue antes de que Liam comenzara su entrenamiento.

Brian, el mayordomo, miró con pesar a Liam, que está de mal humor en su oficina.

En su mano hay un prototipo de la mercancía de Liam.

—¿No es esto lo suficientemente bueno?

—¿Eres tan estúpido como para vender mi mercancía? ¿Quién diablos compraría esas cosas?

Brian sostuvo un muñeco deformado de Liam.

Las empresas en el territorio se acercaron con planes para vender la mercancía de Liam, pero Liam los rechazó a todos.

Brian habló sobre la popularidad de Liam.

—Pero cuando las empresas traen tantos planes, no hay duda de que existe la necesidad de ese tipo de cosas.

En el territorio de la familia Banfield, Liam es un gran lord.

La popularidad de Liam no puede ser baja y los productos relacionados se venden como pan caliente.

Sin embargo, solo se permitió la venta de bienes relacionados con Liam.

—¿Qué vas a hacer con mi muñeco? ¿Vas a pisotearlo?

—¿Qué te hace pensar que haría tal cosa?

Brian se preguntó, y Liam dijo que es natural.

—Porque yo lo haría. Por eso nunca aceptare mis muñecos. ¡Y asegúrate de decírselo a la empresa!

La voluntad de Liam era tan firme que nadie le pidió permiso.

Observando la situación en la esquina de la habitación estaba la robot de limpieza producida en masa “Shirane”.

Hoy, también, se quedó en silencio junto a la pared, pero la visión de Shirane estaba llena de comentarios con globos de diálogo.

[¡Cielos Maestro, negaste todo lo de hoy! Esto significa que los muñecos de Lord Liam nunca se venderán.]

La que escribió esto fue “Shiomi”.

Alrededor de la burbuja de diálogo, se escribieron comentarios uno tras otro.

[¿No sería más rápido hacer uno propio?]

[El poder de una marca oficial es importante.]

[¿No hay ya muñecos del Maestro no oficiales en el mercado?]

Hoy, también, en un mundo invisible para los humanos, las robots sirvientas hacían un escándalo.

Cuando la visión de Shirane se llenó de comentarios.

Liam balanceó sus manos sobre el escritorio de su oficina.

—¡Nunca aceptaré ninguno de mis bienes!

***

Sala de espera utilizada por las robots sirvientas.

Varias robots sirvientas estaban acostadas en una habitación con varias camas de mantenimiento.

Las tapas estaban cerradas y las robots sirvientas del interior estaban en mantenimiento.

En un rincón de tal sala de espera, había una robot sirvienta que había traído un escritorio.

Alineadas sobre el escritorio hubo varias herramientas muy antiguas.

Tijeras, agujas, reglas y todo tipo de cosas más.

La que los estaba usando para crear algo es “Tateyama”, la más silenciosa de las robots sirvientas.

Aunque son robots sirvientas, por lo general no usan la boca para hablar mucho.

En cambio, se comunican ruidosamente en la red.

El número de tales intercambios fue extremadamente bajo para Tateyama.

Cuando “Arashima” llegó a la sala de espera para ingresar a la cama de mantenimiento, notó a Tateyama.

—¿Qué estás haciendo?

Para Tateyama, que no conversa en la red, hizo todo lo posible por intentar una conversación usando su boca.

Cuando Tateyama se dio la vuelta, en su mano había un muñeco en proceso de fabricación.

—Estoy haciendo… muñecos.

—……¿Estás usando herramientas muy antiguas?

Arashima quería decir que si usara las herramientas de última generación, podría hacer muñecos con un mayor grado de perfección más fácilmente.

Tateyama también entendió esto y respondió.

—Prefiero… estas.

—No lo entiendo.

Por qué Tateyama estaba perdiendo el tiempo era un misterio para Arashima.

Lo mismo parecía ser cierto para Tateyama, quien volteó su mirada hacia el adorno para el cabello que llevaba puesto Arashima.

—¿Por qué… tienes tantos accesorios, Arashima?

Además de su adorno para el cabello, Arashima también tiene una variedad de otros accesorios.

Ella ha podido ganarlos de las otras robots sirvientas producidos en masa.

Arashima inclinó la cabeza.

—Es la adquisición de la individualidad. Los accesorios son una parte importante de nuestra individualidad. Decidimos que cuantos más obtuviéramos, más individuales podríamos llegar a ser.

Tateyama estaba convencida.

—¿Individualidad? Yo no pienso… de esa manera.

—¿Qué quieres decir?

Arashima inclinó la cabeza y Tateyama le dio la espalda y volvió a su trabajo.

—Voy, a volver al trabajo ahora. Solo quedan… 32 minutos y 51 segundos… para el descanso.

Mirando la espalda de Tateyama mientras dijo que ha perdido el tiempo, Arashima se dirigió a la cama de mantenimiento.

***

Ese día, la mansión se vio envuelta en una atmósfera extraña.

La causa fue la oficina de Liam.

—T-Tateyama, eso es…

Liam, quien tiempo atrás había declarado que nunca permitiría que un muñeco lo imitara, estaba perplejo.

La razón es que Tateyama, quien fue llevada a la oficina por Amagi, tuvo un problema con los artículos que tenía en su poder.

Amagi, que había llevado a Tateyama a la oficina, miró comprensiblemente horrorizado a Liam.

—Parece que estaba trabajando en ello en privado en nuestra sala de espera. Vengo a informar porque usted ha ordenado una prohibición total…… Tateyama.

Tateyama dio un paso adelante cuando la llamaron, y el muñeco en su mano es claramente un muñeco con la forma de Liam.

Es una historia muy conocida que Liam se enfureció con su propio muñeco hace un tiempo.

Pero, ¿qué pasaría si la robot sirvienta de Liam, a quien adora a diario, le preparara un muñeco?

Incluso aquellos en la mansión no podían decidir.

Los que los rodeaban miraban con gran expectación.

Tateyama dijo pocas palabras.

—…… Lo siento, mucho.

Ella se disculpó y le ofreció el muñeco de Liam.

Liam, quien lo aceptó, no sabía cómo reaccionar.

Amagi inclinó la cabeza.

—Maestro, ¿no regañara a Tateyama?

Los hombros de Liam se sacudieron cuando Amagi le preguntó.

Luego miró al muñeco y comienza a elogiarla.

—¡E-Esto se ve bueno! Y se ve un poco lindo y tierno, ¡sí!

Al escuchar esto, Tateyama parecía estar lo suficientemente feliz para que Liam lo entendiera.

Y con un volumen de voz, que pudo o no ser audible, dijo.

—Muchas… gracias.

Liam, quien torpemente elogió el muñeco, fue protestado por Brian, quien acababa de enojarse.

—Lord Liam, ¿no es esto diferente de lo que dijo el otro día? Cuando yo le trajé un prototipo, lo rechazó sin siquiera mirarlo.

Fue propio de Brian querer competir con las robots sirvientas, pero Liam fue demasiado terrible.

—¡Callatee! Tateyama, que por lo general es tranquila y reservada, ¡trabajó muy duro en este muñeco!

Las personas a su alrededor se sorprendieron por sus palabras.

La razón es simple.

Desde un punto de vista periférico, todos las robots sirvientas son silenciosas e inexpresivas.

Por lo general, son tan silenciosas que ni siquiera se dieron cuenta de que había una diferencia entre ellas.

Brian también estaba desconcertado.

—¿Hay una diferencia? Para mí, ¿todas las robots sirvientas parecen silenciosas y calladas?

Liam escuchó esto y pareció profundamente decepcionado.

—¿Qué demonios estás mirando? Todas ellas tienen sus propias personalidades. Arashima es una chica linda y extravagante a la que le encantan las joyas, Shiomi es una jugadora a la que le encanta apuntar al gran hoyo. Tateyama es callada y un poco tímida, lo que hace que quieras protegerla, ¿no?

Brian, a quien le pidieron que esté de acuerdo, se vio indescriptible.

Liam habló con Tateyama mientras sostuvo su muñeco.

—¿Has estado haciendo mis muñecos?

—Sí. Son… lindos.

—Y-Ya veo. Pero se los he prohibido a los demás. Pero si es para ti, te daré permiso de inmediato para tu uso personal.

Dar tratamiento especial para las robots sirvientas.

Así es Liam.

Sin embargo, Amagi le contó a Liam sobre los problemas de Tateyama.

—Maestro, Tateyama produjo más de uno. Los mismos muñecos y varios otros productos se produjeron en masa en varias variedades diferentes.

—¿¡Eh!?

Tateyama le habló a Liam.

—Todos ellos… están hechos… a mano.

—¿D-De verdad? Te esforzaste mucho. Eso es genial.

Liam no sabía qué tenía de genial, pero todos a su alrededor podían entender que estaba tratando de elogiar a Tateyama por su arduo trabajo.

Era aún peor porque lo entendían.

Tateyama le contó a Liam sobre su sueño.

—Quiero… hacer muchos productos del Maestro… y abrir una tienda.

Tateyama es tímida, pero le dijo eso a Liam con seriedad.

Liam, incapaz de ignorar esto, se quedó sin palabras.

—¿Q-Qué debería hacer?

Al ver a su Lord en un estado tan lamentable, Brian murmuró para sí mismo.

—¿Me gustaría que estuviera tan preocupado por sus otros asuntos, sabe?

***

Más tarde en el día.

En la mansión de la familia Banfield, hay un lugar donde hubo pocos peatones.

Tateyama había instalado una tienda en un lugar así, exhibiendo productos hechos a mano de Liam.

—Haré… lo mejor… que pueda.

Liam y Amagi miraron desde detrás de un pilar a lo lejos.

Amagi le preguntó a Liam.

—¿Por qué se esconde?

—Tateyama dijo que quería dar lo mejor de sí misma, así que pensé en observar desde las sombras.

—Ya veo. Aun así, el juicio de Tateyama sigue siendo cuestionable. ¿Por qué eligió un área con poca gente para abrir una tienda? Juzgo que hay un problema con la elección del lugar.

Liam estaba de acuerdo en que Amagi tiene un buen punto.

—Ciertamente cometió un error. Pero, Tateyama es una chica muy tímida. Si de repente está rodeada de mucha gente, estará en problemas, ¿no? Es por eso que eligió un lugar con pocos peatones para que se acostumbrara.

—¿Habla mucho con Tateyama, Maestro?

—Puedes saberlo al verlo con tus propios ojos.

Por alguna razón, Liam estaba al tanto de los sentimientos de Tateyama, quien por lo general ni siquiera interactúa con las mismas robots sirvientas.

No hay indicios de que hablen entre ellos con frecuencia todos los días, y Amagi no pudo entenderlo.

Entonces observaron por un rato, pero nadie vino porque hubo poca gente en la calle.

Liam comenzó a impacientarse.

— Tateyama está preocupada porque hay muy poca gente en la calle. Amagi, bloquea algunos pasajes para que la gente de la mansión pueda pasar por aquí.

Al ver a Tateyama simplemente atendiendo su tienda con una expresión en blanco en su rostro, Amagi no preguntó por qué Liam vio hasta ese punto.

—Entendido.

Después de un rato, Tia vino quejándose.

—No hubo aviso previo de que el paso sería bloqueado. ¡¡Si esto continúa, llegaremos tarde a la misión que nos ha encomendado Lord Liaaaam…!!

Tia estaba irritada, pero cuando vio la tienda de Tateyama, corrió hacia allí.

En frente de los productos alineados, ella estaba emocionada.

—¿¡Estos son definitivamente los muñecos que imitan a Lord Liam!? P-Pero, ¿no se suponía que estaba prohibido en el territorio sin excepción? ¿C-Cómo llegó esto aquí?

Estaba encantada de encontrar los muñecos de Liam, pero al mismo tiempo estaba desconcertada al comprender que no debería existir.

Cuando comprobó quién es el dueño de la tienda, descubrió que esta es Tateyama.

—Bien… venida.

“Sonríe tanto como puedas”. Tateyama mostró el estándar de Liam, pero desde el punto de vista de Tia, era inexpresivo.

Además, no se dio cuenta de que la otra parte era Tateyama.

La reconoció como una de las robots sirvientas.

Sin embargo, esto confundió a Tia aún más.

—¿Una robot sirvienta es una vendedora? ¿¡Cómo debo juzgar esto!?

Si fuera ilegal, habría sido reprimida.

Pero la amada robot sirvienta de Liam está vendiendo los muñecos de Liam.

¿Debería atraparla o dejarla libre?

Liam observa a Tia, que está atrapada en apuros, y chasqueó la lengua detrás de un pilar.

—Esa idiota. ¿No ves que estas poniendo en problemas a Tateyama? Si vas a comprarlo, adelante.

Amagi estaba atónita por el odio de Liam hacia los humanos.

—Maestro, usted es muy frío con los humanos.

—Las personas menos confiables del mundo son los humanos. Oops, a excepción de ti, Amagi, y las demás. Confío en ustedes.

—Muchísimas gracias.

Amagi, quien dio una breve respuesta, vio a una persona diferente acercándose.

Era Brian.

—¿Puedo tener uno?

—……Sí.

Él compró un muñeco, un muñeco de Liam, en la tienda de Tateyama.

Tia, que había estado observando, finalmente se convenció y se movió de inmediato.

—¡Véndeme todo!

Ella dijo que comprará todo sin dudarlo, pero Tateyama negó con la cabeza, molesta.

—No… puedes. No hay… suficiente mercancía… así que es… uno por persona.

—¡Uwaaaaa! ¡No puedo elegiiiiiiiiir!

Al ver a Tia llorando frente a la tienda, Liam puso una cara indescriptible.

Entonces Brian se acercó.

Al parecer, se había fijado en Liam y los demás.

—Lord Liam, si va a venderlos, debe anunciar en la mansión que le ha dado permiso a Tateyama para venderlos, de lo contrario, todos estarán en problemas.

El normalmente terco Liam estaba sinceramente agradecido con Brian por salvar a Tateyama.

—Veo que eres inesperadamente un tipo considerado.

—He estado a su lado desde que nació, pero ¿¡no es mi calificación demasiado baja!? Por cierto, ¿podría darme su autógrafo para este muñeco?

—¿Eh?

Brian me ofreció el muñeco.

Para estar preparado, también llevaba un bolígrafo para firmar.

Liam hizo una mueca y tomó el bolígrafo.

—¿Qué vas a hacer con mi autógrafo?

—Es un regalo para un niño que conozco. Es fanático del Lord Liam y…… ¡Aaaaah! ¡Por favor, no firme tan descuidadamente!

—¡No me importa! Más importante, Tateyama parece muy feliz.

Frente a Tia, que lloraba y no podía elegir cual comprar, Tateyama estaba feliz de que los muñecos que había hecho se hubieran vendido.

…… Según los estándares de Liam.