Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 41: Audrey y Susie

Después de servirse café y regresar a la armería para llevarse la gruesa pila de materiales históricos y las transcripciones explicativas del Viejo Neil, Klein siguió la pared de luces escaleras arriba hasta la Compañía de Seguridad Blackthorn.

Tap. Tap. Tap. Sus pasos resonaron en el sótano sellado y silencioso.

Después de que Klein salió de la escalera de caracol, abrió la puerta de un empujón e identificó su orientación antes de dirigirse a la segunda oficina frente a la suya.

Después de familiarizarse durante dos días, tenía una comprensión general del diseño de la Compañía de Seguridad Blackthorn.

La entrada llevó a los visitantes a un enorme salón de recepción con sofás y mesas. A través de la partición, había una región interior. A la izquierda del pasillo había tres habitaciones. De más cercano a más lejano, estaban la sala de contabilidad de la señora Orianna, un baño con algunos sofás cama y la escalera que conducía al subsuelo.

A la derecha había tres habitaciones. De la más cercana a la más lejana estaba la oficina del Capitán Dunn Smith, una oficina del personal civil con una máquina de escribir y la sala de entretenimiento para los miembros formales del equipo Halcones Nocturnos.

Klein había visto previamente a Leonard Mitchell jugando a las cartas con otros dos compañeros de equipo en la sala de entretenimiento. Supuso que estaban jugando Luchando contra el Casero. Por supuesto, el emperador Rochelle ya le había dado un nuevo nombre: Combatiendo el mal. Sin embargo, la forma en que se jugaba era idéntica a la que conocía Klein. (Mr Insomne: ‘Dou dizhu’ o ‘Fighting the landlord’, es un juego de cartas chino que usa la baraja tradicional del poker, pueden buscar las reglas en internet)

Bredt tenía derecho a un día de sueño después de un turno de noche. Rozanne estaba en el mostrador de recepción. El conductor del carruaje que estaba a cargo de recolectar suministros, Cesare Francis, estaba fuera como de costumbre. Cuando Klein abrió la puerta de la oficina del personal civil, los tres escritorios del interior estaban vacíos. Solo la máquina de escribir estaba allí, en silencio.

“La máquina de escribir modelo 1346 de la compañía Akerson y…”, murmuró Klein, quien había visto objetos similares en la oficina de su profesor y en el lugar de Welch. Sintió que la complicada maquinaria interna estaba llena de belleza.

Caminó hacia el escritorio sobre el que estaba la máquina de escribir. Después de prepararse, intentó escribir algo en el aire.

Al principio, convertía instintivamente el idioma local al chino ‘pinyin’ (Chino Simplificado). Solo después de que se familiarizó con él, “digirió” el fragmento de memoria correspondiente de Klein original y ya no cometió errores.

¡tap! ¡tap! ¡tap!

El golpeteo rítmico de la máquina de escribir sonaba como una melodía pesada compuesta a partir del metal y la industria. Bajo esta melodía, Klein escribió rápidamente la solicitud de gastos.

Sin embargo, no tenía prisa por ir a ver a Dunn Smith. En cambio, se concentró y leyó seriamente los apuntes que tomó del viejo Neil. Era a la vez repaso y material nuevo.

Cuando era casi mediodía, se estiró y guardó los documentos. Luego leyó y consolidó lo que había aprendido sobre misticismo en la mañana.

Solo después de todo eso, llevó su solicitud a la oficina de al lado y llamó suavemente a la puerta.

Dunn estaba esperando que le llevaran el almuerzo. Cuando vio que Klein le entregaba el documento, las comisuras de su boca se curvaron hacia arriba.

“¿le enseñó esto el viejo Neil?”

“Sí.” Klein no dudó en traicionar al Viejo Neil.

Dunn cogió su pluma estilográfica de color rojo oscuro y firmó el documento.

“Estoy solicitando fondos a la iglesia y al departamento de policía para los meses de julio, agosto y septiembre. Añadiré el suyo. Cuando esté aprobado, pídale el dinero a la Sra. Orianna. Puede tomar el péndulo espiritual por la tarde”.

“Está bien”, respondió Klein con sencillez.

Su tono y ojos obviamente estaban llenos de alegría.

Antes de despedirse de Dunn, preguntó casualmente: “¿No debería solicitarse el presupuesto de julio, agosto y septiembre en junio?”

¿Por qué está solicitando el presupuesto para julio en julio?

Dunn guardó silencio durante unos segundos antes de tomar un sorbo de café.

“Encontramos tres casos en junio. Estaba muy ocupado, lo olvidé”.

Como era de esperar del Capitán y su mala memoria…  Klein sabía que había hecho una pregunta que no debería haber hecho. Soltó una risa antes de irse.

Con eso, comenzó su nuevo estilo de vida simple pero regular. Pasaría media hora en la madrugada meditando. Tendría dos horas de lecciones de misticismo por la mañana y una hora y media de estudio de los documentos históricos. Después del almuerzo, tomaría una pequeña siesta en la sala de descanso para recuperar energía.

Después de eso, sacaría balas y se dirigiría al Club de Tiro. Después de terminar su práctica, se dirigía a la casa de Welch, que estaba cerca. Luego cambiaría de ruta y regresaría a la calle del Cruce de Hierro. De esa manera, podría ahorrar en los gastos de transporte. Si tuviera tiempo, practicaría su Visión Espiritual y Radiestesia Espiritual. En el camino, compraba víveres.

***

En un laboratorio de química privado equipado con aparatos y elementos, una alta y rubia Audrey miraba la taza que tenía en la mano. Había innumerables burbujas y calmaba el ambiente.

Finalmente, el líquido en la copa precipitó en una sustancia plateada pegajosa.

“Jaja, de hecho tengo talento para el misticismo. ¡Lo logré al primer intento! ¡Estaba preocupada por el fracaso y preparé dos juegos de materiales” Dijo la chica para si misma con deleite.

Guardó los artículos que tomó de la bóveda de su familia o que intercambió con otros, respiró hondo y se preparó para cerrar los ojos y beber la poción de Espectador.

En ese momento, sonaron ladridos desde fuera del laboratorio. Audrey frunció el ceño al instante.

Escondió la taza de líquido plateado en un rincón oscuro, se dio la vuelta y se dirigió a la puerta.

“Susie, ¿quién está aquí?” Audrey giró el pomo de la puerta y le preguntó al golden retriever sentado frente a la puerta.

Susie meneó la cola de manera servil. Su sirvienta personal, Annie, había aparecido en el corredor cercano.

Audrey salió del laboratorio y cerró la puerta. Miró a Annie y dijo: “¿No te lo dije? No me molestes cuando estoy realizando experimentos de química.”

Annie, contrariada, respondió: “Pero hay una invitación de la duquesa, la duquesa Della”.

“¿La esposa del Duque Negan?” Audrey dio unos pasos hacia adelante y le preguntó a Annie.

“Sí. Se las arregló para contratar los servicios de la panadera del palacio, la señora Vivi, y planea invitarla a usted ya la señora a tomar el té de la tarde”

Audrey se tocó las mejillas suavemente y dijo: “Dile a mi madre que tengo dolor de cabeza. Tal vez estoy un poco deshidratada por el sol abrasador. Por favor, díle que transmita mis disculpas a la señora Della.”

Mientras hablaba, actuó con delicadeza.

“Señorita, no es solo el té de la tarde, sino un salón de lectura”, agregó Annie.

“Eso no curará mi mareo. Necesito descansar”, rechazó Audrey con firmeza.

Simultáneamente, ella murmuró en el fondo. Si insisten en que vaya, me desmayaré para que todos lo vean. El profesor de etiqueta dijo que lo hago a la perfección…¿uhm, creo que escuché algo?

“Está bien”, Annie exhaló y dijo. “¿Necesita que le ayude a regresar a su habitación?”

“No hay necesidad. Limpiaré el laboratorio primero. Audrey anhelaba regresar de inmediato para consumir la poción.

Sin embargo, reprimió su impaciencia. Solo regresó a la entrada del laboratorio cuando vio irse a Annie.

De repente, descubrió que la golden retriever, Susie, que estaba esperando afuera, se había ido. Además, la puerta del laboratorio estaba entreabierta.

Olvidé que Susie es capaz de abrir puertas con manija… ¿Qué fue ese sonido? algo no está bien! Audrey escuchó sonidos nítidos provenientes del interior. De repente, se dio cuenta mientras entraba al laboratorio.

Todo lo que podía ver eran las tazas rotas en el suelo. Susie estaba lamiendo la última gota del líquido plateado.

Audrey se quedó plantada en la entrada como una estatua.

Susie inmediatamente se sentó y miró inocentemente a su dueña mientras movía la cola.

***

En los mares más allá del puerto de Pritz, había una isla ininterrumpidamente envuelta en tormentas. Un antiguo velero estaba atracado en su puerto.

Un hombre rubio vestido con una túnica con dibujos de rayos miraba a Alger Wilson frente a él. Preguntó, perplejo: “Alger, podrías haber regresado al reino y convertido en capitán de un equipo de Castigadores Imperativos o en un obispo de renombre. ¿Por qué eliges viajar al mar y convertirte en el capitán del Blue Avenger?” (Mr Insomne: Voy a mantener el nombre del barco fantasma de Alger en Inglés por ahora, pero me dicen si les gusta más “Vengador azul”)

Alger tenía una expresión estoica en su rostro áspero. Él respondió solemnemente: “El mar pertenece a la Tormenta. Este es el reino del Señor. Estoy dispuesto a acatar la voluntad del Señor y monitorear esta área de Su reino”.

“Está bien.” El hombre de cabello rubio apretó el puño y golpeó su pecho. “Que la tormenta te acompañe”.

“Que la tormenta te acompañe”. Alger respondió con el mismo saludo estándar.

Se paró en la cubierta con algunos marineros y vio a sus compañeros salir del bote, caminando en la distancia.

“Sainz, no entiendes porque no sabes lo suficiente…” murmuró Alger.

Mientras tanto, Audrey terminó su segundo brebaje en estado de pánico.

Al ver que la poción del color de la plata no se veía diferente a la anterior, casi se conmovió hasta las lágrimas.

Glup. Rápidamente bebió la poción Espectador.

***

Viernes. Una tormenta cayó sobre Tingen. La fuerte lluvia golpeaba las ventanas de todos los hogares.

Dentro de la compañía de seguridad Blackthorn, Klein, Rozanne y Bredt estaban sentados en el sofá del salón de recepción y disfrutaban del almuerzo.

Como solo había una tetera para hervir agua, no había forma de calentar la comida. Klein no podía comer pan de centeno todos los días regresar en carruaje a casa todos los días. Si lo hacía, tendría que caminar desde la calle del Cruce de Hierro hasta la casa de Welch por la tarde y luego tomar un carruaje de regreso. Era una pérdida de dinero; por lo tanto, comenzó a unirse a Rozanne y sus colegas para comer las llamadas ‘raciones de oficina’.

El restaurante cercano Old Wills enviaba puntualmente un camarero a las diez y media todos los días. Les preguntaba por sus pedidos y luego de determinar la cantidad, enviaba los almuerzos a las doce y media. Las raciones estaban empaquetadas en cajas de comida. A las tres, el camarero  regresaba para tomar sus órdenes para la cena y recuperar los utensilios.

Las ‘raciones’ incluían carne, verduras y pan. Aunque faltaba la cantidad, apenas era suficiente para llenar a una persona. El costo de una comida oscilaba entre siete y diez peniques, dependiendo qué se pidiera.

Klein siempre fue austero y ordenaba la comida de siete peniques. Por lo general, había media libra de pan de trigo, un pequeño trozo de carne cocinada de diferentes maneras, un poco de sopa espesa con verduras y pequeños trozos de mantequilla o margarina.

“En realidad, solo tenemos un Halcón Nocturno aquí hoy…”, dijo Rozanne mientras se metía una cucharada de sopa espesa en la boca.

“Escuché que hay un caso con elementos cultistas en Golden Indus. Por lo tanto, el departamento de policía ha solicitado dos Halcones Nocturnos…”, dijo Bredt mientras dejaba su pan.

Klein usó el pan de trigo restante y lo untó en lo último que quedaba de la salsa de la carne antes de llevárselo a la boca. No dijo una palabra.

Debajo de su manga izquierda, había una cadena de plata con un topacio colgando.

En ese momento, tocaron la puerta principal medio cerrada.

“…Por favor entre.” Rozanne se sorprendió, dejando la cuchara. Rápidamente usó un pañuelo para limpiarse la boca y se puso de pie.

La puerta se abrió y entró un hombre con un sombrero de copa partida. El hombro izquierdo de su traje formal negro estaba empapado.

Los lados de su cabello se habían encanecido. Guardó su paraguas y le dijo a Klein y compañía: “¿Es este el antiguo escuadrón pequeño de mercenarios?”

“Podría llamarlo así”, respondió Rozanne mecánicamente.

El hombre larguirucho tosió y dijo: “Tengo una solicitud de misión”.