Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 6

Capítulo 3: El Asesino Agarra La Fruta Prohibida

Estábamos desayunando en la posada. No tenía muchas expectativas con respecto a la comida, pero no estuvo mal. Obviamente habían considerado la nutrición, y estaba llenando adecuadamente.

“Hmm-hmm-hmm”.

Dia estaba tarareando alegremente, muy probablemente debido a nuestra sesión de hacer el amor anoche. No se ponía de ese humor muy a menudo, pero una vez que activaba ese interruptor, siempre se entregaba a mí por completo.

Tarte miraba con claros celos. Dia y yo no le habíamos contado lo que hicimos anoche, pero ella se había dado cuenta de alguna manera.

“Um, ¿volveremos a casa después de esto?” inquirió Tarte.

“Tan pronto como envíe mi carta”, respondí.

Estaba muy ansioso por el Fruto de la Vida. En el peor de los casos, podría romper mi Bolsa de Cuero de la Grulla desde el interior, por lo que no podía posponer estudiarlo mucho más. La Bolsa de Cuero de la Grulla era valioso para mí y reemplazarlo sería extremadamente difícil. No quería usarlo si era posible, pero no tenía otro medio seguro para almacenar y transportar el Fruto de la Vida. Cubrí el Fruto de la Vida con una aleación especial, pero no sabía cuánto lograría realmente.

“¿Quieres comprar algunos recuerdos?” propuso Dia. “Creo que es importante hacer cosas buenas por tus padres de vez en cuando”.

“¿En esta ciudad? No lo recomiendo… ¿Qué tal si nos fijamos en algunos puestos callejeros de camino a dejar mi carta? Eso debería darte suficiente oportunidad de encontrar algo”, respondí.

“Suena bien. ¡Si no veo nada que me guste, no me obligaré a hacer una compra!”

Nuestros planes estaban hechos y terminamos de comer. Era hora de partir.

***

Caminamos por la calle principal, en dirección a la oficina de correos. Como lo demuestra el hecho de que nuestros alojamientos aceptables se consideren los mejores alojamientos de la ciudad, este asentamiento no era seguro. Para pintar una imagen de lo mal que estaba el orden público, una mujer caminando sola en público bien podría haberse exhibido en un burdel. Si uno fuera lo suficientemente ingenuo como para pensar que podía caminar por las calles sin compañía, eso sería todo para ellos.

Conocí al gobernante de este dominio antes, y él no era exactamente alguien que viviera según las reglas sociales. Las políticas aquí eran flojas, un reflejo de su carácter. Nadie que vino aquí fue rechazado, ya sea criminal o extranjero o cualquier otra cosa. Las leyes tampoco existían realmente. Todo lo que te pasó fue tu responsabilidad. Si te robaban, golpeaban o algo peor, todo lo que podías hacer era llorar hasta quedarte dormido.

Una persona decente nunca vendría a esta ciudad. La población estaba compuesta casi en su totalidad por aquellos que no tenían otro lugar a donde ir, o del tipo con negocios que eran ilegales en otros lugares. Los bienes ilícitos se adquirían fácilmente aquí, y las ganancias mal habidas servían como industria principal.

En pocas palabras, este pueblo era problemático, y lo presenciamos de primera mano en forma de plagas incesantes que se acercaban a Dia y Tarte mientras paseábamos. Estaba seguro de que cada uno tenía sus motivos individuales, pero todos sabían que dos hermosas jóvenes les traerían una gran suma y nadie los culparía por secuestrar a Dia y Tarte.

Incluso las personas eran mercancías en esta ciudad. Hermosas chicas jóvenes se vendieron bien. Para estas plagas, secuestrar personas y venderlas no era diferente a recoger el dinero que quedaba en la calle.

“No está mostrando piedad a esta gente, mi señor”, dijo Tarte.

“Whoa, también lo enviaste a volar. Mira esa parábola”, comentó Dia.

“No me dejan otra opción”, le expliqué.

Tratar con cada uno de los repugnantes hombres que se nos acercaban sería agotador, así que decidí noquearlos a cada uno de ellos con un gancho de viento en la mandíbula antes de que pudieran pronunciar una palabra. Dia y Tarte eran lo suficientemente fuertes como para protegerse a sí mismos, pero la lujuria carnal de estos hombres parecía asustarlos, y se aferraron a mí en busca de protección. Las plagas fueron culpables a mis ojos en el momento en que asustaron a Dia y Tarte, y les iba a hacer pagar a cada uno.

Dia se detuvo un poco más adelante en la calle.

“Wow, ese es un hermoso collar. La gema es realmente bonita y la artesanía es exquisita. Es tan barato, también. El precio podría ser fácilmente tres veces más caro. ¿Debería comprar esto para mamá?”

La “Mama” a la que se refería era mía. Dia y yo pretendíamos ser hermanos, así que la llamó así en público para asegurarse de que no se descubriera nuestra tapadera.

Seguí la mirada de Dia y vi un puesto perfectamente normal que vendía un collar que era lo suficientemente bonito como para impresionar su sentido de élite de la estética. No solo era lo suficientemente elegante como para ser usado entre la alta sociedad sin ninguna vergüenza, sino que también podía ganar la admiración de otros aristócratas. Era tan lujoso de un artículo.

“Deberías olvidarte de eso”, le advertí.

“¿Eh? Te prometo que esto es genuino. Te lo demostraré si no me crees”, objetó Dia.

“Ese precio en un artículo de ese calibre significa que es peligroso, robado. ¿Recuerdas lo que te dije sobre este pueblo?”

“Oh, sí… Tienes razón. Cualquiera con un ojo entrenado sabría el origen del collar de un vistazo”.

No había mucha producción en masa en esta época, especialmente cuando se trataba de galas. Casi todos los artículos de alta calidad eran obras únicas hechas por artesanos famosos. Como tal, usar joyas robadas en la alta sociedad significaría un descubrimiento rápido y serías el hazmerreír. La noticia se extendió rápidamente entre los nobles.

Normalmente, las joyas robadas se romperían y venderían en piezas. Sin embargo, si bien este collar usó una hermosa gema, su valor provino de su diseño exquisito y su artesanía superior, por lo que desarmarlo reduciría significativamente su valor. Por eso se dejó entero y se puso a la venta a precio rebajado.

Las únicas personas que comprarían ese collar eran aquellas en una posición en la que no importaba si usaban artículos robados, o los pocos que deseaban esas piezas para colecciones privadas.

Se logró un equilibrio en este mercado de objetos de valor robados entre los ladrones que deseaban un intercambio seguro de artículos ilícitos y los consumidores que buscaban artículos de calidad a bajo precio. Un ejemplo de esto último sería un noble de una región rural remota. El riesgo de que las personas descubrieran que llevaban baratijas robadas era bajo, por lo que podían ir a examinar un mercado como este con impunidad.

“Bueno, eso apesta. Pensé que sería bueno para mamá tener al menos una buena pieza de joyería para usar”, se lamentó Dia.

“A mamá simplemente no le gustan esas cosas”, respondí.

La casa Tuatha Dé tenía el humilde rango de Barón, pero gracias a nuestra tecnología médica y nuestra operación secreta de asesinos, ganamos significativamente más que la mayoría de los vizcondes. Podríamos vivir lujosamente si así lo deseáramos, pero a mi mamá no le interesaba eso.

“Es exactamente por eso que lo quería. Nunca se vestirá a menos que alguien la presioné, así que pensé que esta era una buena oportunidad. Sé que la haría feliz si fuera un regalo tuyo”, explicó Dia.

Probablemente tenía razón. A mamá no le importaba vestirse con cosas caras, pero otros nobles se burlaban de ella por no hacerlo. Quería pegarles a esos idiotas.

“…De acuerdo. Le pediré a Maha que me envíe algunas bonitas piedras preciosas de Milteu. Mamá probablemente se sentiría culpable y rechazaría un collar que compré, pero felizmente usará algo que yo haga”. Habiendo llegado a mi decisión, rápidamente me alejé del puesto.

“¿No vas a comprar uno aquí? Mira lo baratas que son estas joyas”, dijo Dia.

“Supongo que podría. Nadie se daría cuenta de que las gemas fueron robadas y sería más barato. Sin embargo, no me gusta la idea de que mamá use algo comprado aquí. Y lo más importante, también haré nuestro anillo de compromiso. Estoy seguro de que no te gustaría que se hiciera con materiales robados”, respondí.

“S-Sí, tienes razón. Espera, ¡¿qué acabas de decir?! ¡¿Anillo de compromiso?! ¡¿Cómo puedes ser tan casual con eso?! ¡Nunca has mencionado un anillo!” exclamó Día.

“Estábamos hablando del tema de las joyas, y después de ver a todos estos hombres acercarse a ti, se me ocurrió que un anillo de compromiso sería un buen elemento disuasorio para mantener alejados a los de su clase. De hecho, planeé hacerlo antes, pero hemos estado tan ocupados que se me olvidó”.

Dia y yo estábamos comprometidos. Los hermanos que se casaban no eran raros en Alvan, así que no había necesidad de ocultarlo. Por el contrario, el anillo sería una forma conveniente de alejar a los hombres no deseados.

“…Estoy tan feliz. Mi corazón se acelera solo de pensar en tener un símbolo de nuestro compromiso”. Dia tomó el dobladillo de mi chaqueta con los ojos bajos.

“Voy a hacerte uno realmente genial. Estoy seguro de que te encantará.”

Este iba a ser nuestro anillo de compromiso, tenía que hacerlo especial. Iba a fijarme en todos los aspectos, hasta los materiales incorporados. También usaría la red gigante de mi empresa, Natural You, para obtener artículos de la más alta calidad.

Pensé que también podría darle al anillo capacidades mágicas ofensivas mientras estaba en eso. Piedras Fahr podía almacenar magia, pero también había gemas capaces de retener maná, e incluso podían grabarse con fórmulas.

“Felicitaciones, Lady Dia”. Tarte sonrió, pero había un ligero rastro de tristeza y celos en su expresión que solo un experto como yo podría haber notado.

Le di una sonrisa forzada y le di unas palmaditas en la cabeza. “No actúes como si no fueras parte de esto. Voy a hacerte uno también, por supuesto.”

Tarte se tapó la boca con las manos y me miró. Las lágrimas comenzaron a rodar por su rostro. “U-Um, bueno, eso me haría muy, muy feliz, pero soy una sirviente y una plebeya… ¿E-Eso va a estar bien?” preguntó tímidamente.

“Por supuesto. ¿O no quieres casarte conmigo?” Respondí.

“¡¡Por supuesto que sí!!” ella prácticamente gritó.

Wow, eso fue un poco aterrador. Tarte parecía una niña que pensaba que le iban a quitar el juguete.

“Ese lado tuyo es a la vez molesto y adorable, Tarte”, bromeó Dia.

“Sí, seguro que lo es”, estuve de acuerdo.

Haciendo un puchero, Tarte respondió: “Ohhhh, ustedes dos son tan malos”.

Los tres nos reímos juntos. Dia y Tarte fueron adorables y muy especiales para mí. Yo haría cualquier cosa por ellas.

***

Entregué mi informe a la capital real usando una paloma mensajera. Una vez hecho esto, los tres regresamos a la finca Tuatha Dé. Luego usé un dispositivo de telecomunicaciones en el dominio para llamar a Maha e informarle sobre mi presupuesto y las gemas que quería. Con eso hecho, me dirigí a la montaña detrás de la mansión de mi familia.

A los ciudadanos de Tuatha Dé se les prohibió ingresar a este lugar, y también les había dicho a Tarte y a Dia que no se me acercaran sin importar lo que sucediera. Eso significaba que, pasara lo que pasara, yo sería el único herido.

“No sé qué me espera con esta cosa, pero no va a ser bueno…”

Finalmente llegó el momento de sacar la Fruta de la Vida de la Bolsa de Cuero de la Grulla. La anticipación y el miedo se arremolinaron en mis entrañas. Este era el poder para convocar al Rey Demonio. ¿Quién podría decir lo genial que fue?