Jaku-chara Tomozaki-kun

Volumen 8.5

Capitulo 4: Mentiras Y Brillo Natural

 

 

Estaban en un departamento en el distrito Meguro.

Despertó por una súbita sensación de tacto en la pantorrilla. Rena estaba acostada dándole la espalda, revisando su teléfono. Él le puso el brazo sobre el hombro.

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—Buenos días, Rena; Le susurró al oído, abrazándola suavemente por detrás. Él podía sentir su piel tersa a través de la ropa interior de Gelato Pique. Su cabello olía levemente a sudor.

—¿Hmm?; Dijo ella con una vocecita, luego cerro la app de Twitter que estaba leyendo. Aceptando su abrazo, se dio vuelta la cabeza hacia él y le sonrió vulnerable.

—…Buenos días, ¿te desperté?

—Sí, pero no importa.

—¿Ah no?

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Ella se giró para quedar cara a cara con él. Después levantó las manos y le enlazó los dedos detrás de la nuca. Apretada así entre sus brazos, su pecho se remarcó y rozó el cuerpo del hombre suavemente. Ella lo miró tímida.

—… Estaba pensando…

—¿En qué?; Él preguntó, mientras ella lo miraba fijo con sus ojos sensuales.

—Creo que lo sabes; Dijo. No trataba de esconder su entusiasmo.

—¿De qué estás hablando?; Dijo, fingiendo que no entendía. Ella se acurrucó todavía más en su pecho. Con sus cuerpos apretados así, él pudo sentir su calidez y suavidad. Sus labios le rozaron el oído, su respiración entrecortada cosquilleaba en sus tímpanos…

—Hagámoslo de nuevo…

Como una chispa que se vuelve llama, él la atrajo hacia su cuerpo, un poco más brusco esta vez.

***

 

 

Cinco o seis horas más temprano, Rena había estado en un salón de usos múltiples en Shibuya. El año casi había terminado, y Tokyo todavía estaba envuelta en nieve. Doce hombres y tres mujeres estaban reunidos en una habitación sencilla y blanca, solo con mesas, sillas y un area para cocinar. Estaban allí para una reunión fuera de línea de un juego FPS bien conocido.

Eran más de las diez de la noche. Ellos estaban allí desde hace dos horas, y para ese momento, todos iban de aquí para allá hablando con quien quisieran. Rena miró alrededor entre brumas, con la mente confusa por la bebida.

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—¿Viste el video que puse los otros días…?

—Te seguiré en Twitter…

Mientras las voces retumbaban en su cabeza, sintió que estaba cómoda mezclada entre la multitud. Los hombros que se mostraba ligeramente por las aberturas de su sweater negro sobredimensionado estaban sonrojados. Era obvio que estaba borracha, pero no le importaba.

—¿Estuviste bebiendo, Rena-chan?

El hombre que se había sentado al lado de ella apoyó la barbilla en una mano y empezó a hablar. Él vino con el nombre de Rambo. Este era su nombre en línea, Rena no conocía su verdadero nombre. Parecía un típico empleado de oficina, probablemente tenía un poco más de treinta. Le dijo a ella que editaba videos online. Detrás, vio que había traído un compañero de trabajo más joven llamado Old Man Hippo. No es necesario decir que también era un nombre en línea.

—Sí, he estado bebiendo, ¿tú no?; Le respondió a Rambo de forma juguetona, quien probablemente era al menos diez años mayor. Se habían conocido esa misma noche y no habían hablado mucho aún, pero Rena ya estaba tratandolo como a un amigo.

Old Man Hippo los miraba desde unos pasos atrás.

—¿Yo? Sí, estoy bebiendo; Dijo Rambo, manteniendo un tono amistoso. El parecía disfrutarlo, lo que era bueno, de otra forma lo que dijo podría haber sido tomado como agresivo.

Rena estaba encantada de que todo fuera tan bien.

—¿En serio?

—En serio.

Sí… ella ya lo tenía en sus manos. Él era de ese tipo de hombres que no podían resistir su simpatía de gata, los que al instante empezaban a adularla. Lo sabía por experiencia.

—Veo que tu vaso está vacío. ¿Te traigo algo?; Él le preguntó en un tono vagamente teatral.

—Sí, ¿qué van a tomar?; Dijo Old Man Hippo, metiéndose en cuanto encontró un lugar para sí en la conversación.

Rena les sonrió ante la oferta poco oportuna.

—Mmm, veamos…; Ella dijo, como si estuviera pensando con cuidado sus palabras.

Rambo la miraba con cautela. Cuando sus ojos se encontraron, él desvió rápido la mirada, como si no pudiera manejarlo. Desde ahí, hecho un vistazo a su pecho, remarcado por el sweater, bajando hacia sus piernas bajo el dobladillo del vestido, para finalmente terminar viendo a la pared o en su teléfono. Como si ella no lo notara…

Old Man Hippo era incluso peor. Miraba continuamente a Rambo, como si tratara de evitar a Rena, y no había hecho contacto visual ni una vez con ella. Cuando pensaba que no lo estaba viendo, sus ojos se lanzaban como dardos sobre ella. Rena suspiró para sí misma, evitando responderle.

Otra vez esta clase de hombres …

—¿…Qué tal si te preparo un coctel?; Preguntó Rambo, aparentemente incapaz de quedarse en silencio. El intento de coqueteo diciendo “¿Qué tal si te preparo…?” en vez de “¿Qué tal si nos vamos a buscar algo juntos?” la sacó de la ebriedad. Ella vio la expresión tensa, poco sincera de Rambo, y a Old Man Hipo, que todavía le echaba miradas furtivas, y puso una sonrisa alegre en su cara.

—No, está bien. Voy yo a buscarme algo. ¿Me esperan aquí?

—¿En serio…?

—¡Por supuesto!

Qué tipos aburridos…

Habiéndolos descartado, ella se levantó y caminó hacia el mostrador de la cocina. Sus hombros enrojecidos estaban al aire, mientras que su sweater ocultaba poco de sus largas piernas. Sus medias transparentes las hacían parecer desnudas. Ella miró atrás hacia los dos. Ambos seguían comiéndosela con los ojos.

Me desean…

La idea la excitó, y sintió una sensación cálida y satisfactoria expandirse hacia abajo en su vientre.

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Me desean. Pero no me pueden tener.

Mientras caminaba, llevó el vaso vacío hacia sus labios, bebiendo el hielo derretido. El líquido claro enfrió su boca, pero su pecho seguía caliente. Les dijo que la esperaran, pero no tenía intención de volver.

***

 

 

Cada vez que Rena iba a una reunión como esta, varios tipos se le acercaban. Resaltaba sus rasgos regulares con maquillaje, y tenía una figura femenina que acentuaba con ropa y zapatos sugerentes. Todo esto lo seleccionaba pensando en los deseos de los hombres. Estaba un poco molesta de que eso dos no fueran su tipo, pero lo emocionante de ser deseada compensaba su irritación. En el momento en que le expresaban interés, inevitablemente recordaba una verdad cardinal: Las mujeres siempre mienten, los hombres siempre son honestos.

Nos llevamos tan bien Rena. Realmente puedo ser yo misma a tu lado.

Aléjate de mí, traidora.

¡Lo sabía! ¡Sabía íbamos llevarnos genial!

¿Puedes creer que ella me dijo que no debería preocuparme por eso? Así no es cómo actúan las amigas de verdad.

—¡!

Ella se apoyó en la ventana de la cocina y puso la barbilla en su palma, frunciendo el ceño. Afuera, en las calles de Shibuya la nieve se estaba empezando a derretir, acumulada en los bordes de las aceras y pisoteada hasta ser casi barro, esto le recordó a una persona que le había revelado su verdadero yo.

Se quedó mirando afuera, divagando. La bruma del alcohol la había traído a la mente un recuerdo de hace tres años que no podía importarle menos.

Tenía diecisiete en aquel entonces, todavía estaba en la preparatoria.

Ya casi había terminado de perfeccionar su estilo, y sus compañeros de clase (especialmente los varones) admiraban su apariencia. Ellos no querían tener citas serias con ella, solo tontear un poco. Ella se daba cuenta de ello. Llevar la falda del uniforme de manera corta era intencional, pero la forma en que llamaba la atención vestida con su equipo de gimnasia no. Era la típica chica de preparatoria que encontraba a veces molesta su figura femenina, al menos hasta entonces.

Estaba en el grupo más popular, casi seguro por cómo su imagen atraía a la gente. No era que todas en el grupo se llevaran bien, más bien se usaban entre sí como accesorios para fortalecer su lugar en la jerarquía. Se podría decir que eran interesadas entre sí.

—Oh, ¿te volviste a hacer las uñas, Rena?

—¡Te diste cuenta! ¡Buen ojo, Shoko! Pensé en probar algo más alegre.

—El negro y el rosa se ven lindos juntos. Te quedan bien.

—¿En serio? ¡Gracias!

Cada vez que hablaban entre las chicas del grupo se evaluaban estéticamente, como si se estuvieran vigilando. Competían por mantenerse a la moda. Algunas veces entre sí, otras todas se unían en una facción contra otro grupo. En algún sentido, solo pasaban el tiempo juntas.

—Rena, ¿no me estás esconderías ningún secreto, verdad?

—¿Por qué me preguntas eso? Por supuesto que no, y nunca miento.

—Por eso puedo confiar en ti. Siento que en verdad nos podemos llevar bien.

—¿Cierto?

Jaku-chara Tomozaki-kun Volumen 8.5 Capítulo 4

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Más allá de la cuan profunda era realmente la confianza de la otra chica, Rena habría mentido si dijera que esa aprobación no la hacía feliz.

Si algo tenía de diferente con las otras, era su tendencia a meterse de lleno en sus hobbies. Además de estar en el grupo más popular, también tenía lugar en un grupo de chicas con diferentes obsesiones. Una estaba muy metida con las bandas visual kei, otra era fan de algunos chicos que hacían streaming con cámara web, otra seguía bandas underground. Y estaba Rena, a la que le gusta los juegos online. Algunas de esas chicas, todas atractivas y llamativas pero desviadas un poco de la norma, habían cruzado los límites de las camarillas de la clase para formar su propio grupo alternativo.

Rena no sentía que era más auténtica en un grupo o en el otro. Si tuviera que ponerlo en palabras, tal vez hubiese dicho que necesitaba ambos grupos para encajar ambos lados de sí misma en la escuela, tanto el lado estético como el lado obsesivo. Sin embargo, esta posición única terminó metiéndola en algunos problemas menores.

Un día, Rena volvía a casa con su compañera Karen, miembro del grupo alternativo. Estaba siempre metida en el sitio web TwintCasting y era fan de varios streamers.

—¿Entonces, ese día te parece bien?; Le preguntó Karen, —Creo que estaría bien juntarnos en mi casa.

—Sí, está bien por mí; Respondió Rena.

Ellas hablaban de un videojuego que les gustaba a varias del grupo. Era un fuego FPS que podías jugar en el teléfono tanto online como local, y estaban planeando juntarse a jugar.

—Genial. Entonces seríamos tú, yo, Kaoru, Chiri y…

—Espera, ¿invitaste a otras personas?

Karen ya había nombrado a las cuatro del grupo, y Rena había asumido que sería solo eso.

—Sí… Keisuke-kun, Makoto-kun, Yosuke-kun, and “Yamaken”-san, de los graduados.

—Wow, ¡bien! ¿Y cómo conseguiste que te dijeran que sí?

—Parece que todos están metidos en el juego.

—Genial.

Los cuatro chicos habían ido a la misma escuela que Rena y Karen pero ahora estaban en la universidad o trabajando. Todos habían sido muy populares, y un montón de los chicos menores los habían envidiado. Rena no había sido cercana a ninguno de ellos, pero solo oír sus nombres bastaba para emocionarla.

Una reunión privada con los cuatro. Y encima de eso, iban a estar jugando el juego que Rena amaba. Estaba en una etapa de la vida que la sola idea era suficiente como para hacerle sentir mariposas en el estómago.

—         Bien, entonces dejaré ese día libre; Dijo en un tono relajado. En realidad, ella lo estaba esperando ansiosa.

El día de la reunión, ella fue a la casa de Karen. Pero la escena que tomo lugar en el cuarto de Karen no era para nada la que había imaginado.

El grupo mixto de ocho estaba en el pequeño cuarto. Habían jugado un par de juegos al principio, luego se había convertido en algo parecido a una fiesta de gente soltera. Algunas chicas o chicos tenían los brazos en los hombros o la cintura de otros. Nadie hubiera adivinado que se habían conocido ese mismo día.

—Ven aquí, Rena-chan.

—¿Qué quieres, Yosuke-kun? Oh, bueno, creo que está bien.

La situación había ido un poco más allá de lo esperado, pero por alguna razón, se sentía cómoda allí. Por supuesto, el sentido común le avisó que esta no era una diversión pura e inocente, y sabía que los chicos no la respetaban realmente. Pero sintió que estaba entrando temprano al mundo de los adultos. Le dio un sentimiento de superioridad que le hizo bajar la guardia.

Un par de días después, un problema surgió…

—Hey, Rena, escuché que estuviste en la reunión de Karen.

—¿Qué, te refieres a la reunión con Keisuke y los otros chicos?

—Sí.

Estaba en el aula después de clases cuando Shoko, miembro del grupo popular, se le acercó malhumorada.

—Yosuke-kun también estaba allí, ¿cierto?

—Sí.

Shoko frunció el ceño, —¿Sabías que salía con él?

—Sí, pero… pensaba que habían roto.

Todavía no entendía lo que quería Shoko.

—Ese no es el asunto.

—¿Cuál es el asunto?; Preguntó Rena.

Shoko la miró abiertamente enojada, —No han pasado ni dos semanas desde que nos separamos. ¿No crees que es un poco insensible ir tras el ex de alguien tan pronto?

—… ¿Lo es? Preguntó. No veía el problema.

Yosuke era el ex de Shoko, y le había pasado el brazo sobre el hombro, y se habían hecho algo así como amigos. ¿Qué había de malo con ello? Ella en verdad pensó que estaba bien, pero tal vez lo había tomado más natural porque ahora ya había estado en una reunión de adultos. En todo caso, era inmaduro de parte de Shoko tomar en cuenta algo tan insignificante.

—Si ya no están juntos, no creo que importe cuanto tiempo haya pasado.

—¿Estás hablando en serio?

—Sí.

—Bien. No tengo nada más que decir; Dijo Shoko, girándose sobre sus talones y retirándose.

—¡Qué inmadura!; Dijo Rena, lo suficientemente fuerte como para que Shoko la escuchara, y Shoko le lanzó una mirada amenazante.

Empezando al día siguiente, Shoko y sus amigas empezaron a tratar distinto a Rena.

—Buenos días.

—Umm…

En la mañana, cuando Rena trató de saludar a alguna otra chica miembro del grupo popular, la chica actuaba incómoda, como si no supiera que decir. Rena no sabía que exactamente qué estaba pasando, pero ella tenía un espíritu libre. Pensando que estarían media dormida o algo así, se volteó hacia otra chica sin hacerse mucho lío. El problema era que todas actuaban de la misma forma. A quien fuera que tratara de hablarle en el grupo popular, le esquivaban la mirada. Al momento en que vio que Shoko y todas las demás actuaban de la misma forma, Rena lo entendió todo.

La habían condenado al ostracismo.

De todos modos nunca habían sido amigas súper cercanas. En este grupo, donde se usaban unas a otras como accesorios, la más pequeña fisura podía fácilmente romper la cohesión. Pero aun así, Rena recordó que Shoko una vez le había dicho, —Nos llevamos tan bien, Rena… Creo que en verdad puedo ser yo misma estando a tu lado; esas palabras habían hecho feliz a Rena, y de alguna manera, sintió que había encontrado su lugar.

—Ugh.

Al menos por un tiempo, estaría aislada de su clase. Ella se rió de lo ridículo que sonaba.

—Es realmente infantil; Dijo, pero nadie estaba escuchando.

Después de eso, Rena estaba constantemente sola en la escuela. Siempre había sido de voluntad fuerte y honesta sobre lo que le gustaba y lo que no, así que ser rechazada por Shoko y sus amigas fue suficiente para hacerle perder su lugar en la escuela en general. Lo que no esperaba es que las chicas miembros del grupo alternativo también empezaran a evitarla también. Pero sus intereses nunca habían estado alineados de todas formas. Bandas Visual Kei, rock underground, streamers, juegos online, se habían juntado para sobrellevar más fácil su asilamiento, porque nadie aceptaba sus obsesiones. Atraían la atención, pero no tenían una posición fuerte. No tenían tanta libertad de acción como para conservar a una miembro que había sido rechazada por el grupo más popular. Lo que implicaba que ese solo incidente bastó para que Rena perdiera los dos grupos en los que se sentía como en casa.

Por supuesto, no era probable que Shoko quisiera evitar a Rena hasta que se graduaran. Solo quería hacer un ejemplo con ella porque la había golpeado donde era más débil. Deberían haber tenido alguna chance de reconciliarse después de unas semanas.

Pero a los días de haber sido marginada, Rena empezó a saltarse las clases y pronto dejó de asistir a la escuela. El aislamiento en sí mismo no la había afectado tanto, pero el convertirse en una extraña era mucho más desagradable de lo que esperaba. Cuando estaba en el grupo popular, sus compañeros le daban lugar amablemente cuando pasaba. Ahora las chicas que Rena veía como simples y poco atractivas la evitaban si se acercaba. Hablan sobre ella en voz alta para que las oyera.

—Ugh, viene para acá.

—Seguro que sí; Les contestó, negándose a ceder. Pero en la escuela, a menos que tengas varias personas tu lado, ir en contra de la corriente es imposible.

—Es su culpa por venir.

—Ojalá no lo hubiera hecho.

—Lo mismo pienso.

—…


Podría haberse defendido mientras quisiera, pero también podría no haber dicho nada. Y era más linda que ellas, ¡y su figura era mejor! Estaba muy por delante.

Frunció el ceño e hizo un puchero, pero nadie vino a ponerse de su lado. Ahora que no pertenecía a ningún grupo, de repente había caído al fondo de la jerarquía. Cualquiera que la viera sentiría lástima por ella. Decidió que era mejor desaparecer por completo antes de empezar a sentirla también.

Una vez que dejó la escuela, la jerarquía había desaparecido. No tenía razones para encontrarse con sus compañeros de clase o miembros de sus grupos, así que no podían imponerle sus mentiras con la violencia de la ventaja numérica. En cambio, empezó a encontrarse regularmente con los chicos con los que había estado en la reunión de Karen.

—Siento llegar tarde, Rena-chan.

—¿Vamos?

Keisuke, Makoto, Yosuke y Yamaken. Al poco tiempo, ya era cercana a ellos, incluyendo al ex de Shoko, Yosuke. Eventualmente empezó a salir con Keisuke, su líder.

—Rene, escuché que dejaste la escuela.

—Sí, así es.

—Uh… Bueno, ya algo se te va a ocurrir. Estás buena.

—Ajaja; Ella rió, colgándose del brazo de Keisuke, —Sí, algo se me ocurrirá, creo.

No sintió culpa en ese momento, mucho menos lástima por sí misma. No, se sentía superior. Había perdido su lugar en la escuela, pero no estaba por debajo de nadie. Todos esos chicos universitarios geniales la querían. Tenía donde pisar. Los chicos habías sido populares desde la preparatoria, ídolos de los estudiantes más jóvenes. Tenían mucho más valor que las reglas al azar que cambiaban con los caprichos de la mayoría, mucho más valor que las amistades superficiales.

En la escuela, le habían robado su lugar entre las chicas. El estado de ánimo y las palabras lo eran todo en ese reino, y ella había mordido el polvo. Pero los instintos no mentían. Los chicos estaban forzados a mostrar sus cartas cuando los enfrentaba con su feminidad. Es por eso que no creía en las palabras, creía en los sentimientos. Nada de lógica, solo instinto.

Barbilla en mano, Rena miró a la nieve sucia al otro lado de la ventana. Era gris y fangosa con huellas, pero si le quitabas la capa superior, la nieve fresca y blanca aparecería de nuevo. Los mentirosos funcionaban igual: la primera vez que conocían a alguien, mostraban ese lado inocente, inmaculado. Rena se paró frente al mostrador de la cocina, mirando a la reunión. ¿Cuántas de esas personas eran realmente inocentes? En cuanto a ella misma, quería ser como la nieve, honesta y sucia, desde el principio.

Que recuerdo estúpido. El alcohol había traído de vuelta al rostro rencoroso de Shoko, pero Rena lo volvió a echar de su mente tomándolo en broma. No sabía que había pasado con Shoko desde entonces, pero una persona tan aburrida y estúpida tiene que ser una veinteañera aburrida y estúpida. Rena dejó el vaso en el mostrador y abrió la heladera. Vertió Campari y jugo de pomelo sobre el hielo de su baso, revolviendo los cubos con sus uñas relucientes, que pasaron de negras a púrpura. Vio con alegría como los bonitos líquidos rojo y amarillo se mezclaban entre el hielo tintineante.

Era un color inusual. Pudo ver la lógica derretirse lentamente en instinto. Tomó un sorbo y, satisfecha con el sabor, se lamió ligeramente los restos de alcohol de las uñas.

—Yo también me voy a tomar otro.

Lento, Rena giró hacia la voz masculina a su derecha, poniendo una sonrisa en la cara. Era Jimmy, otro de los participantes. Cerca de los treinta, lucía un cabello marrón teñido en una forma suave y contemporánea. Cada vez que se movía, un leve olor a vainilla flotaba en el aire hacia ella.

—Oh, Jimmy-san; Dijo, moviéndose para hacerle lugar en el mostrador. El gesto era en parte una costumbre, en parte un signo de aceptaba su propuesta. De todos modos, Jimmy era un comentarista popular en YouTube. Era probablemente la persona más famosa en la reunión. En silencio estaba complacida de que él fuera quien se le acercó, y no al revés.

—¿Qué estás tomando? Parece femenino; Él dijo en la misma voz que Rena conocía de sus videos. Le echó una mirada vulnerable.

—¿Esto? Campari con pomelo.





—Ya veo.

—¿Quieres un sorbo?; Preguntó casualmente, como si fueran viejos amigos. Ella le pasó el vaso del que ya había tomado un sorbo. Él lo agarró, sonriendo ante su buena disposición.

—Seguro, ¿por qué no?

—Aquí tienes.

El sostuvo el vaso que le había pasado con un gesto también familiar y le dio un buen trago. Rena lo miró con satisfacción.

—¿Te gusta?; Ella le preguntó coqueteando. Detectó una chispa de curiosidad en los ojos de Jimmy. Tenía una intuición física de lo que se necesitaba para captar el interés de los hombres.

Levantó el vaso, haciendo chocar los cubos de hielo, y le contesto, —No está muy fuerte.

—Wow, ¿un bebedor pesado?; Le dijo, dando un paso hacia su vida personal mientras le pasaba la mano por la espalda, como susurrándole a un lado todavía más personal. Él sonrió casualmente, luego tomó otros sorbos de la bebida, como si fuera propia. El vaso ya estaba por la mitad.

—Está bueno. Sabe a jugo.

—Es mi bebida, sabes.

—Oh, cierto. Lo olvidé.

Actúa amistoso porque mi cara es linda, y quiere tocar mi cuerpo, y huelo bien, y cree que lo va a lograr. Él no sabía nada sobre quién era ella como persona, pero ella prefería esa actitud antes que falsos cumplidos. Él siguió sus instintos hacia su cuerpo. Además, era la persona más famosa del lugar. Ella miró su perfil, tenía una sonrisa burlona en los labios, y pensó: Lo quiero para mí esta noche.

—¡Hey!, le dijo ella, acariciando suave su hombro. Él se estremeció, una descarga de electricidad lo recorrió por la sensación cosquillosa. Esa señal la encendió.

—Ya, ya; Dijo él suavemente, poniendo su mano en el hombro desnudo de ella. Piel contra piel, sintió el calor pasar entre ellos.

—¡Estás que quemas!

—¿Lo estoy? Es porque estoy borracha; Le dijo, riendo tontamente y dejando salir un suspiro sexi. Ella le dirigió una mirada atractiva.

—¿Jimmy-san?

De repente, otra mujer apareció junto a él. Era Vanilla, otra de las mujeres participantes, tenía un vaso vacío en la mano. Rena y Jimmy quitaron sus manos uno del otro y la miraron.

Su cabello era denso y corto, y vestía ropa esponjosa y femenina. Rena sabía que participaba en la reunión como una música que salía en videos. Unos minutos antes, mientras Rena y Jimmy estaban hablando, ella los había estado mirando desde una mesa alejada con disgusto. Inumaru, la otra mujer en el lugar, estaba al lado de Vanilla, también dándole a Jimmy miradas poco gratas. Inumaru estaba teñida de rubio y vestida un conjunto llamativo de colores primarios.

—¿Qué pasa con ustedes dos?; Jimmy preguntó un poco molesto.

—Jimmy-san, ¿en serio deberías estar haciendo esto? Tu novia se pondrá loca; Inumaru susurró.

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Jimmy frunció el ceño y miró a Rena. Rena había escuchado lo que Inumaru dijo y se le quedó viendo, sin cambiar la expresión.

—¿Vinieron hasta aquí solo para decirme eso?

—Bueno, ella también es mi amiga…; Jimmy e Inumaru empezaron a discutir en voz baja.

—¡Ni siquiera hice nada todavía!

—¡¿Todavía?! ¡Ya ves, lo sabía!

Rena suspiró por el baldazo de agua fría que había recibido. Tomó el vaso del mostrador y caminó al centro del lugar. No estaba interesada en que la arrastraran al lío que se estaba gestando.

—Disculpa, ¿Rena-San?; Le dijo Vanilla en un tono obviamente hostil.

—¿Eh? ¿Qué pasa?; Respondió Rena, sin esconder su irritación. Vanilla caminó hasta ella.

—¿Vas tras Jimmy-san?; Preguntó en voz baja para que Jimmy e Inumaron no la pudieran oír.

—… ¿Qué?

—Es desagradable la forma en que estás tratando de seducirlo cuando hay tantos fans que quisieran pasar tiempo con él.

Rena frunció el ceño con exasperación. La crítica era tan infantil que le recordó el asunto de Shoko. Las mujeres celosas son todas iguales.

—¿Qué se supone que significa eso? ¿Tú eres una de sus fans?

—No…

—Esta es una reunión para jugadores. No creo que estén permitidos los fans.

Las personas como Vanilla siempre echaba la culpa a los demás cuando creían que les iban a robar lo que querían. No tomaban ninguna responsabilidad por su propia falta de atractivo. Rena pensó que la gente así, especialmente las mujeres, eran lamentables.

—Ugh; suspiró.

—¿Qué clase de actitud es esa? De cualquier manera, ¿qué edad tienes?

—Tengo veinte.

—Tengo veinticinco. ¿No encuentras extraño ponerte a ignorar una advertencia de una mujer mayor a ti? Nadie quiere ver eso.

Rena estaba del todo aburrida por las palabras cada vez más odiosas de Vanilla.

—¿Así que eres una fan o algo así? Está bien, no tienes que esconderlo. Hay un montón de gente como tú allá afuera.

—… No lo soy…

Rena se dio cuenta de que estaba abriendo una herida desde que Jimmy se le acercó. Detestaba a las mentirosas celosas como ella.

—Si lo quieres, todo lo que tienes que hacer es lo mismo que yo hago; Ella le dio esas palabras venenosas.

—Me das asco… y en cualquier caso, él tiene novia.

Rena se rió, con la esperanza de que su actitud le arrancara el corazón del pecho a Vanilla.

—¿No puedes hacerlo, cierto?; Dijo Rena, dando un paso al frente y estirando la mano para pellizcarle el estómago a través de su vestido ligero.

—¿Qué haces…?

—Te dejas llevar y tratas de taparlo con esa ropa mullida. ¡Por supuesto que no puedes!

—… ¡Perra!

Rena ignoró su respuesta furiosa, pero los otros participantes parecían por fin haberse dado cuenta de las nubes de tormenta creciendo en el rincón.

—¿Qué les pasa a las dos?; Dijo uno, metiéndose para intermediar.

—Vamos, tomemos algo y arreglémoslo; Dijo otro. Los tipos se juntaban alrededor de ellas en pánico.

—Lo que sea; Dijo Rena con firmeza, y se alejó.

***

 

 

Quince minutos más tarde, Jimmy estaba sentado en una mesa con otro participante, aparentemente su discusión con Inumaru había terminado. Rena lo notó, pero no se acercó a él, en parte por lo molesto de la pelea con Vanilla. Sin embargo, más que eso, ella sabía que el eventualmente iba a volver.

—Rena-san, ¿te importa si me siento aquí?

—Adelante.

Mientras tanto, ella mataba el tiempo hablando con los hombres insignificantes que se le acercaban sin ninguna provocación, y se llenaba de alcohol. En realidad, no era tanto que estaba matando el tiempo sino desarrollando su acto.

Si no me tomas, alguien más lo hará.

Cuando mires para otro lado, podría desaparecer.

Pasaron otros quince minutos. Sea por estar irritado o por impaciente, ella no lo sabía, pero Jimmy finalmente fue hacia ella con un vaso en la mano.

—Perdón por lo de antes.

—Oh, ¿por eso? Está bien.

Él se sentó a su lado y chocó su vaso contra el de ella. Ellos compartieron el brindis silencioso.

—No quería que tuvieras que escuchar eso.

—Lo sé; Rena acercó su cara a la de él, —¿Así que tienes una novia?

Su voz era más fría que antes.

—Oh… Bueno, no hay nada público sobre eso.

—Mmm.

Ella puso su mano suavemente sobre la de él, que descansaba en la silla. Poco a poco, su calor empezó a extenderse del uno al otro de nuevo.

—…

Ella sonrió seductoramente y le susurró al oído.

—¿Pero volviste otra vez conmigo?

Ella enrolló sus dedos alrededor de los de él como tentáculos, sus gestos eran tan sugerentes como sus palabras. Su caricia encendió como un fósforo sus instintos. Sus dedos entrelazados eran más honestos que cualquier otra cosa, y ambos estaban igual de calientes.

—¿No querías que volviera?; Preguntó Jimmy, reteniendo su excitación, incluso cuando sus dedos se seguían moviendo contra los de ella, devorando la sensación. Ella sabía que su mente estaba llena pensando en lo que vendría después. La de ella también.

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—Tal vez quería.

—Eso pensé…

Jimmy le pasó la mano por la cintura. Ella podía sentir su forma musculada y masculina a través del sweater. Era una sensación indescriptiblemente placentera, saber que se había hecho un hueco en este valioso reino que los mentirosos con sus máscaras blancas nunca alcanzarían. Disfrutaba al máximo el tontear así con Jimmy.

—Sí, esto es lo que quiero hacer; Dijo ella, tocándole la pierna por debajo de la mesa, tan cerca de su cadera como pudiera. El no cambió su expresión, pero ella notó que su cuerpo estaba tenso.

—¿Hmm? ¿Cuál es el problema?; Ella le preguntó.

—… Nada.

Él todavía intentaba parecer no estar alterado, pero para Rena su excitación era obvia. Él la apretó más fuerte por la cintura, y ambos empezaron a sudar.

—¿De verdad? Pensé que te había sentido temblar; Dijo ella, deslizando la mano más adentro. Él la apretó todavía más fuerte a mientras la atraía.

—Mmm; Le dijo ella de nuevo, está ves de forma más sugerente, recargándole la parte superior de su cuerpo, —Jimmy-san, estás caliente.

En lugar de responderle, él le deslizó la mano por el costado, presionando suavemente para sentir mejor la curva de su cintura y su suavidad.

—Tú también.

—Pero en mi caso, es porque estoy borracha.

—Bueno, también yo.

Con solo moverse un poco más cerca, ella fue capaz de romper con su pretensión de tener todo bajo control y enfrentarlo a sus instintos primarios. Usando su feminidad como arma, atacaba en donde el no podía resistirse, manteniendo su interés.

Y él era la persona más famosa del lugar.

Era un buen lugar para aterrizar…

—… ¿Lo estás ahora?

Ella lo miró con sus ojos sensuales, parecía que iban a derretirse en uno solo.

—Entonces… ¿los dos estamos borrachos?; Dijo ella, vertiendo el resto de su coctel por su garganta. Un calor placentero se extendió por su cerebro, con el alcohol lavando todo resto de cordura.

Jaku-chara Tomozaki-kun Volumen 8.5 Capítulo 4

 

Podía escuchar voces fuertes y alegres de fondo. Se entregó a una sensación de hormigueo en las caderas, a su cabeza intoxicada, y a la voz tranquila y calmada en su oído. Ella podía sentir sus instintos ir más allá de su control. Finalmente, con la sensación de ambos yendose a desmayar, ella lo dijo.

—Vamos a tu casa.

***

 

 

—Nos vemos luego; Dijo Rena, secándose el pelo y dejando su casa. Ya había salido el sol, y la idea de quedar atrapada en la hora punta de la mañana la deprimió un poco. Un poco de nieve embarrada todavía permanecía a los costados de la calle que iba a la estación. Rena miró la nieve, probó pisotearla una vez, e inmediatamente se aburrió.

Cuando llegó a la estación, se sentó y revisó su cuenta de Twitter. Abrió la carpeta de seguidores mutuos, y encontró diez u once peticiones de seguimiento de tipos que había conocido en la reunión de la noche anterior.

—Ajaja. ¡Es un montón!; Se dijo feliz mientras aceptaba a uno tras otro. Honestamente, no sabía quién era quien. Pero el hecho de que tantos hombres estuvieran tan interesados en ella como para tomarse la molestia de mandarle solicitud la reconfortó.

Aún mejor que eso…

Vio el nombre de Jimmy en su lista de seguidores. Él solo seguía a más o menos dos mil cuentas, mientras que treinta o cuarenta mil lo seguían a él. Cuando pensó en que iba a estar en ese menos de uno por ciento de seguidores mutuos, empezó a sacudirse de la emoción. Se preguntó cuántos de esos dos mil eran mujeres con las que había tenido relaciones. Sintió que su identidad como mujer había sido confirmada por los números.

Rena lentamente se cruzó de piernas debajo de su sweater. Solo eso era suficiente para que los hombres se fijaran en ella. Y justo en ese momento, sonó su teléfono con un mensaje de notificación de Twitter.

—¿Huh?

Se sorprendió al ver una solicitud de seguimiento… de la misma Vanilla con la que había discutido la noche anterior. Lo pensó por un momento, luego se dio cuenta.

—…No podía dejarlo pasar.

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Ella debe haber sido incapaz de ignorar el que Rena y Jimmy se fueran juntos. Después de todo, había estado bastante pesada con él. Rena se deslizo sobre la cuenta de Vanilla y encontró un montón de tweets festejando el trabajo de Jimmy como comentarista.

—Aja… sabía que era una fan. Mentirosa.

Ella sonrió. Si otra chica mentía, todo lo que tenía que devolverle era la verdad. Así que a las ocho en punto de la mañana, medio juguetona y medio provocativa, publicó el siguiente tweet:

Volviendo a casa ahora.

Diez minutos después, Jimmy le dio “me gusta” al tweet. Solo entonces Rena aceptó la solicitud de seguimiento de Vanilla.

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