Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 20

Capitulo 9: Cruzada

Parte 1

 

 

La bestia de la tierra apareció en las afueras de Greille. Su rugido resonó en el aire, llegando al ejército de Galarc estacionado en las llanuras lejos de la ciudad, la base junto al lago detrás de ellos, e incluso las ciudades y pueblos vecinos.

“Esa es la bestia de la tierra que Su Majestad describió… Yo tenía mis dudas, pero…”

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Liderando el ejército de Galarc estaba el comandante adjunto de la Primera Orden de los Caballeros de Galarc, William Lopes. Con su lanza encantada en la mano, tembló ante la presencia de la bestia. Incluso alguien con tanta experiencia como él estaba casi congelado hasta la médula y paralizado por el miedo.

“¡Debemos retirarnos inmediatamente! ¡Todas las fuerzas, en retirada!

¡Retirada! ¡Regresa a la base en el lago! ¡Cambia de rumbo ahora!”

Sin embargo, William fue un comandante brillante. Habiendo recibido órdenes del rey Francois por adelantado, gritó la orden de retirada a las tropas.

Las tropas eran todos soldados profesionales con entrenamiento y experiencia. También fue una suerte que Francois hubiera limitado la escala del ejército para que pudieran ser más móviles en caso de emergencia. Pero el hecho de que el ejército solo estuviera compuesto por caballería, otra decisión tomada teniendo en cuenta la movilidad, fracasó. Los caballos y grifos que habían sido criados para el ejército estaban tan asustados que no se movían según lo ordenado. Algunas personas fueron arrojadas de sus caballos y el ejército cayó en desorden.





***

 

 

Dentro de la ciudad, los residentes temblaban de manera similar ante la aparición de la bestia de la tierra, que era del tamaño de una pequeña montaña.

“…”

Estaba parado fuera de la ciudad de espaldas a los residentes; si los hubiera estado mirando, probablemente habrían entrado en pánico. No, no sería extraño que entraran en pánico de todos modos, si seguían sin tener una explicación con respecto a la bestia. Sin embargo…

“¡Todo el mundo! ¡Ese es un milagro creado por la Santa Erica!”

“¡Es la bestia de la tierra, y es nuestro aliado! ¡Tenga la seguridad de que está de nuestro lado!”

“¡Santa Erica es tanto una santa como una heroína!”

La gente de la Santa República Democrática de Erica conocía a la bestia de la tierra. Inmediatamente llamaron a los residentes, asegurándoles que era amigable.

“¡La bestia de la tierra obedece mis órdenes! Como prueba, podéis ver cómo permanece inmóvil a la espera de mi orden. ¡Ahora le daré una orden a la bestia, la orden de proteger a todos y eliminar al ejército de Galarc fuera de estos muros! Erica dijo, tratando de enfatizar la inofensividad de la bestia de la tierra.

“¿Puedes perdonarlos a todos? Los declararon traidores sin escuchar lo que tenían que decir. Te tratan como basura y te tiran. ¡¿Puedes olvidarte de la clase noble por eso?!” preguntó a la gente, incitándolos. “¡No puedo!

¡La forma en que la nobleza decide el valor de los demás y se coloca en la cima es un mal imperdonable de este mundo! ¡Tales personas deben ser borradas de este mundo! Es por eso que les pregunto a todos: ¿pueden realmente perdonar a la realeza y la nobleza fuera de esta ciudad?”

Sus palabras sinceras parecieron golpear los corazones de los que escuchaban, mientras las voces comenzaban a elevarse por la plaza.

“¡No puedo perdonarlos!” “¡Así es!”

La frustración de estar constantemente oprimido normalmente no tenía adónde ir. Pero ahora se les decía que estaba bien liberar esos sentimientos, razón por la cual sus emociones estallaron.

“¡Sin embargo, los humanos no deben luchar por el odio! ¡Luchar por el odio es otro mal, no debes atacar a otros por rabia!” Erica predicó sus ideales. “Juzgar el mal en este mundo es un deber especial otorgado a los dioses. ¡Ustedes no son dioses, por lo que deben permanecer buenos a través de sus acciones!”

Erica continuó llamando a la gente, aconsejándoles que no se vuelvan al mal.

“La venganza es mía. Yo responderé. ¡Tú rabia es mi rabia! ¡Es por eso que, como héroe y agente de dios, ejecutaré el juicio en nombre de todos!” ella declaró grandiosamente.

“¡Síiiiiii!”

“¡Gran Héroe!” “¡Santa Erica!”

“¡No le tenemos miedo al duque! ¡El ejército no nos asusta!”. “¡Te seguiremos a ti y a tu bestia de la tierra!”


“¡Aquellos con voluntad de luchar, levántense!” “¡Santa Erica nos llevará a la victoria!”

“¡Es una cruzada! ¡Sí, esto es una cruzada!”

Las voces llamaron a través de la plaza una tras otra.

Los ánimos de la gente se habían elevado al máximo. Hubo algunas partes del discurso de la Santa que no entendieron, pero sus sentimientos habían sido transmitidos.

Sin embargo, por un breve instante, hubo una mirada fría en los ojos de Erica.

“¡Los malvados recibirán el castigo divino que se merecen! ¡Todos, esto es una cruzada! ¡Ahora vete, bestia de la tierra!” ella ordeno.

Sin embargo, en la cabeza de la bestia divina que fruncía el ceño fuera de la ciudad como un perro guardián había un joven vestido de negro, blandiendo su espada. era Río. Inmediatamente después de que terminó de balancearse, se lanzó un rayo de luz que se tragó la cabeza gigante. El enorme cuerpo de la bestia de cuatro patas tropezó y se hundió.

“Así que sobrevivió. Lo sabía.” Erica sonrió, mirando a Rio arriba.

Rio y Aishia notaron la apariencia de la bestia de la tierra justo cuando terminaron su interrogatorio y estaban a punto de abandonar el edificio.

“¡WROOOOOOH!”

El rugido monstruoso se podía escuchar a través de las gruesas paredes.

“Oh no…” Rio murmuró amargamente.

Estaba dentro del edificio, por lo que no podía ver lo que había sucedido, pero solo sabía una cosa que hacía tanto ruido. Al mismo tiempo, la información que obtuvo del interrogatorio se volvió inútil.

Iré a comprobar. Aishia inmediatamente se convirtió en su forma espiritual, deslizándose a través de la pared.

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Estaré justo detrás de ti, respondió Rio, ya corriendo. Abrió de golpe las puertas del balcón del edificio y salió disparado, elevándose directamente a los cielos.

“¡Lo sabía…!”

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El monstruo tenía docenas de metros de altura, lo que lo hacía extremadamente fácil de detectar.

Todavía no ha comenzado a arrasar.

Como informó Aishia, la bestia de la tierra todavía estaba congelada por alguna razón. A lo lejos, se podía ver a William apresuradamente haciendo que las tropas de Galarc retrocedieran. La bestia estaba de espaldas a la ciudad, por lo que aún no se había dado cuenta de que Rio flotaba detrás de ella.

Lo peor está por suceder. Tengo prisa.

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Sin esperar la respuesta de Aishia, Rio se acercó a la bestia de la tierra.

Okay…

Aishia parecía estar molesta por algo, su respuesta llegó un segundo tarde.

Esto se debió a que su visión en forma de espíritu era diferente a la de su forma materializada. En este momento, ella era capaz de ver visualmente las oleadas de presencias espirituales que normalmente no podía detectar.

¿Qué he olvidado?

Una vez más, estaba a punto de recordar algo. Cada vez que miraba a la bestia de la tierra, ese sentimiento se intensificaba. Solo necesitaba un último empujón.

¿Aishia?

Rio no pudo ver a Aishia en su forma espiritual, pero probablemente sintió algo extraño en su respuesta poco entusiasta antes. Gritó su nombre con preocupación.

… ¿Qué?

Hubo una pequeña pausa, pero Aishia respondió en su tono habitual. En el tiempo que había estado absorta en sus pensamientos, Rio había llegado a los cielos sobre la plaza donde se encontraba Erica.

Erica estaba en medio de dar su discurso a los residentes. Ya sea porque estaba a mitad de un discurso o porque aún no había dado una orden, la bestia de la tierra no se movía. De cualquier manera, Erica ciertamente tenía el control de la bestia.

La Santa está en la plaza. Tres de las personas con las que vinimos están muertas. El hombre llamado Gilbert sigue vivo, pero…

¿Esos hombres le hicieron algo a la Santa?

Más probable. Eso es probablemente lo que incitó a los residentes. Aprovecharé esta oportunidad para hacer un ataque preventivo a la bestia. Por favor, vaya e informe de esta situación a Su Majestad en la base. Diles que nos dejen y corran.

Está bien.

Voy a empezar a almacenar esencia mágica.

Rio sacó su espada. Vaciló por un momento, preguntándose si atacar primero a Erica o a la bestia de la tierra, pero se decidió por la que podría causar más daño. Además, no había garantía de que la bestia de la tierra desapareciera si Erica fuera derrotada primero de todos modos.

Vuelvo enseguida.

Aishia comenzó a moverse en su forma espiritual. Podría viajar más rápido si se materializara y se acelerara con artes espirituales, pero no quería correr el riesgo de ser detectada por la bestia. Es por eso que planeó esperar el momento en que Rio atacó antes de materializarse.

“¡Como héroe y agente de Dios, ejecutaré el juicio en nombre de todos!”

En el suelo, el discurso de Erica estaba llegando a su clímax. Los residentes comenzaron a rugir de emoción.

Okay…

Rio pudo refinar la esencia mágica requerida. Condensó toda la esencia en su espada, sin dejar escapar la más mínima cantidad.

“¡Los malvados recibirán el castigo divino que se merecen! ¡Todos, esto es una cruzada! ¡Ahora vete, bestia de la tierra!”

Mientras Erica decía esas palabras, Rio se acercó a la bestia de la tierra desde varios cientos de metros de distancia, apuntando directamente a su cabeza.

“¡Hah!” Lanzó un poderoso golpe en su punto vital. La cabeza de la bestia estaba envuelta en luz, tropezando hacia adelante mientras sus cuatro patas perdían el equilibrio.

¡Eso no fue suficiente!

Rio preparó su espada una vez más, cambiando rápidamente de rumbo en el aire y apuntando a la parte trasera de la bestia. Las cabezas de serpiente al final de sus tres colas tenían la boca abierta, listas para disparar una ráfaga de luz, hasta que Rio las cortó con una hoja de luz similar.

Después de eso, continuó refinando la esencia mágica para crear explosiones gigantes de luz dirigidas a la base de la cola y el cuerpo de la bestia.

“¡GRAAAAAAH!”

La bestia de la tierra de repente saltó hacia arriba, intentando volar a Rio que flotaba sobre su espalda.

“¡¿Eh?!” Rio usó el viento para moverse como una hoja, evadiendo a la bestia. La bestia de la tierra todavía estaba llena de vida, mostrando toda su hostilidad hacia Río. Había sido dañado por los ataques de Rio, pero las heridas se estaban curando ante sus ojos.

Como sospechaba… Estaba fingiendo estar muerta la última vez que le corté el cuello.

Todavía no tenía idea de cuánto daño se necesitaría para derrotar a esta bestia. Pero tenía que intentarlo de todos modos.

Mientras tanto, en los cielos lejos de la ciudad, Aishia se materializó. “¡RAH!”

La bestia de la tierra se dio la vuelta en su dirección con un sobresalto. Miró a Aishia con clara hostilidad, y las tres cabezas de serpiente al final de su cola abrieron la boca hacia ella. La esencia mágica se reunió para que pudiera disparar una ráfaga.

“¡¿RRAAAAGH?!”

Sin embargo, Rio aterrizó un corte de viento en el abdomen de la bestia. El torso de cien metros de largo de la bestia se sacudió violentamente en el aire.

“Tu oponente está aquí”. No creía que pudiera entender palabras, pero le habló de todos modos.

“¡GRAAAAAAH!”


La bestia de la tierra miró a Rio con molestia y rugió. Así, se reanudó la batalla entre Río y la bestia de la tierra.

***

 

 

En su forma materializada, Aishia recorrió los últimos cinco kilómetros de la distancia al lago en medio minuto. Vio a Miharu y los demás fuera de una tienda de campaña y aterrizó junto a ellos.

Celia, Satsuki, Francois y todos los demás miraban a la bestia de la tierra con expresiones de dolor.

“¡Ai-chan!” Entre ellos, Miharu gritó, corriendo primero hacia Aishia.

“Chica espíritu—Aishia. ¿Es esa la bestia de la tierra? Parece que está peleando con alguien…” preguntó Francois con una mirada tensa.

“Sí. Haruto está evitando que se vuelva loco. El ejército se está retirando a esta base en este momento, así que huye en las aeronaves encantadas inmediatamente una vez que lleguen aquí.”

“Ya veo… Está bien, entiendo”. “También…”

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Aishia estaba a punto de continuar hablando, cuando—

“¿Es esa la bestia de la tierra? ¡¿Amakawa está luchando contra esa cosa?!” El Duque Gregory gritó desde el lado de Francois.

“Eso es lo que acaba de decir”.

“¡No, simplemente no pensé que sería un monstruo así…!”

“Hmm. Eso es porque, para empezar, no creías que la bestia de la tierra existiera. Pero no hay tiempo para tratar contigo en este momento. Espera, Clement”, dijo Francois, despidiendo al duque Gregory con molestia.

“Voy a pelear con él. No te preocupes por nosotros cuando huyas.” “Está bien. Lo lamento.”

Pero  el duque  Gregory  ignoró  la situación en cuestión.  “¡Espera!

¡¿Amakawa está luchando contra ese monstruo?! ¡¿Qué pasó con la eliminación de la Santa?! ¡¿Fracasó?!” continuó, acosando a Aishia con preguntas.

“Eso no es lo que pasó. Haruto y yo estábamos dentro del consulado cuando despertó. Vimos a tres de sus subordinados muertos en la plaza. Probablemente empezaron algo.”

Aishia explicó lo que sucedió y luego supuso por qué.

Francois inmediatamente miró al duque Gregory con recelo. “Clement.

¿Qué ordenó a sus hombres que hicieran?

“¡Qué… N-No sé nada! ¡Esa mujer está divagando puras tonterías! ¿Por qué te infiltraste en el consulado? ¡¿Y por qué estabas con el equipo de reconocimiento en primer lugar?!” El duque Gregory gimió de pánico.

“¡Basta de esto, Clement! ¿Realmente vas a hacer un lío más grande con esta situación y arriesgarte a mi ira?”

“Ah…”

El duque Gregory palideció y cerró la boca de golpe ante la inusual explosión de ira de Francois.

“Esta  es  una  situación  de  emergencia. Debe  prepararse  para  la evacuación. ¿Tu respuesta?”

“E-Entendido. Me disculpo por armar un escándalo…”

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Apretando los dientes ante la mezcla de pánico, incertidumbre, ira y miedo, el duque Gregory los dejó.

“Voy a volver, entonces. La santa está viva, así que también tenemos que derrotarla”, dijo Aishia, sin mostrar interés en el duque Gregory mientras se daba la vuelta. Pero justo cuando estaba a punto de volar de nuevo, Gouki la llamó.

“Un momento por favor, Lady Aishia.” “¿Sí?”

“Deja la subyugación de la Santa a Kayoko ya mí. Ustedes dos concéntrense en derrotar a la bestia de la tierra. Partiremos justo después de ti.”

“De acuerdo. Gracias. La Santa estaba en la plaza de la ciudad. Pero es posible que ya se haya mudado.”

“Está bien.” “Hasta entonces.”

Con eso, Aishia se fue volando. “La escuchaste. Vamos, Kayoko.” “Si cariño.”

Era natural para ellos ayudar a su maestro. Kayoko no expresó objeciones mientras asentía en silencio.

“En ese caso, por favor monta en Ariel. Te acompañaré”, dijo Orphia, ofreciendo a Ariel como medio de transporte.

“Apreciaríamos eso”, aceptó Gouki, inclinando la cabeza. “Vámonos de inmediato. Deberíamos dirigirnos a un espacio abierto para nuestra partida.”

Luego, comenzó a alejarse, en dirección a un espacio abierto donde Ariel podría materializarse, cuando…

“¡Espera!” Celia y Liselotte estaban juntas. Aria, que estaba detrás de ellos, fue quien detuvo a Gouki.

“Ustedes dos no saben cómo es la Santa. ¿Considerarías llevarme contigo?” preguntó Aria, buscando el permiso de Gouki y Kayoko para acompañarlos. Luego se volvió hacia su maestra, Liselotte, para que hiciera lo mismo. “Lady Liselotte, tengo una gran deuda con Sir Amakawa. También tengo una cuenta que saldar con Santa Erica. Eres mi amo y señor designado, así que por favor concédeme permiso para ir”.

“Puedes irte, pero tienes que regresar”, estuvo de acuerdo Liselotte, respetando las intenciones de Aria. Luego se volvió hacia Gouki y Kayoko.

“Ella es mi subordinada más hábil, así que creo que te será de ayuda.

¿Está bien si ella te acompaña?” “Estaríamos felices de tenerla. Vámonos.”

Gouki se fue, llevándose a Kayoko, Aria y Orphia con él.

“Nos concentraremos en proteger la base. Los ataques de la bestia de la tierra pueden volar de esta manera”, sugirió Sara.

“Hel e Ifritah también podrían necesitar ayudar”, estuvo de acuerdo Alma.

Al escuchar eso, Miharu se ofreció a suministrar su esencia mágica. “En ese caso, proporcionaré la esencia que necesitan para materializarse. Ustedes dos deberían salvar su esencia”.

***

 

 

Mientras tanto, Rio se enfrentaba a la bestia de la tierra en una batalla cuerpo a cuerpo.

“¡GRAAAGH!”

La bestia golpeó a Rio como si fuera una molesta mosca zumbando alrededor de su cuerpo. No habría sido sorprendente que una criatura de su tamaño creara terremotos con cada salto, pero Erica debe haberle ordenado que no dañara la ciudad, ya que sus aterrizajes fueron sorprendentemente ligeros.

“¡¿RAH?!”

Cada vez que Rio veía una abertura, envolvía su espada en viento y luz y creaba un ataque cortante de veinte metros de largo, apuntando al cuerpo de la bestia.

De un vistazo, luchar a una distancia tan cercana parecía peligroso, pero el ataque más problemático que poseía la bestia de la tierra era el ataque de aliento que liberaba de su boca y cola. Al mantenerse cerca de su cuerpo, Rio logró sellar esos movimientos. En ese sentido, parecía tener la ventaja. Sin embargo…

Se cura rápidamente cada vez que lo daño.

Sus ataques en sí mismos parecían ser efectivos, pero no había forma de saber cuánto. ¿No había límite para la recuperación de la bestia? ¿Cuánto daño se requería para una herida fatal? ¿Eventualmente caería si continuaba atacándolo? No había forma de saberlo.

Al menos puedo ganar algo de tiempo, pensó. “GRRR…”

La bestia de la tierra detuvo su ataque a Río y dejó de moverse.

¿Qué está pensando?

Tenía un mal presentimiento al respecto, pero Rio continuó con sus ataques.

“¡RRRGGH!” La bestia de la tierra lo soportó inmóvil; de hecho, parecía que no se vio afectado en absoluto.

¡¿Qué?! Justo cuando Rio lanzó otro corte, la bestia torció su cuerpo. Al momento siguiente, usó el ataque de Rio para cortarse la cola.

“¡RAAAGH!”

Las tres colas comenzaron a volar por su propia voluntad, acelerando hacia el ejército de Galarc que todavía se estaba retirando, y la base con Miharu y los demás más allá.

“¡No!” Rio trató de perseguir las colas con nerviosismo. “¡GRAAAH!”

Pero en el momento en que dio la espalda, la bestia de la tierra dejó escapar un suspiro de su boca.

***

 

 

Desde la plaza donde se encontraba Erica, parecía como si Rio hubiera sido tragado por el aliento de la bestia.

“¡WHOOO!”

Los vítores brotaron de los residentes. Estaban preocupados cuando Rio apareció por primera vez de la nada y se enfrentó a la bestia, por lo que estaban claramente aliviados por este giro de los acontecimientos.

“¡Ha! ¡Ha ha!”

“¡Se quedó impresionado!” “¡No quedará nada de él!” Todos se reincorporaron.

“¿Viste eso? ¡Sus ataques son impotentes ante la bestia de la tierra! ¡Pero lo contrario no se aplica! ¡Era el guerrero más fuerte del enemigo, y ahora está derrotado! ¡Este es el momento de marchar hacia adelante! ¡Déjanos ir!”

Erica eligió este momento para empezar a correr hacia la puerta de la ciudad.

“¡Sigue el ejemplo de la Santa Erica!”

“¡La victoria será nuestra con la guía de la Santa Erica!” “¡El ejército del reino tampoco tendrá ninguna posibilidad!” “¡A la cargaaaa!”

“¡Raaaah!”

Los residentes fueron completamente arrastrados por su euforia. La mayoría de las personas en la plaza no llevaban armas, pero salieron corriendo por la puerta completamente desarmados.

***

 

 

Mientras tanto, Rio acababa de acelerar hacia un lado, escapando del rango de ataque del aliento dirigido a su espalda. Sin embargo, hacerlo hizo que se quedara muy atrás de las colas que volaban delante. Rio los persiguió tan rápido como pudo.

“¡GRAAAH!”

La bestia de la tierra usó otro aliento para impedir que Rio la persiguiera. “¡Ngh!”

Aishia protegería la base junto al lago incluso si Rio no la persiguiera, pero existía la posibilidad de que el ejército en retirada sufriera daños.

En ese momento, un grueso haz de luz se disparó desde la dirección del lago. Golpeó sucesivamente a las tres colas con cabeza de serpiente, repeliéndolas en el aire.

¡Aishia!

Rio pudo ver que era Aishia quien había emitido el arte. Ella procedió a crear enormes orbes de luz y los disparó con rápida sucesión y precisión. Una intensa explosión ocurría con cada impacto, tragándose las colas indefensas.

“¡Hssshah!” las colas sisearon.

“¡GRRRAH!” rugió la bestia; trató de interrumpir a Aishia con un suspiro.

“¡No te dejaré!” Rio gritó, inmediatamente cortando profundamente el cuello de la bestia para desviar su objetivo. Las colas sufrieron un aluvión de ataques de Aishia en ese momento, y finalmente se volvieron incapaces de mantener su forma. Se dispersaron en el aire como un espíritu dejando su forma material, desapareciendo por completo.

“Siento llegar tarde”, dijo Aishia, apareciendo justo al lado de Rio. “No, llegaste justo a tiempo. Gracias.”

Realmente me salvaste, Rio estaba a punto de decir, cuando— “¡GRUUUH!”

La bestia de la tierra abrió la boca de par en par, acumulando esencia mágica para su próximo ataque.

“¡Ha!”

“Fuera del camino.”

Rio y Aishia activaron sus artes espirituales antes de que pudiera atacar. Ambos crearon enormes bolas de fuego al mismo tiempo, disparándolas a la boca de la bestia.

“¡RAH…!”

La explosión en su boca hizo callar a la bestia de una sola vez. Aishia aprovechó esa oportunidad para darle a Rio una actualización de lo que sucedió.

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“Gouki y los demás dijeron que les dejara el Santo. Pidieron que nos concentráramos en acabar con la bestia de la tierra”, dijo.

Por un breve momento, Rio pareció oponerse a la idea de que Gouki trajera a más personas a esta zona peligrosa. Pero no tuvo el tiempo libre para manejar ambos cuando la bestia siguió regenerándose en el lugar, por lo que se decidió por su única opción.

“Ya veo. En ese caso…”

“Sí. Derrotaremos a esta cosa.”

Incluso si no podían derrotarlo, tenían que reprimirlo para evitar que causara daño a los demás. Rio y Aishia inmediatamente se giraron para atacar juntas a la bestia de la tierra. Para entonces, la bestia había regenerado casi por completo las colas de su cuerpo. “¡UUURH!”

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