Lord of Mysteries (NW)

Volumen 1

Capitulo 38: Aficionado Principiante

Al escuchar la pregunta de Klein, la bella dama con el cabello de color marrón amarillento elegantemente recogido pareció perder la paciencia. Sin embargo, mantuvo su sonrisa y dijo: “Nuestros miembros son libres de hacer adivinación para otros en el club. También tienen sus precios y tomamos una pequeña parte como tarifa. Si desea que le digan su fortuna, puede echar un vistazo a este álbum. Tiene presentaciones y tarifas de los miembros que están dispuestos a hacer adivinación para otros”.

“Sin embargo, es lunes por la tarde, por lo que la mayoría de nuestros miembros están ocupados en el trabajo. Solo tenemos cinco aquí hoy…”

Mientras presentaba el club, invitó a Klein a sentarse en el sofá junto a una ventana en el salón de recepción. Luego, hojeó el álbum y señaló a los miembros presentes del club.

—Hanass Vincent. Famoso adivino de Tingen. Mentor residente del club. Bueno en varias formas de adivinación. Él cobra cuatro soles por cada adivinación”.

Es realmente caro… Eso es suficiente para alimentar a Benson, Melissa y a mí elegantemente por dos días…  Klein chasqueó la lengua en silencio y no respondió.

Cuando la mujer vio esto, continuó pasando la página y presentando a un miembro tras otro.

“…Y el último, Glacis. Un miembro que se unió al club este año. Es hábil en la adivinación del tarot. Cobra dos peniques.

“Señor, ¿a quién planea elegir?”

Klein no se paró en la ceremonia y respondió: “Sr. Glacis.”

“…” La asistente se quedó en silencio durante dos segundos antes de decir: “Señor, debo recordarle que el Sr. Glacis apenas se considera un novato”.

“Entiendo. Seré responsable de mi propia decisión”. Klein asintió con una sonrisa.

“…Entonces por favor sígame.” La mujer se puso de pie y condujo a Klein a través de una puerta al lado del salón de recepción.

No era un pasillo muy largo y al final se encontraba una sala de reuniones abierta. Había suficiente luz solar y estaba equipado con mesas y sillas. Había periódicos, revistas y tarjetas de papel. Un leve aroma a café salió.

Aproximadamente a dos habitaciones de la sala de reuniones, el asistente le hizo un gesto a Klein para que se detuviera. Aceleró el paso y entró en la habitación. Ella dijo suavemente: “Sr. Glacis, alguien desea su adivinación.”

“¿Yo?” Una voz llena de sorpresa y duda sonó de inmediato. Después de eso, se escuchó el sonido de una silla moviéndose.

“Sí, ¿qué sala de adivinación le gustaría usar?” respondió la señora sin ninguna emoción.

“Habitación Topacio. Me gusta el topacio. Glacis apareció por la puerta de la sala de reuniones y miró con curiosidad a Klein que esperaba no muy lejos.

Era un hombre de unos treinta años; su piel era ligeramente oscura y sus pupilas eran de un tono verde oscuro. Bajo su cabello claro, amarillo y suave, vestía una camisa blanca y un chaleco negro. Un monóculo colgaba de su pecho y parecía tener buena disposición.

La asistente no dijo nada más mientras abría la puerta de la Sala Topacio que estaba al lado de la sala de reuniones.

Las cortinas del interior estaban bien cerradas, por lo que era oscuro. Parecía que solo al hacerlo uno obtendría revelaciones de los dioses y espíritus para obtener un resultado de adivinación preciso.

“Hola. Soy Glacis. Nunca esperé que me eligiera para su adivinación. Glacis hizo una reverencia de caballero, entró rápidamente en la habitación y se sentó detrás de una mesa larga. “Francamente, solo es un hobby. No tengo mucha experiencia. Por ahora, no soy un buen adivino. Todavía tiene la oportunidad de arrepentirse”.

Después de que Klein le devolviera la reverencia, entró y cerró la puerta detrás de él.

A la luz que se filtraba a través de las cortinas, dijo con una sonrisa: ” Usted es un hombre muy honesto, pero yo soy alguien muy firme en sus elecciones”.

“Por favor tome asiento.” Glacis señaló el asiento frente a él y pensó durante unos segundos. “La adivinación es mi hobby. Je je. En la vida, a menudo se recibe la guía de lo divino, pero la persona común no puede comprender con precisión el significado. Esa es la razón por la que existe la adivinación y también por la que me uní a este club. En ese aspecto, todavía me falta confianza. Hagamos la adivinación que sigue a un intercambio, un intercambio libre. ¿Qué le parece mi sugerencia? Cubriré los honorarios que exige el club. Es solo un cuarto de penique.

Klein no estuvo de acuerdo ni negó con la cabeza. En cambio, sonrió.

“Por lo que parece, tiene un trabajo bastante bien pago y decente”.

Mientras decía eso, inclinó su cuerpo ligeramente hacia adelante. Se sostuvo la frente con el puño derecho y golpeó dos veces.

“Pero eso no mejora la precisión de mi adivinación”, respondió Glacis con humor. “¿le duele la cabeza? ¿Quiere adivinar sobre problemas relacionados con la salud?”

“Un poco. Deseo adivinar dónde está un objeto. Klein ya había pensado en una excusa mientras se reclinaba lentamente.

En sus ojos, el aura de Glacis se presentó claramente. Los colores anaranjados de sus pulmones eran oscuros y escasos. Incluso influyeron en la luminosidad en otras zonas.

Esto no es un síntoma de agotamiento…  Klein asintió de manera imperceptible.

“¿Está buscando un objeto perdido?” Glacis pensó durante unos segundos antes de decir: “Entonces hagamos una determinación simple”.

Empujó las cartas del tarot prolijamente apiladas sobre la mesa negra hacia Klein.

“Mantenga la calma. Piense en ese artículo y pregúntese ‘¿todavía se puede encontrar?’ Mientras lo hace, baraje y corte el mazo”.

“Bien.” Klein en realidad no recordaba cómo era el antiguo cuaderno. Todo lo que pudo hacer fue repetir la pregunta:  ¿Todavía se puede encontrar el cuaderno de la familia Antigonus?

Mientras repetía el pensamiento, hábilmente barajó y cortó la baraja.

Glacis tomó la carta superior y la empujó frente a Klein. La tarjeta estaba boca abajo horizontalmente.

“Gírelo en el sentido de las agujas del reloj hasta que quede vertical. Luego ábralo. Si la tarjeta está invertida, lo que significa que la imagen de la tarjeta está de espaldas a usted, indica que no se puede encontrar el artículo. Si la carta está en posición vertical, entonces podemos continuar con la adivinación y buscar su ubicación real”.

Klein siguió sus instrucciones y giró la tarjeta de una posición horizontal a una verticall.

Apretó el extremo de la carta del tarot y le dio la vuelta.

Era una carta invertida.

“Qué pena.” Glacis suspiró.

Klein no respondió porque su atención estaba centrada en la carta del tarot que tenía delante.

La imagen de la carta invertida estaba vestida con ropa espléndida y un tocado maravilloso: ¡El Loco!

¿Es El Loco otra vez? No puede ser otra coincidencia, ¿verdad? Según el Colgado y el Viejo Neil, la adivinación es el resultado de la comunicación de la espiritualidad y el mundo de los espíritus con un ‘yo’ de dimensiones superiores. Las cartas del tarot son solo una herramienta conveniente para leer lo que simboliza la verdad. En teoría, usar cualquier elemento de adivinación no importa, ya que no afecta el resultado…  Klein frunció el ceño mientras pensaba por un momento.

“¿Se puede adivinar si el artículo ya está en manos de otros?”

“Por supuesto. Siga el mismo procedimiento y hágalo de nuevo.” Glacis asintió con mucho interés.

Klein barajó y cortó la baraja mientras pensaba en su pregunta.

Sacó una carta y la colocó horizontalmente antes de girarla verticalmente en el sentido de las agujas del reloj. Terminó todos los preparativos con una expresión seria.

Respirando hondo, Klein extendió la mano y volteó la carta del tarot.

Por favor, que no vuelva a ser El Loco…

Mientras rezaba, de repente se relajó porque la carta era la de La Estrella y estaba invertida.

“Por lo que parece, el artículo aún no ha sido tomado por otros”, interpretó Glacis con una sonrisa.

Klein asintió y levantó la mano derecha. Se golpeó la frente, como si estuviera sumido en sus pensamientos. Luego, sacó dos centavos con un brillo de cobre oscuro de su bolsillo y los empujó hacia Glacis.

“¿No dije que era gratis?” dijo Glacis con el ceño fruncido.

Klein se rió mientras se levantaba.

“Este es el respeto que merece la adivinación”.

“Está bien, gracias por su generosidad”. Glacis se levantó y extendió la mano.

Después de estrecharle la mano, Klein retrocedió dos pasos y se dio la vuelta. Caminó hacia la puerta y giró el picaporte.

Justo cuando estaba a punto de irse, de repente giró la cabeza e hizo un sonido conciso.

“Señor Glacis, le sugiero que vea a un médico lo antes posible. Concéntrese en sus pulmones”.

“¿Por qué?” preguntó Glacis con sorpresa.

“¿Me maldice porque no está satisfecho con los resultados de la adivinación?”

Klein pensó por un momento antes de decir: “Es un síntoma que intuí basándose en el color de su rostro. su, bueno… su entrecejo parece oscuro”.

“Entrecejo parece oscuro…” Era la primera vez que Glacis escuchaba tal descripción.

Klein no dio más explicaciones mientras salía de la habitación con una sonrisa. Cerró la puerta de madera detrás de él.

“¿Es un médico sin licencia o un herborista?” Glacis negó con la cabeza, divertido. Luego tomó su monóculo para la adivinación.

Mirando cuidadosamente, se dio cuenta de que su frente era realmente oscura.

Pero esto era un problema del medio ambiente. En la oscuridad debido a las cortinas cerradas, no solo su entrecejo estaba oscuro, sino que toda su cara estaba envuelta en oscuridad

“No es una broma muy agradable”. murmuró Glacis.

Con preocupación adivinó su propia salud para asegurarse de que todo estaba bien.

…

Después de dejar el Club de Adivinación, Klein tenía un plan adicional para el futuro.

Era para ahorrar la mayor cantidad de dinero posible para pagar así pagar la cuota anual para convertirse en miembro del club. Después de lo cual, podría comenzar a actuar como Vidente.

En cuanto a por qué no eligió hacerlo de forma independiente, fue porque temporalmente carecía de los recursos y los canales. No se atrevía a pararse en las calles como vendedor ambulante ya que le importaba su reputación.

Unos minutos después, llegó el carruaje público. Gastó dos peniques y llegó a la calle Zouteland, que no estaba muy lejos.

Abrió la puerta de la compañía de seguridad Blackthorn pero no vio a la familiar chica de cabello castaño. Solo vio a Leonard Mitchell, de cabello negro y ojos verdes, con su porte poético detrás del mostrador de recepción.

“Buenas tardes. ¿Dónde está Rozanne?” preguntó Klein después de quitarse el sombrero y hacer una reverencia.

Leonard sonrió y señaló la partición.

“Es su turno esta noche en la armería”.

Sin esperar a que Klein hiciera otra pregunta, Leonard dijo como si estuviera reflexionando sobre un asunto: “Klein, hay algo que me intriga”.

“¿Qué es?” Klein estaba desconcertado.

Leonard se puso de pie y dijo sonriendo con un tono relajado: “¿Por qué Welch y Naya se suicidaron en el acto, mientras que tú regresabas a casa?”

“Probablemente tiene que ver con cómo la existencia desconocida me hizo tomar el cuaderno de la familia Antigonus para ocultarlo”, respondió Klein con la conjetura oficial.

Leonard caminó alrededor antes de volverse para mirar directamente a los ojos de Klein.

“Si tu suicidio estaba destinado a silenciarte y borrar cualquier pista, ¿por qué no te obligaron a destruir el cuaderno allí mismo?”