Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 20

Capitulo 9: Cruzada

Parte 2

Rio y Aishia dispararon grandes orbes de luz para evitar su regeneración completa. Fue difícil para Rio alcanzar el cuerpo y las tres colas en un solo ataque, pero en este momento estaba luchando junto con Aishia.

Concentraré mis ataques en la mitad delantera de su cuerpo. Luego me ocuparé de la mitad trasera y las colas.

Gracias. No tener que preocuparse por los ataques de la cola será de gran ayuda.

Se comunicaron telepáticamente mientras volaban a gran velocidad, planeando su estrategia. No tener que asignar tanta capacidad intelectual a la evasión hizo que a Río le resultara mucho más fácil luchar.

Puede haber un límite a su capacidad regenerativa. ¡Vamos a suprimirlo pegándonos a su cuerpo y atacando en oleadas!

Entiendo.

Los dos tenían la mejor coordinación y apoyo mutuo. La bestia de la tierra intentó alejarlos moviendo la cola y exhalando el aliento, pero…

“¡GRAAAH!”

Ninguno de sus ataques hizo contacto. En poco tiempo, los dos habían comenzado a dominar a la bestia de la tierra.

***

Al mismo tiempo, Ariel volaba alto en los cielos. Montados en su espalda estaban Gouki, Kayoko, Aria y Orphia. Tenían una visión clara de Rio y Aishia reprimiendo a la bestia de la tierra de abajo.

“Wow, ver a esos dos pelear juntos es otra cosa”, murmuró Gouki. La bestia de la tierra en la distancia casi parecía lamentable. Pero a pesar de ese pensamiento, observó cuidadosamente el frente de batalla.

“Hmm. Hay una multitud que sale corriendo de la ciudad”, dijo, observando al grupo que corría con su vista mejorada por las artes espirituales.

“La persona que lidera el grupo al frente es la Santa Erica”.

Aria identificó al Santo ante Gouki y Kayoko. “Excelente. Eso facilita las cosas”. Gouki sonrió. “Vámonos, querida”.

“¡Por cierto!”

La pareja saltó de la espalda de Ariel como si simplemente estuvieran bajando de una pequeña plataforma. Pero en lugar de caer por el aire, comenzaron a correr a través de puntos de apoyo invisibles en el aire.

“Increíble…” Aria murmuró mientras los veía descender. Su altitud actual era de casi trescientos metros. Incluso si mejorara su cuerpo físico con su espada, moriría cayendo desde esta altura.

Al ver que Aria se quedó atrás, Orphia sonrió irónicamente.

“Ha ha. Nos bajaré para que puedas salir de la manera normal”.

***

Erica corría al frente de la manada cuando Gouki y Kayoko descendieron ante ella. “Detente.”

“¿Oh? ¿Quiénes podrían ser ustedes?” Erica miró a la pareja de mediana edad con cabello negro con curiosidad. Ella debe haberlos encontrado similares a los japoneses en la Tierra. Pero encontrarlos aquí no cambió nada.

“Bueno lo que sea. ¿Qué quieres?” A ella no le importaba.

“No importa quiénes somos. En nombre de nuestro maestro, hemos venido a detener a la persona que controla a ese monstruo”, declaró Gouki, desenvainando su preciada espada Kamaitachi.

Kayoko dibujó de manera similar su kodachi. “No podemos dejar que nos pases”.

“¡Vaya, eres como un samurái y un ninja! Que fascinante.”

En contraste con las palabras de Erica, su tono y sonrisa estaban completamente desprovistos de emoción.

“Ya veo… Tienes una mirada tan vacía en tus ojos”, observó Gouki. “Los ojos de una mujer con problemas,” asintió Kayoko.

“¡Santa Erica!”

En ese momento, Aria llegó con retraso, cayendo del cielo. Ariel pasó a una altura de diez metros, volando una vez más.

“Oh, tú también estás aquí”. Parecía que Erica todavía recordaba a Aria.

“Escuché que sobreviviste a ser apuñalado en el corazón. Así que vine a acabar contigo. Aria también sacó su espada y se preparó.

“Heh heh. ¿Eres capaz de tal cosa?” Erica sonrió audazmente, preparando su bastón.

“Desafortunadamente para ti, no tengo intención de enfrentarte solo”. “¿Oh? Tres contra uno suena terriblemente cobarde.”

“¿Puedes culparnos? Este es un campo de batalla. El enemigo que invadió sin previo aviso está justo frente a nosotros”.

Como un veterano experimentado, Gouki hizo caso omiso fácilmente del comentario burlón de Erica. Su habilidad le dio la fuerza de un ejército. No tenía nada de malo unirse en un grupo de tres para derrotarla, o más bien, matarla. Despiadado como pudo haber sido, ese era su objetivo.

“De todos modos, tienes muchos camaradas detrás de ti”, dijo Kayoko, mirando a la multitud de personas que habían seguido a Erica fuera de la ciudad.

“No dejaré que nadie se acerque, ¡así que lucha hasta el fondo de tu corazón!” Orphia llamó desde la espalda de Ariel, disparando una flecha de advertencia con su arco. El rayo de luz que cayó se dividió en innumerables ramas, lloviendo ante la multitud.

“¡Whoa!” “¡Eek…!”

La multitud se detuvo con un chirrido.

Una milicia… No, ni siquiera están empuñando las armas adecuadas.

En resumen, Erica había traído humanos desarmados al campo de batalla. Gouki se sorprendió por sus apariciones de cerca.

“No puedes estar cuerdo… Sacaste a los residentes sin siquiera armarlos.

¿Que estabas pensando?”

Erica ladeó la cabeza con curiosidad. “¿Sin embargo, no recuerdo haberlos traído a ningún lado? Entraron en el campo de batalla por su propia voluntad”.

“Esto es el resultado de que los engañes con tus palabras”, dijo Aria como si fuera obvio.

“No, mis palabras no tuvieron efecto en ellos. Si lo hubieran hecho, no habrían venido por mí”.

“¿Qué estás diciendo…?”

“Les conté cómo los humanos son tontos y malvados. Parece que no entenderán incluso si los mata.” Erica se burló con desdén.

“Hmm. De cualquier manera, todo se resolverá si te derrotamos. Tanto las tropas detrás de ti como ese monstruo perderán la voluntad de luchar”, señaló Gouki. La multitud claramente ya estaba perdiendo la voluntad de luchar, al ver el aluvión de flechas que Orphia había lanzado.

“Si eso es verdad.”

“En cuyo caso, deberíamos empezar”. Gouki dio medio paso hacia adelante, listo para enfrentar a Erica. “Hmph”.

En ese momento, un cuchillo salió volando de entre la multitud. Estaba dirigido precisamente al corazón de Gouki, disparando a una velocidad terriblemente rápida. Pero Gouki simplemente movió su espada, apartando el cuchillo.

“Señora Santa…”

Un hombre salió corriendo de entre la multitud. Fue sorprendentemente rápido para acercarse a Erica, inmediatamente inclinando la cabeza con un movimiento fluido.

“¿Oh? Tú eres…”

“Mi nombre es Gilbert”.

“Sí, lo recuerdo”, dijo Erica, mirándolo a la cara. “El que tuvo un cambio de corazón.”

“Eres demasiado amable, Gran Santa. Antes dijiste que uno no debe pelear por odio. Que solo los dioses pueden castigar a los demás. En cuyo caso, deseo luchar para protegerte. Sé que originalmente vine aquí para matarte, pero ¿me permitirás luchar para protegerte?” Gilbert agachó la cabeza como si estuviera completamente embelesado por ella.

“¿No es ese uno de los hombres que se infiltró en la ciudad con Sir Haruto?”

“Parece haber cambiado de bando”. Gouki y Kayoko miraron molestos. “Estoy agradecido por tu devoción, Gilbert. Por favor, dame tu ayuda.”

“Solo soy un humano humilde solo capaz de matar a otros. He cometido muchos pecados a lo largo de mi vida. Pero es por eso que puedo ser útil en esta situación. Permíteme unirme a ti en tu viaje”.

“En ese caso, por favor encárgate de uno de estos tres. Me encargaré de los dos restantes.”

“Como desees.” Y así, Gilbert se unió a la batalla de Erica.

Ante eso, Kayoko se volvió hacia Gouki y Aria. “Me encargaré de ese hombre… Ustedes dos concéntrense en el Santo”.

“Heh heh. Ahora son tres contra dos”. Erica sonrió sin miedo. “Tu destino de morir aquí no cambiará”, dijo Aria con frialdad.

“¿Serán ustedes capaces de matarme? Lo esperaré con ansias. De verdad”, respondió Erica, casi como si lo deseara. “Vamos a empezar.”

Luego levantó su bastón y lo estrelló contra el suelo. Innumerables lanzas de tierra atacaron inmediatamente a Gouki, Kayoko y Aria.

“…”

Los tres reaccionaron instintivamente, saltando hacia atrás. Las lanzas se convirtieron en obstáculos que ocultaban a Erica y Gilbert.

Sin embargo, Aria y Kayoko inmediatamente rodearon las lanzas de cada lado. Esto dejó a Gouki detrás de las lanzas de tierra.

Estos dos son rápidos. Deben tener espadas encantadas.

Como compañero portador de la espada encantada, Gilbert inmediatamente sintió que eran oponentes formidables.

“Así que tú eres el que está frente a mí”, le dijo a Kayoko que se acercaba, sacando un cuchillo arrojadizo escondido debajo de su abrigo y arrojándolo con su mano derecha. Luego sacó otro cuchillo con su mano izquierda y cerró la distancia con Kayoko.

Kayoko balanceó el kodachi en su mano izquierda, desviando el cuchillo arrojadizo. Su velocidad no vaciló en absoluto mientras se acercaba a Gilbert.

Una vez que los dos estuvieron al alcance el uno del otro, sus manos izquierdas se balancearon a una velocidad más rápida de lo que el ojo podía ver. El chirrido de metal chocando contra metal resonó.

“Espléndido”, sonrió Gilbert. Un cuchillo había aparecido de repente en la mano derecha que había sostenido hacia abajo. El cuchillo pronto fue liberado, volando hacia la garganta de Kayoko.

“…” Kayoko balanceó el kodachi en su mano derecha, apartando el cuchillo volador sin siquiera mirar.

Gilbert retrocedió, con los ojos muy abiertos como platos. “Estoy conmocionado. La mayoría de mis oponentes mueren de inmediato”.

“Aprendí de tu encuentro con Sir Haruto que sobresales en apuntar a los puntos ciegos de las personas. Y sé cómo lidiar con las tortuosas técnicas de los asesinos.

“¿Oh? No pareces ser de la misma profesión. ¿Fuiste guardaespaldas de alguien importante?”

Como supuso Gilbert, Kayoko fue una vez la guardia real de la madre de Rio, Ayame. Había aprendido varias técnicas de asesinato y cómo contrarrestarlas para proteger a su cargo.

“Eres muy hablador para ser un asesino.” “Ya me lavé las manos de la profesión”.

“Tus manos parecen estar contradiciendo tus palabras”.

Otro cuchillo arrojadizo había salido volando mientras hablaban, atravesando los espacios de la conciencia. Kayoko lo tiró con molestia.

“Pobre de mí. Parece que la mejor manera de matarte es de cerca.”

Tan pronto como Gilbert dijo esas palabras, comenzó a correr, sosteniendo el cuchillo en su mano izquierda listo mientras tomaba otro cuchillo arrojadizo con su mano derecha. Al mismo tiempo, miró a la Santa que luchaba contra Aria a su lado.

“¡Ooh, Señora Santa!” En la impactante escena a su lado, Gilbert se detuvo con un chirrido.

***

Un poco antes, acabando de evadir las lanzas de tierra que se elevaban, Aria cargó en dirección opuesta a Kayoko, corriendo directamente hacia Erica.

Erica la superó en fuerza física, pero las habilidades técnicas de Aria equilibraron la balanza. Si la enfrentaba en su mejor condición en una batalla directa, solo sería cuestión de tiempo antes de que ganara. Sin embargo, había una forma de que un aficionado en combate ganara contra un luchador experimentado.

Esta mujer está preparada para recibir daño a cambio de la oportunidad de contraatacar.

Y eso era arriesgar la vida de uno, atacando con la intención de ser atacado en el proceso. Pero era un método de lucha mucho más difícil de lo que parecía, y no una opción para la persona promedio.

No había forma de que alguien realmente arriesgara su vida a menos que no tuviera miedo de ser herido y tuviera una confianza absoluta en su capacidad para soportar cualquier ataque. Y no había ningún ser humano que cumpliera tales criterios. Sin embargo, Erica probablemente cumplió con ambos.

“Heh heh. Pareces desconfiar de mí, aunque eres más fuerte. Erica sonrió burlonamente.

“Ahora que sé que puedes sobrevivir a una espada en tu corazón, es natural. Pero…” Si ella supiera el objetivo de Erica, podría planear cómo lidiar con eso. “No sé cómo funciona tu vitalidad anormal, pero confías demasiado en ella. Estás completamente indefenso”, declaró Aria. Luego corrió directamente hacia Erica.

“¿Oh?” Sorprendida por la elección de cargar hacia adelante después de estar tan preocupada por un contraataque, Erica levantó su bastón con curiosidad.

“… ¿Oh?” Erica miró a su alrededor. En algún momento, Gouki se había colocado detrás de ella, donde estaba ahora, posando al final de balancear su espada. Con los aliados de su lado,  no había necesidad de que adoptaran un enfoque uno a uno con miedo a los contraataques. Podrían enviar a alguien para hacer un ataque sorpresa por la espalda.

“Es tal como lo describieron los jóvenes. Eres realmente un aficionado al combate, completamente abierto al ataque. No deja un buen sabor de boca, pero…”

Con un silbido de viento, Gouki sacudió la sangre de su espada. La cabeza de Erica rodó por el suelo.

“Tú mismo dijiste que eran dos contra uno, ¿no?” Aria dijo, apuñalando su espada a través del corazón de Erica desde el frente. Si su oponente no muriera con una espada en el corazón, simplemente la decapitarían. Luego apuñalarla en el corazón además de eso.

“¡Ooh, Señora Santa!” Justo cuando Aria retiró su espada, Gilbert fue testigo de la terrible vista y gritó. Trató de correr hacia Erica a toda prisa.

“Tu oponente está aquí,” intervino Kayoko, deteniéndolo. “¡Ngh! ¡Muévete, bruja!” Gilbert gritó con furia.

En contraste, toda la calidez se esfumó de la expresión de Kayoko. “…”

“Está bien, Gilbert”. La cabeza separada de Erica desapareció. En el momento siguiente, se volvió a unir al cuerpo del que debería haberse separado. Erica había llamado a Gilbert con un agujero en el pecho.

“¡¿Qué?!” Aria inmediatamente se alejó de Erica. “Qué misterioso…” Gouki también saltó hacia atrás.

¿Era realmente humana?” Miraron a Erica con asombro.

“¿Eso no fue suficiente para matarla…?” Aria murmuró en estado de shock.

“Extraño, ¿no? Lo he probado yo misma, ya sabes. Si me cortas la cabeza y la quitas de mi cuerpo, una desaparecerá y se volverá a unir a la otra. Al principio, perdí el conocimiento cuando morí, pero incluso eso dejó de suceder”. Erica se tronó el cuello como para probar la fuerza de la unión.

“¿Eres realmente un humano?”

“Me pregunto eso mismo”. Erica casualmente estuvo de acuerdo con los sentimientos de Aria.

“¡Oh, Señora Santa! ¡Gran heroína! ¡Realmente eres un agente de los dioses! ¡Estoy convencido de eso aún más ahora!” Gilbert gritó, regocijándose por el renacimiento de Erica.

“Así es, soy un agente de los dioses. Por eso es mi deber presentar a todos la respuesta que sólo los dioses saben. Hasta que termine mi deber, no puedo morir.”

Ya sea que realmente pensara eso o simplemente estuviera jugando su papel de Santa, Erica hizo su declaración dramáticamente.

“¡Eso es imposible!” “Hmm…”

Al darse cuenta de que se enfrentaban a una existencia inhumana, Aria y Gouki dejaron escapar ruidos de ansiedad.

“Humanos estúpidos. Déjame preguntarte una vez más. ¿Serán realmente ustedes los que me maten? ¿Eres capaz de tal cosa?”

“…”

Ni Gouki ni Aria pudieron responder.

“Por favor mátame. Si puedes, eso es.” La esencia mágica que fluía del cuerpo de Erica surgió de repente.

Santo cielo… ¿Todavía tenía esta esencia mágica escondida?

Gouki se sorprendió por su poder abrumador. Pero por el bien de su maestro, no podía retroceder. No tenía absolutamente ninguna intención de perder.

Así, se reanudó la batalla con la Santa.

***

La batalla de Kayoko y Gilbert también se reanudó.

“¡Bwahahaha!” Gilbert se estaba riendo más fuerte de lo que nunca se había reído en su vida. Estaba agradecido por sus dos resurrecciones y el hecho de haber conocido su existencia sublime hoy.

Kayoko balanceó sus dos kodachi con una mirada de disgusto en su rostro. Frente a ella, Gilbert tenía un cuchillo de mango largo en la mano izquierda y un cuchillo arrojadizo de mango corto en la derecha. La fuerza de las mejoras de su cuerpo físico parecía ser igual cuando intercambiaron golpes entre ellos.

En medio de uno de esos intercambios, Gilbert lanzó otro cuchillo arrojadizo con la mano derecha relajada a su lado. Lo arrojó con un chasquido de su muñeca, resultando en casi ningún movimiento de advertencia.

Habría sido imposible reaccionar sin mirar sus manos. Pero ya había usado el mismo tipo de ataque en Kayoko.

“…” Kayoko desvió el cuchillo con una mirada aburrida. “Heh”.

Gilbert sonrió mientras se movía para soltar el cuchillo en su mano izquierda en el cuerpo de Kayoko. Retorció su brazo como una serpiente para alterar la trayectoria del cuchillo, pero Kayoko usó el kodachi en su mano derecha para golpear el filo del cuchillo antes de que pudiera cambiar de rumbo.

“¡Impresionante, pero…!” Gilbert se tambaleó hacia atrás, la mano izquierda retrocedió por el desvío. Su mano derecha había perdido el cuchillo arrojadizo, por lo que estaba lleno de aberturas en su postura actual. Al menos eso es lo que parecía.

Kayoko dio un paso adelante para perseguirlo. Gilbert aprovechó el impulso del retroceso para balancear su cuchillo izquierdo y detenerla. Pero el kodachi en la mano derecha de Kayoko detuvo el cuchillo, lo que le permitió golpear al kodachi en su mano izquierda en su plexo solar desprotegido.

“¡Guh!” Gilbert gruñó mientras empujaba su hombro derecho hacia adelante para evadir el golpe. Esto inevitablemente hizo que su mano izquierda con el cuchillo tirara hacia atrás. El kodachi en la mano izquierda de Kayoko se deslizó a través del espacio vacío.

“¿Hmm…?” La boca de Gilbert estaba torcida en una sonrisa. Pero cuando escuchó el chirrido del metal chocando frente a él, sus ojos se abrieron como platos. Inmediatamente miró hacia abajo.

“Tus técnicas son realmente tortuosas”.

El kodachi en la mano derecha de Kayoko se sostuvo contra algo que Gilbert sostenía en su mano derecha. “Algo”, porque el objeto no se podía ver. El objeto invisible era en realidad la espada encantada con forma de cuchillo de Gilbert.

“¿Pudiste verlo…?” Gilbert preguntó con asombro.

“No. El arma invisible estaba más allá de mis expectativas. Pero asumí que estabas haciendo algo con tu mano derecha, así que pude manejarlo. Dije que tenía experiencia en lidiar con los trucos de los asesinos, ¿no es así?”

Kayoko lo hizo sonar simple, pero era un cuchillo invisible, el arma perfecta para atrapar a alguien desprevenido. En todo caso, ella era la extraña por bloquearlo con tanta naturalidad.

“Ha ha, qué formidable. Es la primera vez que alguien bloquea el ataque de esta espada encantada, ya sabes. Y que me ganen en mi propio juego…”

Usando el kodachi en su mano izquierda, Kayoko atravesó a Gilbert en el corazón. Luego sacó su espada y rápidamente retrocedió.

“Oh, Santa…” Gilbert llamó a Erica, luego se derrumbó.

“Finalmente, un poco de tranquilidad”. Kayoko suspiró con molestia y volvió su mirada hacia la pelea de Gouki.

***

Erica vio a Gilbert herido de muerte. Hizo una pausa en medio de la batalla, ignorando a Gouki y Aria para correr hacia él.

“Gracias por tu sacrificio, Gilbert”, le dijo.

“Soy… indigno… de tales palabras…” Gilbert cerró los ojos con una expresión satisfecha.

“Que descanse en paz.” Erica clavó el extremo de su bastón en el suelo en una oración silenciosa. Varios segundos después, el suelo se dobló para tragarse el cuerpo de Gilbert.

“Puede que no mueras con una espada en el corazón, pero ¿no nos estás ignorando demasiado?” Dijo la voz de Kayoko detrás de ella.

Al momento siguiente, una cuchilla de agua atravesó el corazón de Erica desde atrás. Quien la había atacado era Kayoko. El kodachi en su mano se había extendido a través de las artes espirituales, creando una hoja para perforar el pecho de Erica.

“Ni siquiera me permitirás dar un entierro adecuado… Qué tristeza”, suspiró Erica con tristeza, con el corazón todavía en un estado de pincho. La sangre brotó de la herida, manchando el suelo donde estaba enterrado Gilbert.

“Escuché que ordenaste a la bestia de la tierra que atacara a tus propios camaradas. ¿Y ahora estás enterrando aliados en medio de la batalla? Ese es un cambio de opinión bastante dramático”, dijo Kayoko, mirándola fríamente por la espalda.

“Me acababa de conocer, pero creía fielmente en mis palabras. Creí que era digno de mi compasión. Sin embargo…”

Erica había estado de pie con el extremo de su bastón clavado en el suelo, pero al momento siguiente, lanzas de tierra se dispararon desde el suelo hacia los pies de Gouki, Aria y Kayoko.

“¡¿Eh?!” Todos saltaron a un lado a la vez.

“No tendré ninguna compasión por ti”. Erica los miró con ojos vacíos.

“Cielos. Pelear contra un oponente que no muere por apuñalamientos y cortes es bastante desagradable, ¿no es así?” La batalla parecía haber dejado un regusto amargo en la boca de Gouki, mientras fruncía el ceño avergonzado.

“Pero no tenemos más remedio que seguir matándola. Tantas veces como sea necesario, no importa cuántas veces reviva”, dijo Kayoko rotundamente.

“Afortunadamente, esta mujer es una aficionada al combate. Tenemos todas las oportunidades que necesitamos” estuvo de acuerdo Aria, preparando su espada.

“Heh heh heh. Vamos, ven a mí entonces.” Erica preparó su bastón tranquilamente.

“Hmph”. Gouki desapareció. Se acercó a ella con el hechizo de movimiento que usó Rio, Shukuchi acuñado por Satsuki, y balanceó su espada al pasar.

“Oh vaya…” El cuerpo de Erica se dividió en dos. Pero las dos piezas se juntaban como si el tiempo retrocediera. Para evitar eso, Kayoko conectó una patada con la rodilla en la parte superior del cuerpo de Erica y la envió volando.

“Magicae Displodo”. Aria persiguió la parte superior del cuerpo de Erica mientras cantaba un hechizo. Un círculo mágico apareció ante la mano izquierda que había extendido. En el tiempo que tardó en activarse el hechizo, Aria saltó, alcanzando el cuerpo de Erica y estrelló el cañón de esencia contra ella a quemarropa.

“¡Haaah!”

El grueso haz de luz se tragó el cuerpo de Erica. Sin embargo…

“Así que también puedes resistir un hechizo de ataque de clase intermedia de cerca”, murmuró Aria, frunciendo el ceño con desprecio.

“¿Estás satisfecho ahora?” La voz de Erica llamó desde donde yacía su mitad inferior. En algún momento, había regresado a su estado ileso y volvió a ponerse de pie.

“¡Hmph!”

Pero Gouki y Kayoko atacaron de inmediato, perforando su corazón y garganta respectivamente.

“Esto es lo máximo que he muerto en tan poco tiempo”.

Mientras decía esas palabras, Erica balanceó su bastón. Gouki y Kayoko inmediatamente saltaron para evitar el ataque. Una vez que Erica terminó de balancearse, Aria le cortó los brazos que sostenían el bastón. Usando el impulso de su movimiento, giró su espada y cortó el cuerpo de Erica con un golpe de regreso.

“¿Cuándo aprenderán ustedes?” Erica murmuró con cansancio. “Nadie me puede parar.” Ella levantó su bastón.

***

Mientras tanto, Rio y Aishia estaban bajo ataque. “¡RAAAH!”

La bestia de la tierra abrió su boca. La luz se reunió rápidamente, apuntando al lugar donde estaban Erica y los demás.

“¡No!” Rio había experimentado el ataque antes, por lo que sabía que la bestia de la tierra estaba a punto de disparar contra todos donde se encontraba Erica. Esto le permitió a él y a Aishia reaccionar rápidamente. Se fijaron en la cara de la bestia, que se había detenido para apuntar.

“¡No te dejaré!” Rio lanzó una explosión de esencia mágica. Aishia creó tres orbes de luz, disparándolos a las tres cabezas de serpiente.

“¡¿RAH?!”

Un total de cuatro explosiones ocurrieron a la vez. Por un breve instante, el mundo se volvió blanco cuando un tremendo ruido retumbó en el área. La fuerza de la explosión voló la cabeza de la bestia, haciendo que pedazos de su cráneo salieran volando. Pero Rio y Aishia sabían que esto no era suficiente para derrotarlo, ya lo habían dañado hasta este punto innumerables veces.

Esto no era nada para la bestia de las habilidades superregenerativas de la tierra. Rio y Aishia se prepararon, observando cuidadosamente el próximo movimiento de la bestia. Las piezas de su cabeza ya se estaban regenerando rápidamente.

“Ruuuh…”

Estaba extrañamente tranquilo. Hace poco tiempo, había estado arrasando violentamente con una furia loca, pero ahora había una extraña claridad en sus ojos.

“¿Qué?  De  repente  se  calmó…”  dijo Rio, confundido al notar la anormalidad.

“¿Luchó lo suficientemente salvaje como para calmarse?” “No, no creo que sea eso…”

Eso no sonaba posible, pero era cierto que se había calmado.

Qué hacer…

Podrían usar esta oportunidad para atacarlo, pero sería una pérdida de energía si no pudieran derrotarlo. No parecía que la bestia estuviera a punto de atacar, así que decidieron observarla un poco más.

“Grrr…”

La bestia de la tierra se detuvo mientras miraba fijamente a Erica. Luego, por alguna razón, miró a Aishia. Finalmente, miró hacia el lago. La bestia miró entre esos tres puntos una vez más.

“¿Desapareció…?”

Como un espíritu que regresa a su forma espiritual, la bestia de la tierra se desvaneció.

***

Mientras tanto, justo antes de que la bestia de la tierra desapareciera… “¡Bwahaha! Sir Haruto nos salvó la vida.”

Gouki había notado que la bestia de la tierra les apuntaba, pero Rio y Aishia la detuvieron de inmediato. Esa comprensión lo hizo estallar en carcajadas.

“Cielos. Si tan solo hubiera muerto en ese entonces”, suspiró Erica, mirando a Rio con molestia.

“Kayoko, ¿te has dado cuenta? Cuanto más la matemos, más rápido se curará de sus heridas”, dijo Gouki a Kayoko, que estaba de pie a su lado, sin apartar los ojos de Erica.

“Sí, y sus movimientos son cada vez más rápidos. Las cosas pueden complicarse un poco si ella llega más rápido que esto”.

“A este ritmo, me voy a quedar sin esencia mágica…” murmuró Aria. “Hmm. ¿Cómo debemos lidiar con esto…?”

En su estado actual, no habían tenido éxito en nada más que ganar tiempo. Y a este ritmo, incluso su capacidad para hacerlo parecía limitada. Gouki tarareó en sus pensamientos, considerando sus opciones para salir de esta situación.

“Heh heh heh. Todavía estoy rebosante de poder. A este ritmo, ni siquiera necesitaré a la bestia de la tierra para…” Erica interrumpió la mitad de la oración. “¿Por qué… por qué la bestia de la tierra…?”

La bestia había desaparecido. Los ojos de Erica se abrieron con sorpresa, a pesar de que debería haber sido ella quien lo controlara.

“¡Aaaaaah!”

De repente, a pesar de haber soportado numerosos ataques sin siquiera estremecerse hasta ahora, Erica de repente se agarró la cabeza y gritó.