Isekai Ryouridou (NL)

Volumen 19

Capitulo 1: Una Dulce Reunión De Damas Nobles

Parte 3

Aunque las carreteras eran planas una vez que entramos en la ciudad del castillo y este carruaje de totos definitivamente tenía mejor suspensión que nuestra carreta, el camino aquí debe haber tenido un impacto en ella. Ella había permanecido en silencio con una mirada agria en su rostro mientras sostenía despreocupadamente su abdomen debajo de su capa.

El viaje pareció durar una eternidad. Aparentemente, nuestro destino esta vez estaba incluso más lejos que la mansión Turan que habíamos estado visitando hasta ahora. No sabía la ubicación precisa y probablemente no tendría una idea real de ella incluso si alguien me lo dijera, pero según el nombre, El Pájaro Blanco, incluso podría estar dentro de los terrenos del castillo.

Supuestamente, asistirían ocho damas. Me pareció tan salvaje que la gente de la linde del bosque preparara una fiesta de té para una reunión de mujeres de la nobleza como que me hiciera cargo de la cocina para un importante banquete de bienvenida. Pero Eulfia parecía ser realmente audaz e intrépida, y pensé que sería bueno si hubiera ocho damas nobles por ahí que no tuvieran miedo de la gente del borde del bosque.

Mis pensamientos permanecieron en ese tema mientras nos tambaleábamos en el carruaje totos hasta que el vehículo finalmente se detuvo de nuevo y la puerta trasera se abrió.

“Mis disculpas por la espera. Por favor, tenga cuidado con sus pasos”, instruyó el soldado vestido con una armadura blanca que nos había guiado hasta este punto. Tal vez solo estaba imaginando cosas, pero pensé que este soldado se veía bastante joven y elegante.

Cuando seguimos adelante y nos bajamos del carruaje, nos esperaba una vista verdaderamente inesperada.

Estábamos en medio de un jardín delantero pavimentado con piedra blanca. Había un palacio de piedra blanca frente a nosotros con paredes de piedra blanca similares que se extendían a ambos lados y detrás de nosotros. No importa hacia dónde volteé mis ojos, todo era blanco. En lugar de ladrillos grises, todo lo que nos rodeaba parecía estar hecho de mármol resbaladizo.

Cada vez parece más acertado llamarla la ciudad de piedra.

Los ladrillos eran una cosa, pero debe haber costado un esfuerzo extraordinario tallar esa roca natural. Y esto ni siquiera era el castillo en sí, sino solo una estructura más pequeña construida para que las mujeres nobles celebraran fiestas de té. Me estaba golpeando una vez más lo bien que estaba Genos como ciudad.

La casa de Turan solo ostentaba el título de conde. Así que esta es la diferencia cuando se trata de tratar con una casa ducal, ¿eh?

Aunque probablemente era solo un edificio de un piso, todavía era bastante alto y se veía bastante impresionante. Un techo se extendía sobre nuestras cabezas, sostenido por pilares de piedra. Era un edificio hermoso pero gastado, de una manera que me recordó las ruinas griegas.

“Por aquí por favor. Permítame mostrarle primero la casa de baños.”

Bajo la guía del soldado, pasamos a través de un gran conjunto de puertas dobles.

El pasillo también estaba hecho de piedra y, a diferencia de la mansión Turan, no había alfombras dispuestas. Había ventanas en lo alto para la iluminación, y entraba mucha luz. Sin embargo, había tanta que hacía que la piedra blanca pareciera casi cegadora.

Después de un corto paseo, llegamos a una pared al final del pasillo. Allí había dos puertas, y dos pasillos más se extendían interminablemente a izquierda y derecha.

“Los caballeros deben usar la puerta derecha y las damas la izquierda”.

“Ah, ¿entonces hay baños separados para hombres y mujeres? En la mansión Turan usábamos el mismo por turnos.”

“Sí. Aquí en El Pájaro Blanco, están separados”.

Naturalmente, Ai Fa parecía disgustada, pero tuvimos que separarnos de todos modos mientras nos limpiábamos, por lo que no hubo una gran diferencia allí. Shin Ruu y yo caminamos hacia la puerta derecha mientras que Ai Fa, Rimee Ruu y Toor Deen se movieron hacia la izquierda. Confiamos los ingredientes y utensilios de cocina que habíamos preparado a los pajes, quienes los llevarían a la cocina.

Al otro lado de la puerta, como era de esperar, un joven paje nos esperaba.

El grupo de Ai Fa sin duda encontró una criada en su baño.

“Permíteme hacerme cargo de tu ropa”.

“Ah gracias.”

Como todos éramos del mismo género, no había necesidad de moderación. Seguí adelante y me desnudé, tirando mi ropa en la cesta que me ofreció el paje. Una vez que estuve en mi traje de cumpleaños, el paje juntó cortésmente sus manos y se inclinó con gracia ante Shin Ruu.

“Si acompañará a nuestro otro invitado, le pedimos que también se bañe”.

“Realmente no estaba planeando ir a la cocina”, respondió Shin Ruu. “Puedo vigilar afuera de la puerta, por lo que no debería haber necesidad de limpiarme, ¿verdad?”

Con los ojos todavía apuntando hacia abajo, el paje negó con la cabeza, “No. Todos los huéspedes que visitan El Pájaro Blanco deben bañarse. A menos que por ‘fuera de la puerta’ te refieres a fuera del palacio.”

“No, quise decir fuera de la cocina.” “En ese caso, le pedimos que se bañe”.

Shin Ruu pareció dudar por un momento, pero luego comenzó a quitarse la ropa en silencio. No parecía tener ningún problema con el acto de bañarse en sí mismo, sino que dudaba en separarse de su espada. Aun así, requirió una cierta cantidad de determinación para llegar tan lejos en primer lugar. Incluso un cazador del borde del bosque no podía hacer nada contra cien o doscientos soldados, por lo que, en cierto sentido, él y Ai Fa actuaban como guardias solo de nombre. Aun así, si la gente de la ciudad del castillo traicionó nuestra confianza, un cazador al menos podría atravesar los muros de piedra por su cuenta y alertar al borde del bosque de la situación urgente. Por lo tanto, venir como guardias a la ciudad del castillo seguía siendo una tarea importante.

En cualquier caso, Shin Ruu y yo ahora estábamos desnudos cuando el paje nos condujo a través de la puerta de al lado. Allí encontramos la vista ahora familiar de un baño de vapor lleno de olor a artemisa.

Usando la toalla que me entregó el joven, seguí adelante y limpié completamente mi cuerpo humeante. Aunque no era tan refrescante como bañarme en el río Lanto, también empecé a encontrar agradables estos baños de vapor después de haberlos usado varias veces.

Mientras tanto, Shin Ruu miraba a su alrededor mientras se limpiaba sin entusiasmo. Mientras lo miraba, decidí iniciar una conversación. “Eh, te ves delgado, pero tienes tanto músculo como Ludo Ruu. Por supuesto, supongo que eso es natural cuando se trata de los cazadores.

“También eres bastante fuerte para un chef. Pareces un hombre que acaba de cumplir trece años y comenzó a entrenarse como cazador.”

“Sí, Ai Fa dijo algo similar antes. ¡Ah, aunque no es como si le hubiera mostrado mi cuerpo desnudo!”

“Nadie afirmó que lo hicieras”.

Supongo que así era, pasar el rato con alguien desnudo. En cualquier caso, no había tenido muchas oportunidades de hablar con Shin Ruu últimamente, así que lo estaba disfrutando.

Una vez que terminamos de fregar toda la suciedad y la mugre, usamos el agua de un recipiente más adentro para lavarnos a fondo el cabello y el cuerpo, completando la tarea de limpiarnos.

“Bueno, entonces, por aquí, por favor”, dijo el paje una vez que vio que habíamos terminado, girando hacia una puerta a la derecha.

Pero entonces, Shin Ruu gritó: “Espera. Entramos por la puerta del lado opuesto. ¿Hacia dónde nos llevas exactamente?”

“Al vestuario. Por favor, ven por aquí”, dijo el paje, sin mostrar preocupación mientras abría la puerta.

Shin Ruu pasó a mi lado y atravesó la puerta primero.

Esperándonos había otra habitación de piedra como antes. Sin embargo, no vi la canasta llena con nuestra ropa. En cambio, había una mesa grande en el medio de la habitación, encima de la cual se sentaba un atuendo desconocido.

“Permíteme ayudarte a cambiar”.

“¿Así que no podemos continuar sin usar esto?”

El chico solo hizo una profunda reverencia en respuesta a la pregunta de Shin Ruu.

El cazador Ruu se acercó a la mesa con una mirada intensa en su rostro. Lo que recogió fue una espada larga junto a la ropa. Tenía aproximadamente la misma longitud que las cuchillas utilizadas en el borde del bosque. Cuando la sacó de su vaina de cuero blanco, pudimos ver que era una hoja de plata bien pulida.

La espada tenía alrededor de ochenta centímetros de largo, con un ancho algo delgado de alrededor de siete u ocho centímetros, y un grosor de solo un centímetro, sumando una espada recta bastante pesada. Después de mirarlo y pasar un dedo por el costado de la hoja, Shin Ruu de repente dio un corte en el aire.

Si hubiera estado allí un giba, seguramente le habrían partido el cráneo. Su corte fue tan impresionante que se sintió como si dejara un rastro abrasador en el aire.

Con un solo asentimiento, Shin Ruu devolvió la hoja a su vaina. “Es una hoja fina. Estoy seguro de que debe haber sido caro.

“Permíteme ayudarte a cambiar…” repitió la página. Aunque era incluso más joven que nosotros, su expresión y sus movimientos no se alteraron, a pesar de que su piel se puso un poco más pálida. No pude evitar encontrar eso encomiable.

Una vez que terminamos de cambiarnos, Shin Ruu hizo una vista bastante impresionante. Estaba vestido con el mismo tipo de hermoso atuendo blanco que usan los oficiales militares de Genos. No había ninguna de las armaduras que usaban los soldados. Sin embargo, había una faja plateada en diagonal sobre su pecho y un elegante bordado a lo largo de los puños y el cuello, parecido a un traje de etiqueta.

También llevaba botas de cuero blanco y una segunda faja alrededor de su cintura, de la cual colgaba la espada a la altura de su cadera. Había sujetadores hechos con una piedra de aspecto ámbar en la costura de la parte del torso, y todo el atuendo parecía estar hecho de una tela de alta calidad.

Si tuviera que dar mi opinión, diría que Shin Ruu también tenía una cara bastante atractiva. No poseía la singularidad poderosa que vi en Ludo Ruu, Rau Lea o incluso Darmu Ruu, pero tenía ojos como los que esperarías ver en alguien de ascendencia del este de Asia, una nariz de puente alto, una cara esbelta, largo cabello castaño negruzco, y un aire de inteligencia persistente en él en general.

Y dado que él era, por supuesto, un cazador del borde del bosque, había una intensidad y una fuerza en él escondidas bajo ese exterior amable que nadie de la ciudad podría esperar igualar. Con ese atuendo, parecía como si fuera un joven noble señor de un linaje histórico.

Mientras tanto, el uniforme de cocina que me puse no era muy diferente al que usaba en la mansión Turan. Efectivamente, era completamente blanco, con un delantal y un sombrero, diseñado de tal manera que solo mis manos y mi cara estaban expuestas. Pero estaba bastante suelto, por lo que no se sentía apretado ni cargado en absoluto.

“Te ves muy natural, Asuta. Pero estoy seguro de que parezco un completa tonto, ¿verdad?”

“Para nada. De hecho, diría que te pareces más a un noble que a un oficial, incluso.”

“Esa es una mala broma. Me alegro de que Lala Ruu no esté con nosotros…”

Para la gente del borde del bosque, ser comparado con un noble probablemente no era un cumplido. Pero si Lala Ruu lo viera así, estaba seguro de que su reacción sería mirarlo con asombro, no reírse ni quedarse perpleja.

“Bueno, entonces, por aquí, por favor”. El paje abrió otra puerta más. A medida que avanzaba, no pude evitar preguntarme por cuántas puertas pasaríamos antes de llegar a la cocina, solo para encontrar a las mujeres que ya nos estaban esperando.

Instantáneamente, me quedé sin palabras.

Ai Fa estaba parada allí vestida con el mismo tipo de atuendo militar blanco que Shin Ruu.

“¿Qué pasa con esa mirada? Si tienes algo que decir, dilo ya”, se quejó Ai Fa, claramente disgustada.

Y, sin embargo, todo lo que pude decir fue: “No es nada…”

Qué figura verdaderamente galante golpeó. Su cabello rubio y su piel oscura crearon un maravilloso contraste con el uniforme blanco. Al igual que Shin Ruu, tenía la apariencia de una joven guerrera impresionante.

Cuando me rescató, Ai Fa se había vestido como una princesa, y descubrí que esto me estaba tomando con la guardia baja tanto como eso. La forma más adecuada de describirla probablemente sería una belleza vestida con ropa de hombre. La ropa de los hombres no hizo nada para opacar el atractivo de su cuerpo elegante y sus largas extremidades. En cambio, se veía increíble en ella.

“Esa es una mirada verdaderamente maravillosa en ti, Lady Ai Fa”.

Cuando escuché eso, me di la vuelta para encontrar a Sheila parada allí con los ojos entrecerrados felizmente. Aparentemente, ella había sido la que ayudó a las mujeres a vestirse.

“Sí, ¿no se ve genial? Ojalá todos en el borde del bosque pudieran ver”, intervino Rimee Ruu. Ella y Toor Deen estaban vestidos a juego. Blusas con cuello con faldas que caían hasta la mitad de sus pantorrillas y delantales blancos al frente. Honestamente, las hacía parecer pequeñas sirvientas.

Aunque no tenían sombreros, estaban usando algo que parecían cintas para el cabello. Con toda probabilidad, este edificio no estaba equipado con atuendos para chefs tan jóvenes, por lo que terminaron vestidos con algo parecido al atuendo de sirvienta que usaba Sheila.

“De aquí en adelante, te guiaré. Le pedimos que primero salude a las damas nobles”, dijo Sheila, abriendo otra puerta. Ahora vestidos como cocineros, un par de sirvientas y un par de jóvenes guerreros, todos la seguimos.

Nos condujeron por todos lados, a lo largo de pasillos más espaciosos incluso que los de la mansión Turan. Finalmente, llegamos frente a una puerta especialmente grande y espléndida. A cada lado había dos soldados vestidos igual que Ai Fa y Shin Ruu. Sheila anunció solemnemente nuestra llegada, y uno de los dos hombres nos abrió el camino en silencio. La luz que entró iluminó el pasillo más brillante que nunca.

Era un jardín al aire libre. El suelo estaba cubierto de hierba verde en lugar de piedra, pero había un estrecho camino de piedra que conducía hacia el centro, donde vi un gran refugio circular al aire libre, bajo el cual las damas nobles ya estaban disfrutando de su té.

“Lady Eulfia, he traído a nuestros invitados desde el borde del bosque”.

“Oh, gracias. Eres… Sheila de la casa de Daleim, ¿correcto?”

Esta fue la primera vez que vi a Eulfia en aproximadamente un mes. Hoy tenía el cabello recogido en lo alto nuevamente y vestía un vestido mientras bebía elegantemente de una taza de arcilla. Parecía tener alrededor de la mitad de sus veinte años y era una elegante joven noble con un brillo brillante en los ojos.

Sin embargo, había otras personas presentes que en realidad me sorprendió ver. Y no sólo uno o dos. Incluso descartando a Eulfia, reconocí a la mitad de las ocho mujeres reunidas allí.

“Cuando se difundió la noticia de que estabas preparando una fiesta de té, Asuta, terminamos con una multitud considerable. Parece que has hecho bastantes amigos”, dijo Eulifia con una sonrisa divertida mientras señalaba a los otros invitados con un dedo blanco pálido. “Esta no es una reunión formal sofocante, así que siéntete libre de ponerte al día cuando quieras. Después de eso, te presentaré al resto de los invitados”.

Después de expresar mi gratitud a Eulfia, me volví hacia las otras mujeres. Sin embargo, no podía decidir a quién debería llamar primero. Mientras dudaba, el miembro más enérgico del grupo me lanzó una sonrisa.

“Cuánto tiempo sin verte, Asuta. Lord Polarth amablemente se puso en contacto conmigo, y así fue como terminé asistiendo”. No era otra que Diel, la hija del trabajador metalúrgico de Jagar con múltiples tonos de marrón en el cabello, hablando como siempre lo hacía en la sociedad educada. Tenía un vestido azul sobre su pequeño cuerpo y un adorno plateado para el cabello en el flequillo. Normalmente, tenía un aire intencionalmente juvenil, pero así era como solía verse cuando nos reuníamos en la ciudad del castillo.

“Hablé, con Polarth, también. Estoy ansioso por probar tus dulces”, intervino Arishuna, el lector estrella con sangre Sym que era un invitado del castillo, desde el asiento opuesto. Llevaba una capa como siempre, pero era una fina que no estaba hecha para viajar y no estaba demasiado adornada, por lo que no se veía demasiado fuera de lugar rodeada de mujeres nobles con vestidos.

Fue una sorpresa verla a ella y a Diel sentados casualmente en la misma mesa, considerando cómo este último había mostrado una clara animosidad hacia los orientales cuando tuvo la oportunidad de reunirse con Shumiral en el pasado.

Sentada junto a Arishuna había una mujer que me miraba con evidente antipatía desde el principio. Aunque tardó un momento en hacer clic, este no era otro que uno de los aprendices de Varkas, Shilly Rou.

Aunque había llevado su cabello castaño oscuro recogido cuando cocinaba, en este momento fluía hasta su espalda. Aunque estaba vestida con un atuendo mucho más modesto que las otras damas, su vestido blanco lechoso todavía tenía muchos volantes y adornos, y su cabello tenía mechones decorativos y hermosas piedras trenzadas en él, así que ni me inmuté. si me la hubieran presentado como hija de un noble o similar.

“Varkas deseaba fervientemente unirse a nosotros aquí hoy, pero tenía trabajo que atender esta mañana que simplemente no podía descuidar, por lo que pidió que ella asistiera en su lugar”. Eulifia envió una sonrisa a Shilly Rou. “Dado que ella es la repostera más hábil de los aprendices de Varkas, me hubiera encantado que trabajara en la cocina también, pero esa solicitud fue rechazada firmemente. Simplemente tendré que disfrutar de sus habilidades en otra oportunidad.

Shilly Rou hizo una reverencia, pero su mirada permaneció fija incluso entonces. Su devoción por Varkas era tan fuerte que parecía verme como un enemigo. Por ahora, tomé nota mental de que el campo de especialización de Shilly Rou era hacer dulces.

Luego hubo una última persona que reconocí. Y de todos ellos, ella era absolutamente la más sorprendente. Era tan adorable como una delicada muñeca francesa, con un vestido cubierto de volantes y cintas. No era otro que el jefe de la casa de Turan, Lefreya.

Dado que su padre Cyclaeus y su tío Ciluel habían sido acusados de criminales, ella había sido nombrada cabeza de su casa a pesar de su corta edad. Pero como ella misma había cometido el crimen de secuestrarme, se suponía que tenía prohibido participar socialmente como noble.

Por supuesto, ahora que Cyclaeus había sido juzgada, no vi ninguna razón para despreciarla personalmente. Y confié en que ella sentía lo mismo por su parte. Ya sea que supiera o no algo de lo que pasaba por mi mente, Lefreya tenía la misma mirada distante de siempre cuando me miró a los ojos.

“Ciertamente hubo voces que afirmaban que era demasiado pronto para invitarla a tal evento. Pero debe ser muy duro estar encerrado en esa mansión todo el tiempo, ¿verdad? Así que extendí una invitación especial”.

Cuando Eulifia dijo eso, Lefreya asintió cortésmente en respuesta y luego habló en un tono remilgado y apropiado. “Asuta, la mansión donde nací y crecí está siendo utilizada actualmente por la casa ducal de Genos. Tal como estaba planeado, parece que se está convirtiendo en un lugar para dar la bienvenida a invitados de honor”.

“Oh, te tengo… Er, quiero decir, ¿es así?”

“Hmph. Aunque no es mucho, deseaba darte esa noticia personalmente. Después de todo, quién puede decir cuántas veces podremos volver a encontrarnos en el futuro”, dijo Lefreya mientras lanzaba una mirada dudosa al espacio a mi lado. “Por cierto, ¿tienes algún negocio con Sanjura, quizás? Si es así, puedo convocarlo aquí.”

Cuando seguí su mirada, terminé tragando saliva. Ai Fa y Shin Ruu, aunque vestidos como jóvenes guerreros apuestos, miraban como los cazadores que eran, sus ojos brillaban furiosos.

¿Sanjura también está aquí?

Sanjura era la asistente de Lefreya y fue quien llevó a cabo mi secuestro en la ciudad postal hace algún tiempo. No podía verlo por ninguna parte, pero Ai Fa y Shin Ruu miraban en silencio uno de los pilares que sostenían el techo.

Las mujeres nobles cuyos nombres no sabía estaban haciendo una conmoción entre ellas, mientras Eulfia miraba a los dos cazadores con gran interés.

Con un ligero fruncimiento de ceño, Lefreya gritó: “Sanjura”, a lo que una figura alta emergió de detrás del pilar de piedra. Era el hombre mismo, vestido con el mismo atuendo que Ai Fa y Shin Ruu.

“Ha sido, algún tiempo, Asuta… Y lo mismo para todos ustedes, desde el borde del bosque también”.

“Nunca esperé encontrarte aquí…” murmuró Ai Fa en voz baja.

No era como si estuviera mostrando animosidad, pero estaba completamente en guardia. Eso era natural, dada la intensidad salvaje y animal que mostraban los dos cazadores.

Sin embargo, la luz que brillaba en los ojos de Shin Ruu era incluso más brillante que la de Ai Fa. Aunque Ai Fa había visto a Sanjura varias veces desde que se juzgaron sus crímenes y los de Lefreya, esta sería la primera reunión de Shin Ruu.

“Estoy aquí, para proteger a Lefreya. No tengo ninguna razón para actuar de manera grosera con sus invitados, desde el borde del bosque, así que, por favor, estén tranquilos”.

“Escuché decir que ya has sido juzgado por las leyes de Genos… Va en contra de los caminos del borde del bosque tratar a aquellos que ya han sido castigados como si todavía fueran criminales”, respondió Shin Ruu, su voz incluso. más bajo que el de Ai Fa. “Sin embargo, nunca olvidaré cómo engañaste a Asuta mientras yo viva. Eso, y la desgracia que sentí por no poder protegerlo.

Sanjura hizo una cortés reverencia. Estaba seguro de que no tenía la intención de provocar al joven cazador, pero me preocupaba que su respuesta inexpresiva, como la que esperarías de un seguidor de Sym, pudiera salir muy mal.

“¿Es eso suficiente para una reunión? Si es así, permítanme presentarles a las otras damas presentes”, intervino Eulifia con indiferencia con una risita. “Primero está mi hija mayor, Odifia”.

La niña era incluso más pequeña que Lefreya. Ella también parecía una muñeca francesa, solo que de un tamaño diferente, y nos miraba sin reservas.

Si era hija de Eulfia, eso significaba que también era hija de Melfried. Parecía haber obtenido sus ojos grises y su rostro inexpresivo como una máscara de su padre, pero todavía tenía solo cinco años como máximo.

“Esta es Lady Besta de la casa del Vizconde Talfon, y esta es Lady Selanju de la casa del Vizconde Madel. No pudieron asistir al banquete de bienvenida anterior, así que me acerqué a ellos primero para esta ocasión”.

Aunque no parecían ser hermanas ni nada, las dos damas nobles tenían rasgos faciales similares y, en general, se parecían entre sí en la impresión que daban. Parecían tener más o menos mi edad y actualmente miraban a Ai Fa y Shin Ruu con preocupación.

“El jefe de cocina de la casa de Daleim, Yang, se está preparando en la cocina. El plan para hoy es tener una competencia de degustación entre él y ustedes tres chefs del borde del bosque”.

“¿Eh? ¿Vamos a hacer un concurso de degustación?”

Todavía no entendía realmente nada acerca de cómo funcionaban esas cosas, pero por lo que podía recordar, era un tipo de diversión que disfrutaban los nobles donde otorgaban puntos a los platos. Comparar gustos y unir nuestras habilidades era una cosa, pero no me gustaba mucho la idea de asignar puntos y convertirlo en un concurso.