Sekai Saikou no Ansatsusha (NL)

Volumen 6

Capítulo 14: El Asesino Se Hace Amigo De Alam Karla

Si fuera cierto que la diosa usó el Alam Karla para hablar con el demonio disfrazado de jerarca, sería demasiado crítico como para ignorarlo.

Justo cuando Alam Karla estaba a punto de contar la historia, su estómago gruñó.

“L-Lo siento. Este no es el momento para eso…”, dijo, conteniendo su estómago avergonzada.

“Tengamos una comida ligera primero. Cocinaré algo. ¿Tienes algún alimento que no puedas comer?”. Yo pregunté.

Probablemente sería una conversación larga, por lo que era mejor dejarla comer primero. Necesitaba escuchar lo que tenía que decir, pero ganarme su confianza también era crucial. No quería presionarla demasiado. Lógicamente, entendería que la conversación era más importante que su hambre, pero aun así la dejaría disgustada. El corazón no siguió a la razón.

“No puedo hacerte esperar”, respondió la niña.

“Yo también tengo hambre. No te preocupes por eso.”

“¿En serio? Eso sería genial, entonces.”

“He preparado la habitación de allí para ti. Hay una muda de ropa lista, ya que dudo que puedas relajarte con ese atuendo. Siéntete libre de cambiarte y descansar hasta que la comida esté lista”.

La Alam Karla miró lo que llevaba puesto. Todavía llevaba el vestido fino que se había puesto para el ritual de purificación en la casa de baños.

“G-Gracias. Estaré esperando allí, entonces. Además, no puedo comer pescado”, dijo asintiendo, y entró en su habitación.

***

Treinta minutos después, terminé de cocinar y volví a llamar a la Alam Karla. Su complexión parecía mucho mejor; ella debe haber tomado una siesta. Se había cambiado y se había puesto ropa de salón holgada. Sin su peluca y maquillaje, parecía una persona completamente diferente.

“Aquí estás. Anímate” dije mientras ponía panqueques y chocolate caliente en la mesa.

“Muchísimas gracias. Vaya, esto es tan dulce. La bebida negra es increíble.

Te calienta”, elogió.

“Eso se llama chocolate caliente. Es una bebida especial mía.” “Es tan, tan bueno”.

“Haré más para ti, entonces. Después de todo, vivirás escondida durante los próximos días.”

El chocolate caliente calmaba la mente y era muy nutritivo. Era la bebida perfecta para ella en este momento.

“¿Está bien que use esta casa?”

“Este es el lugar más seguro para ti. Las personas en las que confío les entregarán suministros a intervalos regulares. No deberías querer nada.”

A la Alam Karla le quedaba trabajo por hacer en Tierra Santa, y teniendo en cuenta cómo la llevaría dentro y fuera de esta ciudad, mantenerla en una casa segura implicaba el menor riesgo. Le expliqué eso mientras comíamos y ella asintió.

“Lamento todos los problemas por los que te estoy haciendo pasar. Wow, estos panqueques son increíbles. Son tan ligeros y esponjosos; son los mejores que he comido.”

Esta chica era una de las personas más importantes del mundo, pero no sentí esa seriedad de ella mientras comía.

“Utilicé un pequeño truco mío”.

El polvo de hornear que se usa para hacer crecer el pan y los pasteles no existía en este mundo, pero Natural You acababa de desarrollarlo. Amasé levadura en polvo y yogur en los panqueques y fui suave con el aceite. Eso resultó en una masa aireada. Incluso alguien que se sintiera débil podría disfrutar de un panqueque esponjoso

Observé mientras terminaba los panqueques y el chocolate caliente.

“Gracias por la comida. No hubiera pensado que una comida tan deliciosa se podría hacer a la carrera. Eres un buen cocinero, Sir Lugh.”

“Es un pasatiempo. Ya te ves mucho mejor… ¿Podemos volver a nuestra conversación? ¿Qué dijo la diosa cuando usó tu cuerpo para encontrarse con el demonio?”

“Honestamente, recuerdo lo que dijeron, pero no sé qué quiso decir Venus con nada de eso”, respondió Alam Karla, bajando la cabeza en tono de disculpa.

“Eso es lo suficientemente bueno. Solo dime exactamente lo que escuchaste.”

Las propias interpretaciones de la chica solo serían una distracción innecesaria. También podría imaginar que la diosa usó alguna fraseología intencionalmente extraña, por lo que era mejor escuchar su declaración con precisión.

“Está bien, esto es lo que dijo Venus: ‘No interferiré contigo, así que no interfieras conmigo. El día prometido que hemos estado esperando ansiosamente ya casi está aquí. Este héroe no se está agotando lo suficiente’. Eso es todo”.

“¿Cómo respondió el demonio?”

“Aceptó la propuesta de la diosa y dijo que tomaría medidas con respecto al héroe… Luego exigió que la diosa cumpliera con su neutralidad”.

“Neutralidad… Esa es una palabra interesante. Así es como el demonio ve a Venus. No como un enemigo o un aliado, sino como un espectador”.

Hubo varias cosas sobre la declaración de la diosa que me molestaron. ¿Qué quiso decir con “interferir”? ¿Qué pasa con el “día prometido”? Desde la perspectiva de los demonios, eso podría significar la resurrección del Rey Demonio, pero no sabía por qué la diosa esperaría eso. ¿Y qué hay de ese comentario sobre que el héroe no está lo suficientemente agotado? Eso probablemente se debió a que luché contra demonios en lugar de Epona. La redacción hizo que el héroe sonara como un consumible básico.

También valía la pena señalar que la diosa criticaba la falta de agotamiento. No había forma de que un poder tan grande no tuviera un costo. Me interesaba saber qué pasaba después del agotamiento. Si Epona carecía de una alta tasa de recuperación de maná como yo y solo poseía una descarga instantánea abrumadora sin la capacidad de recuperar la fuerza que ejercía, sería un conocimiento valioso en caso de que decidiera matarla.

Tendría que hacer todo lo posible para recopilar información más detallada sobre esos asuntos más adelante.

“Gracias. Eso fue útil” dije.

“Me alegra escucharlo”, respondió Alam Karla.

“Hay una cosa más que no entiendo. ¿Por qué dijo que temía por su vida? Nada de lo que dijeron Venus y el demonio sugirió que tu vida está en peligro.”

Esa conversación nunca involucró a Alam Karla.

“El jerarca me ha estado amenazando incluso antes de saber que es un demonio. Exigió que transmitiera sus palabras a la gente como las de la diosa. Me amenazó con matarme si desobedecía, diciendo que encontraría una Alam Karla que escucharía. Permanecí firme en mi negativa y recé por la ayuda de Venus. ¡Pero ella no hizo nada para ayudar!”.

Con toda probabilidad, la diosa no tenía ningún interés en Alam Karla, o mejor dicho, en la niña llamada Myrrha. Había muchos reemplazos viables. La diosa era funcionalmente un mecanismo para mantener el mundo; ella no tenía apego emocional a los individuos. Eso se aplicaba a mí también. Si la diosa encontrara a alguien más útil, me abandonaría sin pensarlo dos veces.

“Ella tampoco me mencionó cuando habló con el demonio… Fue entonces cuando me di cuenta de que Venus no me salvaría. Ayer, el jerarca mató a uno de mis asistentes y dijo que yo era el siguiente… Así que cedí. Pronuncié las palabras del demonio como las de la diosa esta mañana.” Myrrha comenzó a llorar.

Apenas había llegado demasiado tarde.

“¿Qué dijiste?”

“Declaré frente a todos que la diosa nunca te ha hablado. Estaba asustado. No quería morir, o peor aún, perder mi estatus como Alam Karla… No puedo volver a mi antigua vida. No quiero volver a ser una miserable escoria. Lo siento. Lo siento mucho…”

Myrrha se abrazó a sí misma mientras las lágrimas corrían por su rostro. Sus uñas se clavaron en su piel, rascando el tinte blanco que no se había quitado antes.

“Has hecho bien en llegar hasta aquí”, le aseguré.

“¿No estás enojado? Te arruiné por miedo por mi propia vida.”

Ella tenía razón en eso. El demonio había preparado una trampa invocándome a Tierra Santa y luego haciendo que Alam Karla denunciara mi conexión con la diosa. Ya había caído de mi lugar de reverencia en la sociedad a una persona despreciable que se había apropiado indebidamente del nombre de la diosa. Mi inquisición sin duda comenzaría en el momento en que llegara oficialmente a Tierra Santa.

“No es tu culpa; es del demonio. Te obligó a hacerlo.” “Aun así, yo…”

“Si te sientes culpable, préstame tu mano. Planeo cargar directamente a la trampa del demonio. Voy a asistir al juicio.”

Iba a atravesar la trampa del demonio de frente.

“Eso es suicidio. Es un juicio solo de nombre. Serás condenado y no tienen la intención de escuchar tu argumento en absoluto”.

Naturalmente, yo era consciente de eso. Así funcionaba la religión. Las personas en el poder dieron gran importancia a sus imágenes, y esa tendencia fue aún más fuerte en los líderes religiosos. Uno de ellos nunca admitiría un error, ni podría permitírselo. La culpabilidad se decidió en el momento en que se hizo una acusación. Los acusados tenían que ser culpables, o la credibilidad del líder se vería afectada.

Eso no solo se aplicaba al jerarca; todos los involucrados en la inquisición se sentirían de la misma manera. No tenía ninguna posibilidad de ganar, por muy bien que me defendiera.

“Normalmente, tendrías razón. Pero mi defensa será cualquier cosa menos típica. Si tengo la ayuda del verdadero representante de la diosa, puedo ganar. Te garantizo que el jerarca ya ha preparado a tu sucesor. Ya no eres la Alam Karla. La iglesia no intentará rescatarte. De hecho, es probable que envíen a un asesino.”

Al demonio le convenía más encontrar una nueva Alam Karla que lidiar con una vieja problemática. Si podía escuchar la voz de la diosa o no, en realidad no le importaba a la iglesia. El jerarca podía nombrar a cualquier títere, y la gente lo aceptaría siempre y cuando afirmara que era un oráculo. Después de todo, nadie pudo confirmarlo más que la propia Alam Karla.

“¿Eh? yo—yo…”

Myrrha probablemente no había pensado tanto cuando huyó conmigo. Ella nunca dudó de su propio valor y sobrestimó lo que significaba escuchar la voz de la diosa. Si hubiera sabido que las cosas saldrían así, podría haber rechazado mi ayuda.

La estaba acorralando de esta manera a propósito. Me di cuenta a través de nuestra conversación que Alam Karla era una persona muy testaruda. Se disculpó por causarme problemas, pero no mostró ni una pizca de culpa hasta que lo hizo. Si ella fuera realmente la joven de corazón tierno que parecía ser, se habría sentido avergonzada en el momento en que me vio, y se habría notado en su comportamiento.

Y, sin embargo, no detecté ningún remordimiento hasta después de su disculpa. Esa era la prueba de que estaba haciendo una actuación. Su culpa era un intento calculado de ganar mi simpatía y mi perdón.

“Trataste de protegerme después de ser amenazado de muerte. No podría pedir más” dije con una sonrisa. A pesar de todo lo que sabía sobre Myrrha, fingí que su acto había logrado el efecto deseado.

Vale la pena señalar que Myrrha no se había negado primero a dar el mensaje falso por mi bien. Lo hizo para proteger su valor como oráculo de la diosa. Sabía instintivamente que el valor de Alam Karla disminuía cada vez que mentía, y también tenía miedo de desagradar a su deidad protectora.

Mentir era fácil, pero en el momento en que lo hizo, el papel de Alam Karla se convirtió en un puesto que cualquiera en el mundo podía ocupar. La naturaleza del trabajo requería que Myrrha continuara transmitiendo las palabras de la diosa de manera genuina.

Eso significa que está impulsada por el interés propio. Mi mejor apuesta para convencerla no fue apelando a la emoción, sino mostrándole cómo la beneficiaría mi plan. Necesitaba decirle que eliminaría al jerarca, que se había convertido en un obstáculo para ella, y crearía un ambiente que le permitiera mantener su posición como Alam Karla.

Así que eso era lo que estaba haciendo. Este tipo de persona era muy fácil de manejar.

“Si quieres volver a ser Alam Karla, tu única opción es asistir a la inquisición conmigo y derrotar al impostor en lugar del jerarca. He hecho todos los preparativos necesarios para que eso suceda”.

Era problemático que Alam Karla ya me hubiera denunciado, pero había dado cuenta de ese escenario. Tenía una manera de devolver el golpe, y había sentado las bases necesarias para un contraataque.

“Muy bien. Lucharé. Tanto para expiar mis pecados como para mí mismo… Realmente quiero seguir siendo Alam Karla”.

Eso me sorprendió. No esperaba que Myrrha expresara sus verdaderas motivaciones.

Sonreí amablemente y puse mis manos sobre sus hombros. “Esa es la determinación que quiero ver. Hagamos esto juntos”.

“¡De acuerdo!”

Hubiera sido desacertado incluso para mí defenderme en la inquisición sin la genuina Alam Karla a mano. Me alegré de haber obtenido su cooperación. Esto aumentó mis opciones significativamente.

La primera fase de mi plan era difundir el rumor de que la diosa se había llevado el Alam Karla. Quería que la gente pensara que los chismes se originaron con sus asistentes. Ese mensaje dejado en el lápiz labial fue nuestro salvavidas. Sin él, probablemente me habrían cargado con el crimen de matar a Alam Karla.

Con suerte, Nevan se estaba encargando del trabajo que le había encomendado. No podía creer que pudiera infiltrar agentes de inteligencia en la catedral. La Casa Romalung nunca dejó de sorprender. Habría sido imposible secuestrar a Alam Karla y difundir el mensaje antes de que se borrara sin su ayuda.

En cierto sentido, esto fue una batalla. Iba a tratarlo como una guerra total.