Seirei Gensouki: Konna Sekai de Deaeta Kimi ni

Volumen 20

Capitulo 3: Reporte

Parte 2

“Claro… quiero decir, de nada”.

“Por cierto, sé que lo derrotaste tú solo, pero ¿cómo le habría ido a Haruto?”

Francois sabía que Rio era fuerte, pero no tenía una imagen exacta en su cabeza. Pensó que era una buena oportunidad para preguntar al respecto.

“…”

Aishia miró a Rio para comprobar si podía responder. Rio asintió para transmitir que no le importaba.

“No sería un problema para Haruto. Incluso podría enfrentarse a varios a la vez”.

“Varios a la vez… ¡Hahaha! No, me disculpo. Debería haberlo adivinado, pero realmente es un hombre extraordinario. Parece que te subestimé una vez más”, dijo Francois a Rio alegremente. Primero la Espada del Rey Alfred, el hombre más fuerte del Reino de Beltrum, luego Lucius, el veterano comandante de los Leones Celestiales. El chico llamado Amakawa Haruto había superado figuras tan influyentes para demostrar su valía. Y ahora había derrotado a una bestia de tamaño aún mayor.

Sabía que Rio era más fuerte que los renombrados en todo el mundo, pero estaba claro que todavía no había límite para su fuerza.

“Tengo una pregunta más, chica espíritu. Si ese caballero esqueleto peleara contra la bestia de la tierra, ¿quién ganaría?”

“La bestia de la tierra”.

“Una respuesta inmediata, ¿hmm?”

“Ni siquiera un ejército de caballeros esqueléticos podría enfrentarse a la bestia de la tierra. Lo máximo que podrían hacer es ganar tiempo”.

“Ya veo. La bestia de la tierra debe ser todo un monstruo. Puedo ver por qué Haruto desconfía de la supervivencia de la Santa”, dijo Francois, suspirando con cansancio. Luego se volvió hacia Río. “Según tu informe, parecía que la Santa tenía el control de la bestia. ¿Y es posible que la bestia sea un espíritu, dijiste?”

“Sí.”

“He aprendido mucho en el transcurso de la defensa del castillo de este incidente. Cosas sobre espíritus y cosas sobre artes espirituales. Lady

Sara explicó cómo el poder oculto en las Armas Divinas se parece mucho al fenómeno de las artes espirituales”.

“Efectivamente”, confirmó Sara.

“Si la bestia de la tierra es una bestia divina convocada y controlada a través de los poderes de la Heroína Santa, ¿sería correcto asumir que Lady Satsuki podría hacer lo mismo?”

“También consideré esa posibilidad…”

Rio miró las caras de Sara y Orphia, asintiendo juntas. Los dos pensaron lo mismo después de escuchar el informe de Rio antes. Todas sus miradas se reunieron en Satsuki.

“Espera, ¿qué? ¡No sé cómo convocar a una bestia que suena tan aterradora!” Satsuki protestó confundida.

“¿Qué pasa con Sir Hiroaki, princesa Christina?” Francois le preguntó a Christina, la representante de otra organización con un héroe.

“Tal cosa nunca me ha sido mencionada…”

“En ese caso, no podemos decir con certeza si es una habilidad de héroe. Incluso si la bestia de la tierra es un espíritu, la Santa puede haber formado un contrato no relacionado con sus poderes como héroe, ¿no?” Francois preguntó, volviéndose hacia Río.

“Dudo que sea realmente un espíritu, pero existe la posibilidad”. “¿Por qué lo dudas?”

“Como dije antes, los espíritus pueden sentir la presencia de otros espíritus. Aishia dijo que la bestia de la tierra se sentía similar, pero fundamentalmente diferente a la presencia de un espíritu”.

“Cierto…”

“Además, un espíritu con tanto poder debería tener forma humanoide”.

¿No es así? Rio miró a Sara y Orphia para confirmar. Como espíritus, sabían más sobre espíritus que él.

“Sí, ese debería ser el caso… Pero hay personas más conocedoras que nosotros acerca de los espíritus, así que Orphia y yo encontraremos el tiempo para preguntarles al respecto”, ofreció Sara. Probablemente se refería a los ancianos de su pueblo.

“Ya veo… Entonces te dejaré la investigación de ese asunto a ti”, coincidió Francois.

“Hay una cosa que también me gustaría comprobar…”, comenzó Rio, levantando la mano.

“¿Qué es?”

“¿Ha habido algún registro de una bestia como esa que aparece en la literatura sobre héroes?”

“No hay tal mención en ninguna de las escrituras sagradas o apócrifas. También revisé todos los pseudoepígrafos después de que se invocó a Lady Satsuki, pero la posibilidad aún existe. Haré que los investiguen una vez más.”

En primer lugar, las escrituras sagradas fueron escrituras que fueron inscritas personalmente por los Seis Dioses Sabios y transmitidas ampliamente hasta el presente. Contenían relatos de los Seis Dioses Sabios y los héroes, así como una historia extremadamente simplificada de la Guerra Divina. Rio los había visto en persona en la Real Academia, pero su contenido era abstracto y los textos en sí eran muy cortos.

Además, los apócrifos eran los textos complementarios que producían los reinos para explicar los contenidos abstractos de las sagradas escrituras. La creencia religiosa en los Seis Dioses Sabios estaba controlada por las familias reales de cada reino, por lo que solían registrar el origen de la familia real y otros asuntos convenientes para la clase gobernante. También incluyeron descripciones adicionales cuando fue necesario.

Además, debido a que los apócrifos eran diferentes para cada reino, previamente se habían producido guerras por su contenido. Por lo tanto, ahora había un entendimiento diplomático y tácito de que ningún reino interferiría con los apócrifos de otro.

Finalmente, los pseudoepígrafos eran los textos complementarios escritos por civiles sin la aprobación del reino. No fueron tratados como herejía solo por haber sido escritos sin aprobación, pero los autores serían castigados si escribieran algo inconveniente para el reino. Por lo tanto, la mayoría de los pseudoepígrafos se escribieron de forma anónima y se publicaron en volúmenes únicos, con muy pocos en circulación. Fueron referidos como pseudoepígrafos por su falta de credibilidad.

En resumen, los apócrifos eran los textos producidos por el reino, mientras que los pseudoepígrafos eran los textos creados por civiles. Si Hiroaki estuviera aquí en este momento, probablemente llamaría a ambos un tipo de novela histórica de fantasía.

“No hay tantos en nuestro poder, pero le pediré a la Restauración que busque entre los pseudoepígrafos en Rodania también”, intervino Christina, ofreciendo su ayuda.

“Eso sería útil”, dijo Francois, asintiendo. “Ahora, me gustaría algo de tiempo para organizar mis pensamientos. Si no hay nada más que discutir, demos por terminado el día.”

Trató de concluir las discusiones del día, cuando—

“Umm, este podría no ser el lugar para preguntar, pero tengo un asunto que probablemente también debería ser aprobado por el rey”.

Satsuki levantó la mano.

“¿Qué sucede, señorita Satsuki?” preguntó François.

“Me gustaría pedirle un favor a Haruto”, dijo, girándose para mirar a Rio.

“¿Sí…?” Rio parecía desconcertado, sin tener idea de lo que Satsuki podría querer de él.

“Mencionaste cómo las habilidades de las Armas Divinas son extremadamente similares a las artes espirituales. Me gustaría que me des las instrucciones adecuadas sobre cómo usar mis poderes.”

“¿Estás diciendo eso porque quieres volverte más fuerte?” “Sí. Yo… quiero ser más fuerte.”

“¿Puedo preguntar por qué?”

Con la bestia de la tierra en mente, Rio había estado pensando en explicarle la existencia de espíritus a Francois y pedirle permiso para buscar la ayuda de Satsuki de todos modos. Por lo tanto, este desarrollo fue muy bienvenido para él, pero eso fue solo si se consideraba a sí mismo. Todavía quería saber qué tan seria era Satsuki y qué estaba pensando.

Además, también estaba la cuestión de lo que pensaba el Rey Galarc sobre la búsqueda de un mayor poder por parte de Satsuki.

“Estaba frustrada. Cuando los atacantes asaltaron esta mansión, todos los demás luchaban mientras yo me escondía en algún lugar seguro… Eventualmente me uní a la pelea, pero solo pude observar cuando apareció el monstruo esquelético. Por eso quiero ser más fuerte. Quiero poder pelear con todos cuando algo suceda”.

Satsuki dejó al descubierto los sentimientos de su corazón. Todo lo que quedaba era confirmar las intenciones de Francois.

“Hablando en términos prácticos, ¿su instrucción en las artes espirituales realmente sacará las habilidades de las Armas Divinas de Lady Satsuki?” Francois le preguntó a Río.

“Sí… Le he dado algunos consejos simples antes, y eso fue suficiente para que mostrara una mejora visible. Si tuviera que enseñarle correctamente, probablemente mejoraría mucho más dramáticamente”.

“Ya veo… En ese caso, me gustaría hacer la misma petición. ¿Serías capaz de proporcionar la instrucción adecuada a Lady Satsuki?”

“Después de luchar contra la bestia de la tierra, esperaba pedirle ayuda a Satsuki para averiguar más sobre Armas Divinas de todos modos. Sería un placer aceptar”. Rio colocó su mano derecha sobre su pecho respetuosamente.

“Entonces está decidido. Puedes usar el jardín trasero del castillo si así lo deseas, pero si prefieres entrenar en algún lugar fuera de la vista, también puedes abandonar el castillo”.

“¿Puedo dejar el castillo?”

Los ojos de Satsuki se abrieron. Aunque fue por el bien del entrenamiento, los demás también mostraron signos de sorpresa al escuchar que se le permitió irse tan fácilmente.

“Nunca te han prohibido salir en primer lugar, ¿no? Expresaría mi desaprobación si la situación fuera desfavorable, pero eso no se aplica a los casos en los que tienes una razón adecuada para salir y comprendes los riesgos”.

“Bien, eso es cierto…”

“Pensé que había dejado clara mi confianza en ti. Preferiría que me informaras de tus planes antes de irte, pero no me opondré a tus salidas si Haruto te acompaña. Puedes arreglar los detalles con Charlotte más tarde.”

“Sí por favor hazlo.” Charlotte asintió feliz. Estaba claro por su expresión que esperaba aprovechar la oportunidad e irse también.

“Entonces terminemos las conversaciones de verdad esta vez. Estoy seguro de que la familia Cretia tiene mucho de qué hablar. Préstenles una habitación en la mansión para que se reúnan”, dijo Francois a Rio y Charlotte, mostrando consideración por la familia que probablemente quería tener una reunión adecuada en privado.

“Entonces permítame mostrarle un salón libre. Princesa Christina, Princesa Flora, quédense aquí. ¿Será eso aceptable, Sir Haruto?” Rio era dueño de la casa, por lo que Charlotte buscó su permiso.

“Por supuesto.”

Y así, el grupo se dispersó.

“Regresaré al castillo primero. Charlotte, ven a verme a mi oficina después de que termines de mostrarles la habitación.”

“Comprendido.”

“Y Haruto, ¿puedo pedirte que me acompañes allí?” Francois preguntó, levantándose de su asiento. Tenía sus propios guardias personales, por lo que normalmente no le pedía a Rio que lo escoltara.

“Claro… Con mucho gusto”.

La solicitud inusual tomó a Rio con la guardia baja, pero accedió rápidamente con una sonrisa.

Después de que Francois salió de la mansión, ordenó a sus guardias habituales que lo siguieran desde la distancia. Por lo tanto, él y Rio comenzaron a caminar hacia el castillo.

“No dije esto antes, pero hay algo más que me gustaría compartir contigo”, le dijo abruptamente a Rio, que caminaba en diagonal detrás de él.

“¿Qué es?”

“Antes de hacerlo, me gustaría que mantuvieras en secreto lo que estoy a punto de contarte de Lady Satsuki. No deseo darle una preocupación innecesaria por una incertidumbre. ¿Comprendido?”

“Entiendo.” Rio pensó que había algo más que Francois quería discutir en privado desde el momento en que pidió una escolta, pero parecía ser un tema pesado.

“Un pensamiento vino a mi mente cuando mencionaste que la Santa podría estar todavía vivo. ¿Será que los héroes no pueden morir? O al menos no a una espada en el corazón.”

“¿Por qué piensas eso…?”

“Cuando invocaron a Lady Satsuki, tenía reunidos a todos los pseudoepígrafos del reino. Uno de ellos afirmó que los héroes eran tenaces con cuerpos que parecían inmortales. Lo recordé cuando lo mencionaste.”

“¿Inmortal, dices? ¿De la manera que no envejece ni muere?” Rio se sorprendió por la terminología fantástica.

“Por cierto. Sin embargo, al fin y al cabo, la fuente es un pseudoepígrafe escrito por un autor desconocido. Lo descarté por falta de credibilidad, pero tus miedos me recordaron el texto.”

“En otras palabras, ¿cree que la Santa aún podría estar viva, Su Majestad?”

“¿Quién sabe? Me cuesta creer que alguien pueda sobrevivir a una espada en el corazón. Y si los héroes fueran verdaderamente inmortales, los que lucharon en la Guerra Divina todavía deberían estar vivos ahora”.

Si la inmortalidad significara la vida eterna, entonces no podrían morir de vejez.

“Nadie sabe qué pasó con los héroes de esa época, ¿verdad?” preguntó Río.

Como dónde murieron o adónde fueron.

“Hay folclores de los héroes que establecieron los reinos, pero no hay detalles específicos de lo que les sucedió a los héroes después de la Guerra Divina en ninguno de los textos antiguos”.

Si desaparecieron después de la guerra, ¿es posible que regresaran a su mundo original?

Rio pensó en su cabeza.

“Es extraño cómo no hay registro de lo que sucedió con las figuras clave de la Guerra Divina… ¿Es posible para mí ver estos textos antiguos también?” preguntó, buscando permiso para leer los apócrifos y pseudoepígrafos. Era poco probable que encontrara una respuesta a las secuelas de los héroes, pero era posible que pudiera descubrir algo nuevo. Los pseudoepígrafos en particular eran textos que los reinos no querían que se vieran, por lo que no estaban disponibles para que todos los vieran.

“Muy bien.” Rio recibió el permiso sin ninguna resistencia del rey. “Muchísimas gracias.”

“Por supuesto. Tiene que ver con la razón por la que te convoqué aquí de esta manera.”

“¿Con lo que quieres decir…?”

“Tiene que ver con los poderes de los héroes. Hubo muchas anécdotas de los héroes en los pseudoepígrafos, pero es difícil determinar qué es cierto o no debido a la naturaleza abstracta de las escrituras antiguas. La inmortalidad es uno de esos ejemplos, no debería decir esto ni siquiera como una broma, pero supongo que no estarías dispuesto a apuñalar a Lady Satsuki para confirmarlo.”

“No…” Rio negó con la cabeza, tragando saliva.

“Tu instrucción puede despertar el poder dormido dentro de Lady Satsuki. Temo que el control de un monstruo como la bestia de la tierra y la posesión de un cuerpo inmortal puedan ser demasiado para una jovencita. Es suficiente para destruir el corazón de un humano.”

“…”

“Lady Satsuki es inteligente, honesta y posee un extraño encanto que atrae a otros hacia ella. Sin embargo, ella es solo una chica normal. Al menos, así es como yo la veo. ¿Cuáles son tus pensamientos sobre esto?”

“Me siento igual.”

“En ese caso, te hago esta petición como hombre. Me gustaría que la guíes según sea necesario para que no se la traguen si su poder crece demasiado. ¿Puedes hacer eso por mí?” Francois dejó de caminar y se dio la vuelta para mirar a Rio.

“¿Es… es algo que puedo hacer?” Era un papel importante. Rio no podía aceptarlo sin la debida consideración.

“Yo creo que tú puedes. Tú también tienes mucho más poder del que una sola persona puede soportar, pero no te ha tragado. No aceptaste mi pedido de inmediato, y deseo confiarte esto precisamente por eso.”

“Entiendo…” “Cuento con usted.”

Al ver a Rio asentir cortésmente, Francois inclinó la cabeza profundamente a cambio. Mientras hablaban, habían llegado justo antes de la entrada principal del castillo.

“Hemos llegado al castillo. Acompáñame un rato más.”

Parecía que Francois no había terminado de hablar; entró en el castillo sin esperar la respuesta de Rio. Como rey, Francois se destacó incluso en los mejores tiempos, y Haruto Amakawa era el tema más candente en la actualidad. Llamaron mucho la atención mientras caminaban juntos por el castillo, y finalmente llegaron a la oficina de Francois.

“Adelante, siéntate”.

“Gracias.” Rio se sentó en el asiento inferior que Francois, que se había sentado primero, le ofreció.

“Hmm…” Francois asintió en silencio por un momento. En lugar de estar indeciso sobre un tema, parecía que estaba dudando sobre cómo abordar el tema que tenía en mente.

Así pasó el tiempo hasta que Charlotte llegó a la oficina. “Discúlpame.” Francois le dio permiso para entrar en la habitación.

“Eso fue bastante rápido”, dijo con una ligera sorpresa. Solo había pasado un minuto desde que se sentaron.

“Tenía la sensación de que había algo muy interesante que discutir, así que le confié a la Princesa Cristina y a la Princesa Flora a Lady Celia”.

“Ya veo. Bueno, siéntate.” “Gracias.”

Con una respuesta ansiosa y alegre, Charlotte se sentó justo al lado de Rio en el sofá de tres plazas. Prácticamente se aferraba a él.

“…”

Ni siquiera estaban prometidos. No, incluso si estaban comprometidos, hacer tal cosa frente a su padre, el rey Francois, era algo preocupante. Muy preocupante. Rio casualmente se movió hacia un lado para ganar algo de distancia con Charlotte, pero ella simplemente se movió para llenar ese espacio.

Si se apartaba más, Francois, que estaba sentado frente a ellos, vería sus acciones como antinaturales. Rio renunció a distanciarse más.

“Hehe”. Charlotte sonrió con picardía.

“Hm…” Francois los miró a los dos con curiosidad, pero eventualmente comenzó a hablar. “Tengo algunas preguntas sobre la existencia de espíritus y artes espirituales. Lady Sara y sus amigos me dieron una breve explicación del tema mientras estabas ausente. Busqué en textos antiguos después y encontré menciones de lanzadores de tales técnicas existentes en la región de Strahl en el pasado”.

Rio se recompuso y respondió con compostura fingida. “Sí, aunque las técnicas se han perdido de Strahl durante mucho tiempo. Apenas me he encontrado con usuarios de arte espiritual a lo largo de mis viajes por la región de Strahl.”

“¿Apenas, lo que significa que ha habido al menos uno?” “Ese sería Reiss.”

“Ya veo… Creo que puedo entender la razón por la cual las artes espirituales se volvieron obsoletas en Strahl: porque la hechicería y la magia son los milagros dados a la humanidad por los Seis Dioses Sabios. La adoración de los dioses habría priorizado la hechicería y la magia sobre las artes espirituales. Y si la magia es más fácil de aprender que las artes espirituales, también sería más conveniente usarla con fines militares”.

“Es exactamente como dices”.

“Sin embargo, hay un grupo de personas que han transmitido el uso de las artes espirituales a la era moderna”.

Francois hizo una pausa, mirando de cerca a Rio sentada frente a él. “Tú eres uno de ellos”, dijo, enfatizando sus palabras.

“Sí…”

“Parecía que las naciones Yagumo con las que una vez estuvimos conectados no tenían conocimiento de los Seis Dioses Sabios y no usaban brujería ni magia. En cambio, tenían técnicas que eran similares a las artes espirituales. Los textos antiguos también decían que los elfos, los enanos y las especies de hombres bestia sobresalían en tales técnicas.”

“…”

Al principio, Rio no podía ver el punto de la conversación, o por qué Charlotte había sido convocada para participar en ella, pero ahora tenía una idea de a qué se refería Francois.

“Fue entonces cuando me pregunté: ¿podrían los grupos de Lady Sara y Gouki provenir de fuera de la región de Strahl?”

Acababa de descubrir que los usuarios del arte perdido de la región de Strahl se habían reunido en masa alrededor de Río. Alguien tan sabio como Francois naturalmente consideraría esa posibilidad. Charlotte parecía estar igualmente intrigada al respecto, mientras miraba la cara de Rio.

“No necesita responder si no desea hacerlo”.

Justo cuando Rio estaba a punto de responder, Francois habló por encima de él.

“No, es como has adivinado. Todos vivían originalmente fuera de la región de Strahl”.

Ya había deducido esto. Rio no intentó encubrir la verdad. Tenía confianza en Francois y Charlotte.

“Como esperaba… En ese caso, ¿me hablarás de tu relación con la pareja de Saga?”

Esta era la verdadera pregunta que Francois quería hacerle a Rio. Una pareja con la edad suficiente para ser sus padres lo trataba con profunda lealtad. Era imposible que no despertara el interés.

“Las circunstancias son un poco complicadas. Me temo que debo pedirte que mantengas esto en absoluto secreto.”

“Hmm. Solo para confirmar, ¿es algo que Charlotte pueda escuchar? Mi hija está en esa edad en la que está llena de curiosidad. La invité a participar en esta conversación, ya que solo indagaría si intentaba ocultárselo”.

“Era mi intención explicarle las cosas a Su Majestad y a la Princesa Charlotte de todos modos. También deseo informar a Satsuki, así que volveré a hablar con ella más tarde”.

“Muy bien. Asegúrate de mantener esto confidencial, Charlotte.”

“Por supuesto”, estuvo de acuerdo Charlotte con una voz verdaderamente complacida.

“En primer lugar, mis padres son inmigrantes de la región de Yagumo…”

Y así, Rio reveló su relación con Gouki y Kayoko, y las circunstancias de sus padres. La explicación tomó varios minutos. Ya se lo había explicado una vez a Miharu y Celia, así que estaba acostumbrado a hablar de ello.

“Me preguntaba si había circunstancias especiales en torno a tu identidad, pero no esperaba sangre real…” Sin duda fue una revelación impactante. Francois suspiró profundamente para reprimir su sorpresa.

Rio levantó la mano, buscando permiso para hablar. “Su Majestad. ¿Puedo preguntar una cosa más?”

“¿Qué es?”

“Hay más de diez personas que viajaron a la región de Strahl con Gouki. Me gustaría invitarlos a mi mansión. ¿Sería eso un problema?”

“Esa mansión te pertenece. Eres libre de invitar a quien quieras.” “Muchísimas gracias.”

Rio se inclinó ante la aprobación que fue fácilmente otorgada.

“¿Por qué no simplemente convertirlos en tus vasallos?” Francois sugirió. “Eso cumple con sus propios deseos, ¿no es así?”

“Eso es…”

“Entiendo que no quieras eso. Sin embargo, planeo recompensarlos por su acción meritoria al derrotar al esqueleto gigante. Si tiene alguna intención de emplearlos como vasallos, puedo otorgarles el rango de caballero honorario. Eso hará que sus vidas sean mucho más cómodas si van a vivir en el castillo, algo que tú mismo deberías saber bien, ¿no? Bueno, puedes discutir esto con ellos.”

Rio hizo una pausa, luego asintió rígidamente. “Entiendo…”

“Y eso solo deja… Correcto. Hay algo que quisiera preguntarte. Charlotte, puedes disculparte primero.” François cambió repentinamente de tema.

“Está bien…” A pesar de su confusión, Charlotte se puso de pie y salió de la habitación. La puerta se cerró detrás de ella. ¿Qué estaban a punto de discutir?

“¿Tienes algún interés en casarte con Lady Satsuki o Charlotte, o tal vez con ambas?”

Rio se quedó sin habla, congelándose por un largo momento. Eventualmente volvió en sí y exprimió las palabras: “Seguramente bromeas”.

“Ya veo. Bueno, sólo tenlo en cuenta.” François sonrió sugestivamente. “…” Rio no pudo responder.

“Puedes regresar a la mansión ahora. Por favor, instruya bien a Lady Satsuki.”

Con esas últimas palabras, Francois le mostró a Rio la puerta.

***

“Por favor discúlpame.” Rio salió de la oficina de Francois. “Le estaba esperando, señor Haruto. Eso fue rápido.”

Charlotte estaba esperando afuera, sonriendo de oreja a oreja.

“Sí… Fue solo una breve pregunta”. Se negó a informarle que le habían ofrecido su mano en matrimonio.

“¿De qué hablaron?”

“Tendrás que preguntarle a Su Majestad…”

Charlotte mantuvo su curiosidad al frente, dando un paso adelante con fuerza. Rio vaciló por una reacción.

“Ahem.” Una tos ligera resonó. Había un noble de mediana edad parado a poca distancia de Charlotte. Este hombre era el jefe de la segunda gran familia de duques en el Reino de Galarc, a la par de la familia Cretia: Clement Gregory.

“Oh, casi olvido que estabas allí, duque Gregory. Si es mi padre lo que buscas, todavía está en su oficina. ¿Por qué no entras?” preguntó Charlotte.

“A mí también me gustaría hablar con ese hombre”, dijo Gregory, mirando a Rio. Incluso para un transeúnte, estaba claro que sentía animosidad hacia Rio.

“¿Cómo puedo ayudarte?” Rio había saludado brevemente al Duque Gregory durante el banquete. No había sentido ninguna hostilidad en particular en ese entonces.

“Sir Haruto acaba de regresar de un largo viaje”, interrumpió Charlotte en un tono molesto. “Está muy cansado, ¿podría ser breve?”

“Entonces, Señor Amakawa. ¿Dónde estuviste en un momento tan importante? Los Leones Celestiales atacaron el castillo en tu ausencia. Parecía que su ataque se centró en su mansión, pero ¿cuál es su relación con ellos?”

El duque Gregory rápidamente comenzó a interrogar a Rio, aunque no sería una sorpresa viniendo del jefe de una familia de duques. A pesar de estar en presencia de la Segunda Princesa Charlotte, no estaba dispuesto a leer la habitación y retroceder fácilmente. Su posición permitía eso.

“Yo…”

“Disculpe, duque Gregory”. Charlotte interrumpió antes de que Rio pudiera responder. Su expresión era alegre, pero la mirada que dirigió a Gregory era fría.

“Este tema ya se ha discutido con mi padre. Sir Haruto estaba en una misión para rescatar a Liselotte. Acaba de regresar de cumplir esa misión. Alguien tan perspicaz como tú debería saber que Liselotte ha regresado,

¿no?” dijo ella.

“Así que fuiste tú…” El duque Gregory parecía descontento porque Rio había obtenido otro logro a su nombre.

“…”

Sin decir una palabra más, Charlotte llamó a la puerta de la oficina. Ordenó a la fuerza al caballero que custodiaba la puerta que la abriera. “Abre.”

“Si su Alteza.”

“Padre, el duque Gregory ha venido a visitarte”. Le indicó al duque Gregory que entrara en la oficina de Francois.