Honzuki no Gekokujō (NL)

Volumen 22: La Encarnación de la Diosa I

Capitulo 14: Circunstancias De Gretia Y Recolección De Ingredientes

Pedí que me prepararan una sala aparte y me dirigí hacia allí con Gretia. Era de cuarto año, igual que Judithe, lo que la hacía un año mayor que yo. Todos los de su curso habían trabajado juntos cuando estaban en su segundo año y se creó el Comité de Mejores Grados, por lo que estaban más unidos entre sí que con sus mayores. Eso podría explicar por qué Gretia estaba casi escondida detrás de Judithe. Era raro ver a un noble actuando de forma tan abiertamente tímida.

Gretia siempre llevaba su pelo gris en una gran trenza que le llegaba hasta la espalda. Era muy parecida a la que llevaba Lieseleta, salvo que Gretia se aseguraba de que no hubiera ni un solo mechón fuera de su sitio. Iba vestida con ropa especialmente sosa, lo que supuse que era para no destacar, pero, por desgracia para ella, se había desarrollado de forma sorprendente para una joven de su edad, por lo que mis ojos se dirigieron naturalmente a su pecho.

“Gretia”, dije.

“¿S-Si?”, respondió ella. Apenas había comenzado nuestra conversación, pero ya era evidente que era una especie de reclusa sombría. Mantenía una expresión neutra, pero su voz temblaba y juntaba las manos.

“Me enteré por Judithe de que deseas darme tu nombre.”

“Sí, mi lady. Por favor, acepta mi petición.”

“Deseo escuchar tu razonamiento, antes que nada. No hay necesidad de que tomes tal acción, ¿verdad?”

Gretia miró a Matthias y Laurenz con ojos vacilantes, y luego bajó la vista a sus pies. “Quiero un guardián…”, dijo finalmente.

“¿Un guardián? No necesitarías…”

Me detuve a mitad de la frase. Los hijos de la antigua facción de Verónica ciertamente no podían convertirse en guardianes sin dar primero sus nombres.

“Esta es… mi única oportunidad”, dijo Gretia, levantando la cabeza y mirándome con desesperación. Sus ojos habían estado ocultos hasta entonces por su flequillo, así que era la primera vez que los veía bien. Eran de un agradable verde azulado.

“Esta es mi única esperanza”, subrayó Gretia.

“Lo siento, pero… No lo entiendo”, dije.

Gretia apretó los labios y sacó una herramienta mágica para bloquear el sonido. “No quiero que los demás conozcan mis circunstancias familiares.”

Dirigí una mirada a Rihyarda, transmitiendo en silencio mi pregunta de si era seguro que cumpliera. En respuesta, le indicó a Brunhilde que inspeccionara la herramienta mágica en busca de algún peligro. Mis asistentes eran ahora muy sensibles a lo que yo tocaba, debido a nuestro anterior incidente, así que la revisó minuciosamente en busca de veneno o de cualquier círculo mágico peligroso. Todo se hizo con tanta facilidad que no pude evitar maravillarme de la rapidez con la que mis asistentes se habían adaptado.

Tras terminar sus comprobaciones, Brunhilde me entregó la herramienta mágica de bloqueo de sonido. Mientras tanto, Gretia me observaba atentamente, queriendo confirmar que agarraba con firmeza la herramienta. Su confesión debía ser una que no quería que los demás escucharan.

“Nací… en el templo”, admitió finalmente.

“¿Qué?”

“Soy la hija de un sacerdote azul y de una doncella azul del santuario. Al menos, eso es lo que siempre me han dicho.”

Sólo pude escuchar aturdida mientras Gretia continuaba con su historia completamente inesperada. Todo había empezado antes de la purga del país, dijo — antes de que el templo sufriera su escasez de maná, cuando todavía había muchos sacerdotes azules y doncellas de santuario. Oír las palabras “sacerdote azul” me había traído constantemente a la mente imágenes de ancianos sin mucho maná, pero, al parecer, esa tendencia no había existido siempre.

Según Gretia, durante los días más antiguos del templo, una doncella de santuario azul y un sacerdote azul de origen mednoble habían fomentado un romance secreto. Habían intentado mantener su relación en secreto, pero todo se reveló cuando la doncella del santuario se quedó embarazada.

“No podían casarse por estar en el templo”, explicó Gretia. “Mi madre biológica pidió que ella y el sacerdote pudieran volver a sus respectivas familias y casarse allí, pero se burlaron de ella por hacer una petición tan superior a su posición. Al final la enviaron de vuelta a casa, pero la consideraron una desgracia y la confinaron en un edificio lateral. Me han dicho que mi madre biológica nunca volvió a ver al sacerdote azul al que amaba.”

Gretia había acabado siendo criada en este edificio lateral hasta que fue bautizada, y, durante todo ese tiempo, su madre biológica había refunfuñado sobre lo mucho mejor que había sido su vida antes de tener que cargar con un hijo.

“Antes de quedarse embarazada de mí, mi madre biológica recibía la ayuda de su familia y pagos subsidiarios del archiduque. Había sido mimada cuando viajaba por las provincias para los rituales, recibiendo dinero y regalos. Leales sacerdotes grises y doncellas de santuario habían servido como sus asistentes — un marcado contraste con los guardias que había recibido en el edificio lateral.

— y aparentemente había sido muy feliz con el hombre que amaba. Es decir, antes de que yo naciera y lo arruinara todo…”

Entonces se había producido la purga y el éxodo masivo a la Soberanía, dejando a cada ducado con una considerable falta de nobles y estimulando la integración de los niños del templo de nuevo en la sociedad noble. Gretia había pasado toda su vida hasta ese momento siendo criada para ser una sirvienta, pero las circunstancias habían hecho que su maná fuera medido. Lo siguiente que supo fue que el hermano mayor de su madre biológica y su primera esposa la habían tomado como hija para poder utilizarla en un matrimonio político.

“Me bautizaron, por lo que se convirtieron en mis padres… pero ni una sola vez me han mostrado el más mínimo rastro de calidez o afecto”, continuó Gretia. “Se limitaron a decirme una y otra vez que no me avergonzara ni los deshonrara como lo había hecho mi madre, ya que yo era un instrumento para ser utilizado en beneficio político.” Agarró con fuerza su falda. “Mis hermanos sólo me llaman ‘la chica del templo’ y se burlan de mis canas, diciendo que me hacen parecer una anciana… y cuando mi cuerpo empezó a desarrollarse a una edad más temprana que la mayoría, se burlaron de mí por ser una vaca. Nunca he conocido la paz.”

Era la primera vez que hablaba con alguien que había blanqueado efectivamente las circunstancias de su nacimiento mediante un bautismo. También era la primera vez que me enteraba de que los bautizados en otra familia a veces eran tratados mucho, mucho peor que los hijos reales de sus nuevos padres.

Mi madre es otra cosa por cuidar de mí como lo hace con sus verdaderos hijos…

Ella había preparado mis aposentos, se había asegurado de que me hicieran varios trajes de bautizo y se había preocupado de educarme para que fuera una niña archinoble como Dios manda. Mis hermanos mayores nunca me habían intimidado; de hecho, al contrario, toda mi familia siempre había hecho todo lo posible por mantenerme a salvo. Esperaba que esto hubiera sido así incluso si el archiduque no me hubiera adoptado.

“Mi familia es de una casa mednoble”, dijo Gretia. “En nuestra facción no hacemos los planes; sólo se espera que los ejecutemos. Los matrimonios políticos desempeñan un papel importante para mantener la seguridad de la casa, y las hijas se casan como segundas o terceras esposas. Pero nunca me sentí mal por eso.”

Gretia quería dejar a su familia y empezar a ser tratada como una noble normal, ya fuera a través de un matrimonio político o de otro modo. Ni siquiera le importaba casarse con un hombre lo suficientemente mayor como para ser su padre. Escapar de su situación actual al menos evitaría que la llamaran “la chica del templo”.

“Ser obligada a ofrecer mi nombre fue como si los dioses extendieran sus manos para salvarme”, continuó Gretia. “Era una oportunidad para renunciar por fin a esa ‘familia’ y servir a un lord o lady de mi elección. Para ello, pensé que la Santa de Ehrenfest, que muestra compasión incluso con los huérfanos como la Sumo Obispa, no pensaría nada sobre mi nacimiento de una doncella de santuario. Pensé que ella — que usted — me aceptaría por lo que soy.”

Gretia creía que no estaba lo suficientemente capacitada para trabajar como mi asistente, pero saber que podría haberse centrado en el trabajo privado y no en el público le había aportado, al parecer, una gran tranquilidad.

“Pero, al final, mis padres pudieron evitar la ejecución. Al escuchar esta noticia, mi único pensamiento fue que ya no podría poner cara de tristeza y darles mi nombre sin problemas”, dijo Gretia, habiéndose desesperado internamente mientras todos los demás hijos de la antigua facción Verónica se alegraban. “Estoy plenamente convencida de que, aunque mi padre no haya sido ejecutado, ha cometido graves crímenes. Puede que otra persona haya ideado los planes y le haya dado las órdenes, pero yo le vi luchar contra el hecho de que no podía negarse a llevarlos a cabo.”

Gretia suspiró y continuó: “No puedo imaginar que alguien quiera casarse con la hija de un criminal grave. En lugar de encontrar a alguien que me trate bien, mis padres intentarán desesperadamente emparejarme con cualquiera que pueda mejorar su estatus. Me menospreciaron tanto en casa que he desarrollado un talento para leer las expresiones de los demás e imaginar el peor escenario posible… y, tal como lo veo, mis posibilidades de tener una vida agradable son prácticamente inexistentes.”

Con los ojos bajos, Gretia continuó explicando que, cuando había celebrado la oportunidad de dar su nombre, el peor escenario que había imaginado era que su familia sobreviviera. Consideró que había sido una suerte que se cumpliera.

“Gretia, dar a alguien tu nombre es poner tu propia vida en sus manos”, le dije. “Si tu lord o lady cae, entonces tú también. Por supuesto, haré todo lo posible para que tal cosa no ocurra nunca, pero no hay garantía de que no acabe recorriendo el mismo camino que Lady Verónica, que perdió su poder y fue encarcelada. Por no hablar de que hay muchas áreas en las que tengo carencias como guardián. ¿Has considerado todo eso cuidadosamente?” No podía evitar la sensación de que me estaba viendo a través de unas gafas de color de rosa e ignorando los deméritos que supondría servirme.

“He oído todo de Roderick y Judithe. Trata con respeto incluso a sus músicos y cocineros plebeyos, ¿no? Y has hecho arreglos para que Roderick nunca tenga que ver a su familia. Estoy segura de que mi decisión aquí es la correcta.” Gretia esbozó una pequeña sonrisa y añadió: “Después de todo, soy un aprendiz de asistente. Puedo reunir la información que necesito.”

La sonrisa de Gretia desapareció tan rápido como había llegado, sustituida en su lugar por una expresión de completa seriedad. “Esta es mi única oportunidad, aquí donde mi familia no tiene ojos”, dijo. “Soy… consciente de que tienes muy pocos asistentes en este momento. Aceptaré cualquier orden, incluso si me dices que te dedique toda mi vida y que nunca tome un marido. O, realmente, eso es lo que querría. Por favor, acepta mi nombre. Te lo ruego.”

Podía sentir la aplastante ansiedad en su voz. Esta era realmente su última oportunidad.

“Ya estaba decidida a aceptar tu nombre antes”, dije. “Si todavía deseas que lo acepte, entonces lo haré.”

“Te lo agradezco mucho”, dijo Gretia, con una suave sonrisa surgiendo en su rostro.

Fue en ese momento cuando comprendí realmente mi deber para con Gretia; tenía que proteger su sonrisa — para asegurarme de que no tuviera que volver a mirar sombríamente a sus pies. Le devolví la herramienta mágica para bloquear el sonido y luego informé a mis asistentes reunidos de que tomaría su nombre.

“Recojamos todos los ingredientes para Muriella y Gretia el próximo día de la Tierra”, dije.

“Entendido”, respondieron todos.

Matthias recibió mi anuncio con una mirada de satisfacción. “En ese caso, una vez que regresemos a la sala común, les explicaré a todos cómo reunir los ingredientes de alta calidad necesarios para una piedra fey para dar nombre. Conozco un método especialmente eficaz.”

Y así, volvimos a la sala común. Wilfried y Charlotte se mostraron preocupados al verme, pero les regalé una sonrisa y me limité a decir: “Según Matthias, hay un método más eficiente para obtener ingredientes de alta calidad.”

“Naturalmente, no todos los días se consigue cazar una bestia fey con partes tan ricas en maná y elementos como un ternisbefallen”, señaló Matthias. “Además, las bestias feys de ese nivel suelen ser demasiado fuertes para que los eruditos y los asistentes puedan reunir materiales. Hacerlo puede llevar más tiempo, pero soy de la opinión de que deberíamos usar métodos más fiables y consistentes aquí.”

Asentí con la cabeza; si había bestias feys como los ternisbefallens merodeando por todo el lugar, entonces “aterrador” ni siquiera empezaría a describirlo. Matthias iba a explicar lo que eran esencialmente consejos profesionales para la recolección de ingredientes, por lo que incluso los niños que no tenían intención de dar sus nombres se acercaron a escuchar.

“Entonces, ¿Cómo se destina?” preguntó Wilfried.

“Vayan al lugar de recolección, tiñe una fruta teigenehm con Su maná, y luego alimenta con esa fruta teñida a una bestia fey. El maná que contiene hará que la bestia fey aumente de tamaño — momento en el que la matas y obtienes su piedra. Descubrí este método al ver a Lady Rozemyne agrandar el tesoro de Dunkelfelger durante aquella partida de ditter del primer año.”

Evidentemente, estos frutos de teigenehm que se encontraban en el lugar de reunión de Ehrenfest producían efectos similares a los de las ruelles.

“Sin embargo”, continuó Matthias, “hay un problema: la fruta teigenehm sólo puede tomar un tipo de maná a la vez. Tendrás que teñir tantas como elementos tengas.”

Era necesario separar el maná de uno en sus elementos antes de teñir la fruta, por lo que este método sólo podía ser utilizado por aquellos que tuvieran un control tan fino — es decir, aquellos que estuvieran en su tercer año o más. Por suerte, esto no supuso ningún problema, ya que sólo los estudiantes de mayor edad habían acabado necesitando dar sus nombres.

“Haz que los aprendices de caballeros debiliten a una bestia fey, y luego aliméntala con una fruta teigenehm llena de maná”, resumió Matthias. “Acaba con la bestia inmediatamente después de que crezca, antes de que pueda acostumbrarse a todo el maná.”

“Entiendo… Eso llevará un tiempo, sí. Yo mismo quería algunas piedras feys de alta calidad, pero creo que lo dejaré para más adelante”, dijo Wilfried, optando por el momento.

Leonore miró a Wilfried y a Charlotte, con el ceño fruncido. “Dado que habrá que vigilar a los estudiantes mientras se tiñe la fruta y habrá que debilitar a las bestias feys hasta el borde de la muerte, este viaje requerirá muchos caballeros. ¿Cuántos pueden prestarnos, Lord Wilfried, Lady Charlotte?”

“Hermana”, dijo Charlotte, volviéndose hacia mí, “¿cuántos de tus caballeros guardianes se quedarán en el dormitorio ese día?”

No conocía los planes de todos para el Día de la Tierra, así que le dirigí a Leonore una mirada significativa, incitándola a responder en mi lugar.

“El plan es que vayamos todos”, dijo Leonore con una sonrisa. “Lady Rozemyne va a ir al lugar de reunión, y debemos encargarnos de su protección.”

“Es la primera vez que escucho eso, Leonore…” dije.

“Eso será porque recién ahora lo estoy decidiendo, después de escuchar la explicación de Matthias “, contestó despreocupada. “Tengo muchas razones para ello. En primer lugar, no quiero que nos separen — no es prudente dividir el grupo. En segundo lugar, teñir una fruta teigenehm puede ser un proceso bastante largo, y me gustaría que los protegieras en el lugar de reunión con el escudo de Schutzaria durante este tiempo. No importa cuántos aprendices de caballeros llevemos con nosotros, conlleva demasiado riesgo vigilar cuatro personas a cargo simultáneamente mientras se cazan bestias feys.”

Tenía razón — al hacer que yo protegiera el árbol y sus alrededores con el escudo de Schutzaria, los aprendices de caballeros podrían cazar sin tener que preocuparse por nosotros, y los cuatro podrían concentrarse sólo en los frutos de teigenehm. Teñir ruelles había sido una pesadilla precisamente porque necesitaban crecer a la luz de la luna, lo que había significado que no podía usar el escudo de Schutzaria, ya que habría bloqueado la luz.

Incluso acabamos fracasando en ese primer intento.

“Además” continuó Leonore, “si vamos a recolectar ingredientes para tanta gente a la vez, es posible que haya que reponer el punto de reunión con una bendición — lo que también será una oportunidad para que gastes parte de su maná. Esto, junto con sus prolongados esfuerzos por mantener el escudo de Schutzaria, debería ayudarle a descomprimir más tu maná.”

Bien… Esa última razón es bastante importante.

Respondí con un firme asentimiento. Habíamos empezado a recibir un número considerablemente menor de piedras feys de Ehrenfest, por lo que necesitaba aprovechar todas las oportunidades para liberar mi maná que pudiera conseguir.

“Bueno”, intervino Charlotte, “si la Hermana va a protegernos, tal vez yo también deba acompañarla.”

“¿Lady Charlotte?”

“Una fruta teigenehm teñida con el propio maná es un ingrediente valioso por sí mismo, ¿no?”

“Buen punto”, estuvo de acuerdo Wilfried. “En ese caso, yo también iré. Incluso si no acabamos alimentando a las bestias feys por sus piedras feys, la fruta por sí sola merece la pena.”

Y así se decidió que todos los del dormitorio, excluyendo a los de primer año, irían juntos a este viaje. Mi escudo nos proporcionaría a todos una seguridad mucho mayor que la habitual, y podríamos recoger todo lo que quisiéramos, ya que todo se iba a regenerar justo después.

“Los de primer año se quedarán aquí, ya que naturalmente no pueden viajar al lugar de reunión sin una bestia alta”, dije. “Por favor, esperen a unirse a nosotros el próximo año.”

Los de primer año miraban con envidia, ya que no habían empezado sus clases de elaboración de pociones ni habían aprendido a formar bestias altas. Sin embargo, una voz solitaria se alzó entre ellos.

“Lady Rozemyne, yo ya sé cómo hacer mi bestia alta. ¡Además, soy su caballero guardián, así que por favor lléveme con usted!”

Era Theodore, que parecía que lo último que quería era ser dejado atrás.

Realmente era como Judithe.

“Ya, ya, Theodore”, dijo Judithe, poniendo su cara de hermana mayor, “apenas estás acostumbrado a usar tu bestia alta, así que ¿no vas a retrasar a todo el mundo? Creo que deberías sentarte en esta ocasión.”

Una sonrisa de satisfacción apareció en mi cara. Si sus posiciones se hubieran invertido para que Judithe fuera la que se quedara fuera, se habría puesto a llorar y nos habría suplicado que la trajéramos también. Y, con eso en mente, le di permiso a Theodore para que viniera.

“Necesitamos tantos aprendices de caballeros como podamos conseguir”, dije. “Puedes venir, Theodore.”

“Gracias”, respondió, su expresión cambió de una mirada de alivio a una sutil sonrisa de orgullo.

Ahora que habíamos decidido qué aprendices de caballeros iban a venir con nosotros, Leonore, Alexis y Natalie comenzaron a discutir los detalles más finos. Repasaron la mejor manera de utilizar el escudo de Schutzaria, cómo hacer para reunir los ingredientes, qué bestias feys habría que exterminar y cuáles habría que debilitar para convertirlas en piedras feys, entre otras cosas.

En su mayor parte, esto se había convertido en una reunión de aprendices de caballeros. Philine escuchó durante un rato y, de repente, dio una palmada y dijo: “Preparemos las cajas de comida, Lady Rozemyne. El lugar de reunión es cálido y está libre de nieve, y, con su escudo de Viento, seremos libres de comer a nuestro antojo y sin temor a ningún ataque de bestias feys.” Una sonrisa emocionada se dibujó en su rostro.

“¡Oh, cielos! ¡Qué idea tan espléndida!” gritó Charlotte con deleite.

“Creo que tendré quiche.”

“También necesitaremos preparar té caliente, Lady Charlotte.”

La sugerencia de Charlotte y de mis asistentes de que preparáramos el

almuerzo se convirtió rápidamente en un picnic, y con eso en mente…

“Los pasteles de carne también serían deliciosos”, añadí.

“Oh, ¿pero no serían más fáciles de comer los sándwiches?” contestó Charlotte.

“Ngh… Yo también voy a preparar algo.” intervino Wilfried, forzando su entrada en la conversación tras ver lo mucho que estábamos disfrutando Charlotte y yo. Nuestro picnic había dado un paso más allá y se había convertido en una auténtica excursión de dormitorio.

Los alumnos de primer año habían pasado de estar decepcionados a estar directamente enfadados. Tendría que pedirles a Hugo y a Ella que les cocinaran algo especial para compensar esto.

“¿Qué harás que preparen tus cocineros, hermana?” preguntó Charlotte.

No puedes tener un bento sin onigiri, ¿verdad?

“Hay tantas opciones sabrosas que simplemente no puedo decidirme.”

Y así llegó el Día de la Tierra. Varios aprendices de caballero habían ido al punto de reunión temprano para reducir la población de bestias feys y, cuando recibimos la noticia de que habían terminado, fuimos tras ellos. Todos nuestros almuerzos estaban bien guardados en mi Pandabus extragrande, y nuestro grupo pronto se vio envuelto en una animada charla.

Una vez que llegamos, desplegué mi escudo alrededor del árbol de teigenehm, y comenzó la reunión. Los aprendices de caballeros se pusieron a trabajar para debilitar a las bestias feys fuera de la barrera, mientras Theodore permanecía a mi lado como caballero guardián.

“Sostén esta fruta de teigenehm, concéntrate y vierte maná de un solo elemento en ella”, instruyó Matthias. “Continúa así hasta que toda la fruta se haya vuelto del color de ese elemento.”

Todos agarramos nuestra fruta teigenehm y empezamos a hacer lo que había dicho Matthias. Al igual que con el ruelle, las frutas teigenehm eran muy resistentes al flujo de maná, pero seguí forzando mi maná en ellas hasta que tres se tiñeron por completo. Naturalmente, no quise ir tan lejos como para hacer uno de cada elemento de inmediato.

“Lady Rozemyne, mi maná no entra del todo…” Dijo Muriella, mirando mis tres frutas teñidas con ojos preocupados. Seguí su mirada y luego esbocé una sonrisa nostálgica; no hacía tanto tiempo que yo había estado en esa misma situación.

“Las plantas feys también son seres vivos”, dije, “así que son muy resistentes al maná. No tendrás más remedio que tomarte tu tiempo y usar pociones de rejuvenecimiento.”

Me sentía algo cansada por haber teñido tres frutas a la vez, así que decidí descansar en Lessy. Puede que me haya vuelto un poco más saludable desde mi segunda jureve, pero todavía existía un riesgo muy genuino de que me excediera y volviera a colapsar. Aun así, gracias a la descompresión de mi maná, me sentía notablemente mejor que antes.

Ah, sí… Creo que una vez oí que demasiado maná es malo para el cuerpo.

Cogí un libro y me puse a leer, con la esperanza de poder llegar al final de mi estancia en la Academia Real sin perder la salud. El sol brillaba con fuerza y, mientras me recostaba en uno de los mullidos sillones de mi Pandabus, pensé en lo elegante que era pasar el día libre.

Mientras yo leía y mantenía el escudo, todos los que querían dar su nombre se aseguraron las piedras feys que necesitaban. A partir de ahí, disfrutamos de un sabroso almuerzo y de una agradable conversación.

En general, fue un Día de la Tierra muy divertido.